Cecilia Pumarada Fernández
cfernandez@isch.edu.cu
Aylín Guía Prieto
aguia@isch.edu.cu
Mabel Martínez Deulofeo
Centro Universitario Municipal
Resumen: Hoy se presenta un nuevo contexto en el que la cultura sobreviene como medio de integración entre dos dimensiones que la autopotencian: la cultura y el desarrollo; a lo cual se suma la interrelación ciencia-cultura o cultura científica conformándose un trinomio indispensable: “ciencia-tecnología-desarrollo” o “ciencia-cultura para el desarrollo” como reto en todas las esferas o escenarios de nuestra vida sociocultural. La ciencia y la tecnología se han convertido en ramas de la actividad inseparables de la vida y el progreso de la sociedad desde hace varias décadas. La sociedad moderna se desarrolla en el marco de la llamada revolución industrial del siglo XXI, y en una globalización a escala planetaria, donde una parte importante del esfuerzo del hombre se ha centrado en la producción, manejo y uso de la información así como de la cultura en general. El presente trabajo pretende analizar los conceptos de ciencia, tecnología y sociedad desde el contexto sociocultural en que se encuentra ubicado el centro universitario municipal de Artemisa, considerando como un gran reto el verdadero propósito de formar profesionales que analicen estas concepciones en la llamada época del conocimiento.
Palabras clave: cultura, desarrollo, ciencia, tecnología, sociocultural, sociedad, tecnociencia.
Introducción:
Nuestra cultura posee una honda raíz científica. Desde la Historia de Cuba hemos constatado esos aportes: la aspiración de Varela de estimular un pensamiento científico tras su aspiración de abolir la esclavitud y lograr la independencia de Cuba; la escuela de Luz, donde se proclamó que la justicia es el sol del mundo moral y el principio de todos los métodos (haciendo alusión a los valores éticos necesarios del científico); la afirmación de Martí de que no había poesía mayor que la que se observa en los libros de Ciencia, hecho indispensable para vincular
el estudio con el trabajo, y que debíamos ser cultos para ser libre por lo que se hace necesario en el mundo actual preparar hombres que puedan vislumbrar futuras problemáticas, idear soluciones e incentivar al conocimiento en aras de salvaguardar las conquistas, se vuelve cada día una necesidad imperiosa.
En la universidad moderna recae, entonces, la preparación de aquellos que alivien las preocupaciones del mundo actual. Se necesita una Universidad despojada de artilugios y egoísmos, cada vez menos elitista y enfocada hacia una formación más integral, donde coexistamos TODOS, sin exclusiones de ninguna índole y con iguales oportunidades de acceso al conocimiento1, esto hace que la naturaleza social de la ciencia tanto en sus condicionantes, como en sus resultados, comenzó a ser más evidente por los procesos acaecidos de institucionalización y de profesionalización (Linares, Radamés, 2006).
Tanto la ciencia como la tecnología justifican su existencia en la búsqueda y el desarrollo de productos, servicios, medios y herramientas pero en nuestra sociedad ese desarrollo está encaminado al beneficio y progreso de la sociedad.
La nueva universidad presupone la unidad ciencia-cultura-desarrollo (o ciencia-cultura para el desarrollo) a través de su modo de actuación esencial: la Investigación desde el contexto del trabajo sociocultural. Por lo que la ciencia y la tecnología se han convertido en las ramas de la actividad inseparables de la vida y el progreso de la sociedad desde hace varias décadas. Ambos conceptos están hoy interrelacionados que han llegado a considerarse como uno solo.
Es bueno destacar que el desarrollo científico y tecnológico, que viene ocurriendo de forma ascendente desde el siglo pasado, ha tenido una significación especial para la actividad científica y una influencia extraordinaria en la vida social de todos los países, desde sus diferentes ámbitos: económico, político, militar, cultural, etc.
En el presente trabajo analizamos la relación de los conceptos Ciencia, Tecnología y Tecnociencia a partir del contexto sociocultural en el centro universitario municipal de Artemisa.
Desarrollo:
Si intentamos definir conceptos, tales como, ciencia, tecnología y tecnociencia, nos encontraríamos ante la realidad de que existen un gran número de definiciones, abordadas por distintos autores, por lo que comenzaremos por expresar algunas de ella y comentarlas brevemente.
Según el diccionario de la Real Academia, “ciencia es el conjunto de conocimientos que se tienen acerca de algo determinado, tiene un método de análisis propio y se alcanza mediante la observación, la formulación y la comprobación…conjunto de conocimientos que tiene una persona adquiridos a través del estudio y la reflexión.”2
Para el profesor Núñez Jover, “la ciencia incluye como momentos básicos de producción, difusión y aplicación de conocimientos: investigar, enseñar, difundir, generar innovaciones, elaborar sugerencias prácticas… a esos fines en las que se desenvuelve una cultura peculiar, la cultura científica, con sus propios valores, normas, jerarquías, criterios de legitimidad entre otros aspectos. Es decir, identificar ciencia con conocimientos probado o con teorías científicas (como parece sugerir la enseñanza universitaria), es un enfoque muy estrecho que ignora que la ciencia es una actividad social dedicada a la producción, difusión y aplicación de conocimientos, actividad institucionalizada generadora de su propia cultura”. 3Siguiendo la línea de pensamiento anterior podemos constatar que tanto lo expresado por el profesor, como el concepto que ofrece el diccionario, se refieren a la ciencia no como un proceso acabado sino en cambio y transformación, imbricado incluso con la cultura, resultando interesante la teoría de que no se trata de un conocimiento probado, aunque pensamos que ese sería su fin último, por lo que habría que romper y de hecho se está haciendo con la vieja concepción de algunos educandos y profesores, pues no se concibe un estudiante o profesional universitario que no investigue, que no se lance en la búsqueda de su propia verdad del conocimiento en función de la labor que desempeña.
Otras definiciones de la Ciencia se han hecho a través de la Historia, como es el caso, de Mario Bunge, quien la define como un conocimiento que es nacional, sistemático, exacto, verificable y por consiguiente puede ser también falible y perfeccionable4, esta arista no difiere mucho de lo dicho antes aunque revela la ciencia con un carácter nacional, lo que habla también de la responsabilidad que tiene el científico en ella pues nos atañe a todos y que no basta con descubrir un día algo y dar por terminado el asunto sino que hay que darle un seguimiento pues lo que hoy nos puede parecer genial, insuperable mañana nos daremos cuenta que puede ser susceptible de perfeccionar y un buen profesional siempre ha de encaminar su labor a lograr que las personas que acudan a él se sientan satisfechas y puedan mediante su gestión, que ha de ser siempre más ágil, acceder al conocimiento para a partir de ahí generar conocimientos nuevos, son un eslabón importante de esa gran cadena científica en la que todos estamos. No dar por terminada una investigación es la razón de ser un buen profesional, generalizando los estudios realizados en busca de perfeccionar el desarrollo de la sociedad más justa que ha existido, como en innumerables ocasiones ha expresado Fidel.
La ciencia es una actividad social dedicada a la producción, difusión y aplicación de conocimientos; actividad institucionalizada generadora de su propia cultura (Núñez, J, 2006)*
Estos conceptos coinciden en elementos básicos que nos llevan a analizar los mismos desde el contexto sociocultural coincidiendo con lo expresado por Cañedo(2001) cuando plantea que la ciencia es aquella esfera de la actividad práctica de la sociedad cuyo objeto esencial es la adquisición de conocimientos acerca del mundo circundante, por lo que está compuesta por:
Después de un breve bosquejo por definiciones referidas a la ciencia veremos algunas sobre tecnología y empezaremos por el propio diccionario: “Conjunto de los conocimientos propios de un oficio mecánico o arte industrial… conjunto de los instrumentos y procedimientos industriales de un determinado sector o producto.”6
Se ha definido también por otros autores, que la tecnología es un conjunto de conocimientos científicos, empíricos e ingenieriles tangibles e intangibles que van encaminados al saber hacer y al cómo hacer, productos, procesos y servicios de la producción, la distribución y la comercialización7, lo que amplía el concepto que ofrece el diccionario enriqueciéndolo a favor de la propia sociedad en tanto no se habla de tecnología solo como un proceso meramente industrial como muchos creen sino como el modo de hacer en el quehacer investigativo, o modo de hacer ciencia, pudiéramos decir entonces, que en la forma de preparación de un profesional para poder servir a los demás en la búsqueda de conocimientos, o en la forma que prepara las vías para que otros accedan a los mismos, está presente la tecnología aún y cuando consideramos que es un punto en el que la Universidad aún debe trabajar con nuestros estudiantes, pues a veces estos están un poco alejados de esta práctica o porque debe incentivárseles aún más su creatividad en este sentido. En este espacio no podemos dejar de mencionar que esto se perfecciona en la medida que nuestros profesores que no poseen formación pedagógica vean la Pedagogía como una ciencia capaz de desarrollar otras ciencias con sus métodos y procedimientos.
La actual influencia de la ciencia y sus resultados sobre el conjunto de la sociedad, su acelerada interacción con la tecnología así como el cambiante carácter de las demandas de la sociedad sobre una y otra, imponen a los científicos reflexiones sobre sus interconexiones con el medio socioeconómico circundante pero… ¿Por qué tecnociencia?
El tema de la tecnociencia según el profesor Núñez constituye una necesidad dada la interrelación tan fuerte que existe entre la ciencia y la tecnología, conexión que casi desdibuja sus límites, pero este término no necesariamente conduce a cancelar las identidades de la ciencia y la tecnología, pero sí nos alerta que la investigación sobre ellas y las políticas prácticas que respecto a las mismas implementemos, tienen que partir de esta relación, pensamos que solo precisada desde el punto de vista didáctico.8
La fusión de la ciencia con la tecnología y de ésta con la producción material en general, así como la conversión de la ciencia en fuerza productiva inmediata, son rasgos característicos del cambio cualitativo radical que actualmente se opera en las fuerzas productivas. Por ello, el progreso histórico de la ciencia y la tecnología no es más que un aspecto del desarrollo histórico del ser humano, como la principal fuerza productiva de la sociedad.
El proceso de conversión de la ciencia en fuerza productiva inmediata consiste en que los eslabones de la investigación científica pasan a ser elementos importantes de las empresas industriales, que influyen directamente en la esfera de producción material.
La ciencia y la tecnología son ante todo procesos sociales, esto es de gran importancia para la educación de los profesionales en la llamada “sociedad del conocimiento”.
Tradicionalmente se han examinado los conceptos de ciencia y tecnología como sinónimos de verdades y aparatos al alcance de todos, pero la realidad no es esta.
La ciencia y la tecnología devienen procesos sociales e incluso, socioculturales, aunque muchas veces quede oculta la dimensión sociocultural en sus concepciones e interpretaciones. En dicha comprensión se deben analizar tales dimensiones en relación con el contexto social que las constituye, al definir su orientación, ritmo y función social.
La tecnología es una práctica social que tiene tres dimensiones:
La unidad entre ciencia y tecnología es también una cuestión de obligada insistencia, dada la importancia de la formación de científicos con nociones tecnológicas. Y es que las necesidades técnicas-científico y a la inversa, la selección de teorías, los programas de investigación, condicionan formas de acción instrumental que envuelven tecnologías. Referimos, por tanto, un “complejo ciencia-tecnología”, una tecnociencia (Núñez, J, 2006)9
En correspondencia con el autor, se impone el imperativo de identificar y determinar tecnologías adecuadas, asimilar y difundir tecnologías; adoptar, mejorar y crear tecnologías (ciencia-tecnología, o mejor: tecnociencia) a partir de la interpretación, comprensión y valoración de los fenómenos de la realidad, según el contexto y su cultura.
Hoy, en el centro mismo de la contemporaneidad cubana, latinoamericana y universal surge un nuevo contexto, en él se reconoce a la cultura como “sistema vivo” que afianza su papel como síntesis propiciadora de las mejores virtudes humanas; un medio de integración fecunda entre dos dimensiones que la autoconfirman: la cultura y el desarrollo (Hart, A, 2001)10. El desarrollo, realidad económico-social en el mundo actual; la cultura, expresión de conciencia colectiva, síntesis depurada y, a su vez, medidor supremo de la calidad del desarrollo.
Pero la relación cultura-desarrollo o cultura (→desarrollo) que emerge en la actualidad alcanza mayor sustentación cuando se vincula con la ciencia (la actividad científica o investigativa), otro de los puntales de nuestro desarrollo universal para el progreso integral al que aspiramos.
Para cumplir con la misión de la nueva universidad cubana, el término cultura se manifiesta en su sentido más amplio, que es formar (pregrado), promover (extensión universitaria) y desarrollar (investigación) la cultura.
Así, pues, si la cultura se manifiesta en todas las esferas de la actividad humana, incluso en/con la ciencia, podemos introducir la concepción cultura tecnológica, una cultura que caracteriza las diversas épocas de la civilización enmarcadas entre revoluciones tecnológicas; una cultura expresada en el plano específico de una región o país, que conceptúa la identidad cultural como los rasgos propios, comunes, singulares que identifican las formas de hacer, pensar y crear de un pueblo y sus hombres; la que se despliega y desarrolla en el quehacer de la práctica tecnológica de los hombres acompañada de hábitos, experiencias, actividades y valores, que tributan a la extensión de las capacidades humanas, a su bienestar mismo.
Remitiéndonos al concepto inicial del término cultura, donde la tecnología figura como componente formativo, y al constatar posteriormente el resultado de su práctica, una actividad de asimilación o inclusión de los resultados de la cultura en la sociedad, podemos aseverar que la tecnología es un hecho cultural. En este sentido estaríamos dispuestos a enunciar y conceptuar la cultura tecnológica.
Una cultura tecnológica será aquella en la cual: los hombres organizan y desarrollan la teoría y la práctica tecnológicas; el modo de despliegue histórico de la práctica tecnológica, que supone la elección de una alternativa para dar respuesta a las necesidades de cada contexto: comunidad, región, país, etc. (Arana, Martha; Valdés, Roxana, 2006)§
Sobreviene el análisis de la cultura tecnológica, en su dialéctica con la cultura en general, como una manifestación de la actividad sociohistórica. De tal modo, se hacen latentes dentro de la cultura tecnológica diversos aspectos que contribuyen al enriquecimiento de la práctica tecnológica: la moral, la política, la ciencia, el arte, entre otros. Por tanto, toda práctica tecnológica con un enfoque integral de la cultura ha de responder a intereses y valores acordes con las necesidades reales de un espacio y tiempo determinados.
La complejidad social, la participación política dada tras las revoluciones burguesas y socialistas, la innovación tecnológica tras las revoluciones industriales y el mayor nivel cultural y científico desde la revolución del conocimiento, ha incrementado el desarrollo de las investigaciones socioculturales.
Todas las tecnologías están en proceso de generar sus propias ciencias, aunque por otra parte, también se nos hace difícil hallar cualquier pieza del conocimiento que no se escudriñe en busca de beneficio potencial en forma material. Todas las ciencias están en proceso de generar sus propias tecnologías. Este proceso está entremezclado a gran escala, desde el laboratorio y el taller, hasta el concilio de investigación y la firma industrial, así como y en cada dimensión de la interpenetración. En esta línea de pensamiento es necesario que nuestros profesionales realicen este proceso a partir del banco de problemas el territorio ya que la ciencia se hace en función del desarrollo, aplicando la tecnología que tenemos a nuestra disposición, es pertinente señalar que si bien en sus orígenes las esferas tecnológicas y científica se desarrollaron de forma relativamente independiente, en estos momentos estos sectores de la actividad social adquirieron tal grado de interrelación, que la ciencia y la tecnología han llegado a considerarse una sola esfera.
Las funciones de la ciencia y de la tecnología en la sociedad son inseparables. Estos dos aspectos de una actividad indivisible, cuyo alcance trasciende a una variedad de instituciones sociales con una función primaria esencialmente instrumental. A la corta o la larga, ellas justifican su existencia mediante la producción de conocimientos prácticos, productos o técnicas nuevas y humanamente relevantes, a los que se les podamos dar algún uso que va desde la satisfacción de las necesidades básicas humanas de alimentos, vivienda y salud hasta las que soportan la poderosa estructura de una sociedad con el armamento bélico y las inversiones lucrativas.
Si embargo, esta función puede sólo ser efectiva si se genera un producto intermedio- conocimiento generalizado- que no es práctico de inmediato. Algunos científicos y tecnólogos se especializan en la producción de este tipo de conocimientos, mientras que otros se dedican principalmente a transformar aquellos en formas prácticas. Estas no son funciones separadas y, a menudo, se realizan simultáneamente por las mismas personas en la organización. Puede que no se manifieste de igual modo a como aparecieron la ciencia y la tecnología en el pasado, pero es la forma que ahora ellas adoptan desde el punto de vista de la sociedad como un todo.
El avance del conocimiento científico desde el surgimiento de la ciencia se basa, en gran medida, en el auge de la tecnología que amplía las posibilidades de observación, experimentación y captación, procesamiento, transmisión y utilización de la información. A tal punto llega esta influencia que son escasos los procesos científicos que no se apoyen en la multitud de herramientas tecnológicas disponibles.
De igual forma ocurre con los progresos tecnológicos los que, si bien en un principio no se apoyaban en un conocimiento verdadero del mundo circundante, en la era moderna dependen cada vez más de la búsqueda intensa de nuevos conocimientos que permitan investigar, diseñar y producir objetos materiales más adecuados a los parámetros de las necesidades sociales.
Ocurre, por lo tanto, un intercambio constante de productos entre las esferas científicas y tecnológicas, de manera tal que los productos de una esfera pueden convertirse en las materias primas o las herramientas necesarias de la otra para realizar su actividad.
Esbozados algunos conceptos, referidos varios autores, desembocamos en el estudio del complejo sistema de interrelaciones: ciencia-cultura-desarrollo o ciencia-cultura ®11 desarrollo; un sistema que se extiende a la enseñanza y al sector educacional, y que constituirá el fundamento de nuestras interrogantes y reflexiones.
¿Cómo se refleja el complejo ciencia (-tecnología)-cultura en el sistema de Educación Cubano? ¿Cuáles son sus aportaciones, problemáticas, retos para el desarrollo en la enseñanza universitaria?
El alcance de la sustentabilidad en el desarrollo tiene como condición necesaria a la educación y la cultura. Ciencia, educación y cultura constituyen escenarios en los que se libran agudas batallas camino al desarrollo de la nación. La Batalla de Ideas fue un ejemplo; dirigida fundamentalmente hacia el sistema educacional cubano, iniciada en el año 2000 por nuestro Comandante en Jefe, con el objetivo sustancial de llevar la educación a todo el pueblo en su mayor esplendor. La enseñanza universitaria devino proveedora e impulsora de conocimientos, formación cultural y científica en los 169 municipios del país. Artemisa, por ejemplo, es una de esas localidades en la que se desarrolla este trascendental proyecto. Con el objetivo de garantizar la continuidad de estudios universitarios a todos los egresados de los programas emergentes de la Revolución para formaciones especiales, se implementó en el año 2001 una nueva modalidad de estudios universitarios. Programas puestos en práctica en pos de la preparación de jóvenes que desempeñarían tareas de suma importancia para nuestra sociedad.
El objeto de trabajo de todo profesional es el dominio de la ciencia y la tecnología. De tal manera, sus modos de actuación, es la realización de un trabajo especializado de detección, investigación e intervención sociocultural. La esencia de todo profesional acentúa, precisamente, la intervención social comunitaria que implica la interrelación e intercambio con grupos étnicos, géneros, territorios, generaciones, lo urbano y lo rural, el turismo, etc., y donde la relación ciencia-cultura impone la necesidad de ser proyectada durante todo el transcurso de su vida laboral.
Sin la coherente e indispensable relación entre teoría/conocimientos teórico-metodológicos y la práctica en los escenarios de actuación (Instituciones culturales locales, consejos populares y comunidades, fundamentalmente), constatada en el trabajo sociocultural comunitario, se interrumpe la interacción ciencia (investigaciones científicas)- cultura-desarrollo; se limita, y desforma las potencialidades investigativas, el perfil científico-cultural de los futuros profesionales.
Una de las funciones esenciales que le corresponde a la universidad, sumado al proceso de formación de profesionales, es el de la Investigación Científica. En el CUM Artemisa, se cuenta con la preparación individual de cada profesor antes, durante y posteriormente del encuentro docente con los estudiantes, con la autopreparación también de los mismos alumnos durante su estudio independiente, constatada fundamentalmente en la realización de seminarios y de reseñas históricas sobre algún fenómeno o personalidad en cuestión, lo que presupone el anterior contacto con la investigación, la revisión y análisis de bibliografías.
Paralelamente a ello se efectúan las Jornadas Científicas a nivel de sede, en las que se pone a prueba el aprendizaje y el progreso de la investigación sociocultural, lo mejor del conocimiento científico alcanzado o atesorado por nuestros profesores y estudiantes.
En este contexto de interacción ciencia-cultura-desarrollo, los resultados han sido satisfactorios, no obstante, prevalecen algunas dificultades relacionadas con el acceso íntegro a la información requerida, la ausencia o carencia de socialización de investigaciones culminadas o avanzadas, la inconstancia de una actitud investigativa en los estudiantes a partir de su primera participación e inicial experiencia en los eventos científicos de la especialidad.
Es preciso por parte de los directivos y profesores del CUM desarrollar un conjunto de acciones para contribuir al perfeccionamiento de la actividad investigativa (la interrelación ciencia-cultura-desarrollo) insistiendo en que el valor de nuestra Cultura se halla en la identidad entre ciencia y conciencia.
La Educación es un terreno ventajoso para contextualizar la relación ciencia-cultura-/→desarrollo. El CUM puede potenciar esta relación al profundizar y perfeccionar diversos atributos como: la capacidad, disposición y dedicación para investigar; la creatividad en profesores y estudiantes mediante el vínculo efectivo y sistemático de los mismos con la actividad científica, así como, de una mayor y más rápida transformación y actualización de los nuevos conocimientos a la docencia. Asimismo, se deben crear o gestionar espacios o soluciones alternativas en relación al acceso de la información para el desarrollo y aplicación de la investigación sociocultural e incorporar los resultados de nuestros investigadores en los programas de estudio para contribuir a su perfeccionamiento.
Con el objetivo de que se conozcan los resultados en materia de Ciencia, sobreviene la necesidad de elevar el protagonismo de nuestros profesores y estudiantes en los eventos científicos y la proyección de los profesionales en espacios de impacto local, nacional, e incluso internacional: socializar científicamente nuestra cultura.
Un reto culminante es el emergente trabajo de equipos multidisciplinarios intra y extra universitario que concierne al CUM con especialistas de los centros y organismos de la localidad, así como, el intercambio continuo y enriquecedor con instituciones científicas-socioculturales del territorio.
Conclusiones:
Bibliografía:
Editorial Félix Varela La Habana .Cuba 2004.
1 Colectivo de Autores. La nueva universidad cubana y su contribución a la universalización del conocimiento”. La Habana: Editorial Félix Varela; 2006.
2 Breve Diccionario de la Lengua Española. Casa Editora Abril, página 213.
3 Colectivo de Autores. Tecnología y Sociedad. Artículo La ciencia y la tecnología como procesos sociales de Jorge Núñez Jover. Página 60
4 Otelo Paul y Ayuso María Dolores, Tratado Documental. Página 5
* Núñez, J, 2006. IMÁGENES DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA Y UN PAR DE CONCLUSIONES. En: LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA COMO PROCESOS SOCIALES. Editorial Félix Varela. La Habana. p.-60-61.
6 Diccionario. Ob. Cit. Página 140
7 Colectivo de Autores. Ob. Cit.
8 _____.OB. Cit.
9 Núñez, J, 2006. IMÁGENES DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA Y UN PAR DE CONCLUSIONES. En: LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA COMO PROCESOS SOCIALES. Editorial Félix Varela. La Habana. p-60-61.
10 Hart, A, 2001. CULTURA PARA EL DESARROLLO. EL DESAFÍO DEL SIGLO XXI. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana. p-1-26
§ → equivale a: para, o sea, → desarrollo: para el desarrollo.
11 Arana, Martha; Valdés, Roxana, 2006. Tecnología apropiada: concepción para una cultura. En: LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA COMO PROCESOS SOCIALES. Editorial Félix Varela. La Habana. p.-19-28.
¨ Núñez, J, 2006. IMÁGENES DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA Y UN PAR DE CONCLUSIONES. En: LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA COMO PROCESOS SOCIALES. Editorial Félix Varela. La Habana. p-60-61.
§ Arana, Martha; Valdés, Roxana, 2006. Tecnología apropiada: concepción para una cultura. En: LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA COMO PROCESOS SOCIALES. Editorial Félix Varela. La Habana. p.-19-28.