Adianez Fernández Bermúdez (CV)
Profesora e investigadora del Departamento de Estudios Socioculturales
Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas, Universidad de Cienfuegos, Cuba
afernandez@ucf.edu.cu
RESUMEN
El presente artículo es resultado del proyecto de investigación sobre Pensamiento ético. En su contenido se explica la importancia de la aplicación de principios éticos, tales como responsabilidad social y ecológica, y la transparencia, en el desarrollo económico y científico, para lograr beneficios sociales y ambientales y reducir las consecuencias negativas. Se analiza la relación que debe existir entre la perspectiva ética de las empresas, del desarrollo científico y el cuidado del entorno ambiental, se explica la importancia de los principios éticos antes mencionados y se ejemplifica a partir de experiencia cubana.
Los aspectos elementales por los que se rige esta disciplina y estos principios, la importancia para el bienestar social y ambiental, de concebir un desarrollo empresarial y científico éticamente responsable y transparente, reflejan los elementos relevantes de estas páginas.
Palabras claves: Ética, Responsabilidad social y ecológica, Transparencia, Empresa, Desarrollo científico técnico, Medio ambiente.
INTRODUCCIÓN
En estos años se lucha por una imagen ética de las empresas, por una excelencia moral que brinde al consumidor, proveedor y contratista una plena seguridad en su inversión, pero que a su vez esta producción no afecte el entorno ambiental.
En las últimas décadas del siglo XX se empezó a tratar el concepto de desarrollo sostenible, como uno de los más importantes para la supervivencia de la especie humana y del planeta, el cual ha tenido muchas variantes con el decursar del tiempo, pero su esencia sigue siendo la misma, en este caso asumimos se asume el ofrecido en el Informe Brudtland (1987):
...”un nuevo sendero de progreso que permite satisfacer las necesidades y aspiraciones del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades.”
Para lograr este propósito se hace necesario, que tanto el desarrollo científico tecnológico, como el desarrollo económico, cuyo vínculo es indiscutible, tributen al cuidado del medio ambiente . En la actualidad se debate constantemente la necesidad de preveer las afectaciones antes de desarrollar cualquier política económica o científica, el éxito de todo desarrollo económico, social y ambiental, radica en gran medida en la responsabilidad social y la transparencia que deben poseer los encargados de dirigir y ejuctar estas políticas.
Analizar la relación que debe existir entre la perspectiva ética de las empresas, del desarrollo científico y el cuidado del entorno ambiental, es el objetivo de estas páginas; para esto se hace necesario explicar la importancia de principios éticos como la responsabilidad social y la transparencia; además se ejemplifica a partir de la experiencia cubana.
Este estudio resulta necesario para la búsqueda de respuestas y espacios de reflexión, participación y gestión; es por esto que la relevancia consiste en el cuestionamiento de los problemas relacionados con el vínculo entre desarrollo económico, y científico y la protección del medio ambiente; partiendo de la dimensión ética de estos factores, así como de sus protagonistas y de principios como la responsabilidad social y ecológica, y la transparencia.
DESARROLLO
Para comenzar este análisis es preciso plantear algunas interrogantes que permitirán orientar el desarrollo del mismo, ¿Cómo responden los principios establecidos por la ética empresarial y la ética de la ciencia a las exigencias sociales y medioambientales? ¿Es posible lograr un desarrollo económico y científico técnico regido por principios como la responsabilidad social y ecológica y la transparencia? ¿Qué significado tienen estos principios éticos?¿ Cómo influyen estos en el desarrollo de una empresa y en las diferentes políticas científicas y tecnológicas?
Si observamos entre los rasgos de esta nueva cultura ética encontramos entre uno de los principales, la cultura de la confianza, donde la imagen de eficiencia ha sido sustituida por la seguridad entre la empresa económica, el desarrollo científico técnico y el público, por una imagen de responsabilidad social y ecológica y por una transparencia de la misma.
Preguntas como estas, dan paso a un debate moral entre empresarios y científicos, pues sin dudas reconocen que todo sistema económico está inmerso en el gran sistema del medio ambiente, operando dentro de él y manteniendo una estrecha vinculación, por lo que debe existir un equilibrio entre ambos.
La mayoría de las definiciones de la responsabilidad social y ecológica de empresarios y científicos, entienden este concepto como la integración voluntaria, por parte de las mismos, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con sus interlocutores. Ser socialmente y ecológicamente responsable no significa solamente cumplir plenamente las obligaciones jurídicas, sino también ir más allá de su cumplimiento invirtiendo más en el capital humano, el entorno y las relaciones con los interlocutores. La experiencia adquirida con la inversión en tecnologías y prácticas comerciales respetuosas del medio ambiente sugiere que ir más allá del cumplimiento de la legislación puede aumentar la competitividad de las empresas, y la confianza en el desarrollo científico.
Algunas empresas que prestan atención adecuada a los aspectos sociales y medioambientales indican que tales actividades pueden redundar en una mejora de sus resultados y generar crecimiento y mayores beneficios. Se trata, para muchas sociedades, de una actividad novedosa de la que aún queda por hacer una valoración a más largo plazo. La incidencia económica de la responsabilidad social puede deslogarse en efectos directos e indirectos. Se pueden derivar resultados positivos directos aquellos como:
Además, se logran efectos indirectos a través del aumento de la atención que prestan a la empresa, consumidores e inversores, lo que ampliará sus posibilidades en el mercado.
Dentro de la empresa, las prácticas responsables tributan en primer lugar a trabajadores refiriéndose a cuestiones como la inversión en recursos humanos, la salud y la seguridad, y la gestión de cambio, mientras que las prácticas respetuosas con el medio ambiente tiene que ver fundamentalmente con la gestión de los recursos naturales utilizados en la producción.
Cuando hablamos de responsabilidad social y ecológica de la comunidad científica, sin dudas constituye un desafío, las decisiones que deben asumir en algunos casos, suelen ser criticadas, casi siempre por sus consecuencias.
En tal sentido,… “el científico debe ser moralmente responsable por la determinación del curso de su investigación, pues es el más capacitado para hacerlo”… (Bombino, 2004)
Para esto, se hace necesario por parte de los científicos, aplicar el llamado “principio de precaución”, o sea tomar medidas preventivas cuando la implementación de una tecnología pueda resultar peligrosa para el ecosistema en general. Además se debe implicar en las decisiones científicas y tecnológicas que afectan a comunidades enteras o al medio ambiente, a todas las partes interesadas incluyendo a los posibles afectados por la aplicación de la tecnología en cuestión.
Actualmente, uno de los desafíos más importantes a los que se enfrentan las empresas y los centros de creación científica, es atraer a trabajadores cualificados y comprometidos, para lograr que permanezcan a su servicio. En este contexto, las medidas pertinentes podrían incluir:
Las empresas, los gobiernos y las organizaciones científicas están buscando cada vez con mayor intensidad modos complementarios de promover seguridad, bienestar y compromiso social y ecológico, utilizándolos como condiciones para adquirir productos y servicios y promocionar los propios. Ahora bien, reestructurar desde un punto de vista social y ecológicamente responsable, significa equilibrar y tener en cuenta los intereses y preocupaciones de todos los afectados por los cambios y las decisiones. En la práctica, la forma es a menudo tan importante como el fondo para el éxito de las reestructuraciones; en particular, conviene buscar la participación y la implicación de todos los afectados mediante una información y una consulta abierta.
En cuanto al cuidado ecológico, la disminución del consumo de recursos o de los desechos y las emisiones contaminantes puede reducir el impacto sobre el medio ambiente. También puede resultar ventajosa para la empresa y las comunidades científicas, reducir gastos energéticos y de eliminación de residuos y disminuir los insumos y los gastos de descontaminación.
Lejos de circunscribirse al perímetro de empresarios y científicos, la responsabilidad social y ecológica se extiende hasta las comunidades locales e incluye, además de a los trabajadores y accionistas, un amplio abanico de interlocutores: comerciales, proveedores, consumidores, autoridades y ONG defensoras de los intereses de las comunidades locales y el medio ambiente.
El desarrollo empresarial y científico contribuye al progreso de las comunidades en que se insertan, sobre todo a las comunidades locales, proporcionando puestos de trabajo, salarios y prestaciones. Este avance depende de la salud, la estabilidad y la prosperidad de las comunidades donde operan. Asimismo, se interactúa con el entorno físico local, algunas dependen de un entorno limpio – aire puro, aguas no contaminadas o carreteras descongestionadas – para su producción u oferta de servicios. Por otro lado, las empresas y las organizaciones científicas pueden ser responsables de diversas actividades contaminantes: polución acústica, lumínica y de las aguas; contaminación del aire, del suelo y problemas ecológicos relacionados con el transporte y la eliminación de residuos. Como parte de la aplicación del principio ético relacionado con la responsabilidad social y ecológica, se espera que las empresas intenten ofrecer de manera eficaz, pero comprometida socialmente, los productos y servicios que los consumidores necesitan y deseen. Se espera que las mismas establezcan relaciones duraderas con sus clientes, centrando toda su organización en la comprensión de lo que estos desean y ofreciéndoles una calidad, seguridad, fiabilidad y servicios superiores, comprometidos no solo con el bienestar social sino ambiental.
Otro de los principios de esta nueva cultura ética es la transparencia, la cual es necesaria en esta sociedad de la “información”, para que las empresas y organizaciones científicas logren una sólida implantación en un mercado que cada vez será más global. Regirse por estos principios éticos constituye el futuro para empresarios y científicos, por razones de dignidad humana, de lógica económica en la globalización, y de extensión del conocimiento.
La caída de las empresas que habían inflado la burbuja tecnológica sin ofrecer un producto real muestra, bien a las claras, que la cosmética empresarial y científica es una falsa salida a un problema auténtico. En estos tiempos, la práctica de muchas empresas consiste en la puesta en aplicar el dicho “Not In My Back Yard” (no en mi patio trasero), o sea, tienen una imagen solidaria y mucha moral en su región, mientras trasladan los problemas, ecológicos, en especial, a otras áreas del planeta.
Cada vez está más claro que el problema de la ética en las empresas y en las producciones científicas es de transparencia y honestidad. Una ética basada en el principio de transparencia actúa a un doble nivel. Responsabilidad, autoridades y relaciones han de ser transparentes, pero además el principio de transparencia exige tener claro quiénes son parte interesada, tanto las internas, como las externas.
Obviamente una empresa y una organización científica no tienen por finalidad la ética, sino el beneficio, que recompensa el trabajo de mucha gente en común, pero sin ética no hay una producción consolidada. El principio de la transparencia, en definitiva permite obtener beneficios, expulsando del mercado a los tramposos; y por lo tanto, sea en forma de reglas de buen gobierno como en códigos éticos, se necesita porque da seguridad al inversor, confianza al mercado y consolida los derechos de los trabajadores y de la sociedad en general.
EXPERIENCIA CUBANA
Preguntarse ¿cómo funciona todo esto en las empresas cubanas?, ¿tiene Cuba implantada esta cultura ética en su desarrollo económico y científico?; ha sido parte del ejercicio de análisis de estas páginas.
Podemos decir que el sistema empresarial cubano lleva a cabo una nueva renovación denominada Perfeccionamiento Empresarial, proyecto de un basamento ético muy fuerte pues su máxima radica en garantizar al hombre igualdad y justicia social dentro de la empresa. Creando las condiciones para incrementar la producción y los servicios y así lograr una calidad que se corresponda con la eficiencia y la competitividad que prevalece hoy en el mundo y que es necesaria para insertarse en el mercado internacional.
El Perfeccionamiento Empresarial tiene como máxima que las decisiones no sean tomadas arriba, es decir, discutidas arriba y después bajadas para ser aplicadas en la base. Los efectos de este proceso no se limitan de ninguna manera al campo económico. Se manifiestan en la totalidad de la vida, a través de un cambio de las mentalidades. Es un proceso que ofrece mucho al pueblo en el terreno de los derechos. Según lo planteado en las Bases Generales del Perfeccionamiento Empresarial, en el año 1998, podemos decir que:
“El perfeccionamiento de la empresa tiene como objetivo central incrementar al máximo su eficiencia y competitividad, sobre la base de otorgarle las facultades, y establecer las políticas, principios y procedimientos, que propendan al desarrollo de la iniciativa, la creatividad y la responsabilidad de todos los jefes y trabajadores"
Este es también un proceso donde se reflejan y recontextualizan los estratos del pensamiento económico, social y humano de Ernesto Che Guevara, y que se reconoce a través de sus palabras cuando dice en El hombre y el Socialismo en Cuba:"Para que se desarrolle en la primera, el trabajo debe adquirir una condición nueva; la mercancía-hombre cesa de existir y se instala un sistema que otorga una cuota por el cumplimiento del deber social. Los medios de producción pertenecen a la sociedad y la máquina es sólo la trinchera donde se cumple el deber. El hombre comienza a liberar su pensamiento del hecho enojoso que suponía la necesidad de satisfacer sus necesidades animales mediante el trabajo. Empieza a verse retratado en su obra y a comprender su magnitud humana a través del objeto creado, del trabajo realizado. Esto ya no entraña dejar una parte de su ser en forma de fuerza de trabajo vendida, que no le pertenece más, sino que significa una emanación de sí mismo, un aporte a la vida común en que se refleja; el cumplimiento de su deber social”. (Guevara, 1977)
Es preciso aclarar que en Cuba este proceso está tratando de implantarse en casi todos los Ministerios, luchando por conseguir que las empresas cubanas tengan asegurado el paso al mercado internacional, produciendo responsabilidad en los trabajadores y directivos, transparencia en la toma de decisiones y autonomía económica, además de un compromiso social y ecológico.
En cuanto al impacto sobre el medio ambiente, podemos decir que aunque se piense que corresponde al mundo desarrollado saldar esta deuda ecológica, a través de la cooperación, la ayuda financiera y técnica, y las transferencias de tecnologías limpias, así como alcanzar un consenso internacional que establezca un orden económico más neutral y equitativo, siguiendo el principio de la interdependencia mundial y una mayor equidad internacional, aplicando además el principio de la responsabilidad compartida, no se debe obviar que los problemas del medio ambiente, por lo general, no tiene límites fronterizos y abarcan a más de un país, lo que refuerza aún más la necesidad de cooperación entre las naciones.
De ahí que Cuba trace una política medio ambiental que ha definida y sustentada por los principios de desarrollo económico y científico social equilibrado.
La aplicación consecuente de esta política ambiental en el país se ha caracterizado por pasos concretos desde mucho antes de la celebración de la Cumbre de Río:
Cuba cuenta con una Estrategia Ambiental Nacional, aprobada en 1996, donde se exponen, entre otros, los siguientes planteamientos (Fernández, 1997):
Esta misma estrategia es llevada a cabo a nivel provincial y municipal en todo el país. Corresponde al Órgano de Gobierno del Poder Popular Provincial, en estrecha coordinación con la Delegación Provincial del CITMA y con una fuerte interrelación con las comunidades bajo su atención; garantizar y controlar su aplicación así como establecer adecuaciones y prioridades correspondientes a las características y principales necesidades del lugar.
Así mismo, la Delegación Provincial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, como Organismo de la Administración Central del Estado y rector de la política y gestión ambiental en la provincia, se encarga de desarrollar la Estrategia Ambiental Provincial y concertar las acciones encaminadas a mantener los logros ambientales alcanzados y contribuir a superar las insuficiencias existentes, a la vez que garantiza que los aspectos ambientales sean tenidos en cuenta en las políticas, programas y planes de desarrollo en la provincia.
Para materializar en el territorio la incorporación de la dimensión ambiental en cada actividad en la práctica, es necesario crear un espíritu de solidaridad, corresponsabilidad, cooperación y coordinación en torno a la protección ambiental con todos aquellos organismos productivos, de servicios, con sus uniones de empresas o dependencias en las instancias provinciales y municipales.
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
Bases Generales del Perfeccionamiento Empresarial (1998): Palacio de la Revolución, La Ciudad de La Habana, 18 de agosto de 1998.
Cortina, A. (2002, Mayo - Agosto): “La dimensión pública de las éticas aplicadas”, 10 (29), 45 – 64. 16 de Septiembre del 2002.
Guevara,Ché. (1977): “Escritos y discursos Tomo 8”, La Habana: Editorial de Ciencias Sociales
Fernández, M. (1997) “Política Ambiental Cubana. Reflexiones para un Desarrollo Sostenible” RevistaCuba Socialista 6 (2 – 14.)
Libro Verde (2001) “Fomentar un marco europeo para la responsabilidad social de las Empresas”, Bruselas: Comisión de las Comunidades Europeas
López Bombino, L. (2004): “Por una ética de la ciencia y la tecnología: ideas y perspectivas”, en El saber ético de ayer a hoy Tomo I, La Habana: Editorial Félix Varela.
Machado,D. (2000) “El aspecto ideológico del Perfeccionamiento Empresarial”. Revista Cuba Socialista 19 (35 – 44)
Nuñez, L.(1996) “Ética Pública y Moral Social”, Madrid: Editorial Noesis
Robinett, Jane (1991): “Ética y ordenadores: por dentro y por fuera”, en Ramírez, E.R y Alfaro, M. (1991): Ética, Ciencia y Tecnología. Costa Rica: Editorial Tecnológica
Váldes, C. (2005) “ Ecología y sociedad. Selección de lecturas”, La Habana: Editorial Félix Varela
II Congreso Internacional de Tecnoética. Comunicaciones.(2001) Barcelona