Yudith Miranda Torres (CV)
ymiranda@ucf.edu.cu
Vladimir González Fernández
RESUMEN
Utilizando los testimonios de los exalumnos de la escuela y la revisión de la escasa bibliografía sobre el institución que existe en estos momentos , por primera vez en la historia se resumen aquí las características de las prácticas pedagógicas en el Colegio Eliza Bowman que si bien informan sobre las exigencias del momento dan a conocer la manera en que concibió la formación de sus estudiantes y la estructura interna de sus prácticas, las diferentes actividades tanto curriculares como extracurriculares que se llevaban a cabo en la institución . En este trabajo se revela las características de una institución que marcó un hito en la educación de Cienfuegos.
Palabras claves: Curriculum, Historia, prácticas, educación, Cienfuegos, pedagógicas.
The pedagogical practices in Eliza Bowman Collage in Cienfuegos. Reconstructions from memory
Abstract
Using the testimonies of the students that have studied in the school and a review of the few documents that exist about the institution, for the first time in history, there is a summary of the characteristics of the pedagogical practices in Eliza Bowman College reporting on the demands of the moment, knowing how they conceived the training of their students and the internal structure of their practices, the different activities not only curricular but also extracurricular activities, both taking place in the institution. This research reveals the characteristics of an institution that marked a milestone in education of Cienfuegos.
Key words: Curriculum, history, practices, education, Cienfuegos, pedagagic.
INTRODUCCIÓN
El origen de la presente investigación tuvo lugar en los módulos curriculares de la Maestría en Teoría y Práctica de la Enseñanza del Inglés Contemporáneo, en su tercera edición, que se imparte en los salones de la Universidad Carlos Rafael Rodríguez de Cienfuegos de la República de Cuba. En estos escenarios se realizaron profundos análisis de la enseñanza y aprendizaje del idioma Inglés a través de la historia en la isla y en el resto del mundo. Estos por supuesto abarcaron tanto el papel trascendental jugado por importantes personalidades, lingüistas y no lingüistas; como por instituciones escolares pioneras de dicha enseñanza. Una buena parte de los temas discutidos provenía de las instituciones religiosas privadas que, sin lugar a duda, les merece un gran mérito.
Al calor de estas ideas estudiantes y profesores de esta Maestría, enamorados de la idea alentaron la investigación sobre el papel jugado en la enseñanza del Inglés en estas instituciones, se dieron a la tarea de diseñar un estudio histórico al respecto: tomando en consideración que por un lado el estudio de la historia de la escuela es un tema que en los últimos años ha logrado la atención de varios especialistas de todas las latitudes. Y por otro, reconociendo la importancia que se concede a la escuela para lograr los objetivos formativos de cada sociedad, cuestión esta que ha sido probada por la historia de la educación universal, continental y nacional.
A este interés se suma, la necesidad de incorporar los análisis contemporáneos de la escuela en busca de las regularidades y tendencias de época que aún hoy, son totalmente válidas y conforman la didáctica de la institución escolar. En este marco las consideraciones epistemológicas de la investigación histórica educativa están potenciando el empleo del testimonio como fuente que informa sobre la memoria, el recuerdo que queda en los sujetos respecto al currículo escolar sobre todo por la trascendencia formativa que ha tenido en ellos. Sin embargo, aún cuando en estos estudios la práctica puede revelar contradicciones con el discurso teórico planteado en documentos, la legislación y decretos estatales, el contraste de esto puede significar un elemento esencial para entender los problemas educativos de cada momento, pero esto exige el ajuste crono-espacial de la investigación, situada aquí en el siglo XX cubano y sus especificidades en Cienfuegos.
DESARROLLO
Escudriñar el pasado para desentrañar la memoria de las práctica pedagógicas obliga en primer lugar a develar los recuerdos de aquellos que fueron sujetos de ellas pero también es preciso entender que en una institución escolar las prácticas pedagógicas están reguladas por las estructuras y funciones creadas para concretarlas, por eso interesa aquí explicar este particular como característica del Colegio Eliza Bowman.
Para esta fecha la escuela cubana había asumido el modelo de escuela graduada en la cual se establecen los grados y niveles educativos como forma organizativa del colegio. Estos estuvieron definidos por el carácter progresivo de la enseñanza, sistematizando en la graduación de los estudios y aplicando los mismos criterios de la administración científica imperante en este período.
Sin embargo, su estructura organizativa, estaba sustentada en dos departamentos docentes, el Departamento de Español y el Departamento de Inglés.
Los alumnos fueron distribuidos desde tres variantes docentes diferentes establecidas en, 1924, otra en 1937 y otra en 1944. En las dos primeras, el alumno haría sus estudios primarios según la preferencia e interés –del padre- por la enseñanza en idioma español o idioma inglés, perteneciendo así al departamento de Español o al Departamento de Inglés. Luego, de concluir sus estudios elementales el alumno podía o no continuar -en el colegio- en la segunda enseñanza, para de esta manera cursar cuatro años de la misma.
De esta manera la graduación escolar se hacia corresponder con la orientación fundamental del currículo hacia el aprendizaje del idioma Inglés. En este sentido el funcionamiento del colegio se caracterizó por una rigurosa programación de la enseñanza (Plan de Estudio) que incluía una determinación absoluta que precisó tanto de los contenidos educativos de cada nivel –que quedaban encadenados progresivamente -desde el Kindergarten hasta el Junior High School- como de los recursos y procedimientos utilizados por el profesorado para desarrollar y evaluar dicha enseñanza.
La escuela contaba con un complejo –pero muy bien elaborado- programa cuyos grados, materias, horarios, espacios y medios pedagógicos estaban perfectamente ordenados y concebidos por la dirección y los maestros.
A pesar de la gran extensión superficial de su terreno, sus edificaciones y su matricula; la estructura administrativa –regida por la Junta de Misiones- era muy simple. Sólo dos cargos conformaban esta estructura directiva que se justificaba por las rigurosas exigencias de formación requeridas para estos quehaceres.
La máxima responsabilidad recaía sobre la Directora cuyas funciones eran múltiples y abarcaban varias esferas como: llevar la supervisión y coordinación de la enseñanza, la disciplina general de todos, toda la gestión económica, la representación ante el público, la atención del ingreso estudiantil, asimismo debía visitar clases, en caso necesario, hacer observaciones a los maestros sin la presencia de los niños presentes, entre otras muchas que llevaban en su currículo más de funciones administrativas que de pedagógicas, esto no quiere decir que hay referencias que alguna que otra directora impartiera, al menos, media hora de clases por semana.
Como rigor de este cargo se había establecido que la directora tenía la tarea de redactar el informe final y dar cuentas a la Junta Municipal de Educación y a la Conferencia Anual de la Iglesia Metodista encargada de recepcionar los informes docentes del curso escolar de todos los colegios -de su tipo- establecidos por todo el mundo.
Otro cargo -el segundo en importancia- en esta escuela era la de Secretaria Ejecutiva, la cual se encargaba junto a la directora del ingreso estudiantil, además de redactar las actas, extender los certificados de graduación, custodiar el archivo, la recepción de la correspondencia, así como impartir el curso de Mecanografía, entre otras muchas cuestiones más bien de índole burocrático. De esta manera quedaba establecida la dirección del plantel, que contaba además con un competente claustro de maestros que se analizará a continuación.
El rigor y la ejemplaridad profesional de las directivas constituía un elemento notable para garantizar la organización y el buen funcionamiento del colegio, la definición clara de las funciones y tareas y el control permanente a todos aquellos aspectos que podían afectar la excelencia eran factores claves del éxito. Las regias directivas se mantenían en el cargo por mucho tiempo por ello se podía conocer bien su labor y llegar a establecer vínculos muy personales con padres, instituciones y asociaciones locales con los cuales establecían relaciones de trabajo sustentadas en la seriedad y el cumplimiento de los acuerdos planteados.
En cuanto al trabajo de los Maestros, siempre se contó con un prestigioso cuerpo docente conformado por pedagogos cubanos y americanos –titulados- de una gran experiencia en la obra de la docencia. Educadores inolvidables que dieron sus mejores esfuerzos a la niñez y juventud cienfueguera que pasaron por sus aulas.
Las condiciones de trabajo que se estipulaban para estos y especialmente, los márgenes de autonomía que se determinaban para el desarrollo de sus funciones, indican una profunda confianza en su capacidad y libre iniciativa, eso si, siempre dentro de un marco perfectamente regulado y predeterminado.
Cada profesor tenía la dirección de su capacidad para instruir y educar a sus alumnos con arreglo a buenas y modernas prácticas de la pedagogía y a tenor de los programas, así tanto en ejercicios teóricos como prácticos, era libre de adoptar los métodos de enseñanza que creía más conveniente y podría seguir los procedimientos y prácticas que prefiriese o los mejores para cada una de las materias o asignaturas dentro del espíritu fundacional del colegio, y por supuesto las regulaciones relacionadas -en este menester- por la Junta de Educación. Igualmente tenía el deber de evaluar a sus alumnos al grado correspondiente.
Al finalizar el curso debía redactar el informe promocional de su(s) grupo(s) y entregarlo a la directora, quien elaboraría el informe final del progreso de la enseñanza y más tarde lo enviaría a la Junta de Misiones de la Iglesia Metodista en New York. El maestro además debía prestar atención a las dificultades y necesidades que surgían en la didáctica educativa de cada curso escolar, exponiendo cuantas observaciones juzgara oportunas para obtener mejores resultados el curso siguiente.
De su labor se evaluaría, en el orden pedagógico, los adelantos de sus alumnos, su comportamiento, así como por la disciplina laboral y su conducta para con sus educandos. Como es de suponer este resultaba uno de los aspectos claves de la excelencia que se ofrecía como garantía para quienes estudiaran en el colegio y ciertamente funcionaba en la práctica al punto de ser reconocido entre padres y escolares.
El colegio contó también con el reconocido y esforzado trabajo de otras personas que aunque no fueran maestros, inspiraban respeto por su consagración a las disímiles actividades de servicio y mantenimiento que realizaban. Este personal auxiliar se caracterizaba por no ser muy numeroso en grupo pero si practicar el multi-oficio. Un jardinero, un cocinero y dos choferes clasificaban en esta categoría. Ellos aún cuando tenían un importante papel en la vida de la escuela no participaban del proceso educativo y se les exigía el distanciamiento necesario propio de su labor.
Un aspecto significativo en este sentido se relaciona con la limpieza de los locales. Esta se les encargaba a madres y alumnos de pocos recursos económicos que retribuían sus estudios con estos trabajos de servicio, se podían encargar además de la custodia del ómnibus, entre otras actividades. Esto claro esta respondía a una estrategia económica que además se relacionaba con la ayuda social, oportunidad que fue aprovechada por algunas familias que luchaban por mejorar su situación de clase y veían en la educación de sus hijos una importante oportunidad.
El trabajo educativo y formativo en el Colegio Eliza Bowman pretendía una educación integral, armónica y progresiva, enfocada al desarrollo gradual de las facultades del niño e impartida con un carácter eminentemente práctico, poniendo especial atención en el desarrollo de los principios religiosos, morales y patrios, que capacitara a los alumnos como elemento regenerador de la vida nacional. Asimismo disponía de una metodología sentada en las bases teóricas educativas que asumían los conceptos renovadores más significativos de comienzos de siglo.
El sentido formativo de la enseñanza se alineaba en la corriente formativa de de la época en la que se trataba de preparar al niño para la vida futura, configurando las influencias educativas como un anticipo de lo que tendría que enfrentar mas adelante; así las regulaciones organizativas y disciplinarias, el curriculum académico y las actividades socioculturales eran consideradas escenarios educativos básicos por lo que debían ser estrictamente organizados y desarrollados. En este fin la regulación de las actividades con un horario establecía un ritmo coherente con el que debían cumplimentar en sus grupos o clases sociales: el estudio era la actividad fundamental pero debían aprender un arte y oficio (Corte y Costura, Taquigrafía y Mecanografía) eran asignaturas que se podían cursar en el colegio .
La enseñanza se desarrolló en dos departamentos, el de Español y el Departamento de Inglés, además del Kindergarten. La duración de las clases se fijaba en tres horas y media por la mañana y tres por la tarde.
El currículo del Departamento de Español incluía todas las asignaturas que formaban parte del sistema educacional nacional cubano como era el caso de: Aritmética, Gramática Española, Geografía de Cuba y del Mundo, Lectura, Historia de Cuba, Ortografía, Fisiología, Geometría, Educación para el Hogar, Agricultura, Instrucción Moral y Cívica, Escritura, Dibujo y Cantos; además se impartía la especialidad de Inglés, la instrucción religiosa , Educación Física, Corte y Costura y Trabajo Manual. Para el Departamento de Inglés la mayoría de las asignaturas eran todas aquellas que respondían a los estudios de la primera o segunda enseñanzas –según año de ingreso- organizada bajo el mismo plan de estudio que se ofrecía en escuelas públicas de los EE.UU. y que optaban por el estudio de: Historia de Cuba y de los Estados Unidos de América, Reading (Lectura), Gramática Inglesa, Composition (Escritura), Álgebra y Science (Ciencia), entre otras como: Español, Geografía de Cuba y del mundo y la Biblia.
Cierto es que tales definiciones curriculares informan de una integralidad cultural que supera el marco del modelo oficial, tal como era permitido los colegios privados debían cumplir con el plan de estudios oficial pero tenían la posibilidad –en virtud de su legitimo derecho como centro probado- de ofrecer otras opciones académicas o formativas de las cuales se responsabilizaban una vez aprobado por las estructuras superiores.
La distribución horaria de estas materias respondían a la aplicación de criterios racionales con vista a la máxima eficacia: las asignaturas que exigían un mayor esfuerzo se ubicaban en las mañanas, se alternaban las disciplinas de abstracción con las técnicas o manuales, y se colocaban al final del horario las consideradas fáciles, existiendo una configuración estable en cuanto a la ubicación en el horario. Las asignaturas de Lectura, Lenguaje, Matemática siempre se encontraban en los primeros tiempos de clases, antes del receso, dejando así a las disciplinas más suaves como Historia y Trabajos Manuales para los últimos tiempos. Se trataba de obtener el máximo rendimiento escolar a partir de la compensación entre esfuerzo y descanso, alternancia entre fatiga y recreo.
El carácter especializado que se quería dar a la enseñanza preescolar (Kindergarten) evidencia la importancia concedida a este primer nivel educativo, criterio concebido para este período. Prueba de ello es la definición que debería presentar la maestra elegida para ocupar este puesto: quién además de ser titulada esta debía tener conocimientos de reglas de moral, nociones de Fisiología, Letras y Números, Psicología Infantil, piano, juegos, Trabajos Manuales, Deberes y Formas de Cortesía y Canto.
Esta enseñanza procuró el desenvolvimiento del niño en sus tres órdenes: físico, mental y moral. Este curso no sólo ofreció el progreso de las facultades de la mente, sino una buena oportunidad en la que el niño podía aprender el inglés y el español intuitivamente por medio de cuentos, juegos y cantos que a diario se empleaban en ambos idiomas. Se atendió también a que la mano tuviera facilidad en el movimiento; y se adquirieran además los hábitos de orden, atención y precisión.
El soporte fundamental del curriculum es el material escolar, el Colegio Eliza Bowman -en su carácter de escuela privada- tenía para estos menesteres sus propios requerimientos. Previo al comienzo del curso escolar se informaba a los padres de los alumnos los útiles escolares y el centro comercial donde se podían comprar estos. Como es lógico el material se ajustaría al nivel de estudio del niño y al departamento en el que el mismo se encontrara. Los textos y materiales del Departamento de Español serían los mismos que fueran utilizados para la Educación Pública de nuestro país. La diferencia relacionada con los materiales escolares estaría en los libros de textos para la enseñanza del inglés, donde estos materiales docentes eran importados de los Estados Unidos, pero que podían ser adquiridos en estos propios centros comerciales.
Estos materiales pedagógicos jugaban un papel preponderante y se convertían –junto con los demás materiales- en un recurso auxiliar de gran importancia para el desarrollo educativo e instructivo del alumno, constituían el soporte de la enseñanza intuitiva. Respondían a sus más elementales exigencias: eran amenos y claros, no daban cabida a lo abstracto, contenían ilustraciones que hacían a la lectura más agradable y sobre todas las cosas permitiendo a la enseñanza entrar por los ojos, característica fundamental de la enseñanza intuitiva .
Precisamente la observación directa del objeto o, cuando no fuese posible, su representación, es el punto de partida del modelo de enseñanza que se apoya en la acción de los sentidos (vista y tacto principalmente) presentándose como una enseñanza sensible, objetiva, por el aspecto o simplemente por los sentidos.
Se destaca así que el carácter de la enseñanza sería eminentemente práctico, basándose en la intuición y procurando despertar en los niños y niñas el espíritu de observación, de reflexión e invención; y evitar así que la enseñanza sea un cúmulo de conocimientos indigestos que recargan la memoria, abruman el entendimiento y ofuscan el juicio de los niños. Favoreciendo que los conocimientos adquiridos puedan ser comprobados experimentalmente y tengan una utilidad y aplicación en la vida ordinaria. Otro de los recursos de la enseñanza intuitiva esta relacionado con el acercamiento del niño con la naturaleza y a la realidad próxima, mediante paseos y excursiones, que en el Colegio Eliza Bowman, estaban reguladas y eran obligatorias para maestros y niños.
De acuerdo con los códigos pedagógicos de la época sin dudas el colegio abrazó las principales ideas pedagógicas que desde entonces apostaban por enseñar en la práctica, desarrollar habilidades en la experiencia entre otras pero estas no excluyeron –quizás por su valor pedagógico probado- la memorización, recursos que bien utilizados pueden resultar factibles en determinadas edades y asignaturas.
El rigor en la comunicación oral o escrita, el dominio de las operaciones de cálculo, la repetición y control externo de determinadas normas de convivencia y enseñar a valorar el papel de aprender todo para la vida, contribuyeron a prestigiar la calidad del egresado del colegio muchos de sus graduados, hombres y mujeres que no dejaron de formarse su propia visión del mundo y actuar en consecuencia cuando llegó el momento de tomar las decisiones sobre su futuro, sacando incluso provecho máximo del saber que allí se les acreditó.
Un aspecto de gran importancia en todo centro docente es el concerniente a las evaluaciones. El plantel contaba con tres cortes evaluativos para ambos departamentos, estos estaban divididos por trimestres desde septiembre a mayo, pero cada mes en que finalizaba el corte evaluativo se realizaba un examen de comprobación –para cada asignatura- de los objetivos trazados para el trimestre.
La forma de evaluar sería de acuerdo al tipo de asignatura, la gran mayoría de las asignaturas evaluaban en grupos y de forma escrita, tal es el caso de Álgebra, Historia, Literatura, etc. Otras evaluarían individualmente y de forma oral como: Lengua, Reading (Lectura), del Departamento de Inglés, etc. Todas las asignaturas se evaluaban en base a cien puntos con un mínimo de 70.
La fecha de evaluaciones se conocían de anterioridad por parte del estudiantado y el horario de estas evaluaciones se alternaba con las clases. Los profesores estarían además en la obligación de revisar dichos exámenes y entregar en tiempo y forma los resultados a la dirección del centro.
Las evaluaciones finales de los exámenes eran computadas con las evaluaciones parciales que eran muy bien llevadas por el maestro en unas tarjetas que se hacían llegar cada mes al padre o tutor del niño –en sobres sellados- y estos debían devolverla una vez que la había firmado en la parte posterior de la misma en el mes correspondiente a la evaluación. En las mismas se recogían incluso los aspectos relacionados con la conducta y asistencia a clases del alumno.
En la organización escolar de esta centuria el receso constituía un aspecto clave de la higiene y calidad educativa, así en la tarea escolar detallada de cada día este momento era uno de los elementos rigurosamente programados en la tarea de educar en el Eliza Bowman.
Como una pieza de un engranaje más complejo, el receso cuyo funcionamiento incluía también un fin educativo en el que se utilizaban otros espacios del enclave. Los patios, en horas de recreo, eran tomados por los niños para realizar juegos y ejercicios físicos.
También los niños tomaban su descanso y para ello los copiosos árboles que componían el bello entorno de colegio resultaban esenciales. Se asumía que este espacio de juegos o descanso lograba la armonía entre la actividad y el entorno caracterizado por su belleza natural. Esto permitía al niño tomar un aire para continuar, más tarde, con la potente carga de conocimientos por aprender.
En cuanto a las actividades deportivas hay que destacar que estas estaban en relación directa con al asignatura Educación Física. Dentro del currículo del Colegio Eliza Bowman esta asignatura estuvo atendida por un profesor que contaba con una gran preparación y experiencia apreciada en sumo grado por la sociedad cienfueguera. Era graduado en Cuba y especializado en los Estados Unidos.
El trabajo del profesor Medina siempre estuvo bajo el precepto de que el desarrollo de la mente dependía en gran manera de un cuerpo sano y vigoroso cumpliendo así, el aforismo de Juvenal al decir: “Mens sana in corpore sano”, de que el cuerpo del niño debía crecer bien, sin defectos ni deformaciones y para conseguirlo se contó con un excelente mobiliario acondicionado a las necesidades de cada niño, según su edad.
Pero esto solo servía de marco para concretar la metodología seguida por el colegio en la cual se precisaba que era necesario que cada alumno estudiara e hiciera -a la vez- ejercicios físicos y que además tuviera la oportunidad de una recreación adecuada, alcanzando de ese modo el máximo desarrollo del cuerpo y de la mente.
Las actividades socio-culturales, constituyeron también el centro de atención en las prácticas escolares. El plantel las utilizó como recurso educativo; ello consistía en la organización regular de excursiones escolares, tanto para impartir enseñanza en el campo como para realizar visitas a pueblos, monumentos o fábricas de interés instructivo. Otras actividades como: fiestas, celebraciones de graduaciones, desfiles y actividades religiosas, también contribuyeron en gran medida a una formación colmada de sabiduría y cultura en sus estudiantes. Además el centro contaba con dos bandas rítmicas tanto para las actividades dentro de la escuela como para los desfiles que se hacían por toda la ciudad en conmemoración de las distintas fechas históricas significativas del país o de la propia ciudad.
La música era considerada en el Eliza Bowman como “el arte que más cautiva; armonía, belleza, alegría de todos, consuelo del triste, grata hasta al más ignorante y es un poderoso instrumento educativo”. La banda rítmica infantil –atendida por la maestra Laudelina López- encontraban todo eso los pequeñuelos del Jardín de la Infancia y los grados primarios: “Afina y educa el oído, cultiva el gusto artístico y el sentido musical del niño. Lo prepara hasta hacerle percibir la diferencia entre los sonidos agudos y los bajos y le hace adquirir cierto dominio en el sentido del ritmo, al extremo de que sin esfuerzo alguno hace de la melodía que ejecuta, vida y acción”. Así se daba a conocer en los prospectos promocionales del colegio. La otra banda rítmica estaba representada por los alumnos mayores y estaría destinada principalmente para representar al colegio en todas aquellas actividades extramuros, donde las exigencias musicales serían mucho más rigurosas.
En fin la música se vería, en el plantel, con un incalculable valor educativo; el niño se veía obligado a prestar toda su atención; su carácter en cierto sentido, se disciplinaría; cultivó el poder de la observación y desarrolló la memoria. Por otra parte estaban aquellas celebraciones en el patio de la escuela realizadas con motivos de aniversarios del colegio, como fue la del 57 cumpleaños de la fundación del colegio, donde la Asociación de Graduados y Antiguos Alumnos (AGAA) contribuyó en gran medida en su conmemoración.
Ciertamente el impacto cultural y educativo del colegio en este sentido fue siempre notable aun cuando es necesario aclarar que el código escolar y el modelo pedagógico que promovía el desarrollo de la Pedagogía en este período hacia obligatorio para toda escuela la organización de todos las actividades posibles para conseguir una formación cultural cada vez mas integral: conocimiento, sensibilidad, civismo eran máximas esenciales para la formación del escolar y el modelo norteamericano para entonces se reconocía por ser bastante completo y complejo. (Garrido,1993).
CONCLUSIONES
De acuerdo con el propósito que ha seguido es evidente que Cienfuegos fue un escenario propicio para que la Iglesia Metodista invirtiera en la educación, pues, la sociedad cienfueguera se interesó siempre por estimular el crecimiento económico, cultural y social de su ciudad. Sin embargo, el estudio realizado permite advertir que los rasgos que caracterizan el modelo pedagógico del Colegio Eliza Bowman resultó un elemento esencial para alcanzar el renombre y prestigio que alcanzó más allá de las fronteras de Cienfuegos. Entre los que se definen los siguientes:
• Confort y elegancia sin ostentación hacen del colegio un ejemplo de cumplimiento de las normas higienistas donde no se descartó la educación al aire libre y la valoración de la naturaleza como clave de la influencia educativa.
• La estructura y funcionamiento de la escuela es la base del éxito educacional del colegio: el aseguramiento docente y de vida se basaba en la articulación de cada uno de los aspectos claves que garantizaban la calidad de las actividades.
• La rigurosa organización y estructura del currículo pone atención en la enseñanza del Inglés, lo cual prestigia al colegio y le acredita para matriculas en los Estados Unidos.
• Desarrolla un modelo descentralizado de dirección que mantienen una relación directa -administrativa- con la División de la Junta de Misiones de la Iglesia Metodista en EE.UU. y ajusta su funcionamiento a las regulaciones del código escolar cubano.
• Un prestigioso cuerpo profesional especializado de carácter religioso, logra mantener cientificidad y disciplina, como condición de excelencia.
• El objetivo del modelo se define en la formación cultural, moral y ciudadana de los jóvenes para una buena incorporación a la vida social.
• Un regio control de las actividades, el vínculo con los padres y familiares resulta un aspecto que favorecía la impronta social de la escuela.
• Se defendía como un principio básico el respeto y la confianza en los profesores, en su capacidad metodológica y científica.
• Existencia de una metodología abierta a la renovación y la trasformación con predominio de la práctica, la memoria y orientación hacia la vida, la que no desestima las viejas formas de enseñar siempre que sean útiles a sus fines y propósitos.
• La enseñaza del inglés adopta dos modalidades: como asignatura en el currículo y como lengua en la que se impartían el contenido de las diferentes asignaturas. Esta cualidad tuvo diferentes esquemas predominando la segunda para la educación secundaria o preparatoria para el trabajo y los estudios superiores.
Todo ello concedió un prestigio notable entre sus alumnos y conciudadanos resaltando en ellos la influencia de la preparación allí recibida para su vida laboral y social.
A pesar de estar marcada por diferenciación clasista se le atribuye al colegio una vocación humanitaria que optó por educar en el trabajo antes de ofrecer limosnas. Los que fueron beneficiados, no solo agradecieron su influencia sino que llegaron a laborar en ella. Otros encontraron realización personal y profesional en otras esferas de la vida política, social y productiva en las que: el movimiento cubano revolucionario, las finazas, el comercio, la ciencia, el magisterio fueron los mas beneficiados. No falto sin embargo, algún estudiante que abrazara para siempre la religión convirtiéndola en vocación para la vida.
La impronta nacionalizadora de la revolución -en 1961- selló la historia del Colegio Eliza Bowman aunque las directivas y maestros se ajustaron a las exigencias sin ofrecer mayor resistencia, quizás porque comprendieron que las condiciones que exigía el nuevo gobierno no eran compatibles con sus fines e ideales. A un así, la educación y la cultura cienfueguera tiene en este colegio unas páginas de su historia, merecida reflexión que debe ser socializada entre aquellos que reconociendo el valor del pasado para entender el presente miramos con detenimiento los méritos, y tomar de ellos sus mejores experiencias. Volver sobre esta historia deberá ser un propósito continuado, pues se asume que como reconstrucción del pasado mucho puede haber quedado en el olvido y este trabajo recoge la motivación y la información de proyectos mayores.
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