Diosveldy Navarro Lores (CV)
diosveldy@fcs.cug.co.cu
Yamila Rodríguez Tamayo
yamila@cug.co.cu
Universidad de Guantánamo
Resumen
La palabra es un objeto inmaterial, intangible, sin embargo es objetiva, existe. Los más grandes hombres de ciencia han resignificado en diferentes épocas y regiones la repercusión social ambivalente que tiene la palabra.
Científicos, lingüistas, filósofos materialistas y no materialistas, políticos, reyes, emperadores, hombres y mujeres, todos han hecho referencia al lenguaje, la lengua, el habla, la palabra y la comunicación, recursos con los que se privilegió al ser humano.
Otro recurso con el que se privilegió al ser humano es el pensamiento. Aunque no se ha podido dilucidar si el pensamiento determina el lenguaje o viceversa, sí queda claro que hay una estrecha relación entre ambos. En la misma medida en que se desarrolla uno se desarrolla el otro. De manera que la naturaleza privilegió al hombre con capacidad para hablar y para comunicarse, como se evaluó anteriormente. También lo privilegió con la capacidad para pensar, pronosticar y anticiparse al futuro, cualidades de las que fueron privados los demás animales.
Esto permitió que el hombre, a pesar de ser el animal más débil, haya podido dominar a los demás seres vivos. En esto han jugado un papel valioso el lenguaje y el pensamiento.
Sin embargo, a pesar de reconocerse la relevancia de estas condiciones especiales del ser humano y su repercusión en el desarrollo de la ciencia y la técnica, en la proeza de sacarlo del estado de barbarie en el que estaba sumido, es válido recordar que también pertenecen al hombre otras condiciones deplorables. Tal es el caso de la estupidez.
Esta ha dado lugar a una crisis de sentido común y las condiciones especiales con que la madre natura le privilegió no las utiliza con todo el buen sentido con que pudiera hacerlo y los mismos han propiciado las más tristes y lamentables vivencias que con un poquito de cordura se hubieran podido resolver.
Palabras claves
Comunicación, lenguaje, lengua, palabra, pensamiento, estupidez, crisis de sentido común.
Desarrollo
La palabra es un objeto inmaterial, intangible, sin embargo es objetiva, existe. Los más grandes hombres de ciencia han resignificado en diferentes épocas y regiones la repercusión social ambivalente que tiene la palabra.
Hasta el Divino Creador castigó a los hombres y les dividió dándole a cada uno una lengua diferente cuando, según se refiere en el libro Génesis, pensaron en construir una torre para llegar hasta el cielo: la Torre de Babel.
Posteriormente, como se ilustró en el prefacio de este libro, Esopo supo valorar en su justa medida este recurso, a través de la anécdota donde la calificara como “el mejor y el peor plato”, aproximadamente un poco más de 500 años antes de Cristo. De la misma manera, el mismo Cristo alertaba en este respecto, pues en el capítulo 7:15 del libro San Marcos planteó: “(…) nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre (…)”1
La palabra tiene tanto valor, que la mejor manera de comprenderlo es a través del siguiente fragmento del libro de Umberto Eco, citado por Efrén Vázquez, en su artículo “La palabra y el lenguaje” 2:
"(…) un rey quiso comprobar qué lengua e idioma tendrían los niños al llegar a la adolescencia si no habían podido hablar jamás con nadie. Y para ello dio órdenes a las nodrizas y ayas de que dieran leche a los niños, pero con la prohibición de hablarles. Quería en realidad saber si hablarían la lengua hebrea, que fue la primera, o bien la griega, o la latina, o la lengua árabe; o si acabarían hablando la lengua de sus propios padres, de quienes habían nacido. Pero se afanó en vano, porque los niños o infantes morían todos."3
Más adelante este autor resignificó el valor de la palabra cuando expresó:
“(…) Con la palabra el hombre ha transcendido la naturaleza, el pensamiento inmediato, y ha hecho posible compartir con sus semejantes un mundo semántico complejo. No sólo eso, sino que, ahora que se sabe que el mapa del genoma humano nos iguala en un altísimo porcentaje al resto de los seres vivos, la diferencia hay que buscarla en la capacidad humana de abstraer, representar y reconstruir la realidad en el intelecto, para ser compartida y transmitida a sus semejantes (…)” 4.
Así, Eduardo Martínez Rico también expresó: “Las mejores ideas se exponen con las mejores palabras (…) La palabra tiene valor, resiste el tiempo, es mucho más perenne que nosotros, los seres humanos (…)”5 .
Científicos, lingüistas, filósofos materialistas y no materialistas, políticos, reyes, emperadores, hombres y mujeres, todos han hecho referencia al lenguaje, la lengua, el habla, la palabra y la comunicación, recursos con los que se privilegió al ser humano.
Tenemos por ejemplo:
De Martin Luther King: “Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el arte de vivir juntos, como hermanos.”
De Madame de Sevigné: “Si los hombres han nacido con dos orejas, dos ojos y una sola lengua es porque se debe escuchar y mirar dos veces antes de hablar.”
De Baruch Spinoza: “La experiencia nos ha demostrado que a la persona no le resulta nada más difícil de dominar que su lengua.”
De Jean-Paul Marat: “Las revoluciones empiezan por la palabra y concluyen por la espada.”
De Carlos Dossi: “Se dice que la palabra distingue al hombre de las bestias, pero es la palabra precisamente la que revela muchas veces la bestialidad de algún hombre."
Jean de la Bruyere: “Es una enorme desgracia no tener talento para hablar bien, ni la sabiduría necesaria para cerrar la boca”.
A través de algunos proverbios también se alude a estos recursos:
Proverbio alemán
“El habla es plata; el silencio es oro.”
Proverbio malayo
“Los puñales y las lanzas no son tan afilados como las lenguas.”
Proverbio indio
“Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que tu silencio”.
Otros proverbios:
”Es mejor tener la boca cerrada y parecer estúpido que abrirla y disipar la duda”.
”Quien de verdad sabe de qué habla, no encuentra razones para levantar la voz.”
“Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio: no lo digas”.
También se le han dedicado poemas, historias, fábulas, reflexiones, etc. a través de las que se redimensiona su valor.
Otro recurso con el que se privilegió al ser humano es el pensamiento. Según la Psicología “El pensamiento podría definirse como un lenguaje que se desarrolla en el “interior de la mente” 6. Aunque no se ha podido dilucidar si el pensamiento determina el lenguaje o viceversa, sí queda claro que hay una estrecha relación entre ambos. En la misma medida en que se desarrolla uno se desarrolla el otro. De manera que la naturaleza privilegió al hombre con capacidad para hablar y para comunicarse, como se evaluó anteriormente. También lo privilegió con la capacidad para pensar, pronosticar y anticiparse al futuro, cualidades de las que fueron privados los demás animales.
Esto permitió que el hombre, a pesar de ser el animal más débil, haya podido dominar a los demás seres vivos. En esto han jugado un papel valioso el lenguaje y el pensamiento.
Al pensamiento también se le han dedicado frases célebres y citas que resignifican su valor. Tenemos por ejemplo:
De William Shakespeare: “No existe nada bueno ni malo; es el pensamiento humano el que lo hace parecer todo así.”
De George Orwell (1903-1950): “Pero si el pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje también puede corromper el pensamiento”.
De Pericles: “El que sabe pensar, pero no sabe expresar lo que piensa está en el mismo nivel del que no sabe pensar”.
Proverbio británico
“La mitad de nuestras equivocaciones nacen de que cuando debemos pensar, sentimos, y cuando debemos sentir, pensamos.”
Sin embargo, a pesar de reconocerse la relevancia de estas condiciones especiales del ser humano y su repercusión en el desarrollo de la ciencia y la técnica, en la proeza de sacarlo del estado de barbarie en el que estaba sumido, es válido recordar que también pertenecen al hombre otras condiciones deplorables. Tal es el caso de la estupidez.
A este aspecto se han dedicado también innumerables frases célebres, citas, anécdotas, cuentos, historias.
Como ejemplos tenemos:
De Jules Renard (1864-1910): “Estupidez humana. Humana sobra, realmente los únicos estúpidos son los hombres”.
De William Shakespeare (1564-1616): “El primer paso de la ignorancia es presumir de saber”.
François de la Rochefoucauld(1613-1680): “Tres clases hay de ignorancia: no saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe, y saber lo que no debiera saberse”.
Thomas De Kempis(1380-1471): “Si te parece que sabes mucho y entiendes mucho, ten por cierto que es mucho más lo que ignoras”.
De Albert Einstein (1879-1955): “Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro”.
Martin Luther King (1929-1968): “Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda.”
Jean de La Fontaine (1621-1695): “Todos los cerebros del mundo son impotentes contra cualquier estupidez que esté de moda”.
Johann Wolfgang Goethe(1749-1832): “Contra la estupidez, hasta los dioses luchan en vano.”
Voltaire (1694-1778): “Todos los que parecen estúpidos, lo son y, además también lo son la mitad de los que no lo parecen”.
Michel Eyquem de Montaigne(1533-1592): “Nadie está libre de decir estupideces, lo malo es decirlas con énfasis.”
Lamentablemente, el ser humano ha caído en una crisis de sentido común y las condiciones especiales con que la madre natura le privilegió no las utiliza con todo el buen sentido con que pudiera hacerlo y los mismos han propiciado las más tristes y lamentables vivencias que con un poquito de cordura se hubieran podido resolver. Es inaceptable que en el III Milenio y a sabiendas de que el recurso natural más importante que hay en el planeta es el hombre, sigamos siendo lobos de los demás hombres.
La humanidad cuenta con innumerables ejemplos que ponen bien alto los valores humanos universales de solidaridad, comprensión, inteligencia, etc. Por ejemplo:
UNA LECCIÓN DE DIPLOMACIA7
Cuentan que durante un banquete oficial celebrado en Inglaterra con la asistencia de personalidades de todo el mundo, un empleado de gobierno, concretamente el jefe de protocolo, observó cómo uno de los “ilustres” invitados se metía un valioso salero de oro en el bolsillo de su chaqueta.
El jefe de protocolo, responsable de los bienes oficiales, al no saber qué hacer en aquella delicada situación, se dirigió al Primer Ministro de Inglaterra, que por aquel entonces era Sir Winston Churchill (estadista y político inglés, nacido en Oxfordshire en 1874 y fallecido en Londres en 1965, uno de los protagonistas de la II Guerra Mundial), y le pidió un discreto consejo dada la notoriedad del personaje.
La gran agudeza que caracterizaba a Winston Churchill le hizo idear una estratagema infalible: le dijo al jefe de protocolo que no se preocupara, que él resolvería ese “pequeño incidente”. Fue a la mesa más próxima, se introdujo otro salero de oro en el bolsillo del chaleco, se acercó al “personaje” que había sustraído el salero, y, mientras le mostraba el contenido de su bolsillo, le dijo al oído:
-El jefe de protocolo nos ha visto guardarnos el salero en el bolsillo. Será mejor que lo devolvamos, ¿verdad?
Y de esta manera ingeniosa resolvió una embarazosa situación diplomática.
Pero también se cuenta con innumerables ejemplos que evidencian el alto nivel de estupidez en los que ha caído la raza humana.
Un ejemplo que evidencia el elevado nivel de estupidez del ser humano:
LOS GRANOS DE FRIJOLES
Dos hermanos llegaron de un largo viaje con unos horcones de madera para la reparación de la casa de la madre. El mayor de ellos tomó una latica de frijoles de la reserva del otro hermano para ablandarlos y se le derramó en el piso un poquito. Cuando el hermano menor se percató, preguntó en forma descompuesta:
El otro le respondió:
Fue tomando calor la discusión y el mayor lanzó una botella de vidrio que al partirse, dispersó algunas esquirlas de vidrio e hirió a la madre en una pierna.
El hermano menor se enfureció y le gritó:
-¡Así que tú eres guapo! Ahora verás.- Tomó un machete afilado, agredió al hermano mayor y le cortó el cuello destrozándole la vena aorta.
Lamentable, ¿verdad? Pero dolorosamente cierto.
Estos ejemplos ilustran la crisis de sentido común en la que se ha sumido el ser humano. Estos y otros casos evidencian la repercusión social ambivalente de aquellas condiciones especiales con que la madre naturaleza privilegió al ser humano y cuyas potencialidades no han sido adecuada ni racionalmente explotadas. Todo lo cual da relevancia a la frase de Sören Aabye Kierkegaard (1813-1855): ¡Qué irónico es que, precisamente por medio del lenguaje, un hombre pueda degradarse por debajo de lo que no tiene lenguaje!
Bibliografía consultada
1 El Nuevo Testamento de Nuestro Señor Jesucristo con Salmos y Proverbios. Sociedades Bíblicas en América Latina. Copyright. 1960. p75
2 Efrén Vázquez. http://www.trompiletras.com/NNTTIC/pagina1.htm. La palabra y el lenguaje.
3 Umberto ECO. "La búsqueda de la lengua perfecta", Barcelona, Editorial Crítica. 1994
4 Efrén Vázquez. http://www.trompiletras.com/NNTTIC/pagina1.htm. La palabra y el lenguaje.
5 Eduardo MartÍnez Rico. El Valor de la Palabra. http://www.ideas-empresariales.com/articulos.cfm?idArticulo=826&idIdioma=1&titulo= Comunicacion
6 http://asarbach.wordpress.com/programacion/unidad-4-los-procesos-psiquicos-ii/1-pensamiento-y-lenguaje/
7 Lopera Gutiérrez, Jaime y Marta Inés Bernal Trujillo.La culpa es de la vaca. Colombia, 2007. pp 11