Paul Sarmiento Blanco (CV)
psb691029@gmail.com
Yuselis Cutiño Ricardo (CV)
ycutinor@ismm.edu.cu
Resumen:
El presente trabajo tiene como objetivo elucidar las principales ideas de los estudios históricos y jurídicos que se presentaron en la Revista Cuba Contemporánea entre 1913 y 1927. Este fue un periodo muy rico para la cultura histórica y jurídica cubana y en esa importante publicación se develan las matrices fundamentales del pensamiento histórico cubano y la cultura jurídica de la República liberal creada en 1902.
Palabras claves: República neocolonial, estudios jurídicos, pensamiento social.
Introducción:
Los estudios históricos y jurídicos en Cuba durante las tres primeras décadas republicanas constituyen un tema virgen, incluso hasta en los estudios especializados en derecho. Problemas como la revelación del aparato conceptual y los presupuestos teóricos y filosóficos asumidos en las polémicas jurídicas; el conflicto y la convivencia del derecho español colonial y el derecho norteamericano; la dinámica de un intenso debate jurídico-cultural donde predominan tendencias como el plattismo y el nacionalismo jurídicos convierte al tema en un asunto novedoso dentro de los estudios del pensamiento social cubano.
En la historiografía cubana de orientación liberal positivista en la primera mitad del siglo XX no encontramos estudios sistemáticos sobre pensamiento jurídico a nivel de Revistas Sociales que se dedicaban a divulgar el legado histórico jurídico. Ni los historiadores ni los propios pensadores constitucionalistas cubanos en ese periodo plantean un estudio del tema.
La historiografía cubana actual tiene una deuda con respecto al impacto del pensamiento jurídico cubano en las publicaciones sociales de gran impacto durante las tres primeras décadas republicanas. Al igual que ocurre con otros campos del pensamiento cubano, el debate teórico y los estudios históricos-culturales acerca del derecho se simplifican, o en ocasiones, se limitan a elementos políticos y/o institucionales que se han convertido en cuestiones tradicionales desde la perspectiva historiográfica. Generalmente han tenido un enfoque normativista, es decir, se han concentrado en el estudio de las leyes. Esta investigación parte del criterio metodológico de que las funciones profundas del derecho solo pueden entenderse desde la vertebración en el complejo cultural en que se desarrollan. Por otro lado, el estudio integral de las publicaciones de la época está deficitario. Un gran espacio que no podemos soslayar a la hora del abordaje del intenso debate jurídico lo tienen las Revistas y publicaciones de la etapa. La primera década republicana no es prolífera en publicaciones que privilegien un discurso y debate desde la perspectiva jurídica, pero ya a partir de 1910 se percibe un notable ascenso provocado, dos años antes, por la misma reinstauración de la institucionalidad republicana y democrática. Todas las publicaciones y movimientos culturales de las dos primeras décadas del siglo XX cubano contribuyen a la formación de un entramado cultural y político sin el cual es muy difícil entender la esencia de las polémicas y los debates que se dan en ese contexto de organización republicana.
Las revistas constituyen obras en movimiento, asignándose a si misma un espacio en el campo intelectual, estableciendo con claridad los límites con otras, en su origen definen un grupo cultural y las relaciones que ese grupo establece con otros similares y la sociedad en general. Las ideas que los grupos elaboran sobre su propia identidad y sus relaciones con distintos estratos de la sociedad, se pueden estudiar en las mismas revistas. Son además un espacio de encuentro y en el comienzo de la publicación existe una relativa homogeneidad, lo cual se denomina espíritu de época, que representa una condición de creación colectiva, abriendo un espacio entre lo viejo y lo nuevo. Creando una comunidad de lectores interesados en un fin específico y astutamente ellas eligen a su público.
Desde este ángulo, la aparición en 1913 de la Revista Cuba Contemporánea fue un sano acontecimiento para el mundo del debate y la cultura en Cuba en la segunda década de experiencia republicana independiente.
Partiendo de los antecedentes teóricos anteriores, el objetivo del presente estudio es el análisis de la evolución de los estudios históricos y jurídicos en el marco de la Revista Cuba Contemporánea en el periodo referido.
Presentación de la Revista Cuba Contemporánea.
¿Por qué estudiar las revistas?
Todas las publicaciones y movimientos culturales de las dos primeras décadas del siglo XX cubano contribuyen a la formación de un entramado cultural y político sin el cual es muy difícil entender la esencia del proyecto y objetivos de una generación. Por lo que cada revista puede pensarse como un texto construido en la heterogeneidad de sus fragmentos.
Las revistas constituyen obras en movimiento, asignándose a si misma un espacio en el campo intelectual, estableciendo con claridad los límites con otras, en su origen definen un grupo cultural y las relaciones que ese grupo establece con otros similares y la sociedad en general. Las ideas que los grupos elaboran sobre su propia identidad y sus relaciones con distintos estratos de la sociedad, se pueden estudiar en las mismas revistas.
Constituyen además un espacio de encuentro y en el comienzo de la publicación existe una relativa homogeneidad, lo cual se denomina espíritu de época, lo cual representa su condición de creación colectiva, abrir un espacio entre lo viejo y lo nuevo. Creando una comunidad de lectores interesados en un fin específico y astutamente ellas eligen a su público.
Un ejemplo de ello fue la publicación de la Revista Cuba Contemporánea en 1913. Pues era de la juventud de quien esperaba la República la obra que ya otros no podían realizar. Por lo que su director Carlos de Velasco declara su programa
:”…las páginas de la Revista responden a todas las orientaciones del espíritu moderno, respetando opiniones ajenas a las personas y la sociedad “1
La misión de Cuba Contemporánea estaba en sumar cuantos elementos de cultura se pudieran encontrar para que concurrieran a levantar la mentalidad cubana, para formar la conciencia nueva del País. Sobre ello diría el crítico norteamericano Isaac Goldberg:”Cuba Contemporánea es más que una revista, es el símbolo de la juventud cubana progresista” 2
La generación de escritores que publicaba en la Revista se caracteriza por la utilización de un marcado tono ensayístico: expresiones personalísimas de una honda y constante preocupación de los problemas colectivos que en algunas ocasiones se expresa en tratados y otras en monografías sociológicas o económicas. El ensayismo constituye una tradición arraigadas a las letras cubanas y expresan una actitud crítica de esta generación bajo la señal estética de José Enrique Rodó. Estos escritores percibían las fallas internas de la República y sus ensayos se enfrentaban a esta situación buscando soluciones y remedios a las dificultades nacionales.
La Revista Cuba Contemporánea asume como propio el espíritu de la Generación del Diez, la cual de forma general muestra una marcada juventud y cuando la edad es elemento diferenciador, entonces se muestran sus caracteres propios y orientación definida. La vertiente crítica de Cuba Contemporánea se desarrolla de forma polémica que incluye artículos científicos actuales, ensayos filosóficos, criterios culturales o sociales.
Según Ichazo cuando en los pueblos domina el sentimiento de tolerancia ante el prejuicio, el diagnóstico seguro es la decadencia. En Cuba al finalizar la guerra de 1895 y al producirse la intervención norteamericana, comienza a tomar el espacio intelectual los primeros pensadores republicanos; estos son “años de pulsaciones intelectuales poco perceptibles”3 .H asta el ritmo intelectual comienza a cambiar y a dinamizarse para llegar al advenimiento de una época juvenil y potente, perceptibles en las minorías, se expresa en los jóvenes que empiezan a encontrar eco en la Sociedad.
Para esta juventud todo es revisable. Coincide esto con una actitud de los intelectuales de comienzos del siglo XX quienes estaban dispuestos a al rebelión por el mismo hecho de ser intelectuales en una sociedad que aún no había aprendido a definir el lugar del intelectual. Frente al predominio económico del imperialismo norteamericano, se afianza un sentimiento de afirmación de la cubanidad. Formulándose un debate que no se da tanto en el plano político, sino en el debate de toda la cultura, bajo el sentimiento reflexivo del reclamo de una soberanía nacional plena. Todo esto habla a favor de lo que Pedro Enríquez Ureña califica “como la utopía americana, la cual no muere aunque por momentos se eclipse” 4
Cuba Contemporánea expresa una búsqueda de definiciones respecto a ideologías estéticas, culturales y sociales. Posibilitando el intercambio cultural, una reconstrucción del espacio cultural latinoamericano. La recuperación del orgullo nacional es un componente fundamental de definición política de estos primeros pensadores republicanos, cuyas expresiones más complejas se expresan en la elaboración de discursos e incluso de utopías sociales perceptibles, sobre todo en el diálogo que establecen los ensayos que quizás hayan sido los espacios de producción simbólicos más permeables a los combates ideológicos.
La intelectualidad cubana de las primeras décadas republicanas se mostraba como clase intelectual y política prisionera pero también productora de figuraciones idealizadas de la Patria. El caso cubano no se trata de un caso aislado, ni el latinoamericano, sino de una inflexión peculiar en el torbellino de un autentico movimiento histórico en el que la creación artística y la reflexión estética se articulan en un proyecto.
El estudio de este periodo, específicamente, el de las revistas ingresa en el impreciso campo de la historia de las ideas, lo que incluso puede modificarlos modos tradicionales del análisis filosófico, además de producir consecuencias en los esquemas de articulación de la literatura latinoamericana. Se trata de una relación que compromete la relación entre cultura y política y que puede analizarse privilegiadamente en la experiencia del lenguaje, la consideración de los discursos, en tanto hechos culturales permiten reconstruir los modos en que se perciben las experiencias de lo moderno y sus modos de producción.
Las tribunas científicas, filosóficas y la prensa también serían un arma, pero encaminada a reorientar los cambios a través de la inclusión gradual y pacífica de las transiciones capaces de garantizar las libertades públicas y el orden.
Los escritores de Cuba Contemporánea, herederos de una descomunal obra de renovación en el plano de las ideas y protagonista de desgarradora realidad de un mundo físico y moral corrompido y en crisis tendría que resultar un precedente de gran valía para la generación que le sucedió, sus presupuestos y orientaciones políticas, económicas, sociales y culturales invadieron la formación de las nuevas generaciones de intelectuales.
Nace así, Cuba Contemporánea, recogiendo en ella durante catorce años las preocupaciones más conscientes del país. La misma respondía a una necesidad histórica, ante el nacimiento de una República que propiciaba el crecimiento económico, pero que comprometía la independencia, resultando imprescindible difundir sin restricciones el pensamiento más preclaro y generoso de la nación.
Por esta época y de manera análoga publicaciones periódicas, instituciones culturales en Hispanoamérica asumirían nombres similares, respondiendo ello a un entramado cultural que se extendía por todo el continente y que involucraba a intelectuales de diversas nacionalidades bajo el signo vital de un movimiento cultural y del pensamiento que había calado de manera profunda en las clases medias.
El criterio que asumiría la revista iba a hacer marcadamente liberal, la difícil coyuntura por la que atravesaba el País precisaba la colaboración de cuantos escritores estuvieran dispuestos a poner su pensamiento al servicio de la nación, ya sea contribuyendo con soluciones propias, con la divulgación de ideas o el mejoramiento del nivel cultural.
El fin de las publicaciones no era la imposición de opiniones, sino darlas a conocer aunque estas estuvieran en muchas ocasiones en contradicción con los criterios que sustentaba la dirección de la revista. Ente los redactores es visible una unidad ideológica e intelectual, convirtiéndose la misma en una de las publicaciones más importantes de las dos primeras décadas de la República gozando de prestigio dentro y fuera del País.
Contenían sus artículos de forma sistemática el pensamiento liberal y nacionalista de las clases medias con una visión abierta en casi todos los redactores que publicaban sus escritos. Los colaboradores debían de responsabilizarse con la firma de sus artículos, por lo que no cabía el anonimato. Los ensayos asumían críticamente la realidad nacional no estando exentos de un marcado reformismo propio de la etapa y exponente de la virtud doméstica como forma de pensamiento
Si bien los criterios que se asumen no están dominados por un pensamiento plattista, las páginas de la revista se convirtieron en la tribuna de la intelectualidad cubana comprometida con la reorientación nacionalista de un proyecto burgués subordinado a intereses foráneos. Cuba Contemporánea se convertiría en vocero de las nuevas tendencias del pensamiento social con un afán cientificista, no ajeno al positivismo, pero que si apelaba a una marcada preocupación antropológica que ponía al hombre en primer plano en interacción con el mundo. Por lo que su cosmovisión tendría que ser diferente a la generación que los había antecedido.
La revista sirvió de tribuna a la Primera Generación Republicana, asumiendo una posición de verdaderos francotiradores que vino a brindar unidad a los esfuerzos dispersos de esta promoción intelectual. Aunque se mantiene vivo el positivismo se hace visible la influencia de la reacción antipositivista pensamiento que se está haciendo fuerte en todo el continente prueba de la conexión de nuestros escritores con los Latinoamericanos mostrando a su vez un afianzamiento del mundo indígena y campesino.
Los diferentes artículos recogidos en la Revista hablan a favor del rescate valorativo de la región por parte de una intelectualidad que como planteará Jesús Castellanos” siente la implicación moral que significa la fortuna del talento”.5 Estos ensayos no son ya la expresión de un positivismo alimentado, cuyos abordados más que análisis sociales, fueron diagnósticos de la enfermedad de un continente. Significaba el intento de reponer la historia de la recepción de la modernidad en Cuba, para lo cual el hombre debe utilizar la filosofía con el fin de comprenderla y valorarla y finalmente tomar decisiones, pues el filosofo es ante todo un creador de valores y los expresará a través de las revistas, salas de exposición, conferencias, teatros lo cual es definido como” fuentes no convencionales del saber filosófico”6
El primer número de Cuba Contemporánea aparecería el primero de enero de 1913 con un programa donde quedaban expuestos sus propósitos:
”Expresa dedicación al estudio de nuestros problemas en lo administrativo, en lo político, en lo moral, en lo social y en lo económico y en lo religioso” 7.En las páginas de la revista aparece el más firme propósito de realización de la cubanidad, la más encendida propaganda del sentimiento nacionalista. Fue un magnifico ejemplo de cohesión espiritual hacia una mentalidad mantenida sin desmayo.
Creyeron sus inspiradores que el descreimiento del cubano se encontraba en su falta de fe, en su desgano de ser si mismo, de realizarse en su nacionalidad. De ahí que fuera preciso fortalecer esa conciencia nacional por todos los medios. En las páginas de la revista se palpa el carácter del cubano. En uno de los volúmenes de la revista José Sixto de Sola define los objetivos de la misma:
“necesitamos una labor de educación individual y colectiva, una intensa labor nacionalista como predica, pero más amplia ejercida en todos los campos de la actividad humana. Pues fortaleciendo nuestro núcleo nacional, multiplicando el esfuerzo, venciendo el cubano, logrando éxitos para la causa del progreso, inspirando confianza, el concepto de factoría irá desapareciendo, el concepto de la Patria completándose y el pesimismo cubano reduciéndose a sus límites” 8.
Carlos de Velasco primer director de la revista plantea:” Las páginas de Cuba Contemporánea quedan abiertas a las orientaciones del espíritu moderno, respetando las opiniones ajenas, alas personas y a la sociedad”9 . Este programa responde a una nueva orientación filosófica donde el espíritu moderno del hombre se contrapone a la crisis que desde el punto de vista antropológico significó el positivismo. Ofreciendo un campo abierto a todo elevado empeño de buena fe sin exclusivismos.
Expresan que les sobra voluntad y honradez y están deseosos de ser útiles a nuestros compatriotas y al País, por lo que el núcleo intelectual de Cuba Contemporánea no desarrolla un enciclopedismo de élite, sino un enciclopedismo inteligente y comprometido. Sobre esto reafirma Rodríguez Embil
:” Nuestra generación nació sobre escombros materiales y morales y lo halló todo por hacer. Por lo que su tarea es sobre todo constructora, de vigilancia y combate sistemático y perseverante en la vida, en la escuela, en la palabra y en la pluma, contra los arrastres impuros del pasado, sin condenarlo, pero si discerniendo lo que de dañino hay en su seno, cita a Rodó al decir el anhelo del porvenir, la simpatía por lo nuevo, una hospitalidad amplia y generosa, son naturales condiciones de nuestro desenvolvimiento, pero si hemos de mantener nuestra responsabilidad colectiva, necesitamos reconocernos en el pasado y divisarlo constantemente por encima de nuestros propios miedos”10 .
Es observable un nacionalismo liberal que ha de guiar los pasos de esta generación, pues ellos son los continuadores de la Revolución. Queda claro para los redactores de la revista que la mirada ha de ponerse en el porvenir de la Patria, en las generaciones que los habrán de seguir pues existe claridad en la obra regeneradora y de adecentamiento nacional de los hombres del diez, como generación de transición en la cultura cubana que prepara las bases para una obra más profunda. Por lo que consideramos que preparan el camino para la futura revolución política de la generación de la Revista Avance.
Cuba Contemporánea no es la obra de la iniciativa de un hombre, sino de la cristalización de un concurso de voluntades, es la expresión de la capacidad cubana para acometer y sostener por largos años, empresas arduas y difíciles que vivió económicamente de suscripciones y anunciantes. En un principio los redactores fueron tildados de idealistas.
El director espiritual de Cuba Contemporánea, el símbolo del civismo de la juventud cubana del diez, lo fue Enrique José Varona quien por su conducta ejemplar y su comprometimiento patriótico fue el símbolo de la de la juventud cubana progresista. El objetivo de la revista era que cada autor se responsabilizara con lo que escribía, era tratar de de revivir las adormecidas energías de sus conciudadanos, para que el vigor de la juventud siga el camino de los hombres de buena voluntad, para no poner en peligro la sagrada herencia, por la mala fe de unos, el desdén, la ignorancia y la culpa de casi todos.
Por lo que la publicación abrió un surco profundo en nuestra vida intelectual y llegó a ser faro y guía en el intenso movimiento quien el orden de la ideas se venía operando en el País, pues allí donde no era permitida la propaganda abierta el principio de la libertad e independencia, había que sumar cuantos elementos de cultura se puedan encontrar y que concurran a levantar la mentalidad cubana, para formar la conciencia nueva del País.
Jorge Mañach dijo al respecto:” la revista salió cuando en Cuba apenas se leía, pero en todas las bibliotecas y redacciones se elogiaba el renacimiento intelectual y el bravo espíritu nacional”. 11Fue un exponente de gran valía, pero sin una efectiva ascendencia espiritual entre sus lectores. Quizás nunca se avino a servir de tea. Pero se retiró del espacio de la prensa cubana con la satisfacción de haber prestado un servicio a nuestro pueblo en beneficio de la cultura cubana cuyo valor será mejor apreciado en el futuro.
Lo que caracteriza el marcado tono ensayístico de estos escritores no es lo externo, sino la sustancia y el espíritu que lo anima que oscilan desde: el ensayo filosófico, el del criticismo literario y el personal. Realiza el ensayo una misión aclaradora y su vigencia radica en concebir en el una fuerza de reflexión a la vez que un intento de generalización.
Convirtiese Cuba Contemporánea en el más firme propósito de realización de la cubanidad, la más encendida propaganda del sentimiento nacionalista. Y fue un magnífico ejemplo de cohesión espiritual hacia una finalidad mantenida sin desmayo. Creyeron sus inspiradores que el descreimiento del cubano se engendraba en su falta de fe, en su desgano de ser sí mismo, de realizarse a sí mismo. De ahí que fuera preciso fortalecer esa conciencia nacional por todos los medios. Es precisamente Sixto de Sola quien desde las páginas de Cuba Contemporánea analizará las causas del “Pesimismo Cubano” para añadir “somos pesimistas en cuanto a determinados hombres, gobiernos e instituciones de nuestra nacionalidad, pero nunca en cuanto a la nacionalidad y a la República misma”12
Por lo que exhorta al esfuerzo colectivo para que la Patria se fortalezca, por lo que cada cubano lo menos que puede hacer por su Patria es dar el ejemplo de una vida honrada y decente de trabajo y de dignidad que venere y respete las instituciones nacionales.
Resumiendo: la revista Contemporánea (1913-1927), tribuna de una intelectualidad comprometida con la reorientación nacionalista de un proyecto burgués de nación que había sido subordinado a intereses foráneos y tempranamente sumido en la inercia y la corrupción, fue un vocero de las nuevas tendencias del pensamiento social , entre otras, de la sociología , la criminalística, la antropología, la literatura comparada, etcétera . Sus redactores analizaban los mas disimiles problemas de la vida nacional en largos estudios que se caracterizaban por un afán cientificista no ajeno al positivismo, apoyados con frecuencia en datos estadísticos y en citas-traducidas y publicadas muchas veces por la propia revista- de autores europeos y norteamericanos.
En realidad, se trataba de una necesidad espiritual de hondas raíces sociales para la que se sentía capacitada y dispuesta una promoción de jóvenes intelectuales. Pero una necesidad, asumida como tal por su carácter histórico, que no coincidió en tiempo y realidades con la situación verdadera del país .Es significativa la anécdota que relata Guiral Moreno (1940.28) en su proemio al opúsculo que contiene el índice completo de Cuba Contemporánea es una reflexión promovida por el periodista Arturo R . de Carricarte sobre las causas de sus antecesoras Revista de cuba y Revista Cubana, Ruy de Lugo Viña, otro asiduo colaborador de la misma, había respondido que aquellas revistas de otrora no fueron superiores a esta de hoy, lo ocurrido es que entre los que las escribían entonces y los que entonces las leían existía una compenetración absoluta de pensamiento. Y por eso aquellas publicaciones daban la sensación de ideas en marcha, asi como esta de ahora no pasa de ser un exponente intelectual de gran valimiento, pero sin una efectiva ascendencia espiritual sobre lectores.
Este comentario preciso revela la diferencia esencial de época que convertía el propósito de una empresa intelectual como esta- continuadora como bien se dice, de la Revista de Cuba y de la Revista Cubana en su proyecto ideológico. 13
Evolución e impacto social de los estudios jurídicos e históricos en la Revista.
En el mismo año fundacional de la Revista el prestigioso abogado José Antonio González Lanusa despierta la inquietud de los jóvenes liberales al disertar en el inicio del año académico de Derecho en la Universidad de La Habana. Consideramos esta obra como un reflejo de las fisuras en el pensamiento positivista. Hay en la disertación de González Lanuza una crítica al viejo método positivista de estudiar y entender el derecho: “Observo con muy sincera pena que el viejo mal se reproduce; mejor dicho, nunca ha cesado; que siempre ha ejercido y ejerce su influencia perniciosa. Me refiero al carácter generalmente superficial de los estudios jurídicos entre nosotros (…) desde 1901 lo vengo diciendo y advirtiendo (…) se ha separado el estudio práctico de la llamada teoría o doctrina; estudio este último que aparece como de lujo; propio para el que aspire a ser profesor, o a recrearse con especulaciones filosóficas (...) En nuestro país la mayoría de los abogados y jueces estiman que no es esencial en el conocimiento del derecho, otra cosa que la letra de las leyes, pensando tal vez que esa letra encierra todo el derecho”14
Ya desde el mismo inicio, la crítica al método positivista es una de las cuestiones más asombrosas que alumbra el camino de los estudios jurídicos en la joven república liberal cubana; la critica a la separación de la teoría de la práctica en el derecho es uno de los incuestionables logros del pensar jurídico cubano en la etapa. Es de insuperable valor la valiente crítica al pensamiento dogmático dentro de los estudios jurídicos, pensar que no solo las letras de las leyes era lo esencial, abría a partir de 1913 un sendero de cuestionamiento desde el campo de la jurisprudencia al positivismo jurídico.El método de los estudios jurídicos es otro de los temas abordados por el ilustre jurisconsulto cubano, que rompiendo fronteras teóricas, asume una crítica demoledora al sistema de enseñanza de los mismos:
“Todo aquel que conozca nuestras cátedras y haya pasado por nuestros exámenes sabe muy bien que se ha ido formando entre nosotros un especial ambiente. El puede concretarse en esta breve exposición de sus causas contenido y consecuencia. Poco apoco ha ido resultando aplicado, de un criterio de benigdad en los exámenes, conforme al cual el alumno que da de conocer los códigos, resulta “aprobado”. Las calificaciones superiores se reservan para aquellos que han ido más allá y han hecho el esfuerzo de penetrar el contenido de esa letra de darse cuenta de las ideas que encierra, de las verdaderas “normas” jurídicas que en ella van encontrando su fórmula, su exterior expresión. Siendo estas la minoría aquella mayoría ha trazado, quizás lenta e inconscientemente en parte al menos una línea divisora entre el estudio “práctico” directamente utilizable, y lo que con un poco de menos precio mal disimulado, se llama “la teoría” o bien la doctrina y de tal modo hemos llegado al mal presente, mucho más grave que lo que generalmente se imagina, de ser el nuestro un país en el que jueces y abogados en su gran mayoría, estiman que no es esencial en el conocimiento del derecho otra cosa que de las leyes, pensando. Tal vez que en esa letra está encerrado todo el derecho…. Las fuentes jurídicas no presentan nunca más que un derecho incompleto. La ciencia jurídica convierte este derecho incompleto y defectuoso de las fuentes, en un derecho completo sin vacios.”15
Increíble la advertencia del señor Lanusa a solo 12 años de inaugurada la República y ya sostenía desde los albores republicanos, el rompimiento con algunos esquemas del estudio del derecho que había impuesto el derecho positivo. Consideramos que explícitamente en esta disertación publicada por la prestigiosa revista se hace un llamado a entender el derecho desde la teoría y la práctica y no reducirlo solamente a las leyes. El llamado de Lanusa trata de quebrar la tortuosa doctrina impuesta desde el siglo XIX. El propio académico enfatiza que: “(...) Ya desde los siglos antiguos del derecho romano, se decía que era un craso error…Celso decía que conocer las leyes no era apoderarse meramente de las palabras (…) Y declaro al igual que Sohm que hay una Ciencia Jurídica que está muy lejos de ser meramente especulativa, que es, por el contrario eminentemente práctica, que mira a las fuentes, solo como una materia prima, sobre la que es preciso trabajar…”16 Hay una evidente postura antipositivista, sobre todo el autor polemiza con los núcleos duros del viejo positivismo jurídico que no le permite entrada teórica a cualquier debate especulativo. Podemos, por tanto, señalar este discurso de Lanusa como precursor en los intentos reformadores de los estudios acerca del derecho en Cuba durante la primera generación republicana. Vendría este a ser importante sostén teórico de lo que llegaría años después con la llamada Reforma Universitaria de los estudios.
Otras de las cuestiones que se debaten en las páginas de la Revista es el llamado problema nacional; en otras palabras, las relaciones neocoloniales que se desprenden del orden jurídico establecido en 1902.
En 1913 aparece el trabajo de José Antonio Ramos La Senaduría Corporativa que es una novedosa propuesta de sanear la República de sus males. “Lo que necesita la nación es la disminución de sus políticos” Conocedor a ultranza del sistema representativo liberal burgués al estilo norteamericano, Ramos propone reformar el legislativo cubano.
En este trabajo, Ramos parte de situar las propuestas partiendo de las condiciones históricas y políticas de la república en la primera década republicana cuando plantea:
“El congreso se descuido de estudiar ciertas leyes requerida por la constitución y aquellas como las de autonomía municipal, independencia del poder judicial y y reprsentacion congresional de las minorías, que tendían a hacer imposible los abusos del poder central, característicos del gobierno español. Los partidos políticos se formaron sin verdaderas bases diferenciales, fuera de las cuestiones de predominio y el buen o mal uso del poder y en la ausencia de las leyes citadas, los moderados, dueños del gobierno, usaron todo expedimentos para permanecer en su disfrute los juicios, pues, acerca de estos primeros años de nuestra vida nacional , comienzan a solidificarse y a quedar como postulados históricos en documentos de la importancia del citado. Es difícil que podamos ahora rehabilitar aquel nuestro primer congreso_ que por otra parte, nadie, ni los mismos congresistas que viven aun entre nosotros, osaría defender y si nuestra política no ha experimentado apenas cambio si hoy, como ayer, nuestros partidos no son más que conglomerados accidentales alrededor de figuras improvisadas intelectuales nulas por lo común, si nuestro congreso sigue tan negligente y tan incapaz como antes de la Revolución de 1906…”17
Indudablemente, estas concepciones de Ramos son de las menos conocidas por los estudiosos de los temas históricos y políticos del derecho. Fundamentado desde el historicismo jurídico de Savigne, Ramos acude a la salvación legal de la primera república.
Otro de los grandes temas que se aborda en la Revista es el debate acerca del juicio oral en la isla. En 1916 aparece un trabajo titulado Debate sobre el juicio oral en lo civil. En el mismo se parte de forma inusual de un análisis cercano a lo histórico-concreto de la realidad del derecho:
“No estamos de acuerdo con los que afirman que las reforman en un orden netamente jurídico- que es del que vamos a ocuparnos- sean obra de tal o cual partido político, más o menos radical retrogrado. No hemos olvidado ni un momento que el derecho es un producto social y que con la sociedad evoluciona: y que allí donde la necesidad social ha sentido una reforma, tal necesidad social ha sentido una reforma, tal necesidad se ha manifestado reiteradamente dando vida a la costumbre; la cual, a su vez, ha engendrado la ley… Los partidos políticos, cualquiera sea sus doctrinas y sus procedimientos, los que imponen la reformas de carácter jurídico. Buena prueba de esta afirmación que hacemos, la encontramos entre nosotros en el divorcio. Muchos espíritus timoratos, aferrados aun al dogma católico que proclama la indisolubilidad, del matrimonio, al que considera como un sacramento; alguno de ellos hipócritas que, apegados a las tradiciones, mantienen en público principios que olvidan en privado, convencionalistas no pocos, que necesitan mantener a toda costa aparentes creencias como medus vivendi, vociferan a diario contra el divorcio, disolvente del vinculo matrimonial y nuestros legisladores, no sabemos si por las manifestaciones de estos defensores, o si respondiendo a las creencias religiosas que aun se atribuyen a nuestro pueblo, permanecen inactivos ante el doble problema- domestico y social- que plantea la legislación actual, y la sociedad- que ya ha evolucionado en el sentido de la disolución prescinden del precepto escrito y vienen, en consecuencia, las combinaciones que todos conocemos para dejar sin efecto matrimonios anteriores y celebrar otros nuevos. Establece la regla, el derecho, por último, como consecuencia de aquella, la lleva a sus códigos, y tenemos la ley. 18”
Importante tesis se aborda en estas palabras, el derecho es producto del desarrollo social y como tal evoluciona de acuerdo a la evolución de la sociedad misma. Y lo más interesante del tema, la correlación entre la política y el derecho que se establece en el análisis como si el autor dimane de la concepción materialista de la historia en una sociedad neocolonial que no daba espacios los suficientemente convincentes para llegar a conclusiones objetivas acerca del derecho mismo.
En la década del veinte en la Revista se abordan temas concernientes a la personalidad jurídica internacional de la República, concepto defendido por los principales jurisconsultos de nuestra nación en aquella coyuntura histórica. Uno de los trabajos que más impresiona por su erudición y profundidad es Cuba en el Tribunal Permanente de la Justicia Internacional del Dr. Antonio Sánchez de Bustamante y Sirvén. El Dr. Antonio Sánchez Bustamante, profesor de Derecho de Internacional de la Universidad de la Habana, al ser elegido en la asamblea de la liga de las naciones, actualmente reunida en Ginebra, es uno de los once miembros que han de integrar el Tribunal permanente de la justicia internacional cuya creación quedo convenida entre las naciones signatarias del Tratado de Versalles, según lo consignado en el artículo 14 del Pacto de la Liga de las Naciones, al acordarse la organización de dicho tribunal, el que conocerá de todas las diferencias de carácter internacional que le someten las partes y emitirá dictámenes consultivos sobre cualquier diferencia o punto que le somete el consejo al asamblea de la Liga. Según las propias palabras del ilustre abogado:
“es digno de señalar que únicamente once de los 48 estados que en la actualidad pertenecen en la liga de las naciones han obtenido representación en el tribunal permanente de justicia internacional”19
Sin dudas y dejando a un lado los matices políticos de la etapa debemos considerar la enorme responsabilidad que desde la perspectiva del derecho internacional asumió la república en los albores de aquella tercera década republicana. Desde una simple perspectiva cuantitativa el mismo autor nos ofrece el argumento que respalda la personalidad jurídica de la nación cubana.
En 1922 en el seno de la Revista y en otros espacios públicos se debate con ahínco el tema de los derechos de la mujer, propio de las circunstancias históricas que han abierto una brecha en el modelo neocolonial impuesto en 1902 y que traia como uno de sus sinsabores el menosprecio a la mujer heredado del viejo imperio colonial.Ese año se publica un conmovedor ensayo titulado La inferioridad jurídica de la mujer, en el cual se abordan los diferentes matices de esta problemática.“Existen condiciones que han ubicado a la mujer en condiciones desfavorables, estas circunstancias de inhabilitación de la mujer para las actividades económicas parece ser que se encontraba en el fondo del problema, constituyendo la base de sustentación sobre los cuales descansan todos los demás fenómenos. A veces otras actividades que son como consecuencias de estas, tienen en su desarrollo y manifestaciones prácticas una transcendencia aun mayor tales como por ejemplo son las sanciones que implican esta condición subordinada de la mujer que ha recibido en el orden moral, religioso y en el orden jurídico.”20
En los grandes códigos religiosos de los mas antiguos se encuentran numerosos prescripciones destinadas a explicar y afirmar, no solo el concepto, sino el hecho mismo de la inferioridad doméstica y social de la mujer, lo mismo ha sucedido en el campo de las prescripciones jurídicas.
“En casi todas las legislaciones antiguas y aún en casi todos los códigos modernos se encuentran disposiciones legales que regulan la actividad femenina en sus diversos aspectos a mantenerla siempre subordinada a la autoridad del hombre.”21
Estas presiones morales y jurídicas a la que han llevado a la mujer a estas posiciones se deben a causas muy fuertes y poderosas. Cuan poderoso debe haber sido su impulso, se comprende cuando se encuentra en aquellas legislaciones y documentos que revelan la completa transformación que en la conciencia social se había efectuado en torno al destino de la mujer, así por ejemplo en el código de Manu, uno de los mas antiguos que la humanidad ha conservado, se guardan compilados las leyes de la antigua civilización India.
“El estado en que se encuentra actualmente la mujer sobre nuestra legislaciones se puede notar cuan poderoso ha sido el cambio de la situación familiar y social de la misma ya que si bien no ha podido liberarse totalmente de todas sus ataduras de carácter jurídico con nuestra hipócrita moral y el fariseísmo, hoy la mujer puede llegar a emanciparse y al menos puede considerarse como un ser libre y disponer de su propia individualidad.”22 De manera tal que una mujer puede tener estas vías para lograr su emancipación desde el punto de vista jurídico y legal, la mayoría de edad, el matrimonio y la concesión del padre o de la madre que ejerza la Patria Potestad.
Esta falta de paralelismo entre el desenvolvimiento de la conciencia moral y el progreso jurídico es como un delincuente, y asi mismo han sido considerados muchos hombres en todas las grandes crisis históricas, a quienes el fallo de los juicios ha dejado absueltos definitivamente. .
El adulterio que era considerado como un delito, ha quedado por nuestros códigos como una supervivencia de criterios jurídicos y ha envejecido en su ostensible desacuerdo con el progreso de las ideas éticas modernas. Desde el punto de vista legal ha quedado como un caso de traición e infidelidad.
Como hemos visto, innumerables son los enfoques y los estudios acerca de la diversidad jurídica e histórica cubana. Los trabajos presentados muestran el alto nivel de teorización alcanzado por una generación de cubanos que lamentablemente la historiografía no ha justipreciado.
Resumiendo podemos considerar que:
1 Carlos de Velasco. La Obra de la Revolución Cubana en Revista Cuba Contemporánea. Tomo II Año 1914.pp 257-267.
2 Ídem
3 Celina Monzoni: Un Dilema Cubano. Nacionalismo y Vanguardia, Premio Casa de las América 2000, Fondo Editorial Casa de las América, pp. 34-35.
4 Salvador Bueno: Los Mejores Ensayistas Cubanos, Editora Popular de Cuba y del Caribe. Imprenta Torres Aguirre S.A. Segundo Festival del Libro Cubano, pp. 78-79
5 Jesús Castellanos: Rodó y su Proteo, Discurso pronunciado el 6 de noviembre de 1910, en la inauguración de la Sociedad de Conferencias, Imprenta Comas y López, La Habana, 1910.
6 Celina Monzoni: Un Dilema Cubano, Nacionalismo y Vanguardia. Fondo Editorial Casa de las América, 2001, pp. 123-125.
7 Carlos de Velasco: Programa en Cuba Contemporánea, Tomo I, Año 1913, PP 4-5.
8Luis Rodríguez Embil: Nuestra Generación, en Cuba Contemporánea, tomo XVIII, Año 1918, pp. 327-330.
9 Carlos de Velasco: Programa en Cuba Contemporánea, Tomo I, Año 1913, pp. 3-8.
10 Luís Rodríguez Embil: Nuestra Generación en Cuba Contemporánea, Tomo XVIII, Año 1918, pp. 327-330.
11 Jorge Mañach Robato. La crisis de la alta cultura. Conferencia leída en la Sociedad Económica de Amigos del País. Imprenta y Papelería “la universal”, 1925. p 18.
12 José Sixto de Sola. Causas del Pesimismo Cubano en Revista Cuba Contemporánea. Tomo III , Año 1913. pp 231-234.
13 Enrique Ubieta: Ensayos de identidad. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1993, pp 45
14 Jose Antonio González Lanusa: Necesidad de Profundizar los Estudio Jurídicos, en Revista Cuba Contemporánea, Año I, Volumen II, 1913.
15 González Lanuza: Obra citada
16 Gonzalez Lanuza: Ibidem.
17 José Antonio Ramos: La Senaduría Corporativa.Proyecto de Reforma Constitucional, Revista Cuba Contemporánea IV, 1913 pág. 134 a 154
18 Revista Cuba Contemporánea. Tomo II, Volumen II, año 1916
19 Antonio Sánchez de Bustamante y Sirvén: Cuba en el Tribunal Permanente de la Justicia Internacional. Revista Cuba Contemporánea. Tomo XXVII Año 1921 pag. 188
20 La inferioridad jurídica de la mujer, en Revista Cuba Contemporánea. Tomo XXIX, Año 1922
21 Obra citada. Tomo XXIX, Año 1922
22 Ibidem