Nelia Eloisa Vega González (CV)
Maritza de la Rosa Legón (CV)
neliavega@infomed.sld.cu
El contexto actual caracterizado por el desarrollo económico y científico
técnico en el marco de la globalización neoliberal genera contradicciones
económicas, políticas y sociales, que provocan amenazantes peligros para la
existencia de la humanidad, por todo esto la educación del hombre, su desarrollo
humano es un problema de especial importancia en nuestros tiempos.
La sociedad, entonces, demanda con fuerza la formación de profesionales
competentes, lo que depende, no sólo de los conocimientos y habilidades que
desarrolle en el currículum universitario sino también de los intereses y
valores que regulan su actuación profesional, lo que ha sido objeto de
discusión, reflexión y análisis en eventos nacionales e internacionales, donde
se destacan los avances de la pedagogía con nuevos conceptos, teorías, técnicas
y prácticas educacionales que exigen importantes transformaciones en todos los
niveles de enseñanza.
El modelo educacional cubano, reconocido en el mundo entero por sus éxitos,
tiene sus cimientos en las tradiciones históricas, culturales y el ideario
educativo de los padres fundadores de la nacionalidad cubana como: José Agustín
Caballero, Félix Varela, José de la Luz y Caballero y como síntesis del
pensamiento cubano del siglo XIX, José Martí cuyo legado trasciende los límites
de su época y cobra especial significación en el contexto actual.
Es necesario para el perfeccionamiento de la práctica pedagógica contemporánea,
el estudio del pensamiento de destacados educadores como Martí, por la
permanente actualidad y universalidad de las ideas y principios legados.
Este trabajo tiene el objetivo de mostrar la validez del pensamiento pedagógico
de José Martí como fundamento histórico para el desarrollo de la educación en la
actualidad, y “para que nuestras ideas de hoy – a decir de Eusebio Leal - ,
nutridas del pensamiento revolucionario universal, tengan siempre, como
fundamento, como piedra, como ancla salvadora, la obra y la vida de Martí…”
Martí en su obra aborda las regularidades del complejo proceso de la educación,
como su carácter científico, práctico, establece el nexo entre la educación y la
instrucción, valora los programas de estudio, contenidos, métodos para la
formación del hombre nuevo que cada época necesita.
José Martí (1853 - 1895) dedico toda su vida a la lucha por la independencia de
la patria, sin embargo, en su inagotable obra realizó extraordinarios aportes en
temas políticos, filosóficos, científicos, culturales y pedagógicos. Toda esta
producción intelectual estuvo en correspondencia con las diversas profesiones
que ejerció, resumidas por Hart, al decir “Fue Martí maestro, periodista,
combatiente político que, de manera infatigable estudió, leyó y escribió acerca
de todo lo humano que ocurría en el mundo de su época…”
La trayectoria de Martí como Maestro, se inicia en Guatemala, en 1877,
contratado por el gobierno de ese país para impartir clases de literatura en la
Escuela Normal, fue nombrado también catedrático de Literatura y de Historia de
la Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad Central de
este propio país. Y un tiempo después ofrecía clases gratuitas de composición en
la Academia de Niñas de Centro América. Al regresar a Cuba en 1878, Martí
impartió clases en el colegio habanero “Casa de Educación”, así mismo en 1881,
establecido en Caracas, en el colegio “Santa María” impartió clases de Gramática
y de Literatura Francesa, y en el “Villegas”, donde enseñaba Literatura, y creó
una cátedra de oratoria. Durante su largo exilio neoyorquino ejerció la docencia
como profesor de español en la Escuela Central Superior de la ciudad.
El apóstol fue un vivo ejemplo de consecuencia entre el pensamiento y la acción
por lo que de su desempeño como docente realiza análisis y reflexiones sobre la
temática educacional que constituyen enseñanzas y conocimientos de inapreciable
valor en nuestros días.
La temática educacional encontró espacio a lo largo de toda la obra del maestro
donde valora los programas de estudio, las características de la clase, el
método, actividades y expone las principales regularidades del funcionamiento y
desarrollo del proceso educativo con un enfoque crítico, destacando el papel y
carácter de las ciencias en el mismo, así señala: “Que se trueque de escolástico
en científico el espíritu de la educación…”
Martí otorga un significativo papel a la educación en la formación de un hombre
y una sociedad nueva, al señalar que...”La educación no es más que esto: la
habilitación de los hombres, para obtener con desarrollo y honradez los medios
de vida indispensables en el tiempo en que existen, sin rebajar por eso las
aspiraciones delicadas, superiores y espirituales de la mejor parte del ser
humano...” La formación integral del hombre a partir de conocimientos útiles
para su aplicación creadora en la transformación natural y social del mundo,
teniendo en cuenta el carácter humanista del proceso educativo y la formación de
valores universales para el ser humano, portador de virtudes y cualidades
superiores.
De esta manera resalta la unidad de la instrucción y la educación que se
materializa en la enseñanza, para desarrollar las facultades intelectuales, el
conocimiento para aprender, que unido al cultivo de los valores, logran la
formación de convicciones en el hombre, al respecto realiza profundas
reflexiones, como: “Leer, escribir, contar: eso es todo lo que les parece que
los niños necesitan saber. Pero ¿a qué leer, si no se les infiltra la afición a
la lectura, la convicción de que es sabrosa y útil, el goce de ir levantando el
alma con la armonía y grandeza del conocimiento? ¿A qué escribir, si no se nutre
la mente de ideas, ni se aviva el gusto en ellas?”
Conocedor de los sistemas de educación de su época crítica los métodos
empleados, al tiempo que nos hace propuestas de solución, al decir: “El remedio
está en desenvolver a la vez la inteligencia del niño y sus cualidades de amor y
pasión, con la enseñanza obligada y práctica de los elementos activos de la
existencia en que ha de combatir, y la manera de utilizarlos y moverlos.”
Es de inapreciable valor para Martí el proceso de aprendizaje, donde el maestro
como orientador y guía, estimula al estudio, propicia las vías para la
investigación de la realidad, el desarrollo de habilidades para pensar que
conduzca al estudiante a la participación activa, protagónica en el
enriquecimiento de su inteligencia y creatividad para alcanzar su realización
plena, al respecto señala: “…Si las escuelas fuesen (…), casas de razón donde
con guía juiciosa se habituase al niño a desenvolver su propio pensamiento, (…)
para que deduzca por sí las lecciones directas y armónicas que le dejan
enriquecido con sus datos, a la vez que fortificado con el ejercicio y gusto de
haberlos descubierto.”
En el pensamiento educativo martiano la formación del hombre es concebida a
partir del desarrollo de habilidades y competencias para la creatividad, la
aplicación del conocimiento a situaciones nuevas, desplegar iniciativas y
transformaciones en función de las exigencias del contexto social, es decir, el
hombre que conoce, piensa, siente y actúa. "Hombres vivos, hombres directos,
hombres independientes, hombres amantes eso han de hacer las escuelas…" José
Martí O. C. t. 11, p. 86.
En sus reflexiones en torno a la educación Martí insiste en el desarrollo de los
sentimientos, cualidades, es decir, cultivar los valores en la conducta de los
hombres, como medios de ascensión y perfección humana para el desarrollo de sus
energías creadoras, la virtud, la satisfacción moral, el amor al trabajo, la
independencia y la dignidad que promueven el cumplimiento del deber social de
manera espontánea y libre en el hombre, lo que solo se logra con amor, que a
decir del maestro, “… es el lazo de los hombres, el modo de enseñar y el centro
del mundo.”
Por todo esto critica la educación “…del temor y la obediencia...” así como las
escuelas que funcionan como “...meros talleres de memorizar, donde languidecen
los niños, año tras año en estériles deletreos, mapas y cuentas; donde se
autorizan y ejercitan castigos corporales, donde el tiempo se consume en copiar
palabras y enumerar montes y ríos…”
Martí es partidario de un proceso educativo basado en la estrecha relación de
alumnos y profesores a través de la comunicación centrada en el respeto mutuo,
clara, sencilla, de carácter dialógico, donde el docente propicie en los
estudiantes la reflexión, el debate y la construcción del nuevo conocimiento.
Razonamientos que constituyen pilares de la práctica educacional en nuestros
días.
Analiza el sentido práctico de la educación, vinculada al trabajo, a la vida, al
plantear “En cada escuela, patio para sembrar, y taller donde se maneje la
escuadra…” , el trabajo como forjador de las futuras generaciones y vía
fundamental para el desarrollo moral de la personalidad.
Consideró la educación como una necesidad para el progreso social y por tanto un
derecho del hombre sin distinción de clases sociales, razas y sexos. Así refiere
“…que todas las clases de la nación, que es lo mismo que el pueblo, sean bien
educadas…” Plantea que debe brindarse desde las edades tempranas de forma
gradual hasta la universidad, tiene en cuenta la educación técnica, así como
para los impedidos y/o discapacitados cuya enseñanza cualifica como “…una
sublime profesión de amor…” con lo que se vence el error de la naturaleza. Aboga
por la educación de la mujer como un derecho y garantía en la continuidad del
desarrollo social “…que pueda vivir de sí con honor (…) pero con hábitos y
lecciones que convengan a la belleza y finura de su sexo” y precisa “…la
educación de la mujer garantiza y anuncia a los hombres que de ella han de
surgir.” Por todo esto señala como principios de la educación la enseñanza libre
y obligatoria, al servicio de la nacionalidad.
El apóstol señala que el fin de la educación "… no es hacer al hombre nulo, por
el desdén o el acomodo imposible al país en que ha de vivir; sino prepararlo
para ser bueno y útil en él" . Por lo que considera necesario organizar de
manera coherente los programas y planes de estudio de todos los niveles de
enseñanza, para lograr una educación científica y la formación de un hombre
integral, digno de su tiempo, preparado y comprometido con el desarrollo y la
transformación social del medio que lo rodea, al decir, “Debe ajustarse un
programa nuevo de educación, que empiece en la escuela de primeras letras y
acabe en una universidad brillante, útil, en acuerdo con los tiempos, (…) y
aspiraciones de los países en que enseña…”
En la obra intelectual del maestro encontramos un sólido pensamiento pedagógico
que aporta tesis y valoraciones con plena vigencia por lo que son de obligada
consulta para el quehacer educativo de la escuela cubana y latinoamericana
actual.
El pensamiento educativo martiano predica la educación como un derecho humano,
vinculada a la época, a la vida, al trabajo, su preocupación por los sistemas
educativos, planes de estudio, programas, métodos y actividades, es decir; todo
el conjunto armónico que conlleva la formación de un hombre de acuerdo con los
tiempos nuevos. En la obra martiana se caracteriza la educación científica por
ser: natural, integral, desarrolladora y con un elevado sentido práctico.
Los desafíos educativos de este siglo ubican en un lugar especial las ideas del
maestro acerca del hombre y el proceso de formación de sus capacidades para
enfrentar y resolver los problemas que se le presentan, así como el desarrollo
de sentimientos, cualidades y valores éticos, morales que lo doten de grandes
virtudes como ser humano. “…Por eso es tan necesario, urgente, perentorio, que
situemos a Martí en el lugar que le corresponde, en nuestra vida institucional,
nacional, familiar, y le demos la dimensión que él requiere…”
Adquieren un valor inapreciable en la actualidad las palabras del apóstol al
decir: “No hay monstruos mayores que aquellos en que la inteligencia está
divorciada del corazón.” Por lo que en este nuevo milenio la educación tiene el
reto de formar un ser humano, más humanizado, un ser que marche junto a los
cambios, creando y manipulando la avanzada técnica, sin perder la sensibilidad
para ser solidario, comunicativo, contribuyendo a la transformación y
mejoramiento de la sociedad. La necesidad en este siglo de profundizar y sacar a
la luz la piedra angular del pensamiento educativo de Martí: la integración del
sentimiento y del pensamiento en la educación.
De Martí muchos hemos aprendido, por eso hago máxima de vida una de sus
lecciones: “aquel que no hace todo lo que puede hacer, peca contra lo natural y
paga la culpa de su pecado” . Es esta la razón de ser de este trabajo, es esta
también la razón que me mueve a recurrir a Martí para mejorar la esencia humana,
pues esa fue para él la misión cimera de su empeño.
BIBLIOGRAFÍA.
1. Colectivo de autores: “Compendio de Pedagogía.” Editorial Ciencias Médicas.
La Habana, 2006.
2. Colectivo de autores: “El saber ético de ayer a hoy.” En 2 tomos. Editorial
Félix Varela. La Habana, 2004.
3. Colectivo de autores: “La formación de valores en las nuevas generaciones.”
Editora política. La Habana, 1996.
4. Colectivo de autores: “Maestría en Ciencias de la Educación.” Modulo III.
Primera parte. Mención en la Enseñanza Técnica y Profesional. Editorial Pueblo y
Educación. La Habana, 2006.
5. Colectivo de autores: “Preparación pedagógica integral para profesores
integrales.” Editorial Félix Varela. La Habana, 2006.
6. Fabelo Corzo, José Ramón: “Los valores y sus desafíos actuales.” Editorial
José Martí. La Habana, 2003.
7. Hart Dávalos, Armando: “¿Quién fue José Martí Pérez?“
http://www.victoria.co.cu/Sitios/Html/Martí35a.htm
8. Leal Splenger, Eusebio: Conferencia Internacional: “Con todos y para el bien
de todos." http://marti.cubasi.cu/memorias.html
9. Martí Pérez, José: “Carta a Enrique Estráluza.” Epistolario T. I. Editorial
Ciencias Sociales. La Habana, 1993.
10. Martí Pérez, José J.: “Obras Completas.” Editorial Ciencias Sociales. La
Habana, 1985. Tomos: 5, 6, 8, 11, 12, 13, 19 y 22.
11. Martí Pérez, José, J.: “Otras crónicas de Nueva York” Editorial Ciencias
Sociales. La Habana 1983.
12. Mendoza, Lissette: “José Martí: La utilidad de la virtud.” Revista cubana de
ciencias sociales. La Habana, 1995.
13. Rodríguez, Zaira: “Filosofía, ciencia y valor.” Editorial ciencias sociales.
La Habana, 1985.
14. Tabloide: Universidad para todos. “José Martí en Estados Unidos: miradas de
fin de siglo.” Editorial Academia. La Habana, 2008. Parte I, II y III.
15. Ubieta Gómez, Enrique: “Ensayos de identidad.” Editorial letras cubanas. La
Habana, 1993.
|
Los autores interesados deben enviar sus textos en formato DOC a: lisette@eumed.net junto a un resumen actualizado de su CV.
Director |
|