En sentido literario, la narración constituye uno de los principales
procedimientos utilizados en obras narrativas como la novela, el cuento, la
leyenda...
Sin embargo, el autor utiliza dentro de la narración otros procedimientos:
La descripción para dar más viveza a lo narrado.
El dialogo para hacer hablar a los personajes.
La exposición para presentar alguna idea o dar alguna información.
El monólogo para presentarnos los pensamientos y reflexiones de un personaje que
habla consigo mismo, en primera persona.
La Narratología es la ciencia que se encarga del estudio de todo lo relacionado
con los textos narrativos, y cuyas investigaciones están íntimamente ligadas a
la literatura y el folklore, siendo muy abundantes las propuestas de los
diferentes autores. El estudio de este tipo de textos se inició en 1928, cuando
Propp publicó su Morfología del cuento, resultado del estudio de un corpus de
cien cuentos maravillosos de la tradición rusa. Propp reconoce treinta y una
funciones que aparecen, casi siempre, en todos los cuentos. Los estudios de
Propp han servido de inspiración a las propuestas de algunos de los más
importantes narratólogos, entre ellos citar a Bremond y Todorov.
Narrador, punto de vista y modalidad.
El emisor de un texto narrativo recibe la denominación de narrador. Esto se debe
a que en algunos textos narrativos el emisor y el narrador no coinciden o, dicho
con otras palabras, no son 'la misma persona'. Tal situación se da, como es
evidente, en los textos narrativos literarios.
La caracterización del narrador dependerá de la información de que disponga para
contar la historia y del punto de vista que adopte:
1. Se puede narrar una historia desde la primera persona: es cuando se narra
utilizando el punto de vista de la primera persona gramatical, "yo". El narrador
puede ser protagonista (autobiografía real o ficticia, como El Lazarillo de
Tormes), o narrador personaje secundario, como testigo que ha asistido al
desarrollo de los hechos. A veces, los testigos son varios (multiperspectivismo,
punto de vista caleidoscópico).
2. La narración en segunda persona, donde también es narratario, es decir, se
cuenta a sí mismo los sucesos como si desdoblara su personalidad. Suele aparecer
en novelas de carácter confesional, y suele llevar añadida una carga de
autoreproche. Ejemplos los tenemos en Rayuela de Julio Cortázar, o Ultimas
tardes con Teresa de Juan Marsé.
3. Narración en tercera persona: es la forma más común, la que emplea la tercera
persona gramatical, "él", "ella", "Vd.". No participa en la historia. Desde el
punto de vista gramatical es el contador más objetivo, aunque no debemos olvidar
que la propia selección de datos, ya es algo subjetivo.
Atendiendo al punto de vista que se adopte tenemos:
1. Punto de vista del autor omnisciente: cuando el narrador demuestra un
conocimiento total y absoluto de todo lo narrado. Sabe lo que piensan y sienten
los personajes: sus sentimientos, sensaciones, intenciones, planes, etc. Es como
un dios que todo lo ve y todo lo sabe, que se mueve libremente en el espacio y
en el tiempo; pasa de un personaje a otro e informa u oculta lo que le interesa.
2. Punto de vista limitado: En este punto de vista hay cosas que el narrador
ignora, por no tener conocimiento personal de lo sucedido ni haber obtenido
información sobre ellas. La historia es contada desde la perspectiva de uno de
los personajes.
3. Punto de vista dramático: cuando la historia surge de las acciones y
parlamento de los personajes. Recibe también el nombre de punto de vista
objetivo, si bien la opinión expresada por un personaje, puede constituir una
forma de comentario implícito.
La modalidad atiende al tipo de discurso empleado por el narrador, esto es, a
como se reproducen las voces de los personajes. El narrador dispone de tres
maneras:
El estilo directo, el estilo indirecto y el estilo indirecto libre.
El estilo directo es el que se manifiesta cuando la voz de los personajes se
reproduce de forma literal, esto es, cuando sus palabras o pensamientos se
reproducen tal cual fueron dichas o pensadas, sin cambiar, añadir o quitar nada
(directamente):
o (Antonio pensó: “aquí no me quedo una semana”). Se construye mediante la
yuxtaposición de dos segmentos: el marco de la cita, que se vale de los verba
dicendi (Antonio pensó) y la cita propiamente dicha (“aquí no me quedo una
semana”).
El estilo indirecto, por su parte, es el que utiliza el narrador cuando con sus
propias palabras nos reproducen la voz de los personajes, esto es, cuando, de
una manera u otra, nos resume sus palabras o pensamientos. El estilo indirecto
implica siempre, por un lado, la existencia de una selección de la información
por parte del narrador (sólo reproducirá lo que a él le parezca conveniente) y,
por otro, la falta de los matices emocionales y expresivos del personaje.
o En este caso se acomodan las palabras de alguien a una nueva situación
comunicativa: (Antonio pensó que allí no se quedaba una semana).
La cita se introduce por una conjunción (“que”, “si”, “cuándo”…) y sufren
cambios las formas pronominales, los deícticos de tiempo y espacio y el tiempo
verbal.
El estilo indirecto admite gradaciones en cuanto al grado de fidelidad respecto
de la voz del personaje; en este sentido, se suele distinguir entre el estilo
indirecto propiamente dicho y el llamado estilo indirecto libre.
o El narrador en tercera persona, recoge las palabras o pensamientos de los
personajes como si fuera en estilo directo; pero, en este caso, las palabras se
insertan sin el verbum dicendi, sin los nexos y sin las marcas tipográficas (“La
situación era insostenible. Allí no se quedaba el una semana.”)
Bibliografía
Bal, M.: Teoría de la narrativa. Una introducción a la narratología. Cátedra.
Madrid. 1985.
Pozuelo, J. M.: Teoría del lenguaje literario. Cátedra. Madrid. 1988.
Rojas, M.: “Tipología del discurso del personaje en el texto narrativo”, en
Dispositivo (Estudios), vols.V-VI.
Hernández García, G. y Cabrales Arteaga, J. M. : Lengua Castellana y Literatura
(2º Bachillerato). SGEL. Madrid. 1997.
Arroyo C., Berlato, P. y Mendoza, M.: Lengua Castellana y Literatura (2º
Bachillerato). Oxford Educación. 2003.
Nuria María Palanco López
jmariohv@yahoo.es
Narrar es contar historias, sucesos reales o imaginarios. Se caracteriza por el
paso obligado del tiempo en una o varias secuencias. Al menos un personaje, con
determinadas cualidades y en un lugar concreto, es el centro de todos los
hechos. En el proceso del relato se produce una variación o transformación, en
el sentido que sea, de la situación inicial.
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Los autores interesados deben enviar sus textos en formato DOC a: lisette@eumed.net junto a un resumen actualizado de su CV.
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