Contribuciones a las Ciencias Sociales
Agosto 2012

CREENCIA DE CAPACIDAD y SATISFACCIÓN PERSONAL COMO ELEMENTOS PARA EVALUAR LA PERCEPCIÓN DE LA CALIDAD DE VIDA DE LOS HABITANTES EN LOS MOCHIS, SINALOA



Marysol Morales Valenzuela (CV)
Beatriz Yasuko Arita Watanabe
marysol_mv @hotmail.com
Universidad Autónoma de Sinaloa



 

RESUMEN
En el presente estudio se aborda la percepción de la calidad de vida, considerando la creencia de capacidad para enfrentar la vida así como medir los niveles de satisfacción por la vida de habitantes de la ciudad de Los Mochis, Sinaloa. Se utilizó la escala de creencia de capacidad que evalúa la creencia que el individuo tiene para enfrentar la vida en cuanto a su salud, educación, estatus social, capacidad para el trabajo y nivel cultural y The Australian Unity Well-being, de la cual solo utilizamos la escala personal. Respondieron los instrumentos un total de 115 personas. Los resultados revelaron que la creencia de capacidad realizada por los participantes tiene una evaluación media, calificando entre 5 y 6, y al referirse a la vida en Los Mochis que incluye aspectos como la situación económica, calidad del medio ambiente, situación social y su seguridad le dan una valoración media comparada con la evaluación negativa entre 0 y 4 que le otorgan a los subdominios de la vida en Los Mochis, además evidencian la necesidad de una condición necesaria de justicia determinada por políticas públicas eficientes que permitan potenciar las capacidades de los habitantes de la ciudad.

Palabras clave: percepción, creencia de capacidad, satisfacción personal, calidad de vida, Los Mochis Sinaloa.




Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Morales Valenzuela, M. y Arita Watanabe, B.: "Creencia de capacidad y satisfacción personal como elementos para evaluar la percepción de la calidad de vida de los habitantes en los Mochis, Sinaloa", en Contribuciones a las Ciencias Sociales, Agosto 2012, www.eumed.net/rev/cccss/21/

En los últimos años, el concepto de satisfacción personal ha pasado a formar parte del vocabulario político y lo ha hecho como consecuencia de la preocupación del Estado por potenciar el desarrollo económico y social de los países, contribuyendo así a la  felicidad y el bienestar de los individuos. De la misma manera, en la vida cotidiana los esfuerzos y actividades que las personas realizan tienen de manera implícita un interés por mejorar la vida de cada uno. A este respecto Veenhoven (2001) afirma que el uso más elemental de los datos sobre satisfacción con la vida consiste en calcular la calidad de vida en un país o categoría social. Esto se hace generalmente para evaluar si existe un problema social que requiere una intervención política.
En este sentido se han desarrollado a nivel mundial, estrategias para evaluar “que tan bien les va a las personas”, y se ha criticado la única medida burda que proporciona el ingreso per cápita para medir el bienestar insistiendo en que es necesario también considerar la distribución de la riqueza y del ingreso, además de evaluar diferentes áreas de la vida humana, en donde se refleje lo cotidiano de la experiencia de las personas, a saber: salud, educación, trabajo, privilegios legales, estructuras de las relaciones sociales, personales y entre los géneros, en resumen es necesario conocer lo que las personas pueden hacer y ser (Nussbaum y Sen, 1998).
La Organización de las Naciones Unidas en su programa para el desarrollo, establece desde 1990 el Informe sobre Desarrollo Humano (PNUD, 1991), entre cuyas metas -planteadas en el año 2005-, están el reducir la pobreza extrema y ampliar los derechos universales con vistas al año 2015. Es así que se establece un índice obtenido a partir del nivel de ingreso, educación y esperanza de vida de la población. Se habla de un capital humano objetivo que hace referencia a la posibilidad para el desarrollo humano (Arita, 2006).    
Retomando la propuestas de Nussbaum (op. Cit.), en donde sugiere que las capacidades se refieren al conjunto de funcionamientos que son factibles para una persona pudiendo elegir, deja de manifiesto la importancia de la capacidad de elegir y ser alguien en la vida, estas capacidades le dan posibilidades al individuo para poder entrar, en una perspectiva de libertad, a buscar, cooperar o actuar en búsqueda de su propio desarrollo. Algunas de las capacidades humanas que propone esta autora y que son de interés para este documento, son: la capacidad de vivir una vida que merezca la pena vivir, salud corporal, que incluye gozar de buena salud y tener una vivienda adecuada, control sobre el entorno político, que implica tener participación en este sentido.
Bajo estas consideraciones,  una sociedad desarrollada es una sociedad más libre y en el que el desarrollo es el camino hacia una libertad mayor, así la calidad de vida depende de lo que la persona sea capaz de conseguir, de las maneras en que sea capaz de vivir y no de su disponibilidad de servicios sociales o satisfacción de necesidades básicas, así el desarrollo tienen un sentido en el bienestar que produce a las personas y que este no es igual para todos los individuos o para todos los grupos sociales pues varía según circunstancias personales como la edad o la salud y socioculturales como la educación o el capital social.
Para este trabajo es importante reconocer la valoración cognitiva que los individuos dan a los bienes y oportunidades que poseen, así resulta importante la capacidad que tienen las personas de transformarlos en su beneficio para obtener la vida que valorar y en la que creen.
Producto de esta vida y como indicador del bienestar personal, algunos estudiosos como Cummins (2000) y su grupo internacional de estudio del bienestar subjetivo, prueban el Subjective well-being index y Arita (2006) lo utiliza en Sinaloa.
El objetivo de este trabajo fue estudiar la percepción de la calidad de vida considerando la creencia de capacidad para enfrentar la vida, así como medir los niveles de satisfacción por la vida de habitantes de la ciudad de Los Mochis, Sinaloa.

Método
Participantes
En el presente estudio participaron un total de 115 personas habitantes de la ciudad de Los Mochis, al norte de Sinaloa. El 54.8% fueron hombres y el 45.2% fueron mujeres, de los cuales el 59% está comprendido con un rango de edad entre 15 y 25 años, el 14% entre 26 y 36 años, otro 14% entre 37 y 45 años y el 13% restante entre 49 años o más,  con una media de edad de 30.4 años. Con respecto a escolaridad el 15.8%  de los participantes contaban con primaria, 11.4% con secundaria, 23.7% con Bachillerato, 0.9% técnica, 40.4% licenciatura y 0.9% maestría. En la distribución de los participantes con respecto  a la ocupación, el 7.7% eran amas de casa,  34.6% estudiantes, 13.5% comerciante, 34.6% empleado y el 9.6 % restante, en oficios generales que incluyen mecánico, jornalero, plomero, obrero.
Instrumentos
Se utilizó una batería conformada por:

  1. un cuestionario elaborado que indaga sobre la edad, sexo, nivel de educación, número de miembros de la familia que trabajan, colonia e ingreso percibido.
  2. Escala de creencia de capacidad (De la Herrán y Arita, 2003). Evalúa la creencia que el individuo tiene respecto a su capacidad para enfrentar la vida en cuanto a su salud, educación, estatus social, capacidad para el trabajo y nivel cultural, en un rango que va de cero a diez, validado en población Sinaloense (Arita, 2006, Arita y De la Herrán, 2007).
  3. The Australian Unity Well-being Index (Cummins, 2000). El índice contempla dos escalas que miden el bienestar subjetivo. Aquí solo se utilizó la escala personal la cual indaga las dimensiones de la satisfacción con: la situación económica, la salud, los logros en la vida, relaciones personales, seguridad  percibida, sentirse parte de la comunidad y seguridad por el futuro.

Procedimiento
Se capacitó a 5 alumnas del 8vo semestre de la Licenciatura en Trabajo Social de la Universidad Autónoma de Sinaloa respecto a la comprensión y la aplicación de los instrumentos. La aplicación se realizó de manera directa en los domicilios de los participantes que contestaron de manera individual. Los participantes fueron seleccionados de forma intencional en los hogares cercanos a las viviendas de las alumnas aplicadoras del instrumento.

Resultados
En la Tabla 1 se presenta el porcentaje de valoración de la creencia de capacidad realizada por los participantes. Se observa que el porcentaje mayor de evaluación está entre cinco y seis, es decir, una evaluación media de creencia de capacidad.  En la misma Tabla, también se aprecia que con relación a la creencia de capacidad para enfrentar la vida en cuanto al trabajo y a su educación, la evaluación entre 5 y 6 presenta un 69.1% y el 75.2% respectivamente. Este porcentaje disminuye casi 6 puntos cuando se refieren a su capacidad para el trabajo con relación a la capacidad educativa. En promedio encontramos que el 9.5% de la población valora su capacidad para enfrentar la vida por debajo del nivel medio (5 y 6) y el 18.62% por arriba del promedio general.
   Tabla 1. Creencia de capacidad para enfrentar la vida (n=115)

 

Cómo cree su capacidad en cuanto a: (evaluaciones de cero a siete)

 

 

Variable

0-4 (baja)

5-6 (media)

7 (alta)

Total

absoluto

relativo

absoluto

relativo

absoluto

relativo

absoluto

relativo

Salud

6

6%

81

72%

26

23%

113

100%

Situación económica

19

16.8%

80

70.8%

14

12.4%

113

100%

Trabajo

9

8%

78

69.1%

26

23%

113

100%

Cultura

11

9.8%

82

73.2%

19

17%

112

99%

Educación

8

7.1%

85

75.2%

20

17.7%

113

100%

Promedio

 

9.5%

 

72.06%

 

18.6%

 

 

Fuente: Elaboración propia con base en encuesta 2011

Al referirse a la vida en Los Mochis, el 11.5% expresa sentirse satisfecho. En la Tabla 2, al observar la evaluación relativa a “la vida en Los Mochis”, el 67.2% de las mujeres valoran con un puntaje entre 5 y 6 comparado con el  55.8% de los hombres; esto es, con una diferencia de 11 puntos más en las mujeres. En lo que respecta a situación económica, el porcentaje de evaluación media es similar en mujeres y hombres: 61.5% y 62.3% respectivamente. En cuanto a la situación social encontramos que el 1.6% de las mujeres y el 5.9% de los hombres tienen un juicio positivo.
En las variables relativas a los subdominios de la vida en Los Mochis el mayor porcentaje de la población tanto en hombres como en mujeres las califica de 0 a 4, siendo estas reprobatorias en cuanto a la distribución de la riqueza y la diferencia de salarios, el apoyo que el gobierno da a las familias y el hecho de que se pueda confiar en la mayoría de las personas.

Tabla 2. Índice de satisfacción por la vida en Los Mochis (n=115).


variable

MUJERES

TOTAL

HOMBRES

TOTAL

0-4

5-6

7

0-4

5-6

7

I. Satisfacción por la vida en Los Mochis

La vida en Los Mochis

32.8%

67.2%

0.0%

100%

32.7%

55.8%

11.5%

100%

Situación económica

36%

62.3%

1.6%

99.9%

36.5%

61.5%

1.9%

99.9%

Calidad del medio ambiente

28.4%

70%

1.7%

100%

28.8%

61.5%

9.6%

99.9%

Situación social

39.3%

59%

1.6%

99.9%

45.2%

49%

5.9%

100%

Su seguridad

38.3%

50%

11.7%

100%

36.5%

50%

13.5%

100%

II. Subdominios de la vida en Los Mochis

La distribución de la riqueza y la diferencia de salarios en Los Mochis

55.8%

42.6%

1.6%

100%

48%

48%

3.8%

99.8%

El apoyo que el gobierno da a las familias en Los Mochis

59%

39.4%

1.6%

100%

56.8%

37.2%

5.9%

99.9%

Confiar en la mayoría de las personas

62.3%

37.7%

.0%

100%

62.7%

29.4%

7.8%

99.9%

Fuente: elaboración propia con base en encuesta 2011
Discusión
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 1995, concibe el bienestar de las personas como un proceso en el que hombres y mujeres son capaces de mantener y ampliar las opciones para realizar lo que valoran y desean hacer, esto es la ampliación de lo que las personas pueden ser y hacer, los objetivos y la promoción de desarrollo humano comparten un ideal común y reflejan el compromiso vital de promover el bienestar en la humanidad, la dignidad, la libertad y la igualdad para todas las personas.
En la actualidad se discuten temas referentes al bienestar de la humanidad y la reducción de la pobreza. La calidad de vida analizada por Arita (2006) bajo las consideración de las condiciones objetivas de vida, las capacidades tanto objetivas (ingreso y educación) como subjetivas (creencia de capacidad) y el bienestar subjetivo (satisfacción por la vida y felicidad sentida) , plantea sus conclusiones en términos de considerar al sujeto activo, que evalúa su calidad de vida y toma decisiones frente a ella como elementos fundamentales para la política social y las oportunidades que esta debe fomentar, plantea que la oportunidad de mejores ingresos y del nivel de educación y salud, son metas importantes, pero que también se debe de considerar la percepción que los sujetos tienen respecto a su vida. La evaluación de la vida realizada por la población general con respecto a la creencia de capacidad, presenta en todas las variables una calificación media (entre 5 y 6) lo que sugiere que la población en estudio considera aceptable su capacidad para enfrentar la vida lo que incluye salud, educación, situación económica, trabajo y cultura pero ésta pudiera mejorar.
La creencia de capacidad deja ver como las personas valoran sus condiciones de existencia haciendo una apreciación global de su vida. Esta interpretación incluye la perspectiva subjetiva, asumiendo que las personas son las mejores jueces sobre la calidad total de su existencia, como dicen Frey y Stutser (2002 en Londoño, 2006).
El índice de satisfacción que la población en estudio manifestó,  donde un 67.2% de las mujeres y un 55.8% de los hombres valoran la vida en Los Mochis con una calificación media, presentan una similar valoración de su situación económica. Por su parte, únicamente un 1.6 % de mujeres y el 5.9% de hombres valoran alto (siete) la situación social que predomina en la ciudad de Los Mochis, lo que nos indica una insatisfacción de la población en general en este rubro. Respecto a la satisfacción por su seguridad, el 25.2% en conjunto hombres y mujeres valoran positivamente esta variable, contrastando con el 74.8% restante que valoran entre 0 y 6. Sinaloa ha presentado niveles de inseguridad muy elevados debido a la problemática de los enfrentamientos entre grupos del narcotráfico y además, se ha incrementado el delito común. La ciudad de Los Mochis ha visto crecer los niveles de delincuencia común y de mortalidad por asesinatos.
Respecto a los resultados en los Subdominios de la vida en Los Mochis, (la distribución de la riqueza, la diferencia de salarios en Los Mochis, El apoyo que el gobierno da a las familias en Los Mochis y el hecho de que se pueda confiar en la mayoría de las personas) en su mayoría los participantes presentan valoraciones negativas ubicadas entre el 0 y el 4. Resultados que evidencian la necesidad de una condición necesaria de justicia determinada por políticas públicas eficientes que permitan potenciar las capacidades de los habitantes de la ciudad.
Rawls (2006) realiza una propuesta de desarrollo que toma en cuenta la justicia no solo como el favorecer condiciones iguales para individuos iguales en dignidad, siendo hombres, mujeres, obreros, profesionistas, con altos niveles de educación o no, sino por el reconocimiento de desigualdades que marcan diferencias en el sentimiento de felicidad o satisfacción individual.
La creencia de capacidad da al sujeto posibilidad de búsqueda de nuevos retos, de generación de expectativas, de sentimientos de seguridad personal. Todo ello es posible considerarlo como parte del capital humano que permite al sujeto funcionar en sociedad (Arita, 2006)
Referencias
Arita, B. (20061ra. edición). Calidad de vida en Culiacán. Condiciones objetivas, capacidad y
        bienestar subjetivos. México: Fontamara.
Arita, B., y De la Herrán J. (2007). El plano subjetivo de las capacidades para enfrentar
        la vida. Psico-Logos. 2. Facultad de Psicología, Universidad Autónoma de Sinaloa
Arita, B., Romano, S., García, N., y Félix, M., (2005). Indicadores objetivos y subjetivos
        de la calidad de vida. Enseñanza e Investigación en Psicología, enero-junio, año/vol.10,
        número 001, Universidad Veracruzana pp.93-102
Cummins, R. (2000). Objective and subjective quality of life: an Interactive model.
        Netherlands, Social Indicators Research 52, pp. 55-72.
De la Herrán, J., y Arita, B., (2003). Escala de creencia de capacidad. Documento interno,
        Escuela de Filosofía y Letras, Universidad Autónoma de Sinaloa.
Londoño, S. (2006), Elementos para una re-visión del desarrollo humano y social: del
        progreso a la satisfacción por la vida. Pensamiento psicológico, Vol 2, número 6,
        Pontificia Universidad Javeriana Cali, pp.115-135
Nussbaum, M. y Sen, A. (1998), La calidad de vida. México: Fondo de Cultura Económica
Organización de Naciones Unidas. (1991). Informe sobre Desarrollo Humano. Madrid: Mundi
        Prensa libros S.A.
Rawls, J. (2006), Teoría de la Justicia: Fondo de Cultura Económica
 Veenhoven, R.(2001): What We Know about Happiness?, Erasmus University Rotterdam, working paper.