Cuadernos de Educación y Desarrollo

Vol 3, Nº 29 (julio 2011)

LABOR EDUCATIVA DE LOS DOCENTES PARA LA FORMACIÓN DE CUALIDADES MORALES Y LA PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA ESCOLAR


María Margarita Santiesteban Labañino (CV)
UUCP “Frank País García”, Cuba
maria.santiesteban@ucp.sc.rimed.cu




RESUMEN

La labor educativa y su metodología resultan de gran significación para el trabajo del profesional de la educación. En el presente trabajo se examinan tanto las exigencias que debe reunir la labor educativa como su metodología así como la organización de la misma para el trabajo en la escuela en sentido general y en lo particular para al prevención de la violencia escolar, el mismo se sustenta en el análisis científico y en la sistematización de experiencia de la autora en las esferas del comportamiento social y de la educación moral en los estudiantes que se forman como profesionales de la educación, sirviendo como material valioso que puede ser objeto de consulta como alternativa para enfrentar la violencia desde la prevención educativa que se sustente en la metodología de la labor educativa en el trabajo de la escuela.

Palabras claves: Labor educativa, metodología de la labor educativa, formación, violencia, educación moral.

INTRODUCCIÓN

Hoy resulta necesario e imperioso prepara a los educadores en las directrices referidas a la labor educativa y a una metodología que como alternativa sustente de manera fiable la labor preventiva de los docentes ante las manifestaciones de violencia que se suscitan en el contexto escolar, que impactan en la formación de niños, adolescentes y jóvenes.

La escuela no solo recepciona sino que también reproduce las situaciones que se producen en el cotidiano de vida, prevenir la violencia forma parte de los esfuerzos que se realizan como parte de una concepción pedagógica profundamente humanista que en su esencia tiene como finalidad la formación de códigos éticos favorecedores de la no violencia.

El presente artículo no abarca todo lo referente a la labor educativa y su metodológica para la prevención de la violencia escolar pero puede ser útil a los docentes y especialmente a lo que se forman como futuros profesionales de la educación para su preparación en los aspectos necesarios para el despliegue de la labor educativa en la escuela.

Se examinaran por tanto algunos problemas que deben ser tenidos en cuenta en la formación inicial del profesional para que pueda desde sus tareas, roles y funciones profesionales desplegar de forma coherente y armónica la labor educativa, la organización de la misma y los métodos, medios y formas del trabajo educativo en correspondencia con los objetivos del trabajo en la escuela y el proyecto de país.

La necesaria organización de la vida en la escuela, el papel del grupo y del trabajo grupal en la prevención y el protagonismo de los estudiantes desde un liderazgo distribuido que favorezcan la autoeducación, la autorregulación y la autodirección del sujeto para asumir el razonamiento y el diálogo en la solución e los conflictos, resulta de obligada atención de quienes tienen la responsabilidad de la formación de niños adolescentes y jóvenes.

DESARROLLO

La unidad de la enseñanza y la educación constituyen uno de los principios básicos de la pedagogía en el proceso de la formación de la personalidad, la enseñanza es una función esencial para la formación de la concepción científica del mundo y el logro de la formación del sujeto. Los estudios sobre la formación de la personalidad del sujeto que aprende, revela que la educación requiere de un estudio diferenciado y complejo de la labor pedagógica del docente.

Enseñar y educar si bien conforman una unidad dialéctica indisoluble, son dos categorías que no son idénticas, se reconocen en estrecho vínculo, cuando se enseña se educa y viceversa, pero no son proceso idénticos. La enseña se orienta a la dirección del pensamiento, del desarrollo del intelecto y de la cognición, mientras que la educación mayormente se orienta a la educación de los sentimientos y de cualidades que se sustentan en los códigos morales de la sociedad, esto requiere que la educación para alcanzar sus propósitos tenga su propio contenido y metodología que difiere de los contenidos y metodología de la enseñanza.

Si realizamos una comparación entre educación y enseñanza es dado distinguir las características de una y otra, así como las diferencias esenciales entre ambas.

La enseñanza se regula según cantidades de horas, tipos de disciplinas y asignaturas que están debidamente estructurada en los currículos de estudio y se organizan de forma progresiva para el logro de los objetivos que se desean alcanzar en el desarrollo cognitivo del sujeto.

El proceso de educación no puede limitarse en el tiempo, no implica una actividad especial del alumno y se realiza de manera suave y persuasiva, la misma no se realiza sólo en la escuela sino también en la familia y en la comunidad donde se desarrolla el sujeto, todo el espacio donde este desarrolla sus actividades tiene una influencia educativa para bien o para mal, lo que significa que la misma no se puede limitar a la clase sino que la desborda.

El trabajo educativo para su realización requiere de un programa que garantiza el mejoramiento de la labor que se realiza y requiere de una planificación, formas y métodos propios de realización así como su evaluación permanente para medir el alcance de los objetivos y los cambios que se producen. No obstante el programa de la labor educativa difiere radicalmente del programa de las asignaturas, el mismo tiene como finalidad programar las actividades de carácter educativo que se realizaran en el marco de la escuela y requiere que se precisen los objetivos y los medios en correspondencia con el ideal de hombre, mujer que se desea alcanzar , la complejidad que adquiere el mismo está en correspondencia con las edades de los estudiantes y garantiza definir el perfil moral de los mismos en correspondencia con sus etapas de desarrollo ontogenético.

Uno de los errores más comunes en la labor educativa con los estudiantes es la tendencia que en ocasiones se evidencia la no programación de la labor educativa lo que trae consigo la improvisación, la desorientación, no se tiene claridad en la finalidad que se persigue provocando la apatía, el desinterés y la pérdida de motivación por lo que se realiza por parte de los estudiantes. La labor educativa se planifica, tiene su programa esclarecedor del contenido de la labor educativa que se realiza, su objetivo y las formas más apropiadas de realizar en correspondencia con la edad de los estudiantes y el tipo de centro en correspondencia con el entorno donde está ubicada la escuela Esto no significa en modo alguno la programación de la labor educativa, con un carácter rígido e igual para todos los grupos de estudiantes, debe tenerse en cuenta el resultado del diagnóstico revelador de las potencialidades y de las dificultades de los estudiantes para encontrar las formas más concretas y los métodos más efectivos en correspondencia con dicho diagnostico por lo que el programa de trabajo educativo de cada docente varía en correspondencia con los resultado del diagnóstico y las carencias educativas del estudiante y el grupo, así mismo debe tomar en cuenta la comunidad donde se encuentra la escuela ubicada, los objetivos propuestos y las exigencias sociales que se recogen en el modelo del profesional que se concretan en el proyecto educativo de cada carrera, tipo de centro, escuela.

El formador, el educador debe tener presente para la organización de la labor educativa con sus estudiantes el carácter directriz de esta labor en la vida del estudiante, lo que deviene en principio básico para el trabajo educativo con enfoque preventivo en la escuela

Lo anterior presupone que el trabajo educativo tiene como finalidad la formación de las cualidades en los estudiantes sustentada en los códigos morales de la sociedad condicionando nuevos y superiores niveles de relaciones entre los sujetos.

La complejidad por tanto de la albor educativa a diferencia de la labor docente, está dada en que la formación moral de los estudiantes no se reduce tan sólo a la asimilación de conceptos y representaciones morales y algún que otro hábito de conducta, sino que la misma tiene que vincularse a las necesidades vitales de los sujetos y su correspondencia con la aspiración de conducirse armónicamente con el deber moral aún y cuando este no se haya convertido en convicción plenamente consciente.

Esto presupone que contrastar el nivel de desarrollo de las cualidades morales en los estudiantes no se alcanza con los mismos métodos y procedimientos que utiliza el docente para evaluar el nivel de adquisición de los conocimientos de las materias o contenidos de las asignaturas.

Por tanto el nivel de educación de un sujeto no se puede medir exclusivamente por exteriorización directa de su conducta o mediante los juicios que los mismos emitan, sino que el criterio a considerar es la evaluación constante y sistemática de las motivaciones que conllevan a las actuaciones o manifestaciones de los mismos.

Las cualidades morales de los sujetos no se manifiestan de manera inmediata, sino que se expresan en complejos actos en su interrelación con los demás, es comprensible por tanto que el control y evaluación de nivel educativo alcanzado por el sujeto requiere de otros enfoques y otros métodos que se diferencia en principios de los métodos y procedimientos para evaluar el nivel de conocimiento alcanzado por este en el proceso de enseñanza.

Una exigencia importante de la labor educativa radica en la necesaria coherencia de las exigencias y las diferentes formas de realizarlos, cuando se produce ruptura o se pierde la concepción sistémica para abordar la misma el trabajo educativo de formación de las cualidades morales se torna sumamente complejo y difícil.

La verdadera educación de las nuevas generaciones descansa, desde los principios que sustentan la labor educativa, en el presente trabajo en la unidad de las exigencias educativas. El tener presente este principio en la organización y conducción de la labor educativa garantiza una auténtica educación ya que facilita la interiorización de las normas lo que se traduce en un comportamiento coherente, por ello se impone la unidad y orientación sostenida dirigida a un fin de todas las acciones que se organicen en la institución educativa, desde el nivel de carrera, de año y grupo.

Cuando el educador actúa en solitario por muchos esfuerzos que realice no se alcanzaran los propósitos que se persiguen en la formación de cualidades morales, donde no existe un colectivo de docentes que actúen de manera coherente y coordinada con programa único para alcanzar un fin, no puede haber trabajo educativo, ni se alcanzaran las metas trazadas en la labor educativa.

Esta concepción del trabajo cooperado y colaborativo de los educadores para la formación de cualidades morales en los estudiantes forma parte de los modos de actuación de estos y de la ética de trabajo del profesional de la educación y da cuenta de sus competencias profesionales para el trabajo grupal, al mismo tiempo que educa en sus modos de actuación.

Para el trabajo preventivo este tiene que ser una de sus exigencias, especialmente para el tratamiento a las manifestaciones de violencias que se aprecian en el contexto escolar.

El estudiante que se forma en la Universidad de Ciencias Pedagógicas provienen de diferentes contextos y entornos, en sus comportamientos revelan insuficiencias que deben ser resueltas muchas de ellas mediante la labor educativa. Estas insuficiencias se revelan en diferentes contextos, siendo el contexto de la comunidad educativa residencial donde se evidencian con más fuerza las manifestaciones de comportamientos violentos, en tanto es el espacio de convivencia por excelencia donde se evidencia de manera particular las debilidades formativas que trae consigo y las insuficiencias que resultan de la labor educativa de los colectivos de años, de grupos y carreras

Es de suma importancia que los colectivos de carreras y años como resultado del diagnóstico y la finalidad de la formación de este tipo de profesional diseñe no sólo las tareas de orden didácticas relacionadas con la metodología de la enseñanza, es necesario que diseñe con eficiencia la concepción de la labor educativa de los colectivos, su concreción en los proyectos educativos expresados en programas educativos que se corresponden con la finalidad para cada carrera y año, su restructuración en correspondencia con el diagnóstico grupal e individual.

El modo de comportamiento de los estudiantes en la universidad pedagógica, dan testimonio de cómo la teoría y la metodología de la labor educativa ha quedado rezagada en relación a la teoría y metodología de la enseñanza.

Debido a la complejidad y desbordamiento de la labor educativa es que requiere de una metodología especial y de métodos particulares para ser abordada, al mismo tiempo que se convierte en soporte teórico importante para el diseño de la labor preventiva de las manifestaciones de violencia en el contexto escolar y universitario que en este profesional requiere de atención especial por sus funciones, modos de actuación y roles asumir en la formación de niños adolescentes y jóvenes

La labor educativa y su metodología en la formación del profesional de la educación deben ser abordadas desde las ciencias y desde la profesión, por lo que adquiere sentido y significado relevante en los centros formadores de maestro.

Cuba cuenta con una basta experiencia en la labor educativa y su metodología como resultado de la labor de maestros experimentados, la cual debe ser sistematizada e incorporada a la labor formativa enriquecida además con las experiencias internacionales en esta dirección.

La preparación de los futuros educadores para la albor educativa hoy, está limitada no sólo porque no se diseña de manera particular en los nuevo currículos, aunque no puede quedar limitada a la teoría de la educación, el conocimiento de sus principios, métodos y formas, sino que debe estar vinculada a su accionar práctico desde estos supuestos teóricos, la cual irá perfeccionado y enriqueciendo como parte de su auto preparación y su práctica profesional. Hoy la flexibilidad de los diseños curriculares permite poner la mirada en estas consideraciones teóricas, dedicar tiempo en este, a la preparación en la teoría y metodología de la labor educativa en el futuro profesional de la educación en estrecho vínculo con el sistema coherente y sistémico de las actividades que propicien la satisfacción de las necesidades formativas de los estudiantes movilizando de manera conciente su participación y asunción de las aspiraciones morales del proyecto social.

La gestión educativa en los centros de formación docente se sustenta en la labor educativa y su metodología como proceso favorecedor de la dinámica de la unidad de las influencias educativa, su carácter sistémico, coherente e intencional de dicha labor facilitadora además de la plataforma teórica para la prevención de la violencia en el contexto escolar.

La metodología del trabajo educativo para la prevención de la violencia escolar descansa en la saber tener en cuenta las condiciones en que vive la colectividad estudiantil, las condiciones en que se realiza el proceso educativo y la utilización en forma óptima de los procedimientos. Cada procedimiento es expresión concreta de un método, su selección y aplicación creadora requiere necesariamente de su flexibilidad, es un acto creativo y no dogmático, por ello el resultado de la labor pedagógica del educador depende siempre de su preparación pedagógica para la selección y aplicación de los métodos y procedimientos para la educación moral de los estudiantes. Sostenemos por tanto en el presente trabajo que la labor del pedagogo es educar en las cualidades morales más nobles y justas que garanticen el respeto, la cooperación, la solidaridad, la aceptación, el razonamiento, el diálogo y la no violencia.

Educar en prevenir la violencia requiere no solamente del conocimiento general de la educación, es necesario el conocimiento y dominio de la metodología específica de la labor educativa para la formación de la conciencia y conducta moral contrarias a las manifestaciones de violencia.

¿Cuál es la base metodológica de la labor educativa para la prevención de la violencia en el contexto escolar?

Está determinada por los objetivos y el contenido de la formación integral planteada a la escuela cubana en correspondencia con el proyecto de país, ubicando como centro de esta labor la formación moral de nuestros niños, adolescentes y jóvenes.

El punto de partida para la metodología de la prevención educativa contra la violencia escolar descansa en saber representarnos el modelo de hombre que pretendemos formar y que necesitamos formar, esto permitirá la acertada selección y valoración de los métodos, procedimientos y de los medios necesarios a utilizar, es decir la estrecha correspondencia entre los objetivos, procedimientos y medios para lograrlo.

La formación integral de la personalidad, significa desplegar todas las potencialidades del hombre que le permita alcanzar niveles nunca antes visto, lo que exige por tanto y en primer orden el desarrollo de su fisonomía moral.

El desarrollo cognitivo, intelectual, estético, físico, no es suficiente para la extraordinaria tarea que tiene la escuela cubana actual como resultado de las exigencias que le plantea la sociedad cubana actual, el desarrollo integral de las futuras generaciones no solo garantizará el desarrollo del país sino el crecimiento intelectual y espiritual del hombre para el disfrute de lo que el mismo crea, y para ello es ineludible su formación moral.

Los códigos morales de nuestra sociedad constituyen el contenido del programa de educación en la escuela, lo que significa la formación de cualidades morales que resultan incompatible con la cultura de la violencia y sus manifestaciones, por el contrario, se distingue por la formación y desarrollo de los valores de responsabilidad, cooperación, colaboración, respeto, aceptación, el razonamiento, el diálogo como alternativa esencial para la resolución de los conflictos, junto a muchos otros valores de carácter moral.

Significa que la formación de una conciencia de la no vinolencia que se corresponda coherentemente con una conducta no violenta se sustenta en la formación de cualidades y valores morales.

La personalidad se forma en actividad y comunicación por tanto la metodología para la prevención de la violencia descansa en este principio que propicia la organización del trabajo en la escuela desde la clase y en todos los espacios educativos de la comunidad escolar propiciando la unidad de las influencias educativas.

El proceso formativo de las cualidades morales exige conocer como se forman estas., lo que permite la acertada selección de los métodos.

En el contexto universitario de la formación de maestros y profesores, como resultado de la experiencia pedagógica de la autora del presente trabajo y teniendo en cuenta las particularidades de la edad juvenil, formar las cualidades morales que expresen un comportamiento no violento, requiere más que detectar los factores de riesgos detectar los factores protectores de la personalidad que aseguran la formación de valores contrarios a la violencia, potenciarlos significa disminuir el riesgos desde una concepción centrada en le desarrollo de las potencialidades de la personalidad, más que centrada en la prevención del riesgo.

Ello presupone desde la gestión educativa, establecer sólidos vínculos de colateralidad con las estructuras organizativas de las facultades universitarias como lo son los colectivos de carrera, años y grupos, potenciar la labor educativa en estos espacios en correspondencia con las necesidades de los jóvenes articulando con los diferentes espacios de convivencia de los mismos, especialmente de la comunidad educativa residencial universitaria. El fortalecimiento de estos vínculos, la claridad de los objetivos de la labor educativa en cada espacio pondera al fortalecimiento de los nexos, la distribución del liderazgo lo que fortalece a la comunidad educativa en la medida que los valores institucionales se consolidan en la dirección de la formación de las cualidades morales.

La participación protagónica de los estudiantes desde el liderazgo distribuido, como expresión del desarrollo de las potenciales de cada quien hace posible su participación activa y consciente en las tareas y actividades que se organicen desde los diferentes espacios garantizando el compromiso y la inclusión en el cambio educativo, en ellas se establecen relaciones de cooperación que son enriquecidas desde la diversidad de acciones creativas que cada uno aporta desde sus potencialidades asegurando el surgimiento de niveles cualitativamente superior de relaciones entre los miembros de la comunidad estudiantil sustentadas en el respeto mutuo, la participación, el diálogo y en las ideas del bien común.

El fortalecimiento de estas relaciones surgidas en estas formas de organizar la labor educativa con los jóvenes descansa no solo en los métodos orales de formación de la conciencia moral sino que se articulan con aquellos que tienen mayor preponderancia en esta etapa y que se vinculan directamente con la formación de la conducta moral. La coherencia en el comportamiento como resultado de la aplicación de los métodos y procedimientos de la formación de la conducta moral es resultado de su utilización desde la clase atravesando por las actividades, investigativas y especialmente extensionistas.

CONCLUSIONES

La teoría y metodología de la labor educativa constituye sustento metodológico para la prevención de la violencia en tanto es favorecedora de la formación de cualidades y valores morales contrarios a la violencia.

Las complejidades del cotidiano de vida está señalando la necesidad de retomar los fundamentos de la labor educativa en la escuela, como sustento teórico y metodológico que pueden ser incluidos en los diseños curriculares de la formación del profesional de la educación y en su formación permanente para el logro de los objetivos educativos y en la formación moral de niños adolescentes y jóvenes.

BIBLIOGRAFÍA

1.-Konnikova, T, E. K, Metodología de la labor educativa, Editorial pueblo y educción, La Habana, 1978.

2.- Díaz Aguado, M, J, La prevención de la violencia escolar.

 


 

 
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