Leonel Céspedes Tamayo (CV)
lcespedest@udg.co.cu
Diana Rosa Montero Tamayo (CV)
dmonterot@udg.co.cu
Universidad de Granma
Resumen
El análisis de los fenómenos que acontecen en el ámbito organizacional, relacionados con la administración ha estado signado por una perspectiva unidimensional, que capta solamente una parte del fenómeno y lo fragmenta. Esta perspectiva es la más visible, sin embargo, al hacer una evaluación de los estudios en la conformación de la ciencia de la administración se puede observar la interrelación de varias disciplinas que coadyuvan en su desarrollo. Este constituye un estudio teórico que se propone como objetivo valorar el lugar que ocupa la interdisciplinariedad en la evolución histórica de la administración, con énfasis en la Psicología y la Comunicación Social, a la que se suma la Sociología, la Ingeniería Industrial como disciplinas que se vislumbran como fundamentales en el desarrollo teórico, metodológico y epistemológico de la administración.
Palabras clave: administración, interdisciplinariedad, evolución, Psicología, Comunicación Social, organizacional, organización.
Introducción:
El mundo empresarial con la entrada en el siglo XXI continúa viviendo acontecimientos de índole tecnológico, competitivo, espaciales, culturales y organizativos que obligan a su dirección a planificar y ejecutar procesos de cambio para lograr una real adaptación. Las transformaciones en el medio exterior son cada vez más inesperadas, poco predecibles, por tanto, la conducción y la supervivencia se tornan más difíciles.
La solución a los complejos fenómenos que se dan en el contexto organizacional demandan la integración epistemológica, metodológica, teórica y de investigadores, debido a que se hace científicamente insostenible la presentación de una alternativa de respuesta emanada desde una percepción disciplinar, sin correr el riesgo de presentar un paliativo temporal, con la consecuente reaparición de las dificultades que le dieron origen. Es por ello que retornamos a la interdisciplinariedad como un recurso para el análisis y solución de los problemas emanados del hombre.
Los seres humanos no existimos en una arista pura y separada, no podemos desligar el componente psicológico del biológico o de lo social, sin arriesgarnos a caricaturizar la realidad; de la misma forma no podemos analizar el contexto organizacional desde una existencia física, separada de lo sociocultural, psicológico, económico. Para la aprehensión de un conocimiento, en el contexto pedagógico, por lo general tendemos a aislarlo, para atender a sus particularidades, pero retornándolo siempre a su sistema de interrelaciones para lograr su plena comprensión.
Cuando una disciplina se ha encerrado en sus concepciones teóricas y metodológicas, ha presentado visiones parcializadas y ha terminado siendo criticada por las disciplinas que ha obviado, ante la presentación de una realidad fragmentada que nada tiene que ver con los sujetos que la construyen.
Es así como en el desarrollo histórico en las ciencias se puede percibir el impacto recíproco que se produce ante las nuevas teorías, los nuevos hallazgos, dando lugar en ocasiones a nuevas disciplinas.
La evolución histórica de la administración también alimentó y se alimenta de otras disciplinas como: Psicología, Comunicación Social, Ingeniería Industrial, Sociología, para trascender sus posturas iniciales, partiendo de concepciones lineales hasta otras más complejas. La interdependencia entre estas permite un mutuo beneficio, y potencia la creación de disciplinas específicas que se encargan de presentar una visión novedosa de la organización laboral: Psicología del Trabajo, Psicología Laboral y de las Organizaciones, Comunicación Organizacional, Ergonomía, Sociología del Trabajo.
Una organización laboral es un constructo complejo, instituido en un espacio geográfico, portador de determinadas características, al que asisten un grupo de personas (para dar cumplimiento a objetivos personales) que interactúan entre sí y buscan el cumplimiento de los objetivos de la organización, para lo cual cuentan con recursos financieros y tecnológicos. Entre todos estos elementos se producen relaciones de interdependencia que aportan un alto nivel de complejidad a la organización actual. Las particularidades que asuma cada uno de ellos le brinda un sello distintivo a la organización laboral.
En este entramado relacional, el ejercicio de la dirección es multifactorial, pues constituye una actividad cuyo análisis ha de centrarse en los individuos que participan (dirigentes y dirigidos), la relación y el contexto donde se construye, lo que nos lleva irremediablemente a poner en la mira elementos de índole objetivo y subjetivo, intra y extraorganizacional, en diferentes espacios de tiempo (pasado, presente y futuro).
Ante esta realidad tan compleja, un estudio no puede ser realizado desde una sola disciplina pues representaría una visión unidimensional de una figura polidimensional, lo que conllevaría a la visión parcial, segmentada y deficiente. A esta práctica hemos estado asistiendo durante años, incluso en la actualidad llama la atención que no se haya logrado concientizar la necesidad de evaluar e intervenir sobre el ejercicio de la dirección desde las diferentes disciplinas que la estudian. La interdisciplinariedad, si bien ha cobrado auge en las últimas décadas, no es un fenómeno novedoso por lo que se instituye como objetivo del presente trabajo: valorar el lugar que ocupa la interdisciplinariedad en la evolución histórica de la administración.
Desarrollo
Capítulo 1: La interdisciplinariedad en la evolución histórica de la administración científica.
Epígrafe 1.1_Un acercamiento teórico al fenómeno de la interdisciplinariedad.
Antes de comenzar a analizar cualquier fenómeno se debe hacer un acercamiento a sus fundamentos teóricos para definir la postura que asume el autor ante las múltiples posiciones que pueden ser encontradas.
Es necesario antes de comenzar a analizar el fenómeno de la interdisciplinariedad, partir de la raíz del asunto desde el punto de vista conceptual. El término "disciplina", según Guzmán Robles (2001), surgió como consecuencia del desarrollo de la ciencia y el surgimiento de las universidades -siglo XII-, a partir del momento en que estas comenzaron a conformar sus programas de enseñanza y se realizó la fragmentación del conocimiento por razones prácticas.
Existen múltiples definiciones de “disciplina”, el autor coincide con la propuesta por Marisel Oliva Calvo, cuando refiere que “es una manera de ordenar y delimitar un territorio de trabajo, de concretar la investigación y las experiencias dentro de un determinado ángulo de visión. Esta postura teórica responde a la perspectiva que se asumirá en el presente material.
Siguiendo lo planteado por Diana Salazar (2004) el trabajo científico como trabajo especializado existe en su interacción con otros, implicando la necesidad de cooperación, y demarcando su carácter social. El intercambio implica, no sólo conocimientos sino además medios, objetos, materiales, resultados, costumbres. El trabajo científico requiere de la herencia social, de la cultura de esta especialización. En esta interacción se abre un espacio para la concreción de la interdisciplinariedad que es comprendida según Núñez Jover (1994) y Mañalich Rosario (1997) como “el encuentro y cooperación entre dos o más disciplina, donde cada una de ellas aporta sus esquemas conceptuales, formas de definir problemas y métodos de integración”. Los elementos comunes a las definiciones conceptuales de interdisciplinariedad recaen en la unificación de conocimientos, habilidades, métodos y recursos para el tratamiento a un objeto común que es ejecutado por especialistas provenientes de diferentes profesiones, en las que se produce un enriquecimiento de la base conceptual metodológica de las disciplinas que se involucran.
En la evolución histórica de la administración son múltiples las disciplinas que han asociado su cuerpo teórico metodológico para su análisis. Podemos mencionar las siguientes:
La Ingeniería Industrial es definida como una rama de la ingeniería que se ocupa del desarrollo, mejora, implantación y evaluación de sistemas integrados de gente, dinero, conocimientos, información, equipamiento, energía, materiales y procesos. También trata con el diseño de nuevos prototipos para ahorrar dinero y hacerlos mejores.
La Psicología es la ciencia encargada del estudio de la subjetividad humana, revelándose en los niveles de existencia de esta (individual, grupal y social) y en los diferentes contextos de actuación de sus portadores. A lo largo de su desarrollo histórico se caracterizó por el surgimiento de enfoques teóricos, escuelas, que han abordado su objeto de estudio desde perspectivas diversas.
La Sociología, es reconocida por Stephen Robbins (2006) como una disciplina que se ocupa del sistema social en el que los seres humanos realizan sus funciones, “la sociología estudia a la gente en relación con sus semejantes”. En este punto tiene algunos nexos con la Psicología, específicamente con la rama de la Psicología Social.
En este sentido, los sociólogos enfatizan en el elemento novedoso que surge en la interacción individual: lo grupal, que no constituye la suma de las cualidades individuales aisladas sino un elemento cualitativamente superior.
La Comunicación Social será asumida como la disciplina que se encarga del estudio de los procesos comunicativos generados en la interacción social, en los diferentes ámbitos y niveles, que garantizan su existencia.
Epígrafe 1.2: La interdisciplinariedad en los giros epistemológicos de la administración.
Una de las teorías que revolucionó el mundo organizacional fue la administración científica del trabajo surgida en los inicios del siglo XX, y es considerada como un punto de referencia para marcar el inicio de algunas ramas específicas dentro de la Psicología, y como elemento esencial para analizar los inicios de la Comunicación Social, la Ingeniería Industrial. Aunque existen predecesores a este enfoque, se reconoce la importancia que tuvo para el análisis científico dentro de estas disciplinas.
Moros Fernández, H & Díaz Pérez, M (2005) consideran que este enfoque fue uno de los primeros intentos de abordar científicamente el trabajo y la actividad del trabajador, en busca de mejorar su productividad y eficiencia, presentando una perspectiva diferente. Su representante más reconocido es el ingeniero norteamericano Frederick Winslow Taylor, que ascendió por la pirámide organizacional de la compañía donde trabajaba.
La presencia de Taylor entre los subordinados y luego en la administración, le permitió tener una visión integral del proceso de producción, que orientado hacia los objetivos de las organizaciones laborales en un mundo demandante de producto, dio paso a que elaborara una teoría que permitiera la realización de la organización y del trabajador.
A todas luces, en los postulados de Taylor se deja entrever la influencia de disciplinas afines. En el caso específico de la Psicología, en el período que este ingeniero conformaba su postura teórica y metodológica, era aún incipiente la maduración del cuerpo teórico de la novel ciencia psicológica.
El contexto histórico norteamericano de principios de siglo XX, como plantea Muchinsky (1994), está marcado por la necesidad de “cualquier teoría que le permitiera transformar los conocimientos acerca del hombre en tecnologías de control social, incrementos del rendimiento productivo y la construcción de una sociedad eficiente y abundante”. Es en él donde aparece el enfoque de la administración científica del trabajo y el enfoque conductista. El primero marcaba el derrotero de la administración, el segundo marcaba la Psicología.
La historia de la Psicología ha recogido que en los primeros años del siglo XX cobró auge una postura que representaría una de las posiciones más radicales en los intentos de hacer una psicología “científica”, al estilo de las ciencias fuertes, presentada en 1913 tuvo como principal representante a John Broadus Watson. Al analizar las concepciones teóricas del planteamiento conductista y la administración científica se puede aseverar la existencia de una coincidencia de teoría y método, o sea, la forma de ejercer la investigación se relacionaban:
El conductismo plantea en su génesis la necesidad de revisar el objeto de estudio de la Psicología, Corrales Russo (2006) en su análisis retoma un presupuesto medular de esta escuela: “no se negaba la existencia de la vivencia como experiencia subjetiva inmediata” pero esta no podía constituirse como objeto de estudio, si se mantenía la aspiración de la aceptación de la psicología como una ciencia. El siguiente paso fue promover la conducta como objeto de estudio.
A la par de estas transformaciones se identifica como método esencial para la obtención del conocimiento científico la experimentación coincidiendo con el utilizado en la obra de Taylor. ¿Estaría este ingeniero en condiciones de introducirse en las vivencias que generaban sus concepciones sobre la actividad laboral? La propia Psicología estaba, muy a tono con el positivismo, negando la posibilidad de insertarse en ese mundo interno, preocupándose esencialmente por elementos visibles, palpables, observables. De contradecir este planteamiento teórico Taylor se hubiese encontrado con más detractores que defensores de su postura.
Otro elemento a considerar está en uno de los antecedentes del conductismo: el conexionismo. Edward Thorndike, seguidor de este enfoque, planteó 3 leyes del aprendizaje: ley del efecto (se aprende la acción que produce una satisfacción), ley del ejercicio (se aprende la acción que más se repite) y la ley de la disposición (se aprende la acción más adecuada al organismo en un momento dado). Estas leyes de la Psicología conceden la razón a Taylor.
En la primera ley, Thorndike refiere que si la actividad laboral posibilita la satisfacción de las necesidades del sujeto se garantizará el aprendizaje de los movimientos necesarios para su ejecución. ¿Cuál sería el papel de la administración? La búsqueda de la satisfacción de las necesidades del obrero, lo que traería aparejado un mejor y mayor aprendizaje. Sumado a ello, si existe una satisfacción adicional por mayor rendimiento, pues se garantiza una tendencia a la búsqueda del perfeccionamiento en el ejercicio de la actividad. Visto así, parece un planteamiento esquemático, pero válido en el contexto histórico en el que aparece, aunque, no puede negarse su utilidad, y es una práctica que se ha extendido hasta nuestros tiempos.
La segunda ley está relacionada, básicamente, con la especialización que propuso Taylor: disminuye la cantidad de movimientos innecesarios y perfecciona los que debe realizar el trabajador mediante la capacitación. La relación intrínseca entre las leyes nos lleva a la primera: la especialización (sinónimo de mayor aprendizaje) conduce a mejores resultados, por tanto, mayores beneficios para la administración y para el subordinado (identidad de intereses).
La identidad de intereses entre dirigentes y subordinados, si la asociamos a la naturaleza racional económica propuesta por Taylor, es congruente con el modelo básico propuesto por el conductismo clásico watsoniano de estímulo-respuesta (E-R). Condicionamos el comportamiento del trabajador: mayor productividad-beneficio (incremento en el salario, pago adicional), por tanto, cuando se necesite un incremento en la productividad se interpone el estímulo y se obtendrá la respuesta. Esto es fundamentado, además, desde el reforzamiento positivo y negativo: premiar y castigar comportamientos. Aquí encuentra cabida la postura pasiva que se le atribuye al trabajador, por lo que la responsabilidad de los resultados del trabajo corresponde al dirigente, encargado de manipular, incentivar, controlar, motivar.
La Ingeniería Industrial también encuentran un espacio significativo en las propuestas tayloristas: esta disciplina encargada de la implantación y mejora de los sistemas integrados que sustentan la organización laboral, pues Taylor reconoció la necesidad de modificar la situación de trabajo para lograr rendimientos más altos para la empresa y para el trabajador. Taylor estudia la influencia de la organización del trabajo, que constituye una condición exterior general de la actividad laboral, al establecer un nuevo tiempo laboral y régimen de pausas. Analizado a la luz de las concepciones teóricas actuales (enfoque sistémico), y tomando como premisa la dialéctica materialista, se precisa señalar la influencia sobre las condiciones internas de los trabajadores (sujetos experimentales), en tanto generó nuevos conocimientos y habilidades para el manejo de la energía, de la fuerza individual, experiencias novedosas.
El desarrollo histórico de la Comunicación Social, según los planteamientos de Trelles Rodríguez (2004), reconoce la presencia de Taylor en su génesis, pues, consideran que para la consecución del incremento de la productividad, basado en la motivación, la manipulación, el control, se necesitó la revisión de la comunicación organizacional; en esta época que surge el taylorismo, la disciplina se concentraba en los aspectos formales de la comunicación, por lo que se debían cuidar aspectos como: “qué se debe decir, como, cuando”.
Se da otra coincidencia teórica en cuanto a la preponderancia de los aspectos formales, oficiales, basados en una estructura eminentemente vertical, a tono con la administración científica y la posición objetal que ocupa el subordinado. Los elementos imprescindibles que tendría que cuidar la administración están relacionados con la función informativa de la comunicación organizacional, garantizando que el subordinado tenga acceso a la información necesaria para el desarrollo pleno de su actividad laboral.
La Teoría de la burocracia de Maximilian Carl Emil Weber, según Trelles Rodríguez (2004) “pone el énfasis en considerar los aspectos estructurales de la organización: sistema de reglas, roles, relaciones jerárquicas y redes de comunicación formal”, aunque presenta ideas novedosas, mantiene un sustento similar al de Taylor, que lo hace coincidir con las relaciones establecidas anteriormente.
Hasta este momento hemos podido visualizar una arista del sistema de influencias recíprocas que matizan, no solo la evolución histórica de la administración, sino de otras ciencias afines como la Psicología, la Comunicación Social, la Sociología y la Ingeniería Industrial, que desde su aparato conceptual metodológico dan respuesta a una necesidad que trasciende la disciplinariedad: el crecimiento de la productividad para satisfacer las incrementadas necesidades sociales de artículos.
Otro de los enfoques que marcan un giro en el estudio de la administración los constituye el movimiento de las Relaciones Humanas, el cual surge en los Estados Unidos, por la década del 20, y que contó entre sus principales defensores a George Elton Mayo, Kurt Lewin y Chester Irving Barnard. Los intentos de Taylor, a partir de su teoría busca el incremento de la producción partiendo de la revisión del propio proceso, la organización y el papel de la administración, sin embargo, Mayo y sus seguidores persiguen la ubicación en los grupos donde se inserta y comprenderlo desde la subjetividad individual y grupal.
Este enfoque está marcado por los experimentos de Hawthorne en 1924, que analizó el efecto en las personas de condiciones de trabajo exteriores: ambientales como la iluminación, de organización del trabajo como el salario, el tiempo laboral y el régimen de pausas. En este punto se encuentra una coincidencia con los sustentos de la Ingeniería Industrial, y una rama de la Psicología: la Psicología Laboral y de las Organizaciones.
Taylor veía que la naturaleza humana era racional económica, mientras que Mayo planteó que era eminentemente social. Al ser humano lo mueve la búsqueda de una experiencia gratificante dada por la satisfacción de necesidades de orden social y relacionada con su grupo. Es una postura que ubica al individuo en el centro del análisis, y concomita con el humanismo psicológico, en el sentido de interesarse por el desarrollo individual desde la experiencia grupal, por la satisfacción de necesidades. La relación administrativo-subordinado pierde la verticalidad propuesta por Taylor, e inclina la relación hacia la horizontalidad, rompiendo con la formalidad e introduciendo la informalidad. El trabajador comienza a despojarse de su investidura de objeto de un proceso productivo, deviniendo en sujeto activo.
Para lograr conformar esta visión es necesario acercarse a los referentes teóricos de la Sociología, como ciencia encargada del análisis del componente social, y a una de las ramas de la Psicología: la Psicología Social. Sin el sustento teórico de ambas disciplinas, es prácticamente imposible la comprensión de lo novedoso que resulta el aspecto sociopsicológico que emerge en la interacción de las personas, cuando comparten un espacio y tiempo, tienen intereses y objetivos comunes, sin caer en el error de verlo como la sumatoria de las individualidades. Es un proceso complejo, místico si se quiere, como el sujeto llega a reconocerse como parte de un grupo, a identificarse con este tanto como lo hace consigo mismo, al punto de llegar a subordinar los intereses individuales a los colectivos.
A esta conclusión llega Elton Mayo, lo que da lugar a que valore la necesidad de influir en el trabajador no desde el incentivo económico, sino desde el propio grupo donde el individuo se encuentra insertado. Comprender el proceso de conversión de una influencia social, dada en forma de normas, reglas, valores, es interiorizada, aprehendida y luego devuelta en un estado diferente, requiere del auxilio de disciplinas como las ya mencionadas. Cobra sentido la necesidad de cooperación entre los planificadores y ejecutores de la actividad laboral, pues lo esencial reside en las metas grupales, que se constituyen en metas individuales. El análisis del individuo ha de trascender las potencialidades individuales en términos de conocimientos, habilidades, destrezas, para reconocer un sujeto portador de un referente formado en la interacción social.
Elton Mayo es incluido, por sus planteamientos, dentro del enfoque humanista, aunque no es coincidente con lo expresado por psicólogos. El autor coincide con la última postura, pues aunque Mayo reconoce al individuo como centro de sus planteamientos no llega aún a comprender la postura humanista que sustenta este enfoque.
Los postulados de Kurt Lewin (psicólogo) están claramente definidos desde su profesión, es por ello que en los estudios en grupos, logra analizar las relaciones interpersonales que se establecen y lograr una comprensión del liderazgo, como un fenómeno grupal, haciendo aportes a uno de los temas más atrayentes para la investigación en el contexto organizacional.
Las Teorías del comportamiento tienen entre sus representantes a Douglas McGregor, Frederick Irving Herzberg, Warren Gamaliel Benni, Abraham Maslow, David McLleland. Los postulados teóricos de estos autores encuentran relación con la denominada “tercera fuerza” en psicología, o simplemente humanismo, por lo que la primera relación lo constituye precisamente la Psicología.
Un ejemplo tácito de la interdisciplinariedad en esta etapa lo constituye precisamente la confluencia de investigadores en el tema de la administración que responden a diferentes profesiones, lo que le da una visión novedosa al tema administrativo. Abraham Maslow fue un eminente psicólogo, incluido dentro de la escuela humanista cuyo principal aporte a la Psicología lo constituyó la pirámide de las necesidades que “expresa que los seres humanos tienen necesidades estructuradas en diferentes estratos, de tal modo que las necesidades secundarias o superiores van surgiendo a medida que se van satisfaciendo las más básicas” (Corrales Russo, 2006). Esta tesis revolucionó el pensamiento administrativo, en tanto, analizaba el contexto laboral como el espacio de satisfacción de necesidades, no solo las de orden básico, primario, sino las de orden superior.
El comportamiento organizacional se orientaría hacia la creación de los métodos, los medios, para que el trabajador se sintiera plenamente satisfecho, alcanzando la cima de la pirámide: la satisfacción de las necesidades de autorrealización. Representa para la administración un reto, pues necesita de conocimientos de la disciplina Psicología para poder evaluar la jerarquía de necesidades del subordinado. Si el taylorismo se proponía movilizar al trabajador desde la introducción de un elemento externo, como podía ser el salario o el pago de la prima, para lograr su motivación, los humanistas y en particular Maslow encuentran en el propio ser humano la fuente de la motivación, reconociendo en este la capacidad de una toma de decisiones conciente y congruente con el sí mismo.
Según Corrales Russo (2006), plantea que el sujeto “asume la libertad de elección como una característica fundacional del ser humano, que se revela como existencia, como ser en su devenir”. El tratamiento dado a la dimensión humana en el contexto organizacional humanista aboga por el respeto a la individualidad y la comprensión de la singularidad, a la búsqueda de los significados individuales que movilizan el comportamiento del sujeto hacia su satisfacción plena.
La Comunicación Social, a tono, con los postulados humanistas debe apostar por una forma diferente de establecer el nexo directivo-subordinado como única forma de acceder al mundo interno de este último, para conocer el estado de las necesidades, aspiraciones y expectativas. Tener un trabajador motivado y satisfecho dependerá de la medida en que se hayan creado las condiciones para la satisfacción de las necesidades del sujeto en el medio laboral, y para ello se necesita el reforzamiento de las vías informales de comunicación, incrementar la participación del subordinado en la dirección de la empresa. Es en este espacio donde el sujeto se realiza como sujeto de la actividad laboral.
Herzberg, matizado por las ideas humanistas, enfoca sus investigaciones hacia los elementos que en el contexto organizacional garantizan la motivación de los trabajadores, por lo que presentó una de las teorías más polémicas, con mayor número de seguidores y detractores, la Teoría de los factores higiénicos y motivadores. Esta teoría devino en instrumento de trabajo para los administrativos, en tanto, presentaba los elementos que deberían garantizarse para lograr un individuo motivado. Recordemos que el individuo tiene el potencial, pero la organización laboral debe crear las condiciones para que este se autorrealice.
El enfoque sistémico representó un nuevo giro para el desarrollo de la administración al considerar un elemento novedoso: la totalidad no es el equivalente a la suma de las partes, es un componente cualitativamente diferente. Entre sus representantes están Ludwig von Bertalanffy, Daniel Katz, Robert Kahn. A partir de este enfoque, la mayoría de los autores han coincidido en que la organización es un sistema social complejo, abierto a los estímulos provenientes del medio que la rodea. El ser humano, desde su propia naturaleza tiene una constitución sistémica; a su vez forma parte de sistemas sociales como la familia, grupos informales (amigos), organizaciones, que mantienen una relación de interdependencia entre sí.
Comprender el complejo sistema de influencias que ejercen los grupos en el individuo, y de este en los grupos que se inserta, necesita del apoyo teórico y metodológico de la ciencia psicológica. En la formación del profesional cubano en Psicología, es importante reconocer el papel que ha jugado el Enfoque Histórico Cultural propuesto por Lev Semionovich Vygotski. Un par categorial del enfoque psicológico que ayuda a comprender la concepción sistémica de la organización es la subjetivación-objetivación de las cualidades psicológicas. El trabajador forma parte de varios grupos dentro de la organización, al cual aporta parte de su individualidad que en interacción con el resto, crean un elemento novedoso: lo grupal. A su vez este nuevo constructo influye en el mundo interior de los actuales miembros de los grupos y de los que se incorporan. De esta manera, no se limita al ser individual, sino que esa construcción grupal interactúa con el resto de los grupos dentro de la organización y se produce una interrelación recíproca. De esta manera se puede analizar la concepción desde una visión sistémica.
Queda claro desde estas categorías, y en relación con el enfoque sistémico que cualquier variación en una de sus partes implica un movimiento en sistema, que se moverá para lograr un reajuste y una adaptación al medio. A su vez representa una postura novedosa para la Sociología al analizar al grupo social desde una postura diferente, de interacción recíproca, donde el grupo tiene una connotación diferente, reconociendo el aporte recíproco individuo-grupo.
Conclusiones
- El análisis de los procesos y variables que intervienen en el ejercicio de la dirección en el contexto organizacional es complejo, dado por la multifactorialidad de los elementos que la constituyen: individuos (relación subordinado-subordinado, subordinado-directivo, directivo-directivo), individuo-tarea-puesto de trabajo-organización-medio exterior.
- La evolución histórica de la administración está asociada a los presupuestos epistemológicos, metodológicos y teóricos de disciplinas que comparten la dirección como objeto de estudio.
- La interdisciplinariedad garantiza una visión integradora a las situaciones profesionales que se presentan a la administración en el contexto organizacional.
- Se expresan puntos comunes en la evolución histórica de disciplinas como la Psicología, la Sociología, la Ingeniería Industrial y la Administración, que expresa un nexo interdisciplinario que marca las transformaciones en las posturas utilizadas para el análisis de su objeto de estudio.
- La solución a las situaciones profesionales que se presentan a la administración en el contexto organizacional requiere de la integración teórica, metodológica y epistemológica de varias disciplinas.
Bibliografía consultada: