Revista: CCCSS Contribuciones a las Ciencias Sociales
ISSN: 1988-7833


PSICOLOGÍA DE LO IMAGINARIO: UNA ONTOLOGÍA HEREDADA

Autores e infomación del artículo

Arely V. Cortés*

Universidad Nacional Autónoma de México

Email: arelyvcortes@gmail.com


Resumen. El siguiente escrito pertenece a una síntesis del trabajo de grado de nivel licenciatura del autor, el objetivo principal del mismo es reivindicar el estudio del campo imaginario en la disciplina psicológica a partir de su contextualización como eje fundamental en la construcción del conocimiento y la realidad social. Se busca extender una crítica al plan de estudios de la licenciatura y al perfil de egreso del psicólogo fundamentando a través de la teoría del imaginario social castoridiano y construyendo un marco contextual de la educación superior en México. Finalmente se comparten algunas reflexiones finales que podrían ayudar a transformar el modelo educativo del profesional en psicología dentro de la facultad
Palabras clave: Psicología social, Imaginario social, Educación

Summary. The next document is a synthesis of the author’s degree level work. The principal objective is to claim the study of the imaginary field in psychology from its contextualization as fundamental point in the construction of social reality and knowledge. It seeks to extend a critique to the curriculum in psychology degree and exit profile psychologist based on imaginary social theory of Castoriadis. A contextual framework is built about superior education in México and finally some reflection are shared that could be help to transform the educative model of the mental health proffessional.
Keywords: Social psychology, Imaginary social theory, Education

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Arely V. Cortés (2019): “Psicología de lo imaginario: una ontología heredada”, Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales, (junio 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/cccss/2019/06/psicologia-imaginario.html

//hdl.handle.net/20.500.11763/cccss1906psicologia-imaginario

Introducción 1

Un atento examen a la disciplina psicológica nos permite entrever que, como toda ciencia, encuentra delimitado su campo de estudio y acción a la atmósfera político-económica e ideológica propia del lugar en que se vive. El campo científico como toda creación se construye bajo propósitos y objetivos que responden a necesidades particulares. El camino de la ciencia se ha ido puliendo hasta convertirse en la mejor herramienta de adquisición de conocimiento, sin embargo, su crecimiento es asimétrico. En la actualidad la ciencia parte de la premisa de la utilidad como punta del progreso desligándose cada vez más de tópicos sin aparente demanda.
El caso de la ciencia psicológica no es la excepción, pues ha pasado de considerarse estudio del alma2 (ψυχή, psyché) a disciplina de conductas observables. Ante esta imposición práctica e ideológica, la psicología actual se encarga de formar psicólogos técnicos apegados al paradigma imperante, dejando de lado materias de corte crítico, analítico, filosófico y humanista. Mientras esta ciencia aún se enfoca en resolver si pertenece a las ciencias sociales o a las ciencias exactas, una de las líneas de investigación menos desarrolladas es precisamente la social. El estudio de lo imaginario en la psicología mexicana está aparentemente olvidado.

Sin embargo, la imaginación ha ocupado la atención de muchos dada su naturaleza dinámica y compleja, ya que permite no sólo representar sino fabricar y transformar imágenes, la imaginación ha tenido un papel muy activo en la teoría filosófica de Platón a Kant, Sartré, Bachelard y Castoriadis. La imaginación ha sido vista como componente fundamental en la creación de herramientas, impulsora de grandes obras artísticas o enunciada como elemento crucial en sueños. Lo imaginario, refiere (Solares, 2006) suele estar ligado de manera peyorativa a conceptos de fantasía, ficción, mito, creencia o ensoñación enunciándolo inferior a los productos de la razón. Sin embargo, lo imaginario implica una emancipación de la determinación, es concebido como la actividad misma de la imaginación, una categoría de alcances ontológicos 3.

(…) el imaginario es la piedra filosofal del mundo socio-histórico, lo que instituye la realidad social y genera sus cambios: lo imaginario es condición de todo pensamiento” (Cabrera y Estrada, 2015, p. 43). Es capacidad de innovación, transformación y creación inagotable a partir del campo esencial de las imágenes, dotándolas de significado, profundidad y sentido. Sin embargo, la mayor parte del pensamiento occidental permanece aferrado a la concepción reproductora de la imaginación y su estudio es apenas mencionado.

El rescate de lo imaginario aparece como una necesidad social que abre paso a la indagación profunda de los mecanismos propios del hombre; la creación de significados. Estudiar la imaginación implica adentrarse en un escenario subjetivo que, ante el paisaje científico actual es sinónimo de retraso y pérdida de tiempo: “La imaginación es una actividad a la vez connotativa y figurativa que da a pensar más de lo que la consciencia elabora bajo el control de la razón abstracta, más allá de la estructuración científico-técnica y conceptual de la actividad pensante.”  (Solares, 2006, p. 137).

Por lo tanto, el objetivo del presente es abordar a la imaginación como mecanismo fundamental en la construcción de la realidad social y, a la par de ello, reanimar el estudio del tema en la disciplina psicológica.

Metodología

Una extensa búsqueda dentro de la base Google Academics en relación a las tendencias investigativas en psicología nos coloca a esta disciplina como ciencia de la salud y enuncia a las revistas más representativas: Trends in Cognitive Sciences, Psychological Science y Journal of personality and social psychology de habla inglesa y, Revista Española de Cardiología, Psicothema y Revista Nutrición Hospitalaria de habla hispana, todas con estudios de corte médico, riguroso y estadístico. En cuanto a estudios sociales destacan sólo dos revistas: Intervención Psicosocial y Papers Revista de Sociología en puestos muy bajos de citación y reconocimiento. En torno a publicaciones, existen sólo cuatro relacionadas con el término «imaginación» dentro de las revistas mencionadas, de ellos únicamente el desarrollo de Pinto de Cea-Naharro mantiene un abordaje del imaginario social como mecanismo que permite la existencia de una realidad colectiva.

Una búsqueda en la misma base bajo los conceptos «imaginación» e «imaginario» enlistaron veintitrés publicaciones del 2013 al 2017 que podríamos denominar de corte social. El análisis permitió agrupar las publicaciones relacionadas a «imaginación» en tres categorías generales:

  1. Desarrollo teórico del concepto (definiciones, tipos de imaginación).
  2. Imaginación con relación a otro elemento (memoria, historia, poesía, etc).
  3. Imaginación y creación en el ámbito social (imaginario social, experiencia creadora, imaginación radical).

Mientras que el concepto «imaginario» despliega un total de diecisiete publicaciones en el mismo lapso temporal 2013-2017. Agrupados en dos categorías:

  1. Construcción del imaginario social de grupos específicos (mujeres, jóvenes, homosexuales, estudiantes, programas televisivos, etc).
  2. El Imaginario social y fenómenos sociopolíticos (educación, resistencia popular, cambio social, desarrollo urbano, movimientos sociales).

Dentro de la base TESIUNAM, se obtuvieron ocho trabajos con la misma perspectiva teórica (imaginario4 ), de disciplinas como: sociología, filosofía y psicología. Finalmente, la búsqueda de tesis en la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza muestra únicamente un trabajo titulado “La Imaginación como recurso terapéutico”. Sin embargo, es importante destacar que existen cinco trabajos de tesis que no figuran en la base, cuyo cuerpo teórico trabaja el imaginario social de Castoriadis pero, inclinados a temas como movimientos sociales e identidad.

Es necesario cuestionar la posición actual de la psicología al plantear a la imaginación como producto y no como proceso; se debe retomar el estudio de la imaginación como elemento de construcción social, para extender nuestros vínculos al entendimiento humano: “En la actualidad la [sociedad] se consume produciendo formas que satisfacen las necesidades de la población (...) se produce y consume como espacio, espacio lleno de expresiones ideológicas, culturales o políticas (...) nada en la [sociedad] es circunstancial, ingenuo o neutral.”  (Ornelas, 2000, p. 57). 

Facultad de Estudios Superiores Zaragoza

La FES Zaragoza forma parte de las instituciones de educación superior periféricas a la Universidad Nacional Autónoma de México, nace como respuesta a la alta demanda generada sobre todo después de 1968. Ofreciendo de manera inmediata seis licenciaturas y un nivel técnico: Odontología, Medicina, Psicología, Biología, Ingeniería Química, QFB y Enfermería respectivamente (UNAM, 2015).

Ubicada dentro de la delegación Iztapalapa al oriente de la Ciudad de México, colindando con los municipios Nezahualcóyotl, La Paz, Ixtapaluca y Chalco del Estado de México. Dentro de las variables que más caracterizan a este sector se encuentra el crecimiento poblacional desmedido generando consecuencias en infraestructura, servicios urbanos, carencia de agua potable, pobreza relacionada a altos índices de delincuencia y hundimiento debido a su expansión sobre suelos lacustres (CEIDOC, 2008).

La Facultad de Estudios Superiores Zaragoza alberga sus instalaciones en la colonia Ejército de Oriente que según el Plan de Desarrollo (2013-2018) es una de las colonias con graves problemas de drenaje, conflictos delictivos y reportes por descuido total en servicios, además de la ocupación ilegal de áreas comunes, abandono de espacios recreativos, basura, ruido en exceso, deterioro físico de conjuntos habitacionales y proliferación de comercios ilegales. Este tipo de condiciones suelen promover fenómenos psicosociales negativos en la población; violencia, contaminación, ansiedad, estrés y adicciones son algunas de las consecuencias con las que viven los habitantes de la zona. La
pérdida de ambientes sanos puede provocar afecciones en el comportamiento de un individuo, el hacinamiento y la falta de servicios no sólo se traducen en falta de recursos, sino que afectan física y psicológicamente a las personas.

Desarrollo

Plan de estudios de la carrera de psicología. La historia de la Carrera de Psicología como todo terreno de conocimiento atraviesa tres ejes; como ciencia, como profesión y como disciplina. En vista de la creciente demanda y el breve lapso en que surgieron las entidades auxiliares a Ciudad Universitaria, la FES se vio obligada a retomar el mismo plan de estudios. Tiempo después, el cuerpo docente de Zaragoza propuso elaborar programas de estudio dinámicos, modulares e interdisciplinarios en una estructura organizativa vertical desplegada de lo general a lo particular. Estos programas buscaban replantear el concepto de educación viéndola como proceso social dentro de un terreno fenomenológico capaz de ser analizado científicamente. La premisa era adentrar al estudiante a la realidad social en la que se desenvuelve e integrar las problemáticas político-económicas del país haciendo al estudiante ente activo, colaborativo y responsable para con la sociedad por medio de una enseñanza dinámica con docentes y alumnos como eje de transformación (UNAM, 2015).

Como frutos de esta formación se generaron proyectos comunitarios de mejoramiento social como Piscohuertos y Alfabetización para las zonas periféricas a la universidad. La investigación aplicada en contextos reales era un eje obligado en la formación de los estudiantes quienes se dedicaban a proponer soluciones a problemáticas reales e inmediatas. Además, existían diversos enfoques teóricos y puntos de vista enriquecedores sobre metodologías que otorgaban una perspectiva integral e innovadora (Gómez, 2003; Miranda, 2003).

Tras minúsculas modificaciones graduales que no se desprendían de la esencia holística de la FES, surge de 1992 a 1996, la intención actualizar el plan de estudios ajustándose a las demandas contextuales por la introducción del neoliberalismo. Esta innovación pretendía acercar al psicólogo a un modelo más riguroso que dejará de lado cortes seudocientíficos. Finalmente, para 1997 la propuesta determino que se debía formar a los estudiantes bajo las necesidades del campo de trabajo desarrollándose el área de psicología organizacional y recortando un año a la carrera (Gómez, 2003).

Actualmente, la licenciatura de psicología maneja un año de tronco común (teórico-metodológico), y tres años de formación especializada donde existe elección voluntaria para elegir un área de especialización por año (psicología educativa, psicología clínica, psicología social y psicología laboral). Aunado a la elección de una unidad optativa por semestre con el objetivo de complementar el aprendizaje.

El proceso formativo de la facultad ha pasado del orden jerárquico de conocimientos a un modelo flexible ajustado a demandas externas, restringiendo gradualmente unidades de corte crítico, socio-político y reflexivo dando paso a unidades más prácticas encasilladas en el marco de la utilidad inmediata. Es aceptable que las instituciones educativas se adecuen a las exigencias económicas del país e inclusive a los estándares globales en educación para incrementar la competencia, pero con la idea neoliberal impregnada hasta los huesos y la llegada de la psicología empresarial, la posibilidad de eludir el área social por considerarla menos importante es muchos sentidos es ya un hecho en la facultad. Es común oír a los estudiantes expresar: “social no sirve de nada”, “puedes aprender social leyendo sólo los libros” o “si elijo social ¿de qué voy a trabajar?”.

Así, una de las consecuencias más significativas en la exclusión del área social es precisamente la ausencia de investigación comunitaria, es fácil contrastar esta condición si prestamos atención a los proyectos de investigación activos en la FES Zaragoza, pues de 30 enlistados en la página oficial 26 se encuentran en el terreno neuropsicológico, clínico y de salud; 3 pertenecen a educación, docencia
e instituciones educativas; 1 sobre desarrollo de conducta ambiental y 1 sobre factores culturales del comportamiento violento aparentemente desde una óptica cuantitativa (UNAM, 2018).

En la Propuesta para la Modificación del Plan y Programa de Estudios de Psicología FESZ (2010) se menciona claramente una contradicción grave:
“(...) los cambios están encaminados a la actualización de los contenidos de los programas de estudio, que deberán ser congruentes con el contexto del país, de tal manera que el estudiante tenga los conocimientos, habilidades y actitudes que le permitirá desempeñarse con eficiencia en diversos ambientes, pueda realizar en menor tiempo sus estudios de pregrado, sin demérito de la calidad académica, además de que tendrá opciones de una formación flexible, acorde con sus intereses” (p.4).

Un plan de estudios que considere congruente con el contexto del país y que a su vez pretenda formar estudiantes eficientes en varios escenarios con formación de calidad, pero en poco tiempo y acorde a sus intereses es una propuesta temeraria por no denominar fantástica, lo que nos deja ver que existe un abismo muy grande entre la realidad y las actividades de escritorio.

Un plan de estudios basado en los intereses de los estudiantes tiene como principal problemática la desinformación sobre los dispositivos ideológicos, sociales y culturales que impactan la psique de los jóvenes y delimitan un camino predefinido de intereses no sólo académicos sino recreativos, culturales y comportamentales que responden a un sistema de dominio sólido. Este desconocimiento es precisamente producto de la poca investigación socio-cultural en la facultad. Un extracto de las entrevistas realizadas a jóvenes universitarios en la investigación de Ramírez y Juárez (2015) sobre el tema “La importancia de la memoria social-histórica en la universidad” soporta muy bien esta cuestión (ver anexo 1).

Perfil del futuro profesional de la salud

Según la visión oficial de la Facultad, el aspirante a la carrera de psicología debe expresar capacidad de observación, análisis y síntesis, tener excelentes hábitos de estudio, ser creativo, contar con iniciativa y vocación de servicio y poseer conocimientos del área Químico-Biológica, y Matemáticas de nivel bachillerato, así como estar capacitado para leer en inglés. De acuerdo a la estructura oficial los psicólogos egresados deben favorecer el desarrollo de individuos, grupos, comunidades y organizaciones con el fin de incidir en el mejoramiento de su calidad de vida mediante una formación integral, además de contar con una perspectiva reflexiva y constructiva del entorno de modo que les sea posible planear, evaluar, investigar e intervenir con fines de prevención, orientación, rehabilitación y promoción. En palabras de Gómez (2003) la mejor definición que puede darse del egresado de psicología es un profesional con desempeño ingenioso, creativo y capaz de trabajar multidisciplinariamente:

“la carrera de Psicología (...) se proyecta como un ámbito institucional donde se forman profesionales de la psicología con alta calidad académica, compromiso social para abordar los problemas nacionales y actitud de respeto al medio ambiente; incorpora innovaciones pedagógicas, tecnológicas y científicas (...), forma parte de redes interinstitucionales que permiten el intercambio y la movilidad (...) así como participar en proyectos multidisciplinarios a nivel nacional e internacional; cuenta con un sistema de evaluación permanente que le permite responder y vincularse oportuidnte a su entorno” (Valencia, 2009- 2017).

Curiosamente, esta delimitación académico-administrativa no logra encajar frente a la contrastante realidad del panorama zaragozano. Un atento análisis permite evidenciar el abismo entre las construcciones de escritorio y el contexto real. Las nuevas generaciones de graduados no mantienen ningún tipo de compromiso social, no existe vinculación eficiente con el entorno ni mucho menos actitud de respeto al medio ambiente. Zaragoza es una muestra más de la ideología social con la que se vive, la apatía y el desinterés en su máxima expresión.

Anaya, García, González, Huerta, Olmos, Ramírez y Serrano, (2014) revelaron, tras una investigación en la facultad esta diferencia drástica entre lo institucional y lo real. Dentro del análisis se detectó la clara conexión entre el contexto socio-político y los mecanismos de pensamiento en los estudiantes. En el estudio se presupone que la sociedad mexicana atraviesa una serie de fenómenos interconectados: cultura política inexistente, desvinculación social, falta de participación, apatía, desinterés, ignorancia e influencia de los medios de comunicación que definen ideas y comportamientos. Sin embargo, los autores esperaban que, pese a este complejo fenómeno, el psicólogo de Zaragoza fuera una excepción con preocupación e interés por las problemáticas sociales concediéndole el título de ente activo e informado de la situación económica, política y social del país. Los resultados tristemente corroboraron la desconexión de los estudiantes respecto a la sociedad, una lista de categorías interpretativas despliega parte importante de su imaginario (ver anexo 2)

El psicólogo no está vinculándose con la realidad social, no genera intervención-acción comunitaria para el mejoramiento, el estudiante no se está interesando en desarrollar propuestas transdisciplinarias que incrementen la calidad de vida, no existen líneas sustentables o ecológicas de acción en la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza. Es impensable que, por ejemplo, en materia ambiental, Psicología sea la que menos propuestas y proyectos genere, según Ramírez (2017) un análisis socio-histórico sobre propuestas sustentables arroja que Biología es la carrera con mayor incidencia en proyectos ambientales, creación de publicaciones en gacetas oficiales y elaboración de instrumentos para calcular el daño ambiental individual o gasto de agua potable.

Es un hecho que la formación debe cambiar ajustándose a los estándares globales y al campo laboral, pero no acosta del interés social. El imaginario zaragozano se vuelve irreflexivo, apático e individualizado. Tristemente, esta serie de problemáticas seguirán existiendo mientras no se dirija la atención al desarrollo de investigación de carácter socio-cultural, interpretativo o propositivo. Aun cuando este tipo de investigación no permite la generalización, ni identifica niveles de representatividad, si centra explícita y contundentemente significados y realidades humanas, lo que resulta una excelente vía de comprensión social.

Contexto mexicano y educación superior

Toda esa serie de comportamientos, ideas, creencias o costumbres que definen la identidad social de cada persona son parte del legado del contexto, de las significaciones imaginarias sociales que empapan el lugar en que se vive. El proceso mediante el cual asumimos estas pautas es reductible a
tres esferas de la vida; familia, escuela y sociedad. La función de la escuela como segundo entorno resulta crucial porque, como institución, tiene la capacidad de transformar las figuras del pensar-actuar: la escuela transmite conocimiento, capacidades nuevas de análisis y síntesis que permiten ir pensando nuevas formas, sobre todo, en las etapas posteriores a la formación básica (bachillerato-universidad) donde los conocimientos se tornan más específicos e implican ya un acercamiento con la vida adulta del mundo laboral. Pero situada en el marco del neoliberalismo, la institución educativa persigue en el proceso de aprendizaje principios de practicidad, especialización y flexibilidad basados en el desarrollo de habilidades técnicas-tecnológicas reduciendo el desarrollo de capacidades reflexivas, cooperativas y autónomas.

De acuerdo con la SEP el universo de la Educación Superior en México se conforma por 2029 instituciones donde se imparten estudios de licenciatura y posgrado, sumando centros de investigación, universidades e institutos tecnológicos. Estas Instituciones de Educación Superior (IES) tanto públicas como privadas se encuentran en toda la república mexicana. Según la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), las IES se distribuyen en seis regiones: (1) Noroeste; Baja California Sur, Chihuahua y Sinaloa (2) Noreste; Coahuila, Durango, Nuevo León, San Luis Potosí, Tamaulipas y Zacatecas (3) Región Centro-Occidente; Jalisco, Guanajuato, Aguascalientes, Colima, Michoacán y Nayarit (4) Región Centro-Sur; Puebla, Tlaxcala, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Querétaro y el Estado de México (5); Yucatán, Campeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco y Veracruz y (6) Región Metropolitana formada por la Ciudad de México.

En el año 2000, la evaluación sobre la Educación Superior en México señaló que existen graves problemas de estructura y organización, entre las cuales destacan: (1) incongruencias entre el perfil de las instituciones y las funciones que realizan, (2) prevalencia de modelos educativos centrados en enseñanza, (3) débil articulación entre formación profesional y mundo laboral, (4) insuficiente vinculación de la universidad con el entorno social (Osorio, 2009).

En la idealidad la educación debería construir visiones universitarias de cooperación, intervención e interés social donde el estudiante aprenda de manera activa, investigue y evalúe contextos dentro de la participación comunitaria. En la realidad los universitarios se gradúan con un grave desconocimiento del contexto real, los egresados eligen desempeñar su vida laboral de manera individual compitiendo por puestos administrativos en un ambiente hostil con largas jornadas de trabajo, climas estresantes y sueldos bajos. Inmersos en un sistema económico que apremia las cifras, lo más importante es obtener un promedio ostentoso que será mal reflejo de la calidad educativa, que un nivel adecuado de aprendizaje:

“Uno de los axiomas de las reformas educativas es la evaluación del rendimiento escolar como indicador de calidad. Estas evaluaciones, tanto nacionales como internacionales, se realizan como si la única variable a considerar fuese el aprovechamiento educativo (…)” (López y Flores, 2006, p. 8).

“Resulta evidente que la educación debe tener conexión con el mercado de trabajo, lo cuestionable es que sólo en función de ello se establezcan sus metas y se evalúe su impacto (…) Se convierte así el proceso educativo en una labor meramente técnica. Se le cercena y se niega el eminente carácter social y ético del acto educativo que implica conflictos de
intereses, valores e ideales (…)” (Díez, 2010, p. 33).

“Cabría preguntarse la razón por la cual las sociedades soportan que el deterioro de
sus actuales condiciones de vida se vean acompañado de obstáculos ya puestos al futuro de sus hijos. De acuerdo a la información recogida en varias investigaciones, puede plantearse la hipótesis de que las grandes mayorías siguen creyendo en los beneficios de la educación, y en particular de la educación pública” (Puigroós, 1996, p. 8).

Reflexiones finales

El pensamiento ontológico determinado trae consigo una concepción de hombre como espectador pasivo e irresponsable de la dinámica social, modelo que en la actualidad se reproduce sin cuestionamientos; la Educación y el caso específico de la FESZ son evidencias de esta etapa sociohistórica. Este desplazamiento de la imaginación no sólo prevalece en el campo investigativo, sino que incluye un paradigma social confuso e incompleto. El rescate de la imaginación como elemento esencial de la psicología humana y la realidad debe considerarse una urgencia en la ciencia contemporánea, debe gestarse la responsabilidad profesional por el estudio del campo imaginario; significaciones, creencias, tradiciones y subjetividades de la cultura.
Las tendencias actuales no
paran de centrar la atención científica en el funcionamiento del cerebro y la neuropsicología para el tratamiento de la enfermedad incrementando la despreocupación por la parte inherente del hombre; la subjetividad y la imaginación.

Las posibles complicaciones para la FESZ son producto de una institución multidisciplinaria de intereses y necesidades dispares, que la convierten en un confuso vaivén que depende de los actores a cargo de las planeaciones. Esto vuelve a la intención de propuestas en una tarea difícil más no imposible, los obstáculos más significativos son: (1) postura de estructura formativa vigente de carácter pretencioso e intolerancia teórica, (2) la influencia del contexto político-económico, (3) ausencia de investigación socio-cultural de carácter cualitativo.

Entonces ¿cómo producir un cambio? Se proponen dos cuestiones fundamentales para alcanzar esta meta: (1) la creación y desarrollo de una línea investigativa en la facultad bajo una perspectiva sociocultural de carácter cualitativo, esto permitirá la inmersión del psicólogo al contexto real, evaluando y proponiendo en función del mejoramiento comunitario y la comprensión psico-social; (2) cambio en la estructura formativa de la carrera añadiendo unidades de carácter crítico en materia ética, social, cultural y ambiental, aunado a la recuperación de las actividades prácticas comunitarias.

Esta emergencia en el estudio imaginario no sólo deberá ser desarrollada como tópico académico, sino que debe ser asumida como marco ideológico apoyado en una estructura formativa que enfatice la capacidad creadora del ser humano como eje fundamental del cambio social. El desarrollo de investigaciones en este tenor podría ayudar a los alumnos en tres sentidos: (1) acercamiento, evaluación e intervención en un contexto histórico-social real, (2) responsabilidad de acción en
problemáticas comunitarias fuera de la universidad y (3) formación como profesional con interés, ética, valores y compromiso. El despertar imaginario se plantea como una redefinición ideológico-colectiva que permita alcanzar la autonomía. Se hace referencia a un proceso de cambio (autotransformación) y al encuentro con nuevas ópticas de hacer y pensar social que incentiven soluciones prácticas, lógicas, críticas y transdisciplinarias.

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*Licenciatura en Psicología Facultad de Estudios Superiores Zaragoza Universidad Nacional Autónoma de México arelyvcortes@gmail.com
1 Asesor de grado Dr. Ramón Rivera Espinosa
2 Las dos formas principales de concebir el alma en el mundo griego fueron el alma entendida como principio de vida, común a todos los seres vivos (plantas, animales y hombres) y el alma entendida como principio de racionalidad, con carácter divino e inmortal, exclusiva sólo del ser humano.
3 Ontología del griego οντος (ontos), ser o estar; y λóγος (logos), razonamiento. El estudio de los seres en la medida que existen (...) Determina que categorías del ser son fundamentales (Sasa, 2011). El hombre es un ser metafísico, es decir, que trasciende su inmediatez para así superar lo ya dado, entonces es un ser ontológico (Mora, 2017).
4 Soria, J. (s/a). Sociología de lo imaginario. Interpretación del Colegio de Sociología desde lo imaginario social.
Alvarado, I. (2007). Imaginario social e identidad. La subjetivación a través del videojuego.
Reyes, O. (2016). Imaginación y creación. La imaginación productora de lo humano.
Gonzalez, G. (s/a). La naturaleza simbólica de la psique.

Recibido: 06/06/2019 Aceptado: 13/06/2019 Publicado: Junio de 2019

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