Nelson Fiol Santos (CV)
nelsonfiol@fcmec.sld.cu
RESUMEN.
Un nuevo fenómeno surge en la sociedad. El ciudadano común llevado por las circunstancias expresa su descontento y su ira contra el estatus de vida que acarrea el desempleo y la miseria como resultado de las políticas de ajuste socioeconómico aplicadas por los gobiernos en los países desarrollados en aras de lograr un equilibrio financiero irracional, donde los ricos se incrementan, mientras los desposeídos suman cada vez más, con el agravante de perder las pocas concesiones implícitas en los servicios sociales, que disminuyen de forma vertiginosa proporcionalmente a los ajustes presupuestarios y el pago forzoso de las deudas impuestas para aliviar las debacles originadas, tanto, por los gastos en objetivos nada producentes como la guerra y la corrupción imperante en el sistema que no ha podido hacer frente a las necesidades fundamentales de los pueblos. El resultado, no es otro que el término de la paciencia, llevada a los límites extremos de desbordar la ira ciudadana ante tanta infamia y reclamar la atención de los poderosos. A quienes así actúan se les llama Indignados, palabra que pese a su significado, no abarca el alcance de la furia contenida por los que sufren.
Palabras claves: Indignados, desempleo, miseria, necesidades, represión.
Abstract.
Ending patience, anger prevails, people can not longer support the policies imposed on society that destroys itself with the loss of key values and rights of citizens who feel incentives disappear subsistence minimum and the powerlessness of governments to address and resolve citizen complaints to work and live.
INTRODUCCIÓN.
Pedro se levantó trabajosamente en lo que fue una feliz habitación. Ahora, después de vender casi todas sus pertenencias, se estremeció con la visión de un destartalado cuartucho, con el cuerpo adolorido por toda una noche de cruel insomnio donde el frío y el hambre hicieron mella. Seis meses recorriendo la ciudad, buscando trabajo, el mismo tiempo en que quedó fuera de la construcción en que laboraba al quedar la obra paralizada repentinamente por falta de solvencia de la empresa. Su mujer con el hijo pequeño tuvieron necesidad de irse a vivir con otros familiares, mientras él trataba de conseguir lo mínimo para subsistir. Al salir de su vivienda se encontró con su vecino. Hola Pedro, ¿como te va? Mal amigo, no consigo nada, ¿y tú ? Igual que ayer. Nada vale, al menos tómate un poco de té caliente que conseguí. Al poco ambos salieron a la calle. Al llegar a la avenida un gran grupo de personas comenzaron a desfilar ante ellos. ¿Qué te parece?, dijo Pedro. Me parece que no somos los únicos, mira esos letreros: “Tenemos hambre”, “Queremos trabajo”, en fin es lo mismo que pensamos. ¿Entonces? Vamos amigo, no perdemos nada con gritar lo que nos sucede, quizás alguien nos oiga y de paso me quito un poco el cabreo que tengo. Pedro y Manolo se incorporaron a la marcha. ¿Comunistas?, ¿Extremistas de izquierda?, ¿Terroristas?. Eufemísticamente a alguien se le ocurrió llamarlos INDIGNADOS. Tal vez la palabra no abarque todo lo que encierra el grito de desesperación de los millones de seres que padecen el sufrimiento latente del hambre, la miseria y el trato infrahumano que se les da a los desposeídos. Dos horas más tarde luego de participar en la manifestación, Pedro yace en su cama con la cabeza vendada, con el doble dolor del hambre y de los hematomas producidos por la represión de que fue objeto por el solo hecho de gritar y acusar a los causantes de sus desventuras.
DESARROLLO.
Todavía algunos quieren tergiversar o filosofar acerca de las causantes que llevan a los pueblos a manifestarse ante la situación que viven. Sencillamente no existe una ideología que los guíe, no hay líderes, si acaso un solo líder: El hambre. De ese pueblo que carece de los mínimos recursos de subsistencia, que sale a la calle sin pensar en alcanzar el poder, sino en la oportunidad de ganarse el pan honradamente, contrario a las políticas bien estudiadas y aplicadas en la población de algunos países con el objetivo de eliminar tal o más cual líder, ejemplos sobran. No confundirnos. Hoy está claro para muchos. Baste leer la prensa subordinada al poder, donde se sataniza a los regímenes que no siguen los dictados y publican fotos, videos y artículos amañados para desvirtuar la realidad según convenga. Contrariamente se divulga muy poco o nada lo que sucede en Madrid, New York, Oakland, París y Atenas, cuando se reprime a la población de forma brutal. Es la solidaridad del poder, cuya misión actual es demostrar que Irak, Afganistán y Libia son un triunfo de la democracia imperial y que Irán, Siria, Cuba, Venezuela, Bolivia, Perú, Nicaragua y otros insubordinados, representan un gran peligro para la humanidad, a la vez que se realza como ejemplo de humanidad al gobierno de Israel, maltratados seres, asediados por la amenaza Palestina, Pobres judíos, cuyo país cuenta con un arsenal de más de 200 ojivas nucleares listas a emplearse y que no reciben las visitas impuestas de la Comisión de Control de Energía Atómica para Usos Pacíficos. Desdichados seres cuyo objetivo es arrebatar y apoderarse de una tierra usurpada a fuerza de las armas y a los dictámenes del poder. ¿Por qué no se publican las manifestaciones en la tierra prometida?, si acaso solo algunos medios alternativos se atreven.
Indignados es la palabra de moda para calificar a los que protestan, los medios de difusión solo publican lo que conviene y lo que conviene es mantener la imagen tranquilizante a pesar de que los gobiernos siguen reduciendo los programas y servicios sociales, la salud ni la educación cuentan, lo importante es continuar favoreciendo el balance bancario con los créditos correspondientes, seguir reduciendo los presupuestos para hacer el juego al Fondo Monetario internacional y al Banco mundial, so pena de seguir en bancarrota, no los poderosos que aumentan sus dividendos, sino el pueblo que padece los embates de todos los ajustes en aras de mantener vigente la gran democracia imperialista.
El ser humano, mientras tanto, va involucionando ante el cambio de su estatus social. Mientras el ciudadano se favorecía con el beneplácito de un buen trabajo y un salario acorde, no existía la llamada indignación. Al contrario, se sumaba dócilmente al consumismo irracional proclamado por la sociedad. No obstante, al sentir en carne propia la secuela nefasta del desempleo y la miseria, cambian totalmente los conceptos, sucede que la filosatisfacción con los bienes y recursos que produce el desarrollo se va al piso, lo que poseíamos se vende, se empeña, se alquila, crece la prostitución y el cruel alivio de las drogas, se exacerba el delito. Entonces surge la filonecesidad real. La idea inicial y no preconcebida, es de inmediato liberarse de lo superfluo, para regresar a lo primario, o sea, al hecho insustituible de comer, dormir, alimentarse y vestir. Atrás queda el teléfono móvil, El DVD, la Computadora, el auto, el calentador, el microwave, el acondicionador de aire, la peluquería, etc. Lo anterior no tiene nada que ver con ideas filosóficas, se resume en tengo o no tengo para cubrir las necesidades primarias. Al mismo tiempo, se pierde el consumo, bajan las ventas y como efecto dominó, todo se derrumba, excepto las arcas de los que lucran con las necesidades y les importa un bledo cuantos padecen, porque sencillamente sus intereses están a buen recaudo con la salvación financiera que se les da a los Bancos a expensas del mal uso del dinero de los contribuyentes a los gobiernos de turno. Todo en aras de la libre empresa y los capitales.
La salvación del Gran Poder está precisamente en que los indignados no quieren cambiar el curso de la sociedad en que viven, se han acostumbrado a los vaivenes económicos, solo quieren hacerla más digerible para alcanzar el ideal soñado, sino, preguntar a los emigrantes que se desgajan de su tierra para llegar a cualquier país desarrollado con el afán de sentirse seguros, al final, se dan cuenta de que no importa el lugar, el sueño se convierte en pesadilla, marginados, atropellados, haciendo los trabajos más duros y menos remunerados, despreciados. Esos también comparten las calles con el resto de los indignados. ¿Tienen alguna ideología?, ninguna, a no ser que la desesperanza sea una nueva corriente ideológica.
Hasta hace algún tiempo, cuanta manifestación de pueblo surgía, de inmediato la respuesta era tajante: Son los comunistas, son los izquierdistas, son los Sindicatos, etc. Esos criterios perecieron y al fenecer, le quitaron un manido pretexto al poder para argumentar la represión. Ahora, la cúpula dirigente y sus fuerzas policiales siguen reprimiendo, pero las justificaciones son otras: Bloquear el tránsito, ocupar los parques y otras áreas de uso común, allanar edificios gubernamentales, negarse al desalojo, y otras muchas versiones con viso legal, amén de los golpes y el maltrato a hombres, mujeres y niños, empleo de gases tóxicos, bastones eléctricos, etc, etc. Actos que no tienen una gran difusión, excepto algún que otro video tomado por los propios manifestantes.
Muy antigua es la frase:”Al César lo que es del César”, cabría ahora decir:”Al pueblo lo que es del pueblo”, gritad esas breves palabras en la calle y de inmediato caerán sobre ti, además de porrazos, el anatema de lidercillo y si llevas seis meses sin trabajo, espera por las calendas griegas para acceder a otro empleo. Es la realidad. Ahí entran en el juego otros factores y herramientas del Gran Poder. Las fotos, los videos, el expediente criminal, te estigmatizan de tal forma, que si un día dejas de ser desempleado y obtienes los recursos para viajar, son capaces de hacerte bajar del avión bajo el calificativo de terrorista. A lo anterior se añade que si eres de origen árabe o negro de cualquier nacionalidad, tienes las de perder, hasta el pasaporte. Nada, es el momento que vivimos. El gran culpable no aparecerá nunca, es prácticamente virtual. No es un Señor presidente que pone el rostro en su mejor pose, no, es la sociedad en pleno la que sufraga los males y ratifica el régimen en que vive. Apoyados o no en la esperanza de cambio que se propaga antes de las elecciones y mentalmente hace juego al sistema imperante. Si a los llamados indignados se les confieren oportunidades, serían los primeros defensores de las políticas establecidas, sin embargo, es casi imposible crear tales oportunidades porque los gobiernos solo se subordinan a los intereses más elevados del orden mundial, según ellos, para mantener el equilibrio entre ricos y pobres, donde paradójicamente, cada día existen más pobres y surgen más ricos. Es común aumentar los presupuestos de guerra con el objetivo de destruir países y derribar gobiernos no proclives, solo para asegurarse el control energético del planeta. Países con una tasa de mortalidad catastrófica comprando todo tipo de armas a un costo de miles de millones. Países donde decenas de millones no tienen acceso a la salud y sin embargo emplean todo el caudal económico para garantizar su hegemonía. No obstante, la crítica de los indignados es amplia, muchos tocan estos temas, otros se limitan al hecho específico de pedir empleo, sin más pretensión que ser escuchados o simplemente expresar cuatro palabrotas hacia quienes consideran culpables de sus desdichas, desde un alguacil, un alcalde, un representante, un senador o un presidente, nadie se salva de ese barraje de improperios bien dichos en alta voz. Eso no hará mella, ni repercutirá en nada en las próximas elecciones gubernamentales, si acaso, el llamado voto de castigo, porque en fin de cuentas el próximo elegido será el que más dinero aporte a quienes de verdad eligen.
El indignado no cejará en sus empeños, se convertirá en un ente cotidiano, cada día las calles de cualquier ciudad estarán más repletas de hombres y mujeres acosados por la miseria, cada día serán más los que se manifiesten. Quizás llegue el momento en que se tengan que tomar en cuenta las causales de la indignación. Tarde o temprano serán tantos en todo este mundo nuestro, que si continuamos de tal forma llegue a constituirse en un gran ejército de ciudadanos a nivel mundial, unidos solo por las necesidades más agobiantes, con las palabras como únicas armas de combate. Palabras que tendrán que ser oídas más tarde que nunca, so pena de que se revierta la sociedad y salgan de su seno los que piensen en revoluciones radicales.
El hombre piensa como vive, es real. Los que tienen para vivir son ajenos a la calle de los indignados, los que malviven si piensan en como dejar atrás la miseria. Si pensamos que un mundo mejor es posible, debe ser un mundo sin indignados, sin la hambruna en Africa o en otros continentes. Sin discriminación ni el sometimiento a los poderosos. Donde cada ser humano tenga derecho y oportunidades. En la actualidad parece utópico, nada perdemos con soñar y actuar. Los indignados han abierto una brecha en la trinchera del poder, el hombre común ha perdido el temor a decir, hacer y exigir que se les escuche. Si en un parque de cualquier ciudad hoy se reúnen cien personas, mañana se multiplicarán y mientras mayor represión, mayor será la respuesta de quienes no tienen nada que perder, porque ya perdieron todo, hasta de ser tratados como seres humanos. Como por ejemplo:
Washington.- 31 de enero 2012. Prensa Latina. Un total de seis mil 436 detenciones de indignados se realizaron en Estados Unidos hasta hoy, en unas 110 ciudades de este país norteño, donde crece y se disemina el Movimiento Ocupemos Wall Street (OWS).
La información la confirmó un reporte de la página digital occupyarrests.com, la cual mantiene esos archivos desde el inicio de OWS el pasado 17 de septiembre de 2011. Según el portal, uno de los arrestos más recientes ocurrió la víspera en esta capital, donde se reportó la detención de un activista, contra quien los efectivos utilizaron descargas eléctricas. Durante esa misma jornada también se registraron otros 16 arrestos, 12 de ellos en las ciudades de Des Moines, dos en Tampa y otro tanto en Philadelphia. Anteriormente, varios diarios de prensa informaron de un enfrentamiento entre las fuerzas del orden público y los indignados en Oakland, el cual concluyó con la transferencia a sedes policiales de al menos 400 personas.
El total de retenciones podría aumentar hoy, cuando tiene lugar a unas cuadras de la Casa Blanca un intento de las autoridades de desalojar a indignados acampados en la Plaza Mac Pherson. Desde principios de este año el sitio da cuenta de arrestos en otras ciudades como Reno, Pórtland, New York, San Francisco, Miami, Los Ángeles, Baltimore y San Diego. No obstante, se mantiene la ilimitada jornada de protestas contra la codicia corporativa y por políticas a favor del 99 por ciento de la población, afectado por la crisis y el desempleo, pese a la oposición de quienes defienden a los más acaudalados. El primer informe de aprehensiones de manifestantes, 80 en total, se reportó a la semana de iniciadas las demandas en Nueva York durante una marcha. Las demandas de los ocupantes, como se les reconoce internacionalmente, aumentan a medida que pasa el tiempo y se incorporan más grupos al movimiento. Además de reformas para mejorar la situación económica de los más desposeídos, los activistas se solidarizan con estudiantes universitarios, personas afectadas por la crisis hipotecaria y veterana. Por otra parte, apoyan las peticiones de los inmigrantes de detener las deportaciones de indocumentados, acrecentadas en los últimos años y que han provocado la separación de familias y la devolución a sus países de origen a personas ya completamente desarraigadas de esos estados.
EFE. 1 de enero 2012. El estadounidense Morris Berman, experto en historia de Occidente, crítico humanista y gurú del movimiento de los indignados, advirtió hoy de que la humanidad está asistiendo al “drama planetario de la desintegración del capitalismo”. Berman se expresó así en el Hay Festival de Cartgena de Indias, una cita literaria y artística que acoge desde la crisis, ahora lo están haciendo de manera más agresiva que antes. Va a ser peor, va a haber un crash peor al de 2008 porque no se pueden seguir haciendo así las cosas”, indicó. Al ser preguntado sobre cuál será el sistema que prevalecerá y quienes los nuevos líderes, Berman bromeó: “yo he crecido como historiador y no como profeta”. Aún así vaticinó que la descomposición pasará por una mayor descentralización del poder en un mundo con menos petróleo y otros recursos naturales y que el sistema de gobierno será la “democracia participativa”. “Vamos a vivir de otra manera, existe la posibilidad de que va a ser más descentralizado, controles locales, no el control del imperio”, indicó. Aún con estas perspectivas, Berman reconoció que el movimiento Occupy Wall Street “fracasó” pese a las buenas intenciones y a que era una buena causa. Y es que los indignados neoyorquinos le pusieron al movimiento más energía que análisis, y no fueron estrictos en la demandas.Pero Morris, que en sus escritos anteriores a 2008 predijo que en Estados Unidos iba a haber una grave crisis financiera que impactaría en todo el mundo, considera que Occupy Wall Street tiene ahora como tarea “establecer un espejo, es decir, decir cómo queremos vivir en el futuro”. “Esa es mi esperanza, que sirva de tradición que se guarda para saber qué pasa, como una biblioteca de tradiciones”, concluyó.
Como vemos, en dos cables de la prensa se resume algo de lo que ha sido el centro de nuestras reflexiones. El movimiento de los indignados crece, y van apareciendo criterios y pronósticos de personas que se hacen eco de este fenómeno social que atañe a todos o casi todos. El señor Berman en sus opiniones expone ideas que van en la búsqueda de un contenido más definitorio en cuanto a estrategias que sustenten el futuro de los indignados mediante una radicalización de las demandas. En la actualidad es difícil establecer cánones a un movimiento social que tiene más de improvisación que de ideas concretas, existe la energía para accionar, es real, pero predomina la táctica, no la estrategia, o lo que es igual, falta definir a donde llegar y cual será el fin. Sin embargo, la gran diversidad de pensamientos entre los indignados solo conlleva a sumarse y protestar y no a discernir mucho sobre el futuro. Los Gurús irán apareciendo en la misma proporción que crecen los indignados. Surgirán ideas, absurdas o no, pero al final los pueblos eligirán a quienes consideren aptos para guiarlos y luchar, ya sea por una democracia participativa, representativa o cualquier variante de estatus político, estudiados y aplicados con mayores o peores resultados. Solo habrá que contar con el apoyo ciudadano, porque lo fundamental es tener lo primario para subsistir y crecer, para acceder luego a los recursos del desarrollo. Los pueblos piensan como viven, lo reitero, pero son las grandes diferencias sociales las que originan y gestan la protesta que nos ocupa. El camino es y será muy largo. Enfrentar a los poderosos es difícil, aunque no imposible. Se puede luchar con las ideas como armas, siempre que la firmeza y la voluntad estén presentes. El gran poder se resistirá estoicamente apelando a su fuerza, es lógico, pero la correlación es de miles de millones de miserables contra pocas decenas de miles de agraciados con el dinero usurpado a los desposeídos.
CONCLUSIONES.
Todos siguen de cerca el fenómeno de los indignados. Los gobiernos se preocupan y actúan con su fuerza represora. Cabe pensar hasta que punto podrán reprimir a la suma de millones de desocupados que hoy pueblan algunos países. Hasta la fuerza tiene un límite, quienes no tienen límites son los seres humanos cansados de vivir bajo las condiciones impuestas y que atentan contra la vida. ¿Porqué Indignados? La respuesta es obvia, porque el sufrimiento propio y de los seres más queridos ante la miseria, hace brotar desde lo más profundo del sentimiento, la ira, la impaciencia, el miedo y la desesperación de no poder ganarse la vida honestamente y que se niegue ese derecho.
BIBLIOGRAFÍA.
1. Morris Berman, experto en historia de Occidente, crítico humanista y gurú del movimiento de los indignados
2. Noticias. Washington.- 31 de enero 2012. Prensa Latina.