Carlos Alberto Cano Plata (CV)
carlos.cano@utadeo.edu.co
“EL HOMBRE ES EL ANIMAL QUE HABLA” Georges Gusdorf
RESUMEN
Cuándo aparece el hombre en el universo?, para dar respuesta a esta pregunta muchos filósofos, sociólogos, psicólogos y estudiosos en general, han investigado al hombre desde la evolución de la especie, hasta sus características fisiológicas. ¿Por qué es tan complejo el cerebro humano?, éste es objeto de estudio constante y cada día se hacen nuevos descubrimientos que asombran al más entendido. ¿Cómo es posible que el uso de la palabra nos diferencie de los demás animales?, se trata entonces en esta artículo de ahondar en el tema de “Lo Humano”. Se inicia con una breve descripción de los avances de la especie humana desde el punto de vista evolutivo, luego se describen algunas características del cerebro y posteriormente se profundiza en la importancia de la palabra como característica diferenciadora entre el hombre y los demás seres vivos. Por último, se aborda el tema de la palabra aplicada a las organizaciones desde una perspectiva ética, generando cuestionamientos que enriquecen y amplían la posibilidad de discusión.
Palabras claves: Humanismo, Palabra, Ética, Evolución, Gestión, Colectivo, Lenguaje.
Abstract
When does the man in the universe?, To respond to this question many philosophers, sociologists, psychologists and scholars in general, have investigated the man from the evolution of the species to its physiological characteristics. Why is so complex the human brain?, It is under constant study and every day new discoveries are made more astounding to understand. How is it possible that the use of the word differentiates us from other animals?, Is then treated in this paper to delve into the topic of "The Human". It begins with a brief description of the progress of mankind from the evolutionary point of view, then describes some characteristics of the brain and then delves into the importance of the word as a distinguishing feature between man and other living things. Finally, it addresses the issue of the word applied to organizations from an ethical perspective, generating questions that enrich and expand the opportunity for discussion.
Key words: Humanism, Word, Ethics, Evolution, Management, Collective Language.
NOTAS INTRODUCTORIAS
Este artículo, busca centrar al lector en el tema de lo humano, abordándolo desde diferentes perspectivas, apoyadas en diversos autores que resaltan la importancia de entender al hombre y profundizar sobre su papel en las organizaciones.
En una primera aproximación, mediante la evolución humana, se establecen las diferencias que existen entre el hombre y los demás animales, centrando la atención en las resultantes de la mayor complejidad del cerebro humano. Posteriormente se enuncian los principales componentes del cerebro que inciden en el origen de la palabra, la cual, se convierte en premisa necesaria para establecer el punto de partida de la condición humana y que servirá de hilo conductor al desarrollo del artículo.
La palabra nace de la necesidad de interactuar con el otro y de esta forma establecer canales de comunicación que faciliten el entendimiento; de igual manera, permite al hombre desempeñar su papel en las organizaciones. Desde esta perspectiva, la organizacional, se pretende profundizar en el tema de la palabra, viéndola no sólo como un elemento diferenciador e integrador, sino también, desde algunas de sus implicaciones de naturaleza ética.
Para finalizar, se plantean algunos interrogantes que pretenden motivar al lector a reflexionar acerca de su concepción frente al hombre y su importancia en el mundo organizacional.
EVOLUCIÓN HUMANA
Hasta donde el hombre ha podido determinar desde la antropología, en el homo sapiens se encuentra una de las versiones más aceptadas, sin ser esta la última, para establecer el origen de la especie humana. Al ubicar las características que dan origen a la diferenciación del hombre de los demás primates, encontramos las siguientes: la adopción de la marcha bípeda y la expansión del cerebro, estos fueron los pasos cruciales de la nuestra evolución.
Al darse la expansión del cerebro comienzan a presentarse diversas manifestaciones que se traducen en superioridad, no en aspectos físicos, pero sí en la capacidad de raciocinio y análisis del entorno; es así, que circunstancias como la aparición del lenguaje posibilitan la comprensión de la realidad humana y social.
De acuerdo con Lewin, R (1996;47):
“La expansión de la capacidad mental subyace a toda manifestación de una criatura de elevada inteligencia, de gran inventiva y sociabilidad. La aparición de un lenguaje hablado debió de ser el acontecimiento clave en esta red de factores interrelacionados. Por supuesto, el lenguaje no es observable en el registro fósil, como tampoco se advierte una cualidad humana que trasciende la pura inteligencia y, en cierto modo, es la principal innovación evolutiva: la conciencia; la verdadera, la conciencia interrogadora de si y de los otros que lleva a los humanos a plantearse la cuestión ¿por qué?”
Cuando se toca el tema de los orígenes humanos surgen dos teorías que se contraponen, una de estas enfoca el origen del hombre partiendo de la locomoción como primera línea de transformación, la otra tiene en cuenta primero la vía del cerebro. No obstante y bajo otro enfoque, se han planteado otra serie de teorías acerca de cuál fue la cuestión determinante en la evolución humana, de manera sucesiva se han dado las siguientes: el uso de útiles y armas defensivas, el hombre pensador, el constructor de herramientas, el hombre comunicador, el hombre cazador, el hombre – mujer recolectores, el hombre – mujer compartidores de alimento. Lewin, R (1996;49 y 54).
Un factor determinante en la evolución ha sido la transformación que etapa tras etapa se ha presentado en la fisiología del hombre: la dentadura, las extremidades, la figura craneal, el neo - cortex y en general, todos los aspectos que van ligados con el paso del nomadismo al sedentarismo, así como el cambio del ser herbívoro al carnívoro, características, que han contribuido a la apariencia actual de la especie humana.
Cabe anotar, que el hombre se diferencia de los demás animales por circunstancias como las que resalta el profesor Carvajal en su ensayo:
“Los hombres somos seres de una gran fragilidad física pero aparecemos como la especie dominante, la de más desarrollo. Somos animales con un cerebro que ha alcanzado un mayor nivel de complejidad y que nos permite entre otros aspectos una capacidad de representación, de referir cosas por fuera de nosotros; y también una auto – conciencia, una conciencia moral que nos conduce a la evaluación de nuestro comportamiento. La diferencia con los animales, nuestro valor excepcional frente a ellos, tiene pues justificación en los rasgos emergentes de nuestra neurofisiología. La calidad del cerebro es nuestra credencial de humanidad”. Carvajal (2003;4)
De allí, que sea conveniente, considerar algunos aspectos generales sobre el cerebro y su función como regulador del lenguaje en el hombre, aclarando que el objeto del presente documento no es profundizar en el estudio científico de este importante órgano.
EL CEREBRO, CREDENCIAL DE HUMANIDAD
“El cerebro es el órgano que rige nuestro cuerpo, el ordenador que determina el funcionamiento de nuestro organismo y de nuestra conducta”. Ronquillo (1985;4) Es un órgano complejo que está en permanente contacto con lo que ocurre fuera de él, y a su vez asume la posición de interactuar con su interior controlando todos los movimientos y actos que lo afectan a través del sistema nervioso (se hará mención en este escrito únicamente del tele céfalo porque su complejo desarrollo justifica el nivel superior de inteligencia del hombre comparado con el de otros animales).
El telencéfalo está formado principalmente por los hemisferios cerebrales (corteza cerebral y ganglios basales). Los hemisferios cerebrales ocupan la mayor parte del cerebro humano y suponen cerca del 85% del peso cerebral. Una fisura longitudinal los divide en hemisferio derecho y hemisferio izquierdo, que son simétricos, como una imagen vista en un espejo.
En el lóbulo temporal del córtex cerebral y sus cercanías encontramos una serie de centros que controlan los aspectos lingüísticos en el hombre. El centro Exner se ocupa del lenguaje escrito, el centro de Broca se ocupa del lenguaje hablado, el centro de Wernicke es el responsable de la comprensión del lenguaje oído, el centro de Kussmaul es el responsable de la comprensión del lenguaje leído. Los cuatro centros mencionados anteriormente, constituyen los vértices del polígono de Grasset. En carta (2003)
Es así, como a partir de la relación de los centros del cerebro ya mencionados y con la contribución de cierto número de disposiciones anatómicas, que se encuentran dispersas por el organismo, es posible para el hombre la generación de la palabra. A continuación se abordará el tema de la palabra teniendo como enfoque central los aportes de Georges Gusdorf.
LA PALABRA
Encontramos en la palabra la condición necesaria para establecer el punto de partida de la especie humana, diferenciándola de los demás animales. La palabra se constituye en el límite entre los animales y el hombre. Es tan trascendental la palabra para nosotros, que por medio de ésta se ha llegado a ser el ser supremo dentro de la especie animal. "Los hombres porque hablan han podido domesticar a los animales, mientras que los animales jamás han logrado domesticar al hombre". Gusdorf (1957;10) La virtud de la palabra es la de construir, a partir de las sensaciones percibidas por el ser humano, las realidades propias de éste y la fijación de su entorno. La reflexión sobre la palabra debe soportarse en la realidad humana, que encuentra en ésta un modo de identificación de cada uno y de su establecimiento en el mundo. El hombre es quién da sentido a las realidades de la naturaleza, él es quién le da sentido a la realidad del universo.
Según lo planteado por Gusdorf, “por la palabra llega el hombre al mundo, y por la palabra llega el mundo al pensamiento” Gusdorf (1957;36), las partes del universo tienen vida a partir del momento en que el ser humano puede empezar a nombrarlas; la palabra aporta designación, conciencia y entendimiento porque ella es la representación verbal del espacio, de las relaciones, de lo que constituye el mundo. Esta colección de representaciones adquiridas a través de la experiencia es renovable en el tiempo, la palabra es simultánea al origen del universo, y le presenta al hombre la posibilidad de seguir construyendo por medio de ella, así como el niño que construye su universo a medida que va adquiriendo propiedad sobre un número mayor de vocablos.
La palabra es creada progresivamente, solidificada y reproducida por medio de la comunicación. El hombre, al nacer, recibe la palabra, pues ésta existe antes de su nacimiento. Al crecer y ser formado por una sociedad el hombre recibe un lenguaje, en el cual reconoce la palabra común y sus respectivos significados. Esto le concede ser parte de la comunicación, ya que le permite presentarle al otro su representación verbal de la realidad. Para lograr entendimiento en la comunicación se requiere que el otro hable el mismo lenguaje; es en este momento, cuando el ser humano se despersonaliza; pues olvida o deja atrás todo tipo de palabra que lo diferencia de otros.
La especie humana son seres de constante relación y tal condición fija su naturaleza a un intercambio de expresiones y de palabras con la comunidad a la que pertenece. Por medio del lenguaje se establecen normas y se forman los parámetros para vivir en sociedad. Es pues la comunicación una concatenación de dos sujetos, con el fin particular de intervenir o enajenar la conciencia del otro, dando lugar a una constante y dinámica “lucha de influencias que no se detiene". Gusdorf (1957;56) El lenguaje, genera una permanente transformación del individuo, ligada a una toma de conciencia, a una decisión.
La expresión tiene como finalidad la radicación del hombre en su mundo, en enunciar sus creencias, en hacer conocer sus valores y sus sentimientos. Nosotros adquirimos la personalidad en la medida que logramos expresar nuestros pensamientos mediante la acción o la palabra, y es mediante la expresión donde la palabra logra dominar la amenaza interior de abandonarse al sufrimiento. “El estilo es la expresión propia de la personalidad” Gusdorf (1957;64) y corresponde a cada ser, encontrar su estilo o su forma de expresión y nuestro propio lenguaje es un mundo inherente a la idealización del estilo que cada uno pretende construir.
En ocasiones las palabras son medios de comunicación muy imperfectos, con frecuencia manifiestan un sentido diferente que bloquea la idea original. Las significaciones cotidianas utilizadas en el trabajo o la familia, hacen más corriente el intercambio de informaciones y mensajes, salvo los malentendidos, se llega fácil a la conciliación cuando se trata de compartir un fin específico. “La comunicación perfecta consistiría en la comunión con otro, comunión en la que la personalidad perdería el sentido de sus propios límites". Gusdorf (1957;65)
La comunicación indirecta, sin el empleo de vocablos, expresa más la intimidad del ser y el sentido de la comunicación. Puede ocurrir que se instituya el objeto en la comunicación, pero la intención permanezca confusa, porque es propio del hombre no expresar bien su sentir, pero no es un defecto del lenguaje porque la verdad, “no es un decir, sino un ser y un hacer". Gusdorf (1957;72) “Cuanto uno más habla, más se calla; cuanto más uno se esfuerza en decir, más se sumerge en un silencio irremediable”. Gusdorf (1957;75)
Es necesaria una actitud similar entre los interlocutores, para que haya entendimiento en la comunicación, el desacuerdo se manifiesta cuando una de las personas, omite el mutuo consentimiento y no da lugar a la correspondencia. “No hay frontera fija del lenguaje, sino fronteras del hombre y toca a cada vida personal, llevarlas más o menos lejos en lo que le concierne”. Gusdorf (1957;79) Es el lenguaje uno de los medios para realizar nuestras ideas y materializar la lucha del hombre por forjar su manera de hablar o de escribir.
La palabra es al hombre, como el sol a las plantas. El mundo sin la palabra sería silencio eterno, por tanto los seres humanos dentro de las organizaciones son seres con necesidad de comunicación e interlocución. “La afirmación de la individualidad comienza cuando ella ha tomado sus distancias, cuando la palabra le confiere la doble capacidad de evocación de sí y de invocación de otro. El ser humano es un ser en participación y la experiencia de la soledad sólo es una cierta manera de ser sensible a la ausencia de otro en su misma presencia”. El ejemplo de ello se encuentra reflejado en los sordomudos, ya que luego de dárseles un medio por el cual se pudiesen comunicar con el mundo exterior, se les da ese toque esencial que lo convierte en seres humanos. “La palabra es, pues, la función humana de la integración social". Gusdorf (1957;77)
En la palabra, el uso de la lengua se refiere a ciertas normas de pensamiento racional. No es posible entendernos en una discusión o hasta en una sencilla conversación, si no se está de acuerdo con las reglas de articulación, de concordancia o discordancia de las ideas y pensamientos.
El homo loquens u hombre elocuente se desarrolla en un entorno básicamente marcado por cuatro pautas: el monólogo, el diálogo, la conversación y la oratoria. “El número de los ejecutantes modifica cada vez las leyes del género y su naturaleza misma, según se trate de un monólogo, de un diálogo, de una conversación cuyos participantes son más o menos numerosos, o, finalmente, de una manifestación oratoria que hace entrar en escena un auditorio de masa”. Gusdorf (1957;81)
Como principio de identidad del hombre, aparece el monólogo, donde la persona se cuestiona acerca de las diferentes variables que lo ubican en un mundo social. Otra modalidad que encontramos es la del diálogo, acción mediante la cual dos personas intercambian ideas, lugar donde los individuos discuten y se preguntan del por qué de las cosas. Sobre el particular Gusdorf nos dice:
“La fantasía indolente le cede el lugar a la obediencia: el otro ejerce sobre mí una verdadera dirección de conciencia, que, más allá del intercambio de frases, instituye una verdadera colaboración. La segunda voz no se limita a un papel de acompañamiento o de eco, sino que se hace educadora de la primera, para el aprendizaje de la coexistencia”. Gusdorf (1957;82)
Una de las particularidades del hombre elocuente, es la conversación y se define como aquel intercambio de ideas de más de dos personas. Dentro de esta misma estructura se encuentra la oratoria, la cual hace referencia al arte de hablar en público con elocuencia.
Dentro de las diferentes características de la palabra y en todos sus géneros se encuentran las diferentes técnicas de fijación de la misma. En la prehistoria donde no existía la escritura, sólo existía la palabra. Con la aparición de las escrituras el hombre transformó todo su entorno, porque a partir de ahí hubo evidencias de todas las acciones ejecutadas en el mundo. “El hombre ha dejado de ser sólo un ser que habla, para llegar a ser alguien que escribe y que lee, transformándose así la faz del mundo”. La realidad humana se define en primer lugar como un conjunto de designaciones, y su unidad es la de un vocabulario.
De acuerdo con lo expresado anteriormente podemos establecer que el hombre por medio de la palabra interactúa con los demás individuos y está en capacidad de desempeñarse en las organizaciones, convirtiéndose en un instrumento de gestión por el cual alcanza sus metas.
LA PALABRA EN LA DIRECCIÓN
El instrumento de gestión por excelencia del dirigente y el medio para establecer relación con los demás y obtener resultados de esa interacción, es el uso de la palabra. No obstante el dirigente no sabe con claridad el lugar que ocupa ésta y las posibilidades que ofrece al ser humano que la usa. "La palabra es a la constitución del sujeto, lo que el lenguaje es a la definición de la especie humana, pues es a través de ella y sus vicisitudes que se construye la existencia personal". Chanlat, A y Bedard, R.(1998;2)
Los hechos sociales se hacen posibles mediante los acuerdos y estos a su vez son posibles por el uso de la palabra; la palabra permite construir humanidad, pero no solo, sino con el otro. Cada que una persona toma la palabra busca comunicar una imagen de si misma, busca encontrar el reconocimiento de su identidad. La identidad de cada persona se empieza a construir desde el momento mismo del nacimiento, al ritmo de las interacciones con las demás personas. Por lo anterior cobra importancia la dimensión ética de la palabra en las relaciones interpersonales. La primera dimensión ética de la palabra, está relacionada con la posibilidad de engañar o traicionar y la segunda dimensión, está ligada al ejercicio de la violencia que la palabra puede suscitar y cuyos efectos son más perversos que aquellos de la violencia física. En este sentido “no parece que haya un agente más eficaz que otra persona para asegurar la plena realización de un individuo o por el contrario para reducir a nada la realidad de su existencia, por una mirada, un gesto o una observación”. Goffman, E. Encounters (1974). Las formas de violencia verbal más comúnmente empleadas son la respuesta tangencial, el doble vínculo, la colusión y los actos de la palabra no respetada.
Es preciso en este momento, una vez establecido el por qué de la importancia de la palabra para el hombre, revisar las condiciones favorables así como los obstáculos propios del uso de la palabra en el mundo del trabajo. Entre los obstáculos, principalmente, podemos mencionar la ideología gerencial y los valores que transmite la lengua de la administración misma, las jergas especializadas y la estructura burocrática.
Aunque existen una serie de obstáculos al dialogo, encontramos también factores favorables al mismo, entre los cuales podemos identificar los valores, la dinámica interna de los grupos informales y las prácticas adoptadas por los lideres en sus respectivos sectores.
Como un efecto de las posibilidades que ofrece la palabra y según las condiciones de los medios laborales actuales, se puede establecer que cada persona en posición de autoridad, es responsable por el tipo de interacciones que se den en el grupo que maneja. En virtud de lo anterior, cobran gran importancia las cualidades humanas del dirigente, posición contraria a lo que tradicionalmente se ha buscado en los medios administrativos, que es preocuparse primero por las habilidades y facultades técnicas. Generalmente, las cualidades de un buen dirigente se han definido con base en las percepciones de sus superiores. ¿por qué no definir o dar más importancia a las cualidades de un dirigente partiendo de las cualidades que más aprecian los subordinados?. Frente a lo que plantea esta pregunta se pueden abrir focos de investigación para determinar la viabilidad de establecer un mecanismo de selección basado en las condiciones y cualidades que deben reunir los responsables del manejo de personal, según el punto de vista de la fuerza laboral.
En el contexto actual, donde encontramos un mundo cada vez más competido y dominado por la tecnología, será necesario que la administración oriente parte de sus esfuerzos hacia el aspecto humano y tenga en cuenta el status adquirido por éste en la sociedad, deberá considerar todas las dimensiones que la palabra tiene para el hombre ¿será posible determinar entonces hasta qué punto la administración se vuelve una cuestión de palabra?
LA PALABRA Y LA GESTIÓN
El tiempo invertido por los dirigentes, en el empleo de la palabra aunque parezca una mala opción, será siempre el que permita arrojar resultados en su gestión, si analizamos, el 80% del tiempo de trabajo de estos dirigentes transcurre entre reuniones, comités y charlas con los subordinados, o en el peor de los casos buscando soluciones a problemas de la organización o generados por ellos mismos, “las actividades de diálogo toman un significado profundo para las personas que están ahí comprometidas. Ellas superan en alto grado el carácter instrumental al cual ellas son generalmente reducidas”. Chanlat, A (1984;1)
Cuando se vive en una organización se involucran todos los sentimientos que el ser humano lleva consigo, teniendo presente que es imposible desligarlos de uno, estos sentimientos se expresan por medio del lenguaje que como bien lo dice Chanlat, “... solo sirve para comunicar. El diálogo permite a cada uno convertirse en persona...”. Chanlat, A (1984;2) Una persona que interactúa lo hace por necesidad no por obligación, y es importante que todos los lideres, los que gestionan tengan presente tal circunstancia, pues se puede convertir en un generador de violencia, el hecho de negarle la posibilidad de expresarse crea frustraciones que se reflejan posteriormente en su comportamiento, se hace referencia aquí, al ejemplo que el mismo autor hace sobre los hogares de ancianos, en ellos las personas que allí viven, sólo hablan un 2% del día, reflejo de una mala autoridad o mejor una autoridad mal aplicada, que se proyecta en cada uno de estos individuos al final de sus días, “ésta violencia simbólica es mucho más difundida en las organizaciones de lo que se quiere admitir”. Chanlat, A (1984;3) ¿es entonces posible imaginarse al ser humano sin el uso de la palabra?.
Así las cosas, somos el cúmulo de experiencias que hemos tenido desde que nacemos, interactuando con los padres, los amigos, los hermanos; estas son el reflejo de nuestro comportamiento, impulsado por las frustraciones, deseos, amores y desamores que la vida nos va mostrando en el devenir de cada día. ¿El hecho que se genere violencia en la palabra dentro de las organizaciones será un indicador de la madurez de los dirigentes?.
Cuando nos damos cuenta que no podemos trascender en la vida sin la existencia del otro y que a éste otro es al que le desplazamos nuestros deseos, nuestra importancia de reconocimiento o sea buscar nuestro lugar en el mundo, es cuando comenzamos a proyectar nuestro propio yo y empezamos a buscar cómo desplazar dichos deseos a nuestros semejantes, ¿todo esto a qué conduce?, simplemente al desplazamiento que se hace por parte de los dirigentes hacia los dirigidos en la organización, cuando son incapaces de hacer las cosas, o no son aptos para los cargos en los cuales fueron nombrados, bien sea por desconocimiento de la misma organización o del cargo que ocupan, entonces comienzan a desplazar su incompetencia en los subordinados, tratando de ocultar sus errores y culpando a todos los que lo rodean tal como lo expresa Chanlat:
“Los que se equivocan están obligados a hacer que los otros se equivoquen, me es imposible preservar una falsa imagen de mi, si no justifico la suya y la mía. Es necesario que lo denigre si es sincero, que lo acuse de ser un títere si accede a mis deseos, que lo trate de egoísta si sigue su camino... cualquiera que se encuentre preso en un embrollo parecido, no sabe a que santo encomendarse” Chanlat, A (1984;5)
Por lo tanto, siempre existirá una excusa para que el dirigente pueda quedar bien y hacer quedar mal a sus subordinados, si en últimas ve que no es capaz, se ingeniará los mecanismos para buscar una promoción a un mejor cargo, generando así una sensación de odio y violencia en todos aquellos que fueron sus subordinados y que lo conocieron realmente en su proceder y actuar. Todos estos aspectos señalados anteriormente son generadores de violencia en las organizaciones, pero adicional a estas, existen otros factores que son mucho más fuertes y con los cuales se vive día a día en las empresas, como es el caso de “la indiferencia, el silencio, son también formas de negación de la existencia del otro como persona, el resultado es el mismo: la utilización del otro para probar su propia existencia”. Chanlat, A (1984;6)
La respuesta tangencial es también otra especie de violencia en las empresas es un procedimiento sutil de negar la experiencia del otro, y según el autor se manifiesta con expresiones como “sólo escucha lo que le interesa”, “no me responde nunca”, "tal persona no me escucha”. Esta técnica conduce a sentimientos de alta hostilidad y frustración de los dirigidos frente al dirigente, el comportamiento social del individuo es el reflejo de sus grandes experiencias, al igual que el de sus frustraciones. Como lo señalan Gaviria y Ocampo “el ser maltratado o el ser discriminado hace sentir a la persona inferior, la iniciativa de la persona se castra y su aptitud se postra, está negativo ante las personas que son sus compañeros o jefes y con la tarea, ya que no hay equilibrio entre la retribución y sus esfuerzos”. Gaviria y Ocampo (2000;116)
¿Será posible afirmar entonces, que los problemas sociales de Colombia se derivan de administraciones que violentan los derechos humanos, que explotan al trabajador en función de su riqueza sin tener en cuenta que la razón de ser de su desarrollo y crecimiento es el ser humano?.
¿Es entonces el dominio del violento en la palabra, el resultado del desarrollo tan lento de nuestra sociedad?.
O por el contrario ¿el temor que campea en nuestras organizaciones por el hecho de no perder el empleo, es el que no permite que se realice una revolución social que transforme las empresas en instituciones realmente humanas?.
Otro punto a someter en consideración por el lector, es el poco control de los organismos nacionales e internacionales en la violación de los derechos humanos en las organizaciones, frente a este caos oculto que se ve reflejado en la poca calidad de vida que hoy por hoy se tiene en nuestra sociedad, se identifica la tendencia de unos pocos a hacer creer al colectivo que están en igualdad de condiciones y con expectativas de mejorar, cuando la realidad es totalmente opuesta.
BIBLIOGRAFIA
BIBLIOGRAFÍA ADICIONAL RECOMENDADA