Manuel J. Peláez
mjpelaez@uma.es
ABSTRACT: Continuamos con la publicación del epistolario de Fernando de los Ríos Urruti, en una nueva entrega que completa toda la información referente a su viaje a Rusia, a su actividad en el Congreso de los Diputados, a su participación en los debates internos del Partido Socialista Obrero Español y en actos diversos organizados por ese partido o por la Unión General de Trabajadores. También se puede visualizar, a través de la correspondencia, toda la tensión suscitada en el mundo universitario español en 1928 y 1929, en la que participó de modo directo Fernando de los Ríos, renunciando a su cátedra. Los viajes científicos a América y las conferencias que dio en Nueva York, Austin, Denver, México, Puerto Rico y diversas ciudades de Cuba son otro de los elementos importantes que se traslucen de su epistolario, con una información muy detallada de sus actividades científicas y literarias en América. La Dictadura de Primo de Rivera mantuvo al Partido Socialista Obrero Español entre la hibernación y la colaboración moderada hasta 1929. Sin embargo, Fernando de los Ríos Urruti fue de los diputados y políticos del PSOE que sostuvo un enfrentamiento político e intelectual –dialéctico, por un lado, y de confrontación clara por otro–, negándose a colaborar con los enemigos de la democracia que representaban Miguel Primo de Rivera y todos sus secuaces, tanto durante el Directorio militar como en el tiempo que duró el Directorio civil. También se percibe en estas páginas el ambiente hostil que la familia De los Ríos Giner, por sus ideas, tuvo que sufrir en una Granada profundamente tradicional. Igualmente aparecen en el epistolario Hermenegildo Giner de los Ríos y Rosas, catedrático, concejal y diputado del Partido Radical, suegro de Fernando de los Ríos, y el cuñado de este último, Bernardo Giner de los Ríos García, ingeniero, arquitecto, diputado en 1931 y 1936 y “perenne ministro durante la guerra civil” en el decir de Niceto Alcalá-Zamora y Torres. Melquíades Álvarez González-Posada y Joaquín García Labella, dos catedráticos y políticos centristas, de notable vinculación afectiva y profesional con Fernando de los Ríos, cuya presencia en estas cartas es visible en momentos de esplendor, fueron asesinados en 1936, cada uno de ellos en uno de los dos bandos enfrentados. Vemos también en las páginas que siguen al gran economista norteamericano Edwin Robert Anderson Seligman y al institucionista riojano Manuel Pedro Bartolomé Cossío.
PALABRAS CLAVES: Fernando de los Ríos Urruti, Gloria Giner de los Ríos García,
Laura de los Ríos Giner de los Ríos, Hermenegildo Giner de los Ríos, Laura
García Hoppe, Alejandro Lerroux, Sacha Kropotkin, José Manuel Segura Fernández,
Antonio Mesa Moles, Domingo Barnés, Julián Besteiro, José Castillejo Duarte,
Francisco García Lorca, Fernando Sainz, Álvaro de Albornoz y Liminiana, Edwin
Robert Anderson Seligman, Alberto Jiménez Fraud, Joaquín García Labella, José
Santiago Bautista Gascón y Marín, Santiago Alba Bonifaz, Pedro Dorado Montero
[Pedro Francisco García Martín Ramos Fraile], Melquíades Álvarez
González-Posada, Salvador de Madariaga, Juan de La Cierva Peñafiel, José Julián
Martí, Luis Jiménez de Asúa, Adolfo González Posada Biesca, Margarita Martínez
de los Ríos, Américo Castro, Alejandro Otero Fernández, Gumersindo de Azcárate,
Pablo de Azcárate Flórez, Rubén Landa, Manuel Varela Radío, Daniel Anguiano,
Konrad Bercovici, Justino de Azcárate Flórez, María de Azcárate Flórez, Vicente
Silió Beleña, Emiliano Iglesias Ambrosio, Gregorio Marañón Posadillo, Eduardo
Callejo de la Cuesta, Alfonso García-Valdecasas y García-Valdecasas, Dictadura
de Miguel Primo de Rivera, Bureau International du Travail, Mística española,
Contrarreforma, Libros de Caballería.
Proseguimos con la publicación del epistolario de Fernando de los Ríos Urruti. Desfilan por las páginas de esta entrega muchos personajes singulares. Sin embargo, vamos a detenernos en dos haciendo algunas precisiones en torno a lo que al respecto de los mismos se ha escrito.
Refiriéndonos a algunos parientes de De los Ríos, que alcanzaron singular prestigio, vemos a su suegro Hermenegildo Giner de los Ríos y Rosas (1847-1923), catedrático de Instituto en diversos lugares de España el último de ellos en Barcelona, impartió también clases en la Universidad de Santiago de Compostela y políticamente perteneció al Partido Republicano Radical, siendo concejal del Ayuntamiento de Barcelona. Igualmente fue diputado a Cortes por Barcelona (1). Era hermano de Francisco Giner de los Ríos (1839-1915), de los pocos españoles del siglo XIX y XX que los alemanes han considerado jurista universal, «alma y materia de la Institución Libre de Enseñanza» que «significó una bocanada de neutralidad religiosa y de tolerancia política en una España crispada y de pugna social sobre la apuesta de promover una profunda reforma de la educación y el modelo de enseñanza» (2). Hermenegildo Giner ya era catedrático de Instituto y doctor en Filosofía por la Universidad Central, cuando decidió ampliar su formación en Italia. En cualquier caso en la Universidad de Bolonia, ciudad a la que acudió tras conseguir una beca del Colegio de San Clemente de los Españoles a propuesta del Presidente del Poder Ejecutivo de la República, no se doctoró, ni da la impresión de que se matriculase para hacer ningún tipo de estudios. Esto no lo indica Antonio Pérez Martín, quien sí da la fecha de su llegada al Colegio el 15 de diciembre de 1874 y la de su partida el 29 de julio de 1875 (3), es decir que su estancia en la ciudad de las torres fue de seis meses y medio. Allí elaboró una obra muy significativa para la historia de la institución albornociana, en colaboración con Pedro Borrajo y Jiménez de Herrera, que fue publicada en Madrid en 1880 y que llevaba por título El Colegio de Bolonia. Centón de noticias de la fundación hispana de San Clemente. Borrajo, que era natural de Alhaurín el Grande, sí se doctoró en Jurisprudencia en la Universidad de Bolonia el 21 de diciembre de 1871, cuestión que no indica Pérez Martín. Hermenegildo políticamente fue lerrouxista en lo que no coincidía con su yerno quien, incluso en alguna misiva, ya jubilado Hermenegildo Giner de la política, se queja de que apoye a Lerroux. También tenía buena conexión con Emiliano Iglesias Ambrosio, con el que coincidió en el Consistorio barcelonés. Le transmitía a su yerno que no se olvidara de enviar sus publicaciones a Emiliano Iglesias. No obstante, Hermenegildo Giner no fue “un emiliano” propiamente dicho en el sentido que lo entendía Niceto Alcalá-Zamora en sus Memorias, las publicadas de momento.
Igualmente aparece en no pocas ocasiones recogido en el epistolario el cuñado de Fernando de los Ríos, Bernardo Giner de los Ríos García (4), hijo de Hermenegildo, que nació el 31 de octubre de 1888 (5) y falleció en México, donde estaba exiliado, el 22 de agosto de 1970. Bernardo Giner estudió en la Universidad de Barcelona en la Facultad de Ciencias la carrera de Matemáticas para completar en la Escuela de Ingeniería Industrial de la ciudad condal su formación entre 1907 y 1910. Según informa Pérez Martín, fue presentado a una plaza de colegial del San Clemente de los españoles de Bolonia por el Marqués de Santillana, siendo nombrado el 29 de mayo de 1912. Para el propio Pérez Martín estuvo en la institución albornociana hasta el primero de abril de 1915. Sin embargo, nos permitimos precisar que tal vez no sea correcta esta aseveración del ilustre profesor emérito de la Universidad de Murcia y que igualmente es matizable su afirmación de que Bernardo Giner «seguramente durante su estancia en Bolonia obtuvo el grado de doctor» (6), pero no dice en qué Facultad. La información que proporciona la propia Universidad de Bolonia es que estuvo inscrito en la Facultad de Ciencias Matemáticas, Físicas y Naturales, pero donde realmente logró la laurea fue en la Facultad de Arquitectura de Bolonia el 25 de junio de 1915, en la que lógicamente también estuvo matriculado. Bernardo Giner ejerció su profesión en Madrid como arquitecto y llegó a ser el responsable de la construcción de numerosos centros escolares. Fue diputado tras las elecciones de 1931 y 1936, en este segundo periodo por Unión Republicana. Fue Ministro de Comunicaciones y Marina Mercante desde el 13 de mayo de 1936 hasta el 17 de mayo de 1937, con el interregno del gobierno de las veinticuatro horas del 19 de julio de 1936 en que pasó a la cartera de Trabajo, Sanidad y Previsión que venía ocupando Joan Lluhí i Vallescà (7). Sería igualmente Ministro en los dos gobiernos de Juan Negrín desde el 17 de mayo de 1937 hasta, “oficialmente”, el 31 de marzo de 1939, en una cartera que llevó las dos denominaciones de Comunicaciones, Transportes y Obras Públicas y de Comunicaciones y Transportes. Después, se estableció primero en República Dominicana y luego en México. Participó en actividades de la República del exilio, en la que incluso tuvo cargos, pero pasó más tarde al sector privado.
A lo largo de esta correspondencia Fernando de los Ríos hace afirmaciones de notable interés político, religioso y cultural. Seleccionamos algunas de ellas:
1ª) «Rusia que se sacudió el zarismo soporta el bolchevismo» (Berlín, 14 de enero de 1923).
2ª) Tras el procesamiento de Fernando de los Ríos por parte de la Dictadura, la defensa en la vista oral ante el Tribunal la llevó a cabo Melquíades Álvarez, y De los Ríos resume a Gloria Giner su exposición oral en los siguientes términos: «El discurso de Melquíades fue una oración forense ciceroniana; no creo y así piensan los que le han escuchado mucho, que ha pronunciado otro igual; políticamente dijo cosas tremendas al recordar, ya la doctrina de Las Partidas sobre el tirano, contra el cual debían armarse hasta las mujeres, bien al decir que podía si quisiera, a los fines de la defensa, discutir si era legítima la autoridad del Directorio o si era un mero detentador de la fuerza; después, al analizar jurídicamente el acto mío, lo elogió como acto de ciudadanía que debiera ser imitado e imposibilitaría se repitiesen actos de fuerza, acto ejemplar dijo en que debemos inspirarnos todos» (Madrid, 27 de febrero de 1925).
3ª) Sobre su admiración de la mística española y sus teorías contradiciendo las afirmaciones de Marcelino Menéndez y Pelayo: «Durante la semana trabajo muy intensamente para poder hacer mis cursos como debo; el día último no se cabía y el lunes explicaré Santa Teresa; ¡imagínate! ¡Cómo me gustaría comentar con vosotras todo lo que voy pensando a este respecto! Tú eres más moralista que mística [se refiere a Gloria Giner de los Ríos], de igual suerte que madre y tía (q. e. p. d.) y creo yo que no conoces la mística española; ¡si vieras cómo revivo ahora mis meditaciones de muchacho de veinte a veinticinco! ¡Qué enormes figuras las del movimiento y qué interés universal suscitan ahora! Todos los meses salen nuevos libros por todas partes estudiando ya Santa Teresa, Fr. Juan de los Ángeles, San Juan de la Cruz, Fr. Luis de León, etc.» (Nueva York, 25 de marzo de 1928).
4ª) En relación a la juventud americana contrastándola con el modelo de lo que él consideraba debía ser, De los Ríos precisaba: «Cuántas veces me digo observando el tipo general de aquí que la falta radical de la muchacha americana es la carencia de la dimensión poético-religiosa del alma; tiene acometividad, vigor, a veces gran seriedad pero le falta un fondo hondo sentimental-religioso que la considere atada con los grandes problemas del Universo y con la idea de Dios» (Nueva York, 1 de abril de 1928).
5ª) «Cuando se piensa la cantidad de factores ajenos a la propia voluntad que determinan estos éxitos, es cuando se comprende el hondo sentido de la expresión “hay que dar gracias a Dios”» (Nueva York, 1 de abril de 1928).
6ª) Sobre el conflicto universitario de 1929, afirmaba: «Todos creen que en la semana próxima se abrirá la Universidad Central, pero los estudiantes están decididos a no entrar ni permitir que se entre a menos que se derogue lo que motivó el alzamiento: la permisión a Deusto, Escorial y Escuela de Areneros para dar títulos» (Madrid, 26 de marzo de 1929). No tuvo, sin embargo, Fernando de los Ríos que enfrentarse en la Universidad al terrible problema del plagio, que actualmente constituye un cáncer terrible, una plaga letal de la institución universitaria, ejercido por algunos desalmados de la ciencia jurídica a la que traicionan con su comportamiento literario. Si aparecen plagiones se les puede denominar, si lo son, sin la menor restricción, ya que según un Auto de 1 de junio de 2010 de un juzgado de Instrucción la actividad científica es «susceptible de ser sometida a la crítica y evaluación ajenas, sin que tal cosa suponga el enjuiciamiento de la persona que la desempeña y, en consecuencia, de su honorabilidad» (Sentencia del Tribunal Constitucional 151/2004, de 20 de septiembre) y «está amparada en el legítimo ejercicio del derecho fundamental a la libertad de expresión (art. 20.1.a CE), quedando extramuros del Derecho penal que se rige por el principio de intervención mínima», por lo que consecuentemente se puede proclamar a todos los vientos plagista, plagiario, plagión, copista, copión y mediopensionista (ahora a lo mejor externo) a Emilio Lecuona Prats, por haber copiado 143 páginas de un proyecto docente que no era el suyo, pues en realidad el solo redactó uno de 5 páginas y media, y copió de forma descarada en su totalidad otro en concurrencia a un concurso, pasando de una valoración de 1 a otra de 9,5, tras el espeluznante plagio, gracias al cual, en perjuicio de terceros, se hizo con una plaza interina de Universidad. Esto quedó ratificado por otro auto de una Audiencia Provincial de 29 de octubre de 2010, en que tres magistrados permiten, por culpa del tal Lecuona Prats, que ahora se pueda criticar a la escudería de José Antonio Escudero López (en concreto a Concepción Gómez Roán, a Dionisio Perona Tomás y a Emma Montanos Ferrín, y a otros de la escudería cuya representación se autoasignó el tal Emilio Lecuona Prats, no sabemos si consultándoles o haciéndolo sua sponte), y hacer valoraciones de sus escritos como «acto de ejercicio de un derecho fundamental de libertad de expresión y de información, pues se limitan a emitir una opinión en el ámbito universitario. En este sentido, la STC 20/1990, de 15 de febrero, recuerda que deben tolerarse ciertas expresiones o frases, aunque sean formalmente injuriosas o estén imbuidas de una innecesaria carga despectiva, cuando del conjunto del texto quepa detectar el predominio de otros aspectos que otorguen una eficacia prevalente a la libertad de expresión. En otras palabras, ciertos excesos son permisibles y pueden quedar cobijados en la libertad de expresión o información siempre que aparezcan como una forma de reforzar la crítica».
7ª) «Ayer [se refiere Fernando de los Ríos al primero de abril de 1929] fue muy interesante una larga conversación con Don Ramón M[enéndez] P[idal], muy cariñoso y preguntándome que creía necesario hicieran después de esto; nos leyó la carta de P[rimo] de R[ivera]; nos dio muy mala espina, el tono seco y autoritario en que está hecha; todo indica que no va a resolverse la cuestión universitaria tan pronto como se creía y esto complicará mucho las cuestiones, máxime si los muchachos suscitan en otras Universidades cuestiones análogas como sería de desear y es de esperar. Don R[amón] M[enéndez] P[idal] me decía que estaba asombrado de la manera como se difunde el sentido republicano aún en los círculos más conservadores; esto me dijo Don Nicolás Urgoiti; venía de Bilbao y me contó que hasta antiguos tradicionalistas hablan en republicano» (Madrid, 2 de abril de 1929).
Esta quinta parte del epistolario de Fernando de los Ríos cuenta con muchos escenarios en París, Berna, Ginebra, México, Washington, Nueva York, Denver, Madison, Austin, La Habana, Puerto Rico, etc., de interés estrictamente cultural y colateralmente político.
El presente epistolario proporciona una información muy ingente, y desde dentro, del movimiento universitario de 1929 de protesta contra la Dictadura de Miguel Primo de Rivera. Señala también la actitud beligerante con que fueron recibidos algunos catedráticos de Granada amigos suyos como Antonio Mesa Moles y José Manuel Segura Soriano, poco propicios a la defensa de los intereses políticos mediatizados del colectivo discente. En cambio, Antonio Mesa-Moles Segura sí que se enfrentó a los representantes del orden y fue multado. Fernando de los Ríos renunció a su cátedra en escrito enviado desde Granada el 23 de marzo de 1929 (8), argumentando sobre la base de la destitución de su discípulo Joaquín García Labella (9), un jurista de triste, muy triste historia, que salió catedrático de Universidad con veintiún años por el sistema de oposición y falleció fusilado el 25 de agosto de 1936, con treinta y un años de edad, fruto de la terrorífica represión totalitaria y militarista que se cernió sobre Granada en los primeros momentos de la guerra civil.
Una figura que recorre las páginas de estas cartas es Manuel Bartolomé Cossío. Gloria Giner y Fernando de los Ríos consideraban que los únicos hombres de consejo que había habido en su vida habían sido Francisco Giner de los Ríos, Hermenegildo Giner de los Ríos y Manuel Bartolomé Cossío. Bartolomé Cossío pasó por el Colegio de España, pero no consta (en el actual estado de la investigación sobre fuentes de la propia Universidad) que estuviera inscrito como alumno ni en Filosofía, ni en Derecho, ni en Agricultura, que es esa última carrera para la que obtuvo la beca, ni que defendiera la tesis de laurea. Debió ir de paseo a la ciudad de Bolonia, pese a lo que hay escrito en sus biografías al respecto de que siguió diversos cursos en la Universidad. Sí se da por seguro que estuvo algún tiempo, no mucho, zascandileando en la “dotta Bologna”. Tomó posesión de su plaza el 10 de noviembre de 1879 (10), y sabemos que su renuncia la remite desde Madrid por carta, no en la propia Bolonia.
También no estaría demás que aparecieran unas verdaderas obras completas de Fernando de los Ríos, que no se limitaran a los trabajos recogidos por Teresa Rodríguez de Lecea, o a los aparecidos en España. Lo ideal sería que vieran la luz las publicaciones en francés, inglés y alemán de De los Ríos, aunque también se podrían publicar dentro de la misma serie dos o tres tomos más, donde deberían aparecer, junto a otros artículos que hubieran visto la luz en el solar nacional o en “la lengua del Imperio”, los trabajos que De los Ríos escribió en la Revue International du Travail y en versión inglesa en la International Labor Review. No digamos toda la apología en inglés que hizo desde Norteamérica durante la guerra en favor de la causa republicana, entre los que destacamos tres folletos como What is happening in Spain?, Londres, 1937; Spain-front line of democracy, Washington, 1937 y The educational program of the Spanish Republic, Nueva York, 1937. Y no podemos olvidar las voces que escribió para la Encyclopedia of Social Science, cuales “Antonio de Agustín Albanell (1517-1586)”, “Baltasar de Ayala (1548-1584)”, “Gumersindo de Azcárate Menéndez (1840-1917)”, “Pedro Rodríguez Campomanes Pérez (1723-1802)”, “José Canalejas Méndez (1854-1912)”, “José de Canga Argüelles (1771-1843)”, “Joaquín Costa Martínez (1846-1911)”, “Juan Donoso-Cortés Fernández (1809-1853)”, “Manuel Duran y Bas (1823-1907)”, “Bartolomé de las Casas (c. 1485-1566)”, “Juan Luis Vives (1492-1540)”, etc. Esta enciclopedia la dirigía el gran economista Edwin Robert Anderson Seligman (1861-1939), con quien coincidió De los Ríos en Columbia. Seligman era allí catedrático de Economía Política. Seligman cuenta con un amplísimo abanico de publicaciones, la mayor parte de ellas aparecidas en EE.UU. e Inglaterra, aunque había ampliado estudios en Francia y Alemania y conocía estas dos lenguas foráneas.
En la sexta parte del epistolario ampliaremos la información sobre Gloria Giner de los Ríos García, Laura de los Ríos Giner, Laura García Hoppe, Bertha Wilhelmi, Fernanda Urruti, Concepción de los Ríos Urruti, Isabel García Lorca, Natalia [Bartolomé] Cossío, etc. Es decir, tendrá un más marcado carácter de atención cultural al sexo femenino, sin descuidar claro está el contenido intelectual y político que tiene el propio epistolario de De los Ríos.
[Nº 362] Carta de Gloria Giner a Fernando de los Ríos
Granada, 19 de noviembre de 1919
Fernando mío de mi alma y de mi vida:
Esto de que amanezca y anochezca un día y otro sin saber de ti, es cosa que a ratos me acongoja. Tu última carta es del 15 de octubre de modo que dentro de cuatro días hará un mes que tu vida me es desconocida, tu vida que me es tan querida, ¡casi como tú mismo! Tú en cambio sabrás de mí con más frecuencia, pues te he escrito varias veces aun sin saber si cogería un correo pronto. Ahora mismo es una de ellas, pero me hace falta dedicarte un rato y hablarte de tantas cosas. Pienso como en un sueño en el día que te tenga aquí. Me va a parecer un ideal conseguido como fue nuestro matrimonio. Así lo veía entonces y así lo veo ahora. ¡Tenerte a mi lado, verte, hablarte... tantas cosas juntas! Ahora me parece que no he sabido apreciar bastante la suerte que he tenido separándome tan poco de ti. Cuando vengas, si no se han cerrado las Cortes (que todo podría ser) te irás allá enseguida y me parecerá que no te he visto. Pero aun así, y tenerte tan cerca, poderte escribir a diario, y recibir carta, si tú quieres, a diario también, ya será una felicidad comparada con este destierro. Y eso que los padres me dan media vida. Están mucho mejor que el año pasado, muy a gusto, pero nombrándote constantemente y deseando que vengas. Ayer fue el santo de tía y lo celebramos estando todos alrededor de la camilla y trayendo algunos dulces. Siempre que se hace alguno de estos sencillos extraordinarios tu recuerdo, Fernando mío, no me abandona.
Hoy ha sido un día memorable para la educación de nuestra hija: hemos empezado la escuela. ¡Cómo he pensado en tí! Pues aunque vives algo alejado de todo lo que no son tus cosas propias, no hubieses dejado de compartir las impresiones del día. Laurita radiante y feliz. Hemos renunciado al local especial por la economía, aunque tendríamos proposición de que nos alquilase el estudio Dª Berta, nos limitamos a dar las clases en nuestro comedor. Realmente son cinco niños y no exigen clase aparte, que nos proporcionaría gastos de alquiler, lumbre y mobiliario. De 10 ½ a 11 ½ dan un día María Teresa Lengua y Geografía y otro Sainz Aritmética y Geometría; de 11 ½ a 12 ½ juegan en el Salón; de 12 ½ a 1 ½ tengo yo con ellos Historia y Música un día y Arte y Francés otro. De 3 a 5 ¼ pasean con Isabel; de 5 ¼ a 6 ¼ trabajos manuales, poesías, lectura y escritura con ésta y de 6 ¼ a 7 ¼ Ciencias naturales con Nicolau. ¿Qué te parece? Ha habido que amoldar el horario y el plan de nuestras ocupaciones y hemos sacado el mejor partido. Las niñas de Nicolau son muy monas y Fernandito, aunque descompone el cuadro, graciosísimo.
No puedes imaginarte las sorpresas que te vas a encontrar cuando vuelvas, excepto aquella que más hubiera deseado yo haberte podido ofrecer Fernando mío. ¡Qué vamos a hacerle! Algunas de ellas no las puedes esperar y gozo pensando en tu impresión y alegría cuando las veas. ¡Pero más gozaría con darte aquella otra! Son 10 u 11 cosas. ¡Ya verás!
Leo con ansia los periódicos a ver si dicen algo de tu actuación ahí o al menos del Congreso. Y de ésta dicen tan poco que no se saca nada en claro. ¿Cuánto durará? No dejes de decírmelo en cuanto lo sepas. Si hubieses sido bueno ya me hubieses escrito en cuanto llegaste, ya de un día a otro podría tener carta tuya. Ya me ha entrado la impaciencia, Dios quiera que vengas pronto.
Tenía esperanza de que en la travesía me hubieras dedicado algún rato, pero veo con pena que no te puse un cablegrama para darte noticia de la familia de Madrid y de nosotras y para pedirte la autorización, que me figuro habrás mandado enseguida. No pensamos ni tú ni yo que lo dejases al marcharte. Veremos si se puede cobrar tu paga sin ella que ya vendrá supongo con el aumento pues pagué 50 ptas. por tu póliza más la cédula, total 150 ptas. A la familia le mandé tu dirección con mucha anticipación y cuando llegó el día de escribirte se encontraron con que habían perdido mi carta y no sabían las señas. En vez de caer en preguntársela a Posada (11) por quien les decía la sabía yo, me la preguntaron cuando ya debía estar la carta en Cádiz y se la mandé, pero ya la habrán servido para otro correo. Lo sintieron mucho y me hago cargo. Ya les he enviado las 100 ptas. de este mes.
He comenzado ya la lección de alemán, dos veces por semana. Además doy una clase semanal extraordinaria a mis alumnos, de modo que con todo esto y con la traducción del Contrato social que te estoy haciendo, y del alemán el automóvil, ya comprenderás que tengo el día más que relleno. Pero esto me sirve para que el tiempo pase más deprisa. ¿Qué planes tienes? ¿Crees que podremos ir las vacaciones a Madrid? Yo creo que si cuando vengas están las Cortes abiertas, aquí van a tomar a mal que te quedes allí las vacaciones cuando te estás pasando, entre unas cosas y otras, la vida fuera de aquí. Por otra parte en la casa me parece imposible que podamos acomodarnos. Podríamos ir quizá a casa de Bernardo, aunque no sé en la casa nueva y con las dos muchachas si podría ser; en fin que se presenta difícil la temporada. Lo sentiría mucho por no ver a mamá y porque ésta no viese a Laurita; pero tal pueden venir las cosas que no sea posible o prudente. Aquí sueñan con tenerte. Hoy ha salido a la calle uno de casa del óptico a preguntarme cuándo vienes y en la tienda todos me preguntan y los amigos. ¡Qué amansados están algunos de los que se movían tanto antes! ¡Oh humanidad!
Ayer tarde fue padre con Maurell, Indes, etc., a un mitin a Atarfe, a inaugurar la bandera de los alcoholeros. Gustó mucho y dice que estuvieron muy fríos con todos los oradores, pero con él muy cariñosos. Varios, entre ellos el Presidente de aquéllos, te recordaron con mucho cariño en sus discursos. Vino muy satisfecho. Los padres están decididos a estar en Barcelona el 11 de de enero y antes irían a Málaga en diciembre.
La pobre Carmen ha estado muy mal con estado agudo de demencia. Ahora está aislada con varios enfermos en casa de Natalia y está en la institución, ¡qué desdicha! Le aplican un tratamiento de inyecciones que producen fiebres que maten a los microbios de la locura. Es una cosa nueva que a veces surte efecto.
¡Cuánta cosa interesante estarás viendo! Sueño con oírte contar ya que con eso he de conformarme! Ya he visto que os enviaron más dinero. ¡Ibas a ahorrar! ¡Qué inocente! No traigas nada para nosotras, ni hagas gastos excesivos, pero aprovecha en cambio en ver ahí cuanto puedas.
¿Te acuerdas de mí, Fernando mío? ¿Piensas mucho en tu querida mujer que te espera con impaciencia, llena de amor? La niña está como nunca de buena. La has de extrañar por alta, gruesa y grande. Está hermosa y te nombra y me pregunta que estarás haciendo. Dice que no comerás más que café.
No te vengas sin poner un recuerdo aunque sea colectivo a la Casa del Pueblo. Puede que hayan echado de menos un cablegrama tuyo a la llegada. Haz algo, pues seguro que si no se disgustan. ¡Son tan susceptibles!
Y ya te dejo, niño mío, que es muy tarde. Seguiría hablándote; pero a lo mejor no tienes tú tiempo de leer tanto que llegue a tus manos para que sepas que suspira por ti y ni un momento te olvida y a ti abraza mil veces al día con su pensamiento tu
Gloria [Giner García] (firmado, no rubricado)
P. S. Todos me encargan mil cosas de cariño para ti.
Papaíto mío: Hoy hemos empezado las clases y estoy muy contenta. Me acuerdo mucho de ti y te manda muchos besos tu hija
Laurita [de los Ríos Giner] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 363] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid [Congreso de los Diputados], s. d. [1921]
Gloria de mi corazón:
Esperando poderme ir ayer no te escribí y al fin no pude irme porque hoy, a las 5, tengo una reunión con el Comité Nacional del Partido Socialista y el Comité de la Unión General de Trabajadores para discutir el documento y explicarlo. La cosa es de trascendencia grande y ello me retiene aquí hasta la semana próxima.
Siento enormemente el telegrama de padre a Lerroux (12) adhiriéndose a la nueva orientación de su política porque ella es tal que la prensa netamente liberal está frente a él y “El Imparcial”, “El Día” y “El Liberal” (ya sabéis que toda la redacción de “El Liberal” se salió cuando la huelga y publica “La Libertad”) son los que le secundan. En el Congreso quedó hundido y no se recuerda un desastre análogo en político de izquierda: ni Romanones (13), ni Alba (14) aceptan su posición.
En cuanto a lo de T[eodomiro] Menéndez con L[erroux] hay que tener en cuenta que viene directamente de medios obreros y que la delación de Lerroux diciendo que los asesinos estaban entre los delegados de taller por lo mismo que fue hecha con esta vaguedad fue seguida al día siguiente de la prisión de los delegados, lo cual ha motivado una indignación muy justa en los medios obreros pues no se recuerda –salvo en Cierva (15)– una delación de ese género. ¡Pero cómo puede padre avenirse a lo del jurado! Me ha dicho Albornoz (16) que en el Centro Radical solo uno hubo que defendiera a Lerroux pero todos los demás estaban en contra y no hay que decir sin él. Hoy mismo me ha dicho Morente (17) que lo cree algo perturbado; como que ha llegado a decir, no sé si te lo escribí: Yo recuerdo la frase de aquel hombre público que dijo con razón: «No todos los republicanos son canallas pero sí todos los canallas se acogen al republicanismo» y la gente se asombraba.
“La Acción” hace una excepción de mí al hablar de los socialistas. Besteiro ha estado muy bien y yo creo y mucha gente que nuestro partido sale fortalecidísimo de todas estas circunstancias difíciles.
Estate tranquila vida mía, besa con pasión a la niña, abraza a los padres y te adora tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 364] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid [Congreso de los Diputados], s. d. [1921]
Gloria de mi corazón:
Acabo de llegar y encuentro tres cartas tuyas que leo con avidez y con tristeza. Solo el hecho de no haber estado estos días con vosotros sin embargo de no haberlos pasado descansando, me produce sinsabor ¡y sin embargo! no hay más remedio que hacerlo. Jaén me traía asaeteado hace años y ahora vinieron a la casa con representantes de Martos para que fuese pues querían hacer actos para mostrar la actitud resuelta del pueblo ante los atropellos que se susurran van a cometer.
Jaén es un pueblo, pero interesante a trozos y con algunas cosas artísticas de valor. La Catedral, de mala época en su mayor parte, pero hermosa, prevalecen de ella la arquitectura de fines del 17 al 18; no nos dejaron un instante y por la noche se celebró el mitin con un gran gentío; había interés por oírme y en general estuve afortunado y gustó mucho. A las 9 de la mañana tomando el tren por Martos, que tiene una plaza interesante y sobre todo la pena famosa desde donde se tiene una perspectiva maravillosa; es de lo mejor que se puede contemplar; dilatadísimos olivares en un campo muy movido y en un fondo muy hondo, anfiteatros de sierras formando uno de los arcos de círculo de Sierra Morena.
Un mitin tremendo de gente, hombres y mujeres, que resultó muy bien, aun cuando yo no estuve como en Jaén. En la Fonda encontré dos grabados franceses muy interesantes, uno en el cual Volta hace sus experiencias ante Napoleón y la Corte y otro en el que Julio II, Papa, visita el taller de Miguel Ángel; quise comprarlos y me los regalaron y los he traído.
A las 4 de la madrugada, habiendo dormido 2 horas, salida para tomar el tren, e ir a Andujar, pero el tren traía 4 horas de retraso y a las 6 se encontró un automóvil que nos llevó a Andujar: camino espléndido y pueblo amplio y rico y alegre y con trozos de arte en el estilo de Baeza. Un mitin a las 3, con no mucho público porque estaban en el campo pero muy bien, estuve afortunado. Salimos a las 7 de la noche y heme aquí. He gastado unos 5 duros no obstante no pagar las fondas. Te puse una conferencia telegráfica desde Martos y ahora te pondré otra.
¿Cuándo iré? No sé si habrá semana parlamentaria, si la hay, el viernes, si no, aprovecharé Semana Santa pues ahora vienen los Presupuestos de Gobernación y sobre todo Fomento e Instrucción Pública en que he de intervenir de continuo.
¡Qué ganas tengo cielo de mi alma el que sea lo normal estar reunidos! Mañana daré una conferencia en la Casa del Pueblo sobre el salario mínimo.
Aquí todos muy bien pero mi madre sufre con no ver a Pepe; él escribe de continuo ahora a todas sus amistades pero no se encuentra colocación en las condiciones que necesita.
Vida mía te adora tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
P. S. A la niña dale mis besos y dile que nunca la olvido y a los padres muchos abrazos.
Pedí la palabra cuando llegué de ahí y aún no me ha tocado.
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 365] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid, s. d. [1921]
Gloria de mi corazón:
Ya es mañana viernes y saldré de aquí para estar a tu lado. He recibido el telegrama de Dª Berta y mañana he quedado con que hablaré con el Ministro de Gracia y Justicia. He recomendado lo del Sanatorio.
El otro día hablé brevemente y hoy creo que lo haré sobre Política Internacional.
Entregué los retratos de la niña y creo que todos están locos con ellos.
Te adora con todo tu corazón tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 366] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid [Congreso de los Diputados], s. d. [1921]
Gloria mía de mi corazón:
He llegado muy bien pero con tres horas de retraso; no vale la pena de venirse en el Expreso pues son las mismas horas y más caro.
Ahí llevas la carta del Subsecretario para Dª Berta.
Todos muy bien y ansiando veros.
Yo Gloria mía fastidiado de separarme de ti y de mi niña de mi corazón.
Me encuentro aquí con una invitación muy cariñosa de los obreros de Sestao para que esté allí en los días 30 de abril y 1º de mayo; me dicen que lo han acordado así por unanimidad y me parece que antes de contestar debo preguntarles a los de Granada, ¿verdad?
Te adora, abraza a los padres y te besa y a la niña tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 367] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid, s. d. [1921]
Gloria mía:
Desgraciadamente, ya lo habrás leído, formo parte de la Comisión de los 21 que ha de investigar las responsabilidades y he de trabajar todo el verano. ¡Nos han destrozado! Aun cuando yo hice observaciones a los compañeros sobre la situación, dijeron que no había más remedio, porque de ir dos tenía que ir el único jurista que hay en la minoría.
Hoy nos reunimos todos a las 4 ½; ¡veremos!
Te ruego me mandes tres volúmenes con pasta negra de tela. Leyes Penales, Leyes Civiles y Leyes Administrativas, que hay en la tabla de abajo de la estantería central; la que tiene la cretona.
Anoche estuvo aquí Bernardo y cenó con nosotros; le dije que padre estaba más caído y los síntomas nuevos que tenía.
Adiós mi vida. Abrazos a los padres; besos a nuestra nena y el amor y la adoración para ti de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 368] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid, s. d. [1921]
Gloria de mi vida:
Ha llegado tu carta, que me ha producido una gran agudización en mis deseos de estar ahí con vosotros. ¡Qué encanto debe tener eso y cuánto ambiciono gozar a tu lado de ello! Sí, la impresión sería grandísima porque no haya nada comparable con la belleza de una noche de luna en el Mediterráneo.
Dices que la niña me recordó y me alegra en extremo: angelito, que bien conoce los registros de nuestra sensibilidad y nuestro modo particular de ser.
La comida me parece muy bien y si así continúa voy a declarar excesivo el menú para quien como yo va con el propósito de adelgazar.
Entregué anoche el manuscrito y leí a Alberto (18) y su madre algunos trozos del capítulo primero; les gustó. ¡Pero yo estoy tan preocupado, tan extraordinariamente cogido por las cuestiones del libro, tan convencido de la complejidad del problema! En fin veremos.
Fui a “El Socialista” y escribí que si con posterioridad a el 23 ó 24 trataban de que marchase que no podría ya hacerlo. He tenido que dar este plazo porque no hay aquí nadie y es necesario que tengan tiempo de contestar y tomar sus acuerdos. Desearía que por cualquier razón no fuera pertinente mi ida.
¡Ya tengo el traje de seda cruda limpio! No se conoce absolutamente nada.
Mi madre ha encontrado tela igual para el pantalón de fresco y me lo ha arreglado la pobre muy bien.
He recibido carta de los padres al pensar que estaba solo; dile que se lo agradezco en el alma; y a tía Tomasa, a la cual escribiré, dile también que como sé lo que ella es, y además la especial ternura que siente por ti, que estaba muy seguro de que tomaría con interés tu cuidado. No lo abandones tú.
A la niña bésala mil veces. A lo tíos, Pepe y Elisita mis recuerdos y para ti Gloria mía el amor apasionado de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 369] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid, s. d. [1922]
Gloria de mi vida:
Llega tu carta y te pongo ésta hoy 25 antes de salir. Ya ves tú, hoy comienzo mi excursión a los 11 días de haberos ido vosotras. Es verdad que raro es el día que no le doy un repaso al libro y limo, añado o suprimo.
Te preguntas si vale la pena esta excursión: ¡Pero cómo podemos ni aun preguntarnos eso! Mi silencio reiterado tiene de ese modo una justificación seria: voy a hacer unas conferencias, si se arregla la huelga de Asturias, haré el cursillo y es mi deseo tener alguna conversación con las juventudes para su orientación: ¿Es que hay una ocasión más adecuada que ésta en que se inicia marcadamente la depresión en los extremistas? Puedo yo, además, hacer algo más en armonía con mi modo de ser? De este modo, si como continúo pensando, permanezco fuera de la lucha ya queda mostrado que género de actividad es el que interesa y el que creo más eficaz.
En fin vida mía, lo que deseo es que pase muy pronto la temporada de separación.
¿Qué has hecho con el kilométrico que me anunciaste el envío y no ha llegado? Bernardo no tiene la menor noticia de él. Anoche cenó aquí y está bien.
Envía a mamá el kilométrico para que esté aquí.
Que me escribas a Bilbao Lista de correos.
¡Qué alegría me da pensar lo bien que estáis, que os sigáis cuidando!
Adiós Gloria de mi vida; besa a la niña, abraza a los padres y a todos, y a ti cielo mío te estrecha fuertemente tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
P. S. Aquí ha hecho repetidamente escasa impresión lo de Melilla: no hay país.
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 370] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Berlín, 14 de enero de 1923
¡Gloria de mi alma:
¡Qué cosa más interesante debe ser lo que a estas horas habréis hecho en Casa de Federico G[arcía] L[orca]! Me ha escrito Yaya y me habla extensamente de ello. Ni a ti ni a mí nos gusta nada que pueda representar exhibicionismo o pérdida del sentido del recato, pero hay ocasiones en que no cabe sino transigir con un mínimum.
¡Si vieras cuanta gente de la que traté en Moscú he reencontrado aquí! No sólo a Sacha Kropotkin sino a mi amigo el profesor con su Sra., a otro antiguo Compañero de Marburgo; a infinidad. Con ellos tengo sesiones frecuentes de un grandísimo interés.
A las 9 de la mañana estoy siempre en la Universidad y allí suelo trabajar en la Biblioteca hasta la 1 y ¼; salgo a comer, y después por la tarde asisto a clases, veo profesores, hago visitas, etc. Después de cenar o doy un paseo con alguien, o voy a ver algo interesante: el Teatro romántico ruso, el Carrousel (arte ruso también) o alguna película de interés como la de Monna Vauna que es extraordinariamente sugestiva; tengo pendiente asistir al drama Savonarola pero es dificilísimo hallar entradas. El arte ruso evidentemente es la revolución en la escenografía y además, el retorno a la ingenuidad primitiva y llena de poesía. Ni por un instante se proponen ser realistas sino que, por el contrario, sitúan el teatro en otro plano de intenciones.
Estuve con los amigos de Carlos, los italianos; no sabes que me preguntó la Sra. por ti y por la niña; ellos tienen otra. Los de Tusche, hablé con ellos por teléfono y quedo en avisarme cuando debía de ir.
Hoy domingo estoy invitado por el ex-ministro Dernburg a pasar la tarde. Fue Ministro de Hacienda y es un hombre de notoriedad; me lleva a su casa un pintor polaco muy conocido con quien he hecho contacto así como con toda su familia –tiene una hija de 21 años lesionada del pecho– [...] y su mujer. La Sra. del pintor es enteramente española por su ternura de madre, por su tipo y su sencillez: el buen tipo de la madre española. Por la noche estoy invitado a casa de unos escritores italianos.
Hoy envié a “El Sol” un breve artículo, bastante pensado, pero sin entrar en el asunto Alemania-Francia. He creído que la cuestión es harto dramática y compleja para ser en estos instantes acometida tan de soslayo como obliga a hacerlo un artículo de periódico. Dáselo a Doña Berta que quizás le interese. ¡Qué triste es ver a una nación sin rebeldía suficiente para sacudirse la responsabilidad y concretarla en quienes la tienen! Porque aquí el pueblo y la clase media sólo hacen sufrir y descender, ¡pero la oligarquía plutocrática! ¡Así ningún pueblo es suficientemente rebelde! Rusia que se sacudió el zarismo soporta el bolchevismo.
Vida mía, pienso en ti tanto, te recuerdo tanto, con tantos motivos ya pequeños, bien grandes, que en mi soledad me doy cuenta aún más que ahí de la profundidad de mi amor hacia ti. Sueño cielo mío con tenerme en mis brazos.
Besa a la niña en mi nombre; que me escriba; abraza a los padres y para ti, cariño mío y encanto mío, de tu siempre fiel y enamorado
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 371] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid [Congreso de los Diputados], s. d. [1923]
Gloria de mi corazón:
Dos letras durante la sesión, pues voy a hacer unos ruegos al Ministro de Fomento sobre carreteras de Granada.
Te adoro y de continuo pienso en el momento de abrazarte.
Tuyo con el alma,
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 372] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid [Congreso de los Diputados], s. f. [1923]
Gloria de mi corazón:
Anoche te pusimos inmediatamente de llegar el telegrama que habrás recibido. ¡Cómo me acordé de ti en Córdoba y durante el viaje!
Al llegar a Córdoba supe que mi amigo el arquitecto no estaba allí y comprendí que no podía abandonar a Carlos; así es que aguardé hasta el día siguiente o sea ayer a las doce. No me parecía bien abandonar a Carlos; quería además que no pagase él nada desde que salimos de ahí como efectivamente ha pasado; todas las atenciones con él, dado el cariño de padre me parecían pocas. Corazón de mi vida, ¿estás tranquila, serena de alma aunque la tengas entristecida? Domínate cielo mío y una vez más ofrece tu vida como ejemplo a cuantos te rodeen.
Mamá muy impresionada y como se domina tanto, hoy en el almuerzo que lo han hecho con nosotros.
Mando ese suelto de “La Acción”, que lo ha hecho un muchacho agradable, antiguo discípulo de padre.
Di a tía y madre que las tengo siempre presentes y a ti mi vida te estrecha contra su alma y te ama con pasión tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 373] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid, s. d. [1923]
Gloria de mi corazón:
Ayer no te escribí porque materialmente me fue imposible. He aquí una enumeración de cuanto he hecho desde que te escribí, sin entrar a detallar porque es más para hablarlo; anteayer Casa del Pueblo, donde me acogieron con un cariño grande; visita muy larga a P[ablo] Iglesias. Temple admirable, visión de las cosas sorprendente; una criatura que como tío Paco (19), estará enseñando hasta el último momento. Después al Ateneo: toda la juventud y la que no lo era vino a saludarme con extremos muy emocionantes y que los creo excesivos.
Ayer visita a “El Socialista” donde mañana tendremos reunión del Comité del partido; muy bien por la tarde Ateneo y si almorcé con B[ernardo] y Elisita, cené en casa de R[amón] Pérez de Ayala.
Hoy visita a Melquíades (20) y comida con los escritores; más de 60; a la derecha del Presidente, Azorín, un lugar vacío para Unamuno y a la izquierda yo. Todo muy bien; y ahora estoy en casa y te pongo dos letras para decirte que te adoro y saldré mañana.
Os adora y estrecha tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 374] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid [Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid], 8 de febrero de 1925
Gloria de mi alma:
Voy a decirte ante todo las noticias que tengo sobre el desagradable incidente de Recaséns. Al día siguiente de la votación se presentó en su clase y dedicó todo el tiempo a decir: Que se debían congratular de que el auxiliar Sr. Recaséns siguiera prestando sus servicios a los estudiantes por sus condiciones tales o cuales; que la votación había sido el triunfo de la ingratitud, de la incompetencia o de la confabulación –no lo recuerdo exactamente– y de la injusticia; que dos de los señores, que habían votado al otro Sr. le debían a él la cátedra, no porque no se la merecieran pero sí porque hubo de imponerse para que se hiciera justicia, etc. Después ha leído a varias personas la carta llena por lo visto de groserías con que ha contestado a la nobilísima que Alejandro (21) hubo de escribirle. A Varela no le ha contestado pero a su ayudante lo encontró y le dijo otra grosería. Goyanes recibió los padrinos de un Señor que había solicitado ingresar en el Instituto del Cáncer y después le escribió diciéndole que renunciaba porque lo primero que debía existir entre un Director y sus ayudantes era estimación y que después de la elección de candidato ya no había posibilidad de que él le estimase. Le contestó Goyanes que estaba en su derecho de ir o no, pero que allí era preciso la urbanidad que a él le faltaba.
Le mandó los padrinos y cuando se enteraron éstos del asunto le dijeron a Goyanes que tenía toda la razón.
Asunto Olóriz: El Sr. Giménez del Consejo de Instrucción Pública es el encargado de elegir los nombres, libremente, entre los propuestos por las Universidades. De él me han dado los mejores informes; lo que debe o al menos puede hacer Olóriz es trabajar cerca de él tal asunto.
Las niñas me aguardan para que las lleve a la Residencia donde hay una baile.
Por esto no te escribo más.
Hemos suspendido las oposiciones por 7 días; hay un muchacho enfermo. ¡Aún sin cobrar! ¡Pero me las apaño! No te preocupes.
Adiós; aquí están las primas y Margarita, que me encargan tantas cosas para ti.
Te adora y besa a la nena y abraza a madre tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 375] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid [Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid], 24 de febrero de 1925
Gloria de mi vida:
Legué perfectamente y el viaje fue muy agradable acompañado de dos personas de ahí, ambas simpáticas.
Aquí todos muy bien; Bernardo a quien he visto perfectamente; Elisita en cama con un poco de gripe y los chicos sin llegar a tenerla pero un poco molestos, según me ha dicho B[ernardo].
He estado con el Sr. Cossío a quien parece muy bien lo que pienso decir ante el Tribunal; también he estado con Julián (22) al que he hallado delicaducho. De impresiones sigue habiendo las mismas que yo tenía: condenarán, rebajarán la pena, me alcanzará la condena condicional y ellos se darán la satisfacción de haberme condenado. A ellos es a quienes perjudican.
En la casa muy bien pero mamá sin un diente me da la pobre una sensación de viejecita que entristece; más joven parece madre que ella. Concha ahora bastante bien aunque preocupada con las guardias de Manolo que se pasa cada cinco o seis días 24 horas de guardia y tienen que pagar comida y cena al sargento; la guardia que menos le cuesta 15 pesetas.
¿Cómo se habrá solucionado el conflicto interno en la casa? Serenamente comprendo, como tú, que convendría que una persona que tanto te cohíbe como Carmen no continuase pero siento haber sido el motivo.
¿Y mi nena de mi alma? Para ella mil besos. Un abrazo fuerte a madre y para ti el corazón de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
P. S. Mándame las tarjetas de visita que están en el Bureau a la izquierda junto al atril pequeñito.
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 376] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid [Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid], 27 de febrero de 1925
Gloria de mi alma:
Ya pasó lo de ayer que resultó de una gran elevación y seriedad. Antes de cerrar esta carta tendré una copia taquigráfica de lo que dije y la incluiré. Todo el mundo quedó impresionado, llorosos muchos por la emoción y hubo rasgos tan emocionantes como el de un chaufer que me aguardaba y me cogió del brazo al salir de la sala diciéndome: D. Fernando, el auto para Vd. está ahí preparado. Atravesando con dificultad entre el gentío del vestíbulo que aplaudía y vitoreaba, llegué a la calle y mientras se ponía en marcha el auto volvió a ser rodeado por la gente que seguía sus manifestaciones de entusiasmo. Arrancamos y al llegar e ir a pagarle, el hombre con los ojos llenos de lágrimas, me dijo tales expresiones de admiración y cariño que me conmovían, me pidió por favor que no le pagase y tras darme un abrazo y su tarjeta nos separamos. Hoy le he escrito diciéndole cuanto me impresionó su delicado proceder.
En el público estaba todo el grupo íntimo: Palomares, Uña, Sr. Posada, Castillejo, los Barnés, Américo, Zulueta, etc., etc., los de la familia, Bernardo, Rafael, Manolo y Joselín, que salieron impresionadísimos; corresponsales ingleses, franceses, muchos sur-americanos, jóvenes estudiantes de la Universidad de Córdoba de Buenos Aires, mis antiguos discípulos de Granada y multitud de obreros.
El discurso de Melquíades fue una oración forense ciceroniana; no creo y así piensan los que le han escuchado mucho, que ha pronunciado otro igual; políticamente dijo cosas tremendas al recordar, ya la doctrina de Las Partidas sobre el tirano, contra el cual debían armarse hasta las mujeres, bien al decir que podía si quisiera, a los fines de la defensa, discutir si era legítima la autoridad del Directorio o si era un mero detentador de la fuerza; después, al analizar jurídicamente el acto mío lo elogió como acto de ciudadanía que debiera ser imitado e imposibilitaría se repitiesen actos de fuerza, acto ejemplar dijo en que debemos inspirarnos todos. Demostró que efectivamente era ilegal lo hecho por el Directorio y por consiguiente quedaba justificado mi calificativo de arbitrario, y asimismo puso de manifiesto de un modo admirable, que el Directorio al hacer lo que hizo con Unamuno, no obró en el ejercicio de sus funciones, sino que se arrogó las que correspondían a la Universidad y a los Tribunales de Justicia.
El Fiscal no estuvo mal; no apretó ni mucho ni poco, sino que se limitó a cumplir con el trámite y tuvo para mí expresiones de alta consideración.
Las impresiones de Melquíades ayer tarde eran de que había más posibilidades de que absolviesen; él creyó advertir en el Presidente signos de vacilación; de todas suertes la opinión general es que el Supremo no tendrá más remedio que casar la sentencia porque toda su Jurisprudencia es favorable a la inculpabilidad de actos como el mío.
El público en infinidad de ocasiones interrumpió a M[elquíades] con muestras de aprobación que provocaron la intervención del Presidente.
No cesé de acordarme de ti alma mía. Te participo que estuve tan sereno de ánimo interiormente como si se tratase de algo completamente ajeno a mí; sólo cuando el Presidente me preguntó si «el procesado tenía algo que decir» y respondí que sí, sentí la emoción de siempre, nada mayor, cuando comencé a hablar.
Habrás visto que no se ha permitido ni aun hacer alusión a mis palabras.
Adiós vida mía. ¡Cómo te he recordado, pero me alegro que estés ahí cumpliendo con tu deber y yo aquí con el mío!
El Sr. Cossío contentísimo y cariñoso a más no poder.
A mi niña de mi alma, mil besos de ternura, a madre mil abrazos y para ti amor de mi vida, compañerita mía que siempre me acompañas con tu amor y consejo en tantos azares como forman el testigo de nuestra vida espiritual, para ti mi amor fervoroso y mi amor apasionado.
Tuyo con idolatría
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 377] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid [Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid], 1 de marzo de 1925
Gloria de mi alma:
A estas horas, 11 de la mañana del Domingo, no sabemos cuál será sentencia; yo creí que anoche habría noticias pero no ha sido sí. Tengo el interés que podría poner en algo de importancia que no se refiriese a mí. Es curioso este fenómeno de objetivación que sorprendo a veces en mí; no siento la más leve inquietud; eso mismo me ocurría durante el juicio, y tanto me sorprendía hallarme en aquel estado de serena objetividad, interesado en la oración de Melquíades, que a veces volvía la atención hacia mi mismo para escuchar el ritmo de mi corazón y notaba que seguía su pausa imperturbable.
¡Cuántas ganas tengo de estar contigo, de abrazarte y estrecharte contra mi alma! ¡Es tan extraño este enroscamiento sentimental de uno en otro, este andamiento moral de la vida de ambos! ¡Qué belleza moral tiene realmente el amor! ¡Qué perfume da a la vida y cuánto aliciente presta a todo! Yo creo que saldré pasado mañana o el miércoles a más tardar.
Ayer almorcé con el Sr. Cossío y hoy lo haré con Juan Antonio y C[armen] y por la noche con Alberto y N[atalia]. Juan Antonio tiene afección bronquial delicada y están muy asustados, pero no digas nada porque no les gusta.
Me interrumpe de continuo la gente aquí en el Ateneo donde escribo y voy a terminar, enviándoos a mi nena millones de besos, a madre muchos abrazos y a ti, mi cielo, el amor tierno y apasionado de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
P. S. Quedó arreglado en la Facultad mi venida.
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 378] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Marsella, 27 de agosto de 1925
Gloria mía:
Ya he recibido tu telegrama desde Madrid, pero he estado inquieto por no recibirlo desde Irún; también tengo ya el pasaporte, más me quedé muy asombrado al ver que no traía dos letras tuyas. Anhelo vivamente saber cómo hicisteis el viaje, si os detuvisteis en Biarritz, si en la frontera tuvisteis dificultades de aduana, si apareció el camarada y si la noche os fue penosa porque fueseis preocupadas o asustadas. Para ti es una experiencia ese viaje pero yo habría preferido que no lo hubieses hecho por haberos acompañado. ¿Y la llegada a Madrid y viaje a La Losa lo hiciste sin dificultad y fatiga? ¡Cómo se alegrarían mi madre y todos de teneros! ¿Cómo los encontraste? ¿Y a Elisita y los niños?
Nosotros no paramos y a veces desde las 9 de la mañana hasta las 2 de la madrugada sólo tenemos el descanso de las horas para comer.
He intervenido en varias comisiones y como pensé muy bien lo que había de decir, resultaron felices las intervenciones y creo que bastante correcto.
Adiós vida mía, me llaman; sueño con tener carta; ya he avisado a Pablo y salgo mañana por la noche.
¿Cómo has encontrado a madre y los tíos y tía Dolores? A todos mis cariños; mil besos a mi hija y otros mil para ti de tu siempre apasionado
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 379] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Ginebra, 2 de septiembre de 1925
Gloria de mi corazón:
Heme aquí de nuevo en Ginebra, instalado en la “Pensión Minerva”, o sea donde estuve hace cuatro años y yendo a comer a casa de Pablo (23). Ha venido con ellos María, la hermana de P[ablo] y llegará pronto Justino (24); están ellos tan cariñosos y expresivos como siempre y tratándome en familia; he suplicado que hagamos lo que hacemos ahí y no ha habido medio. Me han pagado que quieras que no lo del teléfono o sea 71 Frs., pues es el teléfono de medio año, y me ha venido maravillosamente. No te preocupes en lo más mínimo por mi situación “crematística”; tengo seguridad absoluta de bastarme a mí mismo con mi colaboración en “El Sol”. Dime como llegasteis vosotras. Tengo ansias de conocer detalles de vuestro viaje; sólo he recibido una postal escrita en el camino, en la que me decías que todo fue muy bien en la frontera y que pagaste sólo tres pesetas en la aduana. Me imagino que habrás necesitado pedir a Bernardo 100 pesetas porque el billete en primera a Madrid os desequilibraría un poco; yo me alegro muchísimo que fueseis bien cómodas, en vuestro coche reservado y sólo siento que tus zozobras te tuviesen desvelada.
Yo hice mi viaje en 2ª, en un coche magnífico pero lleno de gente y sin poder pegar los ojos por consiguiente; ya me he desquitado y estoy muy bien. El cuarto es hermoso; da a la Rue Mont-Blanc y pago 7 Frs. por él; es caro, pero no hemos encontrado otra cosa porque está llena Ginebra.
Deciros lo que os recuerdo es innecesario; más, muchísimo más de cuanto podéis imaginar: cuando entro en casa de P[ablo], cuando nos sentamos a la mesa y recuerdo nuestras comidas modestas, íntimas y para mí agradabilísimas; cuando subo en el ascensor y recojo a mi nena de mi vida; cuando veo los escaparates y recuerdo lo que disfrutabais mirándolos. Todo, todo me lleva a vosotras.
Ayer dimos un paseo de tres horas por el Lago, y no dejé de evocar el maravilloso día que pasamos cuando le dimos la vuelta. ¡Qué felices hemos sido este verano! ¡Cuántas cosas Gloria mía hemos visto juntos y cuánto partido hemos sacado! Siempre había tenido el sueño de ir mucho por el mundo con mi mujer adorada y con mi hija; ¡Y si vierais como disfruto pensando que realizo mis ilusiones! Sí, es preciso tener esto con programa; la tierra está llena de rincones amables y nosotros, precisamente porque somos felices podemos saborear con deleite el encanto de todas las cosas, ¿verdad Gloria mía?
Escríbeme a casa de Pablo y cuenta todo; sólo así me parecerá que estoy junto a vosotras que sois mi vida.
¿No tenías tú postales y sellos de Suiza? Si los tienes mándamelos.
Di a madre y los tíos y tía Dolores que no los olvido y les envío un abrazo de cariño. Pepe no creo que esté ahí pero si estuviese, dile eso mismo; a mi niña de mi corazón bésala mil veces en mi nombre y a ti cielo mío, amor de mi vida, te estrecha contra su alma apasionadamente tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 380] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Ginebra, 7 de septiembre de 1925
Gloria de mi alma y de mi corazón:
Tres días sin contar hoy en que espero noticias, llevo sin carta ni postal tuya; comprendo que yo no tengo derecho a quejarme tan pronto como coloquemos las cosas en un plano de igualdad, pero tal vez si hacemos esto lo que conseguiríamos sería una injusticia y una gran desigualdad; tú has tenido el hábito de escribir a diario aunque ello te exija un esfuerzo, pero has logrado al fin hacer en ti usual ese esfuerzo; yo no lo he hecho jamás y a causa de ello y de quehaceres múltiples mi tiempo y sin duda mi habilidad para ordenarlo es mucho menor. Ello es que me falta la alegría de cada día.
Ha terminado el cursillo de Zimmern y no puedes imaginarte lo bien e interesante que ha estado. Después de terminar éste, hubo anteayer una sesión de objeciones y al entrar él, se me acercó muy afectuoso, y me dijo que desearía que iniciara yo la discusión; lo acepté como no podía menos y comenzó presentándome a los estudiantes. Yo saludé a él y a todos dándole las gracias y le hice una observación. María Azcárate vino conmigo a la Universidad y estuvo interesadísima en la discusión en que tomaron parte señoras, señoritas, muchachos y hombres.
Anteanoche fuimos Pablo y Amelia con W. Martin y su Sra., familia amiga desde que vine el año 21, muy amigos de Madariaga y Pablo, a comer el plato típico del país que es el Fondue, esto es queso hervido, licuado y se come con la lamparilla o infiernillo encendido bajo el cuenco de barro. Se mete en este cuenco el pedazo de pan en el tenedor y se le da vueltas. Está riquísimo y casi todo el queso es gruyère. Convidé yo, me pareció natural poder tener alguna atención. Ayer nos fuimos todos con los chicos a la Salève; ¡qué recuerdos! No di un paso sin que surgieseis en mi memoria; recordé el sitio de nuestro almuerzo, la pérdida del cubierto; ¡todo!
Hoy, inauguración de la Asamblea de la Sociedad de Naciones; en el local en que va a tener lugar te escribo; me he venido mucho antes para hacerlo; tengo un sitio espléndido, galería primera, primera fila, con pupitre para escribir, como colaborador de “El Sol” gracias a las gestiones de Pla y la oficina de información. Es tal la dificultad de tener un puesto que Amelia, deseándolo, no lo ha logrado. En tanto te escribo ensayan los micrófonos para la telefonía, entran comisiones del Irán, Irak, etc. El ambiente es interesantísimo; quieres creerte que mi francés se hace cada vez más fluido y gramatical según notan Pablo y Amelia.
Voy a terminar Gloria mía; a todos mis cariños, a mi hija de mi vida mil besos y para ti cielo mío y amor de mi vida la pasión y la adoración de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
P. S. Me han escrito mamá y C[oncha] agradecidísimas a ti y diciéndome que se ha dirigido a Fernandita un muchacho que es ayudante de Barnés (25) en el Instituto Escuela y que prepara Cátedra; ¡ojalá y tenga acierto en su decisión!; le impresionan a uno estas cosas.
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 381] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Ginebra, 19 de septiembre de 1925
Gloria de mi alma:
Heme ya en el último día de estancia en Ginebra; mañana salgo para Berna y de hoy en una semana retorno a nuestro país y me aproximo a ti; ansío tenerte en mis brazos.
Estos días te he escrito poco, ¿y sabes por qué? He estado nombrado árbitro para zanjar unas dificultades de ejecución de la Ley Agraria en la zona de Rumanía poblada por los húngaros y ha dependido de un último momento político que ese nombramiento no se llevase a cabo. Designado por la Sección técnica –a propuesta de Pablo que halló en mis recientes publicaciones, lo publicado en francés e inglés sobre el problema agrario y algunos artículos últimos de “El Sol” reproducidos aquí, una base con que justificar su propuesta– fui aceptado por todos con agrado, pero el Ministro de Negocios Extranjeros rumano dijo que era una desconfianza respecto de su país enviar un extranjero como juez árbitro en un asunto interior, y que el Gobierno entero dimitiría; después de esto todo naturalmente ha fracasado. De haber sido un hecho, esto hubiera significado mes o mes y medio de estudio aquí y en Rumanía a donde habría necesitado ir, bien pagado, y atendido como un Embajador. Tales ganas sin embargo tengo de estar con vosotras, que vacilé en aceptar cuando lo preguntaron a pesar de la importancia que tenía el caso por lo mucho que me ha enseñado.
Hace tres noches enorme sensación y mal rato: fui al Ateneo a oír la Conferencia de Jouhaux, presidía Zimmern; terminada la conferencia dijo éste: va a empezar la discusión; la comenzará el Diputado laborista inglés Mr. fulano y la terminará aprovechando su presencia en esta el profesor y socialista español Mr. de los Ríos. El público aplaudió y a mí por cada pelo me salía una gota. Hice mi composición de lugar durante la discusión y el público me aplaudió mucho. Estaban Leopoldo Palacios (26) y José Fernando González; a ambos les gustó.
He tenido varios convites; hoy almuerzo con los Zimmern, tomo el té con los Madariaga y ceno con P[ablo] y Amelia en casa de Miss Cathral donde va también un joven profesor de la Universidad de Londres con el que pondré en relación a Paco G[arcía] Lorca.
Dime de nuestra casita cómo vas a ponerla; creo que será mejor dar nogalina a los estantes de la librería; ¿no te parece?
Envíale a Manolo Morales 150 pesetas para que me las dé en Barcelona; con eso tengo suficiente; escríbele también diciéndole que llego con la hermana de P[ablo] Azcárate el 28 por la mañana creo que a las 8 en el tren de Francia, pero que saldré el 29 por la mañana y no me iré a casa de nadie a dormir por no dejar a María Azcárate sola.
Si vieras que cariñosos son Amelia y Pablo. ¡Cómo ha ganado la primera! ¡Qué grandeza y belleza tiene la amistad así practicada! María es un muchacha muy inteligente, seria y de una sencillez como Pablo.
Adiós vida mía.
La niña a mi juicio no debe ir sola a la clase; hablaremos; abrazos a madre, mil besos a nuestra hija, y para ti otros tantos llenos de amor de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
P. S. Recuerdos a Doña Berta.
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 382] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Ginebra, 27 de septiembre de 1925
Gloria de mi alma:
Heme aquí en Ginebra de nuevo y con el plan de mi viaje alterado sin que pueda rehuir el compromiso. Al entrar anteanoche en Berna, vine a casa de P[ablo] y A[melia] y me dijeron que en el Bureau International du Travail me buscaban urgentemente; puesto al aparato ayer, mañana, me dijeron en el Bureau que sí, que me habían escrito a Berna para rogarme en nombre de Albert Thomas me detuviese lunes y martes para ser juez en el Tribunal que ha de examinar los trabajos presentados al concurso de la plaza que a mí me ofrecieron como recordarás. La importancia del caso, la responsabilidad de que pueda venir una persona de condiciones morales e intelectuales que pongan en mal lugar al grupo de aquí y comprometa en nuestro país el nombre del Bureau, y el deseo de no aparecer como persona insensible al acto de confianza que representa el que sea yo el único español que en eso va a intervenir, y todo con una libertad absoluta, no obstante la presión del Ministerio de Estado y Trabajo, me han decidido a decirle que acepto reconocido el detenerme lunes y martes; llegaré pues a esa en vez del 1 el 4; ¡qué se ha de hacer! Como estoy dado de baja por enfermo no hay el menor cuidado. ¡Y si vieras vida mía como ansío estar ahí!
Segunda Cuestión: Lo de Rumanía parece que se arregla definitivamente; no es seguro, pero sí es casi seguro; ayer tuve una conferencia con el Jefe de Pablo en la cual oficialmente pero a su vez confidencialmente me lo dijo; me da tiempo a ir a esa y aún caso de que me telegrafíen ya en Granada puedo quedarme ocho o diez días más. Esto es realmente bonito, por la cosa en sí, juez en un asunto agrario entre dos pueblos, por el hecho de entrar en relaciones oficiales con la Sociedad de Naciones, y por el viaje que lo haría yendo por Venecia y volviendo por Budapest. Me darán 70 francos suizos diarios y viaje, en coche cama; Pablo con 40 ahorró, ¡imagínate yo con 70! Separarme de vosotras de nuevo me entristece, pero creo una cosa de importancia grande el hecho de que el Gobierno Rumano me llame y quedar ya oficialmente unido aun cuando sea ocasionalmente a la Sociedad de Naciones; ¿no lo crees tú? Ahí causará cierta impresión si cuaja; no digas nada a nadie. En cuanto a lo oficial es simplemente pedir una licencia de un mes a lo cual tengo derecho, y que no me lo han de negar dada la notoriedad del caso.
El último día en Berna, anteayer, admirable; concluyó el Congreso a las 12 y a las 2 en autocar nos llevaron por los alrededores hasta Thun, ciudad preciosísima llena de casas del XV y XVI, al borde de un pequeño lago pintoresco; allí merendamos invitados y volvimos a Berna a las 6 menos 10, o sea 10 minutos antes de salir el tren. Todo agradabilísimo.
He puesto un telegrama a M. Morales que no me espere mañana y le digo que llego el jueves (27); veremos si puedo saludar a la familia toda porque es exclusivamente 24 horas lo que me detendré.
Adiós alma mía; ¡cómo estarás trabajando! Abrazos a madre; a mi niña de mi alma que ansío besarla y a ti mi cielo, mi amor, sueña asimismo con estrecharte tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 383] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid, 31 de octubre de 1925
Gloria de mi vida:
Te escribo entristecido porque mi madre ha tenido esta noche otro cólico y desde las doce hasta la 1 en que ha venido Calandre y le ha puesto una inyección de morfina ha estado en un ¡ay! ¿Razón de esto? Ella estaba delicada del cólico que tuvo hace 10 días y ayer cuando estaba almorzando llegó tía Tomasa y como tiene la patológica satisfacción de las cosas catastróficas le dijo a mi madre: «Me imagino lo preocupadísima que estará Vd. con lo de Fernando otra vez; ¡figúrese si ahora pierde la cátedra!». Mi madre que no sabía nada le produjo esto mucha impresión, se le cortó la digestión y en este momento tres de la tarde ha devuelto íntegra la comida de ayer. Es Calandre quien ha dicho que casi con seguridad se debe a eso por la coincidencia de que estuviera comiendo y que ese efecto es frecuente. ¡Qué criaturas esas de tía T[omasa] y Pepe! Son buenísimos pero morbosos.
Se ha quedado ahora tranquila después de arrojar; volverá Calandre esta noche.
Las dos fórmulas de Castillejo las encuentra bien el Sr. C[ossío] y como comprenderás con 15 ó 20 firmas no pasa nada a nadie; con plena seguridad.
Me trajeron ayer las 600 y te he enviado 500; a mi madre he entregado 100.
¡Cómo te recuerdo amor mío! Besa a la hija de nuestro amor; abraza a madre y para ti la adoración de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 384] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid, 2 de noviembre de 1925
Gloria de mi vida:
Ayer día de los Santos tomé los buñuelos con B[ernardo] y E[lisa] que no permitieron que los comprara yo como deseaba; les llevé en cambio en auto y vimos las dos casitas de Núñez de Balboa que están preciosas. Otero (28) vino a ver a mi madre, muy cariñoso con ella; yo había salido con Rita María momentos antes a ver a las primas de Ronda que aún no las había abrazado. Hoy vamos Fernandita y yo a comer en el Hotel Roma con Otero y Laura.
Esta noche salgo para Sevilla; me han enviado 300 ptas. para los gastos; no aviso, porque son ya tantas las veces que lo he hecho y no ha podido llevarse a cabo, que siento temor de que si les telegrafío pueda luego no realizarse y resulte falta de seriedad mi conducta.
El viernes volveré y nos reuniremos el grupo de profesores amigos; he hablado también con algunos de otras Universidades y en casi todas habrá pequeños núcleos de gente que suscriban la protesta. No hay el más leve riesgo a mi juicio para nadie; no está el horno como para que susciten corrientes adversas de opinión.
Mamá ha pasado tranquila la noche y se encuentra bien; yo noto que ha dado un bajón; ojalá que se ponga fuerte pronto. ¡Cuánta ternura pone uno en estos amores de los que van a marcharse para siempre!
Tienes razón amor mío; son ya demasiadas separaciones; me pesan, me entristecen; ¡no estoy plenamente a gusto sino a vuestro lado, gozando de tu cariño, de tu cuidado, de tu amor y de la ternura de nuestra hija!
Adiós, te escribiré desde Sevilla. Piensa siempre en ti y a todos abraza tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 385] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Sevilla [Grand Hotel de Paris], 4 de noviembre de 1925
¡Heme aquí en esta Sevilla maravillosa! Cada día me parece más bonita, más encantadora y decididamente no conozco ciudad alguna comparable a ella ni en España ni fuera de España. Las calles, las casas; aquellas tortuosas y éstas con un marcado carácter histórico, llenas de flores en ventanas y balcones forman un conjunto admirable; además, ¡qué limpieza en la ciudad! ¡Qué jardines! ¡Si vieras Gloria mía cómo he recordado nuestro viaje a ésta! ¡Te acuerdas cómo disfrutamos! ¡Cómo me he acordado de madre andando por el barrio de Santa Cruz y los jardines del Alcázar! Es indispensable que vea esto; no debe pasar más tiempo, y si tenemos un poco de dinero más del justo, vale la pena que en Pascua se saque un kilométrico que permita venir a Sevilla.
Espero cobrar dentro de pocos días, tal vez al llegar, algunas dietas de las oposiciones y el viaje; me quedaré con algo porque estoy ya sin blanca y te mandaré el resto; espero que de este modo noviembre será fructífero y nos permitirá hacer un pequeño ahorro.
¡Si vieras que inquieto estoy con mamá! Tengo ansias de saber que se halla fuerte; ¡qué zozobra las enfermedades! Mañana por la noche regreso a Madrid y por el día visitaré la corta de Tablada, que no la conozco, y me llevarán a Carmona, ciudad llena de admirables restos romanos. Los amigos están muy atentos pero yo tengo el alma entristecida porque me faltas tú y la niña.
Adiós vida mía, besa a nuestra hija, que me escriba; abraza a madre y recibe con ternura el amor infinito de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 386] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid, 7 de noviembre de 1925
Gloria mía de mi vida:
Ayer de mañana llegué después de un viaje feliz y de haber pasado en Sevilla un último día precioso; me llevaron de excursión a la Corta de Tablada que no la había visto yo nunca y me interesó mucho por la importancia que tiene económicamente para Sevilla y la magnitud relativa de la obra: se trata de una recta casi de ocho kilómetros, según me dijeron, que permite salvar una serie de zig-zags que hace el río y que dará entrada en Sevilla a barcos de 8.000 toneladas. Es interesantísimo. Pero lo realmente admirable fue la excursión a Carmona en automóvil; ¡qué sereno y bello el paisaje! ¡Qué pueblo! Blanco como no he visto otro; hasta las azoteas; todas las casas las tienen y están encaladas, de suerte que es un reverberar extraordinario. Allí encontré a un hombre de 76 años, recio como el solo, amigo que fue de padre, a quien recordaba con el cariño de todo el mundo. Nos acompañó y fuimos a la maravillosa necrópolis romana. ¡Cómo me acordé de ti! No conozco ninguna ni semi comparable con esta Necrópolis. Fueron familias de linaje las que le dieron su riqueza: hay panteones de familia con las pequeñas urnas funerarias en torno al panteón y colocada cada una en su hornacina; el techo en alguna tiene sus pinturas; todo está como si datase de 20 años y no de ¡2.000!. La piedra para sacrificar la res en el banquete funerario, el hogar para asarla, el triclinio donde los invitados se echaban y hacían las libaciones, todo lo típico de un suntuoso panteón patricio está allí. ¡Cómo disfruté y cómo pensé en ti! No puedes imaginártelo, pero sí te diré como muestra del ansia que me daba de verte y la desazón que me causaba estar separado de ti, que estuve a punto de irme a Granada hasta el 11, pero razones económicas me detuvieron.
Mamá está bien, pero tiene mala cara y se ha quedado muy quebrantada.
Ayer estuve muy atareado y no tuve tiempo de escribirte; perdóname cielo mío.
Adiós, mil besos a la nena de mi alma; abrazos a madre y para ti el amor enorme de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 387] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid, 9 de noviembre de 1925
Gloria mía de mi alma:
Acabo de leer tu carta que ansiaba tanto más recibirla cuanto que ayer me quedé sin ella y me falta algo esencial cuanto no tengo el estímulo diario de tu amor y tu recuerdo. Es triste pensarlo pero así es: no basta el resto de la familia por mucho que se la adore, faltándome tú y la niña estoy triste.
Dime, te lo ruego, a vuelta de correo los libros que forman los dos paquetes porque ha habido dos envíos, uno del 3 de octubre y otro de mediados y puede que uno de ellos se halla perdido; lo sospecho y quiero que reclame Pablo.
Aun no ha sido la reunión que proyectábamos, había de celebrarse el viernes y luego quedó aplazado para hoy y hoy para mañana la fórmula no puede ser más suave y yo me avengo porque temo aparecer deseoso de notoriedad cuando solo se trata de exigencias de honor. El Sr. Cossío identificadísimo conmigo; días pasados me cuentan se irritó y dijo: decididamente no hay más que dos personas que sientan esto, Fernando y yo. ¡Qué ambiente de cobardía y pusilanimidad!
¡Cuánto me alegro que te llevasen toda la paga! ¡a ver si al fin ahorramos algo! Yo espero cobrar algo pasado mañana; si así no fuera ya te pediría pero no me mandes hasta que te lo diga. Del viaje a Sevilla me sobraron unas pesetas.
Estoy haciendo urgentemente el trabajo para la Enciclopedia Británica y creo que antes de ocho días o en ocho lo tendré despachado.
Creo que tienes razón en cuanto me dices de la niña; me parece que es preciso otra profesora para las matemáticas, considero necesario que vaya al Instituto y me alegro muchísimo de que D. Agustín le dé clase; ya tendremos alguna atención con él.
He almorzado con Antonio Mesa (29) y Asunción (30); agradables y cariñosos; también estaba la hija menor de D. Manuel Segura (31).
La situación política grave, muy grave, más como síntoma que como realidad: el ejército se ve que está minado y todo hace pensar aún a los más incrédulos que esto va a terminar pronto y mal; ¡si padre viviera, con qué emoción asistiría a todo esto!
Adiós vida mía; mil besos a la nena; dile que me escriba; mamá se rehace; a madre abrazos y para ti el apasionado amor de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 388] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid, 11 de noviembre de 1925
Gloria de mi alma:
Ayer tarde, al fin, fue acordada la fórmula que hemos de presentar en los rectorados respectivos los Catedráticos; está bien como te dije y fue preciso sacarla con fórceps; hubo tanto distingo, tanta salvedad y en algunos tal temor, que fue necesario revestirse de paciencia y callar, a fin de no estropear la acción colectiva. Estuvimos reunidos en casa de Varela (32), el cual precisamente me invitó a almorzar hoy. El Sr. Cossío estuvo muy bien; tiene una vibración ideal admirable.
Esta tarde a las cuatro nos reunimos el Tribunal y comparecerán los opositores; ¡veremos!
He contestado con un telegrama a Madariaga y ya le he enviado la primera parte o sea 22 cuartillas apretadas mías sobre la evolución política de 1921 a 1925 para las cuales he necesitado leer y hojear mucho. Cuando me levanto estudio un rato en la casa y después, a las 10, me vengo al Ateneo hasta las 2; por la tarde voy siempre un rato a la casa puesto que no almuerzo allí y de nuevo me vengo a trabajar al Ateneo. A las 7 ½ u 8 voy a la Revista de Occidente, o a la clase de Ortega (33) o a “El Sol”, etc. Anteayer estuve por la tarde en casa de los tíos y pasé con ellos un buen rato; merendé allí; cariñosos como siempre; Pepe estaba en la cama con un catarro fuerte.
Anoche cené con Américo Castro y Carmen Madina que siempre me preguntan por ti y la niña con vivo interés.
La vasta conspiración militar que se ha descubierto denota cuánta razón tenemos los que creemos en la descomposición irremediable del ejército; éstos, los del Directorio, han enseñado el camino de los pronunciamientos y es difícil ya que los contengan; anoche dijeron en la reunión que hay cinco Generales, Coroneles, etc. y más de veinte sargentos detenidos. No creo en una inmediata mejora de la situación, pero sí creo que esto revela un próximo fin de la situación actual.
Adiós vida mía; besos a la nena, abrazos a madre y para ti el amor grande de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 389] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Nueva York, 11 de octubre de 1926.
¡Vaya por Dios vida mía que ni aun pensando en lo que duran me impresionan a distancia estos dolores y se puede a veces reprimir el sermón injusto! Anoche 10 llegó tu carta del 26; claro es, que no se me ocurre por ello decir que desde el 26 no te has acordado de mí; pues eso es, lo que tú haces, comenzar diciendo: «Ya no sé qué pensar de tu silencio. Hace 25 días que me escribiste la primera carta»; aun cuando habiéndola recibido ahí el 16 ó 17 lo que podías decir es hace diez días estoy sin carta; y cuando la niña se inquieta decirle que de Nueva York a España no hay correo diario, sino que sólo hay tres vapores directos al mes que tardan 11 días en tanto que de ahí a ésta hay muchos más porque tocan para venir y no para ir; y en vez de decirme ni traslucir: «¿La nena ni yo merecemos ese esfuerzo?», pensar en lo que os adoro, en que sois para mí la vida, en que os escribo cartas que no son como las usuales, sino extraordinarias como corresponde a la situación, que no es el ritual lo que importa y es preciso interpretar, sino esta preocupación y anhelo por vosotras que me llena de vida y trasminan mis cartas; y no te dé reparo en decir cuando la gente te pregunte, que uno de los dolores grandes de esta separación es no tener comunicación tan frecuente como nos es usual; y ante la niña subrayar lo que supone en una vida tan afanosa como la de Nueva York, donde tantas solicitaciones hay y tanto que ver por obligación moral y cuando estoy estudiando y meditando para salir del compromiso más grande de mi vida, inaugurar la Cutural española en México –donde tantos recelos y odios suscita aún lo español y donde tan inteligente y profunda es la gente– el que una y otra vez haga estas pausas en mi trabajo, que no es salir del paso con una tarjeta postal sino hablar con vosotras, contaros todo para que vayáis conociendo el rumbo de mi vida y de mi alma; y así, en vez de comentar lo que falta, que lo reconozco y lo siento de todo corazón, procurar ver en cada carta un diario de la semana, pensar que son varias que llegan unidas y que esto, de un modo diferente que la postal con dos renglones, tal vez de manera menos satisfactoria para vosotras, pero del modo que mejor responde a mi modo de ser y a mis malas costumbres a este respecto, os he de revelar que «vuestro espíritu está unido al mío». ¡Que lo que hago «no está bien»! Conoces mi temperamento –del que ciertamente no me enorgullezco– y solo te he de decir que apelo internamente al inmenso amor que te tengo para reaccionar diciéndote con toda ternura, «que me enmendaré». Pero como hay cosas en que lejos de enmendarme lo que pido a Dios de todo corazón es que me permita continuar siendo lo que he sido y soy, también te ruego que te esfuerces por liberarte un poco más del preceptismo y descansar más en la visión de lo que eres en mi corazón y para mí, y llevar esto a las conversaciones con la nena.
En cuanto a la pregunta de Antonio Mesa lamento que en vez de disculparme haciéndote violencia no se te ocurriera cosa tan sencilla como la de que, si me preguntó por el permiso, mal podía contestarle habiéndome venido a la espera de él; hace precisamente dos días le puse una tarjeta.
Lo que me cuentas de la Universidad me confirma en la idea de que esta época es la más propicia para hacer una labor fuera de España, de estudio, meditación y difusión de nuestra cultura. ¡Si estuvierais conmigo! Podría suceder, se hacen gestiones sobre ello, que me invitasen a Puerto Rico no para dar unas conferencias sino para hacer el curso de enero a mayo, si así fuese y con las condiciones mínimas que he puesto, pienso –y lo mismo Onís y Ángel del Río que ha estado allí un año con su esposa–, que deberíais veniros; pedirías licencia sin sueldo o con sueldo enviando a este respecto solicitud a la Junta o al Ministro como te dijera Castillejo y embarcaríais en el vapor directo que hay; tal vez Rafael del Río pudiera procuraros rebaja en el pasaje de la Transatlántica. Te parecerá extraño todo esto, pero se trata de algo muy pensado y madurado porque ésta es una cuestión de la que se viene hablando hace un mes. En Puerto Rico quieren los americanos que se haga el Centro de Cultura que funda la obra de las dos razas y han puesto bajo la dirección superior de Onís cuanto respecta a la Cultura española; él ha propuesto que vaya yo a hacer la “Historia del pensamiento español” y organizar otros estudios con una remuneración mínima por ese cuatrimestre de 3.000 dólares o sea 20.000 pesetas. La vida allí es muy económica; ambos matrimonios que vienen de allí, me aseguran que por 250 dólares todo comprendido viviríamos; es decir 1.000 dólares la temporada, más otros 1.000 el viaje de ida y vuelta, todavía ahorrábamos 1.000 y en cambio estábamos reunidos y gozábamos esa temporada en el trópico. Hablé de madre, del inconveniente que pudiera ser para ella y me han asegurado incluso médicos que por el contrario, el trópico es un país ideal para los enfermos de corazón; el viaje no puede ser más tranquilo: embarcaríais probablemente en Cádiz y en vuestro camarote de tres literas, es decir otra habitación, llegarías al mismo San Juan, donde estaría yo para aplastaros contra mí. ¡Me imagino cómo se pondrá mi hija de mi alma si se entera de esto! He aquí el plan: Una vez sepa yo si esto ha cuajado te enviaré un cablegrama diciendo: «Arreglado decidid vosotras» o «no arreglado estad tranquilas»; además, mandaré dinero inmediatamente me lo entreguen en México. Gloria mía, date cuenta de que esto no es una orden, ni mucho menos; es un plan posible de realizar y que constituiría una felicidad para mí y creo que para vosotras, pero si por las mil razones que puede haber, ya referentes a madre, bien a tu clase no pudiera ser o creyeras que no debía ser, me doy por convencido. Si por el contrario pudiera llevarse a cabo, cosa que no puedo ni aún decirte, lo que me alegraría por no crearte un agudo conflicto sentimental, entonces te traes tus notas de Historia del Arte, Historia de España y Lengua, con las postales, porque pudiera suceder que se arreglara el que dieses un cursillo que lo pagasen bien. Una vez recibido mi cablegrama, si fuese diciendo que se ha arreglado, contéstame cuanto antes diciendo tu resolución para comunicarme yo con Onís. Como es seguro que la licencia te la darían un mes con sueldo y el resto sin éste, no te preocupes de esa parte.
Gloria mía, sube a mi despacho –¡cómo me acuerdo y suspiro por él... y por ti!– y en el estante grande de mano izquierda, en la tabla baja, hallarás en el primer tramo un libro delgado, en 4º mayor, sobre La Question de matières premières o título muy similar, publicado por la Sociedad de Naciones; en el segundo tramo encontrarás, tabla baja igualmente, metidos en un cartón, abundantes notas y papeles, etc., y sobre el cartón nota alusiva a “Catástro”; con ambas cosas haz una paquete bien hecho poniendo encima papel recio y certificado envíamelo a México a la dirección que repetidamente te he dado y vuelvo a repetir:
Instituto Hispano-Mexicano
4ª Calle de las Artes 71
México, D. F.
¿El cajón de libros que mandamos desde Madrid a Fernando Sainz llegó y se recogió? No olvides contestarme.
Como tú flaqueas en lo de enterarte por la prensa y no lees el periódico de Madrid aunque si lees el de Granada, no me dices nada del artículo de Gómez Baquero del 15 de septiembre en “El Sol” sobre mi libro; le he escrito dándole las gracias.
He tenido tres convites estos días interesantes en algunos aspectos y en otros muy tediosos; el que me ha alegrado verdaderamente fue el del Dr. Pruneda, Rector de la Universidad de México, circunstancialmente aquí por diez días. Yo fui quien le invité –4 dólares el lunch de ambos o sea 26 ó 28 pesetas; ordinariamente gasto 4 pesetas en el lunch– pero me alegré mucho de ello; simpatizamos grandemente y me dijo con el interés que me aguardan en su país; como yo en el curso de la conversación y una vez persuadido de la simpatía mutua me abandonase al caballero y le dijera cuán viva era mi inquietud por la tirantez entre la colonia española que me invitaba y el pueblo mexicano con el que yo me encontraba identificado, me dijo que precisamente era mi significación lo que a todos hacía pensar que pudiera servir para ligar y suavizar asperezas; que fue unánime la designación. Me van a arreglar una serie de excursiones por el interior del país para que pueda verlo todo y juzgar sus esfuerzos y aconsejarles; me llevarán a zonas de indios que viven en sus casas primitivas de madera y no saben hablar español; a las escuelas rurales, etc. ¡Con cuánto interés voy a pensar que una cosa tan deseada por mí se me ha logrado en condiciones excepcionales!
Saldré el viernes por la mañana y he aquí el recorrido: Ythaca en las proximidades de las Cataratas del Niágara; Madison en el Estado de Wisconsin, Columbus en Ohio, y Austin en Texas de donde salgo para México. En la frontera están avisados y he de telegrafiar; os iré poniendo postales.
Adiós vida mía, no dejes de pensar en lo que te adoro; tú, hija de mi alma, hazte cargo de que todos los días escribo una parte de esta carta, un párrafo y verás como resulta que ni un solo día dejo de dedicaros un rato; abrazos a madre, mil besos para ti hija mía adorada y tú mi Gloria, mi sermoneadora, recibe con la misma ternura amorosa que te los envía mil besos y un abrazo apasionado de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 390] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
México, 10 de diciembre de 1926
Gloria de mi alma:
Ahora me he portado mal, perdóname y cree en este amor hondo, constante, lleno de recuerdo permanente y de anhelos vivísimos por ti y por nuestra dicha. La semana pasada hubo tanta conferencia, comida, etc., que, dada mi falta de sentido para esto de escribir cartas, no hallé ocasión de hacerlo; salimos después el sábado a una excursión maravillosa que ha durado una semana y hoy al llegar me pongo a escribirte cansado pero llena el alma de impresiones que me duele no compartir contigo: Cholula, la ciudad santa de loa aztecas, hoy con más de 300 iglesias ocupando el lugar que ocuparon los antiguos templos, Puebla ciudad española de casas señoriales, Oaxaca que es un pedazo de Andalucía, con la ciudad llena de rejas hasta el suelo, balcones de esquina y sus indios de cara alegre y a veces de belleza honda; de allí a Teocalí la ciudad de calles formadas con cactus verticales tras los cuales están las casas de adobe y paja de los indios y de allí a Mitlán donde están las grandes ruinas de los inmensos templos zapotecas. ¡Qué impresiones! ¡Y siempre mi niña y mi mujer presentes en mí y tomando recuerdos para ellas! Tomé tapices para mi madre, el Sr. Cossío, Bernardo, Pepe mi hermano y los tíos; a ti el croché que hacen las indias; a mi nena una piedrecita labrada antigua, piedra que no se da en América y que es uno de los testimonios de que esta civilización procede de Asia.
Al llegar me encuentro arreglado mi cursillo en Cuba: diez conferencias en un mes, 10.000 pesetas y dos conferencias una en Puebla y otra en Tampico, aquí en México con viajes y gastos pagados y 1.000 pesetas mínimo para mí; espero poderte girar cuando llegue a Cuba 5.000 pesetas quedándome aún con bastante como para pagar viaje y no tener apuros.
Adiós vida mía. ¿Cómo sigue madre? ¡Qué susto G[loria] de mi corazón pasarías! ¡Cuánto deseo estar a vuestro lado! Yo calculo llegar hacia el 20 de febrero.
Tu cable por mi cumpleaños ¡47! lo recibí en Puebla. ¡Bendita seas amor mío! Besa a nuestra hija del alma y recibe tú el inmenso amor de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 391] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
La Habana, 8 a 10 de enero de 1927
Gloria mía de mi alma:
Desde Cuba, etapa última de este viaje tan lleno de cosas, te escribo esta carta. ¡Ni que decir tiene la multitud de impresiones desde que salimos de México! El recado del Presidente de la República en México fue de enorme interés; primero, que si me ocurría algo en España alguna vez, que contase con mi cátedra en México donde sería acogido con honda alegría y segundo, que si México me necesitara para su reorganización si podría venir. Ya comprenderás cuánto agradecí una y otra cosa. He salido de allí con una impresión tan honda como lo es mi gratitud. La despedida fue cariñosa en extremo pero no se enteró casi nadie que me venía porque mi plan era ir a Tampico, retornar el 5 y salir el 7 por la mañana de México; desgraciadamente no pude ir porque se temía una huelga ferroviaria y corría el riesgo de quedarme embotellado sin poder tomar el vapor; me aconsejaron las personas conocedoras de la situación que no fuese; tenían tal interés en Tampico por mi conferencia que me pagaban todos los gastos y 2.000 pesetas; ¡qué se ha de hacer! De México la altiplanicie de 2.200 metros bajamos en el tren a Veracruz, tierra caliente como aquí se llama; es el verdadero trópico; era enero y la gente iba vestida con el traje blanco y sombrero de jipi; hacía mucho calor; la naturaleza maravillosa: cocoteros y plátanos, luz intensa, es Málaga y la Costa sumamente parecido a aquello. Salimos en el Vapor americano Monterrey y a las 36 horas hizo escala en “Progreso” península de Yucatán, extremo sur del Golfo de México, allí quedamos todo el día y bajamos a tierra; nos aguardaba el Secretario del Gobernador del Estado quien nos llevó a la capital, a Mérida; ¡qué preciosa y qué maravillosamente andaluza! ¡Qué rejas hasta el suelo! ¡Qué balcones de chaflán! ¡Y qué naturaleza! La Universidad nos dio un almuerzo y vino a despedirnos a la Estación.
Llegamos a La Habana el 6 a las 6 de la mañana y cuando me asomo a la borda lo primero que veo es un vaporcito que se nos acerca con un inmenso letrero: «El Centro Andaluz a su ilustre paisano Don F[ernando] de los R[íos]». ¡Me emocionó! En el vaporcito estaba el hermano de Serafina, la amiga de Berta, y un muchacho médico de Granada que algunas veces había ido de oyente a mi clase. Periodistas, fotógrafos, etc. De todo ello te darás cuenta por los recortes que te mando y como verás no cesan los artículos cariñosos sobre mi persona. Mañana comienzo las conferencias y hay una expectación tan grande que me impresiona; la gente joven viene hacia mí con un cariño realmente conmovedor, me buscan para llevarme de paseo, etc.; anoche me comunicó el Presidente de la Asociación Hispano-Cubana de Cultura, que el lunes 17 en que principio el cursillo de la Universidad, acudiría a la inauguración para presidirla y auspiciarla como dicen en América, el Presidente de la República; así se lo participaba éste. La Habana es preciosa, cautivadora; es una mezcla de Sevilla y Málaga y la gente es afable, risueña, acogedora; es verse en Andalucía; los alrededores son una idealidad, extensiones enormes de suaves colinas con palmas reales; ingenios de cañas; todo verde aún en este tiempo en que tiene lugar la sequía, porque los árboles en el trópico o no pierden la hoja o si la pierden es para brotar inmediatamente.
Ésta la lleva a España Cabrera. ¡Cómo siento separarme de él! Ha sido una amistad fraternal la que hemos creado.
En vez del 3 de febrero retrasa 7 días el vapor su salida. ¡No quiero decirte cómo me tiro de los pelos! Llegaré pues hacia el 19 ó 20 a Gijón y tengo la ilusión de que subáis a Madrid. Comprendo que es un gasto pero también me parece absurdo detenerme dos días en Madrid, lo cual no puedo por menos de hacerlo –he de ver a mucha gente por obligación– y que vosotras estéis en Granada existiendo posibilidades de que estemos reunidos. ¡Qué ansias tengo de ello amor mío! ¡Me parece un sueño que voy a estar a vuestro lado y en mi casa y cuarto de trabajo!
Cópiale de mi parte a mamá todo lo informativo de esta carta; mándale, para que los lea, los recortes de La Habana y que te los devuelva. ¡No tengo tiempo para nada! ¡Sólo hay dos correos mensuales para España! ¡No extrañes pues carecer de noticias! Hace quince días que no tengo vuestras.
Adiós corazón mío; a mi hija de mi alma que se me hacen siglos los días que faltan para abrazarla y besarla; a madre muchos recuerdos de cariño y que espero esté ya bien dada la fortaleza de su organismo; y a ti alma mía el corazón de tu enamorado,
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 392] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
New York, 15 de enero de 1928
Gloria de mi alma:
He llegado y he hallado enseguida vuestro recuerdo, vuestra carta; ¡cómo te lo agradezco! Me produce una enorme impresión, sentimental e intelectualmente, sentirme preso en esta medida, por ti, por mi hija adorada. Ten toda clase de seguridades en mí, cielo de mi alma; mi salud es excelente, y mi corazón y mi vida toda ha sido para la mujer a quien he dado mi amor, y ahora para ella y para mi hija.
¡Cómo he pensado en vosotras, en mi madre y en problemas culturales durante el viaje! Los cuatro primeros días fueron terribles; dos de ellos los pasé en la cama casi sin tomar más que alguna bebida helada; otros dos sobre cubierta muy postrado, tomando algún alimento, especialmente fruta, y los restantes los he pasado muy bien. Los cuatro primeros fueron de un temporal tremendo y dentro de la cama los golpes de mar nos lanzaban hacia arriba. En esos días con la depresión que produce el mareo me hallaba tan poca cosa que no hallaba explicación a mi viaje: me acusaba de no tener nada que decir, de no encontrar en la rebusca de mis pensamientos algo de valor. Después, una vez rehecho, vino la actitud distinta; días enteros de una reflexión intensa y vertiginosa en que se alumbra todo el ámbito de la cultura personal; la propia soledad del Océano ayuda a estas crisis; comprendo muy bien, que en circunstancias tales surja una actitud nueva en los hombres que se trasladan de uno a otro Continente; eso de ver que lleva uno en sí mismo la clave de su destino es muy grande; y esa impresión se tiene cuando se adquiere la convicción de que se va a ser el hijo de sus obras. Salí contento, confiado y con un cierto cargamento de cosas de esa soledad y meditación.
En el pasaje hice conocimiento con un matrimonio muy interesante: un antiguo attaché comercial de Estados Unidos a la Embajada de Madrid, que trabajó dos años en el Archivo de Indias y que ha escrito estudios de sumo interés sobre nuestra historia colonial, gran conocedor de nuestro modo de ser. Es una amistad de importancia.
Llegada a Nueva York. Siempre es impresionante y fantástico. Quedamos en una punta de la ciudad; tomé un taxi, en el taxi, sin bajarme, y con cuarenta o cincuenta autos más pasé el río en los buques que hay para ellos y a la hora estaba en casa de Onís; total, 9,50 $ o sea ¡57 pesetas!
Los de Onís cariñosos con esa honda y sincera forma castellana que a él caracteriza; ella todo inteligencia y bondad; han tenido un niño y están muy contentos; el chico es hermoso. La casa nueva es espléndida y yo voy a estar muy bien, con mi despacho y cuarto de dormir; las otras habitaciones las toman personas de confianza de ellos y a mí me cuida la criada gallega que ellos tienen, una pobre mujer toda fealdad y bondad que lleva diez años aquí y no ha hecho dinero porque los Señores con quienes estaba vinieron a menos y les consumieron sus ahorros. Me hará el desayuno y la cena; durante el día ella trabajará en una fábrica.
Lo de Puerto Rico es sumamente importante: la invitación es que vaya a hacer el discurso inaugural del curso el 8 de junio, desde hace tres años invitan a una personalidad, así, el pasado año a Vasconcelos; me darán 1.000 dólares y aun cuando viaje y estancia sean 300, quedan libres 700 o sea 4.000 pesetas.
Se ha aclarado lo de Cuba y tiene su explicación; ya te la daré.
¡Qué alegría los retratos! Estáis muy bien, tú mejor que la niña, pero ambas bien; os tengo ante mí.
Os abraza con todo su corazón vuestro
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 393] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
New York, 18 de enero de 1928
Gloria de mi alma:
Te escribí cansado y vuelvo a hacerlo ahora, antes de salir para La Habana donde estaré el viernes. ¡Cómo miro vuestro retrato! Y cuanto vida mía te agradezco cuanto revela, así eso, como los pequeños detalles que descubro en el equipaje: la cajita de las pastillas Vichy por ejemplo. En el baúl venían efectivamente las vistas que Leopoldo me dio sobre Granada y no se ha roto ninguna.
Antes que se me olvide: se nos olvidó tomar un recuerdo para la señora que os mandó el juego de escribir y le daré uno de los pañolitos; falta pues para Mrs Hungtington pues el centro de mesa con los seis lavadedos o lavafrutas he pensado llevarlo a la señora del que me pagó la hechura del gabán con forro de seda y además me regaló los pañuelos; envíame pues en un sobre, bien envuelto, y certificado, otro centro y seis redondelitos.
He visitado a profesores y Presidente de la Universidad; he asistido a las clases y Seminario de mis futuros alumnos; he sido presentado a ellos con enorme cariño por Onís y contesté. ¡Si vieras con cuanta sencillez se hace todo eso aquí! ¡Cuántas cosas sugiere ese ambiente!
Ayer almorcé con el hermano de Cenobia Camprubí, la mujer de Juan Ramón Jiménez, y con Andrés Segovia; está loco de contento; ha sido un éxito inmenso, enorme, tanto, que me ha dicho que después de los dos contratos que ha firmado, el del año próximo y el de la tourné para dentro de dos años queda ya asegurado su porvenir económico.
Anteanoche estuve invitado con los Onís a casa de una familia multimillonaria que nos dio una cena extraordinaria: la vajilla era antigua, de China, fastuosa; salimos después de cenar a la terraza jardín con árboles que tienen en su piso –el piso era el último ¡el 14!– a ver el panorama maravilloso del río Hudson lleno de vapores y Nueva York iluminado.
Gloria, haz el favor de enviarme urgentemente tres libros: uno Espagne et Portugal (Historia del Arte) que está en el armario de frente la puerta del cuartito biblioteca de arriba, en el rincón de la izquierda de la antepenúltima tabla, aproximadamente; los otros dos son Histoire de la littérature allemande y Histoire de la l[angue] anglaise, que están en el estantito de la derecha a mi buró.
¡Al decirte todo esto con qué inmensa ternura me acuerdo de todo ello y de ti yendo a verme y de mi hija de mi vida!
En fin el tiempo pasa pronto y tengo la esperanza de que este segundo esfuerzo mío nos va a ser de mayor provecho que el anterior, aun casi ganando tanto; aquí voy a vivir bastante económicamente.
¡Qué ganas tengo de recibir carta vuestra! Háblame de Fernando Sainz y dile que no le olvido. Adiós mi alma.
Tú, hija mía, de mi corazón dedícame unos ratitos, pero no deprisa, sino en forma que vea yo la serenidad que quiero tenga todo cuanto tú hagas. No dejes hija mía de pensar en todo, todo lo que mi amor por ti y mi desvelo por tu espíritu me lleva a solicitar constantemente de ti.
Un abrazo a madre, recuerdos a todos los amigos y para vosotras madre e hija la ternura mayor del padre y el esposo.
Tuyo, Gloria mía,
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 394] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
La Habana [Hotel “La Unión” de Francisco Suárez y Cia.], 26 de enero de 1928
Gloria mía de mi alma:
Ya he dado tres conferencias en La Habana y solo me falta una. Estoy muy contento porque he logrado hacer lo que deseaba: algo fuerte, científico, que diera la medida de los problemas que hoy tiene planteados mi disciplina; se advirtió al público en la prensa por indicación mía y ha respondido admirablemente. Ahí llevas recortes, mándalos a mi madre y que os los devuelva.
¡Si vieras Gloria de mi vida como me acompañan tu retrato y el de la niña! Los tengo ante mí, en la mesita en que trabajo y os miro para pediros consejo e inspiración. Estás seria, pensativa, hasta severa, pero me alegro porque me parece que te tengo al lado en el despacho en momentos de Consejo. ¡Mi hija de mi vida cómo me estimula también! Nunca me he sentido tan acompañado de vosotras, tan lleno de vuestra presencia.
Ayer tarde salí para Matanzas, hablé por la noche –fue un éxito enorme y el público quedó conmovido– y acabo de regresar. Allí decían que hacía 30 años no se había oído nada igual y que pasarían muchos... Hablé sobre “La significación de la vida”, tema que me es muy querido. He regresado atravesando el maravilloso valle del Llumurí, valle de égloga de suaves y pequeñas colinas, rodeadas de arroyos sombreados por bosques de bellas palmas reales. ¡Cómo pensaba en vosotras! No sólo daré las ocho Conferencias que me pidieron por cable, sino una más nueve. Las de las filiales que son 5, Matanzas, Cienfuegos, Jagua la Grande, y 2 en Santiago de Cuba, son a 150 dólares precio pagado a Zulueta (34), pero las de aquí son a 200 como me pagaron a mí y ahora a él; fue un quid pro quo que se ha aclarado sin reclamar yo nada sino preguntando a un persona de mi intimidad todo fervor por mí.
Imagínate en 15 días ganar 1.500 dólares, o sea ¡9.000 pesetas!. Mandaré 1.000 a mamá; otras mil retiras tú porque tendrás deuda con madre –y si necesitas más, más– y el resto daré orden de que lo inviertan en papel. A ello se unirá una parte de mi mesada en Nueva York que ya encontraré cuando llegue.
Aquí todos cariñosísimos y preguntándome por vosotras.
No hay tiempo para más.
Abrazos a madre. A vosotras el alma de padre y esposo de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 395] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Nueva York [Department of Romance Languages – Columbia University in the City of New York], 7 de febrero de 1928
Gloria de mi alma:
He llegado perfectamente y satisfecho como pocas veces en mi vida del resultado de mi esfuerzo. Os adjunto los últimos recortes de la 4ª Conferencia: puede que haya tenido momentos de igual fortuna, pero no más en mi vida; fue un enorme entusiasmo y de ahí ha surgido la idea de pedir al Rector y Presidente de la República que vaya a dar un Curso Completo; esto puede resultar o no y no es lo que me interesa. Tú sabes con cuanto amor venía yo estudiando la personalidad de Martí (35)y sin duda me resultó una conferencia de tono filosófico y poemático; todos decían que he revelado un nuevo Martí; la Asociación Martí me ha pedido las cuartillas originales para conservarlas en el Museo Martí y la Asociación Hispano Cubana editará la Conferencia. He dado las 4 de La Habana y 5 en el interior. Me las han pagado todas, menos dos en el interior porque son muy modestas y no habían pagado más –éstas me dieron 150 dólares, billete y estancia– a 200 dólares, billete y estancia. En La Habana 200 dólares y billete desde Nueva York; total que he sacado una letra para los R[odríguez] Acosta de 8.700 pesetas con objeto de que las 8.000 las emplee en papel y las 700 las pase a Cuenta Corriente para ti, y también he sacado una letra de 1.000 pesetas para mi madre. ¡Qué alegría ambas cosas! Ya ves, sólo con esto ya tenemos repuesto todo lo que gastamos desde que yo llegué y el mes próximo ya habremos pasado la cifra del año pasado; ésta es una compensación aunque leve a nuestra separación.
Gloria mía, quiero decirte que jamás, jamás me has acompañado en mi ausencia como ahora; os he tenido siempre ante mí en vuestros retratos mientras preparaba mis conferencias, te miraba de continuo, me parecía que me aconsejabas, que me animabas, que me estimulabas. ¡Qué gozo tenía mirándote, Gloria mía! ¿Ves tú, mi vida, lo que es el amor? Yo lo sé muy bien, te llevo en mi alma y me haces mucho bien siempre; eres mi ángel bueno.
Han sido días de enorme trabajo.
Acabo de llegar y tenía ya muchas cosas urgentes en la Universidad; me he puesto a despacharlas y una vez terminadas te escribo; aquí la dejo.
Adiós, mi alma; he recibido todas tus cartas en La Habana; gracias de corazón. ¿Qué te parecen las fotografías que me hicieron? Magníficas, ¿verdad? A los amigos, especialmente a Fernando y M[aría] T[eresa] mis cariños. Les escribiré enseguida.
A madre, un abrazo, y para ti mi alma, el amor profundo y tierno de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
P. S. ¡Hija mía de mi alma! No dejes de escribirme siempre aunque sea poco, hazlo con calma para que la letra sea buena; que estudies y estés muy unida a tu madre; no dejes de pasear ni de usar las gafas para leer; que no te distraigas de mis recomendaciones de todo género. ¡Cómo me he acordado de ti en Cuba! Me preguntaron mucho por mamá y por ti entre otras las señoras cubanas que conociste en el barco.
Adiós, hija mía, te estrecha con todo su corazón tu
Padre
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 396] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Nueva York, 12 de febrero de 1928
Gloria mía de mi alma:
¡Ojalá ya hayas recibido las muchas cartas que te llevo escritas! No he dejado semana alguna de escribir; en Cuba donde estuve sin momentos míos, sólo lo hice una vez, pero antes de ir y una vez vuelto las dos veces de que te hablé.
El miércoles fue mi primera clase; como siempre me ocurre tenía resquemores porque hay dos dificultades nuevas para mí, la de hablar a un público extranjero y el hablarle de temas a que no están habituados. Salió bien y hay mucha gente, unos 60, lo cual es mucho porque es clase superior para graduados; los martes tengo otra de hora y cuarto, a las 8,20 de la noche –hora pésima– y a ella acuden maestros de español y personas que preparan su doctorado; tengo unos 70. ¿Y sabes cuánto pagan por derecho de matrícula para esa clase? ¡30 dólares!. Hay de todas nacionalidades, predominan mucho las señoras, como ocurre siempre aquí en todo lo que no es ingeniería y las hay desde monjas a mecanógrafas, maestros, directores de empresas, etc. Dos días en semana, lunes y miércoles de 4,30 a 5, recibo a los alumnos en mi cuarto y de allí a la clase.
El cuarto mío, 504, es un bureau con su biblioteca, tranquilo, silencioso, está junto a la clase. Los martes, a más de la clase por la noche tengo el seminario de 4,20 a 6; ese es un día muy fuerte, pero como los demás no tengo clase, lo llevo muy preparado. Este primer mes es de gran esfuerzo porque leo y tomo notas considerables a fin de dominar el cuadro de ideas en que voy a desenvolver los temas pero ¡si vieras con qué gozo lo hago! Son renovaciones indispensables; yo había leído mucho pero sin intento sistematizador de nuestra literatura pero ahora ¡cuántas cosas nuevas, hondas y bellas encuentro!
No ceso de recibir invitaciones para cenas y tés. Días pasados estuve con Madariaga y A[ndrés] Segovia en casa de unos Señores cenando, cuya casa es un palacio lleno de joyas artísticas: Greco, Ribera, Tiziano.
Madariaga se fue anteayer; ha tenido un enorme éxito. Andrés Segovia –que es buenísimo y cariñoso– sigue con éxito desconocido su carrera. Me ha dado una butaca para su último concierto, el del miércoles, y anoche estuve invitado en el banquete que le dio lo más selecto de la Colonia española. Me obligaron a hablar y tuve mucha suerte: recordé su primer concierto en Granada siendo yo Presidente del C[írculo] Artístico, y hablé de lo que a mi juicio va a significar él en la historia de la guitarra: haberla rescatado de la mera significación de instrumento nacional para darle la jerarquía de instrumento apto a expresar los valores universales refugiados en la Música. Él me lo agradeció y se emocionó. Los asistentes estuvieron muy cariñosos.
¡Cómo me alegra que mi hija de mi alma tenga tan presente todo lo que le recomendé! Sí, hija mía, así es como en verdad se muestra el recuerdo por una persona, y si vieras tu hija de mi alma como me acuerdo de vosotras y cuan constantemente estoy mirando tu retrato y el de tu madre!
Gloria, de Riaño no hay modo de recoger noticias, ni yo podré hablarle, ni él quiere saber nada de nada; todo induce a creer que ambos están entregados al alcohol y la morfina: es un desastre; están huidos de todo el mundo y refugiados en un pueblo del Norte.
¡Pobre Fernando Sainz! Él no puede imaginarse como lo recuerdo.
Ya verás como tarda en llevarse a la práctica lo de las Universidades.
Adiós mi alma; abraza a madre; que mi hija siga recordándome; a ella y a ti os lleva en su corazón, y a ti, amor mío con una ternura y pasión de que yo mismo me asombro, porque domina la vida de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 397] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Nueva York [Department of Romance Languages – Columbia University in the City of New York], 16 de febrero de 1928
Gloria de mi alma:
¡Qué alegría vuestra carta de ayer! Son tantos los deseos que se me pasan a cada momento de veros y saber de vosotras! ¡Cuánto tiempo en tener respuesta! A estas horas sabrás ya todo lo de Cuba, si bien ni aún yo mismo os he contado todo, porque son tantas las impresiones a referir que no hay tiempo. Así, por ej., la recepción que me dieron en su Centro Cultural los dependientes de comercio; es un Centro admirable de más de 50.000 miembros; hubo Champagne de honor y brindis; recepción en el Centro de negros y mulatos y de ambos sexos llamado “La Unión Fraternal”; si vierais que nueva la impresión que me causó. Tenían un grandísimo interés en que visitara su organización y dije que sí, que lo haría al volver del interior de la isla, el día antes de partir y fui a las 5 como estaba anunciado: negras y mulatas más o menos desteñidas –una había que yo no le conocía era de sangre negra– algunas, las más, como el azabache; trabajadores y señores doctores, todos se apiñaron y me recibieron con muestras de tal consideración que me sentía deprimido. Recorrí el centro, es admirable el esfuerzo que hacen por ilustrarse, y al fin hubo un Champagne de honor –era el tercero aquel día último– con un discurso del Presidente, un doctor en Derecho, en que por vez primera oí yo en mi vida hablar de «nosotros, la raza de color», siempre con un aire de inferioridad que hacía sufrir. Contesté realmente conmovido y una señora mulata –muy bien vestida– recitó poesías. Al salir todos vinieron a la puerta aplaudiendo al arrancar el automóvil.
Por la mañana temprano el mismo día que salí, a las 8, desayuno con los estudiantes, brindis y entrega de un libro con la firma de ellos en cuya tapa se lee «Recuerdo del homenaje ofrecido por los estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana al Dr. Don Fernando de los Ríos»; a las 10 salí y en el muelle había muchos estudiantes, señoras y amigos; antes fui a saludar al Presidente de la República que me aguardaba y estuvo muy cariñoso.
Aquí, con motivo de la estancia de A[ndrés] Segovia he ido todos los estos días a reuniones, por cierto que se lleva ahora mucho más el frack que el smoking; he sido invitado con frecuencia y el martes estaba desesperado: hubo una fiesta española maravillosamente organizada por una familia de aquí, riquísima, y a las 12 ½ de la noche empezó a servirse la cena. Es interesante el hecho de que las hijas de esa familia se dediquen a las danzas artísticas trabajando en ello con un entusiasmo y asiduidad como si de ello dependiese su vivir; eso es muy de aquí, donde todo el mundo quiere tener una obra personal que realizar.
Gasto poco, la vida resulta no solo como yo pensaba sino quizás aún más barata. La muchacha de la casa trabaja en un taller y gana ¡27 dólares a la semana! Antes de irse me lleva a mi habitación el desayuno y me ha dicho que puesto que yo por la noche apetezco no más que leche, huevos y fruta, lo hará cuando yo desee. Los sábados y domingos como está libre me lava, plancha y repasa la ropa, lo cual aquí es de importancia enorme. He preguntado a los de Onís cuánto debo darle y me han dicho que unos 15 dólares al mes. Ellos le dan cuando están aquí y lo hace todo ¡70!
Me parece muy bien lo de arreglar el cuarto en la forma en que dices, poniendo la cama nueva en el lugar de las nuestras y una cama turca para mí; quedará el cuarto más bonito, porque como has visto es hermosísimo el nuevo mueble.
Escribiré a Antonio Mesa enseguida.
He leído que ha comenzado la discusión de la reforma universitaria; no dejes de informarme puntualmente de todo pues Pedroso (36) es siempre fantástico y pudiera haber exagerado; con tal de que nos suban lo bastante como para poder vivir con los dos sueldos me doy por satisfecho. Como el mes de junio me corre el sueldo, sólo pierdo cinco meses y ya ves, el primero de mes próximo giraré 800 dólares y aun apartando 100 para ti, quedarán 700 para emplearlos, o sea ¡4.000 pesetas!. Claro es, que eso es, porque se acumula el ahorro de la paga de enero que he recibido ya y de febrero que recibo el último día del mes.
No dejo de recibir cartas de Cuba y artículos en que hablan de la huella que ha dejado mi actuación; ¡si al fin hiciera uno algo provechoso en la vida!
A[ndrés] Segovia me ha regalado su baúl armario porque él ha comprado otro mayor y mejor para sus próximos viajes a Japón y Australia; el que me ha dado es magnífico; ¡cómo me acuerdo del deseo que tú tenías!
Adiós amor de mi alma; ¡cómo, cómo te recuerdo! A mi hija de mi vida que su carta me produjo una alegría muy grande, que no las escatime a su padre que sueña con ellas; un abrazo a madre y mil abrazos y besos llenos de amor de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 398] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Nueva York [Department of Romance Languages – Columbia University in the City of New York], 21 de febrero de 1928
Gloria de mi alma:
Ha llegado el correo de España y no me trae carta vuestra, la ha traído de la familia y ha tardado ¡13 días!; es enorme la diferencia de unas a otras veces. Estoy deseando saber que llegó la mía diciéndote lo del cheque y que has retirado fondos.
En esta semana ha habido dos cosas del más hondo interés; una el domingo en que vino por mí Bercovici (37) (¿te acuerdas de aquel señor inteligentísimo de quien tan amigo me hice?) y pasé con él y su familia el día hasta las 6 de la tarde; por la mañana cuando me recogió fuimos al sector negro de Nueva York donde viven aproximadamente 300.000; allí tienen sus iglesias, teatros, etc., con actores, sacerdotes, cantantes, etc. negros. Estuve en la Iglesia más importante, la “Iglesia baptista de Abisinia”; tú sabes que los baptistas conciben el bautismo como inmersión total, de modo que a más de la desnudez protestante tienen de original sus iglesias una gran pila. El oficio de la misa fue maravilloso: las encargadas de acomodar a los fieles, recoger sus dádivas, etc., eran negras vestidas de blanco, limpísimas y todas con una flor en la cabeza exactamente como se la ponen ahí en Andalucía. Al principiar el servicio, entra el coro de los cantores, ellos y ellas; éstas, tocadas con el birrete de los antiguos schola cantorum; la diversidad de color de sus caras es extraordinaria y algunos en España no serían reconocidos por negros ni mulatos. Suben a un gran estrado y cantan al par del órgano con un sentido musical exquisito los Salmos. El sermón del sacerdote con su levita, buscando palabras curruscantes –exactamente como los negros de Cuba– excitándose hasta producir en su auditorio y en él mismo un estado de nerviosismo que se traduce en constantes expresiones sollozantes que parten de aquí y de allá; todo ello hizo de aquello un conjunto inolvidable.
La otra impresión fue anoche en casa de un profesor donde estuve invitado al par que un famoso pintor y el célebre cantante negro Paul Robeson con su señora. Él es un doctor de Columbia, doctor en Derecho pero que se dedica a la música y al canto de las canciones populares negras; su Señora –mulata muy desteñida que pasaría inadvertida ahí– es doctora en Ciencias Químicas y trabaja en un hospital de aquí. Ambos muy interesantes e inteligentes; él es además muy agradable en su trato; ya comprenderéis lo interesadísimo que estuve. Ha tenido un enorme éxito en Londres y París y tiene gran ilusión en ir a España; le he ofrecido cartas. Esta noche va a cantar en casa de Bercovici para que yo le oiga. Es el más famoso cantante negro que existe hoy.
Bercovici es ya hoy una de las primeras firmas; a mí no me ha extrañado: le pagan ¡medio dólar cada palabra! Es increíble; su mujer es inteligentísima, pequeña, gorda y fea pero muy agradable; tienen una niña de diez años que es un asombro de talento.
No sé si hago progresos en el inglés; hay ocasiones en que me descorazono porque las conversaciones cruzadas digo las palabras pero pierdo aún el sentido; claro que esto es muy difícil, es lo último, pero quisiera estar ya del otro lado.
Estoy muy contento con la clase; la hago con gran entusiasmo y el público está interesadísimo; deseaba yo mucho tener una ocasión en que hacer esto en la vida, pero dada la rigidez de nuestras Universidades no hay facilidad. Me ocupo ahora del Renacimiento español y estudio el influjo de los libros de Caballería en la Mística española. Quiero que el próximo año o cuando puedas leas más a Menéndez Pelayo; es la otra mitad del espíritu español que importa conocer.
Ayer estuve en la Ópera, asiento general, 2,65 dólares, esto es 15 pesetas. Alguna vez hay que ir. Es colosal y la soprano es una española: Lucrecia Bori; es extraordinaria. Hoy lo mejor del mundo viene aquí y aquí es la consagración última, tanto, que me decía Segovia, cómo después de estar en Nueva York y tener éxito aumenta lo que se les paga en Europa. Es extraordinario cómo progresa esto aún en gusto: las grandes casas, los grandes almacenes, las tiendas de lujo, los teatros están tan exquisitamente puestos como solo algunas veces en Londres y París se ven.
¡Cuánto me alegro lo de la paga! Ha llegado tu carta certificada con las cositas para Mrs. Vernon; le he telefoneado y mañana creen que podrá empezar a andar. Todo lo que traje, desde el farol hasta los encajes y regalos para la familia de los Berris llegó perfectamente y gustó muchísimo.
Me alegro muchísimo de que hayáis comenzado las lecciones de inglés y de que la niña lo haya tomado con interés. ¡Cómo me acuerdo de vosotras! A ti te asombra Gloria mía adorarme tanto y a mí el amor enorme que siento por ti y que de continuo me hace estar pensando en ti; nunca me parece haber buscado en tu retrato –¡qué bien estás!– consuelo y amor.
Envío a Antonio Mesa un retrato y le escribo.
Mándale algún recorte de La Habana.
Abraza a madre y a ti te besa mil veces con infinito amor tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 399] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Nueva York [Department of Romance Languages – Columbia University in the City of New York], 27 de febrero de 1928
Gloria mía de mi alma:
Estoy deprimido con tus cartas de ayer y hoy; no, vida mía, porque me digas nada desagradable para mí, sino porque me dices que no has recibido carta de La Habana ni has hablado de los cablegramas que desde allí y desde aquí cuando volví te he enviado. Por Dios daros cuenta de que las cartas salen en uno u otro vapor, que llevan diferente velocidad, que unas veces tocan en Vigo y otras van al Norte de Francia, etc. Si vierais lo que fue para mi modo de ser escribiros; porque piensa que fueron ¡9 conferencias en 14 días! 4 de ellas, las de La Habana, de mucho empeño; de tanto, que no recuerdo haberme sentido nunca internamente tan presionado; y las preparé mirando tu retrato Gloria mía, mirándote con enorme amor porque eras la fuente de mi inspiración y de mi seguridad, y de todo ello te hablaba en la carta que te escribí; no sé si fueron una o dos; quizás sólo una, no estoy seguro, pero si sé que dada la obsesión que tenía con los temas a tratar, solo por ti hago yo eso y por mi hija de mi alma, y por mi madre. Llegarán las cartas, llegarán y deseo ya saber que estáis tranquilas en ese sentido. Para que os deis idea de hasta qué punto la última sobre Martí me preocupaba e interesaba te diré que al cenar tomé café y trabajé hasta las 2 de la madrugada; a las 8 me levanté y a las 10 de la mañana daba la Conferencia. Aquella noche salí para Santiago de Cuba y a la noche siguiente llegué a las 8 y ½ hablando en el Colegio de Abogados a las 9 y ½. ¡Qué tiempo podía yo tener en esas circunstancias!, pues no obstante os escribí; en el Hotel echaban las cartas. ¿Lo descuidarán? Sin embargo, ellos mismos mandaron los retratos. ¡Cómo me alegro que os hayan gustado!
El otro día, la reunión en casa de Bercovici, interesantísima. Cantó maravillosamente el barítono negro de que os hablaba las canciones populares de los negros, canciones riquísimas en melodías y de tonalidades muy impresionantes. Estaba también una señorita negra escultora y muchos escritores; resultó agradabilísimo.
Mi curso me absorbe mucho, pero es un éxito y esto me satisface tanto, que es una leve compensación al enorme y constante anhelo de la separación: el general de lunes y miércoles, “Interpretación filosófica de la literatura española desde el siglo XVI”, me exige muchísima lectura, ahora acabo de hacer mi exposición de cómo influyen los libros de Caballería en la Mística contra el parecer de Menéndez y Pelayo (38) y comenzaré la semana próxima la mística; el Seminario sobre aspectos religiosos y filosóficos en el teatro de Calderón resulta de grandísimo interés, y analizo a este efecto la Teología de la Reforma y Contrarreforma; la clase de los martes de 8,20 a 9,35. Como ves una señora clase. Acude gente suramericana, norteamericana de dentro y fuera de la Universidad, a ¡30 dólares la matrícula de una clase semanal! Es sobre Ortega, que tiene un enorme ambiente entre los hombres jóvenes de todos los países hispanos. Tienen repercusión los cursos y días pasados hallé, en casa de unos señores a quienes visité, al Presidente de la Universidad de Columbia –una de las más grandes figuras de aquí– y me estuvo hablando con encomio de los informes que le habían dado sobre mis cursos.
En este momento, cosa curiosa, me llaman por teléfono de la representación de Puerto Rico en Cuestiones Culturales para preguntarme y comunicarme que se ha recibido un cable a fin de saber si aceptaría yo el explicar el próximo curso en la Universidad desde agosto a mayo, con 6.000 dólares de remuneración; he contestado que por razones académicas y familiares no puedo ausentarme de España el próximo curso; de México esta misma mañana he recibido la invitación de la Universidad a fin de que explique allí el mes de julio, por cierto que me hace el Rector una pregunta embarazosa, la de que le diga «la remuneración que aceptaría por mi curso». Yo voy a contestarle que una vez satisfechos mis gastos de viaje y estancia, cualquiera que sea la remuneración que él fije la consideraré suficiente; no me parece que cuadra otra actitud; y aún otra prueba de afecto de estos países que visito: los estudiantes de La Habana han dirigido al Rector y Presidente de la República una solicitud pidiendo se me invite a explicar en la Universidad un curso de seis meses. Como veis la fortuna nos es propicia y este esfuerzo no es baldío. Cada vez me convenzo más de que es indispensable en la vida poner en aquello que se haga el alma entera; sólo así resultan las acciones dotadas de plenitud; y eso sin embargo es lo menos usual entre nosotros; el profesor a su enseñanza.
¡Si vieras hija de mi vida cuánta razón tienes en lo que me dices en tu adorable cartita! Cuatro días lleváis sin clases ahí; eso aquí es desconocido; en la Universidad sólo existen los domingos como días de descanso, y a la mitad de cada semestre una semana; eso es todo. Cada profesor tiene su despacho con irradiador, teléfono y biblioteca donde puede recogerse a trabajar los días que lo desee, incluso los domingos, porque tenemos todos nuestras llaves para entrar; mi despacho es alegre, con enormes ventanales que dan al gran parque donde está la Universidad.
No creo Gloria que nos conviene comprar la parte de terreno de Fernando Sainz porque es muy pequeño, eso es carecer de las posibles ventajas de huerto.
Por las noches, después de cenar aquí en la casa, salgo a pasear por el Broadway, que es distraidísimo y a veces entro en un cine; me distraigo, pero me acuerdo mucho, muchísimo de vosotras.
Adiós amor mío, Gloria mía, por Dios, piensa siempre cuando no recibas carta en que eso no me incumbe, porque yo os dedico cada cuatro o cinco días un espacio de que yo no me asombraría si no fuese porque veo que sois mi vida.
Hija mía, recibe el inmenso amor de tu padre, abraza tú, Gloria mía a madre y para ti mil besos de amor de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 400] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Nueva York [Department of Romance Languages – Columbia University in the City of New York], 4 de marzo de 1928
Gloria mía de mi alma:
Desde que os escribí días pasados con la tristeza de leer que no había llegado aún ninguna mía de Cuba y sin que aludieses a mis cablegramas, no he vuelto a tener noticias; ¡cómo lo deseo! Pensar que vosotras podáis pensar que me desentiendo de vuestro recuerdo cuando es constante, me aflige. Nunca he hecho con mi madre –con adorarla– lo que hago contigo Gloria de mi alma. Para ti, escribir cartas es un hábito que has dominado, yo no.
Dejé de decirte el otro día la impresión que me causó el drama de los negros, Porgy, representado por negros y mulatos. Es de una intensidad tremenda. Hay sobre todo dos escenas: una, en que figura una cama cubierta, donde se supone hay un cadáver; la habitación está llena de hombres y mujeres, sentados o arrodillados, que con movimientos rítmicos cantan cantos funerarios; la habitación es muy pobre, desmantelada y semi obscura; los cantos son patéticos y la escena sobrecoge. La otra a que me refiero es similar; hay tempestad con truenos y todos los de la casa de vecindad se han recogido en un cuarto donde hacinados cantan para conjurar el peligro. La obra produce una impresión fortísima, de algo primitivo salpicado de influjos actuales corrompidos.
En Barnard College dieron el té en mi honor; de ello le hablo a la niña; ahora vengo de otro que han ofrecido también en mi honor una familia ecuatoriana muy agradable. Había muchos alumnos y alumnas mías, han tocado el piano, el violín, hubo algunos profesores y ha resultado muy agradable.
Hoy giro a los Rodríguez Acosta 4.706 pesetas; les digo que inviertan en papel las 4.000 y pasen a cuenta corriente las 706 para que tú las retires si las necesitas. Dime por gusto lo que vayas tomando; ya ves, Gloria mía, como vamos teniendo un ahorrito; el que sea fruto de mi actividad profesoral sin desviarme ni poco ni mucho de mi camino es un íntimo motivo de alegría.
Adiós alma mía, abraza a madre, y a ti lo hace con inmenso amor y ternura tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
P. S. En Barnard lee lo que me preguntaron.
¡Con qué ansia deseo pasen los meses!
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 401] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Nueva York [Department of Romance Languages – Columbia University in the City of New York], 11 de marzo de 1928
Gloria de mi alma:
Ahora he pasado algunos días más sin escribirte; una semana, creo; y, sin embargo, vida mía, me parece que hablo contigo a diario, según lo presente que te tengo, lo que me dice tu retrato puesto ante mí, y lo constantemente que pronuncio tu nombre ¡Qué difícil es imaginar todo esto y, sin embargo, cuánto se esfuerza uno por hacerlo! Tu carta, ya con las dos mías, la de Cuba y la primera de aquí, carta rebosante de alegría y amor, me llenó de gozo; la leí, la releí, la leo casi todos los días; verte alegre y contenta de mí, me parece la recompensa más profunda para esta ausencia en que tú eres mi ilusión suprema; ¡cielo de mi vida! Yo nunca creí que iba a ser tan feliz como soy con tu amor; ¡de tal suerte llena todo cuanto podía yo soñar! ¡Y cómo te adoro yo Gloria mía!. Mi carácter es difícil; vivo temporadas concentrado en mí pero yo sé que aun cuando me reconvienes y te quejas, sabes de sobra que llenas mi alma. ¡Lo que yo daría por teneros aquí!
Aun cuando desde el jueves no doy clase en semana no puedes imaginarte cómo me ocupan los días: Me llevan a las 7 ½ el desayuno compuesto de media toronja, dos huevos pasados por agua y té con leche, con pan y manteca. Me baño después y entro en el despacho empezando por trabajar inglés, gramática y lectura del periódico hasta las 10 en que me dan clase de una hora; dictado, lectura y corrección. A las 11 termina esto y me pongo a preparar la clase del día si es lunes o miércoles –el martes no tomo lección porque es el día de Seminario y clase por la noche–; si es otro día de la semana, a preparar con lecturas sobre textos directos las notas para después coordinarlas y hacer mis apuntes para clase; o bien, ya por la tarde lecturas sobre Estados Unidos y problemas de mi especialidad. A las 7 ceno y después salgo a dar un paseo, bien por la orilla del río, ya por el Broadway, que es como ir por el real de una feria; tan distraído es; a veces entro en un cine y veo películas preciosas; a las 10 estoy en la cama. Esto cuando no tengo invitaciones para cenar o tomar el lunch, cosa que pasa a menudo. Así los amigos y amigas de la Sra. de Zelinisnky me han recibido muy bien y he sido invitado en tres casas; hablan todos de ella con mucho cariño y respeto y como de una persona muy desgraciada pues su marido era un mamarracho. Hoy domingo voy a tomar el lunch en casa de los Seligman (39), el gran economista.
Anoche fui con invitación, que me dio el jefe de nuestro departamento universitario, a la Opera, a un palco; esa localidad valía ¡8 dólares! ¡45 pesetas! Oí Aída y no cesé de pensar en vosotras, especialmente en ti al oír ¡los coros! ¡Qué maravillosa presentación! Todo lo de ahí y aun lo de París comparado con esto –¡y se presta tanto Aída!– es pobre; ¡si hubieras visto la entrada del Rey en un maravilloso carro tirado por cuatro caballos blancos, que llegaron hasta las Candilejas! ¡En la procesión de los símbolos el buey Apis y la reproducción de todos los dioses principales! Era admirable. La orquesta es formidable y los artistas escogidos del mundo entero. Ella es la Boris, española; es una maravillosa artista y cantante.
Quiero hoy escribir a casa, a Otero y a Pablo; veremos si me da tiempo, porque el ir a una casa algo distante requiere una hora. Hora y ¼ tardé en tren expreso para llegar a casa de Mrs Hungtington, dentro de Nueva York.
Adiós. Tu, hija mía de mi corazón, sigue escribiéndome y dándome noticias tuyas. Tu cartita la leo muchas, muchas veces. ¡Qué ilusión tengo contigo hija mía! Como me gusta tu carácter, tu modo de ser. La frivolidad la destruye únicamente la meditación espiritual sobre los hondos problemas; no dejes nunca de pensar en ello.
Gracias de corazón, madre, por tus renglones. ¡Si vieras como me acuerdo de ti y de los que nos dejaron! A las tres os abraza y a ti Gloria mía con un especial amor tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 402] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Nueva York [Department of Romance Languages – Columbia University in the City of New York], 18 de marzo de 1928
Gloria mía de mi alma:
Cuando aún no he gustado suficientemente la alegría de la penúltima carta llega la tuya en que te lamentas de llevar diez días sin recibir noticias; ¡si vieras qué tristeza me produce esto! ¡Me desanima a escribir con la asiduidad que lo hago! Porque estoy diciéndome a mi mismo constantemente escribe para que estén tranquilas y aún contentas por lo menos de ti y veo que no lo consigo. Ya sé, Gloria mía, que no te quejas de mí, como tampoco es esta lamentación mía queja de tu queja, sino expansión de un movimiento de tristeza de ánimo. Pero deciros una a otra, tú a mi hija de mi alma y ella a ti, que no hay hora en que no os recuerde y piense en vosotras, que jamás ha sido tan punzante el ansia de que el tiempo pase y éste con vosotras. Tu, amor de mi corazón, alégrate de saber lo hondo, lo profundo y ancho y puro que es mi amor por ti; ¡cómo sueño contigo y a cada instante te echo de menos! A veces, cuando reparo que se me van llenando de canas las barbas, me digo que la vejez se viene encima y no es mucha por tanto la vida que puede restarme, pero he tenido una suerte enorme en vivirla contigo cielo mío, y vivirla como siempre apetecí: compartiendo los afanes de la conciencia de modo que uno a otro podamos seguirnos en los giros del espíritu. Y me digo también, que en las pequeñas cosas por las que a veces por mi nerviosismo gruñimos, tengo que aspirar y poner empeño por apartarlas o dominarme; no fiscalizarnos las pequeñas modalidades, ¿verdad mi vida? Sin ti ¡me encuentro tan solo Gloria mía! No creas que estoy triste, no; como tengo mucha facilidad para interesarme por todo y este país ofrece tan amplios horizontes al observador estudioso, vivo realmente absorbido, pero noto que llevo el alma vacía y es que me faltas tú y ese pedazo nuestro en que ambos vivimos unidos.
Estoy en unos pour parler interesantes; el Museo de Denver, capital de Colorado, me pide tres conferencias, dos de ellas en inglés, sobre el pensamiento literario español actual. He ofrecido: 1) De Galdós a Pérez de Ayala: la novela de ideas; 2) La renovación de la mística: Miguel de Unamuno; 3) El gran ensayismo: J. Ortega y Gasset. Las dos últimas las leería en inglés, previamente traducidas y corregidas. Me han rogado que diga honorarios y he consultado, ya sabes que aquí se paga poco la Conferencia, pero las personas a quienes he preguntado –todas muy conocedoras– me han dicho que debo pedir 200 dólares por conferencia porque es una fundación, no es la Universidad –que son las que menos pagan– y por mis circunstancias. Veremos si resulta; caso de que nos entendamos ello significaría el ahorro del coste del viaje a México por Colorado y California, que es mi proyecto de ruta, y aun me sobrarían 100 dólares. También ha escrito el Director del Board of Education de aquí a California, ayer, para que la Asociación de maestros de español de allí, que es muy importante, organice algún acto. ¡Si vierais qué buenos son estos hombres, qué sencillos y qué objetivos!
Lo de Puerto Rico en vez de 1.000 dólares como en un principio se dijo son 700 dólares, los que me abonan por el discurso; no es lo mismo pero está muy bien; también parece que alguna otra sociedad de la isla me invitará. De México creo que os dije que me escribió el Rector preguntándome confidencialmente cuanto creía yo que debían abonarme y yo contesté que él sabía mejor que yo el importe de los gastos de viaje, el costo de la estancia allí y lo que en circunstancias análogas haya hecho el Ministerio ya que la Universidad es la primera vez que invita porque ahora la han hecho autónoma; me pareció lo correcto y añadí: que tenía tal confianza en él, que cualquiera cantidad que fijara la aceptaría y me parecería muy bien. Realmente él es un hombre consideradísimo y además me ha mostrado desde el primer momento una simpatía y afecto excepcional.
Claro es que eso me aleja de vosotras un mes, pero había que aceptarlo –no sólo por motivos crematísticos– sino por razones más elevadas: es la primera vez que la Universidad de México invita a un profesor español; ni el Ministerio, ni la Universidad habían llamado a gente nuestra, de suerte que es un honor, y además, es para la Colonia española un motivo de satisfacción porque revela que el esfuerzo e iniciativa de ella ha tenido una repercusión inmediata.
Creo que este viaje, de cuajar esas cosas que están en el telar, tendrá para nosotros un resultado económico superior al primero. Si vieras qué tranquilidad de ánimo me produce pensar, que podré deciros: ¡aquí tenéis este pequeño ahorro de trabajo hecho con el dolor de nuestro apartamiento y con mi esfuerzo! ¡Porque es tan poco común poder lograrlo con la actividad intelectual!
Di a María Teresa y a Fernando que mi opinión es favorable a que acepte; eso es como la amnistía al penado, es el reconocimiento indirecto de la injusticia cometida, y ellos aceptan, no reconocidos, sino con la reserva del derecho que les asiste a acusar mañana por lo que con él hicieron. Que no vacile y aun cuando habrá, ¡cómo no!, quien de ese modo aspire a manifestarle la magnanimidad del Gobierno, que se reserve para estimarlo mañana como una reparación insuficiente de la injusticia sangrienta que cometieron. Ellos no pueden imaginarse cómo les recuerdo. A veces cuando me acuerdo de él y la amargura que a veces puede sentir, siento pesar, por la suerte que a mí me acompaña, y advierto cuán inmerecidas son en ocasiones las victorias y honores. Diles de mi parte que considero siempre lo que les ha acontecido como el galardón mayor de la seriedad de ambos; como la prueba de que han hecho pasar la vida uno y otro por el crisol de los ideales. ¡Serenidad y arriba! Recuérdales mi cariño a los dos.
A la niña le escribo con las cosas de la semana. Di a madre que no la olvido y que me ponga algunas veces unas letritas. ¿Cómo está? Y tú, mi Gloria, ¿estas gruesa? Háblame de todo. ¿Arreglaste la cama que nos mandaron? ¿Y mi chimenea?
He escrito a M. R[odríguez] Acosta. ¡Pobre!
He cobrado 200 dólares del cursillo extraordinario que doy los martes; en mayo me darán otros 200; con estos he mandado a mi madre 1.000 pesetas para que el mes de mayo de matrículas y viaje de Joselín a Cádiz no resulte penoso; sé que tú, alma mía, te alegras. Si Bernardo necesita, mándale sin vacilar.
Adiós, mi Gloria; abraza a madre y a ti lo hace con infinito amor y ternura tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 403] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Nueva York [Department of Romance Languages – Columbia University in the City of New York], 25 de marzo de 1928
Gloria mía de mi alma:
Vuestras cartas esta semana me han llenado de gozo aunque como pasa siempre le dejan a uno con el pío de que se retrasen; ambas llegaron el lunes.
Esa idea de tener una casita en el Parque de Mermann es un sueño; habla con Leopoldo y escríbeme acerca de ello; cualquiera que sea el precio, aunque nos quedemos sin una peseta, es preciso tomar ahí un pedazo de terreno no menor de dos marjales; lo bastante para disponer de un huertecito y un jardín; claro es, que si no fuese muy caro, sería mejor extenderse un poco más y adquirir dos marjales y medio o tres, pero en fin el mínimum dos. Pero hijita, ¡cómo se te ocurre que en vista de esto, si resulta, debiera irme y no trabajar el mes de Julio en México, cuando ahora se hace más preciso ganar un poco más a fin de ver si es posible allegar lo necesario para una modesta casita! Dime lo que tú pienses, pero mi parecer es que, aún cuando un año o dos pasemos estrechez, esa es la inversión mejor y más adecuada a estos ahorros de trabajo y sacrificio.
Gran novedad. Puerto Rico que, como te dije la semana anterior, me invitó a explicar todo un año y decliné, me llama ahora para el verano del año próximo: seis semanas a comenzar desde el 8 ó 9 de julio y 2.500 dólares por el trabajo: el viaje de ida y vuelta a España por Nueva York cuesta 500 dólares y la estancia allí no llega a 250 dólares quedando pues un beneficio de 250 dólares en los dos meses o sea 10.000 pesetas. Esto tiene una segunda parte: gestiono que te inviten a ti a explicar Historia del Arte Español e Historia de la Cultura Española; no se trata de conferencias sino de un Curso normal como el que das ahí y no de mucha más preparación en el auditorio. No sé si lo conseguiré porque pudiera ser que no hubiera presupuesto, pero por si acaso quisiera me dijeses en un cablegrama tan pronto llegue esta carta y lo medites, Acepto proposición Puerto Rico o No acepto; te recuerdo que es en el verano, en la época mejor para madre y cuando como es usual nos separamos de ella; te recuerdo también que a la ida y a la vuelta de Puerto Rico pasaríamos por Nueva York donde podríamos detenernos varias semanas para que los vieseis bien. Si se logra la invitación para ti, he aquí el presupuesto hecho en vista de datos muy precisos y poniendo un tanto por ciento de imprevistos que no será superado.
Viaje de los tres ida y vuelta a Nueva York y Puerto Rico 1.500 $
Estancia en Puerto Rico 530 $
Dos semanas en Nueva York, teatros, etc. 300 $
Total viaje, estancia y Nueva York 2.330 $
Es decir, que aun suponiendo en vez de 2.330 los 2.500 que yo recibo, nos quedaría íntegro lo que tú recibieras que casi seguramente si se arregla, será otro tanto. Contéstame enseguida para poder yo remitir tu cablegrama si la oferta llega. De Colorado y California, así como de México, aún no tengo noticias; espero que en la próxima carta podré hablaros de ello.
El domingo pasado estuve almorzando en casa de una Señora viuda, ya de edad; tiene un chico estudiando Medicina; ella ha estado en Granada, es inteligentísima, y la reunión resultó sumamente agradable; me preguntaban mucho sobre cosas profundas del alma española. La mesa era de una elegancia extraordinaria: como es usual desde hace unos años, la mesa era de color oscuro, no tenía mantel sino un encaje en el Centro y debajo de cada plato y lava frutas; la mesa la servía un hindú vestido de blanco y con turbante blanco. Por la noche gran contraste: cené en casa de un granadino muy inteligente y simpático que hay aquí con su familia; llegó como tipógrafo y hoy tiene casa propia e imprenta de su propiedad; es decir, más de 50.000 dólares; él y su mujer hablan apretados como si aún viviesen ahí; tienen una chiquita un año mayor que nuestra hija del alma y es muy mona. Después estuve en una reunión en que una joven artista se daba a conocer; me la había presentado Andrés Segovia y ella me puso una carta suplicándome que fuera para dar prestigio a la reunión; no nos podíamos mover, estuve un rato; ella tiene hermosa voz pero aun no muy educada. Ayer un té en casa de unos señores muy agradables; él, gran pintor y fino, espiritual, enamorado de España donde ha estado cuatro veces y siempre recalando en Granada; ella de unos 55 años muy interesada en los problemas de cultura, asiste a mis cursos y como él, tan enamorada de España, que me decía: mi corazón es de España. Se reunió un grupo de señores y señoras realmente exquisito. ¡Cómo me acuerdo de ti vida de mi alma en todas esas reuniones! Porque nosotros en España hemos asumido una actitud espiritualista ante la vida y la vivimos sin darnos cuenta; es desde estos nuevos pueblos desde donde se ve la dirección diferente que unos y otros seguimos.
Hoy domingo dos conciertos; a ambos invitado: uno a las 3 y otro 8,40; por la noche tendré que ir de frack; cada vez es más raro llevar el smoking.
Durante la semana trabajo muy intensamente para poder hacer mis cursos como debo; el día último no se cabía y el lunes explicaré Santa Teresa; ¡imagínate! ¡Cómo me gustaría comentar con vosotras todo lo que voy pensando a este respecto! Tú eres más moralista que mística, de igual suerte que madre y tía (q. e. p. d.) y creo yo que no conoces la mística española; ¡si vieras cómo revivo ahora mis meditaciones de muchacho de veinte a veinticinco! ¡Qué enormes figuras las del movimiento y qué interés universal suscitan ahora! Todos los meses salen nuevos libros por todas partes estudiando ya Santa Teresa, Fr. Juan de los Ángeles, San Juan de la Cruz, Fr. Luis de León, etc.
Antes de que se me olvide: compra para darlos a Pepe R[odríguez] Acosta y que me los traiga a fin de obsequiar en México a quienes tanto hicieron por mí, cinco juegos de mesa, con centro y lavafrutas, que sean grandecitos, que no resulten mezquinos; cuatro pañuelos ídem bonitos para las hijas del Sr. Fernández que hicieron a la nena el traje de China de lana, y un braserito bonito del tipo mismo de los que compraste. Es preciso mostrarse agradecidos.
Adiós corazón mío; ¡siento un ansia tan grande de que el tiempo pase! Pienso en ti siempre, siempre, con amor enorme y vive para ti y en tu amor tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
P. S. Hija mía de mi corazón: ¡Cuánto te recuerdo con cualquier motivo! ¿Trabajas mucho? ¿De qué vas a examinarte y cómo van a ser los exámenes? Háblame de todo.
A mamá le cuentas las cosas de la semana. Dile a abuela que también me acuerdo de ella y le envío mi abrazo; que deseo saber si están mejor en casa de tío Bernardo y más tranquilos.
Adiós hija mía; con todo su corazón te estrecha y vive pensando en ti tu
Padre
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 404] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Nueva York [Department of Romance Languages – Columbia University in the City of New York], 1 de abril de 1928
Gloria de mi alma:
¿Cuánto tiempo crees que he estado ahora sin carta vuestra? ¡Once días! El mar y sus comunicaciones es aún algo por dominar; pero llegaron dos juntas y eso me produjo un goce inmenso. ¡Cómo disfruto leyendo vuestras cartas! La de mi hija de mi alma ¡como la releo y saboreo pensando que hemos tenido la inmensa suerte de que sea como soñábamos que fuese! Cuantas veces me digo observando el tipo general de aquí que la falta radical de la muchacha americana es la carencia de la dimensión poético-religiosa del alma; tiene acometividad, vigor, a veces gran seriedad pero le falta un fondo hondo sentimental-religioso que la considere atada con los grandes problemas del Universo y con la idea de Dios. Cuando se da esto último entonces son tipos excepcionales. Días pasados por ej., al terminar el miércoles esta parte de mi curso –la clase estaba que no había asientos bastantes– con la lección sobre Fr. Luis de León y San Juan de la Cruz, se me acercó un caballero muy correcto y con aire francés acompañado de su hija, muchacha de 21 años que estaba emocionada con las clases y siguiéndolas con vivo entusiasmo: esta chica que conoce francés, italiano y español perfectamente, que el pasado año ha aprendido griego y lo lee de corrido, es de una seriedad y elevación ideal en su pensar y vivir que preocupa a los padres quienes me hablaron de ello. Me invitaron a tomar el té en casa de ellos y a cenar.
He tenido esta semana muchas invitaciones siendo la más interesante el almuerzo con Arbós y su Sra., Lucrecia Bori –la famosa soprano española que es la primera estrella del teatro de la ópera aquí– y su hermano. Fue muy agradable; por cierto que me dijo el hermano de la Bori lo que les costaba el Hotel a ellos dos y la doncella: al mes 1.200 dólares o sea ¡7.000 pesetas!
El sábado fue la reunión del “Club de Graduados” de Español; una escena interesante: señoras, caballeros, muchachos y muchachas acuden y algunos leen algo sobre el trabajo doctoral que preparan y los demás le discuten; después, el profesor –en este caso yo– diserta sobre un punto y los otros le piden aclaraciones: hablé sobre el estado del alma de la juventud de Europa y América. Interesó mucho.
Anoche conferencia en el salón “Excelsior”. Hubo una enormidad de gente de todos los pueblos hispanos y de todos los colores, negros, mulatos, malayos y blancos. Te envío el recorte de “La Prensa” de Nueva York. Naturalmente traté un tema que tenía ya trabajado. Era en realidad una deferencia a un grupo evangélico de aquí muy cariñoso conmigo que fue quien me solicitó este acto. En el público se encontraban dos muchachos de Granada de los más íntimos de la época de la organización; estaban tan emocionados al ver la manifestación de respeto que me hizo el público poniéndose en pie, que lloraban; ¡pobrecillos!
Una noticia buena en todos los sentidos: El Museo de Denver acepta mis honorarios y por tanto daré allí las tres conferencias, que supone, desde un punto de vista material, hacer el recorrido New York – Denver – California – México sin gasto alguno y hasta sobrando algo; ¡cuánta suerte tiene uno! Cuando se piensa la cantidad de factores ajenos a la propia voluntad que determinan estos éxitos, es cuando se comprende el hondo sentido de la expresión «hay que dar gracias a Dios»; si se observa se ve, que uno ha puesto mucho pero no es eso lo que explica las cosas, sino cualidades y modalidades que dan a la persona su peculiaridad y que no son creaciones ni intelectuales ni voluntarias, sino lo que llaman obues.
Hoy envío a José María Bernis la letra del mes: 3.200 pesetas; retira lo que necesites y el resto lo empleará en papel; ¿te das cuenta de lo poco con que vivo? Habíamos calculado 225 ó 250 dólares al mes, es decir, había yo calculado eso y, sin embargo, para los meses de enero, febrero, marzo y abril sólo he deducido de todos los ingresos que han sido –descontando Cuba– 2.750 dólares, 545, es decir a 136 dólares al mes ó 140 cada uno; me parece poquísimo, ¿verdad? y he tenido que comprarme chaleco de frack y smoking uno negro y otro blanco –me los dejé ahí–, sombrero hongo, guantes de vestir, algunas camisas de color para trabajar en casa, etc. Con la mesada actual son ya 16.625 pesetas que llevo giradas a los R[odríguez] Acosta y si son 1.500 las invertidas en papel alcanzarán ya unas 26.000 las ahorradas. Es la compensación material a un sacrificio tan grande como éste que hacemos.
Criatura ¡como piensas que podía rehuir lo de México dadas las circunstancias! Es un llamamiento como profesor extraordinario que fui nombrado y la vez primera que lo hace la Universidad de México a un profesor español; no se trata ahora de la Cultural sostenida con los fondos de la colonia española, sino de la Universidad Nacional y como primer acto de la autonomía que le ha sido concedida: para la colonia española de allí es una satisfacción que no puedo yo, habiendo recibido tantas atenciones de ellos, negársela; en ese sentido me escriben.
Pregúntale a Leopoldo directamente sobre el asunto de las Casas; creo que no significa por parte tuya, dada nuestra amistad, exceso alguno.
Ya he leído el choque nuevo de Jiménez Asúa con el Gobierno; si eso continúa enviaré un cablegrama de solidaridad con la actitud de él.
¿Recibió A[ntonio] Mesa a más de mi carta mi retrato?
Gloria mía, recibirás la visita de Mr. Duggan, Presidente del Institute of International Education, hombre adorable y conmigo de unas deferencias extraordinarias: invítalo y si podéis salir con él me alegraré muchísimo; es un hombre exquisito. Le doy introducciones para Leopoldo, Gallego (40) y A[ntonio] Mesa.
Adiós; he comprado para poner vuestros retratos una cartera de piel plegable preciosa por nueve dólares; allí os tengo y miro de continuo. ¡Cómo sueño con veros! Iréis a esperarme a Santander, ¿verdad? Por un mes comprendo no vale la pena el viaje a América pues ida y vuelta a México son 24 días.
Adiós; a madre mis abrazos de cariño. Tú, hija mía de mi alma, sigue con ese afán y pureza el camino de la vida, imitando a todos los tuyos, a tu madre y tus abuelas. Recibe mil besos de tu padre. A ti Gloria mía te estrecha con enorme amor tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 405] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Nueva York [Department of Romance Languages – Columbia University in the City of New York], Sábado de Gloria, 7 de abril de 1928
Gloria mía de mi alma:
En este día, Sábado de Gloria, en que tanto me impele hacía ti, tengo al menos una alegría honda y es haber recibido carta tuya y dos cablegramas, uno diciéndome que me recuerdas –¡bendita seas vida mía!– y otro diciéndome que aceptas proposición Puerto Rico, lo cual equivale a hacerme saber que has recibido en este día, por feliz coincidencia, carta mía. ¡Cómo me alegro de ambas cosas! Aún no he recibido de Puerto Rico noticia alguna acerca de eso pero lo juzgo casi seguro.
Antes de que se me olvide: Pepe Rodríguez Acosta me escribe que no viene porque se halla muy abatido con la muerte de su sobrinito al que quería como un hijo y por la situación espiritual de su hermano Miguel, situación que le preocupa por el abatimiento terrible que le ha producido; ya le escribí. Lo que quiero es, que lo que te encargué de encajes o blondas, me lo mandes todo metido en diversos sobres y certificado, exactamente como el de Mrs Vernon. No te retrases vida mía en hacerlo, porque así como la carta de hoy trae 10 fechas otras llegan con 16.
También he tenido carta de Antonio Mesa que, con mucho cariño, me habla de todo y me daba como tú la noticia de mi ascenso que juntamente con la reducción de descuento representa según he ajustado 25 duros más, esto es, que cobraré 750 pesetas al mes que es, casi, lo que cobro aquí en dólares, agregando a los 625 la parte alícuota de los cuatrocientos del curso extraordinario. Veremos si lo del ascenso se confirma; Antonio desconfía. ¡Qué alegría lo de Otero! Ya me anunció en el verano que era su propósito ir tres o cuatro días cuando dominase la primera parte de la enfermedad; háblame de cómo lo encuentras física y moralmente y de la impresión que en Laura haya causado este cambio de impresiones con él. ¿Recibió él mi carta? Temo que no haya dado tiempo por más que hace ya bastantes semanas.
Gloria no nos conviene ni el terreno que nos ofrecen en el ángulo del antiguo campo de football ni el de F[ernando] y M[aría] T[eresa]; aquello ha dejado de ser atractivo por el grupo que se ha formado y además no tiene ni aun la compensación de un amplio jardín; lo que nos ofrecen es una miseria de terreno; eso mismo en una ladera podría ser bastante, pero en llano es poco.
De las lecturas de la niña me parece muy bien lo que haces y me ha dado enorme alegría el afán que se le ha despertado por conocer y leer; claro es que se necesita estar alerta para formarle un gusto depurado y no dejar caer en sus manos cosas chabacanas. Lo de literatura está casi todo ahí abajo en el pasillo pero también hay mucho arriba en dos sitios: uno, en el pequeño estante junto a mi Bureau y otro en el estante grande que hice para los libros de América, la parte superior. En el rincón opuesto, esto es, en el rincón izquierdo del armario frontero a ese debe estar... ¡No! Ahora recuerdo; en los dos cajones de América que me sirven para poner libros infolios estará la conquista de México por Solís de que me habla la nena, también le interesarían mucho algunos dramas de Calderón: “El Alcalde de Zalamea”, “El Mágico prodigioso” y “La Vida es sueño”, pero leelos tú antes porque los graciosos en nuestro teatro son terribles; y como yo los leo para buscar el sentido filosófico y religioso se me olvida el otro aspecto; “Fuente Ovejuna” de Lope y “La verdad sospechosa” de Ruiz de Alarcón son también de sumo interés.
Gloria, me parece muy bien lo que hiciste con M[aría] T[eresa]; diles que por Dios ni se ocupen ni preocupen de eso; te insisto en que si B[ernardo] está apurado le mandes 1.000 pesetas y si necesita más, sin vacilar mándaselo, precisamente digo que las 3.200 de este mes las pasen íntegras a la cuenta corriente para que estén a tu alcance para ese o cualquier otro evento. Ya sabes que creo en el deber de ayudar a amigos y parientes, que esa misión significa el dinero y si bien mi ilusión es, que el sacrificio que hago apartándome de vosotras, sirva para formar un pequeño ahorro que sea de algún valor, eso no quiere decir que vayamos a privarnos del nobilísimo goce de ayudar a los nuestros; esto es fundamental en la vida.
En el inglés muy bien, hablo bastante y con corrección; escribo bastante bien, pero la gran dificultad está en entender; es una fonética tan terrible esta de Norteamérica que hay personas a quienes le entiendo todo y otras a las que no entiendo sino raras palabras. Lo que es indispensable es preocuparnos de esto para el año próximo; Mr Frasquito tiene una pronunciación horrible. Las lecciones las recibo de dos señoras; una que vive en la casa con un matrimonio y que enseña en la Universidad de Columbia, la otra es una viuda que hace años estuvo en Granada, en la casita de Mr Temple y tomó el té una vez en nuestra casa; asiste a mi curso y prepara su doctorado; habla el español perfectamente y es buena profesora: me dicta, escribo, lee ella para ver si entiendo y comentamos el pasaje leído. Tenreiro (41) me envío su novela que está muy bien escrita y tiene toda la finura de observación que caracteriza a él, pero tienes mucha razón en lo que añades.
Todo el día estoy pensando en ti y necesito hacerme cargo de que el tiempo pasa y de que hago una obra necesaria para justificar este apartamiento. ¡Con qué ansia pienso en el retorno! Me parece una eternidad lo que aún me queda y eso que como tú dices bien ya está venciéndose la estación y una vez terminado el curso aquí, lo demás va deprisa por lo mismo que es poco el tiempo que he de estar en cada sitio. De aquí saldré para Puerto Rico el 17 de mayo, llego el 21, retorno el 31 para estar aquí el 4 y salir el 5 para Colorado, donde me entretendré una semana, bajaré a Nuevo México en vez de hacer por la línea norte el viaje, con la cual paso por Santafé vieja ciudad española del XVII, atravieso el Cañón del Colorado, las zonas donde están los enclavamientos de indios y el desierto de Arizona antes de llegar a Los Ángeles. Es un viaje de tal interés que eso me distraerá mucho y me hará sentir menos pesadamente la lentitud del tiempo; voy reuniendo materiales de información geográfica sobre aquellas zonas.
Aún no me han dicho de México lo que piensan abonarme, pero he recibido carta del Dr. Perrin, el Secretario de la Cultural, ya enterado de mi ida y de mi carta al Rector entregándole libremente cuanto concierne a ese asunto, y me dice que al Rector y a todos ellos les ha producido una gran alegría ese gesto mío tan español; la carta es de un cariño conmovedor.
Pasado mañana seré juez en un debate interesante; te incluyo el recorte con otro que sobre mis viajes publica “La Prensa” de Nueva York.
Escribo a la niña contándole algunas cosas. Adiós Gloria mía; ¡ya ves cómo te dedico los ratos! No te pongas a plan, no seas ridícula; si eso siguiera hacia arriba sería cosa de hacer lo que tan buen resultado me daba a mí; en los pésimos retratillos que me mandas –y que aun siendo malos me gusta recibir– no se advierte esa gordura. Adiós, amor de mi vida, te recuerdo de continuo y sueño con estrecharte. Mil besos de amor te envía en este día y te estrecha contra su corazón tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
P. S. Llevamos tres días de un calor desconocido ahí en estas fechas, pero aun es probable –dicen– que nieve, aun no han comenzado a brotar los árboles.
Evidentemente, debes dar la nota de tu libro a Beltrán y Rozpide; el valor de ello depende de cómo se mire la función del libro; no dejes de hacerlo.
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 406] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Nueva York [Department of Romance Languages – Columbia University in the City of New York], 15 de abril de 1928
Gloria de mi corazón:
Ayer sábado llegaron vuestras cartas; ya creía que me iba a quedar esta semana sin ellas porque generalmente las recibo los jueves. ¡Como me satisface que Otero esté fuerte, grueso y contento! ¡No olvido la impresión que me hizo cuando le vi en la cama! ¡Que ternura me inspiró! ¡Cómo transforman las desgracias a las criaturas! No cesaba de llorar y a cada momento me abrazaba. Me revuelvo contra la duda que Doña Berta puso en nuestras almas; ¡qué osadía en ella condenar por las apariencias! ¡Ella! ¡Y hacer de ese juicio una base de menosprecio moral! No; llego a creer que esté obsesionado y dominado sentimentalmente por aquella muchacha, pero sigo creyendo firmemente que él no tiene contraída obligación moral alguna con ella; no lo creas tú tampoco; me apena que seas fácilmente convencible en ese sentido. ¿Recibió él una carta mía con un recorte de los de La Habana? Lo habría abrazado con una alegría profunda. Háblame de cuanto se haya hecho en honor suyo.
Apenas me has dicho nada de lo ocurrido en Madrid con motivo de Jiménez Asúa; según la familia, Marañón está de nuevo en la cárcel y hubo una refriega entre la policía y los estudiantes en que ha habido heridos por lo menos; yo estoy con tal motivo muy fastidiado, porque no sé exactamente lo hecho por el Gobierno y para adoptar una resolución me es preciso conocer los términos de sus disposiciones.
Antes que vaya a pasárseme: ¡Es posible que hable con vosotras! Se inaugurará el teléfono con España en la primera decena de mayo y días pasados estuve en la Central invitado por Carolina Marcial Dorado que es la profesora de Barnard y jefe del departamento de propaganda para España; estuvieron otras varias personas, nos dieron un té, bajaron los jefes a saludarme y según me ha dicho C. Marcial quieren invitarme a que hable contigo y la niña; ¡imaginaos! Eso cuesta o costará al resto de los mortales, tres minutos 75 dólares o sea ¡450 pesetas!
Ya hoy estamos a 15; estoy como los estudiantes, contando los días; sólo me falta un mes para terminar aquí y pasado esto lo demás pasará rápidamente, pero estos cuatro meses han sido y son duros, muy duros no por el trabajo sino porque además son de una soledad sentimental muy grande; los mismos compatriotas que hay aquí son personas de otra cuerda; no estando Onís los demás son pobres hombres.
El lunes, como os dije, fui Juez en el debate entre la Universidad de Nueva York y la de Puerto Rico acerca de la política de Estados Unidos en el Mar Caribe; resultó de interés, máxime porque el profesor Shepherd y yo coincidimos al juzgar los argumentos aducidos por los muchachos y considerar que los dados por los portorriqueños eran de más sustancia. Hubo después un incidente y tuve yo que hablar. Fue en un teatro y resultó, como os digo, muy interesante y bien. Te incluyo el recorte.
Hubo la otra noche una función a beneficio del Instituto de las Españas; me obligaron a tomar dos localidades de palco, lo cual quiere decir siete dólares. La función fue interesante. Me acompañó un íntimo de M. Gómez Morín el mejicano, mejicano él también, sumamente inteligente y simpático. El teatro es precioso y representado con un gusto realmente extraordinario. ¡Cuántas veces pienso al ir a éste o a aquel sitio: es preciso que no se me olvide traerlas el año próximo a este sitio, que vean esta calle, este edificio! Hago tantos planes ya, de donde desembarcaré, qué haremos después; por ej., me gustaría que fueseis y llevarais las niñas a esperarme a La Coruña, embarcar allí y bajarnos en Santander del barco; podríamos ir a la Colonia de S. Vicente y bajar después a La Losa donde descansaríamos quince días siquiera; ¿qué os parece? De allí a Granada.
He terminado de escribir para la Cultural de La Habana la conferencia de Martí; no se imaginan los que solicitan con apremio, el esfuerzo que exigen; en este mes que me falta he de escribir tres: la de Unamuno, la de Ortega y la de Puerto Rico sobre “La fundación colonial española”; esta última espero que sea algo realmente importante; será como una segunda parte de “Religión y Estado” y a semejanza de lo que he de hacer con ésta, le daré ulteriormente un desarrollo que no consiente la conferencia; voy recogiendo toda la bibliografía norte-americana acerca de ese gran problema, y leo a diario sobre ello, por lo menos, la mitad de un volumen; la “Hispanic Society” de aquí, tiene en su biblioteca todas las fuentes apetecibles salvo los manuscritos del Archivo de Indias.
Estoy impaciente por conocer qué deciden en México respecto a la remuneración de mi curso; creo que no procederán con mezquindad si bien tampoco espero que sea comparable con la mitad de lo que por dos meses me dio la Cultural, pero tal vez en lugar de 2.000 dólares me abonen 1.500; esto es lo que yo creo y tratándose de la Universidad estaría muy bien; sobre todo el precedente de honor para mí, debe valer y vale a mis ojos más que nada; ¿verdad? En California la Asociación de Maestros de Español quiere que a mi paso por Los Ángeles dé una serie de conferencias; aún no sé cuantas pero es una asociación modesta y temía que no pudiera pagar lo que yo quisiera cobrar. Mr Wilking, el jefe del departamento de la enseñanza de lenguas modernas en Nueva York, me escribió –es un excelente amigo y un hispanófilo que emociona el oirlo– y me decía que creía debía pedir una cantidad pequeña por conferencia, por ej., 50 dólares; en ese sentido les he contestado pero les añado que si aún eso no pueden pagarlo, que lo haría gratis por satisfacer el noble deseo de ellos de enterarse de cosas españolas.
¿Cómo va el Ateneo? –No sé nada de esto–. ¡Quién viera ese mi cierre! A madre que agradezco mucho su carta y que no se preocupe por esta expatriación mía; felizmente soy muy fuerte, no tengo ni un resfriado, ni un dolor de cabeza y puedo aún bien soportar estas pruebas. Pronto llegará agosto y nos uniremos.
Esa hija mía del alma que siga escribiéndome; sus cartitas son para mí mensajes que me llegan al corazón.
Tú mi Gloria a quien cada día me parece adorar más honda y tiernamente recibe mil besos de amor de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
P. S. Ahora empiezan a brotar los árboles.
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 407] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Nueva York [Department of Romance Languages – Columbia University in the City of New York], 22 de abril de 1928
Gloria de mi alma:
Esta semana he tenido dos cartas tuyas y a la enorme alegría de recibirlas se une el temor de carecer de ellas la semana próxima –¡tal vez no!–.
¡Si vieras que duda y lucha he sostenido conmigo desde el otro día para decidir lo que habías de hacer en el verano ya que me lo confías! Yo no tengo más compromiso que el mes de julio con la Universidad de México; es evidente que puede acontecer, el que necesite una semana más para atender algún compromiso como el de Tampico que ya la otra vez me giró el dinero inclusive y lo devolví; pero en todo caso yo saldré de México para España en el primer vapor de Agosto y en agosto llegaré a esa. ¿Será por el norte o por Cádiz? No lo sé pero como los vapores vía Canarias–Cádiz son mucho menos frecuentes que los de línea Coruña–Gijón–Santander, es más probable que me toque ir en ésta que en aquella. Mis dudas estos días giraban sobre si deciros que vinieseis a México en vista de lo que tú Gloria mía me escribías en tu penúltima; a veces me decidía porque os embarcaseis pero después de ver todos los aspectos de la cuestión y no sólo el mío y tuyo sentimental, sobre todo en este caso el mío, he pensado que no; haceros arrancar de ahí solas –lo cual aunque tú lo venzas es para ti un mundo–; hacer una travesía igualmente solas para estar aquí un mes es excesivo; la separación de madre le habría de impresionar y si el año próximo ha de ser, no debemos ahora, no existiendo enfermedad por parte mía hacerlo. Esta es la conclusión de razón a que he llegado echando para ello cien llaves a mis sentimientos que me decían: ¡Que vengan mi Gloria y mi hija cuanto antes! Ansío tanto, tanto, abrazaros, estrecharte a ti, sentirme acogido en tu amor que estuve a punto de seguir este impulso de mi deseo; pero comprendo que no debe ser y agacho la cabeza. Lentamente, Gloria mía, pero el tiempo anda; ya está terminando abril; lo peor ya está pasado ya que lo peor era, para mí, la repetición en Cuba y este curso en Columbia; ambas cosas me tenían cogido el espíritu por razones distintas; este segundo porque yo no había nunca explicado literatura y tenía recelos de que no pudiera resultar mi propósito; ahora ya estoy no sólo tranquilo sino satisfecho; no hay día que al terminar la clase no reciba felicitaciones y algunos días cartas de alumnos; tal ocurrió el jueves con motivo de haber explicado el lunes y miércoles la significación del Quijote y la historia de su interpretación principalmente entre los románticos alemanes.
Ayer hablé en la Asociación de Maestros de español; por supuesto maestros norteamericanos; hubo un grupo numeroso y no sabes con qué interés escucharon; expliqué lo que ha significado en la formación del movimiento actual la creación de la Institución Libre de Enseñanza y que es la Junta de Ampliación de Estudios. Al finalizar estuvieron cariñosísimos.
Estoy redactando mi conferencia sobre Unamuno místico; creo que resultará de interés; esa es una de las que he de leer en inglés en el Museo de Denver y probablemente también en California; aún no tengo respuesta a mi carta de este último sitio porque tardan cinco días en ir.
Creo que no habrá tiempo para descansar en Nerja; si lo hubiera me alegraría mucho porque aquello es de los sitios que me gustan de cuantos conozco. Lo más probable será como te digo que desembarque en el Norte y en ese caso, como te escribí días pasados, me gustaría que llevases a las niñas y después bajaríamos a La Losa; ya sabes lo que a mí me gusta también aquello y el deseo que tengo de estar con mi madre y todos una temporadita; además La Losa es muy tónico.
De entre los convites que he tenido esta semana lo más interesante ha sido una comida con un grupo de cristianos libres, propietarios de una revista en español “La Nueva Democracia”. Ya te enviaré el último número de ésta que se ocupa de mi librito “Religión y Estado” con un gran elogio; querían traducirlo al inglés pero les he dicho que prefiero aguarden a que lo amplíe y complete con otros dos estudios en preparación. La comida tuvo lugar en un Club muy interesante, de escritores y artistas que conserva cierto ambiente de tradición muy raro aquí. Me dieron una tarjeta para que pueda ir cuando quiera. Uno de ellos me preguntó cuando iría a Denver y pensaban escribir al Gobernador del Estado –el Presidente de la República del Colorado– para que me atendiese y agasajara.
Estuve el jueves invitado en el Gran Circo de aquí que yo no lo había aún visitado; éste es otro de los sitios que hemos de ver juntos; ¡asombroso! Con deciros que a la vez trabajan en el óvalo del circo, ¡cinco circos!, que el primer número fue un enlace de guirnaldas de flores llevado por los jinetes de dos grupos de caballistas compuesto cada uno de 32, que corrían en direcciones distintas; que en otro número había 15 elefantes enormes; en otro cincuenta amazonas que corrían a galope y eran apresadas con lazo por los cowboys o hombres de los campos, vaqueros. ¡Realmente sorprendente! La cabalgata con que comienza la función en que desfila fantásticamente ataviado todo el circo es algo inolvidable ¡20.000 asientos! El más barato 1 dólar y medio, o sea 8 ó 9 pesetas y el más caro 3 y ½ ó sea 11 ó 12 (42).
Esta noche es el banquete del Centro Hispano-Americano; tengo que asistir porque son muy cariñosos conmigo y lo han hecho objeto de un empeño especial.
¡Qué monas las cartas de la niña! Se nota mucho que se va formando su criterio sobre todo y me parece que hemos conseguido lo que deseábamos; ¡me dan una alegría sus cartas! ¿Se descuida en el aseo de la boca? No lo dejes.
Di a madre que esté tranquila, que cuanto hacemos es lo que debemos y queremos hacer y que nuestra hija no se educaría como desearíamos si no viese en ti lo que debe hacerse por una madre. Abrázala en mi nombre.
¡Qué fastidio lo de Bernardillo! Pensar que gana mucho y vive siempre aperreado es realmente triste; pero al propio tiempo conviene no olvidar la frecuencia con que se dan satisfacciones que los demás viven privados de ellas; dígolo esto para tranquilidad vuestra. Aun cuando él no haya querido aceptar nada, mándale tú a Elisita para los niños con cualquier motivo 500 ó 1.000 pesetas. No dejes de hacerlo.
Adiós corazón de mi vida. Te adoro, ¿sabes? Con inmensa ternura y amor te estrecha tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 408] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Nueva York [Department of Romance Languages – Columbia University in the City of New York], 29 de abril de 1928
Gloria de mi corazón:
Hoy te escribiré menos porque esta mañana cuando aún no había terminado de arreglarme vino por mí la familia Bercovici (43) y me han llevado al campo; después en su casa hemos estado charlando y he aquí que vuelvo a las 8 de la noche. Como no quiero que por nada del mundo os falte carta mía me pongo a escribirte aun siendo de noche. ¡Qué espléndida posesión! ¡Qué camino y qué casa! Ya me decían que si veníais y queríamos pasar unos días en el campo, que teníamos a nuestra disposición habitaciones en la casa. Es digno de verse porque comparado con esto, lo de Suiza, hay más distancia entre Suiza y Estados Unidos que entre España y Suiza; hasta para extraer la leche de la vaca tienen máquinas eléctricas y la leche entra directamente en unos jarros especiales sin el menor contacto con la mano del hombre. ¡Cómo se me abre el apetito de tener una casita de campo donde irnos los sábados y poder dirigir el cultivo de la tierra!
Anoche tuve dos convites; primero a cenar y después a una reunión dada en honor de un señor mexicano gran amigo mío; a la una me retiré y allí quedaron señores y caballeros quizá hasta las 4 ó las 5, cantando, bailando y jugando al bridge. Días pasados fue el gran banquete en honor de estos escritores mexicanos dado por la Academia de Artes y Letras; me mandaron para ti, Gloria mía, tarjeta y estabas incluida entre los invitados, Mrs de los Ríos. ¡Me daba una tristeza!
Gloria, veo que Américo ha dado 100 pesetas para la suscripción a favor de Luis Bello y siendo antiguo amigo mío muy necesitado creo que debo enviar otro tanto; no es su profundidad o cientifismo lo que en este caso debe ser compensado sino una buena voluntad tenazmente puesta al servicio de una causa poco atendida. Manda tú el dinero.
En modo alguno pases estrecheces: tienes a tu disposición en cuenta corriente 3.500 pesetas y debes tomar de ello lo que vayas necesitando; me han enviado la liquidación: tenemos 23.500 pesetas en papel y 3.500 ahora en cuenta corriente; yo creo que en papel con la última inversión tendremos ya 25.000. Para no enviar poco a poco, no giraré este mes, sino al volver de Puerto Rico.
¡Me parece mentira poder decir que habré terminado aquí dentro de 18 días! Creo que una vez pasado esto todo irá deprisa; ¡qué ansias tengo de que pase esta temporada y cuántas ganas se me pasan de deciros veniros! Pero comprendo que no debe ser.
¡Qué alegría cuánto me dices de la niña! Me da una tranquilidad tan grande saber que va formándose una concepción de las cosas y una visión propia de la vida! Sus cartas son monísimas.
El retratito que envías de la nena está divinamente y ella muy gruesa y ¡tan alegre! Ojalá y siempre sea así, también yo he tenido y conservo esa íntima alegría de vivir.
Hija de mi alma, ya te escribiré a ti. Mañana he de pronunciar en la fiesta de Cervantes, en el Teatro de la Universidad de Columbia, unas palabras o un pequeño discursito. ¡Si vieses qué género de consideración me muestran los alumnos!
Adiós, abraza a madre, a mi hija de mi alma mil besos y para ti Gloria mía sin quien no puedo realmente vivir, mi corazón lleno de ternura y amor. Te estrecha apasionadamente tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 409] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Nueva York [Department of Romance Languages – Columbia University in the City of New York], 6 de mayo de 1928
Gloria de mi alma:
¡Este es el penúltimo domingo que te escribo desde Nueva York! Ya esto va realmente de vencida; ahora es cuando comienzo a tener esa sensación. Esta tarde a las siete me despido con una cena de mis alumnos de seminario que son siete. Sólo están libres los domingos y como el próximo es la cena del Centro Hispano-Americano pues les he reunido hoy; me parecía natural esta atención. A las cuatro muchachas les he comprado un pequeño bouquet de flores para que lo pongan a cada una; un dólar he pagado por tres rosas o mejor capullos y otras tres o cuatro flores que han puesto en cada ramito. Te incluyo el recorte del periódico sobre la fiesta de Cervantes que resultó muy bien. Era muy difícil a las muchachas y muchachos cantar los cantos españoles, y sin embargo lo hicieron y muy bien; comenzó con unas palabras mías. Lo más bonito fue sin duda la medalla de Galicia vestida con los trajes del país. El domingo como os digo prepara el Centro Hispano-Americano un banquete de despedida a mí y el sábado o me darán otro los alumnos de mis cursos o bien –según me he enterado– me harán un obsequio-recuerdo. Todo esto me acerca a vosotras. ¡Cuándo llegará la hora Gloria mía de verme al fin en tus brazos y tenerte en los míos! ¡Qué impaciencia se apodera de mí!
Ayer tuve carta de mi madre y Concha pero no vuestra y eso me dejó entristecido.
He estado a almorzar en el Thouson Dormitory; es una residencia de señoritas preciosa; me habían invitado una alumna que es una vieja –enteramente india de Columbia– y una muchachita de México que estudia sobre tribunales infantiles y se dedica a esto. La pobrecita se me presentó sin conocerme para decirme su caso y creo que quizá consiga le siga pasando la pensión el Ministerio de México; ¡qué alegría da poder ayudar a la gente!
Anteanoche cené con Mrs Vernon (Miss Hungtington antes) y allí estaba también Isabel Palencia, la esposa de Ceferino Palencia, una mujer de extraordinario mérito que abandona la pobre su casa con tres o cuatro hijos para ganar algo dando conferencias; lo hace divinamente y con una enorme originalidad; versan sus conferencias sobre el sentido artístico de los trajes populares españoles y cuando habla de ellos los viste. Se aperrea realmente y tengo la impresión de que es poco lo que gana porque aquí salvo excepción pagan poco; me inspira un gran respeto y simpatía; es muy señora; el marido es muy amigo de Bernardo y amigo mío. También estuve la otra noche invitado a casa de unos Señores Meyer; ella es bilbaína, amiga de M[aría] de Maeztu, muy inteligente y ha enseñado aquí Historia de la literatura; en una palabra, constantemente me llaman e invitan pero lo que yo apetezco es, salvo excepciones, que me dejen tranquilo, sobre todo, habiendo ya estado en tantas, tantas partes.
Gloria ya te dije hija que es totalmente inútil hacer gestión alguna respecto de Riaño; está huido, en un pueblo del Norte, arruinado y entregada a la morfina ella y él al alcohol; trabaja para vivir en relación con alguna casa editorial y a base de que es inútil intentar saber de él han de hacer ahí o planear lo que puedan y quieran. Antes que se me olvide: he visto en “El Sol” que los colaboradores y amigos de Luis Bello dan 100 pesetas, de suerte que esto debe ser lo que yo dé. Escríbeme a Nueva York hasta el 10 de junio y desde esa fecha hasta el 15 de julio, no más, a México, Calle de las Artes, 71, casa de D. Tomás Perrin.
He terminado de escribir la conferencia sobre Unamuno, que me han de traducir al inglés; mañana empezaré la que ha de versar sobre Ortega; preparar la de la Universidad de Puerto Rico.
Empezarán a llover ahí los paquetes de libros a fines de este mes.
Adiós Gloria de mi vida, con el corazón todo lleno de tu recuerdo y de amor por ti te estrecha con inmensa ternura tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
P. S. Duermo bien y estoy grueso; tengo demasiada barriga, lo cual me indigna.
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 410] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Nueva York, 13 de mayo de 1928
Gloria mía de mi alma:
¡La última carta desde Nueva York! ¡Me parece mentira! Tengo echado el toldo en la ventana y esto da un aire veraniego a la habitación que pone un aleteo a mi alma; sí, vida mía; el sacrificio tuyo es muy grande pero el mío es inmenso, tanto que no me encuentro capaz de volverlo a hacer con esta magnitud. Escribirte y escribiros no es sólo un modo de teneros menos descontentas, sino una exigencia de mi alma, una necesidad apremiante de todo mi espíritu... en fin el tiempo se va y principia una etapa aún para vosotras en que la variedad hará más llevadero el plazo que falta.
Hijita, no dependía de mí el apurar o no julio; es que esa ha sido la petición de la Universidad de México a fin de que tenga cierta coherencia y sobre todo anunciarlo ella como una etapa muy clara para los estudiantes.
Desde el otro día he tenido, el banquete a mis alumnas y alumnos de seminario, con unos ramos de flores para ellas; resultó muy bien, me costó unos 27 dólares. ¡Comida para la Sra. Good y la Srta. Castillo, esta última amiga y discípula de Américo y Carmen; aquella me da lección de inglés y no me cobra; vi una función espeluznante pero de sumo interés: ante la escena se desenvuelve la acusación y defensa con testigos, etc. de un asesinato, se trae en reproducción de tamaño natural el asesinado. Después de esto he sido invitado a infinidad de casas: aquí está, y se ha casado con un ruso, Emilia Aragón; ha venido a verme; está mejor de salud, pero de un ojo ya no ve casi nada y ha pasado –me lo dijeron los de Onís– hasta hambre; es fantástica, buena y muy descosida. También está aquí Sacha Kropotkin; de ello me enteré el otro día y ayer me invitaron al lunch; también se ha casado con un muchacho más joven que ella, muy simpático y muy inteligente; me he alegrado porque ella estaba muy amargada cuando la vi en Berlín hace cinco o seis años. Su pobre madre está en Rusia pasando privaciones; ¡Qué triste es eso! ¡A los 70 y tantos años verse así! Ellos no están bien pero tengo la convicción de que triunfarán. Efectivamente, resultan parientes los de Puerto Rico; me han escrito el padre y la hija; todo esto es novelesco; la muchacha tiene 21 años, parece muy inteligente y el padre me pide la aconseje; estudia en la Universidad. Eran muy ricos, ahora no lo son tanto y él es notario. El oyó hablar mucho de tío Pepe Luis a quien confunde con mi padre.
Gloria de mi vida, para satisfacción tuya, de madre, de nuestra nena y orgullo de tu marido, te diré que el Director de la Normal de Puerto Rico estuvo en Granada hace unos años, visitó a padre en casa, fue a tu clase en la Normal y ha escrito a la persona que se ocupa de tu “engagement”, que fue lo mejor y más serio pedagógicamente de cuanto vio en España. ¡¡Eh!! ¡Viva mi Gloria de mi alma!
Hoy me da el Centro Hispano-Americano el banquete de despedida; parece ser que va a ser de importancia; el cónsul va a presidirlo –también lo invité el otro día; se ha portado conmigo muy bien–; tendré que hablar; mañana me dan una comida el grupo de jóvenes muchachas y muchachos que hicieron el coro la noche de Cervantes. La clase ha recaudado para hacerme un regalo y según he oído es algún artículo de viaje; ¡ya veremos! Se ha acercado al decano de la Facultad de Filosofía un grupo de alumnas y alumnos pidiéndole que vuelva yo a ser llamado por Columbia; he dicho que no podía; ¡qué agradable es comprobar que no ha sido inútil el esfuerzo!
El retrato de la niña me ha emocionado mucho; la he hallado una mujer, completamente una mujer; más ancha, robusta, alegre, alta y tan parecida a ti, que de los dos retratitos que venían puestos, el de la izquierda –con mucho margen blanco a un lado– aun mirándolo me parecías tú. Es ¡claro está! el que más me gusta. ¡Ah vida mía, sé que esto te enternece y lo digo no sólo por eso sino porque con todo mi espíritu y mi cuerpo lo siento. Mándame de ese y del otro que venía puesto cuatro o tres fotografías a México.
Adiós mi amor; el tiempo me acerca a ti.
Con todo corazón te estrecha apasionadamente tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 411] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Nueva York, 17 de mayo de 1928
Gloria de mi corazón:
Voy a embarcar dentro de una hora, pero como son cuatro días de navegación quiere decir que las cartas se retrasarán ocho días más; no quiero que estéis tanto tiempo sin saber de mí.
Ahí van los recortes del banquete; estuvo muy bien, muy bien y yo con gran suerte como verás.
La despedida ayer en la clase de la Universidad la recordaré mientras viva; ¡qué emocionante! Al despedirme yo diciendo algo pertinente al caso, se adelantó una joven, la Presidenta del Women Faculty Club y en inglés en nombre de todos me despidió en la forma más extremosa que os podéis figurar; me entregó una cestita de flores y un paquete: es un precioso reloj de plata con mi nombre para la mesa de despacho, de esos chicos que se abren; la clase toda se puso en pie y me aplaudió; ¡tiene unas cosas juveniles tan atractivas este pueblo! Otra discípula en español anunció que para el 4, día de nuestro regreso de Puerto Rico –de Onís y mío– han dispuesto un banquete en nuestro honor.
Otra señorita discípula, la que creo es parienta nuestra y en cuya casa estuve invitado, me ha enviado una carta muy cariñosa para ti y la nena y un reloj muy bonito para ésta, también de mesa. ¡Cuántos motivos de gratitud! Adiós vida mía. ¡Me alejo para acercarme a vosotras! Manda a mi madre uno de los recortes. Os estrecha contra su corazón tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 412] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Nueva York [Hotel Marseilles, located between Central Park & Riverside Drive on Bradway at 103rd Street], 5 de junio de 1928
Gloria de mi alma: ¡18 días sin escribirte, ni ver letra vuestra! El día de mi santo aguardé en vano cablegrama; se conoce que no sabías donde estaba; lo pasé en Puerto Rico, pues hasta el 31 no embarqué y llegué ayer que lo pasé de cabeza arreglando cosas en la casa de Onís, mis papeles, mi equipaje para dejarles todo despejado y por la tarde preparando algo para el banquete con que nos obsequiaron los estudiantes de Columbia y al que acudieron también las madres de algunas señoritas. Resultó precioso y muy fino. Ofreció la comida la Srta. Brown, que es la Presidenta del Club de jóvenes graduadas, lo hizo en inglés y después contestamos Onís y yo. Estábamos rendidos pero no había más remedio.
Lo de Puerto Rico ha resultado divinamente; el efecto causado por mis conferencias no ha podido ser mejor; he recorrido la isla entera que es una preciosidad, más bonita que Cuba, montañosa y pobladísima; he recibido agasajos de todos –vivir en la casa de los Onís que son conmigo amigos inolvidables– y hasta he dejado ya en principio las habitaciones para los tres el verano próximo en casa de una profesora que como gran favor nos la cede; es una casita monísima en un sitio precioso. Económicamente, aun cuando la Cultural me ofreció 100 dólares por la conferencia me han dado 200; total que ahora liquido en el Banco, y luego de deducir para mi viaje a México y gastos aquí, creo que enviaré, pues cobré ayer mi sueldo al llegar 8.500 pesetas. Diré a los R[odríguez] Acosta que las empleen íntegras en papel así como lo que haya quedado en cuenta corriente después de retirar tú lo que necesites; ¿no te parece? En Puerto Rico he hallado parientes varios, de la rama Morales; ¡cómo me acordé de padre!, y la muchachita Margarita Martínez de los Ríos que la pobrecita es inteligente pero con poco atractivo; todos estuvieron afectuosísimos y nos aguardan para el próximo verano.
Vengo del Banco; he arreglado mis cuentas y envío 8.800 pesetas; está bien, ¿verdad?
Imposible hijita deciros nada respecto a mi llegada; ¿cómo no comprendes que es imposible sepa yo aquí en New York, dos meses antes, qué día habrá vapor de Veracruz a España? Tan pronto me encuentre en México lo haré. Comprendo tu zozobra, pero sería preferible quizás que fueses a Madrid y estuvieseis allí quince ó 20 días. Lo difícil es ¿qué hacer después? ¿No podría encontrarse para la familia algún sitio en San Vicente de la Barquera o cualquier otro pueblecito del Norte y esperarme todos desde luego allí? En fin, no es discreto aconsejarte desde aquí, pero insisto en creer casi seguro que iré en barco de los que tocan en el Norte y no en Cádiz, pues los que van a Cádiz son menos frecuentes, hacen la travesía más larga y se detienen en Canarias; no obstante, os cablegrafiaré.
¿Cuándo llegará la hora de abrazaros? ¡Qué impaciencia tengo! Os iré escribiendo desde todas partes; escribidme vosotras porque me falta enteramente el aire sin vuestras palabras. ¡Ay! ¡Gloria mía qué seca es la vida para mí sin ti! ¡Los días se me hacen siglos!
Si por casualidad estuvieseis en Madrid cuando fuera la señorita María Teresa Morales con su madre, atendedlas y acogedlas con cariño. Es una familia de Puerto Rico que vive aquí; ella es profesora y ha sido alumna mía; me han invitado varias veces y arde en deseos de conoceros. Me ha regalado para la niña el reloj de que os hablé. Creo que te gustará mucho.
Adiós; a mi hija de mi vida mil besos; a madre, un abrazo y para ti, amor de mi corazón toda la pasión y ternura de quien vive pensando en la hora de estrecharte, tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 413] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Denver [Olin Hotel], 10 de junio de 1928
Gloria mía de mi alma e hija mía:
Heme aquí en Colorado después de un viaje de tres días y tres noches; llegué ayer de mañana; me esperaban en la estación el Cónsul de México, el Secretario del Museo de Denver, la profesora de español de la Universidad, Miss Batione, de ascendencia española, a quien conocí hace unos años en la Residencia en el curso para extranjeros.
Me bañé, trabajé, fui invitado a tomar el lunch en casa de la Sra. Martín –australiana fundadora del Museo, señora de edad, casi 60 años y de gran atractivo espiritual; fue señora de compañía de una señora viuda quien al morir le dejó la mitad de su inmensa fortuna convirtiéndola en multimillonaria–. Ella, “in memoriam” de su bienhechora ha hecho esta fundación; ¡qué inglés y norteamericano es este caso! Conoce muy bien el español y lee mucha literatura española. Les estuve enseñando en el estereoscopio vistas de Granada que les produjeron grandísima impresión.
La casa es un encanto de refinamiento. Hoy me lleva a su casa de campo en la montaña y por la noche da una recepción en mi honor.
Después del lunch me vine a repasar y trabajar pues a las 8 y ¼ era la conferencia. Me presentó Miss Batione; el público que llenaba el salón era para mí un enigma; hablé, estuve fácil y feliz dentro de la sencillez que debía tener la conferencia y al final comenzaron a acercarse y pedir ser presentados grupos y grupos de personas: hispanófilas unas y muchas ¡familias descendientes de las migraciones españolas del siglo XVII! ¡Qué impresión! García, Otero, Sánchez, Echevarría, esas son las familias linajudas en sentido de tradición que se me acercaban; muchachas de tipo español que hablan con dificultad la lengua. ¡Esta historia de España que no nos han enseñado a conocerla ni a estimarla y que es el más extenso y complejo fenómeno que se ha dado desde el siglo XV! ¡No puedes imaginarte el ambiente de simpatía y respeto! Pedían que las otras conferencias se diesen en español pero el secretario no ha accedido por estar ya anunciadas en inglés.
Después de la conferencia tuve dos interviews con periodistas; me desenvolví con facilidad no obstante haberme preguntado muchas tonterías: esto como es natural en inglés.
Mañana y pasado son las conferencias en inglés; las llevo escritas y muy ensayadas, de suerte que no me preocupan. El miércoles saldré para ¡“Santa fe”! Imaginad si no es asombroso el nombre. Esa ciudad y San Agustín en la Florida, son las dos ciudades más antiguas de los Estados Unidos; ambas fundadas por los españoles. Miss Martin y Miss Batione me llevan en automóvil; hay mucha distancia, lo menos 400 Kilómetros, es la capital de Nuevo México; desde allí os pondré aunque sean postales para salvar con la frecuencia la distancia.
¡Dios mío, si estuvierais conmigo cómo gozaría! En fin el tiempo se va y todo se acerca.
El camino ha tenido poca variedad; a veces precioso, por los ríos inmensos y bosques vírgenes que se atraviesan pero con suma frecuencia monótono. Denver está sobre una meseta de ¡1.500 metros de altitud! en la latitud Norte, grado 40, ¡con lo extremado que aquí es el clima!; como que hoy, 10 de junio, es un día de Abril lluvioso ahí.
En Chicago estuve desde las 8 y ½ hasta las 11 de la noche; había telegrafiado a Antonio Cruz y estuvimos juntos y con Vasconcelos el ex-ministro mexicano; pasé unas horas muy agradables, y Antonio estuvo cariñosísimo.
Ojalá hayáis seguido escribiéndome a Nueva York; desde allí me enviarán la correspondencia a Los Ángeles. Después, ya sabéis México, D. F. (no omitir el D. F.), calle de las Artes, 71.
Adiós a mis adoradas mujer e hija; abrazad a madre; dad noticias mías a mi madre y vosotras recibid el corazón de quien sueña en veros vuestro
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 414] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Taos [Don Fernando Hotel, Taos, New Mexico], 15 de junio de 1928
Gloria de mi alma:
Quiero acortar las distancias en la frecuencia en escribirte; además es para mí una necesidad sentimental. La belleza y originalidad de cuanto veo me hace exclamar a cada momento: ¡Si esto lo estuviese viendo con mi Gloria de mi alma y con mi hija! Yo mismo me asombro de estas coyunturas que la vida me ofrece.
Salimos de Colorado donde mis conferencias fueron un éxito. La Señora de la Fundación, cuya historia te he contado, nos invita a dos amigas suyas y al Cónsul italiano, persona extraordinariamente culta, simpática y graciosa en forma tal que yo me pongo malo de reír oyéndole.
Comenzamos a atravesar Colorado, mesetas y montañas de una grandeza enorme; a veces era Castilla pero más jugosa; las montañas cubiertas de nieve. Fuimos a dormir en un Hotel que se considera uno de los más lujosos de Estados Unidos, metido en la montaña y al pie de un lago sobre el que tiene una terraza prodigiosa, jardines, parques. Aquella noche cenamos en el palacio –realmente un palacio– de los Sres. Baldwin cerca de este Hotel. Es una reproducción del “Trianon” en piedra y el interior de un refinamiento como no he visto casa privada alguna en Europa, ni aun en Inglaterra. Las paredes tapizadas de damascos ricos y con cuadros y antigüedades selectas. Las chimeneas ardían, como es natural todos de smoking –no me lo quito; ni un solo día de los que he estado en Denver he dejado de usarlo–. Las Sras. de gran tenue; nunca me he encontrado más en sitio igual, me sentía realmente sobrecogido; ¡qué belleza! El servicio en el comedor, vajilla, cristalería, manteles, precioso. La biblioteca del Señor es de una riqueza fabulosa: primeras ediciones de los mejores libros de las literaturas de todos los pueblos principales: conoce él muy bien el ruso, italiano español, etc.; me rogó que leyera el discurso de Don Quijote a los cabreros; fue muy agradable.
Por la mañana salimos: ¡Qué paisajes! ¡Que feracidad la de estas tierras vírgenes esperando ser pobladas! ¡Qué rebaño de miles de cabezas de ganado con los cowboys o vaqueros, montados a caballo, con sus altas botas y su sombrero peculiar que les da arrogancia! Y al atravesar esas tierras de Colorado, los nombres españoles: Acequia, Sangre de Cristo, el Ratón; ¡qué esfuerzo Gloria mía el de esa tierra nuestra y qué desconocido por nosotros! Aquí en cambio, España y lo español, España como espíritu cada vez sube más y más; ¡si nosotros diésemos un gran impulso a nuestros problemas culturales! Hemos llegado a la divisoria de Colorado y Nuevo México; hemos pasado un pueblecito: ¡Trinidad!. Casas de tipo español con sus balcones empiezan a aparecer; mujeres y chiquillos tienen un sello inconfundible que revela la huella de la raza; hablan español; el paisaje es de una grandiosidad enorme; inmensos pinares y montañas, ríos, despeñaderos y valles prodigiosos; hemos atravesado mesetas de horizontes purísimos e inmensos a 2.200 y 2.300 metros de altura; vamos a Taos, ciudad india de adobe donde me hallo; es entrar en la Vega de Granada; exactamente la misma conformación con las pequeñas colinas o capeletes de Loja al fondo; la puesta del sol ha sido deliciosa con colores que me han recordado los de ahí. La iglesia de las misiones españolas tiene una pequeña espadaña y la campana ha tocado a la oración; ¡cuántas cosas se me revuelven en el alma!
El Hotel “Don Fernando” es lo más original que he visto en mi vida: ha tomado lo español y lo indio y ha conseguido hacer algo lleno de originalidad y arte; he tomado postales y voy a estrenar la maquinita Kodack que he comprado a la niña conforme me encargó; es un Pocked precioso pero muy caro. Se anunciaban como regalos para colegialas y dije pues para mi nena; esto es para siempre.
Ahora vamos a ver un pueblo indio de los que queda aquí, pero me he puesto a escribiros a las 7 de la mañana para estar listo cuando bajan al desayuno: sirven la mesa indias vestidas con sus trajes, cinturones y botas altísimas blancas.
Adiós mi alma.¡Cómo te nombro internamente Gloria mía! Todo me acerca a ti, las alegrías como las preocupaciones. A mi hija de mi vida mil besos; a mi madre, hermana y niños; a tu madre, Bernardo, Elisa y los chicos; para el Sr. Cossío, para todos mis abrazos sin olvidar a los tíos, y para ti, amor de mi vida, la ternura infinita llena de amor de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 415] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
México, 29 de julio de 1928
Gloria de mi alma:
¡La última carta aun cuando es 29 de julio! Es domingo y voy a Morelia donde llegaré mañana para hablar mañana y pasado; retorno el miércoles llegando aquí el jueves para salir el viernes ¡a tomar el vapor! ¡Qué impaciencia siento! ¡Cómo tengo lleno de amor mi corazón Gloria mía!
Escribo a los tíos; a mi hija de mi alma millones de besos y para ti el constante recuerdo de ternura y pasión de quien ha vivido y vive pensando en ti, tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
P. S. He dado esta semana tres conferencias, un seminario de dos horas y he ido con el Subsecretario por las Escuelas rurales.
Ayer me dio la Universidad una comida y firmaron esa tarjeta desde el Ministro hasta el Embajador de España. Te la incluyo.
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 416] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Sevilla [Pasaje de Oriente. Restaurant – Café – Pastelería – Revería –Charcutería. Paul Bousquet. Suc. José Vilaseca], 17 de diciembre de 1928
Gloria mía e hija mía de mi vida:
No he podido materialmente hasta este momento disponer de tiempo para escribiros y aún así estoy aguardando que vengan a buscarme por lo cual debo deciros, primero, que me da muchísima alegría el descenso de temperatura de la niña aun cuando ya hoy no me hablas de ello; que creo realmente conveniente no darle por ahora más que una cucharada del reconstituyente a la nena; y segundo, que no ceso de acordarme de vosotras y madre porque está Sevilla que es una delicia y la exposición donde hoy he estado de 1 a 4 viendo las partes reservadas, llevado por el Comisario del turismo es formidable y creo será un enorme éxito. Admirable, sencillamente delicioso es todo aquello. A las 8 de la mañana se abre el Archivo de Indias y está abierto hasta las 2; a mí me dejan trabajar por la tarde mientras hay luz, como favor especial; estoy hasta las 5 y ½. Ayer domingo, por la mañana ver Sevilla, después invitado a almorzar por el dueño del Hotel Madrid en este; de allí al Instituto Hispano-Cubano fundado por el Sr. G. Abreu propietario del Hotel Madrid; de allí a Araal y Marchena, pueblos admirables. En este último cené con varios –volví a las 12 de la noche–.
Ahora te suplico que con esta carta en la mano subas a mi despacho y recojas:
1) En el tercero o cuarto cajón de la izquierda del Bureau un sobre grande con papeles de la Sra. de Málaga que con Besteiro y yo fue nombrada heredera. Debo darlo en Madrid.
2) De entre las carpetas de notas que hay sobre el Bureau dos: una sobre cuestiones de Derecho internacional, y otra sobre mis cursos en México.
3) De entre los libros del estantito de separación, el nuevo, en la cara que mira al brasero, en la parte central aproximadamente debe haber uno, autor E. Kaufmann y título Das Wessen des Volkesrecht und das Clausula Rebus sic stantibus; recógelo y llevadlo a Madrid.
4) No dejad de comprar cuatro o seis colecciones de postales de Granada para enviarlas a América como comienzos de año.
Ayer sugerí una idea para la exposición que ha causado mucha impresión; ya os contare; hoy la he explicado a otros a requerimiento de ellos.
Adiós hasta el sábado; cómo os recuerdo a madre y tantas cosas. Con todo su corazón os estrecha aquel para quien lo sois todo vuestro
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 417] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Granada, 29 de enero de 1929
Gloria mía de mi alma:
No me dejan en paz con tanta gente como viene a pedir su cosa; apenas si he podido trabajar; ¡cuánta miseria en esta pobre Granada! Cartas pidiendo trabajo, socorros a parados, quince duros al padre de Teresa que me ha rogado por conducto de ésta que si podía prestárselos para salir del atolladero, etc.; los recibos de luz, Ateneo, hombres con leña; un río de dinero que he podido darlo gracias a que en la estación me adelantó Bernardo 100 pesetas. Teresa vendrá el jueves; le ha acompañado su hermana y daba compasión verlas.
Estuve a visitar a Mrs Temple: contenida y temblándole la mandíbula sin poder hablar de emoción. Me ofrecí para todo y lo agradeció muchísimo.
Cené anoche con Doña Berta y he almorzado con A[ntonio] Mesa; ese será el plan todos los días por expreso deseo de ellos.
Estoy en el despacho y no he encendido la chimenea; tal es la temperatura y el sol.
La casa está muerta sin vosotras..., pero ya venís y felizmente todo ha pasado con rapidez; ¡no ha sido escasa suerte lo de madre!
¡Cómo me alegra que mi hija de mi vida fuese a El Escorial! Esta temporada ha sido muy fecunda para su formación, ¿verdad? Adiós; a mi madre, a mi nena adorada y a todos mis cariños y abrazos; para ti Gloria mía la ternura y amor de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
P. S. A madre, Bernardo, Elisa y los niños muchas, muchas cosas.
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 418] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Bilbao, 9 de febrero de 1929
Gloria mía de mi vida:
¡Si vieras con qué pocas ganas vine a esta excursión! Pero a medida que lo pensaba más, me parecía ver más claro que mi deber consistía en no dejar pendientes de cumplir con la opinión, a quienes en momentos de cierta penuria y dificultad social, habían tenido la delicadeza de llamarme. Comprendo que a más de mi impaciencia morbosa por llegar a Granada, estar con vosotras que sois para mí el más hondo atractivo y acicate de la vida, y reintegrarme a la cátedra que constituye una ilusión, existe una razón social y es la de que se enfríe ahí la gente o se sienta un poco molesta por mis premiosidades; pero esto no me importa nada, pues es poco alentador aunque sea muy humano el ver la débil basamenta de los entusiasmos.
Anoche di la conferencia y creo haberla hecho insinuante y sugestiva; el público que no cabía en el local aplaudió muchísimo.
Después hubo una cena íntima muy exquisita. Ahora voy a visitar el “Instituto” y por la tarde marcho a Santander y Oviedo.
Adiós Gloria mía; muchos abrazos a madre; mil besos a nuestra hija y para ti la más viva adoración de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 419] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid, 26 de marzo de 1929
Gloria de mi vida:
Ya ha llegado tu carta llena de espíritu y en el tono que yo necesitaba para a mi vez quedarme contento. Lo estoy mucho; pensé tanto durante el viaje, que no me he dado cuenta del tiempo transcurrido. Vi con tal claridad la línea de nuestro destino, sorprendí tan transparentemente la trascendencia de este momento para la afirmación de nuestro sentido, que me quedé muy tranquilo y dormí. Aquí desde mi madre hasta Rafael, pasando por Concha, comprendiendo que he cumplido con mi deber y alegrándose de ello. ¡Qué caso más interesante el de mamá! Antes de irse dijo a Concha: estoy segura de que tu hermano es el primero que renuncia a su cátedra y es natural. Rafael muy en ello; con lo de los estudiantes tenía que contenerse me dice para no animar a Salito. Un día le dijeron: le felicitamos porque su chico lo hemos visto luchar como un león; le dieron a S[alito] varios sablazos y se defendió tirando adoquines a los guardias; lo detuvieron y cuando le llevaban conducido lo libertó un grupo así como a otros.
Efectivamente hay ambiente de cobardía en el profesorado y de indignación en los alumnos contra ellos; principian a recibir anónimos.
Lo de Best[eiro] un dolor; ha caído por completo así me lo ha confirmado el Sr. Cossío con quien he hablado largamente. Ha comprendido muy bien mi situación y resolución; todos me felicitan y ahora mismo se ha ido Landa (44) que ha venido a pedirme consejo y que él como muchos liberales con quien están identificados es conmigo.
El aspecto de mi situación en el partido lo he consultado también con el Sr. C[ossío]; ¡dice que lo había pensado y comprendía la imposibilidad de rehuirlo!; le ha parecido muy bien lo que pienso comprendiendo la trascendencia para el Partido.
Todos creen que en la semana próxima se abrirá la Universidad Central, pero los estudiantes están decididos a no entrar ni permitir que se entre a menos que se derogue lo que motivó el alzamiento: la permisión a Deusto, Escorial y Escuela de Areneros para dar títulos. ¿Se darán por enterados de mi renuncia y la aceptarán? Para mí es un enigma pero los más creen que no; pronto lo hemos de ver.
Hace pocos días el Ministro Sr. Callejo (45) habló al Dr. Perrin –el de México– con grandes elogios de mí; ¿Qué significación tendrá eso? Ya veremos.
He hablado con B[ernardo] y E[lisa] por teléfono y cenaré allí.
Que estéis contentas; yo lo estoy mucho; nos deprimimos sentimentalmente los dos por lo que nos dijo F[ernando], pero eso es un episodio.
¿Y mi hija de mi alma? ¡Qué alegría el ver lo levantado de su espíritu! Dignidad y Justicia han de ser las normas de nuestra vida. A madre mi enorme gratitud y cariño por su gran aliento en estos días inolvidables, y a ti mi Gloria que eres mi espíritu, mi amor profundo y mi veneración, te adora tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
P. S. A Doña Berta mis recuerdos de cariño y que disculpe use de su autorización.
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 420] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid, 29 de marzo de 1929
Gloria mía de mi vida:
Ayer estuvimos Alberto (46), Natalia y yo en la dehesa de la villa almorzando, paseando y pasando el día al Sol. ¡Cómo me acordé de vosotras! Después fuimos a casa del Sr. Posada (47)–no estaba él– donde con mucho cariño me invitaron para mañana. Anoche, cena en casa de Justino (48) y estuvieron Manolo Varela (49) y su mujer.
Ahí van esos documentos seleccionados, dos de ellos, el dirigido al Rey y la carta de Pidal (50)–que Fernandita la ha copiado para vosotras– desconocidos aún. Como veis esto se hunde definitivamente; ¿cuánto tardará? Imposible preverlo; ¡Cómo me alegro de haber venido!
¿Leísteis ayer las declaraciones de Saborit (51)? ¡Increíbles! Hoy tenemos la Junta; ¡veremos!
Efectivamente no han llegado ninguna de las tres cartas reexpedidas; no vuelvas a hacerlo; mételas en un sobre a nombre de Sra. de Troyano y envía asimismo las tuyas para evitar retrasos.
Mándame con F[ernando] Sainz el libro de Duguit et Monnier, Constitutions de France, y una carta en inglés a la que acompaña unas hojas en las que se dicen las palabras que he de dedicar a Azcárate, Campillo, Campomanes, etc. Lleva la carta el membrete “Enciclopedia of Social Science” y estará en una caja del primer cajón de la derecha del Bureau que con lápiz rojo dice “Cartas extranjeras”.
La señorita me dijo Natalia que se ha quedado muy apagada y sin acción después de la gripe; discúlpala y distraeros; habla y lee en inglés con ella durante unas horas.
Las cosas se ponen de modo que no me parece posible ir a América; buscaríamos un refugio en Francia o en Inglaterra, ¿no te parece?
Adiós; a madre y a mi hija de mi alma en la que tanto pienso mi inmenso cariño; dale a esta criatura mil besos de su padre y para ti, cielo mío, la ternura y amor de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
P. S. Ésta llega en Sábado de Gloria; ¿qué decirte vida mía? Para nosotros siempre han sido de Gloria todos los días y habrán de seguirlo siendo. ¿Verdad?
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 421] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid, 30 de marzo de 1929
Gloria mía de mi alma:
Ayer fue la primera reunión del Comité y estuvimos reunidos desde las 6 a las 9 y 20. Como no es posible conseguirlo todo, me contento con haber logrado algo y obtener la confianza del Comité para ser el lazo de unión entre ellos y los elementos que representa mi amigo el Dr. M (52).
Como tantas veces hemos hablado el punto de vista de ellos es muy fuerte y muy biológico; he comprendido que debemos ceder ambos y el Sr. C[ossío] con quien he hablado esta mañana también lo piensa así.
Ahí te envío esa nueva hoja revolucionaria de los estudiantes que como veréis está muy bien pero que contiene el riesgo de que los divida a causa del párrafo 6 que plantea ya en términos netamente políticos la cuestión estudiantil. Los primeros son incuestionables pero tal vez el 6 dé ocasión a que el Gobierno logre lo que de otro modo no habría conseguido; de todas suertes el problema se complica enormemente, y como signo de la situación te diré que hoy ha estado Margarita con el primo Manolo y ha dicho aquella: «que ahora todas las personas decentes no tienen más remedio que ser republicanas y que sus primos Gabriel (53) y Miguel (54) estuvieron ayer en su casa y le dijeron que ellos eran ya completamente republicanos». ¡Es tan curioso y profundo lo que está ocurriendo!
Hoy he almorzado en casa del Sr. Posada y ha estado sumamente cariñoso; me dijo que estuvo a punto de presentar su escrito solicitando la jubilación, pero que se abstuvo por las reflexiones que le hicieron sobre lo que podían hacer con la cátedra; me habló de que el esfuerzo ha de ser que le suceda yo.
Los muchachos y directores del “Seminario de estudios internacionales” han acordado nombrarme Director de estudios; es una cosa que me satisface porque aun cuando no sea remunerado me permitirá ejercer mi función profesoral, que es el amor vocacional de mi vida.
Mañana voy con el Sr. Cossío a pasar el día con Marañón en su cigarral de Toledo; nos envía su auto a las 10 y ½.
¡Cómo me acuerdo, vida mía, de ti todo el día de hoy! No sé cuando iré pero no debo ir en tanto estén las cosas revueltas. Estad contentas como lo estoy yo. ¡Cómo me alegra que os haya gustado la Señorita! Preguntadle por sitios económicos y sanos en los alrededores de Londres.
Os abraza a todos y a ti vida mía con toda su alma tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 422] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid, 2 de abril de 1929
Inolvidable Gloria mía:
Dos días sin escribirte en la actual situación se me antoja mucho aún a mí que tanto me cuesta hacerlo. El día de anteayer fue espléndido de campo y sol en el maravilloso cigarral de M[arañón] en Toledo.¡Qué casa de más gusto y al propio tiempo de más sencillez! No recuerdo una casa de campo más española y exquisita. El Señor Cossío llevó dos cartas de Amiel (55)–el célebre filósofo ginebrino– a Don Julián Sanz del Río, y una de ellas, escrita en 1868 con motivo de la Revolución recién estallada es espléndida y de gran patetismo al ver cómo los problemas que se planteaban son los mismos de hoy.
Fuimos de excursión y vimos un maravilloso castillo del siglo XV perfectamente tenido y de gran valor evocador. Esa provincia de Toledo es de belleza muy superior a lo que yo imaginaba.
Al pasar por Illescas vi a Ossorio (56); nos paramos, hablé con él. El documento de las 315 firmas es apócrifo, pero no lo es el estado de conciencia que indica, pues incluso Gabriel Maura habla en completo republicano.
Ayer fue muy interesante una larga conversación con Don Ramón M[enéndez] P[idal], muy cariñoso y preguntándome que creía necesario hicieran después de esto; nos leyó la carta de P[rimo] de R[ivera]; nos dio muy mala espina, el tono seco y autoritario en que está hecha; todo indica que no va a resolverse la cuestión universitaria tan pronto como se creía y esto complicará mucho las cuestiones, máxime si los muchachos suscitan en otras Universidades cuestiones análogas como sería de desear y es de esperar. Don R[amón] M[enéndez] P[idal] me decía que estaba asombrado de la manera como se difunde el sentido republicano aún en los círculos más conservadores; esto me dijo Don Nicolás Urgoiti; venía de Bilbao y me contó que hasta antiguos tradicionalistas hablan en republicano.
Me preguntas Gloria mía qué razones hay para que piense en no ir a América y yo creí que eran harto claras; la situación de España y mi especial posición podrían dar lugar a que si me ausentase por tres meses sin posibilidad de venir, pues una vez empezado el curso hay que terminarlo, podría creerse que era una deserción el irme; estar en Inglaterra es estar aquí a las 48 horas; la cuestión es demasiado delicada para explicarla ahora y es mejor hablarla; antes de cablegrafiarlo y proponer substituto –probablemente Zulueta– aguardaré una semana.
Te incluyo Gloria mía la autorización para cobrar.
Ya veo que salís mucho.
¿Cómo arreglas ahora las cosas una vez comenzadas las clases? Me alegro que te sea agradable la señorita pues es una compensación.
¡Cómo me acuerdo de vosotras! Estoy sin sombra, amor de mi vida, y sueño mucho planeando otra vida el año próximo, aquí en Madrid, si esto continua; ya veremos cómo se arregla.
A madre muchos abrazos, a mi hija adorada en la que pienso tanto mil besos de ternura y para ti que eres mi paz y mi amor todo el alma de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 423] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid, 9 de abril de 1929
Gloria mía de mi alma:
Ayer no tuve carta, hoy no ha llegado aún, y anteayer fue tan breve que me dejó a media miel; veo además que estás triste, vida mía, y eso me apena hondamente; no te preocupes; cada 24 horas que pasan son más favorables a nuestra actitud pues como el Gobierno no reacciona, va creciendo la protesta profesoral y ya, Alfonso García Valdecasas (57) y varios otros van diciendo en escritos oficiales lo que yo: que no se incorporan a sus cátedras, ni se presentan a sus alumnos en las actuales circunstancias. Hay escrito como uno de Asúa (58) realmente insultante para el Ministro; no obstante nada hacen; hoy por hoy, la resolución adoptada es la de dar por no recibidos los documentos del profesorado y hacer caso omiso de ellos. Sé que en el último Consejo de Ministros el Presidente dijo que había necesidad de preparar la marcha, que era preciso dejar el Gobierno; los más enterados creen que para fines de verano se termina esto.
Nada me dices respecto a los estudiantes de Granada; si han entrado o no con todos los profesores, etc.; es curioso, cómo la intimidación logra su objeto de procurar el silencio. De Barcelona hay noticias de que la situación es grave y la Guardia Civil está en la calle.
Anoche tuvimos nueva reunión y cena los profesores que deseamos formar la Agrupación de Artes y Ciencias; fue cordialísima y entusiasta y abrigamos la firme esperanza de ver nacer con fruto de ello una “Universidad libre”.
Cobré lo de Cuba y pagué en “La Lectura” una cuentecita ya antigua y los libros de tío Paco que adelantábamos; hoy me inscribiré en el curso de Ortega; me sobra mucho dinero, no te preocupes, aun cuando gasto más de lo que deseo.
Ayer comí en casa de Américo, y días pasados, olvidé decírtelo, con los tíos; hoy voy a hacerlo con Castillejo (59).
Ahora, a las 12 y ½, vamos a ver un local para nuestra Agrupación naciente.
¿Cómo pasasteis ayer Domingo el día? ¡Cómo me acuerdo de vosotras! Yo lo pasé, por la mañana escribiendo unas bases; por la tarde, con Américo y Morente (60) charlando y discutiendo, después con María de Maeztu (61) a la que fuimos a preguntarle sobre la situación del Instituto Internacional –alquilado a la Junta– y después en la cena de qué habló.
Escribidme más ampliamente; dedicadme algún tiempo; ¡os echo tanto de menos!
Adiós mi Gloria de mi alma. Abraza a madre, besa a nuestra hija y a ti lo hace con inmenso amor tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 424] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid, 10 de abril de 1929
Gloria de mi alma:
Llega tu carta diciéndome que vaya pronto; ¡si vieras Gloria de mi corazón lo que apetezco yo estar ahí con vosotras y trabajando en mi despacho! Pero fíjate en la situación: si ahora me voy y encierro ahí, ¿cómo cooperar en esta idea que hemos iniciado de Universidad libre? ¿Cómo hacerme un lugar en lo que con Américo hemos ideado antes que nadie? ¿Cómo ser de los que inicien ahora los cursos, etc.? Mi plan es: una vez que esté en marcha la idea y arreglemos las cosas, ir a esa, estar los días que pueda, y volver para hacer mi cursillo, pues queremos empezar dentro de una semana; yo lo dilataría hasta comienzos de mayo. Piensa en la trascendencia de todo lo que ahora se está haciendo y en que participo, para nuestro mañana; es indispensable estar presente aun cuando esto nos tenga sumidos en tristeza. Soy optimista para este próximo mañana Gloria mía.
Lo de venirnos en octubre hay tiempo sobrado de pensarlo; cuanto dices está muy en razón y por ahora no hemos de resolver nada. Las noticias mías, totalmente fidedignas, son de que en el último Consejo de Ministros el Presidente dijo que era necesario irse, y nadie cree que pase de Septiembre; tampoco lo piensan ellos. Creo pues que podemos mirar con tranquilidad el horizonte. La situación universitaria cada vez más enconada: anoche por Conferencia telefónica a “El Sol” supimos que los estudiantes han dado un plazo de 24 horas a el Rector para dimitir; ha habido petardos, etc.; siguen recibiendo escritos agrios.
Ayer quedó ahí la carta, hoy la sigo; he estado almorzando en casa de V. Silió (62) con E[lisa] y B[ernardo]; muy cariñoso y un rato muy agradable; esta noche ceno con los tíos; anoche fui con B[ernado] y E[lisa] al teatro a ver “Vidas cruzadas” de Benavente; desigual y a veces interesante y nuevo; pasamos muy agradablemente la noche.
Los estudiantes siguen animosos, de Santiago de C[ompostela] noticias fuertes: cortaron los cables de la luz y ha estado la ciudad a obscuras 48 horas.
Hoy día negro, pues no he tenido carta vuestra; no olvidadme; que mi hija de mi alma me escriba.
Os adora y te besa con amor tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 425] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid, 12 de abril de 1929
Gloria mía de mi alma:
Innecesario decirte la impresión que me causa la carta que me traen; ¡qué extraña cosa lo de esa señorita norteamericana! No tengas la menor intranquilidad por las sospechas que pueda suscitar el hecho de que hablase contigo antes de ir a la Universidad; de nosotros pueden decir lo que quieran por razón de ideas pero no puede nadie atreverse a pensar que intentamos servirnos de instrumentos para fines de alboroto; seguimos nuestro camino impávidos pero no asociamos a nadie a las responsabilidades de nuestros actos. Pero es tan extraño lo que esa madre e hija han hecho que o son echadizas o son semi-locas. Tenme al corriente puntualmente de cuanto ocurra.
Aquí lo de Joselín va mejor: hoy pasa a la cárcel; lo hemos visto en el juzgado todos, está muy sereno y ha dicho el jefe de la policía al Secretario del Director General Madariaga –jefe de Rafael– que les impresionó su valentía y nobleza; no es verdad que golpeara al policía; lo que hizo fue desarmarle en vista de que le apuntaba al pecho con la pistola; Ossorio (63) cariñosísimo se ha ofrecido a la defensa. Yo creo que le tendrán algún tiempo en la cárcel pero que no pasará a mayores porque coinciden las declaraciones de todos ellos, felizmente; Concha y Rafael están ya más tranquilos; se ha arreglado lo del cuartel.
Estaba lleno de ilusiones porque pensaba irme mañana y tu carta me retiene; ¿me iré el martes? Yo creo que eso se resolverá enseguida en un sentido u otro.
Aquí el hervor sigue en aumento.
¡Increíble la actuación del Sr. que ejerce la autoridad “in the University there”!
Por Dios que te vea yo a través de las cartas tranquila; no estés disgustada porque todo indica que España se orienta hacia lo que nosotros representamos; veremos un mañana mejor.
Adiós, mi Gloria, mi amor; a nuestra hija mil besos; a madre muchos abrazos y para ti, mi vida, la ternura y el amor de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 426] Carta de Gloria Giner a Fernando de los Ríos Urruti
Granada, 18 de abril de 1929
Fernando mío de mi alma:
Venimos de ponerte un telefonema para que no vengas. Se pone el espíritu a prueba teniendo que vencerse de este modo. Ayer y hoy han entrado en clase pero hoy con la nota (¡!) están los ánimos muy soliviantados y dicen que mañana no entran. Hay parejas de la Guardia Civil patrullando y venimos de casa de Mesa (64), donde estaba el de Santiago (65) y nos han aconsejado que no sería discreto en modo alguno que te presentases ahora, pues lo primero que harían sería una manifestación aquí delante con sus naturales consecuencias. Siguen los vivas a ti y a Ortega. Ya esta situación no puede prolongarse mucho. ¡Esperemos aún! Además me dicen que acaso en cuanto llegases te enviasen a otra parte o a la sombra; ante esta perspectiva cómo no detenerte aunque el alma se me va contigo. Pero lo primero es lo primero.
Venimos de despedir a la señorita; hemos sentido mucho esta despedida pues era muy cariñosa y afectiva y ella se ha ido muy emocionada y triste. Me ha regalado un bolso muy bonito, a Laurita dulces y a madre flores y a las muchachas 15 ptas. a cada una.
También nos dio pena la marcha de Bernardo. Ya estamos solitas de nuevo. Pero pronto toda la nube habrá pasado y estaremos contentos y reunidos de nuevo.
A Concha que tenga ésta por suya. No la olvido ni un solo instante. A todos mil cosas y para ti el alma entera con el amor más grande de tu
Gloria Giner de los Ríos García (firmado, no rubricado)
P. S. Papaico de mi corazón:
Esto se retrasa y no acaba de soltar nunca. ¿Cuándo nos miraremos?
Llevamos dos días sin carta tuya. ¿Pasa algo? A nosotras sin tus cartas parece que nos falta la vida. Te adora con toda el alma y sueña con abrazarte tu
Hija (firmado y rubricado)
Mil cosas a todos de mi parte
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 427] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid, 23 de abril de 1929
Gloria mía de mi alma:
Nunca he recibido menos cartas tuyas que en esta temporada en que tanto las ansío; rara vez las recibo dos días seguidos y a menudo me quedo sin ellas, como ahora, tres fechas. Tú que tienes tanto método no me dejes sin noticias, siquiera sea con dos letras.
Anoche te puse un telegrama porque estaba muy intranquilo con una carta recibida de ahí por un conocido, en la que hablaban de las deportaciones, encarcelamientos, etc. Puse otro telegrama a A[ntonio] Mesa por que me dijeron que Nono (66) era de los encarcelados; ahora veo por tu carta, que me entrega E[lisita], que sólo fue multado. Me da una enorme pena ver a algunos de mis mejores alumnos llevados a la cárcel y comparar su conducta con la falta de reacción del profesorado. Los que se detienen ante la renuncia, en razón de las amenazas más o menos ilusorias de que se creen víctimas, revelan con ello que puede más en su ánimo la amenaza, que los apremios de la dignidad; ¡qué bochorno!
Se cree aún en los medios mejor informados, que está preparado el Decreto disolviendo el Cuerpo de Catedráticos de Universidad y que se publicará enseguida; a esto parece que aludía días pasados, cuando decía en las terribles notas oficiales llenas de afrentas, que era preciso pensar en que se definieran los profesores. ¡Cuántos ahora preferirían haber salido ellos! Ayer me lo decían varios felicitándome por mi visión; ¡hoy hace un mes! Ni que decir tiene que cuando me lleven la nómina la devolveré sin cobrar y poniendo una nota si me hallo ahí –¡qué Dios lo quiera!– en que diga «Rechazo la paga por haber renunciado la cátedra y no haber desempeñado el servicio».
Mi vida: por las mañanas estudio y escribo, me lavo un día sí y otro no en que voy a la cárcel, a eso de las 10, para pedir turno y ver a Joselín a las 11 y ¼; si se va después de las 11 ya no dan permiso y si se va poco antes de las 11 se expone uno a que ya está cubierto el cupo de cinco que permiten entrar –salvo excepciones como la hecha algún día a mi favor por el Director pero de las que, incluso por él, no conviene abusar–.
Joselín está muy bien, muy sereno y es objeto de manifestaciones de simpatía por chicos y chicas como ningún otro. Todos le quieren y estiman. Es muy delicado, agradece las atenciones y la mayor distracción con que cuentan es la fantasmagoría de Don Ramón Valle Inclán.
Después de estar con él cuando voy, vuelvo a casa y o me quedo allí a almorzar o bien estoy invitado. Por la tarde siempre tengo algunas reuniones de amigos con quienes tratar y resolver algo relacionado con lo actual –así toda la tarde de ayer y mañana de hoy– o en relación con nuestra hipotética Universidad que camina demasiado deprisa. A esto último dedicaremos esta noche la velada.
Hay una angustiosa sensación de inquietud aquí, pero antes de salir a una vía luminosa vamos a presenciar nuevos golpes militares. Todo lo hace pensar.
¡Hasta cuándo Gloria mía vamos a seguir separados! Que me escribáis; que mi hija de mi alma no me olvide y ponga sus renglones. A madre mil abrazos, y a ti, mi Gloria, mil besos llenos de ternura y amor de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
P. S. Lo de D. F. con el bedel y el revólver increíble; pero más increíble que se le tolere.
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 428] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid, 25 de abril de 1929
Gloria mía de mi vida:
Acaba de irse Basols que me ha contado todo lo ocurrido en la Universidad y el triste espectáculo del profesorado. Me ha referido como A[ntonio] M[esa] (67) y su cuñado (68) reprendieron y se mofaron de los estudiantes que entraban en clase, y del modo como han reaccionado los estudiantes contra ellos, abucheándolos y escarneciéndoles cuando entraban en clase, con los denuestos más justificados en vista de que soportaban las injurias de la nota del día 17. Basols me ha enseñado la renuncia pero me ha dicho que no la tramita el Decano de ahí; en vista de ello firmará el documento de que te hablé anteayer y del que estuvimos ocupándonos todo el día de ayer Américo, D. Ramón (69) y yo. Es de suma importancia y en el párrafo final se contrae el compromiso mutuo de no abandonar a ningún profesor o estudiante que abandone, se le quite o sufra sanción en lo que afecta a la vida universitaria; ayer iban 18 firmas, todas importantes, de derechas e izquierdas. ¡Castillejo no firma! ¡Cuánto van a lamentar en su porvenir próximo los profesores que hoy desertan no haber tenido energía para cumplir con su deber! ¡Cómo siento lo de Antonio y su cuñado! Es un error que nunca me he explicado el que cometen estas criaturas hablando en las clases a los estudiantes de cuestiones extrauniversitarias.
Siento más bien muy vivamente el silencio del amigo campesino, ¡qué falta de horizonte y sensibilidad! Se ve que ha quedado eso convertido en un cementerio. Me dice Basols que había un enorme ambiente en la ciudad contra los profesores y que los chicos han sido totalmente abandonados.
Si eso se normaliza aun cuando sea muy en anormal iría a esa dentro de una semana p. ej.; claro es, que contando con que te parezca bien y no sea motivo de intranquilidad lo que debe ser razón de alegría.
Aquí hay ahora honda inquietud; se reciben noticias fortísimas de Valladolid, Zaragoza y Valencia y unos días se espera la disolución del Cuerpo de Catedráticos y otros, como ayer, se dice que ha retrocedido, y ante el requerimiento de personas muy señaladas, entre ellas el Ministro de Uruguay, que les han mostrado la trascendencia de lo hecho con exhibición del número de alumnos de Hispano-América que se hallan aquí formándose, etc., se piensa si empezarán a deshacer los desentuertos; no es probable que puedan desenredar la madeja.
Ayer almorcé en casa de B. Márquez con un señor mexicano; me preguntaron mucho por ti; estuve por la mañana en la cárcel; Joselín muy bien, pero, como es natural, se aburren: echan de menos la libertad; me preguntó por vosotras mucho. Es bonito ver el cariño con que los hermanos van a verle y se preocupan por él; Concha va todas las tardes; cuando podáis no dejad de escribir así a Joselín como a Concha y Rafael que están muy cogidos.
Vuelve a moverse lo de la Universidad libre, que había quedado por ciertas razones un poco callado; ¡veremos!
Pregunto a las personas más íntimas y de mayor responsabilidad sobre mi recurso a A. ¡Todas me aconsejan no dejar de hacerlo.
¡Adiós Gloria mía de mi alma! ¡qué largo se me ha hecho el mes que hace que nos separamos! Hija mía, estudia pero no con exceso; no dejes e pasear, dedica siempre algún recuerdo porque yo, hija de mi vida, sueño contigo.
Abrazo a madre; a mi hija toda mi pasión de padre y para ti mi Gloria amada toda la ternura llena de amor de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
P. S. Todos me encargan muchas cosas para vosotras.
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 429] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid, 1 de mayo de 1929
Gloria de mi vida:
Llegaré el sábado por la noche, no el jueves como te dije, pues aguardo la salida de Joselín; me parece natural y sólo en el caso de que no lo excarcelen durante el viernes me iría el sábado por la mañana. ¿Puedes dudar cielo mío de que sueñe con estar ahí? ¡Si me parece una ilusión y constituye para mí una pesadilla esta separación! Pero entre las muchas razones a más que antes te doy –y es fundamental– hay otra y es la conferencia de Ortega el viernes; tiene él interés en que la oiga porque dirá cosas susceptibles de ser desarrolladas en Filosofía del Derecho y de la Política y las dice para que yo las recoja. Ahí se está en un equipo; todos me dicen –así él, como Ossorio, Alberto, etc.– que no debo estar ahí; el momento es francamente inoportuno para ausentarse pero yo me como de impaciencia por abrazar a ese pedazo de nuestra alma y besar mil veces a mi Gloria, que es la lámpara que alimenta mis ilusiones; ¿lo oyes? No seas repespunteada y trates de comprometerme para que no vuelva; ya sabes que del 20 al 30 de mayo he de dar dos conferencias aquí; una en la Academia de Jurisprudencia y otra en el Liceo femenino; ambas tienen suma importancia para mí por lo mismo que hace dos años no hablo en Madrid más que en la Casa del Pueblo y además porque en estos instantes la gente se fija benévolamente en mi persona y quiero prepararlas mucho; eso lo haré ahí, a vuestro lado y sobre todo a tu lado Gloria mía, que eres siempre mi ángel de la guarda.
Os incluyo estos documentos interesantes; alguno como esa hoja que circula con nombres pro y contra la dictadura es tendencioso y me causa penosa impresión; son consecuencias inevitables de una acción poco acertada.
Voy en estos momentos a casa de los Zubiaurre, que me han invitado a tomar con ellos el té.
Como pasado mañana es viernes y la carta habría de llegar el sábado al mediodía y yo por la noche, ésta será la última carta de esta temporada.
Adiós; a madre tantas cosas; a nuestra hija mil besos y que me alegro que fuera a M. Pineda y para ti el inmenso, así, inmenso amor de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 430] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid, 26 de mayo de 1929
Gloria mía de mi alma:
¡Aquí otra vez! A todos los hallé bien, pero Concha está en la cama con una gran depresión. Imagínate que días pasados reclamaron a Joselín de Capitanía General y lo metieron en un calabozo de prisiones militares. Rafael se echó a la calle, revolvió Cielo y tierra y al fin a las 24 horas lo pusieron en la calle reconociendo que había sido culpa del Juez que no había comunicado a oficinas militares la libertad; ¡pero imaginaos la impresión de Concha al verlo por segunda vez encerrado y en sitios tales que me decía Joselín que él creía que no existían!
Son prisiones del siglo XVIII, con calabozos sin luz, revuelto con otros tres de la peor calidad, y circulando ratas y bichejos por el suelo.
¡Qué alegría me dio encontrar el telefonema con la noticia de la calificación espléndida de la bachillera de mi alma! ¿Ves? ¡Me equivoqué en 4 décimas nena! ¡Qué todos los días pasee y tome el aire! ¡Que no se zambulla en el zaquizamí de madre, donde las tres recocidas y con todo cerrado os pasáis la tarde! ¡¡Aire y Sol!!
¡Cuánta importancia es que la entrada en la Universidad, hija mía, la hayas hecho con tan buenos auspicios; ¡qué alegría más honda me ha causado esto! Hija de mi vida, que así sigas siempre, siendo para nosotros un motivo de satisfacciones constantes.
De la estación vine a la casa, me mudé, y fui a la Casa del Pueblo; me hicieron hablar y estuve feliz; saludé en alemán al representante de Alemania y en inglés al de Escocia; me salió bien el alemán y el inglés, sucio, estropajoso por hacerlo después del alemán y necesitar cambiar súbitamente los representantes, cosa muy difícil; en conjunto resultó bien y el público estuvo muy expresivo; me alegré haber ido.
De la cuestión universitaria hay buenas impresiones; mañana te contaré.
He hablado por teléfono con Bernardo y después iré a verle.
Adiós mi Gloria y mi nena de mi alma; abrazos a madre y para vosotras el apasionado de padre y para la Sra. mayor, de su apasionado esposo
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 431] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid, 29 de mayo de 1929
Gloria mía de mi vida:
Aún cuando te escribí ayer no quiero dejar de hacerlo hoy para que en mi santo no os falten noticias mías y palabras de recuerdo y cariño. No me hace gracia ninguna pasar aquí el día salvo por estar al lado de mi madre con quien hace muchos que no estoy y desgraciadamente no pueden ser numerosos los que pase. ¡Está muy bien y es tan bondadosa y bendita esta criatura!
Veo que no te di la impresión exacta de la situación universitaria: a) Todos, incluso el Sr. Cossío, juzgan que el triunfo ha sido muy grande, ya que, el artículo 53 ha sido virtualmente derogado. Efectivamente la fecha que dudaba yo estaba bien o mal en “El defensor”, era exacta: 19 mayo 1928; b) Se ha reintegrado la Universidad a sus autoridades académicas quitando las Comisarías. Pero queda por aclarar y desvanecer: 1) la amenaza de sanciones al terminar el expediente y 2) la libertad y rehabilitación de Sbert (70). Cuando estas dos cosas se consigan nosotros podremos volver a nuestras cátedras; pero no antes. Consultado el caso con el Sr. Cossío está absolutamente de acuerdo. Sánchez Román (71) y Jiménez Asúa presentaron también días pasados –al reanudarse las clases– sus renuncias. He hablado por teléfono con el primero.
En la Universidad sigue habiendo bofetadas y golpes a diario.
No creo que antes de octubre pueda yo incorporarme y como es natural, habiendo hecho un sacrificio sentimental tan grande hay que llevar las cosas hasta su justo punto; ¿verdad?
¡De modo que mi hija de mi alma va a ponerse mantilla mañana! ¡Y va a ir a los toros! Realmente hago un sacrificio con esto, pero la amistad ¡tiene a veces más exigencias! Cuando ya esté vestida dale un rosario de besos en nombre de su padre. Para madre mil cosas y para ti mi Gloria el amor profundo y lleno de ternura de tu
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 432] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
Madrid, 11 de junio de 1929
Gloria mía de mi alma:
Pasé ayer el día de cabeza y hoy lo mismo; son tantas las cosas que necesito hacer.
Te diré que cada vez estoy más contento de nuestra resolución sobre la cátedra: Han llevado cuatro señoritas a la cárcel de mujeres revueltas con lo más empedernido y durmiendo en una sala con once mujeres; hoy las han incomunicado; Sbert sigue en la cárcel y en la Modelo hay mas de veinte chicos. Seguramente se reproducirán los disturbios en octubre con mucha más virulencia que hoy. El Sr. Cossío me dijo que Don Ramón M[enéndez] P[idal] estaba pesaroso de no haber renunciado.
Vida mía ¡cómo me acuerdo de ti a todas horas! Tú puedes tener la certeza de que no te olvido un momento.
He visto a los tíos, a F[ernando] Sainz, a los primos, etc.
Adiós, alma de mi corazón; abrazos a madre; que planeéis bien el veraneo y me escribáis mucho; dime enseguida la dirección en Oxford.
A mi hija de mi alma mil besos y otros tantos a ti de tu siempre apasionado
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
[Nº 433] Carta de Fernando de los Ríos Urruti a Gloria Giner
París [Hotel Terminus. 59, Boulevard Montparnasse], 15 de julio de 1929
Gloria mía e hija de mi vida:
Ayer llegamos a las once de la mañana y fue un torbellino; quería que Rita María y Federico tuviesen una visita más o menos completa de París, pero de conjunto y les llevé a Nôtre Dame, la Sainte Chapelle, Tullerías, Campos Elíseos, Bois de Boulogne, Torre Eiffel a la que subimos, Museo de Cluny, Galerías Laffayette, Panthéon, vuelta por el barrio latino, jardines de Luxemburgo y ahora por la mañana iremos al Louvre. A las 12 y 10 salimos para Londres. Por la noche estuvimos en un precioso cine y vimos una delicadísima película.
He gozado mucho con ellos; ¡cómo me acuerdo de vosotras! Este H[otel] Terminus se ha fundido con el Hotel de la Marina.
Adiós vida mía; abrazos a madre y a vosotros os adora vuestro
Fernando [de los Ríos] (firmado, no rubricado)
P. S. Sin olvidaros, un abrazo muy fuerte entusiasmada de París
Rita María (firmado y rubricado)
Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Guerra Civil, Madrid, Sección Político-Social, legajo 1369, documento suelto.
NOTAS
1. Consultar Antonio Pérez Martín, Proles Aegidiana, vol. IV, Los colegiales desde 1801 a 1977. Elenco de supuestos colegiales porcionistas. Rectores y otros cargos (1368-1978). Addenda et corrigenda, Bolonia, 1979, pp. 1810-1812, n.º 1.366.
2. Ver Emiliano González Díaz, “Francisco Giner de los Ríos (1839-1915)”, en Diccionario crítico de Juristas españoles, portugueses y latinoamericanos (hispánicos, brasileños, quebequenses y restantes francófonos) [hasta 2005], vol. I (A-L), Zaragoza-Barcelona, 2005, pp. 377-380, n.º 371.
3. Antonio Pérez Martín, Proles Aegidiana, vol. IV, p. 1811, nota 12 y p. 1812, nota 13.
4. Sobre su etapa en Bolonia ver Antonio Pérez Martín, Proles Aegidiana, vol. IV, p. 1878, n.º 1.454.
5. Según unas fuentes de información nace en Madrid el 31 de octubre de 1888 y, según otras, en Málaga el 31 de enero de 1888 (más confusa e improbable esta segunda). Pérez Martín, que ha visto su partida de bautismo, precisa que fue cristianado en la parroquia madrileña de San José el 26 de noviembre de 1888, precisamente en la Iglesia donde fue bautizada también Gloria Giner de los Ríos y donde contrajo matrimonio con Fernando de los Ríos el 1 de julio de 1912.
6. Antonio Pérez Martín, Proles Aegidiana, vol. IV, p. 1878, nota 2.
7. Hemos prestado atención a este jurista y político catalán. Ver Manuel J. Peláez, “Joan Lluhí Vallescà, Ministro de Trabajo, Sanidad y Previsión de la Segunda República: epistolario jurídico, político y de recomendación (Primera parte)”, en Contribuciones a las Ciencias Sociales, marzo de 2010, en línea, www.eumed.net/re/cccss/07/mjpa2.htm pp. 1-54; Manuel J. Peláez, “Más ideas, noticias y documentos sobre el jurista y político catalán Joan Lluhí Vallescà, Ministro de Trabajo, Sanidad y Previsión de la Segunda República en 1936: Epistolario jurídico, político y de recomendación”, en Contribuciones a las Ciencias Sociales, julio de 2010, en línea, http://www.eumed.net/rev/cccss/09/mjp.htm pp. 1-64; Manuel J. Peláez y María del Carmen Amaya Galván], “Epílogo sobre el jurista y político catalán Joan Lluhí Vallescà, Ministro de Trabajo, Sanidad y Previsión de la Segunda República en 1936: epistolario jurídico, político y de recomendación”, en Contribuciones a las Ciencias Sociales, septiembre de 2010, http://www.eumed.net./rev/cccss/09/pag.htm pp. 1-46; Manuel J. Peláez y María del Carmen Amaya Galván, “Enrique Ramos Ramos y Joan Lluhí i Vallescà, dos juristas y ministros republicanos de izquierdas, al frente de las carteras de Hacienda y de Trabajo, Sanidad y Previsión: un epistolario jurídico, político y de recomendación cruzado en meses cruciales de 1936”, en Contribuciones a las Ciencias Sociales, octubre de 2010, en www.eumed.net/rev/cccss/10/pag2.htm pp. 1-35.
8. Ver el texto original en Archivo Central del Ministerio de Educación y Ciencia, Sección de Enseñanza Universitaria, caja 47.075, expediente 79, documento suelto, que publicamos en Manuel J. Peláez y C. Serrano, Epistolario selectivo de Fernando de los Ríos Urruti II, Barcelona, 1995, cuyo contenido merece la pena ser reproducido por ser un elemento objeto de muchas consideraciones y reflexiones en este epistolario: «Granada, 23 de marzo de 1929/ Excmo. Sr. Ministro de Instrucción Pública/ A fin de evitar a esta Universidad el vano y penoso esfuerzo de un expediente que no podrá menos de terminar en lo que desde su comienzo fue firme resolución del que suscribe, según es notorio a las autoridades académicas, y persistiendo las razones adheridas en mis escritos sobre la situación moral creada a las Universidades y profesores, de lo que es nueva prueba el encarcelamiento tan violento como inmotivado del Catedrático de Santiago Señor García Labella, discípulo honroso y querido de esta Facultad, presento a V. E. la renuncia de la Cátedra que he venido desempeñando desde 1911, con tanto amor para la función, como respeto y desvelo para la conciencia de mis alumnos/ Fernando de los Ríos Urruti (firmado y rubricado)» (p. 68, nº 12).
9. José Francisco López-Font Márquez en La obra jurídico-administrativa del profesor García Labella, Granada, 2000, da abundante y detallada información sobre el triste final de García Labella, en una Granada encendida de odio hacia las izquierdas, y en la que no pudieron coger a Fernando de los Ríos Urruti, que de estar allí hubiera sido fusilado sin miramientos.
10. Antonio Pérez Martín, Proles Aegidiana, vol. IV, pp. 1820-1821, n.º 1.378.
11. Adolfo González Posada Biesca.
12. Alejandro Lerroux García.
13. Álvaro de Figueroa y Torres, Conde de Romanones.
14. Santiago Alba Bonifaz.
15. Juan de La Cierva Peñafiel.
16. Álvaro de Albornoz Liminiana.
17. Manuel García Morente.
18. Alberto Jiménez Fraud.
19. Francisco Giner de los Ríos.
20. Melquíades Álvarez.
21. Alejandro Otero.
22. Julián Besteiro.
23. Pablo de Azcárate Flórez.
24. Justino de Azcárate Flórez.
25. Domingo Barnés Salinas.
26. Leopoldo Palacios Morini.
27. Tacha Fernando de los Ríos: “me voy el miércoles”.
28. Alejandro Otero Fernández.
29. Antonio Mesa Moles.
30. Asunción Segura Soriano.
31. José Manuel Segura Fernández.
32. Manuel Varela Radío.
33. José Ortega y Gasset.
34. Luis Zulueta Escolano.
35. José Julián Martí.
36. Manuel Martínez Pedroso.
37. Konrad Bercovici.
38. Marcelino Menéndez y Pelayo.
39. Edwin Robert Anderson Seligman.
40. Antonio Gallego Burín.
41. Ramón María Tenreiro.
42. Resulta incomprensible como hace esta equivalencia Fernando de los Ríos.
43. Konrad Bercovici.
44. Rubén Landa.
45. Eduardo Callejo de la Cuesta.
46. Alberto Jiménez Fraud.
47. Adolfo González Posada Biesca.
48. Justino de Azcárate Flórez.
49. Manuel Varela Radío.
50. Ramón Menéndez Pidal.
51. Andrés Saborit.
52. Gregorio Marañón Posadillo.
53. Gabriel Maura Gamazo.
54. Miguel Maura Gamazo.
55. Henri-Fréderic Amiel.
56. Ángel Ossorio y Gallardo.
57. Alfonso García-Valdecasas y García-Valdecasas.
58. Luis Jiménez de Asúa.
59. José Castillejo Duarte.
60. García Morente.
61. María de Maeztu Whitney.
62. Vicente Silió Beleña, amigo de Bernardo Giner, quien coincidió además con él en el Colegio de España de Bolonia, tomando posesión de la plaza el mismo día ambos ingenieros.
63. Ángel Ossorio y Gallardo.
64. Antonio Mesa Moles.
65. Joaquín García Labella.
66. Antonio Mesa-Moles Segura.
67. Antonio Mesa Moles.
68. José Manuel Segura Soriano.
69. Ramón Menéndez Pidal.
70. Antoni Maria Sbert i Massanet.
71. Felipe Sánchez-Román y Gallifa.
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