APROXIMACIÓN DE LOS NUEVOS ENFOQUES DE: GESTIÓN DE LA CALIDAD TOTAL, EVALUACIÓN, INNOVACIÓN, EN LAS BIBLIOTECAS UNIVERSITARIAS ACTUALES, ANTE EL PARADIGMA DE LA ALFABETIZACIÓN INFORMACIONAL. RETOS Y DESAFÍOS
Sara Martínez García
saram@mcdf.sld.cu
Universidad de la Habana, Cuba
RESUMEN
Las Universidades y con ellas las Bibliotecas Universitarias son responsables de la formación educativa de los docentes, estudiantes e investigadores que en las actividades propias de su quehacer universitario, adquieren, estructuran y organizan el nuevo conocimiento, sustentado en un sistema de competencias, destrezas y habilidades orientadas a la resolución de problemas y paradigmas que plantea la ciencia. El mundo de las organizaciones, las entidades docentes, universitarias, científicas, los entornos laborales, la administración, la documentación y todas las áreas del conocimiento humano están en constante cambio, las Bibliotecas Universitarias se preparan para enfrentar los nuevos retos que suponen los enfoques de la calidad total, la evaluación de las bibliotecas, todo ello bajo el paradigma emergente de ALFI que se convierte en el siglo XXI en un modelo educativo competitivo hacia el cambio y la mejora continua.
Estos son los aspectos que se abordarán en este trabajo, donde se esbozan algunas consideraciones teóricas sobre los nuevos enfoques y conceptos de calidad total, evaluación de Bibliotecas y Certificación de Bibliotecas en el contexto Europeo actual y los nuevos paradigmas de la Alfabetización informacional (ALFIN) en el siglo XXI, como un todo indisoluble en la actual Sociedad de la Información y el Conocimiento. Además se ofrecen algunos modelos de evaluación. Finalmente a modo de resumen se ofrecen algunas conclusiones.
OBJETIVO GENERAL
Significar e interrelacionar los nuevos enfoques en las Bibliotecas Universitarias de calidad total, evaluación, innovación en el contexto bibliotecario universitario a la luz del siglo XXI y como la ALFI se erige en el paradigma fundamental de la Sociedad de la Información y el Conocimiento.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Brindar una aproximación teórica del tema abordado.
Acotar los conceptos actuales sobre calidad total, evaluación, Gestión de la Calidad y ALFI
Exponer el rol del profesional de la Información y el Bibliotecario, como actor principal en los escenarios de ALFI.
Examinar los modelos europeos sobre la evaluación de las Bibliotecas. Presentar las Declaraciones de Principios de algunas Instituciones Españolas frente al paradigma de ALFI en el siglo XXI.
Exponer de manera general una experiencia local de ALFI
METODOLOGÍA UTILIZADA.
Se utilizó el método del análisis documental clásico, se consultaron diversas fuentes documentales y se realizaron búsquedas bibliográficas con la finalidad de sistematizar elementos teóricos para acotar los diferentes acápites abordados en el trabajo.
Se refieren algunos autores que abordan diferentes conceptos. Entre ellos podemos citar: García Roche (2004), quien trata aspectos referidos a la calidad en la Biblioteca Universitaria; Pinto Molina (1998), con criterios para medir la calidad en las bibliotecas según el modelo europeo EFQM; Ferrer Torres y Rey Martín (2004) exponen el Modelo LibQual; Moreira Gómez refiriéndose a la Biblioteca Universitaria; Lancaster, que ofrece el concepto de evaluación; Kaoru Ishikawa (1986), se refiere a la calidad.
En otro orden del trabajo diferentes autores ofrecen sus conceptos sobre Alfabetización informacional.
Los tópicos teóricos que se abordan a lo largo del trabajo, nos permite llegar a conclusiones finales a modo de resumen.
INTRODUCCIÓN
Nos hallamos inmersos en la llamada sociedad de la Información, en la que se están transformando y ampliando los conceptos de lectura y escritura, obligándonos a adaptar nuestras capacidades y saberes, para no quedarnos descolgados de numerosas posibilidades en los principales ámbitos de la vida. Es un nuevo proceso de selección, que algunos autores denominan darwinismo social, donde ya no dependemos de la fuerza para sobrevivir, sino de la formación, cuyo último fin está ligado al desarrollo personal, a la empleabilidad y a la relación interpersonal; por lo tanto las organizaciones están viviendo un cambio en el paradigma de desarrollo de sus sistemas de información.
Al respecto La Duque (2004) expresa “que el cambio es alejarse del presente hacia una nueva situación de desequilibrio (inestabilidad) en busca de un orden diferente”. He identifica tres momentos o estados: el presente, la transición y el futuro deseado, convertido en un nuevo equilibrio u orden. Además, considera vital redefinir creencias, actitudes, valores, estrategias y prácticas para que las organizaciones puedan adaptarse mejor a los cambios imperantes en el medio.
En la actualidad, las universidades disponen de una o más bibliotecas que respaldan sus objetivos docentes y responden a los intereses y requerimientos de la comunidad de usuarios que atiende, los cuales son cada vez más exigentes. Se enriquece, entonces el rol de la Biblioteca Universitaria, que defiende y respalda los nuevos enfoques y paradigmas en la Sociedad de la Información. De este modo incorporan a su quehacer y se consolidan conceptos como calidad total, marketing, evaluación, innovación, gestión, entre otros.
El avance de las Bibliotecas Universitarias ha estado condicionado por el desarrollo de la llamada Sociedad de la Información con una Economía Globalizada, donde las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) juegan un papel determinante, aparecen novedosos sistemas de comunicación, generación y transmisión de la información, se masifica el acceso a la información, y se crean nuevos soportes y medios de comunicación. . Se producen cambios en la política bibliotecaria, se incrementa la cooperación, la colaboración y la asociación; se aplican nuevos métodos y filosofías de trabajo, donde temas como liderazgo, planeación estratégica, calidad, evaluación de servicios y auditorias de información, son asumidos y llevados a la práctica.
LA BIBLIOTECA UNIVERSITARIA.
Según Moreira González (2001), “La biblioteca universitaria, como cualquier sistema de información, es un conjunto interactivo de personas, tecnología y documentos.” La irrupción en los últimos años de las tecnologías la han llevado a una rápida evolución en la forma de procesar y difundir la información.
Actualmente, la BU se enfrenta a retos que surgen como consecuencia de los cambios tecnológicos de la constante proliferación de recursos de información como por ejemplo el de incluir en sus colecciones el mayor número posible de recursos electrónicos y evaluados adecuadamente. Las BU como parte activa dentro de las Universidades deben encauzar su trabajo automatizando todos sus procesos internos, creando áreas de autoaprendizaje y puestos de acceso a Internet en sus Salas de Lectura, proporcionando el acceso a la producción científica de los profesores e investigadores, creando un repositorio de materiales docentes; ofreciendo servicios on-line de préstamo, de información y referencia, de Videoteca digital, entre otros. Pero además Diseñando y creando cursos online, elaborando Webs temáticas, son las encargadas de organizar la información electrónica producida en las intranets, ofertar guías para el acceso a los recursos informativos, cooperar en el entrenamiento y las habilidades de investigación, desarrollar programas de alfabetización informativa y digital y evaluar las habilidades de la alfabetización informativa de los estudiantes. Es decir convertirse en Centros de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación.
Aproximación a la calidad y la evaluación en las Bibliotecas Universitarias.
Aunque la calidad como objetivo social es tan primitiva que puede
Considerarse una constante de la condición humana, el moderno concepto de calidad, asociado a la producción industrial, como cuerpo doctrinal aplicable a cualquier faceta de la actividad humana, comenzó hace un tiempo atrás, pero se ha desarrollado espectacularmente durante los últimos años.
En su evolución contemporánea el concepto de calidad ha experimentado una transformación desde un enfoque restringido y orientado al control final de los productos y al aseguramiento de los procesos de producción hasta un planteamiento integral que afecta a todos los niveles y áreas de la organización, cualquiera que sea su naturaleza. Si anteriormente la gestión de calidad tenía como parámetros el producto elaborado y el proceso de fabricación, en los últimos años el parámetro de la gestión de calidad total es la propia organización en su conjunto. El ámbito en el que opera la calidad no es ya un ámbito delimitado por las relaciones internas en un departamento y entre el productor y el consumidor, sino que se trata de un ámbito multidimensional que contempla todas las interrelaciones de la organización y de ésta con todos los grupos de interés. La calidad ha evolucionado de una concepción inicialmente tecnocrática y comercial a una concepción democrática y social. El término se transforma para dar paso a la excelencia, que incluye la la innovación, el estudio de mejores prácticas, la gestión del
Conocimiento y el desarrollo de los intangibles.
Hoy día, en diversos escenarios a nivel comunitario, nacional e internacional, los sectores económicos, educativos, industriales, políticos, sociales..., están inmersos en una competencia por sobrevivir y triunfar, para ello es necesaria la calidad. Pero el fenómeno de la calidad puede observarse desde perspectivas muy
Distintas, como la trascendente, que supone para la calidad una realidad absoluta y universalmente reconocible.
La calidad basada en el producto se ve como una característica intrínseca a este más, que como algo adscrito. Para las definiciones de calidad desde la perspectiva del usuario, es éste el “ultimo juez
De la calidad”, entendida como "la totalidad de las partes y características de un producto o servicio, que influyen en su habilidad de satisfacer necesidades declaradas o implícitas". En realidad, esta perspectiva fundamentada en el usuario como principio y fin de la calidad es más compleja y facetada de lo que a
menudo se cree, máxime si tenemos en cuenta que nos conduce a la consideración de los aspectos dinámicos de la calidad que abarcan desde lo que espera el cliente hasta lo que este no requiere
explícitamente pero que sin embargo le proporcionaría un alto grado de satisfacción. La perspectiva basada en el proceso se concentra en la satisfacción de determinadas especificaciones. En esta línea, Crosby define la calidad "como cumplir con los requisitos”. No obstante hemos de reconocer que el establecimiento
de tales estándares ha sido, en algunos sectores, la principal causa de defectos de calidad. Desde el prisma del valor, la calidad se define en términos de costo y precio. Puesto que se trata de puntos de vista no excluyentes, el auténtico desafío para los gestores es integrar tales perspectivas en una estrategia integral.
DEFINICIONES DE CALIDAD
El tema de la calidad ha sido abordado por múltiples autores ofreciendo diversas definiciones, una de ella contextualizada como la más integral y quizás, es la formulada por W. Edwards Deming, al expresar: “Calidad significa: Hacer lo correcto en la forma correcta, de inmediato”. Bajo esta premisa, se dice que el ciclo de calidad consiste en planificar, realizar (hacer), verificar y actuar.
Según Kaoru Ishikawa (1986), la calidad “es el control total de calidad conseguido a través de la participación total de toda la empresa, donde se organizan los grupos con el fin de estudiar y se estudia para no repetir errores”.
Ambas definiciones significaron una revolución conceptual en el campo de la gerencia, en la que la orientación es hacia el consumidor, usuario, cliente.
Para Philip B. Crosby (1987) la calidad no cuesta, el costo de la calidad es el gasto ocasionado por hacer mal las cosas.
La calidad en los servicios de información.
La calidad en los servicios y particularmente en los servicios de información, son extremadamente difíciles de estudiar en virtud de la participación del usuario en el proceso de producción. Por consiguiente, es difícil suponer un nivel de calidad para los servicios prestados con el ingrediente básico de las diferencias individuales. Teniendo en cuenta esta especial característica, resulta ciertamente complicada cualquier aproximación a la Calidad Total en los medios documentales. Seria más adecuado hablar de procesos de mejora continua.
En el contexto Bibliotecario y de las organizaciones de información a partir de los años 90 se introdujeron una serie de conceptos propios de otras disciplinas, fundamentalmente de la dirección entre ellos: la planificación estratégica, la planificación por objetivos y las técnicas de gestión de la calidad total, con el objetivo de optimizar los recursos para prestar un servicio de calidad que proporcione la máxima satisfacción del usuario.
El concepto de calidad «total» que ese expresa en este trabajo, toma como principio el creado en los años 90 del siglo anterior, abarcando la calidad a todos los niveles: concepción, producción, control y servicio. El énfasis se sitúa en la gestión, en la que toman parte los empleados y en la medida, orientada externamente al usuario, principios de la calidad total.
La (TQM) en el campo de la documentación no ha sido tratada profundamente, los estudios sobre calidad se encuentran todavía en un estado incipiente, aunque el creciente interés sobre el tema ha propiciado la proliferación de grupos de trabajo y de publicaciones. Es muy pronto para que se pueda presentar una visión objetiva de lo que está sucediendo en el sector de la información y de las BU con respecto al asunto de la calidad. Sin embargo, un criterio de la autora de este informe es que la calidad la evaluación y la innovación son pilares del desarrollo actual de las Bibliotecas Universitarias y es de vital importancia en el presente y en el futuro preocuparse por la racionalización de tales actividades dentro del dominio estratégico de la información en el contexto universitario tanto internacional, como en los dominios locales.
LA EVALUACIÓN.
La evaluación como parte integrante de la tríada, calidad, innovación y evaluación, es parte ineludible de la mejora continua y el perfeccionamiento actual de las bibliotecas universitarias.
La evaluación que buscamos como garante de la autonomía de los centros docentes, universitarios , no es un añadido extraño, no es algo ajeno a la institución escolar, es un componente más de los procesos que se desarrollan en ella, es algo intrínseco al proceso educativo; tanto es así, que se trata de crear una cultura evaluadora que permita hacer de la evaluación un elemento normalizado, habitual y continuo dentro de los instituciones docentes y las bibliotecas universitarias , sensibilizando a la comunidad educativa de la necesidad de la evaluación como instrumento de mejora.
La evaluación de la calidad en las actividades que ofrece una BU, permite asegurar a la sociedad, si dicha institución cumple con un conjunto de estándares mínimos de calidad, con reconocimiento internacional y además rinde cuentas con transparencia de los recursos que recibe. En este nuevo contexto subyace una minuciosa revisión de su estructura organizacional, liderazgo, modelo de gestión (planeación), procesos y comunicación, recursos económicos, fondos documentales, servicios, instalaciones, tecnología y personal.
La evaluación debe entenderse como un proceso participativo y transparente de todos los agentes implicados –personal de Biblioteca, estudiantes, personal docente e investigador y personal de administración y servicios- tanto en la recogida de datos e información, su análisis, y en los resultados obtenidos.
Según Framer ( 2001) “La evaluación es una actividad que tiene por objeto maximizar la eficiencia de los programas en la obtención de sus fines y la eficiencia en la asignación de recursos y la consecución de los mismos siendo un componente estructural de cada proyecto, programa o acción que se emprende”.
Lancaster (1999) en el área de la Bibliotecología considera la evaluación como “un proceso que permite comprobar la trayectoria de la biblioteca, el cumplimiento de los objetivos establecidos, un acercamiento a las metas y, en definitiva, la consecución de la misión establecida por la institución en la que se enmarca”. Paralelamente, se van estableciendo normas y recomendaciones que ayudan en las tareas evaluativas.
El objetivo fundamental de la evaluación de la calidad es mejorar la biblioteca en el sentido más amplio, o uno de sus servicios, productos o procesos, corrigiendo los puntos débiles de los recursos, procesos, servicios y productos. Pero también identificando los aspectos que se estén llevando a cabo de forma correcta, dentro de parámetros aceptables, y que conviene esforzarse por mantenerlos o mejorarlos. Es necesaria la implicación de los trabajadores en todos los procesos, así como conocerlos, para que su actitud sea receptiva a los cambios, e incluso que exista un compromiso para su participación directa en los planes y en los procesos que se inicien.
Las cartas de servicio y la autoevaluación de las Bibliotecas.
Las Cartas de Servicios, como documentos mediante los cuales las organizaciones de la Administración informan de los servicios que prestan y declaran sus compromisos de calidad en la prestación, tienen evidentemente una base organizacional.
Las Cartas de Servicios no son sólo instrumentos de marketing público, sino que son primordialmente herramientas de mejora interna de la organización. Para poder formular compromisos de calidad hacia el usuario, la organización debe autoanalizarse, saber con qué recursos cuenta, asegurar sus procesos y conocer sus resultados reales versus las expectativas de los usuarios. Por lo tanto, no es viable una Carta de Servicios digna de tal nombre, esto es, que contenga compromisos relevantes para los usuarios, si no se lleva a cabo previamente un proceso de autodiagnóstico y mejora de la organización.
En resumen, el proceso de elaboración de una Carta de Servicios entraña una rigurosa “autoevaluación” de la organización, al menos en aquellos aspectos concernidos por los servicios objeto de declaración. Los centenares de Cartas elaboradas por las más diversas organizaciones públicas han permitido en muchos casos mejorar la calidad de sus servicios a través del autoconocimiento, el aprendizaje y la mejora interna.
La autoevaluación de las organizaciones conforme a modelos de excelencia supone por su propia naturaleza la aplicación de herramientas de calidad a la mejora de la organización. La propia definición de autoevaluación resulta expresiva. “Examen global, sistemático y regular de las actividades y resultados de una organización comparados con un modelo de excelencia para identificar puntos fuertes y áreas de mejora y para elaborar un plan de mejora”.
La práctica habitual de la autoevaluación por parte de las organizaciones públicas, permite evidenciar e interiorizar lo que están haciendo bien y lo que no están haciendo tan bien, las llamadas “áreas de mejora”.
Les posibilita saber si sus resultados, relacionados con sus clientes, con sus empleados, con la comunidad en la que opera y con el objeto de su “negocio” –el derivado de su Misión, Política y Estrategia - son buenos en términos de tendencias, de cumplimiento de objetivos, de comparaciones con otras organizaciones y de correlación o causalidad con su gestión respecto a un público objetivo más complejo comporta el alineamiento de toda la organización como un sistema integrado. Las organizaciones que se encuentran en un proceso permanente de autoevaluación conforme a modelos de excelencia están en condiciones de mejorar su rendimiento global, equilibrando la satisfacción de sus clientes directos con la de sus empleados, la de la sociedad y la de los objetivos corporativos o institucional ( X Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Santiago, Chile, 18 - 21 Oct. 2005)
MODELOS EUROPEOS PARA LA EVALUACIÓN DE LAS BIBLIOTECAS.
El Modelo EFQM
Modelo Europeo de Gestión de la Calidad, de la European Foundation of Quality Management, (EFQM) permite detectar las fortalezas y debilidades de la institución evaluada, mediante el análisis de evidencias, información, datos e indicadores.
Para la autora de este trabajo es el modelo de preferencia para evaluar Bibliotecas, pues es muy completo, muy integrador de todas las actividades y procesos en la Biblioteca u organización de información a evaluar.
Tiene como filosofía el principio de la mejora continua.
Se puede utilizar como herramienta para el benchmarking y para la acreditación.
Existen tres versiones o adaptaciones del mismo, la primera adaptación para empresas grandes, la segunda para medianas empresas y la tercera dedicada al sector público.
Existe un compromiso de actualización y revisión para enriquecerlo con las experiencias llevadas a cabo en las organizaciones y bibliotecas, con la introducción de nuevos elementos.
Es una herramienta para la gestión de la calidad que posibilita orientar a las organizaciones hacia el cliente con un enfoque integral y global, dado que analiza todas las actividades y tareas de la organización.
Sobre este modelo Pinto (1998) asevera que “constituye la base de los Premios Europeo y algunos Nacionales de Calidad, permite a cualquier Biblioteca la Autoevaluación de un modo standards reconocido internacionalmente, identificando sus puntos fuertes y áreas de mejora y midiendo su propio progreso. La Autovaloración permite a la Biblioteca, grande o pequeña, revisar de un modo exhaustivo, sistemático y reglado sus actividades y sus resultados utilizando un riguroso modelo para Identificar los puntos fuertes de la organización, tanto en las operaciones llevadas a cabo como en los resultados obtenidos. Identificar las operaciones que necesitan mejora. Medir los progresos experimentados”.
Sobre este mismo modelo para referirse a la autoevaluación la autora Pinto Molina plantea “Complemento de la Autoevaluación es la Comparación cuantificada de la Biblioteca consigo misma y con el rendimiento de otras Bibliotecas de similares características. Facilitadas la Autoevaluación y la Comparación como punto de partida obligado en cualquier procedimiento relacionado con la Calidad Bibliotecaria, estaremos en condiciones de planificar el futuro de nuestras Bibliotecas, para lo cual este Modelo de Excelencia Empresarial, cuya filosofía es holística, está perfectamente capacitado”.
Este modelo se divide en 9 criterios que son:
(Liderazgo, Política y Estrategia, Personal, Alianzas y Recursos, Procesos, Resultados en clientes, en el personal, en la sociedad, y resultados clave), y cada uno de estos, a su vez, en distintos subcriterios referidos a las distintas facetas de los mismos.
Fases del proceso de evaluación EFQM
El proceso de evaluación tiene tres grandes fases:
1. Fase de Evaluación Interna o Autoevaluación
2. Fase de Evaluación Externa.
3. Fase de Informe Final, que es una síntesis de las dos anteriores.
Ventajas.
Entre sus principales ventajas están:
Expone la situación de la biblioteca en la trayectoria hacia la excelencia, ayudando a identificar problemas y sus soluciones. Facilita la revisión de la biblioteca en todos sus aspectos.
Sirve de base para el proceso de planificación y de gestión (al permitir detectar los puntos fuertes, débiles y preparar acciones para mejorarlos, así como la posibilidad de benchmarking).
Actualización constante.
Permite la redefinición de conceptos, la incorporación de subcriterios, y el replanteamiento de otros.
Tiene un carácter transversal al permitir valorar distintos temas (comunicación, responsabilidad social, creatividad e innovación, clientes, gobierno de la organización, conocimiento, mercado y definición del mercado, personas de la organización, metodología de procesos, proveedores y sostenibilidad), en diferentes criterios y subcriterios.
Presenta criterios novedosos y relevantes, al poner de manifiesto la importancia del liderazgo, política y estrategia para conseguir la misión.
Considera la gestión de las alianzas externas, a través de redes, consorcios y otras formas de colaboración.
Este modelo es uno de los más utilizados para evaluar las Bibliotecas Universitarias Españolas. Empero que es el de preferencia de la autora, consideramos que el aspecto que se refiere al impacto social, no se le otorga tanto compromiso, sin embargo este parámetro tiene mucho peso, en los objetivos de la evaluación de una organización de información
MODELO LIBQUAL+TM
Es una herramienta que permite observar la calidad de los servicios a partir de los datos proporcionados por los usuarios sobre sus percepciones respecto a los servicios proporcionados en las unidades de información.
Este método se basa en SERVQUAL, cuestionario desarrollado por L. Parasuraman, Berry y Zeithmal (1988). Dicho método se fundamente en el concepto de la calidad de los servicios, conceptualizada como el grado y la dirección de la discrepancia entre las expectativas de los usuarios y sus percepciones. Es una forma de actitud resultante de la comparación entre las expectativas previas de los usuarios y el rendimiento, que realmente percibirán del servicio.
Las bibliotecas de la Universidad de Tejas A&M, y otras han utilizado los instrumentos modificados del SERVQUAL durante años y su uso demostró la necesidad de crear un nuevo protocolo adaptado del original, por ello se creó LibQual+TM, mediante el cual se redefinía el sistema de entrevistas básico del SERVQUAL.
LibQual+TM trabaja en interfaz Web con un protocolo que permite realizar las preguntas al usuario sobre la biblioteca para conocer cuales son las expectativas del servicio ofrecido. Para ello la biblioteca elije un número aleatorio de usuarios con dirección de correo electrónico y le envía el cuestionario que una vez completado se reenvía directamente al servidor central de LibQual+TTM en una base de datos.
Los datos son analizados y los informes resultantes permiten conocer la calidad percibida por los usuarios de los servicios de cada una de las bibliotecas participantes. En los informes se presentan las discrepancias entre los niveles deseados, percibidos y minimamente aceptados de los servicios.
REVISIÓN DE ALGUNOS CONCEPTOS DE ALFI
El autor McGarry (1991).Reseña un grupo de acepciones. La primera y más simple; solo se refiere a la capacidad de leer y escribir.
La segunda desde luego incluye esta habilidad, pero también más amplia: ‘El concepto de alfabetización va más allá de la pura capacidad de leer y escribir; siempre ha significado la capacidad de leer, escribir, y entender.
Según (Gilster 1997) es el “acto de cognición fundamental”.
Igualmente Clifford (1984) sugiere” a comunidad de expertos ha abandonado la dicotomía alfabetizado/ analfabeto como
punto de partida, en favor de una concepción de la alfabetización como un contínuum; en un extremo está la capacidad de reproducir combinaciones de letras… en el otro; comportamientos de aprendizaje lingüístico como son llamados el razonamiento lógico,
las destrezas cognitivas de orden superior y el pensamiento”.
Recientemente se han tomado otros significados, al respecto (Depuis 1997) expresa • “La alfabetización, además de abarcar las destrezas básicas de lectura y escritura, ahora incluye la capacidad general de entender y cumplir las funciones con éxito”
Según (Olsen y Coons (1989) “ La alfabetización puede definirse como la posesión de las destrezas que se necesitan para conectarse a la información imprescindible para sobrevivir en sociedad’
Otra definición bien interesante la ofrece Campbell (1990)”Alfabetización conlleva la integración de comprensión oral, expresión oral, lectura, escritura y pensamiento crítico; incorpora la numeración. Incluye un conocimiento cultural que permite al hablante, escritor o lector reconocer y usar el lenguaje apropiado
para diferentes situaciones sociales. Para una sociedad tecnológicamente avanzada... el objetivo es una alfabetización activa que permita a la gente utilizar el lenguaje para aumentar su capacidad de pensar, crear e interrogar, de manera que
Verdaderamente participen en la sociedad’”.
La definición más aceptada es la inicialmente elabora la American Library Association, ALA (1989) que define ALFIN de este modo: “Alfabetización en información es la capacidad de comprender y un conjunto de habilidades que capacitan a los individuos para reconocer cuándo se necesita información y poseer la capacidad de localizar, evaluar y utilizar eficazmente la información requerida”.
La ALFI en el Siglo XXI en España. Consideraciones generales.
Según expresa CILIP ( Chartered Institute of Library and Information Professionals). Consideran esta definición, como la más completa, que se puede aplicar a todos los contextos informacionales, es en definitiva una variante de la definición expresada por la ALA, esta definición de CILIP expresa”“Alfabetización informacional es saber cuándo y por qué necesitas información, dónde encontrarla, y cómo evaluarla, utilizarla y comunicarla de manera ética.”
Esta definición implica varias habilidades. Las habilidades (o competencias) necesarias para que una persona pueda ser considerada como alfabetizada en información consisten en:
La necesidad de información.
Los recursos disponibles.
Cómo encontrar la información.
La necesidad de evaluar los resultados.
Cómo trabajar con los resultados y explotarlos.
Ética y responsabilidad en la utilización.
Cómo comunicar y compartir tus resultados.
Cómo gestionar lo que has encontrado.
La ALFI en España, Declaraciones expresadas por Instituciones españolas.
En la Declaración de Praga (2003) un grupo de expertos de varios países, auspiciada también por la UNESCO proponen una serie de principios que debiera sumir la Alfabetización Informacional como requisito necesario para el ciudadano de la sociedad de la información, la define de la siguiente forma: “La alfabetización informacional comprende el conocimiento y necesidades de los individuos y la habilidad para identificar, localizar, evaluar, organizar y crear, utilizar y comunicar información eficazmente para enfrentar aspectos o problemas; es un prerrequisito para participar eficazmente en la Sociedad de la Información y es parte de los derechos básicos de la humanidad para un aprendizaje de por vida”.
La Declaración de Alejandría: Faros de la Sociedad de la Información: Alfabetización Informacional y el Aprendizaje a lo largo de la Vida (2005) indica que la alfabetización informacional:
Incluye las competencias para reconocer las necesidades de información y para localizar, evaluar, aplicar y crear información dentro de contextos sociales y culturales;
Resulta crucial para las ventajas competitivas de individuos, empresas (especialmente las pequeñas y medianas), regiones y naciones;
Ofrece la clave para el acceso, uso y creación eficaz de contenidos en apoyo del desarrollo económico, la educación, la salud y los servicios humanos, y de todos los demás aspectos de las sociedades contemporáneas; y con ello ofrece una base vital para conseguir las metas de la Declaración del Milenio y de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información;
Se extiende más allá de las meras tecnologías actuales para cubrir el aprendizaje, el pensamiento crítico y las competencias de interpretación por encima de fronteras profesionales, potenciando a los individuos y comunidades.
La Declaración de Toledo: Bibliotecas por el aprendizaje (2006) fruto del Seminario de Trabajo Biblioteca, aprendizaje y ciudadanía: la alfabetización informacional, constituye el primer intento por apoyar desde diferentes sectores la adquisición de competencias en información.
El nuevo rol del Bibliotecario ante el paradigma de ALFI
Las actividades formativas ofrecidas por las bibliotecas van dirigidas a todos los miembros de la comunidad universitaria: no sólo a estudiantes, sino también a profesores y personal de apoyo. No se puede pretender que el personal docente forme a los nuevos investigadores cuando las habilidades informacionales no han sido adquiridas por ellos mismos. De esta forma el rol del Bibliotecario se basa en tres objetivos:
1. Formar a los usuarios finales.
2. Formar al profesorado para que a su vez éste ejerza de formador.
3. Desarrollar herramientas de autoaprendizaje (tutoriales) para que los usuarios puedan formarse por ellos mismos.
La labor formativa del bibliotecario no se centra tan sólo en el aula; se elaboran guías didácticas (Fulls Access), manuales de uso y tutoriales disponibles a través de la biblioteca digital.
La formación virtual va teniendo un protagonismo cada vez mayor y las oportunidades que nos ofrecen las NTIC para diseñar material pedagógico multimedia son innumerables.
Experiencia de ALFI en el entorno local. El CDF en Cuba.
El Centro para el Desarrollo de la Farmacoepidemiología, al que se subordinan un grupo de centros provinciales y municipales responsabilizados con la implementación de la estrategia nacional de Farmacoepidemiología en Cuba, que tiene como “misión” contribuir a proteger la salud de la población promoviendo y vigilando la prescripción razonada y el uso de los medicamentos y otras opciones terapéuticas en la comunidad, basado en la mejor evidencia disponible de la eficacia, efectividad, eficiencia y seguridad de los mismos.
Esta institución de carácter nacional coordina todas las actividades de farmacoepidemiología a nivel nacional. Cuenta además con una Biblioteca que tiene como objetivos los siguientes:
Suministrar información para apoyar todas las líneas de trabajo del centro y de la red.
Ofrecer información actualizada y novedosa de manera rápida y precisa.
Realizar estudios y aplicar nuevas técnicas que mejoren el acceso a la información
La experiencia en el CDF sobre ALFI es muy incipiente, comenzó hace dos años cuando inicialmente se impartió una conferencia por expertos en el tema para motivar e incentivar el interés de los especialistas sanitarios de la institución sobre las cuestiones de ALFI.
Posteriormente se elaboró un primer curso sobre habilidades y conocimientos sobre ALFi, que se impartió en la Biblioteca a todos los especialistas y farmacoepidemiólogos del centro y otras instituciones afines.
En un tercer momento, los bibliotecarios del CDF (2) se trasladaron hacia los territorios provinciales, para ofrecer un taller con contenidos esenciales sobre el tema.
CONCLUSIONES
La calidad, la evaluación y la innovación son pilares del desarrollo actual de las Bibliotecas Universitarias y es de vital importancia en el presente y en el futuro preocuparse por la racionalización de tales actividades dentro del dominio estratégico de la información en el contexto universitario tanto internacional, como en los dominios locales.
La BU se enfrenta a importantes retos entre ellos: Redimensionar todos sus procesos, servicios y gestión, en función de apoyar la investigación y la innovación tecnológica;
Dentro del contexto Europeo, España es líder en los procesos de evaluación en Bibliotecas Universitarias y el modelo que más utilizan es el EFQM.
Las Cartas de Servicios son primordialmente herramientas de mejora interna de la organización.
El proceso de elaboración de una Carta de Servicios entraña una rigurosa “autoevaluación” de la organización.
Los bibliotecarios y profesionales de la información juegan un rol fundamental en el paradigma de ALFI como agentes formadores de los usuarios en las Bibliotecas Universitarias.
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Proyecto de estudio comparativo de la calidad de las bibliotecas universitarias
españolas y desarrollo de un catálogo de ‘mejores prácticas’: informe resumen.
UAM, 2003.
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Los autores interesados deben enviar sus textos en formato DOC a: lisette@eumed.net junto a un resumen actualizado de su CV.
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