Juan F. Tejera Concepción (CV)
Profesor Titular. Ciencias Médicas Cienfuegos
jtejera@ucf.edu.cu
Resumen:
La educación médica superior de pre-grado en Cuba sintetiza y materializa estas tendencias en ideas concretas que caracterizan la formación del Médico General Básico.
Con el triunfo de la Revolución fueron creadas las condiciones para una verdadera reforma universitaria en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de La Habana, en el año 1962, cuya trascendencia histórica radica en la proyección humanística y social que dio a la formación del Médico General.
Por ser la educación médica un subsistema del sistema nacional de salud pública, el modelo del especialista en Medicina General Integral (etapa profesional siguiente a la de Médico General Básico) e importantes documentos rectores del proceso de formación de este especialista, como son la Carpeta Metodológica de la Atención Primaria de Salud y Médico de la Familia y el Programa de trabajo del Médico y la Enfermera de la Familia, aportan los principios y estrategias políticas para el trabajo y formación de dicho especialista, los cuales a su vez son determinantes en la definición del modelo profesional del Médico General formado en Cuba y en la precisión de las características y condiciones necesarias para el proceso formativo de estos.
De forma resumida, los siguientes elementos caracterizan el proceso de formación actual de Médicos Generales Básicos en Cuba, cuyo modelo profesional tiene como principal referente teórico el pensamiento del compañero Fidel:
Palabras Claves: fellow, communication, personality, category, psicopedagógica, oratorical.
Desarrollo:
La comunicación como categoría psicológica.
Para la elaboración del presente trabajo se han tenido en cuenta los análisis que permiten precisar las tendencias sobre la comunicación como categoría psicológica, y su aplicación de forma creadora el Materialismo Dialéctico e Histórico.
La significación creciente que ha adquirido la categoría comunicación en el aparato categorial de las ciencias pedagógicas y psicológicas, no es producto del desarrollo de una categoría más como suele plantearse en la psicología no marxista contemporánea en la que predominan el positivismo, el conductismo, el psicoanálisis y la psicología humanista, los cuales no han logrado crear las premisas necesarias para una verdadera teoría de la personalidad y la comunicación, ya que presentan diversas limitaciones entre ellas: elaboración de un cuerpo conceptual demasiado cerrado, deficiente apoyo de carácter metodológico y carácter dogmático al explicar estas categorías.
Es objetivo del trabajo analizar cómo la psicología marxista ha alcanzado en los últimos años un gran desarrollo, no obstante aún no ha logrado constituir un sistema único de categorías que le permitan integrar y desarrollar las distintas esferas de la psicología. Sobre esta base es que aparece y se inserta al sistema de categorías de la ciencia psicológica, la categoría comunicación.
Es en los trabajos filosóficos de Marx y Engels (1854), donde la psicología marxista encuentra el fundamento científico y la base explicativa del fenómeno de la comunicación.
En sentido amplio, la concibe como un proceso material, como conjunto de relaciones materiales, de producción, de clases familiares y lo designa con el término alemán verkehk: comunicación material y que no es más que los nexos e interacciones mutuas que se establecen entre los hombres en el proceso de su actividad material y práctica, especialmente en la producción, así como la conducta de estos en las distintas esferas de la vida social.
En el sentido estrecho o estricto, el concepto comunicación define los nexos y relaciones más concretas entre los hombres, es decir, la comunicación espiritual, emocional, que se realiza con la ayuda del idioma, el lenguaje.
Desde el punto de vista metodológico esta división es de gran importancia ya que deja claro, la base objetiva, material, de la comunicación espiritual y evita de esta manera incurrir en posiciones sicologizantes y subjetivistas, al abordar el fenómeno de la comunicación, es decir, se concibe esta como un fenómeno social que surge en el proceso de producción entre los hombres al entrar estos en necesarias relaciones y a la vez, ha resultado condición de este proceso.
En la psicología rusa se ha abordado profundamente la problemática comunicativa. L. S. Vygotsky (1979), en su enfoque histórico cultural del proceso de desarrollo de la personalidad trata esta problemática, demuestra la importancia esencial de la situación comunicativa para el desarrollo de la psiquis humana y enfatiza el papel del signo en la mediatización de las funciones psíquicas superiores, señalando que a través de los signos ocurre también la interiorización de toda la situación comunicativa por parte del hombre.
En este aspecto las posiciones de L. S. Vygotsky (1979), fueron criticados por S. L. Rubinstein (1982), y A. N. Leontiev (1985), en tanto el signo como herramienta psicológica se separa de la actividad de la realidad concreta en que el hombre vive y al respecto Rubinstein (1982), plantea: "Esta teoría que considera la esencia del desarrollo psíquico en que entre el sujeto y la realidad se atraviesan los signos, reemplazantes condicionados de los cosas, se esfuerza idealistamente en conducir el desarrollo hacia la superación del sujeto de la realidad, enmascarando que la separación de la realidad, es sólo el lado inverso del proceso”.
La tendencia representada por A. N. Leontiev (1985), se caracterizó por la definición de la categoría actividad como unidad central de la ciencia psicológica, con lo cual se sobredimensionó la categoría convirtiéndose en una supercategoría en torno a la cual cobraban sentido el resto de las categorías psicológicas particulares.
La comunicación como proceso intersubjetivo tuvo un desarrollo totalmente secundario, identificándose como una forma más de actividad, con lo cual se cometió el error de identificar, en el desarrollo del niño, períodos en que la actividad fundamental era de carácter sensorio motor y períodos en que era comunicativa, interpersonal, concepción que llega a su mayor momento de elaboración con la teoría de la periodización de D. B. Elkonin (1982). Esto impidió ver con claridad la riqueza y el carácter plurideterminado del desarrollo humano donde actividad y comunicación son los sistemas permanentes de integración del hombre en la vida social y, por tanto, sistemas relevantes que simultáneamente tienen un sentido para el desarrollo.
Existen distintos enfoques sobre el estudio de la comunicación. El primer enfoque representado por B. F. Lomov (1987); considera la actividad y la comunicación como dos aspectos del ser social, del hombre, de su forma de vida que no transcurre como procesos paralelos, sino en estrecha interrelación.
El segundo enfoque está representado por A.N Leontiev (1985), y sus seguidores, que conciben la comunicación como un aspecto de la actividad, uno de sus elementos, la actividad es una condición de la comunicación.
El tercer enfoque considera la comunicación como un tipo especial de actividad y sus representantes son D. B. Elkonin (1982), A. A. Leontiev (1985), entre otros. Los caracteriza a todos el reconocimiento del vínculo entre actividad y comunicación.
Se coincide con Sánchez G. (1985), cuando apunta que es de particular importancia el enfoque que da a esta problemática B. F. Lomov (1987), el cual señala que en la comunicación se forma, desarrolla y manifiesta el sistema de las relaciones sujeto-sujeto. Es precisamente esto lo que constituye la especificidad del vínculo fundamental que caracteriza la comunicación.
Lomov (1987), concibe la comunicación como interacción interpersonal caracterizándola de la siguiente forma:
En nuestro país algunos pedagogos y psicólogos han abordado el estudio de la comunicación desde distintos ángulos, entre ellos se destacan: Lomov (1987),
González Rey, (1998), M. Calviño (1999), M. Soria (2000), A. Pérez (2000), Yera (2001), M. Fuentes (2003), V. Ojalvo (2004), G Sánchez (2006), M. Sánchez (2007) y otros.
Fernando González Rey (1998), coincide en esencia con la concepción de B. F. Lomov (1987), sobre comunicación, al caracterizar la comunicación plantea: "La comunicación es un proceso en extremo activo, en el cual los elementos que participan siempre lo hacen en condiciones de sujetos de ese proceso. En el proceso de comunicación, las personas se relacionan tanto por vía verbal como no verbal... cada una de las partes implicadas en el mismo reflexiona, valora y expresa de manera activa sus propias conclusiones, vivencias, valoraciones, con independencia de qué se expresa o no de manera verbal en ese momento."
Hasta aquí se han valorado las relaciones de las categorías comunicación y actividad, pero al mismo tiempo se hace necesario establecer las relaciones de las categorías, comunicación y personalidad.
El hombre se comunica por medio de su personalidad y se implica como personalidad en el proceso de comunicación. Es por esta posición teórica, que el autor del presente trabajo, asume el estudio de la comunicación como parte de la formación de la personalidad de los futuros médicos. Según la relación entre personalidad y comunicación, se acepta que el estudio de esta última, puede ser una vía para el conocimiento de las regularidades de la personalidad y las situaciones de comunicación.
Según González Rey (1998), en la comunicación la personalidad se expresa, descubre sus regularidades esenciales y al respecto plantea: "La categoría comunicación, no aparece como una categoría más, que se superpone a un mismo nivel cualitativo de análisis con otros ya existentes. La significación de estas categorías no es independiente del desarrollo de la categoría personalidad como expresión psicológica del estudio del hombre en condición de sujeto de su actividad, ni de las exigencias más actuales de la psicología aplicada"
Se coincide con Sánchez G. (2006), cuando apunta que la relación teórica y metodológica de la categoría personalidad y comunicación hay que valorarla en su plano ontogenético, siguiendo la evolución cualitativa que implica el desarrollo psicológico del hombre.
Estas definiciones teórico metodológicas, que fundamentan el estudio de la comunicación, permitieron abordar la comunicación en la formación profesional de la Carrera de Medicina en la Provincia de Cienfuegos.
Exigencias psicopedagógicas y de oratoria para la comunicación como categoría psicológica.
También se consideró pertinente por los investigadores hacer referencia a lo señalado por E. Ortiz, (1996), que precisa las exigencias que debe tener todo comunicador profesional. Sus trabajos los ha desarrollado con el profesional de la educación, pero el autor del presente estudio considera que estas exigencias pueden ser contextualizadas en el ángulo de la Medicina, analizadas por el grupo de profesores de las Ciencias Médicas de Cienfuegos, para ser tenidas en cuenta en el tratamiento de la comunicación como categoría humana.
Conclusiones.
Se concluye resumiendo que a través de la interrelación con otras personas en la actividad y por medio de la comunicación, el hombre adquiere conocimientos, desarrolla opiniones, habilidades, gustos, se valora a sí mismo y a los demás, se reafirma a sí mismo como personalidad, pero al mismo tiempo la personalidad regula la actividad, la comunicación y se autorregula.
Bibliografía.
Anta, G. (1998). Procesos de acreditación y certificación de la competencia laboral. Madrid: Ed. Cumbre Iberoamericana. Oviedo. España.
Añorga Morales, J. La Educación Avanzada. Una teoría para el mejoramiento profesional y humano Boletín Educación Avanzada en comunicación. (Vol. Año 1, No.1. Oviedo. España.
Añorga Morales, J. (1989.). El perfeccionamiento del sistema de superación de los profesores universitarios. Tesis en opción al grado científico de Doctor en Ciencias Pedagógicas, La Habana.
Añorga Morales, J. (1994). El mejoramiento profesional y humano y la Educación Avanzada. Aplicación de las habilidades comunicativas. ISCPEJV: Habana.
Añorga Morales, J. (1994.). Hacia una teoría de Educación Avanzada La Educación Avanzada, ¿Mito o Realidad? Bolivia: Universidad Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca.
Añorga Morales, J. (1995). La Educación Avanzada y el Diseño Curricular. Material impreso. La Habana: CENESEDA. ISPEJV.
Añorga Morales, J. (1995). Proyecto de mejoramiento Profesional y Humano. Conferencia dictada en el 1er Taller de Educación Avanzada Comunicación Humana. ISPEJV. Habana.
Añorga Morales, J. (1997). La profesionalización y la Educación Avanzada. Los recursos comunicativos. La Habana.
Ares, P. (1993). Intervención Familiar I y II. La Habana Facultad de Psicología, Universidad de la Habana.
Arias Beatón, G. (1999). El diagnóstico en uno en la Psicología. Revista Cubana de Psicología., Vol.16 (No3).
Aroche Carvajal. Y otros. (2002). Proyecto de investigación participativa para el desarrollo sociocultural de la comunidad Residencia Estudiantil. Alternativa Metodológica. ISPJAE.
Arraìz, J. (2000). Retribución y competencias: ¿Cómo garantizar el éxito? En Capital Humano.133.
Arechavaleta, N., Hernández, i (2002.). Aproximación metodológica para el estudio de las potencialidades directivas en las instituciones de la Educación Superior. Revista Cubana de Educación Superior., Vol. XXII, (No. 1).
Artemieva, T. (1983.). “Fundamentación social del desarrollo de las capacidades. La Habana:” Editorial Pueblo y Educación.
Artidiello Delgado, I., Conrado Barreras, R. (2003.). Competencias Comunicativas: Un nuevo reto.Folletos Gerenciales. 3. La Habana.
Autores, C. d. (2004). Habilidades para el aprendizaje en la Educación Superior. La Habana: Editorial Félix Varela.
Autores, C. d. (2005). Aproximaciones al estudio de las estrategias como resultado científico: Universidad Pedagógica. “Félix Varela”. Santa Clara.
Autores, C. d. (2005). Maestría en Ciencias de la Educación (Vol. Tabloide. Modulo I, 2ª parte).
Axpe Cabellero, M. (1997). La investigación etnográfica en Educación. España: Universidad de la Laguna.
Bravo López, G. (1976). Psicología Educativa. Punto de vista cognitivo. Habana. Bravo López, G. (1997). “La Comunicación educativa en la formación de un agente social activo.” Boletín universitario. Ibagué. Colombia.
Baptista López P. Fernández, y Sampieri, (1999) “Metodología de la investigación”. La Habana: Ed. Pablo de la Torriente.
Bravo López, G. (1999). Perfil y competencias del docente en el contexto institucional educativo. I Seminario Taller sobre Perfil del Docente y estrategias de formación docente. Habana.
Bravo López, G. (1999). La comunicación didáctica, un reto al profesor en ejercicio. Ciencias de la Educación. ISPEJV.
Bravo López G. (2002). “La formación pedagógica de los profesores universitarios. Una propuesta necesaria. ISBN: 959-257-055-8.” Anuario 2002. Universidad de Cienfuegos.
Bravo López G. (2002). “La Formación Psicopedagógica del profesor universitario.” Memorias del evento internacional Docencia Universitaria. Habana
Bravo López, G. (2002). “Una estrategia para la formación permanente del Profesorado de secundaria básica desde la comunicación didáctica.” Tesis en opción al grado de Doctor en Ciencias Pedagógicas. Oviedo. España.
Bravo López G. (2003). Aprendizaje y Comunicación. Un problema Pedagógico. Diseño y Desarrollo del Currículo. S. F. J. L. Oviedo, KRK: 85-102.
Bravo López, G. (2003). La formación pedagógica de los profesores universitarios. Una propuesta en el proceso de profesionalización del Docente.Revista Iberoamericana de Educación. Habana. P-12-56.
Bravo López G. (2003).La comunicación y sus potencialidades didácticas en el contexto universitario. Anuario 2003. Cienfuegos.
Bravo López G. (2003). “Comunicación y Creatividad: una relación necesaria.” Anuario de la Universidad de Cienfuegos.
Bravo López G. (2003). “La comunicación desde la dimensión didáctica.” Anuario 2003. Universidad de Cienfuegos.
Borroto Cruz M. (2004). Políticas y Estrategias de la Educación Superior. 115 -125. La Habana.
Barraza M, A. (2003). La revisión de literatura en el proceso de construcción del objeto de estudio en la investigación educativa en http://www.galeon.com. Universidad Pedagógica de Durango.
Batista, N. (2003). “La racionalidad comunicativa y la formación profesional”, en: Ética y Sociedad. La Habana: Ed. Félix Varela.