China – Chile: una relación que crece en el día a día

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

María Isabel Negre: "China – Chile: una relación que crece en el día a día" en Observatorio de la Economía y la Sociedad de China Nº 01, enero 2007. Accesible a texto completo en http://www.eumed.net/rev/china/

Las relaciones económicas entre China y Chile se iniciaron en los años noventa, cuando el rápido crecimiento económico del gigante asiático comenzó a necesitar abastecimiento de grandes cantidades de recursos naturales y alimentos. Así, China encontró una excelente base para sus provisiones en América Latina, y, específicamente, en Chile, que se convirtió en uno de los principales suministradores de cobre y productos agrícolas. Las relaciones entre ambos países fueron en aumento hasta que, finalmente, el 1º de octubre de 2006 entró en vigencia el Tratado de Libre Comercio.

Este tratado permite la apertura al exterior del país andino (que le ha permitido una importante penetración en la mayoría de los mercados mundiales); y garantiza, de algún modo, el mantenimiento del crecimiento económico sostenido del gigante asiático, dado que se asegura el acceso a los recursos naturales y a alimentos baratos.

Lo que genera este tratado es la desaparición total del arancel. Así, los productos chilenos que se verán favorecidos serán las materias primas (cobre y otros minerales) y alimentos como hortalizas, aceites de pescado, pollos, cerdos, camarones congelados, duraznos y nectarinas frescas y quesos.

Por otro lado, China verá exonerados de aranceles productos de otro tipo, como maquinarias, ordenadores, impresores, móviles, automóviles, DVD’s y otros aparatos tecnológicos en los que China es altamente competitiva.

En general, se podría considerar que este tratado reportará, a corto plazo, más beneficios inmediatos a las empresas chilenas que a las chinas[3], dado que la rebaja arancelaria beneficiaría a un porcentaje mayor de exportaciones chilenas. Pero desde el punto de vista chino, no debe ignorarse el hecho de que sus costos laborales y de producción son muy bajos, y la capacidad productora de la industria es elevada. Por tanto, los productos chinos ya son, de por sí, una fuerte competencia para el mercado chileno.

En la actualidad, se están tratando nuevas reformas para el Tratado de Libre Comercio, en donde se cubran el comercio de servicios y las inversiones. “El acuerdo sobre el comercio de servicios e inversiones, si se firma, promocionará aún más el comercio bilateral gracias al mayor papel del comercio de servicios que contribuye al volumen de comercio de China”, dijo Zhang Bing, un oficial del departamento del comercio internacional y asuntos económicos del Ministerio de Comercio (MOFCOM)[4].

Así, más convenios están en tratativas, que permitirán una relación más estrecha aún entre ambos países.

[1]Agustino, S. y Lavandera, F. “Tratado de Libre Comercio China – Chile: una aproximación teórica” publicado en la página de Iberchina, en el mes de noviembre de 2006, en el link: http://www.iberchina.org/frame.htm?http://www.iberoasia.org/garrigues/TLC_Chile_China_2006.html

[2] Listado publicado por el Servicio Nacional de Aduanas del Gobierno de Chile bajo el link: http://www.aduana.cl/p4_principal/antialone.html?page=http://www.aduana.cl/p4_principal/site/artic/20040108/pags/20040108103424.html

[3] “El importante acuerdo amplía el alcance de las exportaciones chilenas, que desde octubre de 2006 tienen un acceso preferencial a uno de los mercados más grandes (1.300 millones de habitantes en China) y dinámicos (tasas de crecimiento superiores al 9% anual) del mundo. Se espera que el sector exterior chileno se aproveche de la situación e incremente las exportaciones a China.”. Agustino, S. y Lavandera, F. op. cit.

[4] Artículo titulado: “China y Chile empezarán nuevas negociaciones sobre el Acuerdo de Libre Comercio” en el link: http://spanish.peopledaily.com.cn/31621/5114675.html