Leynier Chacón Estrada (CV)
leynw@uclv.edu.cu
Nora L. Díaz Marrero
Universidad Central "Martha Abreu" de Las Villas
RESUMEN
El presente estudio proyecta una aproximación, desde la sociología, a la Regla Ifá en el territorio de Sagua la Grande, provincia Villa Clara, por la necesidad de que tanto profesores como estudiantes interioricen en conceptos y teorías importantes para la asimilación de este fenómeno social en Cuba. Se hace un análisis desde la posición de diferentes sociólogos, en distintas épocas y desde los propios practicantes de la localidad. El tipo de investigación es exploratoria pues va dirigida a responder los eventos físicos -sociales desatados en una determinada situación. Con este estudio se pretende dar a conocer el comportamiento de las prácticas religiosas tribales de origen africano en esta región, específicamente las llamadas Regla de Osha y Regla de Ifá, así como su desenvolvimiento e importancia. Se trabajo con los conceptos – variables: nivel de conocimiento religioso, mitos, ritos, grupos religiosos, ceremonias religiosas, sistemas de adivinación, edad religiosa, protagonismo y costumbres religiosas entre otras.
INTRODUCCIÓN
La municipalización de la enseñanza superior pone retos a profesores y directivos porque se vuelve necesario cambiar los métodos tradicionales de los procesos educativos para lograr el fortalecimiento cualitativo en los diferentes niveles organizativos y su gestión a través de la interacción con organismos y centros del territorio; de ahí que el egresado de la carrera Estudio Sociocultural que debe dominar, para realizar su trabajo de intervención sociocultural los campos de acción: cultura, historia, teoría y metodología sociocultural; abarcando todos los ámbitos sociales, muy especialmente las instituciones culturales y educativas, los centros de trabajo y los Consejos Populares, espacios de gran concentración de personas y grupos, potencialmente significativos para los procesos de socialización de la cultura deba tener una mejor comprensión de las diferentes problemáticas y tradiciones de su localidad.
En las asignaturas Sociedad y Religión, Sociología de la Cultura, Cultura Cubana el estudiante se apropia de conocimientos esenciales para entender por ejemplo las religiones de origen africano que forma parte de la cultura y la identidad cubana.
Este estudio pretende una aproximación, desde la sociología, a la Regla Ifá en el territorio de Sagua la Grande por la necesidad de que se interiorice en conceptos y teorías importantes para la asimilación de este fenómeno social en Cuba.
La religión forma parte de casi todas las sociedades del mundo y Cuba para nada queda fuera de este amplio universo donde millones de personas se refugian buscando paz, armonía y prosperidad y donde una parte significativa del pueblo posee algún tipo de creencia en lo sobrenatural.
La gran mayoría la expresa de manera difusa, espontánea, poco elaborada y de práctica muy asistemática, con poca incidencia en su conducta sociopolítica y una minoría la concibe, a menos, como una práctica de manera organizada. Solo una pequeña parte pertenece a las iglesias e instituciones constituidas. Es menor aún el porcentaje de los que asisten a los cultos formales y se definen como miembros de determinadas instituciones eclesiásticas. En este sentido se puede hablar más de creyentes que de religiosos. Las creencias más extendidas constituyen la llamada religiosidad popular, resultado del mestizaje y la síntesis cultural formadora de la nacionalidad cubana. Muchas de las que se practican por el pueblo cubano se han mezclado. Mayoritariamente son espontáneas, ricas en emociones y prácticas utilitarias y ninguna religión tipifica a la sociedad. En ella conviven cristianos (católicos, evangélicos y protestantes, ortodoxos), practicantes de las religiones cubanas de origen africano: santeros, abakuás, paleros, entre otras de diversos orígenes como: hebreos, musulmanes, budistas, espiritistas, gozando todas las creencias y religiones de igual respeto y consideración. Esta igualdad real fue alcanzada solo a años del Triunfo de la Revolución, pues anteriormente varias creencias religiosas y sus practicantes sufrían de discriminación y en el caso de las de origen africano llegaba hasta lo penal.
Las religiones de origen africano en particular han dejado una huella más notable en la sociedad cubana; de ellas la religión Yoruba es una de las más arraigadas en Cuba y tiene su origen en África, sobre todo en la zona de lo que es hoy Nigeria. Era practicada por diferentes tribus que rendían culto a orishas específicos, pero al llegar a Cuba de la mano de los africanos, quienes fueron traídos como fuerza de trabajo esclavizada ante la carencia de mano de obra, estos no solo llegaron al escenario colonial de forma biológica, sino que insertaron sus creencias y costumbres.
En un principio esta producción de vida espiritual fue limitada, censurada por el régimen colonial español, que tenía el deber de catolizarlos recién llegados, como parte del proceso de colonización y recolonización de la conciencia social, por lo que tuvieron que hacer sobrevivir sus cultos a través de una codificación a escondidas identificando a cada uno de lo orishas de su Panteón con los santos adorados por la iglesia católica.
La región de Sagua la Grande, debido a sus grandes plantaciones de caña, sus ingenios, sus grandes producciones de azúcar y su puerto fue una de las regiones de Cuba que más esclavos abrigó, constituyendo entonces, un divino escenario para la práctica de la religión, lo que propició el nacimiento de una cultura que se conservaría a través de los siglos.
El culto a Osha- Ifá fue una de las religiones que más arraigo dejó en la localidad pero una parte de esta religión, el ifismo, tiene un desarrollo muy incipiente. Muchas son las causas que se atribuyen a la ocurrencia de este fenómeno, entre ellas se encuentran la presencia de pocos santeros o babalawos que se dedicaran a practicar el culto a Ifá o que tuvieran conocimiento sobre Orula, principal deidad adorada en esta Regla y exigente de múltiples requisitos propios de personas preparadas, inteligentes y dedicadas por completo a esta práctica religiosa. Por otro lado se encuentra el deterioro de las prácticas religiosas debido al mercantilismo que ha sufrido la religión durante las últimas décadas el cual atenta contra la identidad y patrimonio de las raíces africanas.
DESARROLLO
La sociología, analiza a la religión en cuanto a fenómeno y forma de la conciencia social, porque se encuentra socialmente condicionada y al mismo tiempo presente en la cultura, en la vida social, en la cotidianeidad del individuo y grupos de creyentes. Al concebirse la religión como fenómeno social, significa que se pueden formar disímiles estructuraciones según cada estudioso:
Jorge Ramírez Calzadilla reúne en tres los pilares básicos que sustentan la funcionalidad cultural y social de la religión: la conciencia religiosa, las actividades religiosas y la dimensión organizativa, “…en una vinculación dialéctica, interactúan entre sí y con otros elementos y sistemas, y en esa relación el fenómeno se modifica.”1
Auguste Comte 2, plantea que la función principal que cumplía la religión dentro de la sociedad era la de propiciar cohesión social3.
Max Weber, establece el consenso entre el proceso de acumulación y el mundo sagrado de Dios4, pensaba, que la religión podía tener un papel activo y autónomo en la transformación de la vida económica y social. No obstante también reconoce los efectos del factor económico y del cambio social en general sobre el hecho religioso y la veía desde el punto individual de cada persona, según su posición y clase social y dependía en gran medida para el desarrollo de la sociedad, viéndola como un proceso de cambio.
Don Fernando Ortiz, etnólogo y antropólogo cubano muestra su concepto de religión referido a una función patológica de defensa, tras la coacción subjetiva del cumplimiento de las pautas morales5. Por ello, Ortiz y Weber sostienen que la religión se fundamenta —con mayor utilidad— sobre la moral y los parámetros éticos, sin pretenderla irracional.
Otros sociólogos como Emile Durkheim conceptualiza a la religión como un sistema unificado y de prácticas relativas a las cosas sagradas, es decir, separadas, prohibidas, creencias y prácticas que en una misma comunidad moral, llamada iglesia, reúne a todos los que se adhieren a ella. Hace además, una distinción del mundo en lo sacro y en lo profano. Lo sacro tiene superioridad sobre lo profano, tanto en lo moral como en el poder. Para él las creencias y las prácticas religiosas tienen como función fundamental, reflejar y reforzar la cohesión social. Al igual que Comte, Durkheim le atribuye a la religión el poder de lograr hermandad y cohesión social. Lo ve como una vía de salvación para las sociedades o grupos corrompidos, libertinos y deshonestos comparándolos con la moral y el poder. La religión era en cambio, la expresión de los deseos, necesidades y preocupaciones de una sociedad y posibilitaba además, la comunicación, creaba comunidad y daba poder e identidad. Actualmente diría que la religión cumplía la función de una ecología social.
Karl Marx aclara que la religión es consecuencia y no causa de condiciones objetivas que provoca sufrimientos, nihilismos, miserias, adormecimiento y resignación crédula; ocupa asiento de víctima instrumentada por mecanismos políticos y económicos proyectados en ideologías supeditantes a motivos minoritarios y razones no precisamente religiosas. En el campo de la praxis política, si el problema nace con y desde la política, su solución se desprende de ella, Con las condiciones materiales de existencia enajenante desaparecerá la base material de la religión, como forma de ideología e insiste, constantemente, en la alienación económica como impulsora de la alienación religiosa, puesto que tiene en frente un Estado oficialmente cristiano donde la religión es clave para el mantenimiento de la clase burguesa en el poder y con frecuencia se emplea cual narcótico para que los excluidos acepten su mala suerte.
François Houtart considera que no se puede definir por sus funciones, sino porque constituye el sistema de relaciones referido a un sobrenatural, mediante dos dimensiones básicas: las representaciones del hombre de su mundo y de sí mimos (la religión como parte de las idealidades) y los productos del actor social (las organizaciones)6.
Según Juan Luís Recio Adrados la religión tiene capacidad tanto para promover y legitimar el cambio social, como para entorpecerlo. Su función es darle significado a la experiencia humana y una cohesión al orden social, aunque puede entorpecer algún proceso social dependiendo del poder que ejerza la religión sobre una determinada sociedad. Para él es una búsqueda de respuestas que no se pueden encontrar en la vida cotidiana o en las situaciones diarias.
En la opinión de Jorge Ramírez Calzadilla y en la de otros autores, “…se alcanza una mejor comprensión de la religión, como de cualquier fenómeno social, cuando se define justamente a partir de las interrelaciones de su esencia, estructura y funciones.
Como sistema, la religión contiene un eje o tríada cardinal, que no solo se emplea para facilitar el estudio pormenorizado del mismo, sino sustenta y dinamiza todo el aparato religioso a su interior y con relación a la sociedad. El símbolo, el mito y el rito, en mutua correspondencia no como unidad consensuada sino más bien conflictiva y cambiante, constituyen tres categorías socio-religiosas que estructuran, organizan, moldean y condicionan las representaciones religiosas pero sobre todo las sociales que parten del propio pensamiento mítico-simbólico y se manifiestan en el marco de lo ritual.
Los símbolos religiosos deben interpretarse como fuentes de información donde se expresan pautas y concepciones religiosas acerca de la vida y su forma de funcionamiento.
El mito comprende, también un elemento vital en los ritos sagrados y sus indicaciones deben seguirse lo más estrictamente durante el desarrollo de la ceremonia ritual, con el objetivo de establecer una relación entre el creyente y la deidad invocada, mediante un lenguaje esotérico. Se reflejan así las creencias en las fuerzas existentes en la naturaleza, el culto a los antepasados y a las deidades, según aparecen estas en sus diferentes “caminos” o avatares, todo en estrecha relación con la realidad inmediata y sus configuraciones sociales, lo cual significa la base para ciertos tabúes que modifican la actividad diaria del creyente.
En la ceremonia religiosa se vincula el culto y el rito y se desarrolla el aspecto creativo y escénico de sus miembros, es el lugar por excelencia de comunicación entre los actores religiosos y sus espíritus o sus dioses. En las religiones afrocubanas, los llamados bembés son las ceremonias más representativas de este género.
Las religiones africanas en Cuba sufrieron a lo largo de los años un proceso de cambio el cual fue definido por el sabio cubano Don Fernando Ortiz como de “transculturación”.El complejo osha-ifá no queda exento de ello pues de la gran cantidad de orishas -aproximadamente cuatrocientos- que son venerados en la tierra Yoruba, a América solo llegó una parte de ellos. Una vez atravesado el océano se le atribuyeron cualidades que en sus orígenes no eran reales, adaptándose a la forma e idea del lugar al cual habían llegado. De hecho, cada orisha, según sea el camino: Regla de Osha, Regla de Ifá, Candomblé, Mayombe, Arará, etc., cambia de acuerdo al lugar donde es venerado.
La Regla de Ifá, objeto de este estudio, supone disímiles características, solo se comunica a través de sus oráculos, que son el ekuele, el tablero de Ifá con los ikines (collares de cuencas amarillas y verdes alternas), no tiene baile especial o característico y la recepción de sus collares dura tres días.
Su institución es parte de la tradición que proviene del país Yoruba en Nigeria, que establecía que el derecho de ejercer estas funciones sacerdotales solo era permitido a los príncipes y grandes señores de mucho prestigio y autoridad, solo ellos conocían los secretos de la iniciación. Con la migración, la clase sacerdotal desapareció y con ellos las formas elaboradas y coherentes que tenían en África.
Cuando la tradición resurge en América se trató de mantener los usos y costumbres de su país de origen pero mezclados con otros diversos. Las tradiciones africanas tuvieron supervivencia en Cuba con renovado vigor, pues servían para reafirmar a los esclavos en su intimidad y legitimidad.
La palabra Ifá, de la que se dice es intransferible, se refiere al cuerpo Yoruba de conocimiento ritual y filosófico, así como al sistema de adivinación7 .Ifá es también uno de los nombres de elogio del orisha de la sabiduría y la adivinación (Orunmila). Ifá no es una religión. La tradición Ifá /Orisha mantiene la real estructura de la sociedad tradicional Yoruba. Tiene un basto cuerpo de conocimiento de hierbas medicinales. Su tradición oral mantiene la historia de este pueblo. Su tradición poética y musical tiene una influencia fundamental en la música y la literatura contemporánea, no solo en África sino también en el llamado Occidente, incluidos los pueblos de América Latina y el Caribe.
Es regida por un corpus literario por el cual se rigen hasta los jefes más altos del gobierno y reyes. Este sistema de lfá tiene sus sacerdotes (babalawos) que dedican parte de sus vidas al arte de augurios, curandería, magia, escritura, psicología, herbolaria y todos lo demás que tenga que ver con el bienestar del ser humano. En África y mucho antes de la esclavitud tenía la responsabilidad de hacer todo lo concerniente a rituales dentro de la religión Yoruba en cuanto a iniciaciones y demás. Era solamente enseñado a varones escogidos y que fueran de buenas costumbres aunque hubo mujeres iniciadas las cuales también tenían que exhibir buenas costumbres. Los practicantes en un inicio aborrecían a los homosexuales.
El método de adivinación de Ifá incorpora el mensaje de Orula (protector del secreto de la adivinación) traducido a través de los consejos de su corte espiritual, la cual habla en cada uno de los caminos e interpreta las palabras de Ifá, dando consejos que puedan guiar a los creyentes en sus problemas. El Babalawo no lee los caracoles, que es un sistema con dieciséis caracoles utilizado por los santeros, cuya principal función es averiguar lo que sucede alrededor suyo, cliente o ahijado. Pero el santero solamente puede leer o interpretar hasta la combinación número doce llamado Eyila Chebborá. Si sale una combinación mas alta debe llamar a un Babalawo para que interprete el signo prohibido.
En Sagua la Grande la Sociedad de Santa Bárbara de Villa Alegre, Sociedad de San Francisco de Asís, en Pueblo Nuevo, Cabildo de Santa Bárbara de Cocosolo y San Miguel Arcángel del barrio San Juan constituyendo las primeras sociedades en el territorio dedicadas a la practica religiosa.
En el estudio con relación a los practicantes se pudo constatar que en el complejo Osha-Ifá
tradicionalmente se ha presentado la relación entre edad religiosa y nivel de conocimiento como una proporción directa, es decir a mayor edad, mayor conocimiento acumulado. Aquí paradójicamente, 28 hombres con menor edad (entre 20 y 35 años), mayor nivel educacional (doce grado o técnico) y blancos demuestran una dedicación hacia el aprendizaje profundo y detallado de la religión, lo contrario ocurre con cuatro de los babalawos más longevos del pueblo que no se sienten motivados por el estudio y demuestran poco conocimiento de la religión.
A pesar del privilegiado estatus de que gozan los babalawos en el resto de Cuba, en la localidad los santeros son mucho mas reconocidos. De los 39 santeros entrevistados, 25 gozan de gran fama, dentro y fuera del municipio, mientras que de los 11 babalawos solo uno de ellos tiene el privilegio de codearse entre estos; aunque su aceptación está condicionada por su edad religiosa y no por sus conocimientos. A pesar del incipiente auge del ifismo a partir de inicios de siglo, los santeros y santeras han logrado crear familias religiosas, fenómeno que no se da en los babalawos. Ellos aunque tienen a sus padrinos vivos no se han interesado en seguir la tradición como reconocidos sacerdotes, capaces de crear su propio linaje.
La edad natural, la edad religiosa, el nivel de conocimiento y el rango jerárquico guardan estrecha relación y responde a la lógica de a mayor tiempo, mayor madurez y sabiduría; obstáculos religiosos destruyen este argumento, lo cual se corrobora en el análisis de los pattakíes. Los roles se distribuyen a partir del orden jerárquico, y con funciones específicas; sin embargo, en la Santería se encuentran marcadas distinciones funcionales en una misma condición jerárquica, pues los babalawos cuentan con limitaciones como: no pueden ser oriaté y dirigir las ceremonias fundamentales dentro de la santería. De lo cual se desprende un cambio de la jerarquía religiosa en un sentido horizontal, pero también vertical, si se compara con media centuria atrás y con lo que está establecido en otras regiones del país. En otros lugares de Cuba el babalawo ocupa el mismo lugar jerárquico, incluso se reconoce como superior en jerarquía, en Sagua, siempre ha sido desplazado a una posición inferior, por el simple hecho de no ser mayoría. En este sentido, la auto-exclusión y la exclusión entre los babalawos, se condiciona por la falta de conocimiento de la historia religiosa de sus ancestros. El 90 % de los babalawos no saben qué rigieron y rigen como principales sacerdotes en Cuba. Los babalawos fueron los que se dedicaron a propagar la religión desde Occidente a todas las otras regiones del país. Otra condición para ocupar rangos principales en la jerarquía está relacionada con la cantidad y el tipo de santo recibido. En Sagua los santeros reciben más santos que los babalawos: los reglamentarios, más otros como Olokún*, Ori*, Orun, Ozaín*, Odu*, Oduddúa*…, el promedio de santo recibido en los santeros oscila por los 25; mientras que los babalawos reciben los reglamentarios de Ifá más uno, con un promedio de 11 santos recibidos. Lo cual significa que los babalawos son menos remunerados y los santeros poseen más beneficios en la relación religión-economía, pues a mayor cantidad de santos recibidos, mayores posibilidades tiene el santero de entregar poderes, y obtiene altos ingresos. La entrega de santos constituye también una expresión de status dentro de la jerarquía. Por lo general, los santeros entregan más santos que los babalawos.
En cuanto al sistema de adivinación también existe diferencias bien arraigadas, los santeros por lo general consultan con el diloggún, mientras que los babalawos lo hacen a través del ekuele e ikines. A pesar de ser este último mucho más complejo y exacto que el diloggún y tener Orula el don de la adivinación que se facilita a través de los 264 Oddún con que cuenta el Tratado de Oddún, mientras que el caracol solo cuenta con 16, en Sagua se prefiere consultar con un santero antes que con un sacerdote de Ifá demostrándose una vez más la prevalencia de uno sobre otros. Por otra parte, se pudo comprobar la práctica existente del Palo Monte por parte de algunos de los santeros, esto les facilita reconocimiento en la comunidad religiosa, esta última práctica goza de aceptación en el pueblo, mientras que los babalawos siguiendo las normas establecidas en el Oddún Iká Fun, se rehúsan a ser parte de ella. Contradictorio con lo que ocurre con el resto del país, en Sagua los santeros cobran consulta y demás rituales más caros que los babalawos.
Las ceremonias como expresión de la práctica religiosa marcan un tipo de status. De las 25 ceremonias religiosas presenciadas: 4 fueron de iniciación, 2 de jerarquización, 7 festivas, 9 de matanza y 3 fúnebres. La cantidad santeros y babalawos se comportó de manera desproporcional en las ceremonias observadas. De forma general, y como una constante se respiró un ambiente de claro dominio de los santeros, mediante los bailes, el uso de los colores, los lenguajes y hasta los propios silencios.
El 91% de los entrevistados afirman la mercantilización de la religión porque se aprovechan del encarecimiento de los productos, extorsionando a las personas, incluso haciendo “santo” a extranjeros para encarecerles el acto de iniciación; hecho que afecta ante todo la cultura religiosa y atenta contra la pureza y credibilidad de la religión. La frase ¨Sagua no es tierra de Ifá¨, no se debe en total medida a que no haya conocimiento de Orula en la región, sino a que el costo de la iniciación supone precios demasiado elevados, acentuado con el fenómeno de la migración.
Después de haber realizado un análisis de contenido, específicamente de los Tratados de Oddún quedó corroborado que no existe ifismo en el territorio urbano de Sagua la Grande, no solo por las causas antes mencionadas, sino porque no se cumplen los mandamientos o requisitos que dicta dicho tratado y que se requieren para la práctica de la Regla de Ifá.
CONCLUSIONES:
RECOMENDACIONES
Socializar los resultados de las investigaciones de temas religiosos, como parte del proceso educativo social, con el fin de aportar nuevas fuentes de información y para toma de decisiones.
BIBLIOGRAFÍA
ANEXOS
Guía de observación del ilé osha
Guía de observación para las ceremonias y los ritos
Guía de Entrevista
1-¿Es usted practicante de alguna religión de origen africano?
2- En su criterio, ¿Cómo se introdujeron dichas prácticas en el municipio?
3-¿Se podría referir a sus momentos cruciales?
4-¿Conoce usted cuáles fueron las principales transformaciones que han sufrido a lo largo de la historia del municipio?
5- ¿Quiénes practicaban estas religiones, específicamente la Regla de Osha e Ifá?
6-¿Con que fin se practicaban?
7- ¿Han aumentado o decrecido dichas prácticas religiosas en el territorio?
8- ¿Cree usted que la santería o Regla de Osha, es practicada en mayor o menor medida respecto a otras religiones de origen africano en el territorio, específicamente la Regla de Ifá?
9-¿A quien se le atribuye mayor credibilidad, confiabilidad y conocimientos en cuanto a práctica religiosa?
10-¿Cómo se materializa lo anterior?
11-¿Que práctica religiosa de origen afro goza de mayor aceptación? (Actos de iniciación, entrega de santos, consultas religiosas)
12-¿Piensa que en la actualidad, las religiones han sido objeto de mercantilización?
13-¿Cómo ha influido esto en la misma?
Guía para la Historia de Vida
Nacimiento y composición de la familia.
Infancia – Adolescencia
Adultez
1 Ramírez Calzadilla, Jorge: “Cultura y reavivamiento religioso en Cuba”, en: Temas, Nueva Época, No. 35, oct.-dic. 2003, pp. 34.
2 Chicano, José de Jesús: “El lenguaje religioso cristiano desde la perspectiva simbólica”, en: Rev. Gracia y naturaleza, Ed. Salamanca, Vol. LIII, enero- abril 2006, pp. 7-109.
3 Figueroa Alfonso Galia; Mederos Anido Anagret; Ávila Vargas, Niuba. Los orichas en los años 90.Transformaciones actuales, Sociedad cubana hoy. Coordinador, Alain Basail Rodríguez, p-136
4 Weber, Max: La ética protestante y el espíritu del capitalismo, Entrelíneas, Argentina, 1996.
5 Ortiz, Fernando: Los negros brujos, Madrid, 1906, p. 322; en: Ortiz, Fernando: La santería y la brujería de los blancos, Fundación Fernando Ortiz, La Habana, 2000, p. 23.
6 Ver Houtart, François: Sociología de la religión, Ediciones NICARAO, Centro de Estudios sobre América, s/f, pp. 25-30.
7 Zaramaira: El poder de la adivinación. Colección Todo Santería. Editorial Panapo. Caracas, 2007, p-92.