Cuadernos de Educación y Desarrollo

Vol 2, Nº 11 (enero 2010)

UN ACERCAMIENTO A LA INVESTIGACIÓN E INTERVENCIÓN DE LA PRÁCTICA EDUCATIVA


 

Adriana Cecilia Avelar Dueñas
Marcia Leticia Márquez Hernández

Lagos de Moreno, Jalisco, México
ixcoatl1@hotmail.com

 

 
Un ser humano es parte de un todo al que llamamos “universo”, una parte limitada en el tiempo y en el espacio. Este ser humano se ve a sí mismo, sus pensamientos y sensaciones como algo separado del resto, en una especie de ilusión óptica de su conciencia. Esta ilusión es para nosotros como una cárcel que nos limita a nuestros deseos personales y a sentir afecto por unas pocas personas que nos son más próximas. Nuestra tarea ha de consistir en liberarnos de esta cárcel ampliando nuestros círculos de compasión de modo que abarquen a todos los seres vivos y a toda la naturaleza en su esplendor.

Albert Einstein

A través del tiempo se ha buscado la forma de resolver los problemas que enfrenta la educación, en diferentes niveles y sociedades, cada uno en sus propios contextos, intereses y visiones, distinto desarrollo económico y político, sin embargo a pesar de dichas diferencias, coinciden en la necesidad de investigar todos los elementos que inciden en ésta tarea, buscando así dar respuesta a las interrogantes planteadas cada vez que se evalúa el sistema educativo.

Las reformas educativas surgen de una transformación social, es por lo tanto imposible pensar que la sociedad sea un ente estático, evoluciona la cultura al igual que nuestra perspectiva de las cosas, a partir de todo lo anterior. La sociedad globalizada exige que los estudiantes se encuentren mejor preparados para entrar sin dificultades a ese mundo que les hemos fabricado, pero también es importante saber que no sólo los estudiantes se encuentran afectados por su entorno sino también los ahora encargados de orientarlos y que también sus vivencias determinan la forma de tratar los contenidos, la forma de expresarlos o hacer que los estudiantes se apropien de esos contenidos.

Un cambio en la posición geográfica, siempre es un buen punto para reorientar la forma de abordar el futuro, de ahí surge la posibilidad de servir desde otro escaparate, sin ningún conocimiento de técnicas didácticas ni mucho menos de pedagogía, se enfrenta la situación en el aula con lo único que dejó el hecho de haber sido estudiante durante mínimo 17 años desde la primaria hasta la licenciatura.

La libertad de cátedra a nivel licenciatura permite flexibilizar la forma de abordar los contenidos y también deja en las manos un gran compromiso. Los posibles obstáculos administrativos o de infraestructura se franquean a partir de las habilidades desarrolladas al emprender nuevos retos de capacitación, mismos que proveen de elementos que llevan a resolver situaciones que aún carentes de recursos, sea la creatividad la que facilite el salir avante.

Y es así como se va construyendo un docente empíricamente. La relación entre compañeros con mayor experiencia y otros no tanto, permite aprender a partir de sus vivencias, sobre el qué hacer y qué no hacer; por tanto:

Los profesores de una determinada institución y un contexto socioeconómico y cultural concreto, cuyo trabajo consiste en el análisis de situaciones problemáticas para preparar intervenciones educativas, formándose para mejorar o transformar la práctica educativa, social, institucional, docente a partir de la propia experiencia profesional compartida.1

La diversidad de estructuras mentales a través del desarrollo personal de los individuos involucrados son la mayor parte de las veces enriquecedoras, dado que se ratifica el sentido del respeto a la variedad de opiniones y a la forma de resolver las situaciones, aunque algunas veces sea imposible dejar de caer en la frustración. La tolerancia es la parte central en la convivencia.

Los estudiantes son sujetos, personas, tan complejos como sus guías, marcados por una realidad social, necesidades y proyectos de vida particulares que se tratarán con la sutilidad suficiente para aproximarlos a sus metas, encausar sus inquietudes y canalizar sus deficiencias hasta dejar el lente preciso a sus necesidades de visión, con todo lo que ello significa otorgándole ese derecho de opinión y de sentir, ser el puente adecuado entre su percepción del entorno y el real, hacerlo objetivo, es un reto que la experiencia, la observación y la intervención, conducirán sin lugar a dudas al éxito en esta complicada tarea. “Observar situaciones es centrar la atención en los implicados, es analizar la interdependencia de sus comportamientos”,2 es la herramienta fundamental para establecer en donde se está situado y a donde se desea llegar.

A partir de sus vivencias y del entorno en que se desarrolló, el profesor también posee información que influirá en la toma de decisiones frente al grupo de trabajo, ya sea con los estudiantes o con sus propios compañeros por lo que en la investigación de dicho fenómeno:

Aparecerá entonces una nueva aproximación al estudio del profesorado desde el punto de vista de sus sentimientos, decisiones, creencias y pensamientos y de su influencia en la acción educativa, “ya que parte de que la investigación que relacione las intenciones de los profesores con su conducta, proporcionará una base sólida para la formación del profesorado y así llevar a cabo innovaciones educativas”.3 Este es el llamado enfoque o paradigma del pensamiento del profesor.

El guía es quien fabricará el mejor hábitat para que en circunstancias distintas o adversas, se alcancen las metas propuestas al grupo y para el grupo de estudiantes, a pesar del contenido genético de éstos, carga social y deficiencias económicas, bajo un sistema de equidad y empatía que los sepa humanos, endebles y perfectibles.

Acercarse a mentes con criterios de apreciación diversos, representa una tarea ambiciosa más no imposible, todo comienza a fluir desde el primer encuentro, cuando dispuestos en círculo se pueden ver todos los rostros y alguien decide iniciar presentándose y después comparte un poco de su vida sobre sus gustos, necesidades u obligaciones, así hasta llegar al último de ellos, el guía se limitará a proponer sin mutilar ese encuentro, entonces se ha construido el primer momento donde se regala cordialidad, confianza y formalidad al mismo tiempo. La puntualidad es un elemento importante en el desarrollo del quehacer educativo, los tiempos están castigados y los programas de estudio son extensos.

“En el análisis de la situación educativa con base a la propia experiencia e interpretación,…el primer paso será describir lo que sucede en el contexto escolar… [y se registrará] por escrito”.4

Los nombres además de figurar en el cuaderno de notas se habrán de quedar en la mente, es el menor de los gestos que provoca una sensación de ser tomado en cuenta en ese espacio, su rostro lo muestra, sus ojos se abren más de la cuenta al escuchar su nombre el segundo día de actividades; se solicitan trabajos previos a la clase para su desarrollo, preguntas al aire para que las tomen libremente y a partir de ellas iniciar la exposición de contenidos para moldearlos hasta darles forma, retomar las ideas y establecer conclusiones. “El conocimiento pedagógico del profesor sobre el contenido es una categoría importante, [Schulman lo define así]: las formas de representar y formular el tema para hacerlo comprensible a los otros…”.5

Se organizan grupos de trabajo para abordar contenidos que se lleven a la práctica y que puedan compartir con el resto del grupo, desarrollando así diversas habilidades como el trabajo colectivo, hablar en público, sustentar y defender sus argumentos entre otras.

“Cada maestro tiene la oportunidad de analizar la forma en que se acerca al conocimiento para recrearlo frente a sus alumnos, así como la manera de conducir las situaciones de enseñanza en el salón de clases y de entender el proceso de aprendizaje de sus alumnos”.6

La evaluación que se practica, se desenvuelve de manera continua, se solicitan trabajos de acuerdo a las actividades programadas que paulatinamente se entregan, se consideran las sesiones de trabajo colectivo, además de la aplicación de exámenes parciales. En el desarrollo del trabajo en el aula, el ser observador permite analizar el desempeño de cada uno de los integrantes del grupo, con el fin de poder aplicar medidas correctivas a dichas actividades incluso de manera personalizada, es decir se inicia el proceso de evaluación, en donde se contrastarán los resultados de acuerdo a los objetivos planteados:

Evaluar significa examinar el grado de adecuación de un conjunto de informaciones y un conjunto de criterios relacionados estrechamente con el objetivo fijado con vistas a la toma de decisión. La decisión de continuar el aprendizaje o aportar una enseñanza correctiva es el objetivo concreto de la evaluación.7

Para lograr ser congruentes, el guía se presenta al aula puntualmente y de manera constante ante su grupo de trabajo, además de apegarse a las reglas establecidas, es decir, en pleno cumplimiento de su planeación didáctica, así pues la disciplina juega un papel importante en muchos sentidos:

La disciplina establece los tiempos adecuados para cada quien y para todos, cuando sea necesario y le corresponda, de acuerdo con los principios objetivos de la enseñanza. Para el dispositivo escolar moderno, la disciplina también puede ser vista como una línea de poder, dicha disciplina debe ser de carácter universal, aplicable a cualquier entorno, escuela o joven.8

De esta manera se restan las ansiedades del grupo y siempre se tiene claro lo que se abordará día con día aunque la dinámica al hacerlo pueda ser cambiante.

“Lo nuevo es lo actual, lo actual no es lo que somos sino lo que vamos siendo, lo que llegamos a ser”.9 Cada situación, cada ciclo escolar requieren de medidas distintas, aunque se tenga la preparación se debe tener el temple, visión y deseo de perfeccionar la práctica, hacer una introspección con cierta regularidad para saber cómo se están dando las cosas, es decir, a partir de sus observaciones y notas, proponer soluciones a las carencias detectadas y compartir las inquietudes con sus pares, para tomar las medidas pertinentes, hacer todo esto es, reconocer en todo momento el hecho de que el profesor lleva la mayor parte de la responsabilidad en la toma de decisiones en el quehacer educativo, de ahí que se concluya que:

La investigación-acción es un importante procedimiento para la formación y el desarrollo profesional del profesorado, gracias a la acción cooperativa que implica el trabajo en equipo, mediante el cual el profesorado orienta, corrige y evalúa sus problemas y toma de decisiones para mejorar, analizar o cuestionar la práctica social y educativa.10

Este movimiento pretende que el profesorado lleve a “cabo un profundo estudio de sí mismos y para que su papel de actor sufra un profundo cambio debe comprometerse para participar en el cambio social”.11Estar consciente de que la hetereogeneidad de los sujetos y condiciones en las diferentes dimensiones de la práctica docente es quien provee de dinamismo y cautiva la atención de los profesores, es la razón de ser del guía en el espacio áulico, en la sociedad, en la vida de los jóvenes, que funge como catalizador en el complejo proceso de enseñanza aprendizaje.

“La consideración del profesorado como un agente que determina el flujo de estímulos que rodean al alumno mediante tareas, que contribuye a construir el sistema social, que regula los intercambios en el aula y en la escuela, que establece el ritmo y la duración de los diferentes procesos educativos”.12

Así pues la actividad en el aula, es el petite suceso de lo que se vive en el mundo exterior, es la muestra de lo que ocurre en la sociedad pero a menor escala pero con todas sus agravantes claramente representadas en las diferentes figuras sociales, políticas, económicas y personales.

A pesar de todos los conflictos que se deben enfrentar, desaparecer la escuela no desaparecería la realidad, la necesidad de subsistir y competir con otros seres, primero, para ganarse los alimentos y poder aspirar a habitar una casa con cierto grado de comodidades, como lo son los servicios de agua potable y luz, y por ninguna razón agua o luz o sustento o vestido (que no es más que lo indispensable para tener una vida digna) y segundo desarrollar las aspiraciones intelectuales del individuo en donde encuentra paz porque realiza lo que es de su agrado y se desempeña con

mayor compromiso, con sentido de la responsabilidad hacia con quien convive en lo próximo y en lo no tan próximo, la serenidad o la pasión que encuentre en ello le permitirá ser crítico de su realidad y cooperar en su transformación, debatir con argumentos la inequidad y buscar resolverla, desde los distintos escenarios en que figure su presencia, así pues:

“El carácter obligatorio de la escolaridad está ligado a una nueva visión de las relaciones entre individuos, familia, sociedad y estado. La escuela se convierte por ley en la institución creada específicamente para vincular “el deseo de saber y la obligación de trabajar”.13

Llegar a pensar que la gran mayoría de los individuos alcanzará lo descrito anteriormente es un sueño y también la razón para esforzarse desde las aulas para despertar en ese sueño, la misión del profesor es la de ser omnipotente o al menos intentarlo sin claudicar en cada fracaso sin importar las dimensiones que este tenga, intentarlo nuevamente con mejores herramientas, de ahí que se diga:

“El profesorado se forma y desarrolla cuando adquiere un mayor conocimiento de la compleja situación en la que su enseñanza se desenvuelve.

Para esto debe unir teoría y práctica [...]”: 14aprender de los sinsabores; por ello perderá el equilibrio, desconocerá, renegará y dudará de casi todo para alcanzar las certezas que lo envíen al lugar a donde quizá se sienta anormal, pero satisfecho de serlo.

BIBLIOGRAFÍA

FIERRO Cecilia, Bertha FORTOUL y Lesvia ROSAS, Transformando la práctica docente, una propuesta basada en la Investigación-Acción. México: Paidós

GARCÍA SALORD Susana y Liliana VANELLA, Normas y Valores en el Salón de Clases, 3a ed. Siglo XXI editores, 1998.

IMBERNON Francesc, La formación y desarrollo profesional del profesorado: hacia una nueva cultura profesional. Barcelona: GRAO ,1994.

JIMÉNEZ GARCÍA, Marco A., La escuela como dispositivo de poder

POSTIC Marcel, Observar situaciones educativas. Madrid: Narcea.

TAYLOR S.J. y R. BOGDAN, Introducción a los métodos cualitativos de investigación. Paidós, 1996.

NOTAS

1 Francesc IMBERNON, La formación y desarrollo profesional del profesorado: hacia una nueva cultura profesional, p.126.

2 Marcel POSTIC,Observar las situaciones educativas, p. 20.

3 SHAVELSON Y STERN,1981, citado por Francesc IMBERNON, 127.

4 Cecilia FIERRO, Bertha FORTOUL y Lesvia ROSAS, Transformando la práctica docente, una propuesta basada en la Investigación-Acción, p. 184.

5 SCHULMAN, 1989, citado por Francesc IMBERNON, La formación y desarrollo profesional del profesorado: hacia una nueva cultura profesional, p. 130.

6 Cecilia FIERRO, Bertha FORTOUL y Lesvia ROSAS, p. 35.

7 DE KERELE, 1980, p. 22, citado por Marcel POSTIC, Observar las situaciones educativas, p. 23.

8 Marco A. JIMÉNEZ GARCÍA, La escuela como dispositivo de poder, p. 96.

9 DELEUZE,1990, p.159, citado por Marco A. JIMÉNEZ GARCÍA, 92.

10 IMBERNON,137.

11 PINI, 1981, citado por Francesc IMBERNON, 139.

12 IMBERNON, 129.

13 JIMÉNEZ, 96.

14 IMBERNON, 137.


 

 
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