Raúl Rodarte García*
Francisco Emilio Rodarte Gutiérrez**
UAEH. México
E-mail: rrodarte@uaeh.edu.mx
Resumen
¿Cuándo empezó a declinar el imperio americano?, ¿cuándo inició su debilidad económica?. La gran América es decir el imperio americano hoy y a pesar del discurso del presidente Donald Trump se está empequeñeciendo poco a poco y ya no es aquel imperio que imponía su ejemplo civilizatorio que todos los países del mundo tenían que seguir. Por el contrario el presidente actual que gobierna a los Estados Unidos cada día la aleja más de una buena relación con otras naciones.
Para desgracia de México y recordando la vieja frase “tan lejos de dios y tan cerca de los Estados Unidos” muestra a la nación mexicana como la más expuesta a los ataques más burdos y descarados de un imperio y de unos gobernantes que están en la desesperación de perder el poder.
Es seguro que los valores que empujaron al esplendor americano han sido factores que no se pudieron adaptar a un sistema económico y social cambiante. Entre ellos el haber asumido y aceptado el ser el gran policía del sistema capitalista que implicó gigantescos gastos militares que impidieron el desarrollo de productos y tecnologías que lo pusieron a una distancia económica de los países europeos y asiáticos.
El ser el gran vigilante significó también, el destinar un gran presupuesto a actividades de espionaje, infiltración y control de aparatos guberidntales internacionales que al final de cuentas muchas de esas intervenciones a la larga hoy se asemejan a cuchillo que se ha volteado contra el que lo empuña.
Y el segundo factor que se estudiará en este trabajo es el de ser el país más ultraliberal del capitalismo, que significó el abandono de su sociedad a la pobreza y la ignorancia.
Así que, este trabajo analiza los efectos del manejo de dos elementos estructurales como el estratégico y el de política económica como los principales factores de la debilidad americana ante el nuevo siglo.
Palabras clave: Geopolítica, imperialismo, globalización, regiones, crisis y nacionalismos.
ABSTRACT
When the American empire did start its decline? When its economic debility did begin? “The Great America” idly the American empire today and regardless the discourse of president Trump are shrinking progressively and it is no longer that empire that imposes its civilizatory example that all the countries had to follow as guideline. On the contrary the sitting president, who is governing and will govern during another three years, is moving away the United States from a good relationship with other nations.
Unfortunately for the people in México and remembering the old saying “So far from God and so close from the United States” means that the nation of México is the most exposed to the most crude and blatant attacks from an empire and its leaders who are in a state of despair for losing the power obtained by weapons.
It is for sure that the values that contributed for the American splendour have been the factors which were impossible to be adapted to a changing economic and social system.
Among those factors, having to assume the task and be acknowledged as the ruling, police of the capitalist system, implied enormous military spending and effort, neglecting the development of other kinds of products and technologies. Being the big watchman also implied allocating a big budget to activities such as espionage, infiltration, and control of the various governmental apparatus, which at the end such interventions have become the knife that now is turning back to his wielder.
The second factor to be studied in this paper its being the most ultraliberal country when it comes to capitalism that in consequence add up to the abandonment of society to poverty and ignorance.
Thus, this work will analyse the effects of the management of two structural elements such as the strategic and economic politics as the main factors for the weakness the USA is facing ahead the new century.
Keywords: geopolitics, imperialism, globalization, regions, crisis and nationalism.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Raúl Rodarte García y Francisco Emilio Rodarte Gutiérrez (2020): “La decadencia del imperio americano”, Revista Contribuciones a la Economía (enero-marzo 2020). En línea:
//eumed.net/2/rev/ce/2020/1/decadencia-imperio-americano.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/ce201decadencia-imperio-americano
Aunque pareciera que hablar de imperialismo es obsoleto y pareciera que ese concepto ya no se debe utilizar, pero en el contexto que se encuentra América no se debe olvidar ni hacer un lado ante la ofensiva de Estados Unidos y España por recuperar áreas de influencia económica que les garanticen flujos de capital a sus empresas.
Para recordar, el imperialismo es la "expansión territorial de un pueblo a costa de otro, que generalmente implica la conquista de este último, o al menos del territorio de este" 1. Estos autores agregan que "el término se reservará para denotar una situación de dominio económico y (generalmente) político por un núcleo capitalista (o al menos capitalista incipiente) sobre una región periférica".
Y se puede afirmar que la globalización es parte del proceso imperialista aunque en esta etapa el proceso de concentración de capital está en manos de las grandes empresas trasnacionales que hoy gobiernan el espacio mundial con ayuda de los gobiernos metropolitanos. Pero el proceso globalizador neoliberal ha tenido una evolución agresiva y destructora ya que la competencia mercantil entre las grandes empresas está provocando la desaparición, absorción y concentración empresarial y de la riqueza en unas cuantos consorcios empresariales. Al desarrollarse este proceso empezó a crearse un grupo de empresarios que poco a poco iban perdiendo capital y presencia en la gran competencia salvaje de los capitales. Estos grandes empresarios ante el temor de desaparecer reaccionaron de una manera lógica replegándose a sus fronteras políticas y presionando a sus gobiernos para que de una forma abierta desplegara nuevas iniciativas militares y económicas para reconquistar territorios.
Este es el caso de los Estados Unidos de América Harvey2 menciona que desde la guerra contra el terrorismo este país ha impuesto "un nuevo imperialismo”, en el momento que despliega una participación militar más abierta en todos los continentes. Este despliegue de fuerza es diferente porque hoy Estados Unidos exige a las otras potencias capitalistas su apoyo a sus aventuras militares, con la promesa de obtener porciones de mercados o recursos naturales o actividades industriales de los territorios conquistados.
El imperio obsoleto español es el que abiertamente apoya todas estas aventuras militares, en especial en América Latina y se puede afirmar que, fue el primero en desplegar esa iniciativa en sus antiguas colonias. Aunque se debe reconocer que en la globalización el primer método de conquista fue la corrupción, abiertamente los agentes empresariales se desplegaron a corromper y comprar a políticos y gobiernos de todo el mundo para que, y aprovechando las aperturas del mercado, fueran sus empresas privilegiadas en contratos para inversiones públicas y de venta de empresas y bienes guberidntales.
El caso de México es significativo en este sentido ante las evidencias de corrupción del aparato guberidntal de México bajo el gobierno de Enrique Peña Nieto3 . En las investigaciones periodísticas se comprobó que este personaje fue impulsado y beneficiado desde que era gobernador del Estado de México por la empresa OHL (Obrascón Huarte Lain,).
Con la corrupción guberidntal, los Estados permitieron el flujo abierto de capital sin importar si este era legal o sucio a las metrópolis imperiales como se mostró con el dinero del cartel de drogas mexicano “Z” que fluyo a España desde México con el fin de fortalecer los capitales españoles que se estaban expandiendo por el mundo esto quedo en evidencia con la trama Zeta en la que un exgobernador de Coahuila fue detenido por las autoridades españolas y que por presiones del gobierno mexicano fue liberado sin ningún cargo a pesar de las evidencias con que contaba el gobierno español4 . Pero el intervencionismo español ha ido más allá, abiertamente el Estado español ha impulsado y apoyado políticamente al Partido Popular para que organice una red de intervenciones políticas en Latinoamérica. Este partido transfiere tanto recursos monetarios como humanos para organizar grupos políticos y de choque que hoy vemos que se enfrentan a los gobiernos de tendencias nacionalistas que osan tocar los intereses económicos de los empresarios españoles. (La lista de países es casi toda Latinoamérica, pero principalmente Venezuela, Argentina, Bolivia y México). Esa ofensiva no se limita a los partidos también permite e impulsa noticias falsas y tendenciosas a partir de la agencia de noticias “El país” medio que constantemente ha sido cuestionado por la invención y la tergiversación de hechos para beneficiar a grupos y élites locales que trabajan armónicamente bajo sus intereses”.5
El caso español sólo se puede explicar a partir del debilitamiento económico político de los Estados Unidos que por falta de recursos abandonó muchos de los aspectos de su actividad intervencionista en todo el mundo. Esta situación ha permitido que pseudo imperios como el español empiecen a llenar esos espacios y reabrir discursos que se habían abandonado con el debilitamiento del socialismo.
Tanto para Estados Unidos, como España la guerra del terror inaugurada después de los atentados a las torres gemelas ya no era suficiente argumento para pretextar una lucha de clases y regiones. Así que se regresó a la vieja guerra fría como argumento para redesplegar las iniciativas imperiales intervencionistas. Solo para recordar la guerra fría fue una guerra generalmente de propaganda entre el sistema capitalista y el socialismo que dominó en las relaciones políticas internacionales entre todos los países del mundo alineados en esos dos bandos. Cada uno de los sistemas exageró en las fallas o debilidades de cada uno como un medio para introducir rechazo y temor entre los sistemas. Esta guerra la ganó el capitalismo en el momento que a finales de la década de los ochenta grandes grupos poblacionales enajenados por la propaganda capitalista salen en masa a buscar un lugar dentro de los países desarrollados capitalistas.
Pero, la táctica de revivir la guerra fría ya no puede funcionar, porque en primer lugar la mayoría de los seguidores de un mundo diferente o de izquierda han roto con la tradición estalinista leninista de un Estado absoluto que controlara la sociedad y por el contrario se avanza sobre la idea de un gobierno más que de un Estado gobernado por la sociedad misma eliminando los conceptos de liderazgos o que en la tradición leninista se refería a la masa crítica.
Y principalmente porque esos países satanizados, los socialistas y/o ex socialistas mostraron en la últimas décadas un signo asombroso de recuperación económica que los hizo competir con los grandes países capitalistas incluso desplazándolos de espacios y regiones del planeta.
Por eso, la muestra de bajo nivel que presentan las huestes neo imperialistas al atacar con esos viejos argumentos hace imposible que convenzan a sociedades empobrecidas por la fase capitalista globalizadora. Y esto muestra el límite de la “nueva” estrategia imperial porque por un lado, cierran sus mercados y controlan la inversión externa en sus territorios y por el otro con esos viejos argumentos tratan de convencer a las sociedades del subdesarrollo que le sigan apostando al fracasado modelo globalizador.
En este caso la excepción es La Gran Bretaña que al votar el Brexit fue atacada por los países europeos con los mismos argumentos con los que los medios mundiales bombardean a los gobiernos nacionalistas de Latinoamérica.
Por el contrario, países como China y Rusia están implementando otro tipo de estrategia de expansión que en este momento es difícil catalogar como imperialista debido a que están utilizando más la diplomacia y el despliegue económico compartido para así ampliar sus zonas de influencia económica. Estos países hasta este momento no están interviniendo en política de las naciones donde su capital se está expandiendo. Lo mismo invierten en Cuba como en México, apoyan regímenes como el de Siria, como firman tratados con naciones como Chile, es decir y se debe preguntar ¿Qué tanto esta estrategia puede modelar las relaciones económicas del sistema mundo en las próximas décadas?
Así que no debemos olvidar que un imperio va a seguir siendo aquel Estado o país que por medio casi siempre violentos se apropia de otros territorios o Estados con el fin de explotar todos aquellos recursos que garanticen riquezas para el Estado imperialista. Así imperialismo es el proceso de apropiación de la riqueza y dominio social y político por uno o más países de todo el planeta6 .
El caso de Estados Unidos es sorprendente a los ojos de los analistas políticos porque en menos de tres décadas algo que se avizoraba como el gran triunfo americano en contra del socialismo y que lo colocaba como el país más poderoso del planeta, militar y económicamente, se vino abajo y hoy nadie duda que es un país decadente en que su sociedad y su gobierno no tienen una guía o luz del camino a seguir para recuperar el terreno perdido en la competencia mundial.
Pero que fue lo que hizo grande a América (Estados Unidos de América), en primer lugar que los primeros colonos al adoptar los principios liberales capitalistas entraron directamente al juego capitalista imperial que iniciaba en el planeta, se debe reconocer que la idea y el impulso que recibieron sus mercancías por parte del recién gobierno constituido americano a un mundo en que sólo existían unos cuantos países capitalistas les permitió acumular riquezas que impulsaron a su país con ideas expansionistas a invertir y financiar un ejército que de inmediato tuvo como objetivo defender y expandir las fronteras nacionales. Desgraciadamente las primeras víctimas fueron sus países vecinos Canadá y principalmente México.
Canadá tuvo la ventaja que tenía el respaldo militar de Inglaterra que en ese momento era la gran potencia militar del mundo. Pero a pesar de ello los americanos organizaron expediciones para conquistar territorio canadiense y que fueron repelidos por su profunda desconfianza a la manera en que los Estados Unidos trataron a aquellos habitantes que quedaron dentro de los territorios arrebatados al imperio francés e inglés y que se identificaban con Canadá (sobre todo a los habitantes del territorio que se llamó la Acadia y que hoy comprende al Estado de Maine).
México por el contrario con una acumulación de capital incipiente ante lo que significó el saqueo colonial y un desarrollo capitalista muy limitado poco pudo hacer para oponerse a ese ejercito moderno y técnicamente mejor que el mexicano, ante esta situación el país perdió la mitad de su territorio y por lo tanto más de la mitad de su riqueza.
Con estos recursos arrebatados a sus vecinos sus empresarios, a los que se les debe reconocer su ultranacionalismo, se dedicaron a ampliar sus mercados a costa de sus vecinos latinoamericanos primero y a hacer incursiones en nuevos mercados de ultramar en los que veían que las potencias europeas no se habían asentado. Pero además, Estados Unidos empezó a participar en expediciones militares capitalistas para obligar a países abrir sus fronteras o para dominarlos militarmente (China, Japón, entre otros).
Los empresarios americanos y su visión innovadora tecnológicamente empezaron a competir con más y mejores productos de bajo costo en todo el mercado mundial.
Así llega el siglo veinte y las grandes rivalidades imperiales desencadenan la gran Primera Guerra Mundial. Como se recordara Estados Unidos entre 1910 y 1920 estaba demostrando y fortaleciendo su presencia en lo que considero su patio trasero con invasiones a México, Haití y República Dominicana así que en los medios políticos americanos existían dos posiciones la aislacionista que propugnaba por proteger a América de la guerra y no intervenir en el conflicto europeo y por el otro lado la expansionista que le interesaba expandir mercados y presencia en Asia, África y Europa.
Al desarrollarse el conflicto como se sabe este se fue alargando y las potencias estaban agotando los recursos económicos y poblacionales para hacer guerra y lograron convencer a los políticos americanos de entrar al conflicto que representó para ellos el mayor acierto económico en su corta historia capitalista. A parte de entregar préstamos monetarios inmensos, lograron introducir sus productos tecnológicos militares al mercado europeo y con ello expandir y fortalecer su industria militar que se reflejó en su siguiente conflicto mundial.
Se debe considerar que entre 1920 y 1940 la posición americana fue ambigua, se puede considerar que la gran crisis de los años veinte los impacto con gran fuerza tanto en lo social como en lo político que no tenían mucha intención de intervenir en conflictos o disputas extraterritoriales que se reflejó en la política del buen vecino de Franklin D. Roosevelt de 1933.7
Tan es así, que permitió la expropiación petrolera de México y otras nacionalizaciones de recursos naturales en otros países latinoamericanos y las incursiones militares en Latinoamérica disminuyen.
Pero eso no impidió que su gobierno y empresarios intervinieran de una manera no abierta en diferentes acontecimientos mundiales, por ejemplo en la invasión japonesa a China donde presto apoyo militar a los nacionalistas y comunistas chinos que luchaban contra la invasión japonesa entre 1939 y 1941, así como el apoyo abierto al gobierno británico para sostener su esfuerzo militar contra la Alemania Nazí. En ese sentido el ataque japonés a Pear Harbor pareciera ya un ataque obligado del eje Berlin-Roma-Tokio para eliminar el poderío americano y así vencer más rápidamente a Inglaterra y la URSS. Este cálculo fue muy errado como lo proponen innumerables analistas militares al menospreciar el poderío industrial americano. Y con ello permitieron que solo dos países se presentaran como los grandes vencedores la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas y los Estados Unidos de América.
En este sentido los logros que alcanzó el imperio americano fueron tres, principalmente, en lo económico y como efecto de los innumerables préstamos monetarios y de equipo militar que dio a las naciones en guerra se convierte en el gran acreedor mundial, y con ello su sistema bancario logra dominar todo el planeta. Esto facilitó que empresas industriales europeas, y como un medio para financiar su reconstrucción, estas se vieran obligadas a recibir capital americano y permitir la entrada de sus productos, principalmente, al mercado europeo (el más rentable del mundo). Por otro lado, asegura la inviolabilidad de su espacio imperial al asegurar que ningún otro imperio se acercara a los países de América o a sus colonias de Asía. Y como una consecuencia directa de que en los seis años que duró el conflicto mundial creó el ejército más poderoso y moderno del mundo. Así que por iniciativa propia y con el respaldo pleno de las naciones capitalistas desarrolladas se adjudica el papel del gran policía mundial del capitalismo para continuar la guerra que se pospuso con la segunda guerra mundial y que era la lucha contra el sistema que cuestionaba al capitalismo, el socialismo.
Es obvio que en su balance militar y ante el poderío militar que construyo el socialismo en un par de décadas (incluyendo el armamento nuclear) se vio imposibilitado de enfrascarse abiertamente en una guerra en lo que era la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS) en ese sentido forjaron lo que se llamó la guerra fría.
La guerra fría se ha definido como una guerra ideológica que utilizaron los dos sistemas para convencer de las bondades o fallas de los dos sistemas en que vivía el planeta.
Es necesario recordar que el capitalismo generalmente creó mitos terroríficos alrededor del socialismo, que con la ayuda de los medios de comunicación e instituciones religiosas las hizo parecer verdades que mucha de la población sin criterio las aceptó.
Esos mitos permitieron justificar invasiones, golpes militares y políticos, expansión del capital americano, y la aceptación del modo de vida americano como el máximo ideal que debería tener cada ciudadano del espacio mundial.
Esto permitió que Estados Unidos hiciera guerras genocidas en países de los cinco continentes en donde países pobres sin fuerza militar fueran avasallados con la mejor tecnología militar disponibles, poblaciones enteras fueron arrasadas en pro de la supremacía capitalista. No se sabe cuál conflicto fue peor si Vietnam por lo que implico el involucramiento de más de doscientos mil soldados americanos, la agencia central de inteligencia y decenas de mercenarios pagados por un presupuesto millonario; o Nicaragua o República Dominicana o Guatemala o, Panamá o Corea o Granada (se puede decir que este último país es el mejor ejemplo del abuso de poder del imperio americano, porque a una pequeñísima isla con una población que rondaba en 20 mil habitantes y sin ejército, E.U. envió una fuerza expedicionaria de 100 mil hombres). Pero además, financio directamente golpes militares en América Latina, África y Asía.
Tal vez su mayor acierto es que los hijos de las élites y los mejores estudiantes de gran parte de los países recibieran aliento y financiamiento para formarse en la ideología capitalista en sus universidades. Esto generó una masa académica que fue empujada a incrustarse en las élites políticas y económicas locales que poco a poco tomaron el poder de gran parte de las naciones. Y aquí es bueno recuperar a Noam Chomsky y que señala “que para el mejor dominio mundial hecha mano de la clase empresarial y política que había formado en sus universidades, y es el momento en que les encarga el gobierno de los países subdesarrollados a esa clase social que asumen el poder de la mayor parte de los países subdesarrollados, porque se colocan como la clase que había previsto el futuro (la caída del socialismo y que por lo tanto era la gente y la clase de la razón). Así que, la gente común sólo tenía que optar por apoyarlos en su desenfreno de poder. 8
Así que la globalización, la fase capitalista que ha dominado las relaciones por cuarenta años tuvo éxito por estos dos últimos elementos que se beneficiaron por una crisis general del sistema socialista que no pudo competir durante las décadas de los setenta y ochenta con el capitalismo robotizado productivamente.
Se puede afirmar que esa “gran victoria contra el experimento de una sociedad igualitaria” nublo los ojos de las elites americanas que sentía que con su gran industria militar, alimentada con enormes presupuestos, y sus bancos dominando al capital internacionalmente iban a ser suficientes para ser el imperio de los mil años (como soñó Adolfo Hitler para la Alemania Nazi).
Con la globalización, el imperio americano, poco a poco se fue desmoronando al apostar su acumulación en el capital financiero especulativo y la industria militar, mientras que el resto de las grandes potencias pero principalmente aquellos países exsocialistas que la visión miope del gobierno americano no observo como se fortalecían económicamente y poco a poco en base a la ampliación del capital productivo al expandir sus mercados internacionalmente con productos de bienes de consumo social e inmediato.
Nunca previeron que el “laissez faire” que permitieron a sus grandes empresarios iba a debilitar su economía. Los nuevos grandes empresarios americanos a diferencia de los de los siglos XIX y XX no tenían el menor apego nacionalista hacía los Estados Unidos en ese sentido nunca quisieron ni permitieron que sus movimientos de capital fueran supervisados y controlados por el gobierno.
Además, estos fueron deslumbrados por las ganancias que se obtenían a través del capital especulativo en las bolsas de valores mundiales y fácilmente se deshicieron de empresas y bienes materiales y su capital lo invirtieron en la especulación mundial. Este punto ha sido el que más ha golpeado a los Estados Unidos porque de esta manera el flujo de capital que se generaba a nivel mundial con la venta de mercancías y que fortalecía la economía nacional hoy difícilmente llegaba a invertirse en el país. Y principalmente, permitió la expansión de capitales europeos y asiáticos (destacando el Chino) dentro de Estado Unidos esto produjo que el capital nacional se empezara a fugar al convertirse en un país maquilador.
Y el otro elemento que fue muy importante es que en el momento que se declarará terminada la guerra fría, los países capitalistas bajaron sus presupuestos militares y por lo tanto disminuyo la compra e inversión en armamento, que al final de cuentas había sido el puntal de la economía americana desde 1940. Porque aunque los atentados del 11 de septiembre de 2001 fueron utilizados por los empresarios de armas para reiniciar una nueva carrera armamentista, con la guerra al terror, sus ganancias fueron limitadas en el momento que para luchar con un amigo invisible no se requieren tanques, aviones, misiles ni armas que se utilizan para una guerra convencional sólo armas ligeras y dispositivos de espionaje que no representan un volumen monetario fuerte.
A pesar de las evidencias del debilitamiento económico su gobiernos fueron torpes porque en su política internacional no variaron ni un milímetro con la encomienda que el sistema capitalista les encargo, y siguieron impulsando y financiando a grupos procapitalistas mundialmente, pero ahora con la gran ventaja del dominio mundial de las comunicaciones y el reposicionamiento de grupos de derecha formados y forjados por la mentalidad americana.
Los medios al crear espejismos en la sociedad también produjo una suerte de ilusión en la élite americana de seguir siendo el imperio más poderoso y no se dieron cuenta que esos pequeños hijos bastardos que eran las élites latinoamericanas empezaron a mermar el poder de su padre asociándose con los capitales internacionales europeos y asiáticos que prácticamente los compraron para permitir el dominio de los territorios principalmente de países subdesarrollados.
Las anteriores fueron las condiciones en que Barack Obama recibió la presidencia de Estados Unidos y que en su periodo hicieron crisis cuando las principales inmobiliarias y especuladoras americanas se declaran en bancarrota. Esta situación generó miles de desalojados de sus casas, desempleo, disminución de salarios y la perdida para millones de ahorros y pensiones invertidos en la especulación.
Aunque Barack Obama intento mitigar muchos de estos males siguió protegiendo a los grandes bancos y especuladores, que muchas veces financiaron campañas y carreras políticas de los gobernantes americanos, y por lo tanto no se enfrentaron los grandes problemas económicos de los Estados Unidos de América.
Es así como se llega al 2017 que para muchos analistas es el más trágico de la historia americana, porque los votantes americanos eligen al que muchos consideran el peor presidente de los Estados Unidos y que resume o contiene todas las peores características del ciudadano americano forjado a través de la historia antes descrita, amante de la violencia como un medio de solución de conflictos, racista que cree fielmente en la superioridad de los habitantes con tez blanca y esencia anglosajona, empresario acostumbrado al abuso y el despojo, sin ética política que lo obligue a respetar promesas políticas y con serias limitaciones educativas que son el resultado de un sistema educativo dogmático religioso y dominado por el mercantilismo.
A Donald Trump se le ha acusado de mentiroso pero desgraciadamente él es sólo el reflejo de un sistema electoral corrupto que prima el dinero y los grandes intereses empresariales por la democracia del pueblo. Aunque históricamente, esta fórmula fue la que llevó al crecimiento y desarrollo capitalista, pero hoy se ha vuelto el principal obstáculo para el desarrollo y el cambio humano.
Otro elemento del desarrollo capitalista americano que orilló a su población a votar por el presidente Trump fue décadas y décadas de alineación en base a la propaganda militarista y ultranacionalista en que se crio la población.
Para los medios americanos siempre ha habido un enemigo al que hay que combatir con las armas y el gobierno ha utilizado este elemento para mantener la unidad nacional. Pero hoy este elemento se ha desvanecido y por ello el grupo que asesora a Trump y a diferencia de otras décadas propuso cerrar las fronteras contra los países que lo amenazaban y en primer lugar con México y Canadá señalados Estados que habían abusado de la confianza americana y hoy se estaban enriqueciendo con el capital y los empleos americanos y que por lo tanto se debían crear barreras comerciales para evitar esa fuga.
Otro elemento que ayuda a llegar a la presidencia a Trump y su grupo es el racial, el sistema educativo americano y la misma sociedad nunca han querido destruir el mito de la superioridad blanca-anglosajona-protestante que fue la base de la creación de los Estados Unidos. Por el contrario la mayor parte de los medios americanos en toda su historia han reforzado ese mito que en la campaña presidencial del partido republicano de 2017 fue la base para convencer al electorado que los latinos (principalmente mexicanos, católicos y morenos) los estaban invadiendo y destruyendo la gran América que sus ancestros habían construido. Aquí se puede recuperar la siguiente cita que señala que políticos americanos como Dennis Hastert presidente de la Cámara Baja opinaban desde 2006 que la "primera prioridad es asegurar la frontera" 9 y que Tom Tancredo complementa diciendo que “Los cárteles mexicanos de la droga han buscado adquirir influencia en pequeñas ciudades de Estados Unidos donde han comprado negocios para facilitar el lavado de dinero”, y que ya afirmaba que “debe tomar en cuenta el hecho de que el gobierno mexicano elige pasar por alto la incipiente anarquía dentro de sus fronteras y es incapaz de controlar a elementos de su gobierno que están en la nómina de los carteles”.
Es decir que los postulados de Donald Trump no son nada nuevos y por el contrario recuperados para su propaganda política.
Así que un electorado educado con la televisión y que diariamente ve programas televisivos policiacos donde el malo siempre es un Afroamericano, un latino o un musulmán no dudaron en depositar su voto a favor del aquel candidato que les prometió y creó la ilusión de recuperar el “american dream”.
No es que se desee volver a momentos históricos superados por el desarrollo capitalista pero se debe estar bien consiente que después de los primeros meses del gobierno de Donald Trump y ante su incapacidad de crear un plan de desarrollo económico que pudiera generar nuevamente crecimiento económico y distribución de la riqueza en los habitantes de los Estados Unidos las decisiones políticas determinadas por el sector de élite que al presidente americano ameritan que los científicos continúen alertando de lo que pudiera ocurrir ante un gobierno enloquecido ante su incapacidad política.
Solamente para recordar que analistas como Noam Chomsky y David Brooks han señalado que al llegar a la presidencia Trump inmediatamente se dedicó a proteger los grandes intereses empresariales (principalmente de la industria militar) y a hacer negocios desde el poder y que lo único que lo mantiene con el apoyo de sus electores es el uso de sus propuestas antiinmigrantes y antimexicanas de construcción de un muro y desaparición del Tratado del libre comercio de América del Norte. Por ejemplo Ortiz Tejeda10 señala que “El 10 por ciento de la población de EU concentra 74 por ciento de la riqueza del país. Es decir, ese sector, del que Trump evidentemente forma parte, es poseedor de ¾ partes de la riqueza producida por la población económicamente activa de 328 millones 94 mil 562 personas que formaban la población de Estados Unidos, hasta las 12:46 del domingo 28 de enero de 2018”. Chomsky afirma que “desde el punto de vista del poder, Donald Trump está haciendo daño, pero desde el punto de vista de las élites, les está dando todo lo que quieren. 11
Es decir, Donald Trump no ha movido nada para contrarrestar todos esos elementos que hoy son un lastre para el desarrollo de los Estados Unidos.
Algo que se debe remarcar sobre todo en un estudio geopolítico es que la globalización está acelerando la balcanización de los Estados Unidos y los resultados electorales acercan a una posible realidad que de la nación americana pudieran surgir por lo menos cinco países nuevos que a lo largo de la corta historia de los Estados Unidos y que han formado ciertos rasgos culturales que le dan homogeneidad en los intereses nacionales.
La primera gran región o potencial nación la formarían los Estados del Noreste americano, como resultado de su gran desarrollo científico industrial y que en la historia capitalista concentro la riqueza nacional en beneficio de su crecimiento económico-poblacional que se refleja en mejores índices educativos (ver mapa de porcentaje de población con posgrado)
Y que de una manera u otra siempre han visto al sur como otro país en que imperan esos lastres que se han descrito en el trabajo (racismo, dogmatismo religioso y habitantes alineados a la manipulación política).
La otra región que contaría con buenos resultados educativos y que en los enfrentamientos políticos contra la presidencia de Donald Trump ha sugerido una posible independencia del país es California que a diferencia de otras regiones está defendiendo abiertamente su esencia cultural México-Americana y su gran producto interno bruto que representa casi un tercio de todo el país. Esta región podría ser toda la costa oeste americana pero la lejanía de estados como Washington no permiten vislumbrar esa posibilidad (por el contrario Nevada y Arizona siempre han estado unidos económica y socialmente a California).
La tercera gran región o nación podría formarse en los Estados del Sureste Americano, una franja regional que va desde Nuevo México hasta Georgia y que el propio americano común consideran otro país ya que pareciera que han creado un dialecto propio que la mayoría de los americanos no entiende. Pero fuera de esta banalidad hay realidades culturales que los unen culturalmente tienen fuertes elementos culturales México-afroamericano-cajún. No se debe olvidar que en la guerra de secesión americana fue el almacén de esclavos negros que al final de este conflicto permaneció en la región por su fuerte arraigo cultural. Por otro lado, se tiene el reconocimiento social que estos estados fueron fundados y desarrollados por mexicanos quienes crearon las principales ciudades y le dieron los principales rasgos culturales (Texas es un estado bilingüe). Esto se vio más claro en el año 2017, primero cuando el gobernador de Texas estableció relaciones de manera independiente al gobierno americano con México y segundo cuando los fenómenos meteorológicos afectaron la costa del golfo y sufrieron el menosprecio del gobierno de Trump a las labores de salvamento y reconstrucción tanto que contrariamente a las declaraciones de Trump el gobernador aceptó la ayuda internacional que ofreció México.
La otra Región país es el Nor-noroeste americano que por su lejanía del centro político americano ha tenido una mejor relación con Canadá que con su propio país lo que permitió reafirmar su esencia anglosajona que se refuerza con un mayor porcentaje de población blanca.
Y finalmente, el centro de Estados Unidos marginado en la globalización porque buena parte de su industria con características locales ha desaparecido y sólo ha quedado marcada por su esencia rural, con fuerte presencia de aborígenes americanos. Y que los peores resultados educativos y de pobreza americana están ahí y que produce que ninguna otra región los quiera apoyar. Aquí se encuentran los habitantes protestantes, blancos anglosajones rurales, y que es el semillero de votantes de la opción Trump, pero desgraciadamente pueden ser la punta de lanza para una probable aventura militar que para la elite militarista es la única opción de reactivar su economía si esto no se concreta será la población más desesperada para una revuelta social que acelere la balcanización americana.
La globalización como la máxima aspiración de las élites para concentrar la riqueza del mundo es hoy el factor que aceleró las contradicciones de un sistema económico desigual como lo es el capitalismo y que casos como el que representa el imperio americano van a marcar en un corto plazo la estabilidad del mundo, porque las ambiciones de sus élites desplazadas de la competencia mundial tiene en sus manos a uno de los ejércitos más poderosos del planeta.
Y el tomar una decisión militarista puede acelerar un proceso que se gestó desde el inicio de los Estados Unidos de América, la balcanización de su territorio como resultado de un desarrollo polarizado que ha hecho crisis dentro de la globalización y un deseo de la élite política de no corregir las grandes diferencias sociales generadas por el propio capitalismo y aceleradas por la globalización.
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