Pedro Luis González Cruz El Nacional Reformismo como corriente política se desarrolla en Cuba en los
años de 1944 a 1952, con la llegada al poder del Partido Revolucionario Cubano
(auténticos) y el amplio movimiento de masas que desarrolló el Partido del
Pueblo Cubano (ortodoxos) desde la oposición.
Se ha planteado por algunos historiadores, al servicio de EEUU (cubanólogos) que
el Nacional Reformismo no llegó a desarrollarse debido al golpe de Estado dado
por Fulgencio Batista en 1952. Por tanto el triunfo de la Revolución no era
necesario, había que regresar al pasado, al Nacional Reformismo Populista. Sin
mencionar la carga de males sociales que proliferaron en estos años, analizado
por Fidel Castro en su alegato de autodefensa “La Historia me Absolverá”, cuando
dijo:
“Lo inconcebible es que la mayoría de las familias de nuestros campos estén
viviendo en peores condiciones que los indios que encontró Colón al descubrir la
tierra más hermosa que ojos humanos vieron” (1)
pedro00066@fcsh.upr.edu.cu
La compleja situación internacional existente, al llegar al poder el Nacional Reformismo en Cuba, está caracterizada por el fin de la II Guerra Mundial, el esfuerzo de la Humanidad por acabar con el Fascismo, el inicio de la Guerra Fría, el período de crisis postbélico para los países de Europa y la transformación de EEUU en una superpotencia económica y militar, comenzado a crear nuevos mecanismos de control del área latinoamericana.
América Latina en este período incrementó sus exportaciones, las burguesías nacionales emprendieron la industrialización de sus países, originándose una coyuntura favorable para el desarrollo de movimientos de corte nacional reformista burgués, con una marcada orientación populista, que se convirtieron en utopías, pues estábamos insertados en el Sistema Capitalista Mundial como fuente de materia prima, por tanto no podía existir desarrollo industrial.
Cuba no es extraña a este movimiento continental reformista burgués, aunque planteaba exigencias específicas, debido al monocultivo azucarero, la concentración del comercio exterior y la debilidad de la industria nativa, pero se comparaba favorablemente con otros países latinoamericanos.
Representada esta corriente por el Partido Revolucionario Cubano (auténticos) en el poder y el Partido del Pueblo Cubano (ortodoxos) en la oposición, en cuyo seno se desarrollaron tendencias políticas más radicales y combativas. Desde la presidencia, los auténticos, trataron de aplicar estas reformas burguesas, las cuales lamentablemente no fructificaron y sí lograron el enriquecimiento personal de sus líderes y todas las lacras que minaron aquella sociedad.
El Nacional Reformismo en Pinar del Río se comportó al igual que en resto del país, aunque tuvo sus características específicas, por la afinidad de sus líderes con la provincia, los Presidentes Ramón Grau San Martín y Carlos Prío Socarrás, nacieron en La Palma y Bahía Honda respectivamente y Eduardo Chibás, líder ortodoxo, tenía lazos familiares y de amistad con la provincia. Esto unido a que cumplieron en alguna medida con su programa demagógico, logró dar una imagen de benevolencia en la sufrida población pinareña de muy bajo nivel cultural en aquella época. Dejando en realidad una secuela de atraso en todos los niveles de vida de la provincia en estos años, valorado también por Fidel Castro, en el discurso pronunciado el 26 de julio de 1976 en Pinar del Río al expresar:
“En el capitalismo, ninguna población del país fue más olvidada y ninguna población de Cuba fue objeto de mayor indiferencia y hasta podríamos decir de desprecio”(2)
El Partido Revolucionario Cubano (auténtico) tuvo sus representantes en Pinar del Río y sus líderes a nivel nacional poseían fincas, donde trabajaban soldados, casas de descanso para sus orgías y jugosos negocios en el territorio.
Estos dos pinareños, Ramón Grau San Martín y Carlos Prío Socarrás, solo venían a la provincia a preguntar que se necesitaba, para luego hacer promesas, de las cuales cumplían algunas, que le servían para tratar de demostrar la alternativa viable del Nacional Reformismo.
El Reformismo como opción política, surge en Cuba desde el siglo XiX, alternando con otras corrientes, hasta que las ideas independentistas condujeron al estallido de la Guerra de los Diez Años. En la Tregua Fecunda, víspera de la Guerra del 95 el Autonomismo se presenta como opción, censurado duramente por José Martí y Antonio Maceo, que demostraron con su crítica a esta alternativa, su pensamiento dependiente y que no era la solución al problema cubano.
En la República Neocolonial resurgen estas ideas con el Nacional Reformismo, en un momento de reforzamiento de la nacionalidad, de la cubanía y de la cultura.
El autor de este trabajo define el Nacional Reformismo como un modelo de desarrollo que surge en Cuba en esta época, formando parte del contexto latinoamericano, donde la burguesía toma una posición reformista, nacionalista y populista, planteando entre otras cosas la defensa de la nación cubana, diversificación de la economía, reforma agraria y redistribución de las riquezas, pero que al tomar el poder traiciona al pueblo y tiene que subordinarse al imperialismo norteamericano, pues éramos suministradores de materias primas, por lo que el desarrollo industrial no era más que un espejismo.
El estallido de La II Guerra Mundial originó una coyuntura favorable al desarrollo de estos movimientos de corte nacionalista burgués, pero con una marcada orientación populista, expresada en medidas redistributivas de amplio beneficio popular, como el de Lázaro Cárdenas en México y Getulio Vargas en Brasil entre otros, que poco a poco se difundieron hacia otros países de América Latina.
La experiencia auténtica en Cuba plantea exigencias específicas derivadas del monocultivo azucarero, la concentración desmedida del comercio exterior y la extrema debilidad de la industria nativa.
El autenticismo con su flamante programa entró en crisis, puesta de manifiesto en la corrupción política administrativa en grado superlativo, el crecimiento y desarrollo del gangsterismo, mal que minaba el Estado y sus dependencias, en la división ocurrida en el PRC(a) y que dio origen al desprendimiento del grupo de ortodoxos y por último en las características que revistió la dependencia y subordinación de estos gobiernos a la política imperialista de EEUU.
Pinar del Río se caracterizó históricamente por el atraso y el abandono tras largos siglos de explotación colonial.
Grau pensaba que tenía ganadas las elecciones en esta provincia, por ser su “terruño querido”, pero para su sorpresa, recibió una gran derrota.
El jueves 1ro de junio de 1944 se celebraron elecciones generales en todo el territorio nacional. El resultado: La Alianza Auténtica – Republicana obtuvo una mayoría en todas las provincias excepto en Pinar del Río, donde triunfó La Coalición Socialista Democrática, por cerca de 20 000 votos.
A pesar de la campaña demagógica de Grau y de haber nacido en Pinar del Río, Carlos Saladrigas, representante del Partido Demócrata gana las elecciones en esta provincia, con una marcada diferencia de 25 363 votos
Pero. ¿Cuál es la causa, por la que el autenticismo pierde las elecciones en Pinar del Río, no siendo así en las demás provincias?
Las palabras de Blas Roca, en una intervención en nuestra provincia, el 23 de enero de 1950, dan respuesta a esta interrogante:
“Naturalmente yo creo que el problema en Pinar del Río es muy dificultoso; es más dificultoso que el mismo problema en la provincia de Las Villas, en La Habana, en Oriente o en cualquier otra provincia. En la provincia de Pinar del Río hay un retraso en el desenvolvimiento político partidista con relación a todas las provincias de nuestro país. Aquí impera todavía una especie de feudalismo dentro de la política provincial. Es verdad que aquí hay una docena de personas que controlan todos los partidos, Liberales, Demócratas, Auténticos ya están completamente iguales, ya están en manos de las mismas personas, perfectamente combinados, con pequeñas diferencias que siempre se marcan entre ellos. No es casualidad que aquí surgiera la formula del cooperativismo, porque es que los grandes latifundistas de aquí, los grandes propietarios, los mantenedores del feudalismo económico, ya sabían como se hacía el cooperativismo en la práctica, porque lo tenía antes de existir el cooperativismo.”(3)
Queda claro que en Pinar del Río, está presente el “caciquismo político”, donde los grandes terratenientes, los grandes magnates dueños de la provincia desde el punto de vista económico, (los Ferro por ejemplo, representantes del Partido Demócrata), eran los dueños de la política, logrando con distintas maniobras el triunfo en las elecciones.
Cuatro años después en 1948, aunque la balanza se inclinaba hacia los auténticos, la reelección de Grau, no era apoyada por nuestra provincia.
El viento soplaba a favor del PRC(a), pero esta vez no era el viejo profesor de Fisiología, sino su discípulo más cercano y coterráneo, quien se llevaría el máximo de votos en nuestra provincia.
En las elecciones del 1ro de junio de 1948, otro pinareño, candidato de la Alianza Auténtica Republicana, Carlos Prío Socarrás triunfó en las 6 provincias.
Prío, natural de Bahía Honda, hijo de Regla Socarrás y nieto de Carlos Socarrás, insigne patriota pinareño, que fue designado por el Lugarteniente General Antonio Maceo, Jefe de Operaciones en la región de Bahía Honda durante la Invasión a Occidente en 1896, obtiene 9 260 votos más que su contrincante de la Coalición Democrática Liberal en nuestra provincia, para la Presidencia de la República; de los 9 Senadores electos por Pinar del Río, 6 son auténticos; el Gobernador Provincial electo, Cirilo Bugallo Blanco obtuvo 13 240 votos, por encima del candidato demócrata y se eligieron 3 Representantes auténticos a la Cámara por Pinar del Río.
Cuatro años de gobierno auténtico, con promesas cumplidas o por cumplir, hicieron que el pueblo pinareño votara por el Nacional Reformismo, con la esperanza de que en los próximos cuatro años y con otro pinareño de Presidente, se le diera solución a su difícil situación.
A pesar de la imagen de alternativa política, que trató de dar el Nacional Reformismo en Pinar del Río y que la sufrida población de aquella época, veían con admiración a las figuras representantes de esta corriente, la realidad fue otra bien distinta.
En ocho años de gobierno, el divulgado programa no fue cumplido completamente y lo realizado, solo sirvió para el enriquecimiento personal de los presidentes y sus seguidores, dejando una consecuencia de atraso económico y social, que reafirmó el título de “Cenicienta” a la provincia.
Un problema tan antiguo como el territorio, fue la inexistencia de agua. El Comité “Todo por Pinar del Río” a un mes de ser elegido Grau San Martín como Presidente de la República, el 1ro de julio de 1944, le envió un telegrama rogándole, que cumpliera su promesa de resolver el problema del acueducto antes de terminar su mandato.
La respuesta de Grau, fue el envío del Ministro de Obras Públicas y técnicos para la realización de pozos a un costo aproximado de 50 000 pesos en apertura y habilitación, equipos de bombas, transformadores y tendido eléctrico. Esto no incluía la expropiación del terreno, donde se encontraban los pozos existentes y los que se pretendían perforar, que se hallaban en una finca de 4 caballerías de terreno, próximos a la ciudad.
Los propietarios del terreno para abrir los pozos para el agua, eran la familia Ferro, los cuales pedían 250 000 pesos por estos terrenos. El Gobierno manifestó que tendría que apelar a la expropiación de la finca. Al final el litigio se resolvió como buenos amigos, pagándole a plazos esta cantidad. Con lo que costaban los terrenos y los pozos (250 000 y 50 000 pesos) se podía terminar la presa Cayo Grande y realizar el acueducto.
Por otra parte no existía estabilización entre los precios y los jornales, estos últimos iban a la zaga, a gran distancia de los precios. La carne, el arroz, la leche, los frijoles, la mantequilla, el pan, los efectos de hierro fundido, el pescado, las aves, los huevos y las viandas, aumentaron de precio en julio de 1944. El pueblo pinareño se preguntaba: ¿Cuánto vale un peso?
En febrero de 1945, el Gobierno de Grau, concedió una relación de créditos para la construcción de caminos, carreteras y edificios para distintos lugares de la República y la provincia de Pinar del Río no rezaba para nada en esta relación.
Mientras que en la provincia no había edificio para la Escuela Normal, ni la de Comercio, el Instituto de Segunda Enseñanza era una ruina y una amenaza constante, no contaba Pinar del Río con Escuela de Artes y Oficios, ni Escuela del Hogar, las Obras del Instituto Técnico Industrial estaban paralizadas, los puentes de todas las carreteras de esta provincia ofrecían grave peligro, sin embargo se dan créditos para obras que podían esperar.
Contando con lo consignado para abono a los campesinos y auxilio a los productores de café damnificados, de un ciclón que azotó nuestro territorio, lo concedido no llegaba a 2, 35 % del total de créditos, de más de 5 millones.
El Gobernador provincial Armando del Pino, en agosto de 1945 remite una carta al Presidente Grau y un telegrama al Ministro de Comercio, su contenido guarda relación con la falta de artículos de primera necesidad:
“Falta casi total de alimentos de primera necesidad. Esta provincia. Hacen necesario rápida actuación. Organismos gubernamentales solución grave problema de abastecimientos. Situación es alarmante. Sobre todo población campesina. Especialmente Términos de Guane y Mantua. Donde solo tienen como alimento pan. Siendo preciso el envío de arroz, frijoles y manteca. Fin de evitar pueda ocurrir graves desordenes públicos. Este ejecutivo recomienda medidas urgentes. fin solucionar satisfactoriamente vital problema subsistencia.”(4)
Otro problema sin resolver era el Hospital Civil “Raimundo Menocal”, el hoy Hospital “León Cuervo Rubio”. Esta obra fue comenzada por Batista y abandonada. El Comité “Todo por Pinar del Río” en agosto de 1947 pidió al Ministro de Obras Públicas su culminación, pero no hubo respuesta. El profesor de Fisiología después de 3 años de Gobierno no había terminado dicho Hospital, que se encontraba en estado alarmante, no existían medicinas, hasta el punto de que por falta de plasma falleció una enferma, la comida de los enfermos era escasa y mala, pues nadie quería suministrar alimentos porque se retardaba el pago o no se pagaba, el servicio de los médicos solo se hacía por la mañana, por la tarde y por la noche no habían servicios médicos, sino enfermeros.
La carretera de Guane a Mantua resultó una burla a los vecinos que tenían la esperanza de establecer esta vía de comunicación, se gastó el dinero en una obra bien pagada, que duró dos años, por la mala calidad de los materiales y la construcción de última categoría.
La política de “Nuevos Rumbos” dirigida por Prío, en la Presidencia, llevó a nuestra provincia por viejos rumbos.
La caja de Estabilización del Tabaco, en el año 1948, no compró ninguna cantidad a los cosecheros, justificando que esto obedecía a que el conjunto general de la cosecha, no llegó al 50 % de lo establecido por el decreto 2 740, no obstante burlado el decreto.
En 1950 el Hospital de Guanito, construido por Grau, todavía no funcionaba, pero se cobraban las comisiones. Este se convirtió en un brillante en las manos de un mendigo, pronto se conoció que en la plantilla del flamante hospital no figuraba ningún cirujano, de la capacidad de 100 ingresos, solo existían 63 camas. La morgue se había situado a la entrada, junto al cuerpo de guardia, lo que ofrecía un espectáculo penoso para enfermos y acompañantes. No existía un local de descanso para el personal de guardia. Pero todo esto no era lo más grave. El hospital de Guanito no tenía agua, esta solo se podía subir a cubos pues estaba emplazado a 235 metros de altura y distaba unos 6 kilómetros de la fuente de abasto más cercana, sin contar que por lo montañoso del lugar se requería de varias bombas de gran potencia a lo largo del trayecto para impulsarla. El hospital “Pilar San Martín” se convirtió en otro jugoso negocio de los auténticos.
A esto el Presidente no le prestaba mucha atención, sin embargo firmó un decreto que facilitaba a EEUU una inversión de 250 000 dólares, nada menos que para la siembra de algodón en nuestra provincia.
El golpe de Estado dado por Batista el 10 de marzo de 1952, fue recibido en la provincia por las clases dominantes, como un movimiento revolucionario, que triunfó sin efusión de sangre y por ello la nación toda debía felicitarse.
La prensa de la época en nuestra provincia presentó la foto de Prío, con su esposa Mary Tarrero y su hija María Elena, en la escalerilla del avión Douglas D-6, para abandonar el país y con una frase al pie de la foto: “Volveremos”, mantenía la esperanza de continuar en la Presidencia de la República.
Fidel Castro como jefe de un movimiento que rompió con todos los partidos corruptos y proimperialistas, viajó a Pinar del Río a entrevistarse con Pepe Suárez Ramos, organizador del movimiento en Pinar del Río y le dijo: “... Tenemos que hacer algo, ni auténticos, ni ortodoxos van a resolver nada” (5)
El Nacional Reformismo era incapaz de resolver el problema cubano, demostrando sus limitaciones. En nuestro territorio realizaron algunas obras sociales, que solo sirvieron para engrosar los bolsillos de sus dirigentes y sumergieron a Pinar del Río en mayor atraso con respecto a las otras provincias, ya que en esta, por la aproximación de sus líderes, hacia más creíble su programa demagógico.
El Nacional Reformismo en Pinar del Río, a pesar de que se comportó de forma similar al resto del país, tuvo sus particularidades con respecto a las otras cinco provincias, donde el PRC(a) logró una amplia victoria en las elecciones de 1944, no así en nuestra provincia que triunfó el Partido Demócrata en la mayoría de los 15 Términos Municipales, debido al caciquismo político existente.
Si cumplió alguna de las tantas promesas hechas en las visitas y discursos demagógicos realizados en nuestro territorio, incluso muchas de ellas no llegaron a concretarse, fue con el fin de hacer creíble esta alternativa, recurriendo además a la “conciencia de sus queridos coterráneos”, logrando así una imagen de opción política en la población pinareña de la época.
El Nacional Reformismo en la provincia durante los años de 1944 a 1952, no hizo otra cosa en la práctica que defraudar al pueblo pinareño, que había puesto sus esperanzas en el espejismo que significaba esta corriente, liderada por dos pinareños en el poder, Ramón Grau San Martín y Carlos Prío Socarrás. Durante estos ocho años de gobierno prestaron menos atención a Pinar del Río, que a las demás provincias y no concedieron muchas de las peticiones del territorio, haciendo realidad una frase de la época, muy popular entre los pobladores de nuestra región: “Cuba llega hasta La Habana”.
Pocos créditos para obras públicas de importancia como hospitales, carreteras, limpieza de calles, el Instituto de Segunda Enseñanza entre otros, desfalco en la Caja de Estabilización del Tabaco, poca atención a los damnificados de los dos ciclones de importancia que golpearon la provincia en este período, fueron los elementos que demostraron que ni la “cubanidad”, ni la “cordialidad”, ni la “escoba” de los ortodoxos iban a resolver el problema del atraso de Pinar del Río en comparación con las demás provincias, que luego con el golpe de Estado de 1952, este se agudizó, de ahí la participación masiva de los pinareños en las acciones que se avecinaban, liderados por Fidel Castro y el nuevo movimiento revolucionario.
Notas Bibliográfica
(1) Castro Ruz, Fidel: La Historia me Absolverá, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1973, p. 53.
(2) Castro Ruz, Fidel: Discurso pronunciado en el Acto Conmemorativo del XXIII Aniversario del Asalto al Cuartel Moncada, el 26 de julio de 1976 en Pinar del Río, en Discursos , Tomo III, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1979, p. 228.
(3) Intervención del compañero Blas Roca Calderío en la reunión del Comité Provincial de Pinar del Río, celebrada en Artemisa, el 23 de enero de 1950 para discutir las perspectivas electorales en relación con las Alcaldías en la provincia. Folleto. Archivo Provincial de Historia. Pinar del Río. Pág. 4
(4) Periódico El Heraldo Pinareño. 22 de mayo de 1945. Archivo Provincial de Historia. Pinar del Río. P. 3
(5) Periódico Guerrillero, Suplemento Nuestra Historia, Pinar del Río. Julio – Septiembre, 1982. P. 2.
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