José Angel Maldonado (CV)
Jmaldona00@yahoo.com
RESUMEN
La Constitución de Honduras en sus articulados ARTICULO 160 y 161 le da a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) la exclusividad de organizar, dirigir y desarrollar la educación superior y profesional y que el Estado contribuirá al sostenimiento, desarrollo y engrandecimiento de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, con una asignación privativa anual no menor del seis por ciento del Presupuesto de Ingresos netos de la República.
El Estado de Honduras en materia de Educación Superior carece de políticas que le permitan responder no sólo a los cambios que ocurren en este nivel y que imposibilitan la construcción de capacidades de conocimiento acorde con el avance de la misma y que se requiere la conformación de políticas y la definición de estrategias estructurales, que coadyuven a la discusión respecto del papel de la UNAH dentro de la educación superior.
Por lo tanto, urge provocar un cambio estructural en la forma en cómo está regida la Educación Superior de nuestro país; si se quiere mantener el precepto constitucional del artículo 160, habría que redefinir su alcance para que haya mayor flexibilidad en la relación de la UNAH con las otras universidades.
La Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), aunque no lo quiera aceptar o se nota en su actuar, es una institución estancada en lo tradicional y que si por mandato constitucional domina el panorama de la educación superior de la nación esa situación le impide ver que estamos en un sistema de educación superior complejo y diversificado, que presenta una realidad muy distinta.
La UNAH debe aceptar que tiene muchas falencias y que muchas de las carreras que sirve y proceso de aprendizaje están prácticamente desfasadas, desde el contenido curricular, la metodología de enseñanza hasta el sistema de evaluación del rendimiento estudiantil.
La UNAH no debe proclamar, llanamente, que a ella le corresponde regir la Educación Superior (así lo dice la Constitución). Lo que debe demostrar es que está encaminada, por esfuerzo propio, a liderar una Educación Superior de calidad.
PALABRAS CLAVE
Educación Superior, Constitución de la República, Políticas, Metodología de Enseñanza, Sistema de Evaluación del Rendimiento Estudiantil.
Es inquietante la distancia, cada vez mayor, entre países desarrollados y países en desarrollo en lo que respecta a las condiciones de la educación superior y, además, la investigación.
En una visión pesimista, los países en desarrollo han dejado de tener interés funcional y económico para el sistema global, al ser la mayoría demasiado atrasados para valer como fuerza de trabajo en un sistema productivo (del primer mundo) basado en la información y donde las materias primas están disminuyendo rápidamente su valor relativo.
Los desafíos de la educación superior son resumidos en cuatro aspectos por Marcos A. R. Díaz1 :
Afirma este autor que “antes de preguntarse qué tipo de universidad se busca alcanzar, hay que decidir sobre la naturaleza de la sociedad que se pretende construir”.
Las presiones o demandas de la sociedad actual sobre la educación superior llevan a cuestionar la adecuación de las instituciones que en ella intervienen, por ejemplo, con respecto a atribuciones dentro del sistema, nivel y el tipo de formación, temas de investigación, etc.
La educación superior del futuro, al asumir el reto del vertiginoso desarrollo de la ciencia y las tecnologías, debe hacer énfasis sobre la educación básica y general previa a la formación profesional universitaria y priorizar la actualización de los procesos de aprendizaje, de suerte que el futuro egresado esté dotado de los recursos intelectuales como para seguir educándose por sí mismo.
La educación superior evoluciona hacia un modelo en el que profesores y estudiantes serán ante todo aprendices permanentes y en el que los programas de estudio se difundirán en función de los nuevos conocimientos y las nuevas tecnologías de enseñanza y aprendizaje. “La universidad debe enseñar a pensar, ejercitar el sentido común y dar rienda suelta a la imaginación creadora”.
Esto significa que la educación que se brinde a los futuros profesionales debe estimular su creatividad e imaginación. Es indispensable concebir los programas curriculares en función de lo que el estudiante “debe saber” y no en función de lo que el profesor “sabe o cree saber”.
Ello obliga a los docentes a estar en un proceso de renovación permanente de teorías, técnicas o procesos de enseñanza, en estrecha relación con el conocimiento que se produce dentro y fuera del contexto universitario.
El problema de una educación general o humanista frente a una educación especializada seguirá en pie y no se solucionará con cursos generales de diversas asignaturas, sino gracias al estilo de aprendizaje que se adopta en cada campo de especialización. Se trata de que el aprendizaje vaya más allá de los conocimientos enciclopédicos en un campo determinado y se centre en las capacidades intelectuales y los valores universales.
Dice la UNESCO que “el impacto del desarrollo tecnológico (...) es tal, que todos los países, independientemente de su nivel de desarrollo industrial, tienen que utilizar normas y equipos mundialmente aceptados. Esto no solo se aplica al “hardware”, sino también a las estructuras organizativas y el factor humano “humanware”. Esto depende de la educación o está relacionado con ella, especialmente en los niveles técnico y superior”.
Por lo tanto,
La respuesta: a todos los sectores sociales, priorizando la atención de las necesidades básicas de los sectores más desfavorecidos. No basta con satisfacer las necesidades del sector moderno exportador ni los requerimientos del sector productivo. Y esto representa un reto adicional: desarrollar una educación superior guiada por una clara conciencia de su función social.
“Lo que necesitamos es una universidad que sea un centro de educación permanente para la actualización y el reentrenamiento: una universidad con sólidas disciplinas fundamentales, pero también con una amplia diversificación de programas de estudio, diplomas intermedios y puente entre los cursos y las asignaturas, de suerte que nadie se sienta atrapado y frustrado por sus escogencias previas.
El propósito deberá ser que los estudiantes salgan de la universidad portando no solo sus diplomas de graduación sino también conocimiento, conocimiento relevante para vivir en sociedad, junto con la destreza para aplicarlo y adaptarlo a un mundo en constante cambio.
Los conocimientos han sido, son y serán fruto de la búsqueda libre, de la prospección sin límites, de la imaginación sin fronteras; por ello, la Universidad debe bajar a la arena de este mundo sobrecogido y turbado y decir que todavía estamos a tiempo de mudar la tribulación actual en esperanza”. Federico Mayor 2 :
Una preparación adecuada en investigación tecnológica y la existencia de una mano de obra altamente calificada se consideran hoy recursos económicos claves.
Si bien ahora se cuestionan las teorías aceptadas hace una generación que establecían una relación directa entre las inversiones en educación y el crecimiento económico, y aunque ciertas formas de enseñanza superior hoy se consideran más bien como artículos de consumo, la noción de sociedad del saber gana terreno.
El mercado no sólo contagia dinamismo, además transmite algunas deficiencias. Así se habla de mercado internacional de conocimientos y mercado educativo internacional para referirse a la venta de patentes y de investigaciones, así como de contratación de personal calificado para industrias de alta competitividad.
Nuestra Universidad Nacional Autónoma de Honduras y las Universidades Privadas.
La Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), aunque no lo quiera aceptar o se nota en su actuar, es una institución estancada en lo tradicional y que por mandato constitucional domina el panorama de la educación superior de la nación. Esa situación le impide ver que estamos en un sistema de educación superior complejo y diversificado, que presenta una realidad muy distinta.
Por ello da la impresión que pretende soslayar la importancia que está adquiriendo la internacionalización3 de los procesos de aprendizaje y de conocimiento, la aparición de redes y asociaciones académicas, la movilidad de estudiantes y los nuevos procesos de transferencia de conocimientos y tecnologías.
Todavía tiene en su definición estructural el concepto de una macrouniversidad pública nacional con muchos campus, que quiérase o no, poseen estructuras más o menos complejas y diferenciadas.
Por otro lado, tenemos la existencia de unas cuantas y significativas universidades privadas donde, como fruto de la escasa investigación científica y de un número reducido de investigadores generada por la UNAH, cuentan ahora con una oferta diferenciada de carreras profesionales que abarcan muchas de las áreas del pensamiento humano actualizado, contando con unos cuantos miles de estudiantes que conforman la élite de los nuevos profesionales, y que han provocado que en nuestro país se observe la intensificación de la demanda social por la educación superior, no importando el satisfactor de la misma.
Es cierto que se observa, como expresión del nuevo periodo en el que nos encontramos, aspectos tales como la comercialización y mercantilización de las universidades privadas, aspecto natural de toda entidad privada que tiene que desarrollarse por sí misma. Sin embargo, se pretende ignorar el impacto tremendo que tienen estas instituciones con tecnologías que definen nuevos espacios de aprendizaje, el desarrollo de nuevas áreas de conocimiento de base inter y multidisciplinaria que empiezan a verse como sustitutivas de las tradicionales conformaciones curriculares de la UNAH, apareciendo una oferta de nuevas carreras profesionales como respuesta a los requerimientos inmediatos de la sociedad y que son ofertas que no se encuentran en la institución pública.
Por otro lado, observamos que hay una contracción severa, por distribución presupuestal, de los recursos financieros provistos por el gobierno a la UNAH para su sostenimiento, desarrollo y engrandecimiento (ARTICULO 161 de la constitución) y que limitan a esta entidad, lo que da como resultado una mezcla de deficientes mecanismos de evaluación, rendición de cuentas, y sistemas de acreditación que realmente valoren el desempeño de la institución y del producto que egresa de sus aulas.
Aquí cabe destacar que hay una falta de políticas del Estado de Honduras en materia de Educación Superior que puedan responder no sólo a los cambios que ocurren en este nivel y que imposibilitan la construcción de capacidades de conocimiento acorde con el avance de la misma, sino que, de alguna forma, nos facilite adoptar sistemas que estén funcionando con éxito en otras partes desde un enfoque prospectivo de las grandes tendencias y cambios que ocurren en el mundo, y así definir escenarios de largo plazo que puedan ser un referente central para la conformación de políticas y la definición de estrategias estructurales, que coadyuven a la discusión respecto del papel de la UNAH dentro de la educación superior.
Bajo esta perspectiva urge provocar un cambio estructural en la forma en cómo está regida la Educación Superior de nuestro país; si se quiere mantener el precepto constitucional del artículo 160, habría que redefinir su alcance para que haya mayor flexibilidad en la relación de la UNAH con las otras universidades.
Además, regir la educación superior de un país significa el desarrollo de una autoridad moral para estar al frente de un proceso, abandonando la zaga del conocimiento que demanda la sociedad moderna. La UNAH debe aceptar que tiene muchas falencias y que muchas de las carreras que sirve y proceso de aprendizaje están prácticamente desfasadas, desde el contenido curricular, la metodología de enseñanza hasta el sistema de evaluación del rendimiento estudiantil.
Querer mantener un privilegio solo porque sí, no es correcto. Durante décadas la UNAH, así como otras instituciones de educación superior de su categoría, ha sido considerada como una institución altamente conservadora, por su autonomía, la orientación y el peso de su estructura interna, de su burocracia, de su sindicato, de sus profesores; por la libertad de cátedra e investigación, que combinada conforman una suerte de aislacionismo.
Con ese peso y las actuales condiciones en las que se vive en el proceso hacia una sociedad dominada por las tecnologías y los conocimientos, hace que lo que vislumbremos en un horizonte de futuro muy corto dependerá de la manera como puedan reorganizarse y transformarse las bases de sustentación de la Educación Superior cuando ello dependa, fundamentalmente, de la creación de una capacidad orgánica de producción y transferencia de conocimientos y tecnologías.
La UNAH no debe proclamar, llanamente, que a ella le corresponde regir la Educación Superior (así lo dice la Constitución). Lo que debe demostrar es que está encaminada, por esfuerzo propio, a liderar4 una Educación Superior de calidad. Debe buscar la constitución de una sociedad de aprendizaje permanente y para toda la vida; en la definición de rumbos y procesos que hagan posible vislumbrar lo que podrá ser el sistema futuro de educación superior para que puedan ser asumidos como propuestas pertinentes desde el presente.
Tegucigalpa - Honduras
Enero de 2012.
1 Díaz Marcos A R. El apoyo público a la educación superior. En: La educación superior como responsabilidad de todos. Ed. Jose Wainer. CRESALC / UNESCO. 1996: 21-27.
2 Conferencia de prensa ofrecida por el Director General de la UNESCO, Dr. Federico Mayor el 1ro de Febrero de 1995.
3 El concepto de mercado de conocimiento adquiere relevancia para definir los intercambios educativos a nivel internacional.
4 Encabezar y dirigir un grupo o colectividad. Ir a la cabeza.