Anay Pulgarón Ramos
Centro Universitario Municipal ¨Hermanos Saíz Montes de Oca¨
Filial del MES. Sandino Pinar del Río. Cuba
anay75@sum.upr.edu.cu
RESUMEN
Un objetivo de primer orden en todos los años de Revolución ha sido lograr en los graduados universitarios la formación integral de un profesional revolucionario. Los cambios operados en la situación internacional después del derrumbe del campo socialista y la desaparición de la URSS así como el incremento de la agresividad económica e ideológica del gobierno de Estados Unidos y el inicio del período especial, han conllevado cambios económicos y sociales en Cuba que entraron en contradicción con principios de la sociedad socialista, lo que ha repercutido en pérdida de valores y ha tenido una influencia marcada sobre profesores y estudiantes universitarios. Por lo que se decidió desarrollar en las universidades cubanas un enfoque integral de la labor educativa y político-ideológica con los estudiantes. Formar y desarrollar en ellos valores que determinan la calidad de un revolucionario cubano de estos tiempos y la excelencia académica. Teniendo en cuenta las dimensiones: curricular, de extensión universitaria y sociopolítica.
En nuestro centro universitario trabajamos para demostrar a nuestros estudiantes y profesores, no solo la posibilidad y viabilidad del socialismo, sino también lo deseable. No habrá cambio social posible si los valores objetivos, que dicha modificación ha de generar, no son asumidos antes subjetivamente como valores deseables.
Asumimos el socialismo como la única y verdadera opción para moralizar las relaciones sociales, y no puede cejar en el empeño por demostrar, en el plano teórico y en el plano práctico, su clara superioridad en la plasmación de los mas altos valores humanos: justicia, igualdad, equidad, libertad, democracia, respeto de los derechos humanos, soberanía nacional y solidaridad.
INTRODUCCIÓN
En las actuales condiciones internacionales, se reafirma para nosotros que el socialismo es un imperativo provocado no solo como resultado lógico del desarrollo de las fuerzas productivas a escala internacional, sino además como única alternativa para garantizar la supervivencia humana. La constante agudización de los problemas globales pone hoy en evidencia, más que cualquier otro argumento y a gran escala, la limitación histórica del capitalismo.
Los principios socialistas se resumen en lo ideales de libertad, igualdad y fraternidad, los mismos que la burguesía levantó antes que ninguna otra clase social en la historia y pronto lo arrojó al suelo, levantado después por el proletariado para reivindicarse de la explotación asalariada.
Aunque el socialismo tiene sus raíces en los hechos materiales, económicos; al nacer hubo de empalmar con las ideas revolucionarias de los grandes pensadores del siglo XVIII que impulsaron a la burguesía a combatir la injusticia, el privilegio, la superstición, la opresión. También los grandes utopistas, al igual que los enciclopedistas estigmatizaban el feudalismo, sin proponerse emancipar primeramente a una clase determinada, sino al mismo tiempo a toda la humanidad.
Los principios socialistas tienen de portador material a la clase obrera, la masa explotada en el capitalismo y cuyo objetivo supremo es que su victoria conlleve a la desaparición de todas las clases sociales.
Los principios socialistas no son el descubrimiento casual de un genio, sino el producto necesario de la lucha entre dos clases formadas históricamente: el proletariado y la burguesía. Como Engels señala, su misión no consiste en elaborar un sistema lo más perfecto posible de la sociedad, sino investigar el proceso histórico económico del que forzosamente tenían que brotar esas clases y sus conflictos y descubrir los medios para la solución de este en la situación económica así creada.
La Revolución cubana, por ser leal a sus propios mártires y al pueblo, pasó de la liberación nacional a la social y se ha empeñado en la construcción del socialismo, convencida de que será el futuro de toda la humanidad, aunque los medios de lucha para lograrlo deban trazarse dentro de las contradicciones históricas concretas por cada pueblo y en continuación de sus particularidades.
DESARROLLO
Ernesto Che Guevara nos decía”…observar, aprender, pensar, no copiar de nadie; y después empezar a caminar”
El capitalismo imperialista, mostrando un nuevo nivel y una nueva forma más alta de su desarrollo, sigue dominado. Ese incremento del dominio capitalista tiene la particularidad de ejecutarse en el marco de otras de sus grandes crisis, las cuales se han sucedido una tras otras provocando transformaciones internas que no han implicado soluciones a los grandes problemas que afectan dramáticamente a miles de millones de seres humanos.
Este nuevo estadio del capitalismo mundial, causa y efecto de su nueva crisis, más allá de las intensas y espectaculares mutaciones que impulsa, trae consigo el agravamiento de viejos males y el advenimiento de nuevas tragedias individuales y colectivas. Entre sus viejos males potenciados hay que subrayar su opresiva cultura patriarcal machista y su carácter destructor y devastador de la naturaleza y de la vida animal y vegetal. Así las cosas, la existencia de la vida humana y la viabilidad del propio planeta tierra están en entredicho, exigen imperiosamente de nuevas alternativas, de cambio y transformaciones de otro carácter y de nuevos contenidos. Para romper con sus recetas “salvadoras” de,- globalización manipulada y fraccionada, - privatización, - desregulación, - liberalización; que se han concebido para intentar resolver los límites en el proceso de acumulación y la caída de las ganancias capitalistas, en función de los intereses del capital financiero y de los grandes consorcios supranacionales que manipulan la globalización.
Es, en consecuencia, la savia ideológica de un proyecto que reestructura los centros del sistema e intenta salvar sus cúpulas dominantes, golpeando clases, sectores y países subalternos a escala mundial, con efectos mucho más devastadores en su periferia y semiperiferia: en Asia, África y América Latina y el Caribe.
Tampoco la globalización neoliberal puede mostrar en su favor estabilidad política, después de la desaparición de la URSS y el llamado socialismo real.
Por el contrario, la fuerte oleada de explosiones étnicas, de disputas territoriales y fundamentalismos religiosos, de desaparición y surgimientos de estados en fragor de guerras locales, ponen de manifiesto que el triunfo momentáneo sobre el socialismo no eliminó los conflictos inherentes al sistema capitalista, y que esta sale a flote desde su núcleo profundo de explotación, exclusión e iniquidad, asumiendo formas nuevas, sorprendentes y también formas viejas y peligrosas como el renacer del fascismo.
No se trata solamente de un mundo más inestable, disgregado y más políticamente explosivo que nunca, sino además de la destrucción del medio ambiente. No sería difícil demostrar que depredación ambiental y globalización capitalista neoliberal marchan inexorablemente unidas, por razones que tienen que ver más con la búsqueda del máximo beneficio del mercado que con el raciocinio.
En estas condiciones, no nos cabe la menor duda de que el mundo tiene dos caminos: por la continuidad de la barbarie capitalista, o la búsqueda de alternativas a ese estadio. Para nosotros los cubanos, como para millones de seres humanos la alternativa sigue siendo el socialismo.
En el derrumbe del socialismo en Europa del Este y la URSS, no es la verdad socialista la que falló. Erraron quienes tenían la responsabilidad histórica de llevarla adelante, de encauzarla con la creación cotidiana y las experiencias particulares. Es este un tema muy sensible pues está en juego el futuro de la humanidad.
El Comandante en Jefe ha advertido: …”hay que estar muy claro en lo que queremos y si sabemos explicarlo, en ello nos acompañará siempre nuestro pueblo, porque nuestro pueblo no quiere el pasado”.
En América Latina actual han surgido o resurgido los procesos populares revolucionarios en Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, etc. donde están construyendo también sus propios caminos. Será complejo y difícil; pero se puede hacer.
Hoy las fuerzas progresistas asistimos a una nueva situación geopolítica, en las actuales condiciones internacionales, se reafirma para nosotros que el socialismo es un imperativo provocado no solo como resultado lógico del desarrollo de las fuerzas productivas a escala internacional, sino, además como única alternativa para garantizar la supervivencia humana. La constante agudización de los problemas globales pone hoy en evidencia, más que cualquier otro argumento y a gran escala, la limitación histórica del capitalismo.
Esta aspiración necesariamente trasciende los marcos de clase, los marcos nacionales y se convierte en una necesidad de la comunidad mundial. Lo anterior no ha de significar reincidir en el viejo error de diseñar un único modelo abstracto de socialismo para todos los países. La aspiración ha de ser la de un socialismo que se desarrolle a partir de las características específicas de cada nación o región.
Ante la generalizada crisis de valores que impera en el mundo, se hace imprescindible, en el diseño de nuevos proyectos emancipatorios, demostrar no solo la posibilidad y viabilidad del socialismo, sino también lo deseable. No habrá cambio social posible si los valores objetivos, que dicha modificación ha de generar, no son asumidos antes subjetivamente como valores deseables.
Asumimos el socialismo como la única y verdadera opción para moralizar las relaciones sociales, y no puede cejar en el empeño por demostrar, en el plano teórico y en el plano práctico, su clara superioridad en la plasmación de los mas altos valores humanos: justicia, igualdad, equidad, libertad, democracia, respeto de los derechos humanos, soberanía nacional y solidaridad. Es necesario proyectar una imagen nueva, fresca, basada en un diseño de sociedad plena de justicia y libertad, que atendiendo a las particularidades de cada caso, presente una adecuada correlación entre plan y mercado, igualdad y eficiencia, centralismo y democracia, que entrañe una verdadera relación de propietarios en los trabajadores con respeto a los medios de producción, que respete y tome en cuenta las diferencias, que preserve el entorno natural, y sea la genuina expresión de la voluntad popular.
Que sea en suma, lo que destacó el compañero Fidel cuando apuntó: “Para mi el socialismo es un cambio total en la vida de la gente, el establecimiento de nuevos valores, de una cultura nueva, que tiene que estar fundamentado esencialmente, en la solidaridad entre los hombres y no en el egoísmo y el individualismo”.
Nunca antes ha sido más necesaria la alternativa socialista, pero la paradoja de nuestros días está en que el capitalismo ha sabido sacar provecho de la derrota reciente, y aún posee un consenso que tiene que ser revertido por las fuerzas de la izquierda.
En la concepción cubana del socialismo, ha sido y es fundamental el humanismo revolucionario aplicado creadoramente en cada etapa de acuerdo con las condiciones concretas. Continuamos leales al Che al caracterizar nuestra sociedad como “(…) un sistema marxista, socialista, congruente o aproximadamente congruente, en el cual se pone el hombre en el medio, se habla del individuo, se habla del hombre y de la importancia que tiene como factor esencial en la Revolución”.
Sin cambiar la esencia socialista, en nuestro país se han introducido elementos capitalistas y de mercado, lo cual significa un riesgo que sabemos afrontar con inteligencia y moderación, sin que nos haya encandilado la engañosa receta del neoliberalismo avasallador.
En las actuales condiciones, a pesar de la difícil coyuntura económica, se mantienen los rasgos esenciales de nuestro socialismo. Se trata de la preeminencia de la propiedad social, de la justicia social y del mantenimiento de políticas que beneficien a las grandes mayorías. La dirección inalterable que ejerce el partido en la sociedad, la estructura y funcionamiento del estado socialista, de las organizaciones de masas, en función de promover el desarrollo económico, el mejoramiento del nivel de vida, la reanimación de los programas de desarrollo social, en suma, la lucha por mantener y consolidar los valores de la vida material y espiritual de la sociedad socialista.
En correspondencia con los cambios producidos en el país y el incremento de la acción enemiga contra Cuba, con la finalidad de minar la unidad de nuestro pueblo, de dividirnos, de erosionar la sociedad, de promover en ella patrones que no se corresponda con los del socialismo, es necesario fortalecer el trabajo político- ideológico en la universidad cubana de hoy.
Para desarrollar su acción e influencia nuestra universidad concentra sus esfuerzos en el trabajo político-ideológico a todos los niveles, de forma sistemática y diferenciada, es decir, a nivel de toda la sociedad hasta cada ciudadano, hombre a hombre y según las características y complejidades del centro laboral o lugar de influencia y condiciones del momento.
Fidel al respecto a referido que hay que trabajar con los estudiantes y trabajadores en concreto, uno por uno, no es solo a través de la prensa y de la televisión, o de las conferencias, o de los actos políticos, que deben constantemente mejorarse, sino uno por uno.
La acción ideológica que proyecta la universidad se pronuncia por la ruptura de esquemas, de formulaciones generales, buscando concentrarse en el convencimiento de los estudiantes y trabajadores de modo que comprendan las razones de la política del partido y los medios para realizarla, y la asuman y actúen en estrecha unidad con la vanguardia.
Para lograr que las concepciones político- ideológicas de la Revolución se conviertan en posiciones y actuaciones hay que trabajar e influir en todo, pero hay que hacerlo de manera diferenciada, e incorporar a los estudiantes y trabajadores en la realización de matutinos y vespertinos en que se realicen y traten temas políticos-ideológicos, el empleo de conferencias u otras actividades que propicien intercambiar sobre temas en que existan dudas, preocupaciones, estado de opinión, etc. así como garantizar la participación y preparación de ambos en los turnos de reflexión y debate .También efectuar actividades para conmemorar efemérides, El trabajo político-ideológico debe ser organizado como un conjunto de acciones que influyan en las emociones y sentimientos de las personas y propicien formar, desarrollar y consolidar los valores y convicciones revolucionarias.
La eficacia del trabajo político-ideológico se mide ante todo por la actitud que asumen las personas, por su actuación, pero también por sus criterios, sus opiniones, sus concepciones.
Una situación político-ideológica favorable en un colectivo estudiantil estará vinculada a la actuación consciente de sus miembros en el cumplimiento de las tareas asignadas, en la defensa firme y decidida en cualquier campo y circunstancia de las posiciones y la política de la Revolución y de su partido de vanguardia.
Para lograr esto necesitamos de la actitud social y ética de la mayoría del pueblo en defensa de los valores humanos, patrióticos y morales.
Ideas claves para el trabajo educativo y político ideológico
Los cuadros principales son los responsables de conducir el sistema de trabajo político ideológico.
Sistematicidad, exigencia y combate permanente.
Evaluar por resultados, con rigor y sentido autocrítico.
Nunca edulcorar los resultados para preservar una falsa imagen.
Imprescindible la participación de todos los cuadros y profesores.
Personalizar el trabajo educativo.
Priorizar el trabajo con los profesores.
Institucionalizar el sistema de trabajo educativo y los deberes de cuadros y profesores.
Operacionalizar la Estrategia Maestra Principal del MES y de cada universidad.
Control permanente.
Erradicar el formalismo y la rutina.
Acciones con los profesores
Discutir de inmediato con todos los profesores el alcance de la alta misión que tienen como educadores. (Ver diapositiva 26)
Exigir a todos los profesores su contribución cotidiana a la educación integral de los estudiantes, por medio de la instrucción y de la interacción con ellos en el aula.
Desarrollar un programa de superación política y económica para todos los profesores, que incluya la preparación en gestión del trabajo educativo, con énfasis en liderazgo.
Programar ciclos de conferencias de personalidades de la provincia, nación y profesores de nuestra Sede Universitaria, priorizando temas de interés político, económico y social.
Perfeccionar la gestión de los Jefes de Dpto. Docentes en función de que todos los profesores eduquen mediante la instrucción y que tengan la necesaria preparación para ello.
Asignarle a cada profesor en su plan de trabajo, las tareas educativas concretas que en general debe acometer con sus estudiantes dentro y fuera del aula, y en general con aquellos que atiende como tutor controlarle periódica y sistemáticamente su cumplimiento.
Exigir a todos los profesores, como parte de su deber, la contribución cotidiana a la educación y de la interacción con ellos en el aula. En particular, llevando y discutiendo el mensaje de la Revolución. Evaluarlo mediante los controles a clase que se realicen. Bajo ningún concepto permitir que un profesor exprese en el aula, ideas y opiniones contrarias a la política del Partido.
Retomar los controles a clases, clase abierta, clase metodológica, demostrativa y otras formas de trabajo metodológico para controlar la salida de la prioridad de trabajo político-ideológico, así como el desempeño de los profesores y su preparación en materia de educación a través de la instrucción, liderazgo y otros aspectos.
Acciones con los estudiantes
Garantizar que cumplan su deber de consagrarse al estudio mediante un riguroso y exigente sistema educativo que lo demande.
Extender el sistema educativo, incluido el trabajo de los tutores, a los estudiantes de años superiores.
Lograr su participación sistemática en tareas de impacto económico y social.
Incluir la asignatura Debates Históricos y Contemporáneos en todos los semestres.
Ejecutar plenamente el concertado sobre el perfeccionamiento de la enseñanza del Marxismo-Leninismo para lograr una mayor efectividad en la formación integral, en especial el político ideológico. La clase como espacio natural de debate y comprensión de las realidades económicas, políticas y sociales actuales.
Prestar especial atención al mejoramiento de la calidad de la enseñanza de la Historia de Cuba y la Historia Local.
Atender con mayor intencionalidad, dedicación y sistematicidad la formación integral de los estudiantes universitarios con énfasis en la política - ideológica.
Erradicar el concepto de que los estudiantes de años superiores no necesitan tanto énfasis en la labor educativa como los de los primeros años. Trabajar con ellos utilizando, sin excepción, el sistema educativo establecido para la educación superior incluyendo la tutoría.
Transformar cualitativamente las prácticas laborales para lograr un pleno cumplimiento de sus objetivos instructivos y educativos. El vínculo con los trabajadores y la participación en las actividades sindicales y sociales del centro de trabajo deben siempre formar parte de su contenido y evaluación.
El TPI se materializa en la gestión de la formación de profesionales en:
• El papel del docente, su ejemplaridad y compromiso con la Revolución, su formación político-ideológica y su preparación para el debate, reflexión y orientación en el ámbito de las ideas.
• La Tutoría pedagógica como vehículo de influencias ideológicas persona-persona.
• La formación de valores, explícitamente planteada, desde el contenido de las asignaturas.
• La comunicación pedagógica con los estudiantes, como vía para el incremento de la influencia político-ideológica.
• El orden, la disciplina social e institucional en todos los ámbitos de formación.
Acciones desde la Universidad para materializar la prioridad Trabajo Político-Ideológico
a. Encuentros sistemáticos para oír y atender las inquietudes de los estudiantes y proponer soluciones, entregar argumentos y hacerlos partícipes de estas soluciones.
b. Preparación y auto preparación permanente de los directivos metodológicos en los distintos niveles curriculares y extracurriculares
c. Lo que se planifique debe expresar racionalidad e ir acompañado de una valoración económica.
d. Incremento de la preparación de docentes (programas de capacitación, formación de jóvenes y adiestrados, concentrados metodológicos, etc.).
e. Incremento de las actividades productivas del estudiante y del tiempo en la Universidad (estudio, labores socialmente útiles, defensa, actividades políticas, trabajo productivo.)
f. El control al proceso docente fundamentado en la asesoría permanente, para garantizar el éxito y evitar el fracaso.
Un objetivo de primer orden en todos los años de Revolución Socialista ha sido lograr en los graduados universitarios la formación integral de un profesional revolucionario. Los cambios operados en la situación internacional después del derrumbe del campo socialista y la desaparición de la URSS así como el incremento de la agresividad económica e ideológica del gobierno de Estados Unidos y el inicio del período especial, han conllevado cambios económicos y sociales en Cuba que entraron en contradicción con principios de la sociedad socialista, lo que ha repercutido en pérdida de valores y ha tenido una influencia marcada sobre profesores y estudiantes universitarios. Esta situación propició que se decidiera desarrollar en las universidades cubanas un enfoque integral de la labor educativa y político-ideológica con los estudiantes. El proyecto se propuso, mediante la definición de los objetivos educativos e instructivos, formar y desarrollar en los estudiantes, valores que determinan la calidad de un revolucionario cubano de estos tiempos y la excelencia académica. La aplicación de este proyecto comprendió las dimensiones: curricular, de extensión universitaria y sociopolítica.
CONCLUSIONES
Nuestros estudiantes están convencidos de que la unidad revolucionaria ha sido un factor decisivo para llegar hasta aquí. En nuestro socialismo, el papel de la política, la ideología, la ética, junto a la paulatina atención de la esfera social, en correspondencia con las posibilidades económicas, constituyen momentos del desarrollo dialéctico de la sociedad cubana, bien diferente de aquellas sociedades vencidas por las injusticias, desvalorizadas de solidaridad humana, agobiada de miseria, sometida a la corrupción política, la ingobernabilidad y victimas de la brutal opresión del capital transnacional.
Si el socialismo – expresó Fidel - es la ciencia del ejemplo, la ética guía las actitudes de mejoramiento de los hombres y mujeres ante la vida y la sociedad. El concepto hecho realidad de ese hombre nuevo, ya lo tenemos como obra impresionante de la Revolución, en médicos, maestros, obreros vanguardias del trabajo, en sencillos combatientes, estudiantes, científicos, profesionales e intelectuales, que se inspiran en su obra y lo emitan a diario con grandes gestos de sacrificio y heroísmo.
Nos enorgullecemos de contar hoy con un pueblo nuevo en cuyos seno se forman hombres y mujeres, no como ideal irrealizables o correspondientes exclusivamente a un futuro lejano, sino como ideal alcanzable mediante la práctica revolucionaria transformadora de la conciencia social y en cuyo centro se sitúa: “perpetuar la dignidad humana y convertirla, según reclamo Martiano, en la ley primera de la sociedad”.
La democracia es otro elemento que caracteriza y potencia nuestro socialismo. Nada mejor para exponer la esencia de los principios en que se fundamenta nuestra democracia, que las ideas expuesta por Fidel cuando aseveró: “La democracia para mi significa que los gobiernos, primero, estén, íntimamente vinculados con el pueblo, emerjan del pueblo, tenga el apoyo del pueblo y se consagren enteramente a trabajar y luchar por el pueblo y por los intereses del pueblo. Para mí democracia implica la defensa de todos los derechos de los ciudadanos, entre ellos, el derecho a la independencia, el derecho a la libertad, el derecho a la dignidad nacional, el derecho al honor, para mí democracia significa la fraternidad entre los hombres, la igualdad verdadera entre los hombres, la igualdad de oportunidades para todos los hombres, para cada ser humano que nazca, para cada inteligencia que exista”.
La Revolución ha sabido resistir, que estamos aquí defendiendo el socialismo y nuestra independencia, dispuesto a conquistar el desarrollo económico del socialismo. Así, los cubanos, proclamamos que trabajaremos por demostrar en la vida, en la realidad, que el socialismo, con la justicia social como elemento consustancial a sus principios, es eficiencia, y que esa sociedad es la única opción viable de los pueblos en la búsqueda de su genuina felicidad.
Se trabaja sistemáticamente para lograr un verdadero ambiente universitario, caracterizado por el orden, la disciplina, el respeto a la propiedad social y la calidad de los servicios, en un marco de limpieza, ornato y belleza de las instalaciones, de acuerdo con las disponibilidades de recursos.
Junto al reforzamiento del trabajo educativo y político ideológico en las universidades, se eleva la calidad de la educación superior en la universidad municipal, mediante las transformaciones indicadas.
Se diseña un área de resultado clave al respecto y se eleva a la categoría de Área de Resultado Clave Principal.
“En la escuela es el maestro, es el profesor, quien concreta los lineamientos trazados por el Partido en la medida en que sepa dar cumplimiento a los planes de estudio, programas, indicaciones metodológicas y documentos normativos. El Educador debe ser, además, un activista de la política revolucionaria de nuestro Partido, un defensor de nuestra ideología, de nuestra moral, de nuestras convicciones políticas. Debe ser, por tanto, un ejemplo de revolucionario, comenzando por el requisito de ser un buen profesor, un trabajador disciplinado, un profesional con espíritu de superación, un luchador incansable contra todo lo mal hecho y un abanderado de la exigencia”. (Fidel 1981).
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