LA ECONOMÍA EN EL CURRÍCULUM DE LA DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
Remedios Hernández Linares
(CV)
remedioshl@unex.es
Resumen
Las Didáctica de las Ciencias Sociales trata de enseñar el saber social. Este saber se basa en el conocimiento de la realidad y puesto que esta realidad es plural y diversa, el currículum de este área no puede permanecer ajeno a las condiciones económicas, puesto que desempeñan una influencia notable en nuestro modo de vida. Por ello, en este artículo tratamos de reflexionar sobre la importancia de integrar la Economía en el currículum obligatorio de las Ciencias Sociales, y de fomentar su estudio e investigación.
Palabras clave
Didáctica, Economía, Ciencias Sociales, Interdisciplinariedad, Conocimiento Social
1. INTRODUCCIÓN
La realidad social y económica en la que estamos inmersos se caracteriza por un alto grado de complejidad al que, sin duda, han contribuido los cambios científicos y tecnológicos de las últimas décadas, cambios que han permitido acortar distancias, acelerar procesos y operaciones, multiplicar los factores y su complejidad, etc.
Los cambios sociales, políticos, económicos y tecnológicos son cada vez más rápidos y es vital para nuestra propia supervivencia que todos, incluidos los docentes, tomemos conciencia de la necesidad de adaptarse a ellos con la mayor celeridad posible. La educación debe contribuir y facilitar esta adaptación. Ello sólo será posible en la medida en que consigamos que las Ciencias Sociales y su Didáctica sean realmente una materia interdisciplinar, capaz de tomar en consideración materias tan diversas como la Historia del Arte, la Sociología, la Comunicación Audiovisual, la Filosofía, la Ética o la Economía. Además, de acuerdo con Domínguez y Cuenca (1999), la introducción de estos nuevos elementos, junto con la adopción de un enfoque renovado de la Historia y la Geografía, en un currículum integrado y democrático, permitirá usar la reflexión crítica y el análisis de la práctica educativa.
En línea con esta idea el presente artículo pretende ser una contribución al incipiente interés por la Didáctica de la Economía (1) (y por su investigación) al que estamos asistiendo; interés que consideramos plenamente justificado en la medida en que estimamos indudable la relevancia social adquirida por esta materia, y por su problemática, hecho que de acuerdo con Travé (1999) es debido a sus repercusiones en las personas o colectivos afectados. El artículo pretende, igualmente, suscitar el debate entre los docentes de esta área, para tratar de concienciarles de la necesidad de dotar al alumno de una cultura económica que le permita enfrentarse al mundo que le rodea.
2. LAS CIENCIAS SOCIALES
Cómo enseñar ha sido durante años la cuestión fundamental a la que, según Pagès (2000) ha tratado de dar respuesta durante mucho tiempo la didáctica general. No obstante, y si bien existían antecedentes, no es hasta la década de los sesenta o los setenta, tras un largo proceso, cuando aparecen las didácticas específicas, que según este autor surgen como consecuencia de los problemas que aparecen en la práctica, de la reflexión y del análisis del profesorado sobre la enseñanza y el aprendizaje de los contenidos escolares.
No es de extrañar, por tanto, que hablar de Didáctica de las Ciencias Sociales sea hablar de un área de conocimiento relativamente nueva, aunque es cierto que ya existe una comunidad universitaria trabajando con la intención de consolidar este área, tanto desde la perspectiva de la docencia como desde la perspectiva de la investigación (Prats, 2001).
Hoy pocos discuten ya el carácter científico de la Didáctica de las Ciencias Sociales, pero aunque ésta pueda significarse como un campo específico de investigación dentro de las Ciencias de la Educación (Prats, 2001) o como un campo del conocimiento con características propias como su carácter tecnológico y su carácter técnico (Prats, 2003), sigue siendo importante tener presente que esta ciencia es un área fragmentada que está cimentada en la diversidad (Prats, 2001) y que se nutre de los resultados de otras ciencias, también sociales, como la Historia, la Geografía, la Antropología, la Sociología, la Psicología, la Ecología, la Filosofía o la Economía, etc.
Sin embargo, la investigación continúa dando la espalda a una parte importante de esta realidad. Así, en los últimos veinte años han proliferado las investigaciones sobre el currículum de Ciencias Sociales en general o sobre la Didáctica de la Geografía y la Didáctica de la Historia en particular, e incluso últimamente han aparecido trabajos que relacionan las Ciencias Sociales con temas referidos a la informática o a los medios audiovisuales. Sin embargo, es necesario subrayar el hecho de que, según afirma Prats en el año 2001 (p. 177), “no se hayan encontrado estudios sobre el currículum de Didáctica de la Economía, de la Sociología o de la Antropología”. Es decir, hasta el momento el estudio reglado de este área de conocimiento se ha visto dominado por el fuerte peso de las disciplinas tradicionales (Guitián, 1999), pudiendo incluso hablarse de Ciencias Sociales preferentes y dependientes.
En nuestra opinión conocer la realidad social implica aproximarnos a campos como la Filosofía, la Psicología, la Sociología, la Economía, etc. y el hecho de que la investigación permanezca ajena a la didáctica en estas áreas o las relegue a un segundo plano supone dar la espalda a la realidad social en la que estamos inmersos, obstaculizando la adquisición del anhelado conocimiento social, ya que de acuerdo con el profesor Gabriel Travé: “El conocimiento social deseable no puede provenir de la marginación de cualquiera de las materias que componen el área social ni de la adopción de criterios que establezcan estructuras de dependencia o subordinación de unas ciencias respecto a otras” (1999, p.77).
3. NECESIDAD DE INTEGRAR LA ECONOMÍA EN EL CURRÍCULUM DE LAS CIENCIAS SOCIALES
El hecho de que la institución escolar esté convencida de que otras ciencias sociales son más representativas del saber escolar que la economía, y permanezca ajena a este tipo de enseñanzas condena a los alumnos a la ignorancia económica (Travé, 1999), lo cual es problemático para el desarrollo de su vida cotidiana, ya que les dificulta, por ejemplo, comprender los mecanismos de fijación de precios y las reglas de oferta y demanda, comprender las páginas centrales de cualquiera de los diarios de tirada nacional de nuestro país o entender los titulares de cualquier telediario, y les imposibilita, de modo semejante, llevar a cabo el cálculo de la cuota de su hipoteca o de la tasa de interés anual equivalente de la misma, tareas a las que habrán de enfrentarse de forma periódica y frecuente a lo largo de su vida, desde la edad infantil (2) a la adulta.
Desde nuestro punto de vista, que el alumno sea capaz de solventar tales dificultades es, por sí sólo, causa justificativa de la importancia de incorporar la disciplina económica al currículum de las Ciencias Sociales. No obstante, con la intención de dar un mayor soporte y validez a nuestro convencimiento, recurrimos a las ideas y palabras de otros autores e investigadores en la materia, para que sean ellos quienes “pongan voz” a nuestra demanda. Así, siguiendo a Valero y Brunet (1999), podemos decir que es la propia realidad la que exige que la Economía sea incluida en el currículum obligatorio debido a tres factores fundamentales:
La influencia de cualquier coyuntura económica (reforma fiscal, fluctuación de los tipos de interés, evolución del índice de precios al consumo, etc.) en la sociedad, probablemente hoy más palpable que nunca debido al período de recesión que atravesamos. En palabras de Antonio Santisteban podemos afirmar que “son las condiciones económicas las que condicionan en general el futuro, los estudios y el trabajo” (2008, pág. 18), es decir, la manera de vivir de las personas.
“La economía constituye uno de los pilares que articula la organización social” (Kohen y Delval, 2008, p. 37), y vivimos en un mundo con nuevas dimensiones y nuevas formas de organización social, económica y política. Los cambios se producen cada vez con mayor rapidez, y en nuestra opinión sólo “sobrevivirán” quienes sean capaces de adaptarse a ellos, tal y como ya dijimos en la introducción. De acuerdo con Travé (1999), enseñar y tratar de dar respuesta a las cuestiones, intereses y problemas socioeconómicos permite a los alumnos aproximarse a un pensamiento crítico e intervenir en la realidad social. Esto es importante, teniendo en cuenta que todo alumno, con independencia del nivel educativo en que se encuentre, además de este rol, desempeña otro como agente social.
El hecho de que la educación es, ante todo, un proceso de preparación para la sociedad en la que está inserta. En este sentido, y de acuerdo con Travé (2001) podemos afirmar que la integración curricular de las asignaturas de contenido económico se debe, por un lado, a la necesidad individual por desenvolverse en un mundo regido por criterios económicos, y por otro a la necesidad social para el normal funcionamiento del sistema del bienestar.
Todo ello convierte en incuestionable la necesidad e importancia de proponer la enseñanza de las nociones económicas en el currículo del área social. Sin embargo, no se trata de priorizar las enseñanzas económicas y olvidar aquellas ciencias procedentes de otros campos científicos, porque el conocimiento o saber social deseable no puede proceder de la marginación de cualquiera de las materias que componen el área social ni de la adopción de criterios que establezcan estructuras de dependencia o subordinación de unas ciencias respecto a otras (Travé, 1999). La interdisciplinariedad es un objetivo que debemos tratar de alcanzar, “pese a los problemas que plantea” (Valbuena y Valverde, 1999, p. 280).
4. CONCLUSIONES
La revisión y el análisis bibliográfico efectuado para la realización de este estudio en defensa de la inclusión de la Economía dentro de las Ciencias Sociales nos permite establecer las siguientes conclusiones:
La realidad social en que vivimos exige a los docentes del área social adoptar una visión multidisciplinar, así como acercarse al conocimiento de la realidad y el saber social desde sus diferentes puntos de vista, sin relegar a ninguno de ellos. Para ello es importante y necesario que en la Didáctica de las Ciencias Sociales sea una materia integradora e interdisciplinar.
El currículo obligatorio de las Ciencias Sociales debe dar respuesta a esta necesidad, integrando la Economía.
Incluir la Economía en el currículo es sólo un primer paso a dar, pero no es suficiente; además de ello conviene fomentar la investigación en esta área de las didácticas específicas.
5. BIBLIOGRAFÍA
Domínguez, C. y Cuenca, J. M. (1999): “Espacio, territorio y frontera: reconceptualización para un currículum integrado de Ciencias Sociales de cara al próximo milenio, en Un currículum de Ciencias Sociales para el siglo XXI: qué contenidos y para qué, coord. por María Teresa García Santa María: 163-171.
Guitián, C. (1999): “Disciplinariedad, transdisciplinariedad e integración en el currículum: aportaciones desde la Didáctica de las Ciencias Sociales. La Geografía.”, en Un currículum de Ciencias Sociales para el siglo XXI: qué contenidos y para qué, coord. por María Teresa García Santa María: 69-75.
Kohen, R. y Delval, J. (2008): “Dificultades de los estudiantes en la construcción de las nociones económicas”, Iber: Didáctica de las Ciencias Sociales, Geografía e Historia, nº 24: 37-47.
Pagès, J. (2000): “La didáctica de las ciencias sociales en la formación inicial del profesorado”, Iber: Didáctica de las Ciencias Sociales, Geografía e Historia, nº 24: 33-45.
Prats, J. (2003): “Líneas de Investigación en Didáctica de las Ciencias Sociales”. En: História y Ensino Revista do Laborátorio de Ensino de Historia/UEL, vol.9: 1-25.
Prats, J. (2001): “Hacia una definición de la investigación en Didáctica de las Ciencias Sociales”. En: I Congreso Nacional de Didácticas Específicas. Las didácticas de las áreas curriculares en el siglo XXI, Granada, 1, 2 y 3 de Febrero de 2001.
Santisteban, A. (2008): “La educación para la ciudadanía económica: comprender para actuar”, Iber: Didáctica de las Ciencias Sociales, Geografía e Historia, nº 58:s. 16-25.
Travé, G. (1999): “Ciencias Sociales y enseñanza de las nociones económicas. Historia de un desencuentro”. En: Un curriculum de Ciencias Sociales para el siglo XXI: qué contenido y para qué (coord. García Santa María, M.T.): 77-82.
Travé , G. (editor), Estepa, J. y de Paz, M. A. (2001): Didáctica de la Economía en el Bachillerato, ed. Síntesis, Madrid.
Valbuena, M. y Valverde, J. A. (1999): “Ciencias Sociales y medio. Una relación necesaria en la formación de los maestros”. En: Un curriculum de Ciencias Sociales para el siglo XXI: qué contenido y para qué (coord. García Santa María, M.T.): 77-82.
Valero, L. F. y Brunet, I. (1999): “Algunas consideraciones sobre la Universidad del siglo XXI”, Revista Electrónica Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 2 (1): 463-470.
NOTAS
1. Muestra del creciente interés académico y social por la Didáctica de la Economía la Revista Iber: Didáctica de las Ciencias Sociales, Geografía e Historia, dedicó el pasado año un número monográfico (nº 58) a la Economía, bajo el título La enseñanza de una ciencia social: la economía.
2. “El interés de las niñas y los niños por las actividades económicas comienza
mucho antes de que empiecen a asistir a la escuela, porque están inmersos en un
mundo de interacciones económicas, especialmente de compra-venta, que llaman su
atención porque le permiten objetos deseables” (Kohen y Delval, 2008, p. 37).
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