Luis Ángel Álvarez Ramírez (CV)
UCP PEPITO TEY, Facultad de Educación Infantil
Departamento de Educación Especial
luis@ucp.lt.rimed.cu
RESUMEN
El material que presento a continuación tiene como objetivo fundamental ofrecer a los estudiantes en formación y docentes en ejercicio algunas precisiones a partir de un análisis muy resumido sobre cómo sin ser importados, llegan al ámbito pedagógico cubano términos (conceptos) de uso internacional, inicialmente utilizados por la Educación Especial y que hoy pujan por erigirse en sustentos teóricos de la educación en su concepción más abarcadora.
El material posee un esbozo de la trayectoria de la educación especial de personas con retraso mental a partir del 1º de enero de 1959, fecha en que la educación en el país alcanza su carácter universal.
INTRODUCCIÓN
La diversidad es inherente al surgimiento de los seres humanos, y resulta numerosa la lista de criterios que permiten establecerla, por ser objetivo de este material nos referiremos al criterio capacidades de forma general y de forma particular a las capacidades intelectuales.
La problemática de las relaciones de las personas con discapacidad con las personas “normales” de la sociedad en que viven ha evolucionado a través de la historia de la humanidad, numerosos autores han hecho análisis detallado de esa evolución… en este sentido resulta llamativa la síntesis que logran Arturo Gayle Morejón y Carmen Lidia Cobas Ochoa, en el material “ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD DEL ALUMNADO EN EL CONTEXTO ESCOLAR”, por lo que recomiendo su consulta a la vez que me libero de tenerla que incluir en el presente.
De los tres momentos: Antigüedad, Edad Moderna y Etapa Contemporánea que refieren los autores antes citados solo tomaré los dos últimos, por cuanto no cuento con materiales que aborden el proceso de atención a las personas con discapacidad en nuestro país en el tiempo que antecede, de hecho no conozco de la existencia de elementos en esfera alguna, en dicho momento.
Los testimonios y materiales de numerosos investigadores coinciden en que antes del triunfo de la Revolución cubana de 1959, la hoy llamada Educación Especial era prácticamente inexistente; señalan el número de instituciones que se dedicaban a tal empeño, la cantidad de niños, incluso las diferentes desviaciones del desarrollo que eran atendidas, más que las cifras, que no dejan de ser importantes, considero llamar a la reflexión hacia: su verdadero origen y a la medida en que las mismas pudieron representar un elemento de equiparación de oportunidades para las mayorías que en aquellos momentos demandaban de estos servicios.
DESARROLLO
Más de cuatrocientos años de explotación y exterminio de la población nativa, la esclavitud, el dominio español y luego la república mediatizada, impusieron la exclusión de las mayorías a la educación, y a la cultura en general, la vivienda, la salud, al trabajo y con ellas a la alimentación.
La persecución y el rechazo a las justas, humanas y sabias reflexiones de ilustres compatriotas, que se resumen en José Martí, solo sobrevivieron hasta nosotros, por otros vanguardias que influidos por los primeros las asumieron y fueron capaces de defenderlas en sus doctrinas.
El final del siglo XIX e inicios del XX después de la primera guerra imperialista del mundo moderno, de la que fuimos víctimas los cubanos, la ocupación norteamericana conllevó a que se llegara a 1959, con índices de analfabetismo, insalubridad, falta de hogares y fuentes de empleo, asombrosos, algunos de ellos reflejados en “La Historia me Absolverá”, así lo demuestran, por citar algunos, los datos que expreso a continuación; cuando el país contaba con 6,5 millones de habitantes:
El triunfo revolucionario del 1º de enero de 1959, significó para todos los cubanos; el inicio de acontecimientos sin precedentes en la salud, la vivienda, la educación…, esta última, señala Bell Rodríguez, R “por primera vez en toda su historia, adquirió un verdadero carácter universal, lo que constituye premisa principal para el surgimiento de un auténtico modelo de escuela especial en la isla” (1997:29).
La Educación Especial en nuestro país se oficializa en enero de 1962, momento en que a esas escuelas se les denominó “escuelas diferenciadas”, denominación derivada por esos tiempos del principio didáctico “…de la atención individual al alumno sobre la base del trabajo en el colectivo” (Kligberg, Lothar, 1985:257) o “…de la vinculación de lo individual y lo colectivo” (Danilov y M. N. Skatkin: Didáctica de la escuela media, p:142), devenidos como principio diferenciador de la enseñanza; principio y denominación a partir de los que se infirió que todo en esas instituciones era “diferente” o “diferenciado” peyorativo con el que fueron también etiquetados los escolares que allí recibían atención, con estos antecedentes una población general de un nivel escolar muy bajo (más de un millón de analfabetos), heredada de los más de cuatro siglos de dominación extranjera, agregó al anterior otros términos igualmente inapropiados y un tanto más agresivos.
Los elementos antes expuestos y la necesidad de un período de tiempo relativamente largo que se requería para poder mostrar las potencialidades de los escolares como elemento probador de la efectividad de estas escuelas, coadyuvaron a que se fijaran más las percepciones segregacionistas sobre estas instituciones que los fines legítimamente integradores con que fueron creadas, resultando las que atendían escolares con retraso mental las más estigmatizadas en este sentido.
Sin embargo, desde su creación y hasta nuestros días, el fin de las escuelas especiales ha sido la integración plena de sus educandos a la sociedad, en absoluta correspondencia con la Constitución de la República que en su Artículo 42 declara: “La discriminación por motivo de raza, color de la piel, sexo, origen nacional, creencias religiosas y cualquiera otra lesiva a la dignidad humana está proscrita y es sancionada por la ley” (2008:21), es por ello que nuestro país garantiza la atención integral a los niños, adolescentes y jóvenes con necesidades educativas especiales, educándolos, como a todos, en el principio de la igualdad de los seres humanos.
Esta garantía constitucional, se refleja en la Ley Nº. 16 Código de la niñez y la juventud, en cuyo artículo 29 se expresa que “el Estado cubano, presta especial atención al desarrollo de las escuelas especializadas para niños con limitaciones físicas, mentales o con problemas de conducta, a fin de facilitarles, en la mayor medida posible y según sus aptitudes individuales, que además de valerse por sí mismos, se incorporen a la vida en sociedad”
Los elementos anteriores son ponderados por el Partido Comunista de Cuba; las Tesis y Resoluciones, aprobadas en su Primer Congreso (1975), expresan que la educación en Cuba tiene como fin “formar las nuevas generaciones y a todo el pueblo en la concepción científica del mundo, es decir, la del materialismo dialéctico e histórico; desarrollar plenamente las capacidades intelectuales, físicas y espirituales del individuo y fomentar en él, elevados sentimientos humanos y gusto estético; Convertir los principios ideológicos, políticos y de la moral comunista en convicciones personales y hábitos de conducta diaria; Formar en resumen, un hombre culto, apto, para vivir y participar activa y concientemente en la edificación del socialismo” .
En relación con los menores que presentan necesidades educativas especiales, en ese mismo año, el 1º de septiembre el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz expresó: “El socialismo no se puede desentender ni de uno solo de sus hijos, ni de uno solo de sus niños, ni de uno solo de sus jóvenes” (Ediciones OR Ciudad de La Habana. 1975:91)
De ahí que la Educación Especial cubana constituye un subsistema dentro del Sistema Nacional de Educación, con los que interactúa.
Como dependencias del citado ministerio, todas las escuelas de Educación Especial son estatales, cuentan con un creciente reconocimiento social y prioridad en su atención, en ellas se aseguran el acceso y gratuidad para todos a partir de un largo, minucioso y detallado proceso de evaluación personalizado de cada caso, que incluye además las condiciones del hogar y la comunidad de residencia del menor.
En todas se aplica el currículo básico de la Educación General, con algunas adecuaciones curriculares que son más significativas en el caso de las que atienden escolares con retraso mental y con asignaturas especiales en aquellas que atienden otras discapacidades como las auditivas y visuales.
En la actualidad, todas las escuelas especiales son transitorias, si bien inicialmente, las que se crearon para la atención a escolares con retraso mental, se concibieron para que los mismos egresaran con la preparación que les permitiera integrarse a la vida social y laboral, hoy es un hecho la posibilidad del tránsito a otras formas de continuidad de estudios en escuelas de otros subsistemas, siempre que las influencias de la escuela especial, las familias y la comunidad, apoyados en los avances de la ciencia y la tecnología, sean capaces de lograr el desarrollo de las potencialidades de cada escolar y de igual forma estén en condiciones de encauzar un trabajo cohesionado con las demás instituciones, sean o no del Ministerio de Educación.
De igual forma cuando se procede a la ubicación en un centro de producción o servicios de la comunidad como aprendiz de un oficio o como obrero, se incluye un plan de superación permanente en ese desempeño en correspondencia con la edad y potencialidades de cada egresado, al que da seguimiento la escuela, teóricamente por un período de dos cursos escolares, pero en la práctica es mucho más prolongado.
Aunque en el párrafo anterior queda expresado el fin con el que fueron concebidas las escuelas especiales para escolares con retraso mental, considero oportuno argumentar la necesidad de su creación desde solo tres elementos. A partir del interés y ocupación de la Revolución, desde sus inicios, por la escolarización de toda la población infantojuvenil:
Primero: se generaron grupos con matrículas en extremo altas, en aquellos grupos poblacionales grandes o con matrículas mínimas en poblaciones rurales y pequeñas, con niveles de desarrollo muy hetorégeneos en cuanto a grados escolares, la última situación originó los grupos multígrados.
Segundo: para atender esa escolarización masiva se convoca un masivo ejército de maestros de procedencias diferentes cuyo denominador común fue su actitud revolucionaria, decidida a contrarrestar su falta de preparación en la Pedagogía y ciencias afines.
Tercero: los elementos anteriores evidencian que los escolares con menos posibilidades en esos contextos estarían en posiciones muy desventajosas y con pocas garantías de desarrollar sus potencialidades, es decir literalmente corrían el riesgo de ser segregados ante el imperativo de atender la mayoría.
Estos elementos considero justifican la creación de las escuelas especiales, sin embargo en ningún momento se negó la posibilidad de casos excepcionales de maestros que con buena preparación pudieran atender escolares con retraso mental y se lograran en ellos habilidades básicas.
Tampoco se reprimió a las familias que se negaron a enviar a sus hijos a las escuelas especiales, se les trató de persuadir y a los que no se logró convencer se les garantizó su atención en las escuelas ordinarias, que dadas las condiciones que antes expresé no resultó óptima, pero que ha servido de antecedente, reflexión y motivación a la hora de pensar en la escuela inclusiva, tanto para los educadores como para los familiares de los menores con necesidades educativas especiales.
Los elementos anteriores ubican a nuestro país en una posición de vanguardia en esta problemática, muchos de los logros obtenidos a partir de 1959 en Cuba, aparecen como metas de eventos u organizaciones mundiales, como lo ilustran los ejemplos que aparecen a continuación.
Si bien el “Informe de Warnock (1978)”, resulta relevante por su carácter descriptivo y orientador, no es el primer evento en este sentido, otros como:
Todos citados por Erick GÓMEZ TAGLE LÓPEZ en su artículo “Legislaciones derivadas”, dan fe de ello.
Hoy se puede afirmar que la Educación Especial en Cuba desde su creación ha sido coherente con los acontecimientos internacionales relacionados con el tema que me ocupa, los que ha asumido sin renunciar a sus rasgos auténticos.
Ya en el año 1997, en “Educación Especial: Razones, visión actual y desafíos”, Bell Rodríguez Rafael, hace referencia a los aspectos anteriores cuando expresa:
“La concepción actual de Educación Especial en Cuba es el resultado de más de 35 años de experiencia y ardua labor en la comprensión y aplicación en nuestras condiciones, de los más renovados y modernos enfoques internacionales.
Y continúa expresando: “Se concibe la Educación Especial como un sistema de esuelas, modalidades de atención, recursos, ayudas, servicios de orientación y capacitación, puestos a disposición de los alumnos con necesidades educativas especiales, en grupos de riesgo, sus familias, educadores y el entorno en general” (1997:26).
Lo anterior presupone que la labor interna del subsistema se ha dirigido a preparar las instituciones y personal de los demás, a las familias y a la comunidad, para asumir conceptos como: “necesidades educativas especiales”, “integración”, “inclusión”, entre otros, labor en la que también han jugado un rol protagónico las Universidades de Ciencias Pedagógicas con el perfeccionamiento continuo de los planes de estudio de las diferentes carreras y los programas de postgrados.
El empleo en Cuba de los conceptos citados en el párrafo anterior no coincide con la creación de la Educación Especial, también ocurre así en el mundo, o sea, no se trata de que estemos importando conceptos, sino que es una muestra de la vinculación del desarrollo del país con el del mundo del que formamos parte y en el que se manifiesta la tendencia al logro de una educación más humanista, más social y por tanto más respetuosa de la individualidad de los que la reciben, de sus familiares y en cuyo empeño el empleo de términos absolutos y agresivos están llamados a proscribir.
Desde la década de los 80 del pasado siglo XX en Cuba se vio una clara orientación hacia la búsqueda de términos que reunieran las características añoradas, sin embargo resultaron muy diversos dada la pasividad de instituciones enfrascadas en la tarea, algunos de los propuestos resultaron extensos, al pretender expresar todo el contenido asumido por el concepto que pretendían nombrar, por otra parte, como integrantes de una comunidad mundial ocupada en la atención a la diversidad humana se requiere del empleo de conceptos universales que faciliten la comunicación en ese ámbito.
Es así que se asumen del ámbito internacional los conceptos necesidades educativas especiales, integración e inclusión, entre otros.
En la década de 1990 se realizan múltiples eventos, reuniones y congresos en los que se discute la problemática de la integración. En ese propio año se efectuó la Conferencia de Jomtien, y en 1994 se realizó la Conferencia Mundial de Salamanca, ambas de la UNESCO, y con esta última es que se universaliza el término necesidades educativas especiales.
En la literatura especializada pueden encontrarse varias definiciones del concepto Necesidades educativas especiales (NEE).
En el ámbito internacional, La Asociación Civil: "Educar, hoy" en su artículo “Educar en la Diversidad”, ofrece cuatro definiciones que presento a continuación:
En Cuba, selecciono la definición ofrecida por Arturo Gayle Morejón, y Carmen Lidia Cobas Ochoa, del material citado con anterioridad: Necesidades educativas especiales pueden ser temporales o permanentes, simples o complejas, originadas por el contexto social y cultural, asociadas a su historia educativa y escolar -inadecuados métodos de enseñanza y educación-, condiciones personales de sobredotación intelectual y de discapacidad psíquica, motora o sensorial. Su identificación y tratamiento tiene carácter contextual, y pueden estar relacionadas con uno o varios de los aspectos abordados u otras esferas y factores comprometidos con el desarrollo de la personalidad de los escolares.
Las definiciones anteriores coinciden en un grupo de elementos importantes que son posibles destacar a partir de la que presentan los autores cubanos, en la que aparecen muy explícitos y le imprimen, a mi juicio, un marcado carácter optimista y un acercamiento a considerar la necesidad como elemento de la diversidad: la duración, las causas, la complejidad, la variedad en cuanto a esferas comprometidas, destacando en este último elemento que las esferas pueden estar comprometidas también por sobredotación intelectual, este no aparece en ninguna de las anteriores.
Sin embargo volviendo a mis propias palabras que repito “un acercamiento a considerar la necesidad como rasgo de la diversidad”, no me deja satisfecho por cuanto, aún cuando los autores cubanos no declaran la presencia de dificultad, como las otras definiciones, la sustituyen por discapacidad, término que me sigue resultado absoluto e inherente al sujeto, por qué considerar la sobre dotación intelectual como condiciones personales y no lo aquí señalado como su opuesto, o sea, la discapacidad al menos como características intelectuales (o psíquicas), motoras o sensoriales. Llamarlas de esta manera compromete más a la sociedad con el proceso de equiparación.
Finalmente aunque no es mi objetivo por qué especificar que la sobredotación es intelectual, ¿no puede ser física?
Creo que en las diferentes definiciones, no se define, se trata de buscar las causas que implican las necesidades educativas especiales, que son precisamente las características especiales del desarrollo.
Por tanto las Necesidades educativas especiales pueden ser temporales o permanentes, simples o complejas, originadas por el contexto social y cultural, asociadas a su historia educativa y escolar -inadecuados métodos de enseñanza y educación-, características intelectuales, emocionales, físicas o sensoriales y sus combinaciones en las personas. Su identificación y tratamiento tiene carácter contextual, y pueden estar relacionadas con uno o varios de los aspectos abordados u otras esferas y factores comprometidos con el desarrollo de la personalidad de los escolares.
Por otra parte los conceptos Integración e Inclusión, resultan de los más discutidos, considero que si bien ambos aparecen casi simultáneamente en el tiempo, integración ha cedido la tribuna a inclusión y ocasionalmente se deja representar por este, de esta manera, algunos hasta identifican los conceptos o emplean uno de los vocablos en el intento por definir el otro, como puede apreciarse en EDUCACIÓN INCLUSIVA, donde Agustín Fernández y Paulina Godoy (2001), al abordar el tema de forma excelente afirman que “la finalidad fundamental de la educación escolar es promover el desarrollo de una serie de capacidades y la apropiación de determinados contenidos culturales necesarios para que los alumnos puedan participar e integrarse en su medio sociocultural.
Aunque también la problemática en este sentido cobra mayor relevancia hacia los finales de la segunda mitad del siglo XX, desde la primera mitad, ya constituía una alerta en la obra de L. S. Vigotski, en la que leo “El trabajo, de esta manera y hasta el momento, sigue sin estar vinculado ni en el aspecto teórico ni en el práctico con los fundamentos generales de la educación social y con el sistema de instrucción pública… La tarea consiste en vincular la pedagogía del niño con defecto (…) con los principios generales y los métodos de la educación social y encontrar el sistema que lograría enlazar la pedagogía especial con la pedagogía de la infancia normal” (1989:41).
Para Arturo Gayle Morejón y Carmen Lidia Cobas Ochoa, la integración “es la consecuencia del principio de normalización, es decir, el derecho de las personas con discapacidad a participar en todos los ámbitos de la sociedad recibiendo el apoyo que necesitan en el marco de las estructuras comunes de educación, salud, empleo, ocio y cultura, y servicios sociales, reconociéndoles los mismos derechos que al resto de la población”.
Adriana Silvia Wajsam y Alejandra Glaze, realizan una compilación acerca de la inclusión que llega hasta nuestros días a través de un proceso, en tal sentido expresan que: “En los últimos años, culminando un largo proceso de elaboración y acción que comenzó en los años 60, se ha consensuado en el ámbito internacional un nuevo paradigma ideológico conceptual definido por dos elementos claves: inclusión y Derechos Humanos, conceptos que significaron toda una revisión de las políticas tanto educativas como sociales y que cada país ha ido incorporando, en la medida de sus posibilidades, en instrumentos como programas, servicios sociales y asistencialismo, para cada clase de discapacidad, respetando y aceptando sus diferencias y aptitudes.”
Por inclusión educativa se asumen diferentes definiciones, de las que expongo algunas:
Agustín Fernández, en el artículo EDUCACIÓN INCLUSIVA: “ENSEÑAR Y APRENDER ENTRE LA DIVERSIDAD” expresa: Por "inclusión entendemos el proceso mediante el cual una escuela se propone responder a todos los alumnos como individuos reconsiderando su organización y propuesta curricular. A través de este proceso la escuela construye su capacidad de aceptar a todos los alumnos de la comunidad que deseen asistir a ella y de este modo, reduce la necesidad de excluir alumnos".
Esa misma definición es compartida por La Asociación Civil, y así lo expresa en "Educar, hoy”.
Por su parte Barton (1998:85), expresa: “Inclusión es un proceso. La educación inclusiva no es algo que tenga que ver meramente con facilitar el acceso a las escuelas ordinarias a los alumnos que han sido previamente excluidos. No es algo que tenga que ver con terminar con un inaceptable sistema de segregación y con lanzar a todo ese alumnado hacia un sistema ordinario que no ha cambiado. El sistema escolar que conocemos – en términos de factores físicos, aspectos curriculares, expectativas y estilos del profesorado, roles directivos – tendrá que cambiar. Y ello porque educación inclusiva es participación de todos los niños y jóvenes y remover, para conseguirlo, todas las prácticas excluyentes”
López Machín, Ramón en su artículo “Igualdad de oportunidades en el sistema educativo” sintetiza las definiciones anteriores al expresar “La inclusión no es una estrategia destinada a ayudar a las personas a encajar en los sistemas y las estructuras existentes en nuestras sociedades: la inclusión se propone transformar estas estructuras y estos sistemas de manera de hacerlos mejores para todos. La inclusión significa crear un mundo mejor para todos".
En Blanco y Duk, (2000), UNICEF, UNESCO, se xpresa “la educación inclusiva implica que todos los niños y niñas de una determinada comunidad aprendan juntos independiente de sus condiciones personales, sociales o culturales, incluso aquellos que presentan discapacidad”.
Este modelo de escuela hace efectivos los derechos a la educación, la igualdad de oportunidades y a la participación ya que no pone requisitos ni mecanismos de entrada, selección o discriminación de ningún tipo. No se trata de reconvertir la educación especial para aplicar sus modelos en la escuela regular, más bien se trata de una modificación profunda de la estructura, funcionamiento y propuesta pedagógica de las escuelas para dar respuesta a las necesidades educativas de todos y cada uno de los alumnos de forma que todos tengan éxito en su aprendizaje y participen en igualdad de condiciones.
Considero que las definiciones dejan bien claro que la inclusión es primero que todo un proceso permanente, que en la medida que evolucione la sociedad debe evolucionar, de ahí que en segundo lugar la inclusión es un derecho humano, por tanto, el hecho que se hable de “educación inclusiva”, no lo limita a las instituciones educativas, por tanto la inclusión tiene un contenido más universal que está a nivel de cada sociedad, por lo que cada país debe diseñar el sistema de inclusión no solo desde el sistema escolar, sino desde todas las influencias educativas de los sectores sociales, incluida la familia.
No obstante asumo y defiendo el rol protagónico que corresponde al sector educacional por lo extenso que resulta, por la cantidad de ciudadanos sobre los que pude influir, por su nivel de preparación, porque están llamados a orientar las potencialidades y los valores de la diversidad humana y porque los profesionales de la educación constituyen un ejército de comprensión y ternura capaz de darle a la inclusión el significado que le atribuye López Machín, Ramón, cuando expresa y reitero: “La inclusión significa crear un mundo mejor para todos”.
CONCLUSIONES
A partir del 1º de Enero de 1959, la sociedad cubana se enfrentó a un cambio radical en múltiples esferas, entre las que destaca la educación, declarándose su carácter universal y desarrollándose una asombrosa campaña de alfabetización que concluyó en su primer momento el 22 de diciembre de 1961. Hoy el programa de alfabetización “Yo sí puedo”, elaborado en Cuba muestra resultados incuestionables en numerosos países del mundo.
Cuba ha sido sede de importantes eventos educacionales de carácter internacional entre los que destacan los “Congresos Internacionales de Pedagogía” cada dos años que alternan con el evento también internacional del Centro Latinoamericano de Educación Especial (CELAEE), en los que exponen las experiencias y perspectivas educacionales del país entre las que resultan llamativas las de educación especial, a través de esos eventos, los participantes, cubanos y extranjeros visitan centros educacionales donde corroboran las experiencias que se someten a debate en los congresos.
La educación especial en cuba constituye un modelo en el que se sistematizan los intereses de la sociedad, los avances más significativos de la Filosofía Marxista Leninista la Sociología, la Pedagogía y la Psicología tanto generales como especiales, lo que le confiere su carácter auténtico, estable y dialéctico,
Cuba está dispuesta al intercambio en materia de Educación Especial con el único fin de lograr como plantea Ramón López Machín, adecuando las palabras de Fidel al contesto de la “Inclusión Educativa”: “un mundo mejor para todos”.
BIBLIOGRAFÍA
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KLINGBERT, LOTHAR. Introducción a la Didáctica General. Editorial Pueblo y Educación, La Habana, Cuba, 1985.
LÓPEZ MACHIN, RAMÓN. Diversidad e igualdad de oportunidades en la escuela. Edit Pueblo y Educación, La Habana, Cuba, 2006
VIGOTSKI, L.S. Obras Completas Tomo V, Fundamentos de Defectología. Editorial Pueblo y Educación, La Habana, Cuba, 1989.
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