Miguel Pulido Cárdenas (CV)
mpulido@ucf.educu
Miguel Alejandro Pulido Gutiérrez
Jorge Bárbaro Barletta Farías
Patricia López Leiva
Universidad de Cienfuegos "Carlos Rafael Rodríguez"
RESUMEN
El estudio e indagaciones del pensamiento cubano del siglo XIX y las personalidades históricas que lo defendieron, no se han agotado en toda su magnitud, alcance y representación con relación a la defensa de la independencia y soberanía nacional, sobre todo en aquellas que se han conocido como “la gente sin historia”, tal es el caso de Juan Gualberto Gómez Ferrer. Los autores del presente trabajo dirige la atención a: analizar el contexto en que se forma y se desarrolla el pensamiento patriótico, social e independentista de Juan Gualberto Gómez Ferrer para revelar los dilemas políticos, sociales e ideológicos del mismo, utilizando como material principal los periódicos en que escribió y los fundados por él en el periodo 1876-1895. Los resultados alcanzados a partir de la lectura de las fuentes consultadas, y en particular, los artículos seleccionados en los periódicos La Fraternidad, La Igualdad y las Crónicas Políticas en la Revista Cubana: Periódico mensual. De Ciencia, Filosofía, Literatura y Bellas Artes, son expresión y de los dilemas patrióticos, sociales y políticos que definieron su vida pública en defensa de la patria.
Palabras clave: Dilemas, pensamiento cubano, defensa nacional.
INTRODUCCIÓN
“Nos conviene volver con frecuencia los ojos al pasado
más no para envolverlo en una aureola de luz que nos
deslumbra, sino para estudiarlo sin pasión y arrancarle
sin temor sus enseñanzas”
Enrique José Varona
Juan Gualberto Gómez Ferrer, ha constituido una personalidad polémica en el estudio del pensamiento cubana del siglo XIX; aspecto que está condicionado por las variadas formas que utilizó para defender la independencia de Cuba. Por una parte, su procedencia esclava a pesar de las ayudas recibida por su antigua ama, le imposibilitó una formación académica periodística, su vocación y dedicación a esta esfera de la vida pública fue autodidacta. Este es, uno de los caminos que utilizará para denunciar públicamente la política colonial en Cuba y argumentar posteriormente por qué es separatista y la decisión de incorporarse al reinicio de la lucha en 1895.
Desde la perspectiva apuntada, en el conjunto del periodismo en general y del sectorial fundado por él, es Juan Gualberto Gómez una personalidad representativa en el enfrentamiento al poder colonial utilizando este medio de información pública en uno de los período contradictorio y complejo de nuestra historia enmarcada en las luchas de liberación nacional a finales del siglo XIX.
La vida esa fuente indiscutible de las ideas, y la realidad el nudo gordiano que define el ser social de los hombres y con él su conciencia social. La realidad cubana de la segunda mitad del siglo XIX, con toda la multiplicidad de sus contradicciones, es el fundamento que condicionó, conformó y definió las raíces de los dilemas Gualbertino por la independencia de Cuba; terreno abonad por los factores familiares, culturales y las corrientes de pensamiento de la época que influyeron en su maduración, evolución y radicalización.
El marco temporal seleccionado para estudiar tales dilemas, discurre entre 1872 y 1895, por varias razones. En primer lugar, identificación con la Guerra de los Diez Años como traductor en francés de Vicente Aguilera, en segundo lugar su conversión en periodista al servicio de la patria; en tercer lugar la defensa de la raza de color desde su periodismo sectorial; en cuarto lugar su claro pensamiento patriótico e independentista como delegado del Partido Revolucionario Cubano en Cuba y su incorporación a las actividades conspirativas para la Guerra Necesaria en estrecho vínculo epistolar con José Martí y en quinto lugar su incorporación como soldado a la guerra de 1895. Son estas las armas formidables utilizadas por este patriota en la batalla por la independencia nacional. Cabe distinguir que la identificación con los destinos de la patria anteceden al periodismo, este se ubica a partir de 1876.
Los fundamentos que justifican el pensamiento patriótico y nacionalista de Juan Gualberto Gómez Ferrer, se puede localizar a la prensa en que publicó; su solidez aparecen en las Crónicas escritas por él en la Revista Cubana: Periódico mensual. De Ciencia, Filosofía, Literatura y Bellas Artes, dirigida por Enrique José Varona, en una de ellas publicada en año 1893, se puede leer:
“ En las luchas intestinas todo buen ciudadano debe tomar partido, pues en estas graves contingencias, el indiferente es mal patriota, -y como se debe siempre predicar con el ejemplo, el autor de estas Crónicas declara que a la hora actual, ya llevo hecho se examen de conciencia, y sabe dónde está su deber, y qué camino hay que tomar para cumplirlo” (1).
Es evidente en la declaración apuntada que su dilema principal es el deber para con la patria; claro está el año seleccionado es expresión de la madurez de su pensamiento independentista.
No cabe dudas, que la personalidad estudiada, pudo haber tenido una vida diferente a la que eligió, a pesar de su condición social de origen esclavo; el interés de sus padres y sus dueños se inclinaron para que se formara como Ingeniero en uno de los mejores centros universitarios de la Francia del siglo XIX, situaciones adversas a él, impidieron cumplir este sueño y se inició de forma autodidacta en un periodismo peculiar de carácter sectorial, camino elegido para su lucha por la independencia y soberanía nacional. De igual forma, ha sido una personalidad poca estudiada y divulgada en la historia nacional a pesar de haber localizados un grupo de trabajos que desde diferentes perspectivas hacen referencia a la labor desplegada en defensa de la raza de color hasta biografiarlo, muchos de ellos en ocasión del centenario de su nacimiento (2) es por ello que nos inclinamos a estudiar sus dilemas patrióticos, políticos y sociales.
Se considera a los periódicos como un medio específico utilizado por el hombre para dar a conocer, comunicar y expresar el pensamiento; por tanto, la prensa y los debates políticos constituyen el centro de interés en los dilemas que presentaremos y sobre esta base responder ¿cómo hizo avanzar Juan Gualberto Gómez Ferrer desde la prensa la causa de la revolución contra el colonialismo español en el último tercio del siglo XIX?
DESARROLLO
“Suele la impresión humana tener a mal que
que el hombre bueno propague la justicia, y salude el talento
y la virtud, sin subir o bajar más el sombrero porque el padre
del hombre virtuoso haya nacido en África”
José Martí
La temática independentista, ha sido objeto que ha acaparado la atención de historiadores, investigadores, políticos, sociólogos, literatos, publicistas, y a los estudiantes, dado la amplia gama de acontecimientos que ella comprende, y sobre todo, de las personalidades que en ellos participan. El núcleo del discurso histórico ha tenido como eje central la problemática –independencia y soberanía nacional- contra el colonialismo español impuesto a Cuba por varios siglos que condujo a un largo y sostenido Movimiento de Liberación Nacional durante el siglo XIX, su expresión más alta se ubica en los últimos 30 años materializado en la Revolución de 1868 y 1895.
El estudio sobre el pensamiento y la acción en las personalidades del siglo XIX, han centrado el interés en los hombres militares que participaron en la Revolución del 68 y el 95, y en menor medida aquellos que desde la lucha cívica también desarrollaron un papel importante y aportaron nuevas formas de lucha (3), como lo fue Juan Gualberto Gómez Ferrer.
Poco se ha estudiado del periodismo y la oratoria como formas de lucha en nuestra historia para enfrentar la dominación colonial. El contenido y la forma que adoptó el pensamiento y las acciones de los hombres que lucharon por la independencia de Cuba durante el siglo XIX expresa la interacción objetiva y las representaciones ideológicas, al encaminarse las acciones humanas a defender o refrendarte las ideologías dominantes, o legitimar una nueva ideología con sentido común de colectividad.
Para el estudio del pensamiento patriótico Gualbertino en el que subyacen los dilemas políticos desde la prensa dirigida por él, o a la que estuvo vinculada, se ha considerado atender su formación, evolución y radicalización, para lo cual se adopta la siguiente periodización:
I.- De 1954-1869. Período de formación, son estos años los que influyen en la formación de sus principios éticos y sus sentimientos humanísticos en oposición a la discriminación racial, al ser testigo ocular de la explotación a que era sometido el negro en Cuba, que se amplía a partir de la influencia de sus padres y el maestro Antonio Medina conocido como el “El Luz y Caballero de Color”. (4).
II.- De 1869-1878. Período de formación de su pensamiento liberal ilustrado en Francia, en estrecha relación con la corriente independentista nacional en la que toma cuerpo sus sentimientos patrióticos y de justica social. Es el año 1872, el que marcó su identificación con la Guerra del 68, al convertirse en el traductor de Francisco Vicente Aguilera en Francia en ocasión de su visita para recaudar fondos para la guerra. El año 1876, lo convierten en periodista al servicio de la partía al publicar el 8 de abril en el periódico, “Le Bien Public”, “La cuestión cubana” (5).
III.- De 1879-1895. Conspirador y periodista en Cuba. 1880-1890. Destierro y periodismo en Madrid. Incorporación a la guerra de 1895 y destierro.
La periodización seleccionada, ha permitido identificar los dilemas sociales, patrióticos, políticos e ideológicos de Juan Gualberto Gómez, vinculado a la independencia nacional, a la defensa social de la raza de color, ambos defendido desde el periodismo y la acción, que caracterizan este tipo peculiar de pensamiento.
APROXIMACIONES AL DEBATE IDEOLÓGICO EN LA CUBA COLONIAL DEL SIGLO XIX
En el siglo XIX cubano, se verifica la existencia de un país colonial estructurado por relaciones de producción esclavista que absorbían, toda la superficie social, a la vez, que mostraba los síntomas de una crisis estructural, que condujo a la búsqueda de soluciones alternativas por la vía de las reformas, a ellas, estuvieron vinculadas las diferentes clases, sectores y grupos sociales que veían afectados los intereses personales y /o nacionales; principalmente un grupo de criollos ilustrados conocido como la Generación de 1792.
A la realidad apuntada, se une otro factor caracterizado por la represión que venía desarrollando el poder colonial (grupo de poder) y los grupos de presión política hacendados, (terratenientes, burgueses, que sin formar parte del poder) fueron aliados de los intereses españoles en Cuba, aspecto que se agudiza desde 1820 con la profundización de la crisis de la sociedad esclavista. Fue en este período, que se adoptó oficialmente el reformismo como postura política e ideológica por la mayoría de los hacendados azucareros y sus prominentes intelectuales, y buscar por esta vía diferentes modelos que dieran respuestas a la solución de la crisis estructural esclavista, bien para sustituir la dependencia a España, o para, establecer nuevos vínculos económicos y políticos en las estructuras capitalistas de producción y fomentar un desarrollo desde posiciones anexionistas (6).
El debate ideológico de la época, hace evidente la resistencia del régimen colonial como su permanencia, al presentarse el reformismo como expresión de la ideología dominante y del conservadurismo, evadiéndose dar solución a la crisis estructural de la economía cubana en el marco de las ideas liberales que se debatían en la época y lograr desde arriba las reformas coloniales. Por otra parte, la opción anexionista pronorteamericana proponía que el desenlace debía ser la inserción económica y comercial de Cuba a los estados sureños norteamericanos dada las características de una economía azucarera latifundista, esclavista y tecnológicamente atrasada para la época, esbozado en un tipo de relaciones de dependencia al capitalismo y su mercado mundial, como se expresó en la década del 40 y los años 50 del siglo XIX. (7).
En este contexto, que discurre en los primeros cincuenta años del siglo, hay que reconocer la irrisoria preparación y madurez de las masas populares para actuar como fuerza motriz y resolver el problema nacional por la vía revolucionaria. En este sentido, las acciones que el sector medio cubano delineó como ideología independentista influyó en la formación y las nuevas perspectivas a seguir por las masas populares al proyectar un programa basado en el principio de justicia social, como quedó expresado en el Manifiesto del 10 Octubre, redactado por Carlos Manuel de Céspedes y constituye el programa de la Revolución de 1868.
La originalidad de las aspiraciones de justicia social y la lucha por la independencia nacional se fueron definiendo y fundamentando a partir del pensamiento y la acción de un grupo de cubanos que se insertaron en ella. Su consistencia como ideología arrastró tras de sí a los sectores oprimidos de la población, numéricamente importante, y en especial, a la población negra, al ofrecer un proyecto en oposición al problema de la esclavitud y la intransigencia por desprenderse de la metrópolis, lo que explica el papel que jugó el negro en la lucha independentista cubanas, no sólo como miembros del Ejército Libertador, sino también por las formas utilizadas para defender los derechos de esta raza, y una de estas formas fue el desde el periodismo de carácter sectorial como lo desarrolló Juan Gualberto Gómez Ferrer.
ACERCAMIENTO BIOGRÁFICO. LOS DILEMAS: ORIGEN Y PROYECCIONES
Nace Juan Gualberto Gómez Ferrer el 12 de julio de 1854 en el Ingenio Vellocino, ubicado en la jurisdicción de Sabanilla del Encomendado, provincia de Matanzas. Hijo de los esclavos domésticos Fermín Gómez y Serafina Ferrer, propiedad del Sr. Don Francisco E. Abreu. En las fuentes consultadas, es insuficiente la información de los orígenes de Juan Gualberto Gómez, los apuntes encontrados se obtienen de Orestes Francisco Campos Guerra en su trabajo inédito titulado: “Juan Gualberto Gómez: su pensamiento político y social”. (8). En él se señala que en la Partida de Bautismo Parroquial de Santa Ana en la provincia de Matanzas del 23 se septiembre de 1854 se registra que “eran esclavos nacidos en Cuba, propiedad del Sr. Don Francisco E. Abreus. Se conoce además, de los estudios que está desarrollando Henry García sobre los orígenes de estos esclavos para reconstruir la biografía de Serafina Ferrer se plantea. “Sus padres eran esclavos pertenecientes a la dotación del Ingenio Vellocinio”. Este autor, tiene documentos en su poder que prueban que ambos eran esclavos domésticos. “Serafina la madre, cocía toda la ropa de los esclavos del Ingenio y bordaba para señoras de la sociedad su esposo trabajabacon un arrea de mulos. Así centavo a centavo compraron la libertad de su hijo, y más tarde la de ellos mismos. “(9)
Aunque libre, la infancia de Juan Gualberto Gómez, transcurre en medio de las relaciones de producción esclavista, lo que permite distinguir las raíces de su pensamiento social y establecer su distancia entre los intereses de esta raza con respecto a la clase económicamente dominante, aspectos que se fundamentan al ser testigo ocular de los métodos de explotación empleados por el poder colonial para tratar a los esclavos, justifican la huella que en él quedó sobre la opresión y la discriminación racial, punto focal en las defensas continuadas que realizó desde la prensa o la vida política sobre los derechos de que carecía la población de color, avanzando hacia formas superiores traducidos en la necesidad de unir y organizar a este sector para exigir y lograr los principios de la igualdad y la libertad. Enfocando aquí el primer dilema, expresado en dos de las misivas enviadas a su mamá desde el destierro dado el desastre de Ibarra en 1895; en cada una de ellas los sentimientos de amor y vencer los obstáculos que se impuso el contexto son representativos al declarar:
“Madre no se preocupe por mis sufrimientos, verdad que sufro, pero usted me enseñó a soportar y vencerlo” (11). “De usted he aprendido a amar” (10).
A inicios de los años 1860, sus padres deciden trasladarse a La Habana pues aspiraban que su hijo recibiera los primeros estudios que al negro le eran permitidos en la Cuba colonial del siglo XIX. En su nueva vida, entra en contacto con la ciudad de mayor desarrollo económico y cultural del país, con la particularidad que no pudo disfrutar de los mejores centros escolares dado que la educación en este período tenía carácter racista y elitista.
Como parte de la estadística de la época, en Cuba existían 285 escuelas públicas, y 179 privadas con una asistencia de 17 519, divididos por sexo y color de la piel Entre las 179 escuela privadas, dedicadas algunas de ellas a enseñar a leer y escribir a los negros, se localiza “Nuestra Señora de los Desamparados sito “Emperador # 35, La Habana, bajo la conducción del negro Antonio Medina conocido por “El Luz y Caballero de Color”, en esta escuela matriculó Juan Gualberto Gómez, en la que permaneció hasta mediados del 1868 culminando allí los estudios primarios. (12).
Su padre, preocupado por la situación de Cuba al iniciarse la Revolución del 68, los disturbios en La Habana, así como de su futura preparación en un oficio, haciendo valer sus relaciones de amistad con su antigua ama Doña Catalina, y las relaciones de esta última con el francés Monsieur Brinder, al que solicita la posibilidad que su hijo estudiara un oficio en este territorio; aceptada la propuesta en 1869 parte hacia París Juan Gualberto Gómez para comenzar sus estudios en un oficio de los que le eran permitido al negro en Cuba como futuro trabajo .
Ubicado su dilema social a favor de la defensa de la raza de color que se amplia como resultado del pensamiento ilustrado que asume desde la ilustración francesa, este lo imbrica con su entrada a la vida política, entendida como el camino de la solución, su canalización lo enfrentará desde la prensa, al iniciarse desde aquí como un avezado periodista de formación autodidacta.
DILEMA POLÍTICO: DECLARACIÓN PATRIÓTICA Y PENSAMIENTO ILUSTRADO EN PARÍS
Su vida en París transcurre entre 1869 a 1876; su objetivo aprender un oficio. Logró matricular ayudado por Monsieur Brinder quien lo asume como su tutor. Los problemas económicos impidieron continuar la carrera de ingeniería, en la Escuela de Mungo. De forma autodidacta se interesó por las matemáticas, la literatura y la historia.
Su identificación con la Revolución de 1868, se localiza desde 1872 dado el encuentro efectuado entre él y Francisco Vicente Aguilera en Francia al actuar como traductor personal del mismo, cuenta Juan Gualberto que ()” el encuentro con Aguilera despertó en él el amor a la independencia de Cuba, cuya causa abracé desde entonces para siempre“. (13).
El amor por la patria, los destinos de Cuba y el deber de los cubanos para lograr el proyecto de justicia social a través de la lucha por la independencia, fue la primera valoración que hizo Juan Gualberto Gómez sobre los sucesos de 1868, que definen en él, los sentimientos patrióticos. La correspondencia que estableció con su amigo Juan C. Alcina, dan cuenta de ello, al expresar:
“¿Qué importa eso Juan, que Cuba no triunfe? ¿Su causa es menos sagrada por eso. Es decir, que un pueblo carece de derecho cuando tiene mil bayonetas que la defienda? () Las causas santas () están destinadas a triunfar. Sobre las cenizas de las víctimas, el altar de la patria se levantará y sobre el cadalso de sus mártires hondeará la bandera de la libertad ()
() Cuba se separará de España, como Haití se separó de Francia. () Pero este triunfo cuenta con el valor de los cubanos y con el patriotismo de las que la dirigen ()
Y ahora yo le pregunto. ¿Hay algún corazón que merezca el nombre de humano, que pueda negarse al deber de defender a Cuba?
Es desgraciado el español que no defienda a España, es desgraciado el cubano que no defienda a Cuba”. (14).
De su lectura se infiere, un grupo de dilemas básicos:- su identificación con el triunfo del proceso independentista en busca de la libertad; la credibilidad en las causas justas en función de quienes la dirigen, la eliminación de la discriminación social y el valor del patriotismo de los cubanos-. Este conjunto en su conceptualización van formando el pensamiento social e independentista, identificado con el “amor a la patria”.
Francia representó además, el contexto que abonó en Juan Gualberto un pensamiento ilustrado, asumió de forma creativa la cultura francesa y estable sobre sus fundamentos sociales y democráticos su contraste con la Cuba colonial que vivió. Realizó intensas lecturas sobre la teoría del “Contrato Social” de Rousseau, que posibilitó conceptualizar en él su pensamiento social de corte liberal; pensamiento expresado primero en un artículo periodístico publicado en Le Samedi 8 de abril, 1876: Le Bien Public (El Bien Público), conocido como “La Cuestión cubana” (Anexo I), que da inicio a su vocación periodística armas formidables de su lucha social, política, patriótica y democrática; temáticas ampliadas en sus dos periódicos sectoriales publicados en Cuba: La Fraternidad en sus dos ediciones y posteriormente en La Igualdad; nombre asociados a las ideas de libertad, igualdad y fraternidad enarboladas por la Revolución francesa de 1789.
No menos importante, es la influencia que ejercieron también las concepciones de Diderot y Montesquieu sobre la libertad de conciencia y libre expresión del pensamiento, característico de su periodismo y la oratoria en relación con los principios democráticos, a partir de considerar que “la libertad es un derecho natural “(15).
Por otra parte, la utopía social se expresa en reconocer “que la sociedad es un contrato tácito, cuyo fin no es otro que proporcionar a todos los seres humanos bienestar y derecho” (16).
En resumen, Francia constituyó para Juan Gualberto, el escenario ideológico, político y social que influyó en la defensa de la libertad de expresión, de los derechos sociales, la participación del ciudadano en la vida social y estatal del país y su democratización, estos últimos planteamientos hacen que José Martí lo catalogue con “() la visión distante del hombre de Estado ()”. (17).
En las raíces del pensamiento ilustrado Gualbertino, se aprecia el contenido de sus dilemas: patria y liberación social, que pugnaban por hacerse realidad a partir de 1879, nuevos caminos emprenderá para defender la patria al conocer y compartir las idas separatistas de José Martí.
CONSPIRADOR, PERIODISTA Y DESTERRADO
El regreso de Juan Gualberto Ferrer a Cuba se produce en 1879, después de transitar por México (1876-1878), en esta ciudad conoce al reformista Nicolás Azcárate y a través de este conoce en Cuba a José Martí.
Las pláticas revolucionarias entre ambos se desarrollaron en el bufete de Viondi, nuevo período en la vida de Juan Gualberto de gran dimensión histórica, sobre todo en la ampliación y conformación de su pensamiento nacionalista, subraya Juan Gualberto que:
“nació entre los dos, una relación íntima, que estrechó y fortaleció la identidad de nuestras opiniones respecto a los destinos de nuestra patria. Los dos estimábamos el Pacto del Zanjón que no aprobábamos no como desenlace natural definitivo de la Revolución de Yara sino como una tregua () que Cuba debía romper tan pronto como pudiera. Para llegar, a esta finalidad, todos los que en la Isla pensaban de ese modo empezaron a conspirar a fin de reunir recursos y voluntades para emprender de nuevo la guerra libertadora”. (18)
Quedó fijada entre Martí y Juan Gualberto, la amistad, la identidad de opiniones y concepciones, así como, la decisión de incorporarse a las actividades conspirativas que darían continuidad a la guerra, al considerar el Zanjón, como una tegua. Ambos patriotas, se incorporan a los clubes revolucionarios que se formaron en la parte occidental de la isla que da continuidad histórica a la lucha revolucionaria iniciada en 1868. A pesar de estar en clubes diferentes dado que estos se organizaron por color de la piel. Le correspondió a Juan Gualberto Gómez por orientación de Martí, redactar las proclamas que deban cuenta del reinicio de la lucha; en una de ellas, se puede leer:
“No es la guerra de Cuba un problema de clases, ni de comarca, ni de grupo, es una guerra por la vida donde no hay más que dos términos: o mancillar una existencia oscura, preñada de males venideros: o recabar una existencia libre, que obra camino para curarnos de esos males ()” (19).
En el mensaje que contiene la proclama se puede apreciar con claridad dos elementos esenciales, primero que la guerra no es un problema de grupo, es decir llama a la congregación, y segundo, que es una guerra por la vida, se reafirma su dilema por la independencia, y al mismo tiempo, punto de partida para el posterior trabajo organizativo y de defensa de la población de color en oposición a la política racista desplegada por el poder colonial en la isla. Sus esfuerzos se encaminaron según Juan Gualberto, “no sólo a la conspiración revolucionaria, sino también principalmente a las cuestiones que afectaban a la raza de color: la abolición de la esclavitud y la igualdad de derechos” (20).
El Pacto del Zanjón, ofreció posibilidades para la libertad de prensa, de organizaciones e instituciones y formar partidos políticos. Tales libertades de prensa, posibilitó al pardo ingenuo Juan Gualberto Gómez Ferrer, solicitar fundar un periódico cultural con publicación semanal. Autorizado legalmente fundó su primer periódico de corte sectorial conocido como La Fraternidad (21).
En el primer artículo publicado por Juan Gualberto en La Fraternidad, se define el carácter de su prensa, subrayando que: “los intereses que nos proponemos defender, no son patrimonio de ningún partido, no son intereses políticos, son intereses de la humanidad”; a través de los principios “Paz, Justicia y Fraternidad” (22). Este razonamiento, encierra el sentimiento práctico que ha tomado sus ideales con respecto a la patria.
Lograr la organización y unidad de la raza negra, fue uno de los objetivos capitales que tuvo Juan Gualberto, dado a conocer en su artículo “Cuestión Importante”, en el se puede leer, “() no vacilaremos en hacer obra útil, () se trata de despojarnos de una rancia y necia preocupación; no vacilaremos: nuestra divisa debe ser libertad, igualdad y fraternidad” (23).
A pesar de sus propósitos en cuanto a la defensa de la raza de color, y de su canalización por la vía del periódico, esta edición solo duró un año, dado el poco respaldo económico que tenía su director.
Desde el inicio de la Fraternidad, y el contenido en él defendido, hizo que Juan Gualberto se convirtiera en mira de la política colonial, por otra parte, comenzó a ganar adeptos entre los separatistas y el sector negro. El poder colonial lo sometió a una activa persecución a través del espionaje para impedir cualquier intento de promover actividades conspirativas de corte insurreccional, por lo que fue detenido y juzgado por conspirador, enviado a los presidios africanos españoles en Ceuta. Antes de partir publicó el artículo titulado “¡Adiós!, en el mismo se expresa:
“Lejos de Cuba seguiré pensando en ella, y trabajando por su porvenir según lo permitan las circunstancias. Nada puede disminuir mi fe. El cielo es testigo de que jamás alenté pensamiento no ya criminal, no siquiera mezquino.
He luchado por la unión de la raza negra; por la unión de toda la raza de color, peor el derecho y el porvenir de mis hermanos al despedirme de mis lectores, les recomiendo una vez más la cordura, la sensatez, el patriotismo y la práctica del espíritu de fraternidad (24).
Es evidente la apreciación que ha hecho esta personalidad del fenómeno social cubano, y, su interpretación histórica con respecto a la situación del negro, el que amplía y madura durante su vida de destierro, constituyó uno de los dilemas importante en su vida periodística que lo supo articular muy bien con las ideas de independencia política de España por la vía separatista en sus años de destierro en la metrópolis. La nueva realidad metropolitana contribuyó a conceptualizar su pensamiento social reflejado en las campañas abolicionista que allí desarrolló.
Durante diez años vivió en la metrópolis como desterrado, permaneció en prisión dos, al concederle el régimen colonial la libertad condicional, así se estableció en Madrid pues debía dar cuenta sistemática a las autoridades. En esta ciudad establece relación con el abolicionista Rafael María de Labra miembro del ala más radical del autonomismo con respecto a la abolición de la esclavitud, de esta formas se incorpora a la liga abolicionista y su propaganda que la desarrolló a través del periódico El Progreso (25). Plantea Juan Gualberto que,
“ () al lado del hombre de estudio, que se encierra en un gabinete con sus libros a reflexionar y analizar ideas y doctrinas, se daba en mí el ser viviente, que se movía dentro de la doble realidad de su país y de su metrópoli; el cubano que después de conocer aquí los problemas locales de sentir aquí y palpitar las necesidades de su pueblo tuvo después la oportunidad de vivir en la misma metrópoli; el cubano que durante los años de destierro () sintió las palpitaciones de aquella alma, () comprendió que no teníamos aquella metrópoli que podía resolver nuestros problemas; entonces () sin esto, quizás no muy bien preparados para la vida de la independencia, entendí que era mejor ir a ello de cualquier modo, antes de seguir siendo míseros colonos por toda la eternidad” (26)
La comprensión de la imposibilidad de la metrópolis para resolver los problemas cubanos, la necesidad de separarse de ella, la posición que adoptaron los partidos políticos que defendían las relaciones coloniales de dependencia, y la crisis por la que atravesaba el independentismo cubano, ocupa también su atención, declarando que sólo podría resolverse los problemas de Cuba por la vía de la independencia, constantes en él con su retorno a la patria en 1890.
Los años trascurridos entre 1890 a 1895, son los considerados más fecundos en la definición de la lucha por la vía política y la armada.
DE PERIODISTA A DELEGADO DEL DELEGADO DEL PARTIDO REVOLUCIONARIO CUBANO
Con su regreso a Cuba en 1890, viene decidido a defender por las vías legales el ideal separatista y de justicia social, su extensa labor periodística a través de la reanudación de La Fraternidad y con la fundación de La Igualdad, fue la vía de canalización y un momento álgido en la maduración de sus sentimientos patrióticos y nacionalistas.
Reaparece La Fraternidad como periódico democrático a pocos días de llegar a Cuba, la continuidad y la solidez del ideal por él defendido quedaron registradas en un extenso documento titulado “Nuestros Propósitos”, conocido como programa del diario La Fraternidad, una de sus partes se plantea:
“() Pretendo en efecto, no haber variado jamás ni de aspiración, ni de conducta desde que entré a participar en la vida política de mi país; () las producciones de mi humilde pluma atestiguan lo bastante de mi conciencia, para que no fuese dudosa para nadie la lealtad en que siempre me he propuesto servir los grandes intereses que se relacionan con la cultura moral, el progreso material y la libertad política de mi patria” (27).
Esta declaración pública, encierra la continuidad, permanencia y coherencia de los principios de justicia social, independencia y soberanía nacional que ha defendido desde la vida pública y principalmente en el periodismo, en este período que discurre entre 1890 a 1895, se observa un claro pensamiento democrático, revolucionario y popular bajo la influencia ideológica que recibe de José Martí, verificado en la extensa comunicación epistolar que se produce entre ambos (28), si tomamos en consideración que Martí permanece en el exilio. Fue esta vía la utilizada para la preparación de la Guerra Necesaria en Cuba, posterior a 1892 con la Fundación del Partido Revolucionario Cubano (PRC), fungió Juan Gualberto en Cuba como el delegado del Delegado del PRC.
El combate desarrollado por Juan Gualberto en la segunda época de La Fraternidad, se sustenta en la comparación de la situación de Cuba y la metrópolis a partir de la radiografía que se formó de esta última durante los años de destierro, la clave utilizada fue la separación al reconocer que:
“() la separación se impone por la fuerza de las circunstancias. No vamos a vivir de dos existencias a la vez. No podemos tener una metrópoli política distinta de nuestra inteligencia (), no podemos educar nuestro cerebro, instruir nuestra inteligencia en principios americanos, para después se nos gobierne a la antigua usanza europea (). No podemos, por último, continuar sosteniendo una política general de recelo (): una política comercial de privilegios () una política industrial de monopolios. La hora de la separación ha sonado ()” (29).
En el contenido de esta declaración, son precisas, las acusaciones al poder colonial en cuanto a los métodos de explotación que trasciende a los intereses de la burguesía industrial y sus miras hacia el mercado americano sustentado en los monopolios, y son estas razones que subyacen en las causas de la reanudación de la contienda.
Por la forma de expresión y su contenido, la publicación trajo implicaciones serias para Juan Gualberto, fue detenido y acusado de subvertir el orden constitucional, y por “delito de proposición a la rebelión” (30), las replicas aparecieron en varios números de La Fraternidad. (31). No obstante, fue procesado por el Tribunal Supremo Español el 21 de noviembre de 1891, y el 25 del mismo mes, fue absuelto y declarada legal la propaganda separatista en Cuba por medio de la prensa. Esta sentencia tuvo una importancia enorme para la lucha separatista en Cuba, y sobre todo, en la defensa de los intereses de la población de color, su popularidad y prestigio aumentó, así como proporcionó la aparición de varios periódicos de corte separatista y sectorial en la Isla, estos contribuyeron a preparar el camino para la preparación del levantamiento popular en 1895. (32).
Los años comprendidos entre 1890-1892, son importantes en la madurez del pensamiento patriótico, social y nacional de Juan Gualberto, aspecto que se fundamenta a partir de la intencionalidad de su labor periodística en la defensa de los derechos sociales, y sobre todo, de la claridad y necesidad de la Revolución y su preparación en Cuba en estrecha vinculación con José Martí, de igual forma, en sus concepciones, sobre la época y las circunstancia que vivía Cuba, no se observa una valoración sobre el emergente imperialismo norteamericano; pero no podemos dudar su oposición a la comercialización con el mercado norteamericano, y por otra parte sus preocupaciones con respecto a la anexión de Cuba al estado norteamericano, aspecto este último que quedó esbozado en la Crónica Política publicada en el 31 de agosto de 1892, en posición al grupo de cubanos que empujan a la Isla a este proceder, al subrayar que la anexión “no puede darnos más que frutas agrias “ (33). En ello se observa, la génesis de sus dilemas ideológicos con respecto al injerencismo norteamericano, concepción que se empalia en sus debates contra la Enmienda Platt en la Constituyente de 1901.
El 7 de abril de 1892, tres días antes del la Fundación del Partido Revolucionario Cubano (PRC) por José Martí, es publicado el primer número del nuevo periódico de Juan Gualberto titulado “La Igualdad”, utilizando en los artículos de su autoría, el seudónimo, Pedro López para la sección de crónica sociales y Clodomira Valdés López para los asuntos femeninos (34).
El artículo inaugural del nuevo periódico, a modo de editorial fue titulado “Lo que somos”, expresión de sus propósitos para defender la unidad social de todos los cubanos sin distinción del color de la piel, y así hallar una solución a la difícil situación social y política Cuba de estos años. En una de sus partes expresa:
“() Vamos en busca de la igualdad. Blancos y negros y mulatos todos son iguales para nosotros () para que llegue un día en que los habitantes de Cuba se dividan, no por el color de la piel, sino por el concepto que abriguen de las soluciones que se presenten a los problemas políticos sociales y económicos ()”. (35).
En este mismos año, conoce Martí las actividades que venía desarrollando Juan Gualberto con respecto a la lucha social y por la unidad de los sectores sociales, así como de la publicación de La Igualdad, aspecto que hicieron a Martí publicar en el periódico Patria del 16 de abril de 1892 un mesurado artículo titulado: La Igualdad, en este se puede leer:
“La Igualdad es el título de un periódico democrático nuevo que ha comenzado a publicarse en La Habana, para la defensa de las libertades y los intereses permanentes de la sociedad cubana y en pro de los ideales de justicia, cultura, engrandecimiento y libertad de la raza negra de la isla de Cuba” (36).
La importancia que adquiere este periódico para Martí dado la labor que él venía desarrollando en la emigración para la congregación de todas las fuerzas revolucionaria y emprender un viable movimiento de Liberación Nacional, lo convierten en uno de los instrumentos más eficaces en el apoyo al proyecto delineado por el PRC, se convierte así Juan Gualberto Gómez en delegado del Delegado del PRC, y el periódico la Igualdad en órgano oficioso del mismo.
Cuenta Juan Gualberto Gómez, que el intercambio natural y patriótico con José Martí, se hizo continuo, aspecto que permite comprender la valoración que hizo Martí de Juan Gualberto cuando expresó:
“() El quiere a Cuba con aquel amor de vida y muerte y aquella chispa heroica con que ha de amar en estos días de prueba quien la ame de veras. El tiene el tesón del periodista, la energía del organizador y la visión distante del hombre de Estado () (37).
Sus campañas de unidad y organización de la población de color se amplían cuando es elegido Presidente del Directorio de la Sociedad de Color (fundado en 1884) como resultado de la Asamblea celebrada del 23 al 27 de julio de 1892. (38). En esta Asamblea retomó nuevamente su artículo “Lo que Somos”, al constituir el directorio una vía de movilización del sector negro para la lucha por la igualdad social ante la ley, por su educación, y en especial por la independencia, reconociendo que la lucha por las libertades del negro, no puede estar desvinculada de la lucha por la liberación nacional.
Al constituir en delegado del PRC en Cuba, desplegó una amplia labor de organización para la reanudación de la lucha, su punto focal fue la unidad, y sobre todo de la población de color dado la política racista que el poder colonial desató posterior a la Guerra Chiquita.
Autorizado el levantamiento, de periodista y conspirador se convierte en soldado. En la tarde del 23 de febrero de 1895, parte para “La Ignacia” provincia de Matanzas donde se reuniría los complotados y dirigirse hacia Ibarra a comenzar el alzamiento como se había acordado, al recibir él la orden de alzamiento enviada a él por José Martí, la misma fue recibida en un tabaco.
La historia de los suceso deparó para Juan Gualberto, un desenlace no feliz; “la desidia, la apatía o la mala fe del jefe occidental, General Julio Sanguily, hizo fracasar el alzamiento habanero, y repercutió en la situación desastrosa de Juan Gualberto Gómez en Matanzas, quien terminó la guerra heroicamente en los presidios africanos españoles” (39).
Termina la guerra Juan Gualberto en los presidios africanos de Ceuta. Durante los años de prisión, los destinos de Cuba y la evolución de la guerra, fue objeto de su meditación, el grado de madurez y radicalización que había alcanzado su conciencia patriótica y nacionalista, no le hicieron olvidar los principios de la Revolución de Yara, defendido por él desde que apareció en la vida pública, ello es demostrable en una nueva forma que utilizó para revelar sus dilemas en relación con la patria, sus destinos y su deber para con ella, aspecto que lo contextualizamos seguidamente en unos de sus poemas titulado “Cacarajícara”
“Sobre las faldas de la abrupta Sierra
el baluarte cubano se levanta,
y alrededor de su bandera santa
se agrupan los que luchan por su tierra.
El ruido del cañón no los aterra
ni el disparo del Máuser los quebranta
cuando su frente se adelanta
el enemigo en formación de guerra
ya se inicia al ataque: ¡Viva España!
ruje la topa; a la que el jefe enseña
para que el cerro temerario suba
pero la heroica hueste de Maceo
la diezma en su sublime macheteo
gritando al derrotarla “Viva Cuba” (40)
El estudio de parte de la historia a Juan Gualberto Gómez tomado como referente sus dilemas patrióticos, sociales y políticos, en una etapa fecunda de su lucha contra el poder colonial, lo sitúan en la herencia y las raíces de nuestra identidad nacional. Estos dilemas tienen sus orígenes el nivel cultural que alcanzó, la influencia del pensamiento liberal francés, los hechos políticos y revolucionarios a los que estuvo ligado, su amplia labor periodística donde expresó su ideal de justicia social, y por la independencia de Cuba, así como, la influencia política que recibió de Martí, hacen evidente la conformación e integridad de su conciencia patriótica, social y nacionalista y su servicio militante a los destinos de la patria, los que mantuvo sin claudicaciones durante los duros años de la primera ocupación militar yanqui de Cuba, el nacimiento de la República neocolonial y su desenvolvimiento, en la que los mayores dilemas se centraron en los debates contra la Enmienda Platt.
REFLEXIONES FINALES
Las reflexiones que se ofrecen acerca de los dilemas de Juan Gualberto Gómez Ferrer, expresan su pensamiento patriótico, político y social que tiene sus raíces en los principios éticos formados en su seno familiar y los estudios primarios bajo la influencia de su maestro Medina, concepciones y principios que se amplían con las lecturas desarrolladas en Francia sobre el pensamiento ilustrado que abrazó la Revolución francesa de 1789.
El pensamiento analítico y reflexivo que caracterizó a Juna Gualberto Gómez Ferrer, fue demostrado en los mesurados análisis que realizó sobre la realidad cubana y de la metrópolis, tamizados por la interpretación y proyección de la realidad vivida y hacia ella misma, aspecto que conforman y conceptualizan su ideología en defensa de los derechos de que carecían los negros y, de su relación con la independencia de Cuba con respecto a España. Pensamiento que se consolida con la influencia ideológica que sobre él ejerció José Martí sobre la plena soberanía nacional.
La identificación de Juan Gualberto Gómez Ferrer con las acciones conspirativas de la Guerra de los Diez Años y su continuidad por la vía del periodismo, en particular en los periódicos: La Fraternidad, La Igualdad y las Crónicas Políticas en la Revista Cubana: Periódico mensual. De Ciencia, Filosofía, Literatura y Bellas Artes, son expresión y reflejo de sus dilemas patriótico, político y social, armas formidables en la defensa de la raza de color y por la independencia de Cuba del poder colonial español.
Los años 90, con el conjunto de contradicciones y problemáticas conceptualizan y definen el grado de madurez y radicalización alcanzado en el pensamiento patriótico, político y social de Juan Gualberto Gómez, expresión de los dilemas por él defendidos y de su canalización por la vía del periodismo, y posteriormente con la incorporación a la guerra de 1895.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1.- Gómez Ferrer, Juan Gualberto. “Crónica Política”. En: Revista Cubana: Periódico mensual. De Ciencia, Filosofía, Literatura y Bellas Artes. Establecimiento tipográfico de A. Álvarez y Compañía. Tomo XVII, p.372.
2.- A modo de ejemplo puede citarse: Leopoldo Horrego Estuch, Juan Gualberto Gómez, un gran inconforme, Segunda Edición corregida y aumentada. La Habana, Editorial Milagros, 1954; “Juan Gualberto Gómez, aladid de la democracia,” En: Revista Orto, Año XIII, No 9. Manzanillo, 1954; Gilberto Anti Jiménez, “Trazos de Juan Gualberto Gómez”, En: Diario de la Marina, La Habana, 11 de julio de 1954; por Cesar García Pons, en esta misma edición “El homenaje a Juan Gualberto Gómez”; por Leopoldo Horrego Estuch “Juan Gualberto Gómez o el carácter”; por Arturo Alonso Roselló, “Los héroes honran a Don Juan”; Gastón Baquero, Juan Gualberto Gómez y su patriotismo, La Habana, (s, e), 1954; Juan Rodríguez Romey. “Juan Gualberto Gómez: sus ideales sociales”, En: Revista Orto, Edición citada; Ramón Vasconcelos” Justicia tardía, pero Justicia”, En: Alerta, La Habana, 12 de julio de 1954; Jorge Manach, “Recuerdo de Don Juan”; Club Atenas. Juan Gualberto Gómez. Su labor patriótica y sociológica. Imprenta y Papelería de Rambla, Bouza y C. A, La Habana, 1934; Emilio Roig de Leuschenring. Juan Gualberto Gómez. Por Cuba Libre. Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, 1954; Coronel Lino D OU. Papeles del Teniente Coronel Lino D OU. Unión de Escritores y Artista de Cuba, La Habana, 1983; Rita Yanes Migueli, Un enlace Decisivo en la Guerra de 1895. Centro de Documentación. Consejo Nacional de Cultura, La Habana, 1975; Pedro Deschamps. “El Directorio de las Sociedades de Color y la Guerra de 1895”, En. Anuario del Centro de Estudio Martianos, La Habana, 1982, No 5, y “El Centenario de la Fraternidad (el periódico de Juan Gualberto Gómez) En: Letras. Cultura en Cuba. Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 1989, tomo, V; Luís Toledo Sande “José Martí y Juna Gualberto Gómez: Toda Justicia”, En: Anuario del Centro de Estudios Martianos, # 8, La Habana, 1985; Raúl Rodríguez La O.” Juan Gualberto Gómez y la independencia de Cuba”, En: Revista Militante Comunista, julio de 1984 y “Juan Gualberto Gómez y la Guerra de 1868”, En: Periódico Trabajadores, La Habana, 12 de julio de 1989; Ibis Rosquete “De usted ha aprendido a amar el mundo”, En: Juventud Rebelde, La Habana, 11 de mayo, 1997. Miguel Pulido Cárdenas, Juan Gualberto Gómez. Pensamiento y Acción. Tesis de Maestría, Universidad de La Habana, 1998 y “Juan Gualberto Gómez Ferrer: Memoria y Presencia”, En: Cienfuegos en la Historia, Suplemento del 5 de septiembre, I, 2004.
3.- Loyola Vega, Oscar, “La historiografía de la revolución”, En: Cuba: La Revolución de 1895 y el fin del imperio colonial español/Oscar Loyola Vega: [el at].-Morelia, Mich: UMSNG, Instituto de Investigaciones Históricas, 1995, pp.22-33
4.- Gómez Ferrer, Juan Gualberto,” Autobiografía”. En: Club Atenas: Juan Gualberto Gómez; su labor patriótico y sociológica, Imprenta y Papelería de Rambla, Bouza, Y C.A, La Habana, 1934, p.13.
5.- Pulido Cárdenas, Miguel. Juan Gualberto Gómez: Pensamiento y acción. Tesis de Maestría, Universidad de La Habana, 1998, p.16
6.- Barcia Zequeira, María del Carmen y Eduardo Torres-Cuevas.” El debilitamiento de las relaciones sociales esclavistas. Del reformismo liberal a la revolución independentista”. En: La Colonia. Evolución y formación nacional desde los orígenes hasta 1868. La Habana. Editorial Política, 1994, pp. 432-446
7. Ibídem, pp. 438-446
8.- Campos Guerra, Orestes Francisco. Trabajo inédito. Juan Gualberto Gómez: su pensamiento político y social. 1998. p. 7.
9.- García, Henry, En. Ibis Rosquette. “De usted he aprendido amar el mundo”. Juventud Rebelde, La Habana, 11 e de mayo de º1997, p.11
10. - Ibis Rosquette, ob.cit, p.11
11. - Ibídem.
12.- Pérez Cabrera, José Manuel: la Juventud de Juna Gualberto Gómez. Academia de LA Historia de Cuba, siglo XX. La Habana, 1954
13.- Gómez Ferrer, Juan Gualberto. “Autobiografía”. Ob.cit. p.16
14.- Rodríguez La O, Raúl. “Juan Gualberto Gómez y la Guerra de 1868” En: Periódico Trabajadores, 12 de julio de º1884
15.- Orrego Estuch, Leopoldo. Juna Gualberto Gómez: un gran inconforme. Editorial La Milagrosa, La Habana, 1954, p.34.
16.- Ibídem
17.- Martí Pérez, José. “La Igualdad”. En Obras Completas. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana. Tomo III, p.49.
18.- Gómez Ferrer, Juan Gualberto. “Martí y yo. La última visita -La última Carta”. En Emilio Roig de Leuchsenring. Juna Gualberto Gómez. Por Cuba Libre (PCL). Oficina del Historiador de la Ciudad, La Habana, 1954, p 299-300.
19. Gómez Ferrer, Juan Gualberto. P.C.L., Ob.cit, p.28
20.- Gómez Ferrer, Juan Gualberto. “Autobiografía”. Ob. cit., p.15.
21.- Deschamps, Pedro. “El Centenario de la Fraternidad (el periódico de Juan Gualberto Gómez) En: Letras. Cultura en Cuba. Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 1989, tomo, V, p.432
22.- Ibídem.
23.- Ibídem.
24.- Ibídem. p.441
25.- Gómez Ferrer, Juan Gualberto. “Autobiografía”. Ob. cit., p.16
26.- Gómez Ferrer, Juan Gualberto.” Algunos preliminares de la Revolución de 1895” En. PCL. Ob. cit. P.331
27.- Programa del Diario La Fraternidad. Material Mimeografiado. Legajo Fondo de Donaciones y Remisiones, 144, # 2. Este se reproduce en PCL. Ob. cit. P.215.
28.- La extensa relación epistolar entre Martí y Juan Gualberto Gómez se localizan en los tomos I, III, IV, XX
29.- Gómez Ferrer, Juna Gualberto. “Por qué somos separatistas”. En: PCL, Ob.cit, pp. 250-251
30.- Gómez Ferrer, Juna Gualberto. “Las torpezas del adversario”. En: Club Ate4nas, Ob.cit, p.168
31.- Tres mesurados artículos dan cuenta de ello: “ En nuestro puesto”; “ Las torpezas del adversario” , y, ¡ A la cárcel !. En: Club Atenas, Ob.cit. pp. 162-188
32.- Gómez Ferrer, Juna Gualberto. “Autobiografía”, Ob.cit, p.17
33.- Gómez Ferrer, Juna Gualberto.” Crónica Política”. En Revista Cubana: Periódico mensual. De Ciencia, Filosofía, Literatura y Bellas Artes. Establecimiento Tipográfico de. Álvarez y Compañía. La Constancia, Habana, 95, 31 de agosto de 1892. Tomo XVI, p´140.
34.- Deschamps, Pedro. El negro en el periodismo cubano en el siglo XIX. Ediciones R, La Habana, 1963, p.75
35.- Gómez Ferrer, Juna Gualberto. PCL. Ob.cit, p.286
36. Martí Pérez, José. “La Igualdad”. Ob.cit. p.49.
37. Ibídem
38. Montejo Arrechea, Carmen. Sociedades de Instrucción y Recreo de Pardos y Morenos en Cuba Colonial: 1878-1898. Instituto Veracruzano de Cultura, México, 1993.
39.- Loyola Vega, Oscar. “Aproximaciones al estudio de la Revolución del 95 en Cuba. Ob.cit.p.21.
40.- Roig de de Leuchsenring, Emilio. “Poemario”. En PCL, Ob.cit., p.5-6