Diosveldy Navarro Lores (CV)
diosveldy@fcs.cug.co.cu
Yamila Rodríguez Tamayo
yamila@cug.co.cu
Universidad de Guantánamo
Resumen
La categoría dinero se ha convertido en una potencial fuente generadora de azotes y flagelos que la humanidad hoy no encuentra cómo atenuar. Las formas de circulación de mercancía y dinero propuestas por Carlos Marx y otras formas postmarxistas dirigidas al incremento progresivo de las riquezas han revelado la naturaleza inhumana, brutal y egoísta del ser humano.
En los tiempos modernos, individuos aislados o grupos de individuos utilizan otras formas en las que las variables acción humana e impacto en la personalidad de los individuos permiten comprender cuestiones relacionadas con la conducta nociva de individuos que en su afán de obtener cuantiosas sumas de dinero cometen actos deshonestos e inhumanos.
De manera que, lo que los poderes públicos introdujeron para buscar estabilidad y control durante los intercambios, facilitar el desenvolvimiento de los grupos sociales en la búsqueda de satisfacer las necesidades no resueltas, se ha convertido en una potencial fuente generadora de azotes y flagelos que la humanidad hoy no encuentra cómo atenuar.
Obtener jugosas sumas de dinero no se lleva a cabo solo con la intención de vivir de manera holgada, acomodada, o para ser inmune al poder de otros individuos poderosos (siendo la parte inofensiva del asunto), sino que algunas personas lo hacen para imponer su voluntad a otros, los cuales reprimen sentimientos negativos y conductas reactivas negativas que, en determinadas condiciones, se manifiestan a través de actos de violencia, agresiones, situaciones sociales conflictivas o el desencadenamiento de conflictos sociales y otras perturbaciones a niveles micro, meso y macrosocial.
Palabras claves:
dinero, poder, fuerza, situaciones sociales conflictivas, conflictos sociales, sentimientos negativos reprimidos, conductas reactivas negativas reprimidas, relación dinero-poder-conducta reactiva negativa, relación dinero-fuerza-conducta reactiva negativa, formas innaturales de circulación de mercancía y dinero.
Desarrollo
En el artículo “Dinero y poder, ¿para qué?” se expresó:
“Para las fórmulas clásicas que Marx propone, desde una perspectiva sociopsicológica es válido incorporar a las formas de circulación de mercancía y dinero las variables que abren y cierran el ciclo: acción humana e impacto en la personalidad de los individuos, quedando de la siguiente manera: AH-M-D-M-I (acción humana-mercancía-dinero-mercancía-impacto), AH-D-M-D-I (acción humana-dinero-mercancía-dinero- impacto).
De esta manera se podrá comprender la dinámica que caracteriza los tiempos postmarxistas en que las acciones de individuos aislados y grupos de individuos se dirigen a la apropiación progresiva de riquezas a través de otras formas no enunciadas por Marx y quizás insospechadas para él. ”1
Siguiendo esta misma línea de análisis, en los tiempos modernos, individuos aislados o grupos de individuos utilizan otras formas en las que las variables acción humana e impacto en la personalidad de los individuos permiten comprender algunas cuestiones a las que aún no se les han dado respuesta.
Tal es el caso de la siguiente fórmula: AH-M-D-I (acción humana-mercancía-dinero-impacto). O sea, las acciones de individuos o grupos de individuos que tienen acceso a recursos materiales (mercancías), de manera deshonesta se apropian de parte de estas mercancías que venden sin comprarlas ni crearlas, todo lo cual les permite incremento progresivo de riquezas sin gastos de energías ni dinero en inversiones. Obtienen ganancias netas.
Son archiconocidos los escándalos y casos lamentables de corrupción administrativa que se han dado en todos los países en los que el denominador común es el enriquecimiento ilícito de funcionarios que hacen uso y abuso de las prerrogativas del cargo que ostentan y con su actuar deshonesto dilapidan bienes, se apropian de recursos destinados a programas sociales, poniendo en peligro el patrimonio financiero de entidades, empresas, instituciones, regiones, países, sociedades, etc. Esta es la parte económica.
La parte sociopsicológica está relacionada con el impacto en los estados de ánimos de diferentes grupos sociales, en la aparición de conductas humanas negativas, que pueden reprimirse o no, y en la contaminación ideológica de las víctimas que directa o indirectamente sufren los efectos nocivos de estas actitudes deshonestas. Al cometerse otros actos deshonestos se puede provocar la saturación de los niveles de sufrimiento y hostilidad que se han mantenido reprimidos durante determinado período de tiempo.
Estas actitudes deshonestas crean un estado de desencanto entre los diferentes grupos sociales, las personas se desengañan, lo que origina, según Erich Fromm (1947) “(…) sentimientos de hostilidad y resentimientos (…)”2 que reprimen sentimientos y conductas reactivas negativas. Esto encuentra su expresión en la gestación de situaciones sociales conflictivas que se traducen en desconfianza, desavenencias, malestar, descontento y que en última instancia pueden desencadenar en actos de violencia, agresiones, etc, a niveles micro, meso y macrosocial.
Otra forma en la que las variables acción humana e impacto en la personalidad de los individuos se presenta a través de una fórmula que preocupa enormemente a los poderes públicos: AH-D-I (acción humana-dinero-impacto). O sea, las acciones de individuos o grupos de individuos que obvian el acceso a recursos materiales (mercancías), de la manera más antinatural, incluso, inhumana, buscan vías para incrementar progresivamente sus riquezas sin gastos de dinero en inversiones, ni transitando por el momento de la adquisición de mercancías, o sea, no emplean su tiempo en apropiarse de mercancías, las cuales pueden demorarse en venderse, etc. En fin, accionan directamente sobre lo que les proporciona dinero líquido, sin mediaciones. De esta manera obtienen ganancias netas sin interesarles el impacto de su accionar en la sociedad. Su objetivo es obtener riquezas a cualquier precio, sin invertir, sin producir.
Estos individuos recurren a los atracos, secuestros, robos, asesinatos, etc., con la finalidad de obtener jugosas sumas de dinero. Otros maquinan modos maquiavélicos que van desde la estafa, el engaño, el fraude, hasta las formas más despiadadas e inhumanas que pueda imaginarse el ser humano: venta de órganos humanos, prostitución infantil, chantaje, etc.
De manera que, lo que los poderes públicos introdujeron para buscar estabilidad y control durante los intercambios, facilitar el desenvolvimiento de los grupos sociales en la búsqueda de satisfacer las necesidades no resueltas, se ha convertido en una potencial fuente generadora de azotes y flagelos que la humanidad hoy no encuentra cómo atenuar.
Lo anteriormente expuesto es una arista del problema, pues como se ha podido ilustrar el dinero ha revelado la naturaleza inhumana, brutal y egoísta del hombre: la ambición desmedida que conlleva a cometer actos aunque destrocen la integridad física de otros seres humanos; la codicia que convierte al hombre en lobo del hombre; la voracidad, la avaricia y la mezquindad que suscita en el hombre acciones viles para obtener ganancias aunque vayan en detrimento de otros seres humanos.
Otra arista del problema nos motiva a reflexionar en torno a los daños que ha originado el dinero en la espiritualidad de los seres humanos.
Se han incorporado antivalores relacionados con el consumismo desmedido e insensato, la envidia, sentimientos de superioridad o de inferioridad, la inquina, el rencor, etc.
La posesión de abundantes sumas de dinero, es el garante de las siguientes cuestiones:
1º. Una vida acomodada (abundancia material, “la mayor felicidad”)
2º. Poder (posesión, fuerza, facultad para mandar o ejecutar una cosa)
3º. Inmunidad al poder (libertad personal sin amenazas)
En este contexto de análisis, según se expresó en el artículo “Las situaciones sociales conflictivas” (2011) se precisa resignificar que en el debate de las teorías del conflicto se “(…) subraya el dominio de unos grupos sociales sobre otros (…)” 3 , lo cual presupone existencia de poder, posesión, fuerza, facultad para mandar o ejecutar una cosa: “(…) cuestiones que inclinan el ánimo de los seres humanos hacia los beneficios que reporta gozar del privilegio que implica tener ese poder, esa facultad, esa fuerza.”4 Y la posesión de abundantes sumas de dinero presupone, entre otras, la garantía de ser poseedor de poder, facultad para mandar y fuerza.
Es válido aquí resaltar que la posesión de poder de un segmento de la población, presupone la subordinación de otro segmento de la población que recibirá la influencia del poderoso en forma de mandato, orden, disposición, humillación, etc. Y el solo hecho de subordinarse a la voluntad que impone otro, influye en la represión de sentimientos negativos y conductas reactivas negativas, las cuales pueden manifestarse a través de la aparición de situaciones sociales conflictivas y la gestación de conflictos sociales, actos de violencia, etc.
De la misma manera sucede con la posesión de fuerza de un segmento de la población, la cual presupone debilidad e impotencia de otro segmento, el cual será víctima de influencias que reprimen también sentimientos negativos y conductas reactivas negativas que, en última instancia y bajo determinadas condiciones, se traducen también en la aparición de situaciones sociales conflictivas, conflictos sociales, etc.
Como expresara Erich Fromm (1947), “desde Hobbes en adelante se ha visto en el poder el motivo básico de la conducta humana (…) El poder ejercido sobre los individuos constituye una expresión de fuerza en un sentido puramente material, (…) El poder, en el sentido de dominación es la perversión de la potencia. En la medida que un individuo es potente, es decir, capaz de actualizar sus potencialidades sobre la base de la libertad y la integridad del yo, no necesita dominar y se halla libre del apetito de poder (...)” 5
En fin, suficiente razón tiene Edgar Ignacio Navarro Ochoa (2011) cuando expresó que el dinero “(…) es el común denominador de la vida moderna, es un poder que permite intercambiar los bienes y servicios de la comunidad en una forma ágil y precisa, es un poder natural que adquieren los que lo poseen para conseguir más volumen de bienes y servicios que quienes carecen de él.”6
Estas cuestiones permiten comprender lo paradójico del asunto, pues por un lado, la introducción de la categoría dinero se hizo con el mejor de los propósitos: buscar estabilidad y control durante los intercambios, facilitar el desenvolvimiento de los grupos sociales en la búsqueda de satisfacer las necesidades y deseos no cubiertos. En este sentido se coincide con lo que se expresa en Wikipedia “(…) el dinero es un activo neutro que sirve de plataforma intermedia para intercambiar bienes y servicios en la sociedad, evitando de esta manera inexactitudes de un mercado de intercambio directo de bienes y servicios (trueque).” 7 Esta es la parte positiva.
Sin embargo, por el otro lado, la categoría dinero desde su origen se ha plagado de las más tristes, lamentables y nocivas conductas de los seres humanos en el eterno galopar por obtener jugosas sumas de dinero. Por lo que se resignifica que este galopar no se lleva a cabo solo con la intención de vivir de manera holgada, acomodada, o para ser inmune al poder de otros individuos poderosos (siendo la parte inofensiva del asunto), sino que algunas personas lo hacen para imponer su voluntad a otros, los cuales reprimen sentimientos negativos y conductas reactivas negativas que, en determinadas condiciones, se manifiestan a través de actos de violencia, agresiones, situaciones sociales conflictivas o el desencadenamiento de conflictos sociales y otras perturbaciones a niveles micro, meso y macrososcial.
Bibliografía consultada
1 De los autores. 2012
2 Erich Fromm. El miedo a la libertad. Ediciones Paidós Ibérica. 1947. p 166
3 George Ritzer. Teoría sociológica contemporánea. Editorial Félix Varela. Cuba, 1993. pp 105
4 Diosveldy Navarro Lores y Eyedelkis Medina García. Las situaciones sociales conflictivas. http://www.eumed.net/rev/cccss/16/nlmg2.html. 2011. pp 3
5 Erich Fromm. El miedo a la libertad. Ediciones Paidós Ibérica. 1947. p 163
6Edgar Ignacio Navarro Ochoa. http://www.monografias.com/trabajos71/origen-dinero/origen-dinero.shtml. 2011. pp 1
7 http://es.wikipedia.org/wiki/Dinero. 2011.