Tania Bess Reyes (CV)
Instituto Superior Minero Metalúrgico de Moa ¨ Antonio Núñez Jiménez, Cuba.
tbess@ismm.edu.cu
Yailet Mena Estévez (CV)
Universidad de Oriente, Cuba
Ymena@ecg.moa.minbas
Resumen
Desde los inicios de la humanidad, el hombre ha usado la vía marítima para transportarse de un lugar a otro. Sin embargo, con el progreso de la humanidad fueron evolucionando los medios de transporte; pero el desarrollo nunca ha sido parejo en las diferentes regiones por causa del egoísmo y el interés económico del hombre. Por tanto Cuba no debía ser la excepción. En los años en que se sucedían los gobiernos de turno, muchas regiones permanecían olvidadas, abandonadas a su propia suerte y sus moradores tenían que solventar sus necesidades con los medios más primitivos que se pudieran encontrar en las primeras décadas del siglo XX.
Este trabajo se dedicará, en lo particular a una parte de la historia Cuba, específicamente a la de Moa, una de estas regiones prácticamente abandonada en aquel entonces, a lo que sucedió en los inicios del desarrollo de este territorio: a cómo se fue poblando, a las causas que propiciaron que se produjera un asentamiento poblacional que se fue incrementando en el transcurso del tiempo, a las actividades económicas fundamentales a las que se dedicaron y, esencialmente, a cómo solventaron sus necesidades básicas.
Se refieren los medios de transporte que utilizaron los primeros pobladores para su arribo a la región, para viajar a otros territorios, para exportar e importar mercancías y se hace obvio que es el mar la primera vía utilizada para todo lo relacionado con la comunicación humana y, sobre todo, la única que prevaleció durante muchos años.
Palabras claves: Moa, industrias económicas, embarcaciones, lanchas de motor, barcos.
Introducción
Moa es un municipio perteneciente a la provincia Holguín en Cuba. De él proviene buena parte del níquel cubano que se exporta actualmente y que contribuye a que se nos conozca a nivel internacional. Hoy puede compararse quizás con cualquier otra región cubana, pero no siempre fue así. Hace más de 53 años atrás todo era muy distinto: era una región aislada, incomunicada de forma terrestre, bastante desconocida y escasamente habitada.
Para conocer lo que sucedió y cómo se fue transformando se acudió a la memoria histórica viva, al testimonio de muchas personas que vivenciaron los hechos: Manuel Noa, Emilia Montero, Ana Vicenta Silot, Jorge Nicot, Cilia Reyes, Pablo Velazco Mir.
Desarrollo
Quien ve el desarrollo que tiene Moa hoy, puede que no piense en el ayer: en sus orígenes, en sus primeros pobladores y en cómo forjaron este pueblo que es una viva muestra de las transformaciones de la Revolución Cubana; pero siempre quedan los historiadores anónimos, los que hicieron la historia y aún viven para contarla.
En los años finales de la década del 30 del siglo XX se podían contar con extrema facilidad las familias residentes en este territorio mientras que, actualmente, se cuenta con una ciudad densamente poblada.
Hoy nadie se pregunta cómo llegaron los primeros habitantes de este pueblo. Eso es algo que permanece en la mente de las más viejas generaciones y de aquellos que fueron protagonistas del hecho y aún viven para contárnoslo. A ellos hay que recurrir para conocer el ayer. Según sus memorias, los primeros llegaron en sus embarcaciones provenientes de Cañete que, actualmente, es una comunidad montañosa del municipio; de regiones pertenecientes a Baracoa llegaron otros por la misma vía y desde Frank País, abriendo caminos entre las malezas, arribó en un camión conducido por su hermano una de las primeras pobladoras del actual municipio.
El poblamiento de Moa estuvo directamente relacionado con el inicio de la explotación de los diferentes renglones económicos y a las características geográficas y físicas del territorio. En aquel momento, era una región poblada de árboles y rodeada de mar. No es extraño entonces, que los primeros que arribaron se dedicaran a la pesca y a la explotación de la madera como actividades fundamentales y, precisamente, la industria maderera fue la primera que se desarrolló, además, constituyó un incentivo para que muchas personas interesadas en obtener mejoría económica se trasladaran hasta aquí, contribuyendo al continuo poblamiento de la región.
Posteriormente, se comenzó a explotar la industria minera con el cromo y se exportó al mundo, sobre todo, durante la segunda guerra mundial y muchos años más tarde se comenzaron a preparar las condiciones para el montaje de la primera fábrica para la explotación del níquel. Con el desarrollo que poco a poco fue alcanzando en estas ramas económicas, poco a poco se fue incrementando el número de pobladores.
Asentados aquí, necesitaban satisfacer las demandas primarias del hombre (alimentos, vestido y calzado), así que otra vez tenían que recurrir a la única vía de comunicación con que se contaba para entrar o salir de la zona, el mar. A través de este llegaban todos los productos económicos que garantizaban la supervivencia y el bienestar de estos habitantes, así como acelerar el desarrollo económico del lugar: desde Cañete traían pescado, casabe, frutos naturales o convertidos en otros productos; desde Baracoa y otras regiones cercanas, pan y pescado, fundamentalmente; desde Santiago de Cuba y Antilla, viandas, otros recursos alimenticios, tejidos y confecciones y otros útiles del hogar. Los comerciantes traían su mercancía en barcos de cabotaje, lanchas, goletas o buques, entre los que sobresalen nombres de lanchas como: La Pinta y La Noche y barcos de cabotaje como: El Prado Rey, El Yara, El Zoila, El Remolino y el José Antonio. Ya en el muelle trasladaban las mercancías a camiones que las distribuían en las fondas, tiendas y otras unidades de comercio de carácter privado que existían en aquella época.
No sólo se importaba. También se exportaban nuestros productos hacia otros territorios: hacia Manzanillo se llevaba frutas y mangles para curtir cueros, hacia Santiago de Cuba, hicacos y para Santo Domingo, plátano fruta. Además, hasta aquí llegaban diversos barcos y lanchas para exportar la madera hacia Antilla y Santiago de Cuba, principalmente; el níquel hacia Estados Unidos y el cromo hacia otros países. Entre sus nombres figuran: La Rafaela, La Dulce y La María Antonia.
Pero no sólo se utilizaba el mar para las actividades del comercio. Los residentes en esta zona necesitaban visitar otras regiones y comunicarse con sus familiares y amigos, así que para ello utilizaban las mismas embarcaciones que arribaban a la zona con fines comerciales y también en lanchas les traían el correo; sin embargo, para visitar a Baracoa, primera villa fundada en Cuba y la ciudad más cercana en aquellos momentos, podían trasladarse en embarcaciones dedicadas especialmente al transporte de pasajeros. Eran lanchas de motor de gasolina que tenían una capacidad de 60 a 70 pasajeros aproximadamente, con nombres como: La Carmelina (que se hundió en uno de sus viajes, en un accidente que provocó hasta muertes y fue motivo de inspiración para una décima anónima), La Ligera, La Conchita, La Nicaro, La Neida y barcos como El San Pedro y El Glenda. Viajaban en días alternos, excepto los domingos Sus dueños radicaban en Baracoa y sus salidas eran controladas por la aduana de aquella ciudad hasta que surgió el gremio moense.
Este transporte, predominó hasta muchos años después del triunfo de la Revolución en que se comenzaron a construir carreteras y caminos que comunicaron al remoto territorio con todas las regiones de la isla. Sin embargo, independientemente de que hoy contamos con varias vías de comunicación, la marítima mantiene su importancia, pues, llegan por mar buena parte de los productos que utilizamos cotidianamente: alimentos, combustibles e insumos materiales diversos y se transportan a través de este la materia prima para la explotación de la principal industria: el níquel y otros productos elaborados; lo que permite que continúe su crecimiento y desarrollo.
Conclusiones
Lo expuesto aquí evidencia el desinterés de los gobiernos de la época por el desarrollo integral del país e incluso la injerencia de capital extranjero para el descubrimiento y explotación de los recursos naturales que enriquecen la zona. Sin embargo, el triunfo revolucionario constituyó una clara muestra de lo que se puede lograr cuando se manifiesta interés.
El panorama hoy es otro, quede como muestra que se cuenta actualmente con todas las instituciones y aseguramientos que garantizan que la ciudad esté completamente comunicada por todas las vías que posibilitan las características físicas con cualquier parte del país o del mundo.