Mariela Hemilse Acevedo (CV) (*)
En las investigaciones sociales cualitativas, el análisis de datos no es una
fase del proceso de investigación sino un proceso en continuo progreso, dinámico
y creativo (Taylor y Bodgan, 1986: 158), que se da en simultáneo con la
recolección, la codificación y la interpretación y escritura narrativa de los
datos. Entendido de esta manera, el análisis es un proceso que incluye a la
codificación como una de sus partes, aquella en la cual se segmentan y se
reorganizan los datos por medio de códigos o categorías que sustentan el trabajo
interpretativo con los datos. Así, la codificación se entiende como un
procedimiento analítico particular (Coffey y Atkinson, 2003: 37; Maxwell, 1996:
12; Strauss y Corbin: 2002), que en breve describiremos detenidamente.
acevedo_mariela@hotmail.com
En estas páginas nos proponemos realizar algunos señalamientos breves acerca
del proceso de codificación en los estudios cualitativos, prestando atención a
la relación entre la codificación y el análisis y al lugar tiene la teoría en
este proceso.
Por su parte, Coffey y Atkinson (2003: 12) consideran que “el análisis es un proceso cíclico y una actividad reflexiva; el proceso analítico debe ser amplio y sistemático pero no rígido, los datos se fragmentan y dividen en unidades significativas, pero se mantiene una conexión con el total; y los datos se organizan según un sistema derivado de ellos mismos. Como un todo, el análisis es una actividad inductiva guiada por los datos”. Respecto de la codificación, esta definición indica que las categorías que se elaboran deben ajustarse a los datos y no a la inversa, de manera que no se utilizan conceptos de forma estática y definitiva que obliguen a los datos a “encajar” en ellos.
Asimismo, este modelo inductivo de investigación supone un determinado rol de la teoría en el análisis cualitativo. En líneas generales, puede decirse que en investigación cualitativa la teoría o el marco teórico no es algo que preexiste de manera cerrada y definitiva sino que se va construyendo a lo largo de la investigación (Creswell, 1994a). De manera que durante el análisis la teoría funciona más como guía interpretativa que como marco conceptual prescriptivo y estático. Por eso se dice que se trabaja más bien con conceptos sensitivos o sensibilizadores. Dichos conceptos suelen tener un menor nivel de especificidad que los conceptos definitivos, y sirven de guía para la aproximación analítica a los datos empíricos. Según el creador de esta denominación, “mientras que los conceptos definitivos proporcionan prescripciones sobre lo que se ve, los conceptos sensitivos meramente sugieren direcciones a donde dirigir la mirada” (Blumer, 1954: 7, en Hammersley y Atkinson, 1994: 197).
Pero es necesario mencionar que también hay que tener en cuenta el tipo de diseño de investigación cualitativa de la que se trate y los objetivos de investigación para entender el lugar de la teoría en el análisis. Si se trata de un estudio exploratorio o descriptivo, es muy probable que la teoría ocupe un papel secundario, puesto que el foco no estará puesto en la interpretación y conceptualización del objeto de estudio sino en su elucidación y descripción. Ello sucede, por ejemplo, en algunos estudios etnográficos que llevan adelante la indagación y el análisis de lo más despojados posible de presupuestos teóricos (lo cual no significa que los datos no sean interpretados y organizados por el investigador).
Otros diseños cuyos objetivos no son simplemente descriptivos sino que apuntan a lograr cierta interpretación y teorización acerca de lo que estudian –e, incluso, aquellos trabajos que tienen como objetivo el desarrollo o verificación de teoría sociológica, tales como algunos trabajos etnográficos y las investigaciones que aplican procedimientos analíticos de la teoría fundamentada y la inducción analítica- suelen darle participación a la teoría en el análisis de los datos. Así, exceptuando las investigaciones que buscan comprender la realidad en los propios términos de los actores (para lo cual usan muchas veces sólo conceptos nativos), se suelen utilizar conceptos sensibilizadores que ayuden a formular preguntas iniciales; esto es, conceptos teóricos flexibles que permitan abrir la indagación más que constreñirla. También se pueden armar tipologías como forma de análisis a partir de ciertas teorías, o pensar interrelaciones entre categorías desde algún marco conceptual previo, aunque siempre buscando el sustento en el material empírico. Es decir, sosteniendo siempre una lógica inductiva, en investigación cualitativa debe haber una relación recíproca entre los datos y la teoría durante el análisis: “los datos deben permitir generar proposiciones en un modo dialéctico que permita usar esquemas teóricos a priori, pero sin que ese esquema particular se convierta en el receptáculo donde los datos deben verterse” (Alter, 1986: 267, en Creswell, 1994a: 12). De manera que los conceptos teóricos que se formulan en la interpretación de los datos se van construyendo en el proceso mismo de análisis. En este sentido, en los estudios que tienen por objeto generar teoría, ésta irá emergiendo y desarrollándose durante la recolección de la información y su análisis.
Asimismo, el uso o no uso de conceptos teóricos durante el análisis se relaciona con el tipo de codificación que se emplea. Por ejemplo, se puede codificar de manera inductiva o abierta, donde se alienta el surgimiento de códigos de manera múltiple e indeterminada en función de lo que va apareciendo como relevante en los datos (esto es, inductivamente), en cuyo caso pueden llegar a utilizarse códigos in vivo o códigos surgidos del vocabulario de los informantes (aunque este tipo de codificación inductiva no implica que el investigador no use su bagaje teórico para codificar); o bien utilizar conceptos ya trabajados en investigaciones previas para organizar la información (esto es, utilizar conceptos teóricos del marco conceptual en la codificación y el análisis). Obviamente, diferentes estrategias de codificación pueden combinarse en un mismo estudio (Ruiz Olabuénaga, 1996: 68-70).
Lo dicho hasta aquí permite caracterizar a la codificación en investigación cualitativa como un proceso dinámico cuyo propósito es vincular diferentes segmentos de los datos con conceptos y categorías en función de alguna propiedad o elemento común (Coffey y Atkinson, 2003: 32). Se puede pensar como un procedimiento heurístico, que pretende “quebrar” los datos y reorganizarlos en categorías de manera tal de poder comparar los distintos fragmentos de datos al interior de cada categoría, comparar distintas categorías entre sí, establecer relaciones entre categorías, e integrar las categorías en conceptos de mayor generalidad a los fines de aportar al desarrollo de conceptos teóricos (Maxwell, 1996). Básicamente, las categorías se toman como herramientas para pensar, que se van desarrollando a medida que se trabaja con los datos (Coffey y Atkinson, 2003).
En cambio, la codificación en investigación cuantitativa puede caracterizarse como un procedimiento clasificatorio, que consiste en “la aplicación de un conjunto de categorías preestablecidas a los datos, de acuerdo a reglas explícitas y certeras con el objetivo principal de cuantificar la frecuencia de los ítems en cada categoría” (Maxwell, 1996: 13). Para entender esta idea, pensemos en la lógica de un diseño cuantitativo de investigación. Siguiendo un procedimiento deductivo, se parte de una serie de proposiciones e hipótesis explícitas acerca de lo que se quiere investigar, las cuales se pondrán a prueba empíricamente. Para ello se definen las variables y sus respectivos atributos (o categorías) sobre los que se relevará información empírica. Luego de la recolección de datos -realizada en función de los indicadores que se establecieron para cada variable en estudio-, restará llevar adelante la codificación de las categorías por medio de símbolos –usualmente valores numéricos- para luego proceder al análisis estadístico de los datos.
Para ejemplificar el procedimiento de codificación en estudios cuantitativos, pensemos en el tratamiento de los datos estructurados de una encuesta. Una vez aplicada la encuesta, si no se han precodificado las respuestas, se le asigna un código o número a cada una de las opciones de respuesta (categorías) y, de existir, se cierran las respuestas abiertas (es decir, se reagrupan las respuestas en un sistema cerrado de categorías). Luego, se procede a la elaboración del manual de códigos y a la codificación de las encuestas. Aquí, la codificación termina siendo una operación más bien mecánica de asignación de un código o número a los datos, de manera que es un procedimiento previo al análisis que puede ser realizado por una persona distinta al propio investigador. Y decimos que tiene una finalidad clasificatoria y no heurística o interpretativa puesto que el dato se ordena en sólo una de las categorías preestablecidas para cada variable, para luego hacer comparaciones entre categorías. Esta clasificación permite la cuantificación de casos por categoría y el posterior tratamiento estadístico de los datos. Para ello, recordemos que es necesaria la elaboración de una matriz de datos, donde se registran los códigos o valores que adopta cada unidad de análisis en las distintas variables estudiadas (Hernández Sampieri, et. al., 1998: 319-333).
Así, observamos que a cada segmento de la información relevada para cada uno de los casos se le asigna una única categoría, a diferencia del proceso de codificación en investigación cualitativa donde puede haber una codificación múltiple de un mismo fragmento textual. A su vez, el sistema de categorías es cerrado y difícilmente sufra modificaciones (salvo que, por ejemplo, se recategoricen variables, pero esto es siempre una actividad posterior a la recolección de datos y no altera el carácter cerrado del sistema de codificación).
Por su parte, hemos adelantado que las categorías usadas en la codificación cualitativa son analíticas o conceptuales y no clasificatorias, y que van surgiendo y reelaborándose a medida que se recolectan y analizan los datos. En este tipo de estudios también puede confeccionarse un manual de códigos para iniciar la codificación de los datos, pero será utilizado como una herramienta que organiza la codificación y establece relaciones entre las categorías y sus subcategorías, pero no determina la codificación (tengamos en cuenta que en la codificación de estudios cualitativos se pueden usar números para identificar categorías y subcategorías, hecho que muchas veces favorece la individualización de las categorías en el texto). Por ello, el manual de códigos va sufriendo cambios a medida que se codifica y se relee el material, se abren categorías y subcategorías, se unen categorías, etc.; siempre hay un descubrimiento en progreso de nuevas interpretaciones y líneas de indagación de los datos y el sistema de códigos y conceptos no es estático. Tal es la dinámica de la codificación en investigación cualitativa: añadir, suprimir, expandir y redefinir las categorías a los fines de refinar el sistema de categorías.
Pero hasta aquí sólo hemos mencionado al proceso de reducción/descontextualización de los datos que opera en la codificación de las investigaciones cualitativas: así, indicamos que el primer paso del proceso de análisis comienza con la reducción de la información voluminosa que se recoge en el campo a partir de su codificación, donde se trata de descomponer los datos y agruparlos en distintas categorías, propiedades, temas o grupos que le den a los datos cierta unidad significativa (Coffey y Atkinson 2003; Creswell, 1994b). Por su parte, Strauss y Corbin (2002) -exponentes de la teoría fundamentada- señalan que el proceso de codificación no puede pensarse sólo como una reducción de los datos sino que también debe ser visto como una complicación de los mismos, en el sentido de intentar abrirlos a fin de interrogarlos, de pensar en forma creativa con ellos, de ensayar conceptos, identificar sus propiedades y dimensiones. Esto es lo que ellos llaman la “codificación abierta”, donde emergen las categorías y subcategorías.
Ahora bien, tal como pretendí señalar en estas páginas, en investigación cualitativa la codificación forma parte del proceso de análisis de datos. Una vez codificados los datos, se puede comenzar a pensarlos de otra manera. Pero este trabajo interpretativo requiere pasar a la recontextualización de los mismos (Tesch, 1990, en Coffey y Atkinson, 2003 y Creswell, 1994b). Es decir, del dato segmentado a partir de su codificación en distintas categorías y subcategorías, se debe pasar a un dato significativo para proceder a su interpretación. Con ello me estoy refiriendo al trabajo reflexivo y creativo de conectar los datos, de pensar distintas relaciones entre los conceptos de manera tal de tener una imagen total de los datos. Nuevamente, pensando en los términos utilizados por la teoría fundamentada, se puede mencionar a la codificación axial y la codificación selectiva como dos procedimientos analíticos que permiten pasar a la interpretación (Coffey y Atkinson 2003: 54-55). Así, mientras la codificación axial remite al trabajo de agrupar las categorías con sus subcategorías, relacionando las propiedades y dimensiones que se identificaron al interior de cada una de ellas, la codificación selectiva es el proceso de integrar y refinar categorías a los fines de construir teoría. Este último tipo de codificación implica descubrir las categorías centrales de la investigación. Una vez identificadas las categorías centrales, se construye alrededor de ellas una red de conceptos como forma de ir integrando las categorías y generando teoría (Strauss y Corbin, 2002).
Obviamente, no todas las investigaciones cualitativas tienen por finalidad la generación de teoría, tal como ocurre en la teoría fundamentada. Es de acuerdo a los fines analíticos de cada estudio que se establece la complejidad del sistema de categorías que se elabora y los niveles de generalidad y abstracción que se alcancen en la codificación. En cualquier caso, se tratará de un modo sistemático de desarrollar y refinar las interpretaciones de los datos.
Notas.
* Licenciada en Sociología. Profesora y Maestranda de la Universidad de Buenos Aires.
Investigadora del Instituto de Investigaciones Gino Germani – Universidad de Buenos Aires.
Correo electrónico: acevedo_mariela@hotmail.com
Referencias bibliográficas.
Coffey, A. y Atkinson, P., (2003). "Capítulo 1: Variedad de datos y variedad de análisis y Capítulo 2: Los conceptos y la codificación". En Encontrar el sentido a los datos cualitativos, Colombia: Universidad Nacional de Antioquia.
Creswell, J., (1994a). "Capítulo 6: The use of a theory". En .Research Desing. Qualitative & Quantitative Approaches, Thousand Oaks: Sage Publications.
Creswell, J., (1994b). "Capítulo 9: A qualitative procedure". En Research Desing. Qualitative & Quantitative Approaches, Thousand Oaks: Sage Publications.
Hammersley, M. y Atkinson, P., (1994). "Capítulo 7: Registrar y organizar la información", "Capítulo 8: El proceso de análisis" y "Capítulo 6: Documentos". En Etnografía. Métodos de investigación, Barcelona: Paidós.
Hernández Sampieri, R., Fernández Collado, C. y Baptista Lucio, P., (1998). "Capítulo 9, Punto 9.7: ¿Cómo se codifican las respuestas a un instrumento de medición?". En Metodología de la investigación, México: Mc. Graw Hill.
Maxwell, J. A., (1996). "Capítulo 5: Methods: what will you actually do?". En Qualitative research design. An interactive approach, London: Sage Publications.
Ruiz Olabuénaga, J., (1996). Metodología de la investigación cualitativa, Bilbao: Universidad de Deusto.
Sautu, R., (2003). Todo es teoría. Objetivos y métodos de investigación, Buenos Aires: Editorial Lumiere.
Strauss, A. y Corbin, J., (2002). "Capítulo 8: Codificación abierta" y "Capítulo 10: Codificación selectiva". En Bases de la investigación cualitativa. Técnicas y procedimientos para desarrollar la teoría fundamentada, Medellín: Editorial Universidad de Antioquia.
Taylor, S y Bodgan, R., (1986). "Capítulo 6: El trabajo con los datos. Análisis de los datos en la investigación cualitativa". En Introducción a los métodos cualitativos de investigación, Buenos Aires: Paidós.
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