Justo Manuel García Sánchez (CV)
I.E.S “Alagón” de Coria (Cáceres), España
justogs@hotmail.com
El artículo trata sobre los modos de organización de los alumnos/as y recursos disponibles en las clases de Educación Física, de tal forma que el tiempo de trabajo y aprendizaje de los alumnos/as sean óptimos.
Factores como el tiempo que se dedica a la presentación de objetivos y contenidos o a la organización del material y de los alumnos/as son fundamentales para que la clase no se convierta en una guardería o en una pérdida de tiempo llamando la atención constantemente a los alumnos/as.
En función de los objetivos, contenidos y características del grupo de alumnos/as, éstos se pueden disponer de una u otra forma para que el tiempo de aprendizaje sea eficaz. La variedad en la organización del grupo de alumnos/as hace que ellos mismos se sientan más motivados a la hora de afrontar diversos contenidos y por tanto más dispuestos a cooperar entre si.
PALABRAS CLAVE: Organización, Recursos, Agrupamientos, Educación Física.
1. INTRODUCCIÓN
La organización de grupos y tareas existe desde el momento en que un profesor se responsabiliza de una clase en un gimnasio, pista, en definitiva aula de trabajo y se ve implicado en un proceso de enseñanza.
Hasta hace poco tiempo, el problema de la organización se limitaba, en gran medida, al control del grupo de clase, procurando que los alumnos estuvieran en perfectas condiciones para recibir la información y ejecutar las tareas de la forma más eficaz posible, Se partía de la base que las agrupaciones geométricas facilitaban la enseñanza-aprendizaje,
Pero la realidad social, ha cambiado. Se ha vuelto más compleja y se han producido cambios que han afectado y han obligado a la pedagogía, a profundizar en la investigación del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Consecuencia de estos cambios, ha sido el paso de un paradigma educativo centrado en la enseñanza (profesor), basado en la transmisión tradicional de conocimientos, a otro centrado en el aprendizaje (alumno), basado en la construcción de saberes y conocimientos.
2. LA ORGANIZACIÓN COMO RECURSO METODOLÓGICO
Podemos definir la organización como un recurso que nos permite distribuir o disponer adecuadamente todos los elementos que configuran nuestra acción. Desde el punto de vista educativo, es un recurso didáctico que nos facilita la consecución de los objetivos propuestos y que favorece las actuaciones del profesor y de los alumnos.
Todos los recursos metodológicos que constituyen cada uno de los estilos de enseñanza utilizados en Educación Física, están interrelacionados entre sí, de forma que la organización de la clase condiciona e influye en la comunicación establecida entre el profesor y los alumnos, en las interacciones socio-afectivas que se puedan producir y en el grado de motivación; en definitiva contribuye a una mejor consecución de los objetivos de enseñanza-aprendizaje, tal como indica Pierón (1999), al referirse a los factores de eficacia de la clase de Educación Física
Las decisiones que el profesor debe tomar en relación con la organización de la clase, tanto en la programación de la sesión, como en su puesta en práctica (decisiones preimpacto e impacto enunciadas por Mosston, (1993), deben tener presente las orientaciones metodológicas enunciadas en el diseño curricular base del área de Educación Física pata la Etapa de Primaria y en los diferentes decretos elaborados por la Comunidades Autónomas correspondientes, de los cuales extraemos las siguientes consideraciones relacionadas con la organización:
Creación de un ambiente de clase adecuado y positivo: una adecuada organización favorece el crear un clima de clase positivo, donde se propicien y mejoren las interacciones socioafectivas y aumente el nivel de motivación de la clase
El aprendizaje de los alumnos: permite mayores posibilidades de asimilación, mejorando la participación e individualización de la enseñanza.
Los recursos disponibles, materiales, espaciales y temporales: consigue su optimización, aumentando y mejorando sus posibilidades de utilización, con las máximas condiciones de seguridad.
Adecuada distribución del tiempo de clase, tanto de las sesiones (número de sesiones, estructuración o fases de la sesión y su duración), como de las actividades (tiempo de trabajo y descanso).
La labor del profesor: una correcta planificación de la organización de la clase le permite un mejor control y seguimiento del proceso de enseñanza-aprendizaje
Por consiguiente, la organización es un recurso que nos facilita el proceso de enseñanza-aprendizaje, mejorando las condiciones de seguridad, incrementando la participación de los alumnos, optimizando los recursos y facilitando el desarrollo de las actividades específicas de organización (recogida y colocación de material, disposición de los alumnos, etc.).
3. FACTORES DE ORGANIZACIÓN.
3.1. EL TIEMPO COMO FACTOR DE ORGANIZACIÓN
Siguiendo a Pieron, uno de los investigadores más importantes en relación con este tema, vamos a distinguir varios tipos de tiempo en la clase de Educación Física
Tiempo de programa. Es el asignado por los poderes públicos a la educación física. Normalmente es de una hora o cincuenta y cinco minutos.
Tiempo útil o tiempo funcional. La clase de Educación Física no dura una hora, ya que se pierde tiempo tanto al principio como al final, en acceder a la instalación, y en ponerse el atuendo deportivo. Por tanto, restando estos minutos nos queda el tiempo funcional, desde que el profesor comienza hasta que acaba la sesión.
Tiempo disponible para la práctica. Dentro del tiempo funcional, el profesor invierte una parte en explicar las actividades o en organizar el material. El tiempo que nos queda es la suma de lo que dura cada actividad.
Tiempo de compromiso motor. Mientras se desarrolla una actividad, no todo el tiempo se está moviendo el alumno. El tiempo de compromiso motor es aquél que el alumno dedica a la práctica de las actividades físicas.
Tiempo empleado en la tarea. No todos los movimientos del alumno cumplen los objetivos de la sesión. El tiempo de compromiso motor que está directamente relacionado con los objetivos y/o aprendizajes deseados en la sesión, es el tiempo empleado en la tarea.
Según las observaciones realizadas disponemos de:
Tiempo funcional. Depende mucho del contexto (distancia de la instalación), condiciones del vestuario). Debemos intentar que no fuese inferior al 80% respecto del tiempo de programa.
Tiempo disponible para la práctica. Pieron afirma que sería razonable que estuviera entre 70-80% del tiempo funcional.
Tiempo de compromiso motor. Creemos que sobrepasar el 50% del tiempo disponible para la práctica, comienza a ser positivo.
Tiempo empleado en la tarea. Debemos intentar que esté por encima del 70% del tiempo de compromiso motor.
Con arreglo a estos datos una clase normal de Educación Física tendría que durar:
60 minutos de tiempo de programa
50 minutos de tiempo funcional
35 minutos de tiempo disponible para la práctica
25 minutos de tiempo de compromiso motor.
16 minutos de tiempo empleado en la tarea
3.1.1. RECURSOS PARA MEJORAR CADA TIEMPO
Habiendo justificado la importancia del tiempo de aprendizaje, y la necesidad de aumentarlo, queremos proponer una serie de recursos para intentar conseguirlo.
a) Tiempo de programa
Está impuesto por la administración, por tanto, el profesor no puede aumentarlo, pero si puede evitar que lo reduzcan.
b) Tiempo útil o funcional
Motivar a los alumnos para que no tarden mucho tiempo en cambiarse y acceder a la instalación deportiva.
Poner normas que limiten el tiempo de permanencia en vestuarios.
Acortar tiempo de trámites administrativos como pasar lista.
Poner la clase de educación física pegada al recreo, a primera hora o a última para aprovecharlas al máximo.
Tener preparado el material a utilizar.
c) Tiempo disponible para la práctica
Reducir el tiempo de presentación de actividades. Procurar que sea breve y clara.
Reducir el número de actividades para no perder tiempo en explicarlas.
Utilizar variantes de una misma actividad para que la reducción de actividades no suponga una pérdida de motivación.
Conseguir un sistema de señales eficaz, para garantizar una menor pérdida de tiempo al presentar la siguiente actividad.
Evitar desarrollar muchas actividades complejas.
Tener organizados los grupos cuando vayamos a organizar competiciones por equipos.
d) Tiempo de compromiso motor
Evitar organizaciones en filas y otras formas en las que el alumno esté parado en lugar de moverse.
Proponer actividades adecuadas a las capacidades de los alumnos.
Disponer de suficiente material para que la clase resulte participativa.
e) Tiempo empleado en la tarea
Intentar que en la parte inicial de la sesión se realicen actividades relacionadas con los objetivos.
Terminar con una actividad final global y motivadora que aglutine los aprendizajes desarrollados en clase.
La parte fundamental de la sesión, debe durar siempre más que la parte inicial y final juntas.
3.2. LA ORGANIZACIÓN DE LOS ALUMNOS/AS-GRUPO DE CLASE
El aprendizaje de los alumnos se desarrolla en un marco social. Esto supone unas relaciones sociales entre profesor y alumnos y de alumnos entre sí. Esta interacción individual-social nos lleva a afirmar que según como sea el “escenario” – cuestión de carácter organizativo- y el “proceso de escenificación de la enseñanza” –que evoca aspectos de carácter metodológico-, así será la calidad del proceso de enseñanza aprendizaje que se vaya a desarrollar.
La adopción de diferentes formaciones en las sesiones, responde a varias preocupaciones:
Ser más eficaz en nuestra intervención didáctica.
Ganar tiempo, para disponer de más actividad por parte de nuestros alumnos.
Garantizar la máxima seguridad en la colocación, desplazamientos y manipulaciones del material, así como en el trabajo en los diferentes aparatos.
Asegurar la calidad de la información que se emite, tratando de realizar una intervención pedagógica eficaz.
Facilitar la mejor visibilidad para los alumnos.
3.2.1. MODELOS ORGANIZATIVOS PARA AGRUPAR A LOS ALUMNOS.
La organización de grupos en clase no siempre obedece a un problema didáctico. Pueden surgir situaciones que por seguridad o por control, exijan agrupar al alumnado de una manera determinada. Aquí nos vamos a centrar en la problemática didáctica.
Si nos ceñimos a los modelos de organización, encontramos dos tipologías de agrupamiento de alumnos: homogéneos y heterogéneos o flexibles.
3.2.1.1. AGRUPAMIENTOS HOMOGÉNEOS
Trabajo masivo
Los alumnos trabajan juntos, realizando las mismas tareas. La enseñanza masiva considera al grupo clase como un todo homogéneo en el que el nivel de enseñanza se establece de acuerdo a las posibilidades de un hipotético alumno medio o tipo. Es útil para comunicaciones del profesor con todos los alumnos y para los comienzos de la actividad. Dentro del agrupamiento masivo podemos distinguir varios subtipos:
Formaciones rígidas
Todos los alumnos están orientados hacia el profesor sin ninguna relación entre ellos.
Formaciones libres
Los alumnos tienen libertad en cuanto a la elección de su lugar de ubicación o evoluciones. Por esta característica, esta formación está más en sintonía con los movimientos de renovación pedagógica. Permite mayor comunicación entre los alumnos. Se distribuyen según su criterio, se trabaja en dispersión. Es complicada para grupos numerosos.
Trabajo por grupos
Cuando la clase se subdivide en pequeños grupos por un tiempo más o menos largo. El profesor dirige a cada grupo y no a la clase en su conjunto. Los criterios de formación de los grupos están en función del motivo que haya inducido a adoptar la forma de organización
En función de los individuos.
Grupos de aptitud o rendimiento o nivel de ejecución: pueden ser homogéneos (mismo nivel de rendimiento) o heterogéneos (diferente nivel de capacidades)
Grupos por afinidad: los grupos se forman valorando los aspectos emocionales. Prevalece la amistad, motivación o simplemente destacar o ganar en la actividad. No suelen ser respetuosos con el alumnado que tiene discapacidad o que es torpe.
Grupos decididos por el profesor: según criterios en las relaciones de grupo.
Grupos decididos al azar: mediante algún tipo de sorteo o método aleatorio, lo que puede dar lugar a grupos excesivamente homogéneos o heterogéneos.
En función de su estabilidad en el tiempo
Grupos permanentes o estables: se constituyen para un período largo de tiempo
Grupos variables: se forman en función de las actividades.
Grupos espontáneos: surgen de manera puntual.
En función de la actividad
Actividad libre: cada grupo trabaja independientemente en tareas idénticas o diferentes. La intervención del profesor consiste en ajustar la duración del trabajo y organizar racionalmente la ocupación de los espacios y la utilización del material
Actividad paralela: todos los grupos trabajan las mismas tareas
Actividad alternada: trabajan tareas diferentes y/o en espacios diferentes. El cambio se hace después de un tiempo dado.
Actividad por talleres: trabajo paralelo o alternado en diferentes emplazamientos. El cambio de taller (estación) se realiza después de haber conseguido un cierto resultado.
Actividad en circuito: se trabaja por estaciones según criterios de intensidad o tiempo previamente diseñado por el profesor.
Trabajo por parejas
La organización se hace libremente o según las indicaciones del profesor. Puede utilizarse en el sentido antes explicado de trabajo masivo (tratamiento de todo el grupo como si de un solo alumno se tratara) en cuyo caso la pareja no es más que una exigencia de la tarea; como individualización de la enseñanza (ofreciendo niveles de resultados diferentes o modificando la intensidad de los ejercicios según las posibilidades de los alumnos, asegurando la integración o la consecución de las adquisiciones, en ese caso esta modalidad es una variante del trabajo por grupo; o como medio de evaluación, integrando a los alumnos en la evaluación formativa.
Trabajo individual
Se ofrece al alumnado la posibilidad de seguir un ritmo personal de trabajo diferenciado del de sus compañeros. El alumno de enfrenta de forma aislada con el objeto de aprendizaje durante un periodo de tiempo. El progreso es guiado por un proceso evaluativo realizado por el profesor y por el alumnado. El profesor es un recurso y una ayuda para resolver las dificultades de aprendizaje de los alumnos.
3.2.1.2. AGRUPAMIENTOS HETEREOGÉNEOS O FLEXIBLES
Estos modelos de agrupamientos flexibles, ordenan los alumnos a partir de “criterios de aprendizaje”. El valor dominante es que los alumnos del grupo tengan la capacidad y la motivación para desarrollar eficazmente el aprendizaje que se propone. Los agrupamientos flexibles han de varias con frecuencia en el tiempo. La idea fundamental del agrupamiento flexible es que se trata de un recurso estratégico en el que la organización escolar se dota a fin de crear escenarios de aprendizaje útiles y prácticos en que cada alumno progresa adecuadamente organizado.
Dentro de este modelo, podemos distinguir dos tipologías básicas
Agrupamiento flexible parcial
Los alumnos en algunas actividades están agrupados de manera homogénea y en otras, de manera flexible, en función de sus niveles de aprendizaje
Agrupamiento flexible total
Los alumnos están distribuidos en diferentes grupos en todas las actividades en función de sus dificultades y sus niveles de aprendizaje. La composición de los grupos cambia en el tiempo.
3.2.1.3. EL TRABAJO EN GRUPO: APRENDIZAJE COOPERATIVO
Los métodos de aprendizaje cooperativo son estrategias de instrucción, sistemáticas y estructuradas, que se pueden usar en distintas edades y materias escolares.
En todas ellas el profesorado organizad la clase en grupos de aprendizaje (de cuatro a seis alumnos), de forma que cada uno de ellos sea en lo posible una representación de lo que es la clase en general, es decir, que en cada grupo haya alumnos de diferente nivel de rendimiento, de sexo opuesto, de distintas razas o grupos sociales y en los que puedan estar alumnos con necesidades educativas especiales, si los hay.
Todos estos métodos comparten la idea de trabajo conjunto de los alumnos con la finalidad de aprender y todos los componentes del grupo son co-responsables del aprendizaje propio y el de los restantes miembros.
El trabajo asignado al grupo debe estar altamente estructurado y de esta forma, por ejemplo, han de conocerse de antemano los objetivos a conseguir por el equipo y los criterios de evaluación preestablecidos.
3.2.2. DISPOSICIÓN Y DESPLAZAMIENTOS DE LOS ALUMNOS/AS-SUBGRUPOS
Para la distribución de los alumnos en el espacio y sus desplazamientos, existen una serie de condicionantes entre los que podemos destacar las características de los espacios disponibles para la práctica y su adecuación atendiendo al número de alumnos y el contenido de enseñanza.
En función de quién decida la organización
- Prescritas, también denominadas como disposición orientada o impuesta. Este tipo de disposición es determinado por el profesor con el objeto de agilizar el tiempo disponible para la práctica, así como reducir el tiempo de transición; mejorar la utilización del espacio y de los materiales, manteniendo las máximas condiciones de seguridad.
- Libres: este tipo de disposición en la que los alumnos van a decidir el lugar de realización de la actividad así como su desplazamiento, es muy adecuada cuando existe un cierto grado de responsabilidad de los alumnos y una buena integración y tolerancia dentro del grupo.
En función de su localización en el espacio
Para la ubicación y desplazamiento de los grupos, disponemos de varios tipos de formaciones, según las circunstancias, el número de alumnos y el equipamiento de que se dispone.
Formaciones frontales
En este tipo de formación, todos los alumnos realizan simultáneamente los ejercicios.
La formación frontal tiene múltiples aplicaciones, especialmente en gimnasia, atletismo y deportes de equipo.
Los alumnos se colocarán en filas o en líneas. Esta formación ofrece varias ventajas:
Permite la práctica simultánea de todos los alumnos.
El profesor puede ejercer una influencia directa en los alumnos, ya sea durante el aprendizaje o durante el control de los ejercicios.
La detección de las faltas de ejecución de los alumnos es más fácil y rápida.
Ofrece posibilidades de aplicación a todos los niveles, tanto de edad como de rendimiento.
Por el contrario esta formación limita las interacciones entre el profesor y sus alumnos, reduciendo la libertad de evolución de los últimos.
Formación frontal en hilera
Es hilera cuando un alumno está colocado detrás de otro que le da la espalda
En la hilera predomina el fondo.
Según el número de alumnos y las dimensiones del local, el profesor formará tantas hileras como sea preciso, de tal forma que el cabeza de cada hilera esté situado en una línea teniendo a los otros a sus costados. Según las hileras de que conste el grupo, la formación resultante será en columna de a dos, tres, cuatro, etc. según tenga una, dos, tres, o cuatro hileras respectivamente.
Formación frontal en fila
Tenemos esta formación cuando los alumnos están colocados unos al costado de otros. En esta formación el eje de los hombros coincidirá con el de la fila
Los alumnos se pueden alinear por el alumno de su izquierda o por el de su derecha.
Varias filas colocadas paralelamente, una tras de otra, dan lugar a la formación en línea.
Formaciones desplegadas
De la formación en hilera o de a uno, se puede pasar a otro tipo de formaciones estando previamente numerados los alumnos.
El despliegue más utilizado es el de “abrir hileras y desplegar”, estando la clase inicialmente formada en columna de a tres.
Un cambio de dirección de 90º permite transformar el despliegue en otra formación del mismo tipo, pero mejor agrupada a la realización de algunos ejercicios.
Formaciones frontales en desplazamientos
Se emplean para cuando se trabaja con determinado material (aparatos gimnásticos, etc). y para el trabajo del aprendizaje de técnicas deportivas.
Formaciones en ola
Tienen su aplicación en la realización de ejercicios en serie, con o sin interrupción.
En el siguiente ejemplo, contamos con cuatro grupos. La base de la salida se encuentra a la izquierda y la de la llegada a la derecha del diagrama. El grupo A está a punto de comenzar el trabajo, el grupo B está preparado, el grupo C está en la fase de recuperación y el D está finalizando el trabajo.
Si las distancias y los ritmos están bien regulados, no se producirán interrupciones en el trabajo, ni paradas en la marcha de regreso de las contra-olas; la progresión se verificará de forma continuada.
Formaciones en círculo y en cuadrado
Suelen emplearse con mucha frecuencia en los juegos tradicionales. Su empleo en gimnasia sirve para romper la monotonía de las formaciones frontales.
Ofrecen algunos inconvenientes en el momento de la demostración de los ejercicios.
Pueden orientarse hacía el interior o hacía el exterior.
Las formaciones en semicírculo aseguran la equidistancia de todos los alumnos con respecto al profesor.
Formaciones dispersadas
Se deja al alumno libertad total para desplazarse y ocupar el espacio que desee. Ofrece muchísimas más ocasiones de comunicación entre los alumnos y suele presentar ciertas dificultades de control de los mismos.
3.3. LA SITUACIÓN DEL PROFESOR
La colocación del profesor durante la realización de los ejercicios reviste gran importancia. Deberá tener en todo momento una visión del conjunto de la clase, incluso cuando esté ayudando o asegurando un ejercicio en cualquier actividad, permitiendo la existencia de una buena comunicación con el grupo y que por tanto no se produzcan interferencias en la presentación de las tareas propuestas.
Fuera del grupo. El profesor se coloca en una posición en la que controla a toda la clase. Por ejemplo, al dar la información inicial, al ofrecer algún conocimiento de los resultados grupal o cuando quiere observar cómo es la participación haciendo un “barrido con la mirada”.
Dentro del grupo. El profesor evoluciona por el interior de/os grupo/s. Por ejemplo, cuando proporciona conocimiento de los resultados individual o cuando quiere aumentar la motivación y participa con los alumnos/as.
No se debe abusar de ninguna posición determinada; por el contrario debemos buscar una evolución equilibrada en función de la edad de los niños o del tipo de sesión.
3.4. LA ORGANIZACIÓN DE LOS MATERIALES Y ESPACIOS
Las dotaciones e instalaciones existentes en los centros educativos condicionan en gran medida las posibilidades de trabajo de determinados contenidos y el diseño de tareas de enseñanza-aprendizaje (tipos de actividad y su organización), por lo cual, los materiales y espacios utilizados deben favorecer la máxima participación de los alumnos y sobre todo mantener las máximas condiciones de seguridad.
Para un buen proceso de enseñanza-aprendizaje, es necesaria la creación de un adecuado ambiente de aprendizaje, en el que influyen tanto los espacios deportivos como su adecuación mediante una correcta presentación y distribución de los materiales.
Previamente a la toma de decisión con respecto a la utilización de materiales y espacios, debemos analizar: las dotaciones e instalaciones existentes (cantidad y estado de conservación); la calidad de los recursos en cuanto a su adecuación a la edad de los alumnos y contenidos de Educación Física en la Etapa de Enseñanza Primaria; la seguridad de los materiales y espacios y sus posibilidades de utilización.
Las decisiones que podemos tomar en cuanto a la organización de actividades atendiendo al espacio y los materiales necesarios para su realización son las siguientes:
Controlar y organizar adecuadamente el material y espacios utilizados en la práctica, determinando zonas de trabajo, zonas de desplazamientos o circulación o espacios de seguridad.
Mantener la máxima seguridad de uso de los materiales y en los desplazamientos o acciones que se produzcan (direcciones de ejecución, tiempo de espera, protección de zonas de paso etc.)
Emplear de forma limitada el material durante la sesión intentando sacar provecho al recurso seleccionado y una menor pérdida de tiempo.
Diseñar el momento de entrega del material, y si esta se va a producir, antes, durante o después de la explicación de la actividad, de la organización de los alumnos.
Prever el material y antes de su utilización, revisarlo.
Establecer normas de transporte, colocación y recogida del material en la que se responsabilice a los propios alumnos y disponer de posibles materiales auxiliares que ayuden a su traslado o almacenamiento.
La organización del entorno de aprendizaje (tanto de los espacios como de los materiales), cobra una mayor relevancia en atención a las posibles necesidades educativas especiales que puedan existir en la clase de E. Física. En este sentido y teniendo en cuenta el tipo de discapacidad existente, la supresión de barreras arquitectónicas, las disposiciones adecuadas de materiales, la determinación de zonas de trabajo, de paso, el tipo de material a utilizar, etc., son condiciones imprescindibles para favorecer los procesos de enseñanza-aprendizaje.
3.5. LA SEGURIDAD COMO FACTOR DE ORGANIZACIÓN
En función de los alumnos
Durante el control de la ejecución, tener en cuenta sus características y respetar sus limitaciones motrices.
Evitar sobrecargas de actividad y distribuir correctamente tiempos de descanso e intensidades.
Formar grupos adaptados a las diferencias individuales y progresar de forma adecuada.
En relación con la información
Dar información suficiente para que el alumno confíe en su participación y posibilidades de éxito (seguridad psicológica).
Indicar posiciones corporales correctas de ejecución.
Informar y controlar la indumentaria y condiciones higiénicas adecuadas (zapatillas, ropa, adornos, cabello, etc.)
Advertir sobre el uso correcto del material y normas básicas para la ejecución de una actividad (desplazamientos, separaciones, reglas).
Informar a los alumnos de cómo pueden colaborar en las ayudas a los compañeros.
Enfatizar las normas o reglas que más directamente están relacionadas con la seguridad en las tareas que impliquen un mayor riesgo.
En relación con la organización de los alumnos, materiales y espacios
Evitar aglomeraciones o esperas duraderas durante la práctica.
Determinar zonas específicas, amplias y bien delimitadas para la realización, inicio y finalización de los ejercicios.
Proteger zonas de paso o caída (en tareas de saltos, equilibrios, etc.).
Separar suficientemente los ejercicios, sobre todo cuando implique uso del material.
Realizar la práctica de forma organizada, en la misma dirección y sentido para evitar choques.
Realizar las ayudas necesarias en aquellas actividades que puedan implicar riesgo, lo cual es responsabilidad del profesor.
4. LA ORGANIZACIÓN DE LAS ACTIVIDADES
En relación con las tareas propuestas el profesor puede tomar una serie de decisiones entorno a la organización de la actividad:
Su forma de ejecución. En este sentido podemos determinar si la forma de realización de las actividades va a ser:
Simultánea: todos los alumnos trabajan a la vez. 100% de actividad.
Alternativa: mitad del grupo trabaja y mitad descansa o ayuda. 50% de actividad y pausa.
Consecutiva: Cada alumno participa y espera su turno de nuevo para entrar en actividad.
Su intensidad, duración y tiempo de descanso. En adecuación a las características de los alumnos, el tipo de esfuerzo que suponga la propia actividad propuesta, el objetivo que persiga en cuanto a la fase de la sesión en la que nos encontremos (animación, tema, vuelta a la calma) y las condiciones de realización de las mismas, debemos distribuir convenientemente estas variables y respetar el principio de dosificación y adecuación del trabajo. Como orientación:
Por término general las repeticiones en los ejercicios a manos libres de gimnasia estarán entre 8 y 20, siendo más abundantes las de los ejercicios cuya finalidad sea la coordinación motora, flexibilidad, agilidad y menores los que se dirigen a la obtención de fuerza y velocidad, como suele ser los saltos, flexiones y extensiones de brazos, etc.
En la mayoría de los ejercicios, las repeticiones, cuando pasan de 20, pierden el valor en cuanto a la finalidad que persiguen pasando a ser de resistencia muscular para el segmento donde se aplica.
Cuando se utilizan aparatos, debido al aumento de la intensidad, las repeticiones suelen bajar.
Los ejercicios de abdominales merecen una consideración aparte; las repeticiones deben ser siempre abundantes y, cada vez que se pueda, de realización compleja.
En juegos y habilidades específicas se actúa de manera similar, buscando un mayor repertorio de tareas
A mayor intensidad más trabajo. El ritmo tendrá que dosificarse de acuerdo a la condición física del alumno. Se recomienda seguir el ritmo que impongan aquellos alumnos que tienen un rendimiento sobre la media del grupo
Nivel de dificultad. Ordenar progresivamente las actividades propuestas, partiendo de actividades conocidas o en la que el alumno ha obtenido respuestas exitosas, para desde ahí, ir aumentando la complejidad.
Niveles de motivación. Otro factor que debe ser planificado y observado por el profesor durante la realización de la sesión de EF es el nivel de predisposición positiva hacia las actividades propuestas. Las tareas deben ser motivantes que posibiliten la participación plena y adaptada a las diferencias individuales.
Nivel de seguridad en su realización. Se consigue mediante el acondicionamiento del espacio y materiales, organizando la disposición de las actividades así como los desplazamientos o acciones que en ellas se realicen y estableciendo las ayudas que fuesen necesarias.
5. CONSIDERACIONES PARA UNA ORGANIZACIÓN EFICAZ
Personalidad del profesor
Sin duda, esta variable es muy importante, aunque en muchos casos no podamos controlarla. Por ejemplo, la edad influye indudablemente en la disciplina; los profesores maduros imponen más respecto que los jóvenes. También puede influir el sexo, el tono de voz, la estatura o la corpulencia.
A pesar de esto hay algunos aspectos que podemos cuidar para que esta variable sea más positiva:
Actitudes hacia la profesión. Si no transmitimos interés por lo que estamos haciendo, el alumno no se motivará y provocará problemas en clase.
Aptitudes relacionadas con la especialidad. Si el profesor de Educación Física no demuestra capacidades motrices, pierde credibilidad frente al grupo de alumnos.
Imagen que el profesor ofrece a los alumnos. Puede ser el espejo de la personalidad.
Tener sinceridad, haciéndose respetar y transmitiendo credibilidad. Si no cumplimos lo que decimos, si no permitimos conductas groseras, conseguiremos que los alumnos nos respeten, y éste es el primer paso para conseguir una eficaz dirección de la clase
Actividades
Tenemos que conseguir que las actividades sean motivantes. De esta forma, los alumnos se concentrarán en participar y no en crear problemas. Algunos aspectos que podemos tener en cuenta para diseñar este tipo de actividades son:
Que sean significativas
Que produzcan el máximo tiempo de compromiso motor.
Que se presenten con todos los alumnos atentos.
Que el profesor estimule durante la actividad, animando a los alumnos.
Que dure el mayor tiempo posible, pero terminando antes de que los alumnos lleguen a aburrirse.
Que se controle a los alumnos y a los grupos con “barridas de mirada”.
Crear un clima positivo.
El ejemplo de refuerzos positivos e intervenciones aprobadoras, favorecerá el clima positivo, y con éste el aprendizaje. De esta forma, la organización será más fácil y eficiente. Debemos tener en cuenta que las intervenciones con objetivo afectivo son delicadas y su efecto varía en cada alumno.
Reglas de comportamiento claras
Es muy importante establecer unas normas y rutinas organizativas que deben cumplirse por encima de todo. Debemos enunciar la regla, explicarla y justificarla. Las circunstancias en las que podemos poner normas son diversas:
En la utilización de los vestuarios.
En la organización del material.
En la puntualidad.
Durante las explicaciones de las actividades.
Durante la realización de las tareas.
Uno de los recursos más recomendables para mejorar el control de la clase es poseer un sistema de señales claro.
5.1. LA ORGANIZACIÓN COMO FORMA DE GESTIÓN
Hay que señalar la importancia que tiene la planificación de la organización de la clase sobre posibles respuestas de los alumnos a las actividades propuestas. La organización puede propiciar actitudes de los alumnos favorables o acordes con lo indicado en la clase, pudiendo evitar la aparición comportamientos no deseados. Esto es importante sobre todo cuando los comportamientos puedan convertirse en problemas de disciplina o de inseguridad en la práctica.
Organización para evitar comportamientos no apropiados:
Control de la actividad inicial.
Empezar la clase rápidamente y a la hora prevista.
Utilizar un método que economice el tiempo para pasar lista.
Enseñar las señales y las rutinas para captar la atención, reunirse y dispersarse.
Utilizar una enseñanza proactiva dando directrices, incitaciones y demostrando entusiasmo.
La expectación es una formulación por parte del profesor de un proceso o de un resultado esperado.
Utilizar una gran cantidad de feed-backs específicos e interacciones positivas.
Evitar los retrasos e interrupciones.
Utilizar un juego de organización para obtener resultados rápidos.
El fin último de la organización es el de la no intervención por parte del profesor en este tipo de actividades, puesto que esto significaría que los alumnos habrían adquirido un grado de autonomía y auto responsabilidad suficiente como para que su trabajo estuviese centrado en las tareas propuestas independientemente de sus condiciones de práctica.
Fundamentalmente la labor del profesor estribaría en la planificación y anticipación de situaciones de enseñanza que pudiesen beneficiar o dificultar la consecución de los objetivos propuestos y orientar a los alumnos hacia los planteamientos que se consideran más adecuados. La intervención organizativa del profesor estará justificada siempre y cuando exista una falta de responsabilidad en nuestros alumnos, problemas de comportamiento o de inseguridad en la práctica; sin embargo, la toma de decisión de los diferentes aspectos organizativos debe ser tomada bilateralmente y considerarlos como un recurso de enseñanza y nuca como un fin en sí mismo.
Bibliografía
• Mosston, M. 1993. La enseñanza de la Educación Física. La reforma de los Estilos de Enseñanza. Barcelona. Ed. Hispano Europea.
• Pieron, M. 1999. Para una enseñanza eficaz de las actividades físico-deportivas. Barcelona. Ed. INDE.
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