Juan Carlos Hernández Martín (CV)
jcarlos63@sum.upr.edu.cu
Isabel Reinoso Castillo
isarec@sum.upr.edu.cu
Filial Universitaria Municipal Hermanos Saíz Montes de Oca, Cuba.
Resumen
El estudio de la vida y obra de José Martí es una vía permanente para la superación de los docentes. Su pensamiento ligado a la acción ha trascendido los marcos nacionales y constituye una fuente inagotable de conocimientos que permite la elevación de la cultura general. A pesar de no ser un pedagogo nos legó un pensamiento muy rico para la educación y la instrucción de nuestros pueblos. Su visión sobre este fenómeno ha contribuido a la crítica permanente de los sistemas educacionales que se han desarrollado en los pueblos latinoamericanos. A ello va dirigido nuestro trabajo.
Palabras claves: Educación, enseñanza, pensamiento, pedagogía, Martí.
Introducción
Un acercamiento al pensamiento pedagógico de José Martí constituye uno de los objetivos principales del presente trabajo, es necesario destacar que sus ideas forman parte de la obra educacional que Cuba y otros países llevan a cabo hoy en día, su vigencia cobra cada vez una mayor importancia cu8ando se han realizado transformaciones en la educación de forma general. Su crítica a los sistemas educacionales de su época y los aportes realizados a la educación siguen siendo parte de la rica pedagogía que se enriquece día a día con la obra de los educadores en las diferentes enseñanzas. A ello va dedicado nuestro trabajo.
Desarrollo
Martí fue un gran estudioso y analítico de los problemas de la educación, tema este que en su tiempo le preocuparon y al cual le planteó diversas soluciones, ya que el vivió estos problemas, los sintió y a la vez previó para los nuevos tiempos que se avecinaban.
El órgano central del Partido Comunista de Cuba, el periódico Granma sobre el enorme significado del legado de José Martí señaló: “por eso vemos que existe una estrecha relación entre su ideario independentista y sus ideas sobre la educación nacional” (1)
Durante el período de exiliado tuvo la gran oportunidad de darle clase a los obreros, en una casa de la calle 74 , en la ciudad de Nueva York , se inicia José Martí como maestro de obreros lo que lo ayudó en gran medida a sobrevivir y a la vez hacer un análisis crítico, profundo y sagaz , meditar, comparar, buscar la verdad y plantear sus puntos de vista acerca del sistema educativo, sus planes de estudio, programas, métodos, procedimientos, para la formación de las generaciones de su tiempo.
Hemos querido enmarcar en estos apuntes algunas de las ideas pedagógicas expuestas por Martí entre los que se encontraban los cambios que debían hacerse en el sistema educacional, sus escuelas, tipos de enseñanza , programas, libros de textos, es decir, los métodos, procedimientos, vías para formar la generación que posteriormente sería la encargada de llevar a cabo las guerras de independencia, puntos de vista que en el sistema educacional de hoy cobran una gran vigencia no solo para Cuba, sino para América Latina y los países que forman el ALBA.
José Martí se preocupó y a la vez se pronunció por la introducción en el país del sistema de enseñanza obligatoria, veía esta una condición importante para formar una personalidad verdaderamente libre a tono con su tiempo. Escribió: “… todas las clases de la nación que es lo mismo que el pueblo sean bien educado. Así como no hay ninguna razón para que el rico se eduque, y el pobre no…” (2)
Sobre la educación señalaba: “La educación tiene un deber ineludible para con el hombre [...]: conformarle a su tiempo sin desviarle de la grande y final tendencia humana” (3). “Educar es depositar en el hombre toda la obra humana que le ha antecedido; es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente, hasta el día en que vive: es ponerlo a nivel de su tiempo, para que flote sobre él, y no dejarlo debajo de su tiempo, con lo que no podrá salir a flote, es prepararlo para la vida” (4).).
Refiriéndose al divorcio que tenía la educación con su época señaló:
“es criminal el divorcio entre la educación que se recibe en una época y la época” (5), por lo que planteaba que la educación no debía divorciarse de la época, del momento histórico. Esto da como resultado una conciencia histórica que se proyecta sobre toda su concepción pedagógica. Cada tiempo exige instituciones y formas educativas que le sean adecuadas, y esto debe ser un reflejo no solo de la educación, sino también de la educación superior:
Refiriéndose a la Universidad señalaba: ““Como quien se quita un manto y se pone otro, es necesario poner de lado la Universidad antigua, y alzar la nueva. (6)
Y planteaba en su artículo Función de la enseñanza: “las cosas no han de estudiarse en los sistemas que la dirigen., sino en la manera con que se aplican y en los resultados que producen.”(7)
José Martí relacionaba la educación y las conquistas socioeconómicas. “Un pueblo instruido será siempre fuerte y libre…Saber leer es saber andar. Saber escribir es saber ascender. Pies, brazos, alas, todos estos ponen al hombre esos primeros humildísimos libros de escuela… ” (8)
Abrir el cauce de la educación a todo el pueblo y crear las condiciones para educar a la joven generación, como señaló José Martí solo era posible bajo la condición de conquistar la independencia económica y política, de liberar al país del yugo colonial que durante siglos dominó nuestro país.
José Martí consideró como la forma ideal de estructura social a la República democrática y soberana, basada en la voluntad del pueblo y que garantice a este todos los derechos civiles. Según su convicción la República democrática debía promulgar nuevos actos legislativos que sancionaran el dominio político de las masas populares, la igualdad política y económica de todos los miembros de la sociedad, el derecho de cada ciudadano al trabajo, a la propiedad, al bienestar material, a la educación, el descanso, la igualdad racial.
Expresaba: “En nuestros países ha de hacerse una revolución radical en la educación, si no se le quiere ver siempre, como aún se ve ahora en algunos, irregulares, atrofiados y deformes como el monstruo de Horacio: colosal la cabeza, inmenso el corazón, arrastrando los pies flojos y secos y casi en huesos los brazos. Contra Teología, Física… contra preceptos de lógica- que el rigor, consistencia y trabazón de las artes enseña mejor que los degenerados y confusos textos de pensar de las escuelas-preceptos agrícolas.”(9)
Y reafirma esto planteando un cambio total en las escuelas, programas y métodos de enseñanza, cambio desde la escuela primaria hasta la universidad. Abogó porque se rompieran los moldes de una pedagogía que no forme al hombre en el medio en que vive ni acorde con los nuevos tiempos.
Planteaba: “El mundo nuevo requiere la escuela nueva. Es necesario sustituir al espíritu literario de la educación, el espíritu científico. Debe ajustarse un programa nuevo de educación, que empiece en la escuela de primeras letras y acabe en la Universidad brillante, útil en acuerdo con los tiempos, estado y aspiraciones en países en que se enseña…Como quien se quita un manto y se pone otro es necesario poner de lado la Universidad nueva…” (10)
Martí desarrolla una crítica a la educación tanto en Estados Unidos como en los pueblos latinoamericanos, realiza crítica a la enseñanza que se venía realizando ya que la misma estaba desvinculada de la verdadera situación de cada uno de los países de la región, así como la falta de educación a las masas más desposeídas. Es importante reconocer que José Martí no solo realiza críticas, sino da soluciones a cada uno de los problemas a los que se enfrentó. Mucho de ellos verdaderos aportes desde el punto de vista pedagógico como la relación entre la instrucción y la educación, la vinculación estudio-trabajo que constituye un principio fundamental dentro de la educación cubana, la educación que llegara a los lugares más intrincados, la educación para todos como un derecho universal. Realiza críticas a la copia de los modelos europeos y norteamericanos, señalando que la educación debe parecerse a cada país.
Por lo que se observa que José Martí fue enemigo implacable de la educación dogmática, separada de las necesidades reales de la vida, de la educación que servía para perpetuar el despotismo, la esclavitud, el oscurantismo y el opio religioso. “se ha de cambiar de lleno todo el sistema transitorio y vacilante de educación moderna-señaló Martí- Más no habrá para pueblo alguno crecimiento verdadero, ni felicidad para los hombres hasta que la enseñanza elemental no sea científica, hasta que se enseñe al niño el manejo de los elementos de la tierra de que ha de nutrirse cuando hombre, hasta que, cuando abra los ojos para ver un arado sepa que pueda uncirlo como un buey en otro tiempo, ¡un rayo!”(11)
Por eso es necesario `preparar maestros con un gran rigor científico y que luego vayan a los lugares más intrincados del país como ocurrió cuando la Campaña de Alfabetización llevada a cabo durante 1961 en que el país se declaró Territorio Libre de Analfabetismo.
Sobre ello señaló:
“Urge abrir escuelas normales de maestros prácticos para regarlos luego por valles, montes, rincones…se pierde el tiempo en la enseñanza elemental literaria, y se crean pueblos de aspiradores perniciosos y vacíos.”(12). Refiriéndose a la enseñanza señaló: “El sol no es más necesario que el establecimiento de la enseñanza elemental científica.”(13)
Las ideas anteriores son testimonio de cuan importante es la organización del estudio de forma tal que los alumnos reciban sistemáticamente los conocimientos de los últimos logros de la ciencia y la técnica , formar personalidades desarrolladas integralmente, preparar trabajadores capacitados y con la calificación técnica necesaria para enfrentar la tarea ardua y necesaria de transformar la nación mediante la aplicación de la ciencia y la técnica más avanzada desterrando las arcaicas escuelas de maestros dogmáticos, mecanicistas, con programas cargados de materias inútiles para la vida.
Y nos preguntamos ¿Entre las primeras medidas tomadas por la revolución no están acaso la creación de escuelas en los lugares más apartados?
José Martí refiriéndose a la enseñanza que debía primar en los pueblos latinoamericanos señalaba: “Que la enseñanza elemental sea ya elementalmente científica: que en vez de la historia de Josué, se enseñe la de la formación de la tierra. Esto piden los hombres a voces— ¡armas para la batalla! ” (14)
Conociendo la necesidad de renovar el sistema de estudios que considerara los interese de nuestros pueblos, llamó a su reorganización sobre una base científica, ligar estrechamente el estudio con la vida práctica.
En uno de sus artículos sobre la escuela de Nueva York apunta:
“…aquí son las escuelas meros talleres de memorizar, donde languidecen año tras año en estériles deletreos, mapas y cuentas… Todavía los niños no saben leer ni una sílaba, cuando ya le han enseñado a criaturas de cinco años a contar hasta cien” (15)
Como el aquí refleja con claridad el concepto que poseía de la función de la escuela. Como ve en el verbalismo, la memoración, la inactividad y el no desarrollo de la espontaneidad en el niño una enfermedad pedagógica y asombra cuando hace este análisis en 1886, 125 años y todavía continúan teniendo una vigencia incalculable.
¿No son estos los males que combatimos actualmente en la escuela?
El nos da la solución:
“El remedio está en cambiar bravamente la instrucción primaria de verbal en experimental, de retórica en científica, en enseñar al niño, a la vez que el abecedario de las palabras, el abecedario de la naturaleza…” (16)
La pedagogía actual toma como base el proceso de aprendizaje en la experiencia personal del alumno, en el análisis que realiza en su actividad en el grupo, es decir que el educando asuma un papel activo, consciente de lo que desea aprender, lo que a la vez garantiza una mayor participación del educando en los asuntos que se discuten.
Todavía en el mundo hay pedagogos que consideran solo la cultura la que se da en los libros olvidando o haciendo caso omiso al caudal de conocimientos que ofrece la práctica, unido a esto la falta de recursos con que cuentan los países subdesarrollados y la despreocupación que tienen estos gobiernos.
En cuanto a la educación que debía recibir la mujer Martí insistía constantemente en darle a esta el papel que le corresponde en la sociedad, dando la posibilidad de que la mujer recibiera una educación integral y el establecimiento de la igualdad de mujeres y hombres, a la introducción en las escuelas de la educación sexual. Estas ideas de José Martí superaban considerablemente la época que le tocó vivir y en la actualidad tienen una cabal aplicación en todas las enseñanzas partiendo desde la primaria hasta los estudios universitarios. Planteó que “en la escuela se ha de aprender el manejo de las fuerzas con que en la vida se ha de luchar. Escuelas no debería decirse, sino talleres. Y la pluma debía manejarse por la tarde en las escuelas, pero por la mañana la azada.”(17)
Llegamos a la conclusión de que el joven sabe que se desarrolla y produce para el país, se pone en contacto con la naturaleza, estudia y trabaja.
¿Qué es eso? Es educar, “es preparar al hombre para la vida.”(18) ese hombre capaz de cambiar el sistema educativo de cada país como lo están necesitando los pueblos de América. Una educación gratuita, pública y de calidad que responda a las verdaderas misiones que requieren nuestros pueblos.
Esa educación gratuita es la que reclaman los pueblos latinoamericanos, una educación pública que sea capaz de recoger lo mejor de la experiencia acumulada por las diferentes épocas. La obra de José Martí no pasa de moda, cada día es enriquecida con nuestro quehacer diario. Su pensamiento acerca de la educación, sus aportes e ideas de las diferentes enseñanzas forma parte de esa rica obra educacional que con la Campaña de Alfabetización de 1961 en Cuba abrió una nueva revolución en las masas que habían sido olvidadas y que permanecieron durante siglos en el abandono.
Referirse al pensamiento pedagógico de José Martí conlleva a una revisión de todo lo escrito por este hombre que a la edad de 42 años, cuando muere nos había dejado una extensa y prolífica obra no solo para Cuba, sino para Latinoamérica. Inspirado en que “Ser culto es el único modo de ser libres” supo sembrar en sus discípulos hombres que amaran a la patria, y que fueran verdaderos patriotas en contra del régimen de oprobio en que fue sumido no solo nuestro pueblo, sino la América en general. Por so en la emigración recogió sus mejores frutos, fue un crítico de la enseñanza que se daba en los Estados Unidos donde permaneció durante 15 años en la preparación de la nueva contienda que debía comenzar en el año 1895 y que el llamara Guerra necesaria.
Martí forma parte del legado y del acervo pedagógico de las transformaciones llevadas a la educación y que como el expresó se ha hecho realidad una educación gratuita, pública y de calidad que responda a las verdaderas misiones que requieren nuestros pueblos. También con la Educación Superior.
El pensamiento martiano tiene un indisoluble vínculo con la nueva universidad cubana. Su ideario forma parte de las ideas rectoras que lo sustentan y es un incentivo más para convertir a la universidad en el centro más importante de la localidad donde se desarrolle por ser científica, humanista y llevar a vías de hecho la formación de un profesional como reclama el mundo contemporáneo, más preparado para hacerle frente a los retos que impone la sociedad actual
Al respecto sobre el papel de las universidades señalaba:
“En pueblos compuestos de elementos cultos e incultos, los incultos gobernarán, por su hábito de agredir y resolver las dudas con su mano, allí donde los cultos no aprendan el arte del gobierno. La masa inculta es perezosa, y tímida en las cosas de la inteligencia, y quiere que la gobiernen bien; pero si el gobierno le lastima, se lo sacude, y gobierna ella. ¿Cómo han de salir de las universidades los gobernantes, si no hay universidad en América donde se enseñe lo rudimentario del arte del gobierno, que es el análisis de los elementos peculiares de los pueblos de América? A adivinar salen los jóvenes al mundo, con antiparras, yanquis o francesas, y aspiran a dirigir un pueblo que no conocen. En la carrera de la política habría de negarse la entrada a los que desconocen los rudimentos de la política. El premio de los certámenes no ha de ser para la mejor oda, sino para el mejor estudio de los factores del país en que se vive” (19)
Y más adelante plantea:
“”.La universidad europea ha de ceder a la universidad americana. La historia de América, de los incas a acá, ha de enseñarse al dedillo, aunque no se enseñe lo de los arcontes de Grecia. Nuestra Grecia es preferible a la Grecia que no es nuestra. Nos es más necesaria. Los políticos nacionales han de reemplazar a los políticos exóticos. Injértese en nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas.”(20)
La defensa de la identidad nacional, la autóctona de nuestros pueblos, su historia, sus tradiciones, formas de ser y comportarse, sus valores es el mensaje que nos trasmite Martí en su ensayo Nuestra América que viene a ser un legado de la educación que se debía dar, donde se debía enseñar la historia de los pueblos latinoamericanos, frente a todo lo que venía de Europa. Martí defiende la identidad de cada pueblo frente a la homogenización cultural que nos impusieron durante siglos. Eso es lo que el quería que se enseñara en las escuelas, una educación creadora, que despertase en los hombres nuevas ansias de búsqueda y que formara una personalidad armónica y multifacética capaz de responder a las verdaderas necesidades de los pueblos latinoamericanos. Por ello luchó y trasmitió sus ideas a los nuevos pinos que serían los encargados de llevar a vías de hecho la revolución que se gestaba.
La universidad cubana actual es una universidad científica, tecnológica y humanista. Esas tres cualidades la caracterizan esencialmente dentro del contexto actual. Cada vez más la universidad va teniendo un carácter científico, es decir se van convirtiendo gradualmente, en centros de investigación científica donde profesores y estudiantes se vinculan a tareas científicas como parte de su quehacer cotidiano. Esto forma parte de los postulados martianos que abogó por una enseñanza científica. La presentación de trabajos en jornadas científicas o la preparación para los exámenes finales de carrera forma parte de la vinculación de la docencia con la investigación científica y además con una idea rectora que es el vínculo instrucción-educación.
Martí refiriéndose a la investigación científica señalaba:
“Que se trueque de escolástico en científico el espíritu de la educación; que los cursos de enseñanza pública sean preparados y graduados de manera que desde la enseñanza primaria hasta la final y titular, la educación pública vaya desenvolviendo, sin merma de los elementos espirituales, todos aquellos que se requieren para la aplicación inmediata de las fuerzas del hombre a las de la naturaleza. –Divorciar el hombre de la tierra, es un atentado monstruoso. Y eso es meramente escolástico: ese divorcio. –A las aves, alas; a los peces, aletas; a los hombres que viven en la Naturaleza, el conocimiento de la Naturaleza: esas son sus alas.”(21)
La lucha contra la escolástica, la enseñanza memorística y verbalística que se impartía en los centros educacionales y el reconocimiento del hombre de la naturaleza como parte de sus ideas en la educación es una muestra de que Martí también abogó por la educación ambiental y que el hombre como parte de esta no estuviera divorciado de la misma. Los nuevos saberes ambiéntales que hoy se imparten en la universidad no son más que un reflejo de sus ideas, cumpliendo con el principio de la vinculación de la teoría con la práctica, sin un divorcio de la misma.
Armando Hart un martiano por excelencia y presidente de la Sociedad Cultural José Martí expresaba:
“En Europa Carlos Marx dijo que era necesario educar a los educadores. En nuestro país, desde el siglo XIX, no había que hacerlo, pues ellos estaban educados y formaron a muchos revolucionarios en la mejor tradición cultural de la humanidad. De esta manera, lo docente ha sido siempre en Cuba fuente de ideas y enseñanzas para encontrar caminos, no sólo en función de obtener conocimientos, sino también, de ayudar a la formación ética ciudadana y a la más elevada creación intelectual: la práctica revolucionaria. Esto desde los tiempos del maestro diputado presbítero Félix Varela hasta los del universitario que lleva en su conciencia toda la ética y sabiduría política que faltó en el siglo XX… Y así será con mayor razón y coherencia en el futuro, porque disponernos de 600 mil graduados universitarios formados por la Revolución que constituyen escudo fundamental de nuestra identidad. Lo necesita América, la de Bolívar y Martí, a la que debemos servir en los procesos de integración continental. Solamente podremos hacerlo guiados por la noble aspiración del Apóstol, de convertir a Cuba en universidad del continente.”(22)
Señaló más adelante:
“La estrecha relación entre política, cultura, educación y práctica revolucionaria se halla en las exigencias ideológicas -en el sentido de producción de ideas- que nos impone el siglo XXI. José Martí a la vez que organizaba el Partido Revolucionario Cubano y la lucha por la independencia afirmó que se había hecho maestro que era hacerse creador; señaló, a su vez, que ser culto es el único modo de ser libre, expresión convertida, en 1959, en el lema del Ministerio de Educación.
La trascendencia actual de esta relación es que no hay otra alternativa para que la humanidad pueda sobrevivir y alcanzar un desarrollo estable y sostenido, que la de promover la cultura en toda su extensión y profundidad, y ello sólo es posible si se le reconoce en la ética el eslabón primario y clave de la historia del hombre, la del pasado y, sobretodo, la del futuro…
Léanse si no los textos de los mejores pensadores cubanos y por tanto de José Martí, en especial “Yugo y Estrella” y se encontrarán las esencias de una filosofía y una pedagogía como la que necesita no sólo nuestro país, sino nuestra América.””23)
Afirma más adelante:
“Sus enseñanzas e investigaciones constituyen un aporte indispensable para un mundo que necesita abrirse en abanico hacia la ciencia, la ética y el estímulo a las más elevadas disposiciones humanas; estúdiese a Luz y Caballero con el rigor científico que nos muestran los métodos nacidos de la larga tradición filosófica de los pueblos de Occidente y cuya más alta expresión está, en Europa, dígase lo que se quiera por mediocres, superficiales o simplemente confundidos, en Marx, Engels y Lenin y se observará que las ideas filosóficas del maestro del Colegio “El Salvador” nos pueden llevar hacia el siglo XXI a un plano superior del saber universal.”
La forma de educar está en el ejemplo que los maestros deben mostrar con su conducta diaria en el aula y fuera de ella. “Instruir puede cualquiera, educar sólo quien sea un evangelio vivo”, señalo Luz y tenemos que educar en el deber social a cada hombre y en la responsabilidad histórica que como pueblo tenemos contraída con América y la humanidad. Una vida esforzada por cumplir el deber social e histórico es fuente de felicidad porque no hay dicha más íntima y de mayor intensidad que la de enseñar educar y crear en beneficio de la sociedad.
Díganle los maestros cubanos a sus alumnos que cuando alguien les describa el mundo sin fórmulas para mejorarlo, ese alguien no estará en el corazón de la cultura del país. Hace falta, desde luego, describir y conocer al mundo, pero es indispensable saber cambiarlo y generar voluntades de transformación para mejorarlo. (24)
Acaso no son esto preceptos que la propia obra educacional ha hecho realidad. Esa obra de crear en beneficio de la propia sociedad para cambiarlo acorde con las condiciones históricas de cada pueblo, tomando en consideración las particularidades de cada uno.
En carta a María Mantilla del 2 de febrero de 1895, Martí le daba consejos de cómo debía desarrollar sus tareas, se observa aquí el desarrollo de una pedagogía creadora. Le decía:
“(…) tu hallarás, no se sabe bien sino lo que se descubre” (26)
El maestro con sus concepciones e ideas sobre la exposición oral, el dialogo y la necesidad de que los estudiantes indaguen y descubran siembra otra pauta en el devenir de la pedagogía, una pedagogía creadora y de mejoramiento humano, adaptada a las propias posibilidades de los alumnos. Martí inculcó ideas confiando en la inteligencia de niños y jóvenes.
Las enormes posibilidades que se abren hoy a niños y jóvenes en la educación desde la primaria a la universidad forman parte de ese legado que nos inculcó Martí. La obra por la que tanto el luchó se hace vigente convocando a la unidad de intereses y al conocimiento de los valores de lo mejor de la instrucción y la educación de su época.
La búsqueda de la verdadera identidad nacional, de la unidad continental al que tanto nos llamara el Maestro en sus escritos, discursos y cartas, se hace realidad en Cuba y en muchos pueblos de Latinoamérica, esa unión del Bravo hasta la Patagonia en una sola América como quería el Libertador Bolívar junto a su maestro Simón Rodríguez. Los ideales del Apóstol cobran cada día más vigencia, su verdadero accionar y la vinculación con su pueblo, con la masa oprimida, con los estudiantes, trabajadores se fortalece una vez más.
El pensamiento pedagógico unido a sus ideales de una república “Con todos y para el bien de todos” no es una quimera en Cuba, se ha hecho realidad y se engrandece a medida que avanza la obra educacional que ha sido continuadora de su pensamiento pedagógico y que hoy se extiende a países del continente americano como: Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, poniendo muy en alto el nombre de Martí.
Así estamos cumpliendo con aquel pensamiento martiano de que “Patria es Humanidad” y que encierra en tres palabras lo más avanzado de sus ideas y recalca lo expresado por Fidel de que un “mundo mejor es posible”
Conclusiones
Bibliografía