Niurka Castro Domínguez (CV)
ncastrod@udg.co.cu
Bárbara Pelegrín Diaz (CV)
bpelegrind@udg.co.cu
Universidad de Granma
RESUMEN
Se desarrolló un diagnóstico comunitario en la comunidad “Cuatro Caminos” del municipio Jiguaní, Granma, a partir de las dimensiones participación social y autogestión, teniendo en cuenta el enfoque de género, pues se evidenció una insufiente incorporación de las mujeres al trabajo asociado a los bajos niveles de sensibilización de los comunitarios con la necesidad de la incorporación de las féminas al trabajo fuera del hogar. Atendiendo a ello, como parte de la implementación del proyecto piloto desarrollado por la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) surgió la necesidad de implementar un plan de acción que tiene como objetivo sensibilizar a los comunitarios sobre la incorporación de la mujer al trabajo. El sustrato metodológico empleado fue la Investigación Acción Participación, un método para efectuar la transformación de los contextos. Los principales resultados fueron la creación de puestos de trabajo, la incorporación de las mujeres como socias a la ANAP y la sensibilización de los comunitarios en cuanto la equidad de género.
Palabras Claves: comunicación comunitaria, sensibilización, equidad de género, comunidad, desarrollo comunitario.
Introducción
Para la ANAP es de sumo interés garantizar un acompañamiento como proceso organizado que articule y valide componentes de su actuar. Lograr que más mujeres se asocien tendrán dos impactos: una mayor producción y el fortalecimiento de la participación con más equidad en la decisión y el accionar práctico de su estructura organizativa.
Para las comunidades cubanas significa materializar expectativas que contribuyan a un bienestar deseado entre sus necesidades priorizadas. Está latente el papel que asuman las comunidades y en específico las mujeres en su oportunidad de protagonizar este proceso. Teniendo en cuenta estos elementos podemos valorar la importancia de la implementación del proyecto piloto para la solución de la problemática. La realización del diagnóstico comunitario se efectuó en el asentamiento humano rural Cuatro Caminos, donde sus residentes tienen características sociosicológicas similares en su sistema de relaciones, su dirección política, económica y social propia, en su estructura económica tienen una Cooperativa de Pequeños Agricultores(CPA) y una Cooperativa de Créditos y Servicios(CCS).
Para el cumplimiento del estudio resultó fundamental tener en cuenta el desarrollo del sentimiento de pertenencia, la identificación del individuo con su barrio, su zona de residencia, sus habitantes, sus normas, sus costumbres, sus tradiciones, sus formas de relacionarse y su estilo de vida en general.
El diagnóstico comunitario que se aplicó es un proceso de transformación desde la comunidad soñado, planificado, conducido, ejecutado y evaluado por la propia comunidad para desarrollar conocimientos y habilidades que mejoran la efectividad y la eficacia del proyecto, satisfaciendo las necesidades espirituales de los comunitarios, generando poder en los participantes, profundizando su identidad, contribuyendo a disminuir los costos del proyecto sobre la sensibilización de dicha comunidad y apoyando la disminución del desconocimiento e invisibilización de la realidad de la mujer. Se potenciaron los esfuerzos y la acción de la comunidad para lograr una mejor calidad de vida de las mujeres y hombres de la comunidad, para conquistar la igualdad de género y proyectarse nuevas metas en el desarrollo del capital humano y social de nuestro país, logrando una evolución o cambio positivo en las relaciones de individuos, grupos e instituciones en una sociedad, implicando principalmente en el desarrollo económico y humano obteniendo como principal fin el bienestar social. Para esto se utilizó la comunicación como diálogo, intercambio de ideas, aprendizaje mutuo, mediación entre ciudadanía y autoridades, construcción colectiva de saberes y sentidos.
Durante la aplicación del diagnóstico se arrojaron los siguientes resultados: el estado de desempleo es causado principalmente por los esterotipos de género basados en el sentimiento patriarcal presente en los actores sociales, digase tanto en el sexo femenino como masculino, la ausencia de circulos infantiles o guarderías donde garantizasen el cuidado de los niños, principal responsabilidad y preocupación de las madres, y los insuficientes puestos de trabajo a fines con el nivel de escolaridad y expectativas; la situación futura sin la intervención del proyecto sería un alza en el estado del desempleo, principalmente en el sexo femenino de las futuras generaciones y un descenso en la calidad de vida. Mientras que la situación deseada es lograr un incremento en la equidad de género y que la mujer sea parte de la toma de decisiones, tanto en el ámbito familiar como en la organización política–económica que sustenta la comunidad; existe una brecha entre la situación futura y la situación deseada, que se puede mitigar o cerrar a través de la intervención, teniendo como principio que los miembros de la comunidad sean los que transformen su entorno.
En Cuba teniendo en cuenta los planteamientos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) con respecto al desarrollo comunitario, se considera que el sentimiento de identidad acorde con la comunidad, con sus propósitos y objetivos, es una precondición para generar y sustentar el desarrollo de la comunidad. Esto se entiende como el proceso destinado a crear condiciones de progreso económico y social para la comunidad, con la participación activa de sus miembros en el mejoramiento de su nivel de vida y en dependencia de su propia iniciativa, principalmente en las comunidades rurales, con el fin de mejorar la calidad de vida de sus integrantes, tanto material como espiritual, así como el desarrollo económico y cultural del país.
La situación de la mujer en el entorno rural cubano se ha caracterizado a menudo por quedarse relegada a un papel secundario, siendo considerada en numerosas ocasiones como mera colaboradora de las tareas desempeñadas por el hombre. Este hecho ha provocado que frecuentemente el papel de la mujer careciese de reconocimiento tanto social como económico, frenando de esta forma su potencial productivo personal, así como de forma general, un mayor desarrollo del conjunto del medio al que pertenece. La mujer rural se enfrenta a desafíos más profundos y sus posibilidades de participación requieren de un proceso transformador, que garantice el despliegue de sus potencialidades, a partir de establecer una plataforma social favorable. Los rasgos más tradicionales que predominan en la situación social de la mujer cubana rural es la continuidad entre la sobrecarga doméstica y familiar.
La Constitución de la República y el Código de la Familia trazan los postulados y principios generales de la igualdad de derechos de hombres y mujeres en el matrimonio y las relaciones familiares. No obstante, el medio rural sigue siendo más difícil en cuanto a la asimilación de los cambios culturales, existen barreras que aún hay que vencer.
En las áreas rurales cubanas, igualmente sus pobladores tienen derecho al trabajo. La legislación agraria contempla a la mujer en un plano de igualdad con relación a los hombres, sin embargo, podemos constatar que por el arraigo patriarcal que tiene la sociedad cubana, principalmente en las zonas rurales, esa legislación se queda en un mero documento de consulta y la práctica es una utopía.
Nadie puede desear participar en lo que no conoce, por lo tanto, es impensable un proyecto de este tipo que no considere la dimensión comunicacional, abriendo una oportunidad para que participen los que hasta ese momento habían sido excluídos de la conversación pública y con capacidad de interlocución legítima hagan escuchar su voz, para que los ciudadanos sean más sensibles a ciertos temas y se movilicen por causas que hasta entonces les eran ajenas, para que el problema que afecta a una pequeña comunidad o a un grupo específico sea concebido como un problema público, es decir, de todos y todas.
La comunicación es una herramienta clave para establecer alianzas estratégicas, así como para impulsar la creación y producción de medios alternativos que estimulan la motivación y la participación en el proyecto alcanzando la participación, es decir, sensibilización de los actores sociales que tomarán parte, se implicarán, decidirán, actuarán comprometidamente en el cambio de su realidad de este grupo humano, historia, formas propias de expresarse y tradiciones y sobre todo de intereses comunes.
La relación hombre – comunidad se encuentra nuevamente en una fase reconstructiva, de interacción y acercamiento positivo, por este motivo se incentiva el perfeccionamiento de la comunicación comunitaria para colaborar en la solución de problemáticas que estan vigentes en la realidad social de nuestros pueblos, principalmente en los países latinoamericanos, ya que existe un desafío por rescatar y valorar aspectos de la comunicación humana como son el diálogo, las emociones, los procesos grupales y personales, el intercambio, la participación, el saber escuchar y el “otro” como un legítimo interlocutor, en momentos de crisis de los valores y el respeto por el desarrollo de las comunidades,.
La comunicación es el eje central de la investigación, pues nuestra tarea es ser mediadores sociales en la solución de conflictos, para contribuir al desarrollo social en la comunidad rural Cuatro Caminos orientada y sistemáticamente planificada a la consecución de cambios concretos en la comunidad con respecto a lograr una equidad de género que potencie la inserción de la mujer al trabajo. Cuando la comunicación está ligada al desarrollo, nos dice la peruana Rosa María Alfaro (Alfaro, 1993)1 , lo hace no sólo como aporte auxiliar y metodológico, sino como objeto mismo de transformación de la sociedad, constituyéndose, por lo tanto, en medio y fin, en la lucha por la igualdad. En la cuarta conferencia Mundial sobre la Mujer: Acción para la Igualdad, el Desarrollo y la Paz (Beijing, 1995)2 tenían importantes efectos que podían conducir al crecimiento económico de los países y como consecuencia, provocar cambio social.
Para ello, se emitían mensajes con fines educativos en la comunidad que iban dirigidos, en principio, a áreas como la agricultura, sanidad, nutrición, planificación familiar y desarrollo de las áreas rurales. Se coincide en la necesidad de establecer una participación dialógica entre los miembros de las comunidades o destinatarios, para poder tomar parte, intervenir en las acciones, las tareas proyectadas, dando habilidades para saber participar. No es suficiente que las personas quieran, es preciso que sepan como hacerlo, que cuenten con los conocimientos, capacidades, habilidades o destrezas necesarios para tomar parte o intervenir.
La participación social femenina requiere de una plataforma integrada por tres ejes, el empleo, la calificación y la salud reproductiva (Díaz, 1999) 3. Estos ejes se retroalimentan entre si: el acceso al empleo posibilita cierto grado de independencia económica y potencia el acceso a la educación, el nivel de conocimientos permite aspirar a nuevas y mejores ocupaciones y favorece la atención a la salud personal y familiar, incluyendo la planificación familiar y el ejercicio de la sexualidad. Los tres ejes condicionan una mayor calidad de vida, de ellos el factor que promueve de modo inmediato la ruptura del patrón tradicional asignado es el acceso al empleo remunerado, asumiendo la mujer el papel proveedor de ingresos, adquiere autonomía, reconocimientos sociales, nexos colectivos y autoestima.
Para hacer efectiva dicha mejora de calidad de vida de todo el conjunto de la sociedad rural, la incorporación del enfoque de género es especialmente determinante por dos razones. Se trata de territorios más tradicionales e intensamente afectados por los contrastes y desigualdades entre hombres y mujeres en el acceso, distribución de los recursos y beneficios derivados del desarrollo; y en segundo lugar, porque, dadas las condiciones y la organización de la producción y de la vida doméstica, el grado de aislamiento que padecen las mujeres es muy elevado.
Valorando los elementos antes expuestos y desarrollados desde la dimensión comunicativa nos proponemos como objetivo: implementar un sistema de acciones orientado a la sensibilización de los comunitarios sobre la incorporación de las féminas al trabajo.
Materiales y métodos:
El proyecto como experiencia piloto se desarrolló en el municipio Jiguaní, Granma. Se trabajó con la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños(ANAP), la Universidad de Granma y el grupo Gestor de la comunidad, conformado por los líderes formales e informales de la comunidad, incentivando la autogestión de las soluciones pertinentes para la situación.
Es una investigación cualitativa desde el paradigma hermenéutico, empleando el análisis - sintesis e inducción-deducción como métodos teóricos, y la entrevista semiestructurada, la observación participante y la encuesta como técnicas para la recopilación de información. Se tuvieron en cuenta variables sociodemográficas, la identidad propia de la comunidad, sus hábitos, sus relaciones interpersonales y grupales, tradiciones y valores, lo que permitió constatar los fundamentos a tenerse en cuenta para abordar el proceso de reivindicación del rol de la mujer en los espacios rurales y el desarrollo social propio de la comunidad, logrando así que los procesos comunicactivos fueran participativos para la integración como componente esencial. Se basó en el modelo de la educación con énfasis en el proceso, por su visión de transformación de la persona y las comunidades, que no se preocupa tanto por los contenidos de la interacción ni por los efectos sino por la dialéctica entre las personas y su realidad. Se optó por la Investigación Acción Participatición(IAP) como método empírico, pues se instituye como un proceso de constante capacitación y educación popular, porque desarrolla la capacidad analítica de la población acerca de su propia realidad y sus posibilidades de autosolucionar los problemas, porque se pretende que la comunidad intervenga en el proyecto para incidir sobre su realidad social, tengan la responsabilidad de tomar decisiones en términos de inversión local y de promoción social, pasando a ser una contraparte activa en el desarrollo comunitario de su sector.
Con tal motivo se implementó el diágnostico participativo siguiente:
2. En el potencial de desarrollo, se identificó lo tecnológico y organizativo:
3.El potencial subjetivo del desarrollo y la imagen subjetiva del futuro:
Resultados y Discusión
Los aportes más importantes que obtuvo el proyecto fueron: la incorporación de la mujer en funciones laborales y de superación, la elevación del nivel de vida y la afirmación de los valores, una visión diferente en varios núcleos familiares en cuanto a la equidad de género dentro de la comunidad analizada.
Los actores sociales de la comunidad obtuvieron altos niveles de participación desde la tipología de responsabilidad compartida y co-determinación en la identificación de las necesidades y los problemas para la intervención y toma de decisiones en la solución de las problemáticas en los escenarios de participación adecuados, y así se alcanzó que se sintieran atraídos por el tema de la inserción de la mujer al trabajo, se desarrolló el interés del grupo en función del desarrollo social involucrando a la población en la ejecución del plan, con la ejecución de las diferentes acciones desarrolladas.
El funcionamiento del grupo gestor del proyecto en la comunidad como máximo responsable del diseño, planificación, ejecución y evaluación de un proyecto, tuvo gran importancia pues logró unificar la mayor cantidad de la población para el cumplimiento de objetivo propuesto, cada uno de sus miembros cumplió con su tarea, algunos desde su puesto de líderes e informales.
EL grupo gestor tuvo la característica de ser muy flexible, es decir, algunos de sus integrantes entran y salen según la fase en la que se encuentre el proyecto. Esto implica que exista alguna persona dedicada a recopilar información para registrar la historia del proyecto y de esta forma cada actor que se incorpore puede conocer sus antecedentes y la trayectoria histórica. Además, es necesario lograr una buena comunicación grupal que favorezca el clima de trabajo interno.
La comunidad en su fase primaria tenía como característica principal en el estado de empleo 56 mujeres amas de casa (edad máxima de 45 años), con nivel cultural de noveno grado a doce grado, y dos con estudios universitarios vencidos. Dichas mujeres no poseían vínculo laboral, aduciendo que no deseaban trabajar fuera de la comunidad. Como un aspecto significativo tenemos la resistencia de sus esposos a la inserción de las féminas al empleo fuera del hogar, reflejo de los estereotipos de género, el rol de la mujer como cuidadoras y compañeras, el hombre como el proveedor del sustento familiar; la preocupación de las mujeres por las relaciones aparece como debilidad, no como fortaleza, y en el transcurso de la investigación con la ayuda de los agentes para el desarrollo como facilitadores de las transformaciones de la comunidad “Cuatro Caminos”, esta logró cambios a través de la elevación de la participación y del sentido de pertenencia e identidad de los comunitarios con las acciones acometidas, alcanzando minimizar la brecha existente entre el estado actual y estado deseado, incorporando a las mujeres al trabajo en la infraestructura que creó el proyecto en conjunto con la comunidad, obteniendo la sensibilización de los comunitarios en la equidad de género.
PLAN DE ACCIÓN DESDE LA COMUNICACIÓN
En las reuniones iniciales del proyecto, cada comunidad debatió cuales eran las obras que preferían montar con el uso del fondo, según sus necesidades específicas de cada comunidad, y argumentando la relevancia de las obras seleccionadas, la consulta participativa en la comunidad y con el sub-objetivo del proyecto: incrementar la participación de otras mujeres en las CPA y las CCS. Los criterios para tomar las decisiones fueron:
Existieron riesgos para el cumplimiento del objetivo y fueron las características de la sociedad cubana y principalmente la rural con esterotipos patriarcales como forma de organización política, económica, religiosa y social basada en la idea de autoridad y liderazgo del varón, en la que se da el predominio de los hombres sobre las mujeres; otro riesgo encontrado es la característica de la mujer trabajadora cubana, que es agobiada por la doble jornada laboral lo mismo que sucede con las mujeres del resto de las sociedades donde existe una división sexual del trabajo y en las que las féminas han penetrado en el ámbito público, le agobia ahora la doble jornada laboral.
La Federación de Mujeres Cubanas (FMC) creada en 1960 , como agente para el desarrollo que actúa como facilitador para generar procesos de participación en el escenario investigado, convocó cursos para domésticas y campesinas, que cumplieron el doble papel de instruir y convertir a las mujeres en activistas sociales en sus comunidades.
A finales de la primera etapa ya se obtuvieron resultados para satisfacción de los miembros de la comunidad y del Grupo Gestor de la comunidad. Las campesinas se han integrado a la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) como socias, lo cual implica no sólo la garantía del trabajo, sino de los beneficios de la seguridad social, maternidad, vacaciones.
CONCLUSIONES
Con la implementación del plan de acción se logró potenciar en la comunidad “Cuatro Caminos” la sensibilización en la problemática detectada, cumpliéndose el objetivo trazado. Se obtuvo mayor participación en la evaluación lúcida de las alternativas y el balance de los recursos disponibles. La toma de decisiones colectivas por parte de los actores sociales encarna la concreción de la participación real y constituye la vía para el ejercicio del protagonismo comunitario.
La comunidad de “Cuatro Caminos” en conjunto con los agentes para el desarrollo determinó la distribución del presupuesto en la infraestructura, alcanzándose un gran impacto social para la creación de puestos de trabajo para las mujeres en viveros, casas de cultivos, semilleros, plantas para preparar las conservas y la creación de círculos infantiles para que las madres desvinculadas se puedan incorporar al trabajo, con fines recreativos se reactivó el círculo social y el campo de pelota. Los puestos creados para mujeres de la comunidad, serán con membresía como socias en las cooperativas.
Como principal resultado tenemos que el 62,5% de las mujeres desvinculadas laboralmente se incorporaron a los puestos creados por el proyecto y son afiliadas a la ANAP.
Referencias Bibliográficas:
1 Citado en “Una comunicación para otro desarrollo”. De la autora Alfaro, Rosa María. Ed.Abraxas, Lima, 1993.
2 Citado en ¨ Mujeres rurales en América Latina y el Caribe”. Santiago de Chile. FAO (1995) Mirando hacia Beijing 95.
3 Citado en “Género y Participación social: la mujer rural en América Latina”. De la autora Elena Díaz, Profesora Titular FLACSO-Cuba.