María Vázquez Fariñas *
Universidad de Cádiz, España
maria.farinas@uca.es
RESUMEN
Tradicionalmente, la posición estratégica y geográfica de la ciudad de Cádiz le ha otorgado una notable ventaja competitiva con respecto a otras localidades, lo que unido al comercio colonial a lo largo del siglo XVIII y a las oportunidades que ofrecía su puerto, propiciaron el establecimiento de un gran número de compañías mercantiles en la capital hacia la primera mitad del siglo XIX. Por ello, este artículo se centra en el análisis del tejido empresarial gaditano en el primer tercio de la centuria decimonónica, al objeto de dar a conocer la evolución y las tendencias económicas y empresariales de la ciudad en un período caracterizado por diversos acontecimientos socioeconómicos y políticos que causaron una gran inestabilidad e incertidumbre en la actividad comercial de la plaza gaditana.
Palabras clave: Cádiz, comercio, siglo XIX, empresarios, negocios, economía.
Códigos JEL: N13, N33, N53, N93.
ABSTRACT
Traditionally, the strategic and geographical position of the city of Cadiz has given it a remarkable competitive advantage over other localities, which together with colonial trade throughout the 18th century and the opportunities offered by its port, led to the establishment of a large number of companies in the capital in the first half of the 19th century. Therefore, this article focuses on the analysis of the Cadiz business fabric in the first third of the 19th century, in order to show the evolution and economic trends of the city in a period characterized by some socio-economic and political events that caused a great instability and uncertainty in the commercial activity of Cadiz.
Keywords: Cadiz, commerce, 19th century, businessmen, business, economy.
JEL codes: N13, N33, N53, N93.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
María Vázquez Fariñas (2018): “El tejido empresarial gaditano durante el primer tercio del siglo XIX: una aproximación histórica”, Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales, (octubre 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/cccss/2018/10/tejido-empresarial-gaditano.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/cccss1810tejido-empresarial-gaditano
1. INTRODUCCIÓN
Tradicionalmente, la ciudad de Cádiz ha sido considerada como una relevante plaza mercantil, debido, entre otros motivos, a su estratégica posición geográfica. Por ello, en este trabajo pretendemos resaltar la importancia de la actividad empresarial para el desarrollo socioeconómico de la ciudad y acercarnos a las características de la misma en el primer tercio del siglo XIX, y por eso hemos analizado el tejido empresarial de la ciudad en aquellos años.
Así pues, en primer lugar, para conocer el contexto socioeconómico de la época objeto de nuestro estudio, han resultado fundamentales los estudios de Ramos Santana, Cádiz en el siglo XIX: de ciudad soberana a capital de provincia, Jiménez Gámez, La sociedad económica gaditana y la educación en el siglo XIX, y García-Baquero González, Comercio colonial y guerras revolucionarias. La decadencia económica de Cádiz a raíz de la emancipación americana, que nos han permitido conocer la realidad de la sociedad y la economía de la capital gaditana. Asimismo, las investigaciones realizadas por Cózar Navarro, y en concreto, los artículos “La actividad comercial en la bahía de Cádiz durante el reinado de Isabel II” y “El tejido empresarial en la ciudad de Cádiz 1830 a 1869”, nos han permitido conocer la situación económica en la Bahía de Cádiz, y obtener así una visión más amplia del contexto socioeconómico de la época. Por último, para el estudio de las empresas y sociedades mercantiles, hemos recurrido al Catálogo de las compañías mercantiles de Cádiz: siglo XIX, de Ravina Martin, pues recoge un listado completo de todas las sociedades creadas y disueltas en Cádiz a lo largo del siglo XIX.
Por último, cabe señalar que este estudio nos permite contribuir a mejorar el conocimiento de la vida empresarial y económica de la ciudad de Cádiz en el siglo XIX.
2. CONTEXTO SOCIECONÓMICO
Los últimos años del siglo XVIII y los primeros del siglo XIX se caracterizan, en general, por la incertidumbre y la inestabilidad en la economía gaditana, debido a los continuos conflictos de aquella época (Ramos Santana, 1992: 92). Las primeras dificultades comerciales empezaron en la década de 1790 a causa de la guerra contra Inglaterra; el bloqueo del puerto de Cádiz por los ingleses desde 1796 provocó que muchos negocios sufrieran una notable contracción y muchos comerciantes abandonaran la ciudad (Cózar Navarro, 2007: 35). Pero las consecuencias no afectaron sólo a los comerciantes en Cádiz, sino también a los territorios de Ultramar. García-Baquero González señala que, debido al bloqueo, las colonias quedaban sin abastecer y además numerosos comerciantes permanecían con sus mercancías estancadas sin poder darles salida, por lo que se interrumpieron las relaciones comerciales con otros puertos, dando lugar a una etapa de estancamiento económico (1972: 133-134). Esta crisis por la que atravesaba el comercio gaditano se palpaba en todos los ámbitos: grandes pérdidas de los comerciantes, cierre de casas comerciales, paralización del tráfico mercantil y escasas posibilidades de trabajo (García-Baquero, 1972: 150-152).
Tras un breve paréntesis propiciado por la firma de la paz de Amiens en 1802, en el que la actividad comercial gaditana había recobrado cierta normalidad con el aumento de las exportaciones y la reanudación de las relaciones comerciales con las regiones de Ultramar, los conflictos con Francia volvieron en 1805 con la Batalla de Trafalgar, dando lugar a un nuevo estancamiento en los negocios que se prolongaría hasta mediados de 1808, enlazando así con el estallido de la Guerra de la Independencia contra la invasión francesa. El cambio de alianza, sin embargo, permitió a los comerciantes gaditanos desenvolver sus negocios bajo cierta seguridad proporcionada por la Armada Británica, incrementándose así la actividad portuaria en la ciudad (Cózar Navarro, 2012: 16-17). Pero a pesar de ello, Cádiz continuaba inmersa en una etapa crítica para el comercio, pues los negocios e intercambios se vieron muy afectados por todos los acontecimientos políticos de la época.
Así pues, las guerras marítimas del reinado de Carlos IV, la guerra de la Independencia española y la emancipación de los dominios ultramarinos, trajeron consigo la decadencia comercial del puerto gaditano (García-Baquero, 1972: 243-247). La disminución del comercio propició el cierre de numerosas casas comerciales y compañías bancarias, el puerto dejó de ser uno de los principales a nivel internacional, y sus movimientos mercantiles pasaron a orientarse hacia el abastecimiento de la ciudad y la exportación de productos agrícolas de la zona (Jiménez Gámez, 1991: 35). Con todo ello, Cádiz se vio afectada política, social y económicamente, y esas dificultades impedían la creación de un tejido empresarial firme en la ciudad (Cózar Navarro, 2007: 35-37). Se hacía necesaria alguna medida para reactivar la actividad mercantil gaditana, que llegaría con el establecimiento de la franquicia del puerto de Cádiz en 1829 (Torrejón Chaves, 2002: 105), ofreciendo nuevas oportunidades de negocio y dotando a la ciudad de un gran dinamismo. Cózar Navarro constata que la breve duración de la franquicia, cuya fecha límite era el 18 de septiembre de 1832, no frenó el crecimiento del comercio en los años siguientes, sino que por el contrario se aumentó (2007: 36). Entre las causas que contribuyeron a esta prosperidad destacan la existencia de una coyuntura económica favorable, la estabilidad política imperante en España, la repatriación de los capitales ultramarinos, la apertura de los mercados asiáticos, el boom del azúcar cubano y el incremento de las exportaciones de vino a Europa (Cózar Navarro, 2003: 142). Aunque Cádiz continuaba manteniendo un importante tráfico comercial con sus reductos coloniales, la estructura del comercio se había modificado en esos años, con una orientación cada vez mayor hacia el Norte de Europa, principalmente a Inglaterra (Prados de la Escosura, 1982: 175-177). El puerto de Cádiz cobró entonces una gran relevancia a nivel internacional debido a las exportaciones de vinos procedentes de la comarca de Jerez y las poblaciones cercanas (Cózar Navarro, 2007: 37), que se dirigían en su mayoría a Gran Bretaña; pues el 80% de los movimientos del puerto tenían como destino aquel país (Ramos Santana, 1992: 96).
A partir de 1833, tras la muerte de Fernando VII, comenzó una nueva etapa de inestabilidad económica, propiciada, entre otros factores, por las guerras carlistas entre los partidarios de Carlos María de Isidro y los defensores de Isabel II y de María Cristina de Borbón como herederas al trono de España (Díez Torre, 1997: 209-211). Ya en la etapa isabelina volvería la estabilidad social y política, que propiciaría la expansión de la economía gaditana, con mejoras en la actividad comercial, el aumento de las relaciones con los puertos de las Antillas y Filipinas y el avance en las inversiones industriales, la banca y la propiedad inmobiliaria (Cózar Navarro, 2007: 35-37).
3. EMPRESAS EN EL CÁDIZ DE COMIENZOS DEL SIGLO XIX
En el período objeto de nuestro estudio, la principal fuente de ingresos para la plaza gaditana era su puerto (Ramos Santana, 1992: 96), y a pesar de sus deficientes infraestructuras hacia finales del siglo XVIII era el principal puerto marítimo español, por delante de otros tan relevantes como el de Barcelona o Santander (Ponce Calvo y Ponce Cordones, 1993: 71-72). El volumen del comercio registrado en el puerto gaditano superaba los 220 millones de reales de vellón en 1793, mientras que el de Barcelona rondaba los 165 millones, quedando claramente reflejada la superioridad de la plaza de Cádiz (Figura 1).
Sin embargo, ya hemos comentado que los primeros años del siglo XIX se caracterizan fundamentalmente por la inestabilidad social y política en la ciudad de Cádiz. Para conocer la composición del tejido empresarial en la ciudad en aquellos años, hemos acudido a las escrituras de constitución, renovación y disolución de las sociedades mercantiles. La gran mayoría de las mismas hacen referencia a la relación de la ciudad con el mar y las actividades marítimas, resaltando una vez más la importancia del puerto para esta plaza mercantil.
A lo largo del siglo XVIII, fueron muchos los extranjeros que se establecieron en Cádiz para desarrollar sus negocios, creando multitud de entidades mercantiles, pero esta situación cambiaría a lo largo de la centuria decimonónica, cuando comenzaron a cobrar importancia, junto a ellos, muchos empresarios procedentes de otras regiones peninsulares (Ravina Martín, 2011: 18-19). No obstante, para realizar este primer análisis, no hemos estudiado la procedencia de los capitales, pues hemos clasificado las sociedades en función del ámbito en el que ejercían su actividad. Tampoco incluimos la tipología de las mismas, ya que durante la primera mitad del siglo XIX no era habitual que los socios indicaran este tipo de datos cuando registraban sus compañías (Ravina Martín, 2011: 15). Así pues, hemos realizado una clasificación de las empresas según el ámbito mercantil marcado en el objeto social de las mismas en el momento de su creación1 :
En la primera mitad de la centuria decimonónica se constituyeron en Cádiz un total de 477 sociedades mercantiles (Ravina Martín, 2011: 31-94). Entre 1801 y 1084 se crearon 87 empresas, pero a partir de entonces descendió el número de compañías creadas en la ciudad (Ravina Martín, 2011: 31-51), algo que no es de extrañar si recordamos que durante esos años el puerto marítimo estaba bloqueado a consecuencia de los conflictos bélicos, entre ellos la Guerra de Independencia, por lo que podemos afirmar que la guerra afectó a la economía gaditana y a la capacidad de inversión en nuevos negocios (Figura 2).
Muchas de estas empresas desarrollaban su actividad en el ámbito de las operaciones comerciales (alrededor del 23% de las mismas), seguidamente se posicionaban las dedicadas a la alimentación y el comercio textil, que representaban el 12% y el 13% sobre el total, respectivamente, y por último, con una menor presencia, se encontraban las compañías destinadas al tráfico de mercancías, la restauración, y a negocios de diversa índole.
En la segunda década de nuestro estudio, la ciudad había dejado atrás las dificultades provocadas por los bloqueos marítimos y la situación económica de Cádiz se había estabilizado, por lo que en este periodo se crearon un total de 170 empresas (Ravina Martín, 2011: 52-72), superándose así la cifra de los primeros años (Figura 3). La tendencia anual era estable, y durante este tiempo se formaron cada año alrededor de una veintena de nuevas compañías mercantiles. Como ocurrió en los primeros años, la mayoría de comerciantes optaban por dedicar su labor a las operaciones comerciales (33,5%), la alimentación (14,1%), la restauración (11,1%) y el comercio textil (8,8%).
Cabe señalar que, durante esta época, el negocio vitivinícola comenzó a crecer progresivamente, pues este representaba a comienzos de siglo solo un 3% del total, y se vio duplicado situándose alrededor del 8% en ese tiempo. Por el contrario, no se estableció en Cádiz ninguna sociedad dedicada al sector asegurador, en contraposición a los años anteriores, donde la contratación de seguros marítimos tenía una cierta importancia en la ciudad, debido a que la actividad económica del puerto se basaba en una función meramente intermediaria, donde poseía gran importancia el negocio a comisión (Pons Pons y Pons Brías, 2010: 13). Este descenso se produjo a causa de los conflictos con Francia e Inglaterra, y a la pérdida progresiva de los territorios, que motivaron la desaparición del medio centenar de compañías de seguros que se habían formado en Cádiz entre finales del siglo XVIII y comienzos del XIX (Pons Pons y Pons Brías, 2010: 50).
Ya en la década de los veinte, se constituyeron en la ciudad 152 nuevas sociedades (Ravina Martín, 2011: 73-94), siendo este uno de los datos más bajos hasta la fecha. Como podemos observar en la Figura 4, el dato máximo se obtiene en el año 1824, con 30 nuevas compañías creadas. Cabe señalar también el aumento a finales de la década, pues el establecimiento de Cádiz como Puerto Franco favorecería la proliferación de nuevas empresas en la ciudad, dada la situación de privilegio con la que contaba el puerto.
Así pues, todo parece indicar que la situación social y política de la época provocó la apertura de nuevos comercios dedicados a sectores diferentes al comercio de Ultramar y el tráfico de mercancías, que habían descendido en un 21% su presencia en la ciudad a lo largo del primer tercio de siglo XIX. En lo que respecta a los demás sectores, la restauración sufrió un considerable descenso del 68%, y en cambio, el sector de la construcción registró un leve aumento, pasando de ser casi inexistente en la ciudad a constituirse tres nuevas sociedades.
Por otra parte, en el primer tercio del siglo XIX se liquidaron en la ciudad de Cádiz un total de 149 empresas, frente a las 477 constituidas (Ravina Martín, 2011: 31-94), es decir, aproximadamente tres de cada diez empresas terminaban cesando su actividad comercial (Figura 5). Ya hemos comentado que los acontecimientos acaecidos en la ciudad durante el período objeto de estudio afectaron al devenir de las sociedades mercantiles, pues los conflictos, la emancipación de las colonias y las etapas de inestabilidad y recesión económica influyeron en las decisiones de los comerciantes de cesar la actividad de sus compañías.
Como era de esperar, los años donde se crearon más empresas y se liquidaron menos, coinciden con las etapas de bonanza económica en la ciudad y, por el contrario, durante los periodos de mayor dificultad e inestabilidad, se crearon menos sociedades y se disolvieron un gran número de compañías mercantiles. En 1803 y 1824 se registró el mayor número de cierres, con 9 y 10 sociedades liquidadas, debido a los conflictos bélicos en los que la ciudad se vio envuelta y a la incertidumbre producida por la independencia de los territorios españoles, respectivamente.
Por último, es importante señalar que durante el periodo analizado, nunca el número de empresas disueltas estuvo por encima de las de nueva constitución (Figura 6), lo que muestra una vez más la gran actividad comercial y empresarial que había en la ciudad de Cádiz durante los primeros años de la centuria decimonónica.
Hacia la década de los treinta empezaría en España una etapa de expansión que propiciaría el incremento de las inversiones en la plaza gaditana (Cózar Navarro, 2003: 140), tema que estudiaremos en otra ocasión.
4. CONCLUSIONES
Con la realización de este trabajo, hemos logrado obtener una primera aproximación al tejido empresarial existente en la ciudad de Cádiz a comienzos del siglo XIX. Hemos podido comprobar que en la plaza gaditana siempre fue muy relevante el comercio marítimo, gracias a su privilegiada situación estratégica, que daba lugar a un importante tráfico mercantil en su puerto. No obstante, el periodo analizado está marcado por importantes fluctuaciones en la actividad comercial de la ciudad, a consecuencia de los acontecimientos sociales y políticos de la época. Por una parte, el comercio durante los primeros años se vio duramente mermado como consecuencia de los conflictos bélicos a los que se enfrentó España, y que afectaron de forma decisiva a Cádiz. Por otra parte, los cambios territoriales también terminarían por afectar al comercio de la capital, ya que el tráfico de mercancías con las colonias americanas era uno de los pilares fundamentales del crecimiento de la ciudad hasta finales del siglo XVIII.
Así pues, en términos generales podemos decir que todos esos acontecimientos se ven reflejados en el tejido empresarial de la ciudad de Cádiz, pues en los años en los que predominaba la estabilidad política se observa un incremento en la creación de empresas, muchas de las cuales se dedicaban al comercio en general, muestra del esplendor comercial de esos años. No obstante, las dificultades acaecidas durante el periodo analizado también afectaron a los comerciantes, puesto que en los años de mayor inestabilidad o dificultades, cerraron más empresas y se moderó la creación de nuevas sociedades.
Para concluir, cabe señalar que este trabajo es una primera aproximación a la estructura empresarial de la ciudad de Cádiz, que continuará en un futuro próximo con el análisis de los años posteriores y un estudio pormenorizado de los diferentes sectores, al objeto de confirmar la gran importancia que tuvo el comercio vitivinícola en la economía gaditana hacia mediados de la centuria decimonónica.
5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Cózar Navarro, M. C. (2003): "El tejido empresarial en la ciudad de Cádiz 1830 a 1869". En Revista de Estudios Regionales, (67), pp. 139-166.
Cózar Navarro, M. C. (2007): "La actividad comercial en la bahía de Cádiz durante el reinado de Isabel II". En Revista TST. Transportes, Servicios y Telecomunicaciones, (13), pp. 34-60.
Cózar Navarro, M. C. (2012): “Comerciantes y empresarios en el Cádiz sitiado por Napoleón”. En Revista Parques Empresariales, Industriales y Tecnológicos, año VI, nº 33. Edición provincial Cádiz. Ed. Europea de Difusión Empresarial. El Puerto de Santa María, Cádiz. pp. 16–17.
García-Baquero González, A. (1972): Comercio colonial y guerras revolucionarias. La decadencia económica de Cádiz a raíz de la emancipación americana. Publicaciones de la Escuela de Estudios Hispano-Americanos, Sevilla.
Jiménez Gámez, R. A. (1991): La sociedad económica gaditana y la educación en el siglo XIX. Caja de Ahorros, Jerez de la Frontera (Cádiz).
Prados de la Escosura, L. (1982): “Comercio exterior y cambio económico en España (1792-1849)”. En: Fontana, J., Anes Álvarez de Castrillón, G., Tedde, P. y Artola, M. (Eds.), Economía española al final del Antiguo Régimen. Comercio y Colonias. Alianza editorial, Madrid, pp. 171-249.
Ponce Calvo, R. y Ponce Cordones, F. (1993): El Puerto de la Bahía de Cádiz: visión histórica y evolución económico. Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, Cádiz.
Pons Pons, J. y Pons Brías, M. A. (2010): Investigaciones históricas sobre el Seguro Español. Fundación MAPFRE, Madrid.
Ramos Santana, A. (1992): Cádiz en el siglo XIX: de ciudad soberana a capital de provincia. Sílex ediciones, Madrid.
Ravina Martín, M. (2011): Catálogo de las compañías mercantiles de Cádiz (siglo XIX). Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, Cádiz.
Torrejón Chaves, J. (2002): El Puerto Franco de Cádiz (1829-1832). Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz, Cádiz.