Yudit Merino Téllez
Perla Quintana Pérez
Irina Benítez Solís
Jorge Bodaño García
jorgebg@ult.edu.cu
Universidad de Las Tunas
Resumen
El folklore campesino es uno de los mayores defensores de las historias míticas porque del campo salieron las primeras experiencias, fue de los arroyos cercanos a las fincas donde se comenzó a hablar de güijes. Así era la vida en Las Tunas hasta algunas décadas después del triunfo revolucionario cubano. Las Tunas es una ciudad rica en mitos y leyendas, historias contadas de generación en generación que distinguen la épocas por las que ha transitado el pueblo. Su topónimo mismo es una leyenda, cuyo protagonista es el extenso hato de Opuntia Dillenii, nombre científico de la tuna brava a la que a su vez se le atribuyen propiedades como protectora de la casa, para alejar la envidia, los malos ojos y hasta algunas enfermedades. En el presente todavía constituye un símbolo para los tuneros donde no pocos, tienen sembrada una en el patio o portal de su casa.
Palabras clave: mito, leyenda y décima.
Introducción
La imaginación es capaz de crear mitos y leyendas como narración tradicional o colección de narraciones relacionadas entre sí, son hechos imaginarios considerados reales, aunque pueden partir de situaciones históricamente verídicas. Durante algunos oficios religiosos de la primitiva Iglesia Cristiana, se leían en voz alta leyendas o vidas de santos, es así donde surge la leyenda como narración oral.
Toda creencia forma parte indisoluble de la cultura popular tradicional de un pueblo, respaldada a su vez por la identidad cultural considerada realización de la cultura, porque se conjugan lo único y lo diverso, lo general y lo concreto. Es concebida como el sentido de percepción, conciencia, modo de actuar, pensar y crear de los miembros de una comunidad, pueblo o nación acerca del medio natural y social en que se desenvuelven, mostrados a través de sus expresiones culturales. (Revista Honda No 4; 2001: 24 – 26)
Numerosos investigadores como Fernando Ortiz, Samuel Feijóo, Miguel Barnet, Cintio Vitier, Armando Hart, Jesús Guanche, Virtudes Feliú y otros, han estudiado a profundidad casi todo el acervo cultural cubano. En la provincia Las Tunas, existen pocos estudios científicos culturales acerca de las creencias en los diferentes mitos y leyendas, a pesar de las abundantes historias que a través de la narrativa oral, forman parte del patrimonio cultural de las comunidades urbanas y rurales.
Algunas creencias míticas que caracterizaron al pueblo tunero en épocas pasadas, quedaron expuestas en las composiciones de notables poetas como Renael González, cuya temática es recurrente en toda su obra. En la presente investigación, Mitos y leyendas en la décima tunera; se realiza una compilación de leyendas a través de un breve acercamiento a las historias mitológicas contadas desde las décimas tuneras.
Se utilizó en la investigación un referente teórico conceptual que comprendió las categorías de mito, leyenda y décima, abordadas desde la Teoría de las Representaciones Sociales.
La Antropología Cultural como ciencia fundamental y la Sociología de la Cultura como ciencia auxiliar, son necesarias para profundizar los diferentes criterios en la clasificación del soporte teórico que posibilite un acercamiento a la mitología tunera desde el punto de vista científico, con el fin de reconocer la identidad cubana, producto de la mezcla entre las diferentes culturas que conformaron el tunero actual.
Desarrollo
Debido a la colonización española y a la trata negrera en Cuba, los hispano y lo africano desde entonces, constituyen los dos troncos etnoculturales principales de la nacionalidad cubana, en la que también coinciden otras culturas (caribeña, norteamericana, china y del resto de Europa) en un complejo proceso de transculturación y mestizaje, que ha traído como consecuencia una composición religiosa sui géneris.
Según el Atlas Etnográfico de Cuba, el estudio de los componentes étnicos que dan origen a la nación cubana contemporánea, constituye un necesario marco de referencia ya que las principales manifestaciones de la cultura material y espiritual de Cuba, están estrechamente vinculadas con el proceso histórico del poblamiento desde la época colonial. Para las tres primeras décadas del siglo XX, Cuba se convierte en centro receptor de una fuerte corriente migratoria. En el transcurso de esos años, arriban al país cerca de 1 200 000 inmigrantes.
Ellos influyeron de forma decisiva en el crecimiento demográfico de la Isla, marcan con su huella el desarrollo socio-económico del país y aportan elementos que, a través de un proceso creador y dinámico, enriquecen la cultura nacional, en mayor o menor escala. No faltaron desde entonces las variadas historias de duendes, fantasmas y otros que enriquecieron el acervo mítico del país con algunas leyendas ya olvidadas y otras transformadas para mantenerse vigentes en el folklore cubano.
La investigadora María del Carmen Víctori Ramos en la revista La Jiribilla en febrero de 2001 expone que:
Las leyendas recogen y registran fabulaciones o simples historias sobre algún suceso o hecho, o sobre alguna que, por motivos históricos o sociales, se encontrara en una posición, actividad o una situación susceptible por su condición de trascender en el recuerdo de una colectividad. (www.lajiribilla.cubaweb.cu)
Las leyendas corresponden a historias populares que abarcan un gran número de temas: los santos, hombres lobo, aparecidos y otros seres fantásticos o recuerdos personales. Se diferencian de la historia formal en su estilo de presentación, énfasis y propósito. Algunos investigadores las han clasificado en tres grandes grupos: estrechamente relacionadas con las apariciones sobrenaturales, seguidas de las que tratan sobre sucesos históricos y por último, las concernientes a elementos sagrados.
En la literatura, la conceptualización de leyenda está dada como una narración ficticia casi siempre de origen oral, hace apelación a lo maravilloso. A diferencia de un cuento, está ligada siempre a un elemento preciso (lugar, objeto, personaje histórico u otro). Comparte con el mito la tarea de dar fundamento, explicación a una determinada cultura, y presenta a menudo criaturas cuya existencia, a pesar de existir en numerosas bibliografías y filmes, no ha podido ser probada, ejemplo de ello son las sirenas.
La leyenda, a deferencia del mito, se construye y nutre de acontecimientos que presumen tener un basamento objetivo, pues estos parten de hechos supuestamente ocurridos; y ese acontecer es creído tanto por los emisores como por los receptores. En algunos casos, expresan recordarlo por inusual o trascendente en la vida del lugar o del individuo. Como todo relato, está sujeto a reelaboraciones que transitan entre la simple exageración y la inserción de procesos y soluciones sobrenaturales.
Los mitos, por su parte, resultan el tránsito y punto de unión entre la literatura y la religión; así se denominan todos los relatos con explicaciones cosmogónicas y religiosas, que incluyan los orígenes y las acciones de santos o deidades; al igual que las hazañas de las divinidades por el mundo de los hombres. Son cuentos tradicionales que están cargados de elementos religiosos que explican el universo y sus primeros pobladores. Historias que tanto el narrador como su audiencia consideran verdaderas.
Los mitos presentan una situación diferente a las leyendas, ya que sus temas casi siempre responden a explicaciones de la existencia del hombre y de la naturaleza desde el punto de vista de las culturas del occidente africano, en relación con elementos hispánicos de la cultura cubana que tuvieron lugar debido a la transculturación.
Usualmente el personaje protagónico de los mitos, es un ser capaz de actuar desacostumbradamente que de modo excepcional ofrece o recibe encomiendas y conocimientos especiales. Mientras que en las leyendas los protagonistas pueden ser un dios, semidiós, un santo, o un ser normal con fuerzas divinas, este último con una especie de habilidad sobrenatural o muy poco común.
En resumen, mitos y leyendas están saturados de humor, peligros, miedos infundados por entes sobrenaturales, en su mayoría muertos cuya alma no logra el descanso eterno debido a deudas que dejaron en vida o están “castigados” a andar errantes definiéndoseles como “almas en pena”. “Enmuchasreligiones y filosofías, el alma es el elemento inmaterial que, junto con el cuerpo material, constituye al ser humano individual.” (www.cubayoruba.cult.cu).
Como los demás géneros tradicionales, mitos y leyendas en sus orígenes son relatos orales, cuyos detalles varían a medida que son transmitidos de forma generacional, para dar lugar a diferentes versiones. En las sociedades desde que se conoce la escritura, han sido objetos de reelaboración literaria, lo que ha posibilitado ampliar su arco de versiones y variantes.
Los mitos y las leyendas surgen de la imaginación popular, de los sueños y hasta del miedo, revelan una de las mayores fuerzas de la creación folklórica mundial. En su mayoría leyendas, mitos y fantasías, son los valiosos documentos orales del pueblo que indican y precisan los variados estratos culturales. Sobre los dioses de los indios poco se conoce, mientras que de la mitología afrocubana o la campesina, mucho se ha conservado. (Feijóo; 1986: 5-6)
La narrativa oral y escrita es imprescindible en la preservación de todas las culturas, la décima como máxima exponente de la cultura popular tradicional campesina ocupa un lugar privilegiado en la conservación de sus tradiciones.
En el siglo XIX la forma de evadir la censura a que eran sometidos los poetas con ideas contrarias al régimen impuesto en la Isla fue, precisamente, usar al indio como símbolo universal de cubanía, mediante él denunciaban la explotación, desprecio y abusos a que estaba sometido el pueblo.
Es precisamente Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé), el que llega a las cumbres de los movimientos criollista y siboneísta. Una de las obras maestras de esa tendencia es «Hatuey y Guarina»; detrás del idilio está el llamado del poeta a la lucha, propone se deje la tibieza y comodidad del hogar, el disfrute del amor junto a los seres queridos para enfrentar el deber.
“Con El Cucalambé, la décima en Cuba alcanza la expresión de pueblo, expresión que se sintetiza en una actitud ante la naturaleza, la flora, la fauna, los problemas o situaciones que acontecen, la muerte o la vida, la mujer, el amor..., todo mediante una cubanidad dada en términos empleados, tonalidad, enfoques y matices expresivos propios de la idiosincrasia del cubano.
Se cubaniza la décima que es decir se nacionaliza, se extiende por todo el archipiélago y se hace de uso común la improvisación, la controversia y la décima escrita. A la vez que el hombre se nacionaliza, este elige la décima como su medio de expresión y es parte de la idiosincrasia del pueblo, por lo que se hará llamar décima cubana, sea culta o popular” (La décima. Panorama breve de la décima cubana: 1995:10).
Los rasgos de cubanía se acentúan, más en lo popular que en lo culto; pero en la décima escrita también se precisan elementos que son propios del cubano y que nos identifican, sobre todo por la influencia que recibe de la décima popular en que los elementos identitarios se hacen evidentes.
Mitos y leyendas: del pueblo a la décima tunera
Los mitos y las leyendas tuneras están vinculadas indisolublemente a la sociedad, son los portadores de la historia cultural de su población como eslabones para identificar las creencias propias de cualquier época. No es posible referirse al surgimiento exacto de un mito o una leyenda, alrededor de ellos hay siempre diferentes fechas, sucesos que le dieron origen y la vía en que llegaron hasta la actualidad.
La vida en las zonas urbanas también se nutrió de historias, relatos, luces en las noches y más de un ciudadano contó haber tenido un sueño en que cualquier difunto le guiaba hacia una botija de dinero, así surgieron innumerables leyendas que trascendieron para ser parte de la historia cultural del tunero actual, es por lo tanto obligada referencia la leyenda emblemática de Las Tunas, El Caballo Blanco o El Indio sin Cabeza como también se le conoce.
Por otra parte, un personaje popular en historietas y dramatizados infantiles es el güije, variante cubana de los duendes europeos, algunos escritos lo identifican como negro chiquito, otros como indio; en ambos casos habita los ríos, amigo de las bromas pesadas, burlón y alegre, vive riéndose, nunca está tranquilo, jamás de mal humor y no hace daño.
Es el niño que nunca crece y siempre está listo para divertirse. El güije es la mejor forma de resumir el sincretismo de varias culturas en una sola: la cubana. El poeta Renael González en su libro “El Cornito teje espumas”, lo describe de la siguiente manera:
El jigüe del río Jobabo
Vigilan muertos de risa
donde el agua no hace espumas
y silban entre las brumas
y el caminante se eriza;
se le hiela la camisa
al cruzar por los bajíos,
pues del fondo de los ríos
-como güira que se alegra-
sacan su cabeza negra
los jigües de dientes fríos. (1993: 13)
La llamada Madre de aguas es uno de los seres fantásticos que menos se habla en la actualidad, aún cuando mucho se le temía en todas las zonas donde existieran arroyos, ríos caudalosos o simples lagunas, donde ella viviera el agua nunca cesaba. Constituye una de las tantas criaturas guardadas en historias que apenas se cuentan; eso no significa que en alguna zona del territorio tunero se le mencione y crea en ella como la mujer mitad serpiente, la sombra mágica que se eleva en el agua para devorarlo todo.
Se asociaba con las desgracias, las desapariciones cerca de ríos o lagos y es de manera general, una versión de las universales sirenas de los marineros. A pesar de no ser popular en el pueblo tunero actual, el poeta Rodolfo de la Fuente en su libro Paisaje y Pupila la describe respetando las historias que de ella se contaban:
Madre de aguas
Cuando el agua removida
hace temblar la majagua,
sale la madre de agua
para comerse la vida.
Pobre de la red perdida,
del confiado caminante
o el pájaro trashumante,
pues con todo acabará.
Nunca su agua cesará.
Con ella será: constante. 1
Los mitos de animales y fantasmas son los más contados, los que popularmente se escuchan con numerosas versiones, transformación asociada con los años y los elementos que las nuevas generaciones le imprimen. Así llegan hasta nuestros días duendes, babujales, brujas; supersticiones con espejos rotos, gatos negros o el simple caminar por debajo de una escalera como presagios de mala suerte por años.
Para representarse a esos fantasmas que de tantas historias son protagonistas, una vez más el poeta Renael González Batista se toma como referencia con una de sus décimas a la que llamó Magia para expresar que:
Yo se del cielo cautivo
en un pozo de brocal
y del trueno tropical
en la piel seca de un chivo.
He visto un fantasma vivo
disfrazado de sijú,
nacer de hojas de bambú
amarillas mariposas
y anidar el alba en rosas.
Ahora di qué has visto tú. (1993: 9)
Según el poeta Diusmel Machado Estrada quien resultara Premio Décima Joven de Cuba en el año 2002 con su libro “Caída del ángel a la gloria” hace referencia a aparecidos y/o fantasmas de una manera muy singular cuando expone:
Sombras que solo yo veo
Veo una luz que vacila
ante el ojo de mi sombra
(en el canto que me nombra
oigo un hacha que se afila).
Y cruzan por mi pupila
danzando un baile sin pie
diez fantasmas… ¡Yo no se
cómo espantarlos! Y un ciego
resplandor me presta el fuego:
pero esta luz, quién la ve… (2004: 45)
Asimismo juega un papel trascendental la interminable lista de plantas cuyos fines más conocidos son los de aliviar, cuidar o proteger a los humanos, un ejemplo de ello son: el Abre caminos, Salva hombre, Yerba buena, Escoba amarga y Vencedor, por solo citar algunas. La cancionística cubana cuenta con un conocido tema titulado El Yerbero, donde se vinculan plantas, creencias populares y buen sentido del humor.
Un árbol que para muchos resulta exuberante y misterioso a la vez, es la Ceiba, altar de muchas ofrendas en distintas religiones, inspiradora de cantos, rituales y poetas como Renael González en su libro “Con ojos de piedra y agua”, le cantó como la protectora de todo aquel que en ella confía:
Ceiba
La Ceiba su sombra tiende
bajo el sol –redonda brasa-
y en ella tiene su casa
sin puertas el viejo duende.
Su verde traje desprende
para una renovación,
y de sus frutos, que son
jaulas abiertas sin prisa
se van volando en la brisa
mil pájaros de algodón. (2002: 24)
También existen otras plantas de marcado sentido religioso, alrededor de las cuales se tejen historias y especulaciones fuertemente arraigadas en la actualidad, tal es el caso –en menor medida- de la mata de Guao, cuyo nacimiento dio paso a una mítica historia aborigen de carácter fantástico2 que el prestigioso investigador Samuel Feijóo recopilara en sus trabajos.
Precisamente a la labor desempeñada por Feijóo, en aras de darle a la cultura popular tradicional cubana el lugar que le correspondía, el poeta Renael González en su libro “Con ojos de piedra y agua”, le dedica la siguiente décima:
Dibujo de Feijóo
¿Qué araña teje los hilos
complejos de tus dibujos
y atrapa jigües y brujos,
montes y ríos tranquilos?
Tinta construyendo asilos
para seres infinitos,
donde entre cantos y gritos
y una flora y fauna extrañas
se refugia en las montañas
un ejército de mitos. (2002: 39)
Los mitos, las leyendas y la cultura popular tradicional en cualquiera de sus vertientes es transmitida generacionalmente a través de la imitación y la narrativa oral. Los niños juegan un papel importante en la recepción de las historias míticas o fabulosas como popularmente se les llama, así un personaje negativo recurrente en cuentos y largometrajes infantiles son las brujas.
En épocas pasadas el saber popular relacionó las brujas con las lechuzas, tal vez la vida nocturna de estas fue la causante de tal vinculación; en resumen el origen de tal creencia es confuso al igual que en la mayoría de las narraciones mitológicas, lo importante es que su esencia ha sido expuesta de dos formas excelentes a través de Renael González, para culminar con su libro “Con ojos de piedra y agua”, de las siguientes formas:
Bruja nocturna
A la luz de los cocuyos
que la noche desmenuza
cruza el aire la lechuza
y tiemblan las ratas, cuyos
temblores dejan murmullos
de pasos en su carrera
buscando la madriguera,
mientras el ave parece
bruja blanca que se mece
al vaivén de la palmera. (2002: 37)
Más adelante la describe según Dice Abuela:
Es como un pájaro oscuro
con alas grandes, ruidosas,
que le pone temblorosas
las rodillas, al más duro.
De oírla chillar, te juro
que el miedo a correr me empuja
cuando la luna es burbuja
de luz, rozando el alero…
Dios me ampare, yo no quiero
encontrarme con la bruja. (2002: 13)
Resulta impresionante el número de composiciones dedicadas a la mitología en general. También la plástica dejó su huella en el territorio tunero, artistas como Rogelio Ricardo, José Antonio Fuentes y Rita Longa, legaron a Las Tunas obras como “El jinete sin cabeza”, escultura de metal existente en uno de los muros del Hotel Las Tunas; las Cabezas de Indios, convertida en símbolo del Cornito y la conocida Fuente de las Antillas que hace referencia a la leyenda de La Calabaza3 .
Esta última en conmemoración al Bicentenario de la Ciudad de Las Tunas se editó un folleto sin autor, titulado “Preludio a la ciudad” donde se muestra una décima cuyo nombre es La Fuente de las Antillas, dedicada a la obra escultórica y a la leyenda inspiradora:
Tendida sobre las aguas
una vida que refulge
de la fruta rota surge
en un cuerpo sin enaguas,
y sus pechos son dos fraguas
para el amor y el placer
pálida y sensual mujer
que naces de lo profundo
llevas en tu vientre el mundo
misterioso de nacer. (1996: 13)
En el Archivo Provincial de Las Tunas, en la Revista “Las Tunas de ayer y de hoy”, el poeta Oscar Vázquez Cruz reflejó esa leyenda en una poesía titulada precisamente El Caballo Blanco, donde toma elementos de la historia y le atribuye un toque especial, se hace referencia a la misma aunque no sea una décima, por ser la leyenda urbana emblemática de la ciudad:
Y el indio en la tradición
sigue su marcha macabra
cual fantástica visión...
Y al reflejo de esas lunas
lindas de plateada luz
por la calle Lico Cruz
marcha el caballo en Las Tunas.
Es la región oriental
rica en lindas tradiciones,
en cuentos y narraciones
de belleza espiritual.
Un recuerdo fantasmal
se esconde en cada rincón.
Como late el corazón
con la crispante belleza
del indio aquel sin cabeza
Pletórico de emoción.
Belleza en la fantasía
belleza en la realidad…
si es ficción o si es verdad,
hay en ellas poesía.
Cual presagio de dolor
y al reflejo de esas lunas
bellas que alumbran a Tunas
puede verse, con horror,
un fantasma soñador
sobre su blanco corcel.
El alma del indio aquel
que fue muerto allá en Cueybá
y que vengando aun está
los que murieron con él.
Y así la imaginación
es fuente de poesía
en esa superstición.
Conclusiones
Puede precisarse que los mitos y leyendas tuneras están determinados por la especificidad de la época en que surgieron, mucho se ha perdido en cuanto a creencias por parte de la población, pero se conservan aisladas historias que varían según la zona y el emisor.
La cultura popular tradicional como parte del patrimonio universal de la humanidad, es un poderoso medio de acercamiento entre los pueblos, específicamente entre los grupos sociales existentes en la conformación de su identidad cultural. La cultura popular deja de existir cuando el protagonista deja de ser el pueblo; cuando deja de identificarse con la nación a la que pertenece.
Los mitos y leyendas están presentes en la historia cultural de toda nación. Las Tunas cuenta con abundantes relatos míticos que el temor o la ignorancia del tunero del siglo XIX y mediados del XX hizo posible. Así se escucharon los cuentos de güijes, las luces nocturnas o los fantasmas que caracterizaron costumbres y tradiciones de épocas pasadas. Las supersticiones, al igual que la mitología del pueblo no tienden a desaparecer, sino a transformarse con la contemporaneidad debido a los nuevos intereses de las generaciones.
La población tunera actual no mantiene vigentes las historias de fantasmas, aparecidos aunque en algunas zonas o pequeños grupos de personas aún se mantiene esta fe. Fundamentalmente los jóvenes no se identifican con las leyendas emblemáticas de la región. Hacen referencia a las mismas como cuentos de sus abuelos e inventos de épocas pasadas.
Bibliografía
NOTAS