Raquel Regueira Romero
Universidad en Ciencias Pedagógicas “Frank País García” Santiago de Cuba
Facultad Educación Infantil, Profesora, Departamento de Educación Especial
raquelrr@ucp.sc.rimed.cu
Ana Esther Biceth Rodríguez (CV)
Hospital Materno Norte
Enfermera y profesora de la carrera Lic Enfermería, Departamento de Noenatología
Universidad en Ciencias Pedagógicas “Frank País García” Santiago de Cuba
ntellez@ucp.sc.rimed.cu
RESUMEN
El presente artículo tiene como propósito reflexionar en torno a las características del escolar primario con alteraciones del comportamiento y el rol del maestro logopeda en formación para desarrollar la labor preventiva desde el tratamiento logopédico.
Términos: Conducta, alteraciones del comportamiento, maestro logopeda en formación.
BREVE CONCEPTUALIZACIÓN TEÓRICA ACERCA DE LA CONDUCTA
La conducta ha sido abordada por diferentes corrientes psicológicas y se han perfilado sus referentes en lo relacionado con los trastornos de la conducta. Para el Dr C. alemán Grossmann en su definición de los Trastornos de la Conducta en Niños, el concepto de conducta aparece como las relaciones del individuo con el medio social, caracterizándose estas por sus posiciones, intereses y motivaciones. Partiendo de este concepto puede apreciarse que una conducta normal es lo único que le posibilita al hombre adaptarse a las exigencias típicas de la sociedad.
La conducta es el arte y la forma individual de comunicación social, interacción y cooperación del individuo. Se caracteriza por reflejar los objetivos, motivaciones y enfoques de cada individuo. Algunos autores plantean, la conducta es la manifestación externa de la personalidad pero expresa conocimiento, sentimientos, decisiones y motivaciones. Esta varía con el desarrollo del individuo a causa de las experiencias que va adquiriendo e integrando en la vida.
Esta es aprendida, es adquirida en el curso de la vida de cada sujeto. El comportamiento humano no es una simple respuesta o reacción a los estímulos externos en calidad de condicionantes directas como proclama el conductismo. Es indudablemente, algo mucho más complejo. Lo que el hombre hace, como se conduce, no es una reacción mecánica, ni un mecanismo instintivo, es una conducta aprendida, determinada por la interacción activa del hombre con su realidad inmediata, con sus condiciones sociales de existencia. El hombre es ante todo, sujeto de las contingencias, sujeto activo de la transformación del mundo circundante y de su auto transformación.
Las decisiones, como momento más importante de auto transformación en la conducta expresan en sí misma la unidad de lo cognitivo y de lo afectivo porque no se actúa solo por lo que uno sabe o conoce sino por el grado de motivación de la comprensión. Este grado de motivación tiene en su base el sistema de necesidades y motivos que imprimen la energía necesaria a todo comportamiento.
Se tiene en cuenta a la infancia como el período de la humanización donde se produce un proceso de maduración y aprendizaje. Sin embargo además de la maduración es necesario el aprendizaje.
La maduración nerviosa en el desarrollo es general puede ser cronológicamente situada independiente del ambiente exterior. La maduración prepara el terreno pero si sobre ella no se siembran estímulos sociales la personalidad humana se forma con deficiencias. Para que progrese la personalidad del niño(a) son necesarios dos factores: maduración nerviosa más estimulación adecuada.
Cuando la estimulación coincide con los períodos sensitivos o de maduración de un niño(a), el aprendizaje es rápido y perfecto y produce sentimientos de triunfo, alegría y bienestar.
Los nuevos estímulos son recibidos en cada individuo según:
Sus reacciones a estímulos exteriores.
Los engranajes que haya establecido socialmente: reacción defensiva, noción de peligro, agresividad socializada, relaciones.
Sus memorias de situaciones anteriores que se enriquecen con la asociación e interpretación de todo lo vivido.
Grado de necesidad afectiva y de relación con la expresión que va adquiriendo.
Recursos de adaptación. Ante una situación traumática, violenta, existe una distorsión conductual, es decir, se produce una desorganización de la personalidad.
Las alteraciones de la conducta tienen como causas los estados vivenciales angustiosos, Betancourt( 2004). Estos generan en los escolares diversas manifestaciones que pueden entorpecer o no sus saberes o aprendizajes sociales.
La Dra.C Fowler (2004) refirió los niveles de alteración de la conducta:
Dificultades en la conducta o en el comportamiento.
Problemas de conducta o en el comportamiento.
Trastornos de conducta.
La alteración de la conducta implica la transgresión de las normas de relación interpersonal y social aceptadas por un grupo determinado, bien sea la familia, el colegio o la sociedad en general. Ya sea de manera esporádica o estable. Supone, por tanto, en primer lugar la violación de un código concreto; en segundo lugar, implica no respetar los derechos básicos de los demás y, por último, tiene un carácter perturbador para otras personas.
La primera etapa escolar
La etapa más moldeable es la primera etapa escolar. En el área afectiva, estos niños(as), manifiestan necesidad de afecto, torpeza en la demanda del afecto y se deprimen y se frustran con facilidad, debido a la falta de modelos positivos que le permita el aprendizaje de las conductas correctas. Tienen pobre autocontrol que afecta el desarrollo de convicciones e ideales, así como el desarrollo de la autovaloración y la autoconciencia.
El déficit atencional por estados de tensión y las manifestaciones de ansiedad y angustia son considerables. Los niveles de realización y éxitos son ambivalentes, algunas veces actúan bien y otras fracasan.
Como pueden apreciar aunque el intelecto es normal la sintomatología general de las afectaciones en el área afectivo motivacional se evidencian a través de la ansiedad, muchas veces por el aumento de exigencia.
En este sentido, se debe tener clara la concepción general acerca de la enseñanza y la educación a estos niños (as). La acción interrelacionada del proceso enseñanza y educación tiene un carácter correctivo compensatorio. En él se deben entrelazar de forma adecuada tanto el desarrollo de conocimientos, hábitos y habilidades, como el desarrollo de intereses, motivaciones y modos de actuar socialmente aceptables.
La correcta caracterización por parte de los especialistas para la comprensión más exacta de las potencialidades de los escolares, partiendo no solo de qué saben, sino qué es lo que le queda por saber y cómo lo pueden saber mejor, constituye el punto de partida para establecer de formas objetiva las estrategias de intervención más específicas. Debe propiciarse un proceso de enseñanza que coadyuve a la transformación social y personal.
Se trata de una actividad socializadora, orientada hacia la formación de motivos e intereses para una actuación consciente y hacia el desarrollo de cualidades positivas de la personalidad, y hacia la enseñanza de la toma de decisiones para realizar una acción y no otra lo cual implica una forma de conducta determinada.
Procesos de comunicación del escolar con alteraciones de la conducta y el papel del maestro logopeda en formación
El proceso de comunicación representa la expresión más completa de las relaciones humanas. Mediante ésta el hombre sintetiza, organiza y elabora de forma cada vez más intensa toda la experiencia y el conocimiento humano que obtiene como individuo en la sociedad.
En la comunicación interpersonal, cada participante percibe al otro, como un sujeto, este intercambio de relaciones recíprocas fortalece o cambia la conducta de los que se comunican, provocan la activación bilateral de sus esfuerzos, con el objetivo de resolver, lo más rápidamente posible un problema común en ella, cada uno sirve al otro para servirse a sí mismo.
Desde el punto de vista empírico, la adecuada comunicación implica que exista una convivencia tranquila, ya que mediante ésta se pueden comprender, conocer y aceptar las personas.
En este mismo sentido, B. F. Lomov plantea que en las condiciones de comunicación se forma cierto mecanismo general, que une las acciones del sujeto y el resultado de la comunicación se relaciona ante todo con uno u otro cambio en la conciencia, la conducta y las propiedades psicológicas de los participantes.
Por lo tanto en la comunicación se descubre el mundo subjetivo de los niños (as) y mediante la misma se recibe información de los intereses, motivos, fines y formas de conducta de los niños(as) que posibilitan al maestro conocer, controlar, modificar, estimular y en fin trazarse vías concretas de actuación para individualmente trabajar; atendiendo a las particularidades de su comportamiento y la autorregulación.
Por lo que el maestro logopeda en formación al enseñar a los niños(as) autorregular su actuación, mediante la atención preventiva a la comunicación le permite establecer un sistema de influencias que implica una intensificación en la acción terapéutica de manera que los niños(as) conozcan y comprendan siempre qué hacer, cómo hacer y por qué, enseñándosele a tomar decisiones acertadas y a proponerse objetivos socialmente valiosos.
Se utiliza en todas las actividades logopédicas los mecanismos de orientación, regulación y reforzamientos que posibiliten el enfoque sistémico y correctivo compensatorio en los niños(as).
Los niños(as) deben comprender la utilidad de las normas y exigencias que se enseñan teniendo una participación activa y dinámica en el análisis de esta; de manera que puedan reflexionarlas y les resulten claras y exactas. En este sentido desde la atención logopédica se puede producir las habilidades comunicativas necesarias para que los niños(as) reflexionen, desde lo individual y grupal, sobre las normas de conducta y su comportamiento.
Resulta importante en el aprendizaje de la norma de conducta correcta, establecer mecanismos que interrelacionen la percepción, la acción del área periférica y el lenguaje. El niño(a) tiene que aprender haciendo y reflexionando sobre la acción que va a realizar y es importante que sienta satisfacción por lo que hace.
Es importante tener en cuenta que cuando el niño(a) logra desarrollar la autovaloración se hace necesario que los agentes socializadores tengan una incidencia positiva en el desarrollo de la misma (autovaloración), pues ésta constituye el elemento necesario también para la autoconciencia. La autovaloración está presente en todo acto de conducta, es un factor importante en la orientación del comportamiento. El carácter de la autovaloración determina la formación de ciertos rasgos de la personalidad, sufriendo transformaciones específicas de acuerdo con la edad.
Es comprensible la idea de que para lograr un estado psíquico normal es sumamente necesario estar de acuerdo consigo mismo, es decir, saber autovalorarse adecuadamente y tener una idea correcta de las propias posibilidades.
Las valoraciones que hacen los demás de la actividad de los niños (as) y el valor que dan a los resultados de su actividad son elementos fundamentales para desarrollar en ellos la autovaloración, a través de los métodos educativos.
El maestro logopeda en formación deberá tener en cuenta los componentes básicos en el aprendizaje de las normas de conducta correcta, que implican los conocimientos, los hábitos y las habilidades adquiridas por los niños(as) cuya asimilación es necesaria para el cumplimiento exitoso del tratamiento logopédico Así se motiva la comunicación positiva y se preparan a estos para llevarla a cabo.
La labor del maestro logopeda en formación se establece desde la prevención vista esta como un proceso que se elabora conscientemente desde la política social, y cuyo desarrollo comporta el compromiso de accionar transformadoramente la realidad, prevenir implica compromiso para la transformación de la realidad detectada de manera consciente.
En la actualidad el proceso preventivo que desarrolla el maestro en formación posee una dimensión legal contenida en los decretos y resoluciones, fundamentalmente en lo referido a los núcleos básicos y a las cinco prioridades del trabajo preventivo desde el marco escolar ellos son: alumnos que no cumplen con los deberes escolares, situación familiar compleja y las Medida de Atención Individualizada.
La prevención conlleva en este marco el diseño de las acciones de intervención desde la implementación del Programa Director para la Formación de Valores, iniciado en el curso escolar 2007/2008 y que en la actualidad marca el funcionamiento de la escuela y de los docentes en las diferentes agencias socializadoras del desarrollo.
Ahora bien el proceso de formación de la conducta desde el actuar de los docentes se necesita potenciar la función de orientación, desarrollando una orientación que implique la enseñanza de patrones positivos de actuación mediante el ejemplo personal, aspecto este que deberá contener el maestro logopeda en formación en sus modos de actuación en los diferentes contextos.
El proceso de enseñanza y educación de los alumnos con alteraciones del comportamiento fracasaría si se limita a un conjunto de medidas externas de influencias sobre el educando, ignorando su modo interior, sus necesidades, sus pensamientos y aspiraciones.
Cuando el niño(a) participa activamente en la actividad y en todo el proceso educativo conoce más rápidamente e interioriza qué se espera de él, cuál debe ser el producto de su actividad y en qué medida ha alcanzado los resultados esperados. De este modo renace el interés y el empeño por la autodirección, se va logrando una conciencia de sí y mayor estima, desarrollándose las posibilidades de autovaloración y la capacidad de autocontrolar la conducta.
Importante resulta que en las actividades en grupo se brinden posibilidades de comunicación de manera que se desarrolle la socialización y las relaciones interpersonales. Es necesario además, reflexionar y decidir las normas apropiadas para todos.
La unidad de criterio y de acción en el colectivo pedagógico de todo el sistema de influencias educativas y correctivas compensatorias debe verse reflejada en la calidad de la organización plena de la actividad de aprendizaje; en la que tanto la dirección como la estimulación de la actividad cognoscitiva juegan un papel fundamental.
CONCLUSIONES
En la práctica educativa cubana, unas de las problemáticas que más predominan son las alteraciones del comportamiento expresadas fundamentalmente por la hiperactividad, la inadaptación social y la timidez, se hace necesario ofrecer una esmerada atención educativa al universo de niños (as) portadores de las mismas.
La atención a dichas alteraciones del comportamiento, obliga a rediseñar el diagnóstico que debe realizar el maestro logopeda a través de la exploración logopédica, para convertirlo en una útil herramienta de trabajo en su desempeño.
El papel del maestro Logopeda en formación para corregir y/o compensar las alteraciones del comportamiento que presenten estos escolares, está muy relacionado con la labor que debe realizar conjuntamente con la familia y la comunidad a fin de realizar el trabajo preventivo en su primer nivel.
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