Anais Angela Chapelli Méndez
Sonia Margarita Cabrera López
anaiscm@ult.edu.cu
El estudio del rol paterno en los padres que han asumido la licencia de paternidad es un tema socialmente nuevo pues nos muestra una realidad distinta en donde los hombres son jefes de hogares monoparentales; además es un tema con un insuficiente abordaje teórico. Por estas dos razones urge entonces impulsar estudios donde se caracterice el rol paterno y las contradicciones que lo sostienen y donde se conozca la dinámica familiar en condiciones de monoparentalidad. Es por ello que nos planteamos como objetivo general de nuestro estudio caracterizar el rol paterno en los padres que han asumido la licencia de paternidad. Luego de una profunda revisión bibliográfica que permitió disponer de la información necesaria acerca de la familia, rol paterno y la paternidad en Cuba e indicadores para su estudio así como de la licencia de paternidad(lo que permitió asumir una posición teórica y metodológica propia), se empleó el estudio de casos y la entrevista en profundidad y la composición como instrumentos para la obtención de datos, procesándose la información que aportaron los mismos por vías cualitativas; tales instrumentos fueron aplicados a dos padres. Los resultados aportan información en torno a los elementos más importantes que caracterizan el desempeño y el imaginario individual del rol paterno. El análisis de estos aspectos y las conclusiones finales del trabajo dieron respuesta al problema y los objetivos planteados.
Palabras claves: familia, rol paterno, imaginario individual., dinámica familiar
Abstract
The study of parental role in terms of socially is an issue because new shows a different reality where men are heads of single-parent households, is also an issue with a theoretical approach inadequate. For these two reasons then urges boost studies which characterized the parental role and what the contradictions that sustain this kind of families and knows where the family dynamics in conditions of monoparentalidad. That is why we set as our overall objective of our study to characterize the paternal role in single-parent families. After a thorough review of the literature that have allowed the necessary information about families and single parents, paternity studies in Cuba, as well as the paternal role (which allowed take a position theoretical and methodological own), was used case studies and in-depth and composition as tools for obtaining data, processes the information provided by the same quantitative ways, such instruments were applied to two parents. The results provide information about the elements more (important as that characterize the performance and imaginary individual parental roles as single parents. The analysis of these aspects and the final conclusions of the work responded to the problem and stated goals.
Keywords: family, paternal role, imaginary individual, family dynamics.
Introducción
La dinámica familiar está matizada por el desempeño de múltiples roles [madre, padre, hijo(a), esposo(a), abuelo(a)], que tienen determinadas asignaciones culturales no sólo atravesadas por una cultura que privilegia determinadas formas de ser mujer/ser hombre, sino también marcadas por esta asignación. Los roles materno y paterno se consideran los más complejos por las responsabilidades que poseen en el proceso de desarrollo de la personalidad de la descendencia y el nivel de implicación que poseen en el desarrollo de las funciones de la familia. El ejercicio de dichos roles está signalizado por las representaciones de género femenino y masculino, modelando la manera en que estos deben desempeñarse. En este sentido el contenido de los roles que como miembros de un género u otro les ha sido asignado y han asumido están permeando las relaciones que se han establecido entre padres/madres, padres/ hijas(os), madres/ hijas(os). Tal situación explica el por qué durante mucho tiempo las madres hayan sido las encargadas del cuidado y educación de los hijos e hijas dentro del hogar, en tanto los padres han asumido tradicionalmente el rol de proveedores para satisfacer las necesidades de los miembros de su familia.
La dinámica anterior se enmarca dentro del denominado modelo de familia patriarcal, presente en casi la totalidad de las culturas. Desde esta concepción se situó a la mujer en el centro de la familia, ejemplo de perfección moral y entrega abnegada, responsable de la crianza y educación de los hijos, dueña del feudo (hogar), dejando al hombre su papel de sostén económico y figura que representa la autoridad, por ser el portador del status social, con una periférica e intermitente relación con los hijos. (Rivero Pino, 1998; Vera Vergara, 2003; López Arcia, 2000; Arés Muzio, 1996, 2002). No obstante, las características propias de la paternidad y la maternidad han comenzado a desdibujarse (Arés Muzio, 2002) debido entre algunos factores, por la participación de la mujer en el trabajo y el control de la natalidad, ocasionando la ruptura de la división sexual del mundo público y el privado, lo cual engendraba una dicotomía e las actividades que definía y la identidad de uno y de otro. Todo lo anterior explica cómo tras esta ruptura de la familia patriarcal tradicional y su rígida estructura jerárquica al interior de las familias cubanas ha cambiado las formas de hacer pareja y los modelos de la maternidad y la paternidad.
Con respecto a la maternidad en el caso particular de Cuba, protagonista de una Revolución Social, se ha impulsado políticas de beneficio a la mujer y de garantía a su inserción y desarrollo en el espacio público. La mujer cubana refleja la conquista de determinados niveles de autonomía que han entrado en contradicción con la dinámica patriarcal. (Reyes Bravo, 2008). Si a esto sumamos los conflictos intergeneracionales y los desencuentros entre mujeres y hombres ante una demanda de cambio que estos últimos aún no concientizan, podemos entender la aparición de rupturas en las subjetividades y modificaciones en las relaciones entre los géneros que han repercutido en los grupos familiares, en las relaciones de género que dentro de ellos se establecen y por supuesto en la estructura y dinámica de las familias. Las mujeres se han insertado en el medio laboral y cuentan con más recursos para sobrevivir sin un proveedor masculino, lo que les permite sostener económicamente a los niños/as, de forma total o parcial; además de que cuentan con el apoyo de la asistencia social en caso de que sea necesario. La existencia de políticas sociales y legales en nuestro país hace posible que a las mujeres se les facilita su atención médica durante el embarazo. Esta comprende consultas periódicas con los médicos de familia y especialistas, así como análisis mensuales de laboratorio para seguir el curso de la gestación. También se les protege en sus puestos de trabajo. De acuerdo con la ley de maternidad, las administraciones autorizan el cambio de puesto de trabajo a la gestante que, por razones especiales de carácter médico, no puedan permanecer en su labor habitual por considerarse perjudicial para el normal desarrollo de su embarazo. En tal caso, el cambio se hace con la garantía de la totalidad de su salario. Esta legislación cubana también establece beneficios el descanso pre y postnatal, este último para garantizar la lactancia materna y el cuidado de los hijos menores de edad, fundamentalmente en el primer año de vida. En cuanto a la paternidad, numerosas instituciones y organizaciones a lo largo de estos años de proyecto revolucionario han mantenido una continua preocupación por crear las condiciones necesarias para redimensionar el rol de padres en nuestra sociedad e impedir una cobertura social que deposite en la madre la máxima responsabilidad del cuidado y la crianza de los hijos. En estos últimos años, esta situación adquiere nuevos matices pues algunas investigaciones nos han mostrado cómo los padres están dedicándose al cuidado y educación de los hijos (Rivero Pino, 1998; Chapelli Méndez, 2008), reflejándose emergentes de cambios desde la percepción del rol de los propios padres. Por tal motivo el 13 de agosto de 2003 se promulga El Decreto-Ley No. 234 de la Maternidad de la Trabajadora con su resolución 22/2003 (Ver anexo 3) como complementaria la cual le permite a los padres cubanos podrán tomarse licencia laboral para quedarse en casa y cuidar de su descendencia durante su primer año de vida, mientras sus esposas trabajan.
El tratamiento de la figura paterna y su importancia no se ha consolidado teóricamente. En nuestro país aunque se ha estudiado la familia y se ha tocado el tema de la paternidad, los estudios acerca del rol paterno, principalmente enfocados desde la óptica del propio hombre, han sido escasos. Es a partir de finales de los 80 y la década de los 90 que se realizan estudios que enfocan al padre desde una posición positiva y promueven los beneficios de una asunción del rol de padres de forma participativa y empática. Tenemos referencia de los trabajos que ha venido desarrollando diversos autores cubanos en relación a este tema del rol paterno y que hemos mencionado anteriormente (Arés Muzio , 1990, 1996; Rivero Pino , 1998; López Arcia, 2000; Chapelli Méndez,2008), siendo diversos los aportes que ellos nos han brindado, específicamente referidos a la importancia que reviste la figura paterna no solo para los niños considerados normales sino para los que presentan alteraciones psíquicas; a la contradicción rol- función, así como la propuesta de indicadores para el estudio del rol paterno.Con respecto a los padres que se han acogido a la Licencia de paternidad no tenemos referencia de ningún estudio, lo que implica que se desconoce la dinámica familiar existente en estas familias, la manera en que estos padres desempeñan su rol, cuáles son las actividades que ellos realizan así como los malestares y conflictos asociados a su desempeño. Urge entonces impulsar estudios donde se caracterice el rol paterno y las contradicciones que lo sostienen, por lo cual hemos formulado como interrogante de investigación: ¿Cómo se manifiesta el rol paterno en los padres que han asumido la licencia de paternidad de la ciudad de Las Tunas?
A partir del cual nos trazamos como objetivo general:
Caracterizar el rol paterno en los padres que ha asumido la licencia de paternidad a través de un estudio de casos en la ciudad de Las Tunas.
Como objetivos específicos:
• Caracterizar teóricamente las significaciones imaginarias asociadas al rol paterno.
• Explorar el imaginario individual del rol paterno en los padres que ha asumido la licencia de paternidad.
• Caracterizar el desempeño del rol paterno en los padres que ha asumido la licencia de paternidad.
• Identificar indicadores de reafirmación o de contradicción entre lo asignado y lo asumido con relación al rol paterno.
El estudio del desempeño del rol paterno en los padres que ha asumido la licencia de paternidad, donde los hombres son responsables de la crianza de sus hijos desde la perspectiva del Enfoque de Género y bajo la metodología cualitativa es un tema de marcada novedad. Este estudio ha permitido adentrarnos en el análisis de un tema relevante para la sociedad cubana para conocer y analizar críticamente la visión de los hombres sobre el desempeño de su rol de padres de una manera particular a través del Estudio de Casos, así como los significados que ellos le atribuyen al ejercicio de su paternidad. Además, el estudio muestra también entre sus resultados una descripción del imaginario individual del rol paterno y la identificación de indicadores de reafirmación o de contradicción entre lo asignado y lo asumido con relación a la paternidad. También consideramos que, metodológicamente, este trabajo brinda una manera de abordar y estudiar el rol paterno que pudiera ser utilizada en otras poblaciones o investigaciones.
Las conclusiones a las que arribamos posibilitan, por un lado accionar sobre la realidad estudiada al indicar éstas el núcleo hacia el cual debe dirigirse la atención y por otro, ofrece pistas para la orientación individualizada a los sujetos que lleguen a consultas con demandas y malestares asociados a la paternidad.
Paternidad y sus indicadores para su estudio. Una visión desde las investigaciones cubanas.
Los estudios en nuestro país vinculados con la temática del rol paterno, aún cuando son incipientes e insuficientes todavía, se han venido erigiendo gradualmente como un tema importante y de obligada discusión en la comunidad científica.
Las primeras aproximaciones sobre el tema y sus aportes teóricos metodológicos fueron difundidos en el territorio nacional a partir de finales de los 80 y la década de los 90, las cuales promueven los beneficios de una asunción del rol de padres de forma participativa y empática.
Tenemos referencia de los trabajos que han venido desarrollando diversos autores cubanos, algunos de ellos adjudicados a la Dra. Arés Muzio (1990; 1996; 2002). Esta autora realizó un estudio acerca de la disfunción paterna y el desarrollo infantil, constatándose que la figura paterna reviste gran importancia no sólo para los niños considerados normales, sino para los que presentan alteraciones psíquicas. No obstante, en estos segundos la disfunción paterna aparece con mayor frecuencia, lo que indica que puede considerarse un factor potencial patógeno o de riesgo.
El Dr. Rivero Pino (1998) es otro de los autores que aborda la temática del rol paterno desde un enfoque psico-sociopolítico, adentrándose en el análisis de un asunto de gran relevancia para la sociedad cubana: la reproducción de formas inadecuadas de pensar la paternidad y las funciones de los padres, y su nexo con prácticas disfuncionales para la relación padre-hijo y familia-sociedad.
A partir de su estudio el autor nos declara otra contradicción asociada al ejercicio de la paternidad: la contradicción que se presenta entre la asunción del rol paterno y su función, explicándonos que: “La función que deben jugar los padres se distancia del rol que desempeñan. Dicha función esencialmente consiste en descubrir (hacer conscientes) las necesidades básicas y las contradicciones fundamentales que en cada etapa de la vida de los hijos potencian su crecimiento saludable. Este autor propone una metodología para el estudio del rol paterno así como diversos indicadores a tener en cuenta, haciendo alusión al cómo se comportó algunos de ellos específicamente en el grupo de los padres. Entre estos indicadores se encuentran: ofrecer seguridad, afectividad, trasmisión de valores, autoridad y comunicación.
Alrededor del mismo tema sobre rol paterno, López Arcia (2000) realizó un estudio del imaginario en padres jóvenes santiagueros a partir de la utilización de la metodología cualitativa y el grupo de discusión, los cuales permitieron profundizar en las intimidades de los sujetos estudiados. La expresión de los afectos, ejercicio de la autoridad y el rol funcional fueron los indicadores investigados asociados al estudio del rol paterno. Otra de las investigaciones relacionadas con el estudio del rol paterno y que además se realizó en nuestra provincia es uno de los estudios que hemos realizado (2008). Este estudio nos acercó a la dinámica familiar en condiciones de monoparentalidad, a la manera en que estos padres desempeñaban su rol, cuáles son las actividades que ellos realizaban así como los malestares y conflictos asociados a su desempeño. Además, el estudio nos muestra también entre sus resultados una descripción del imaginario individual del rol paterno. Consideramos que, metodológicamente, este trabajo nos brinda una manera de abordar y estudiar el rol paterno en familias monoparentales. Los indicadores utilizados en la investigación fueron: la afecto y comunicación, Autoridad y participación doméstica.
Como hemos podido apreciar a partir de estos estudios, podemos visualizar las diversas asignaciones al rol paterno que las muestran estudiadas han declarado, las formas en que estos padres las han asumido y los indicadores que estos autores han definido para el estudio del rol paterno, los cuales consideramos de valiosa significación en las construcciones teóricas y metodológicas acerca del tema de la paternidad en Cuba y constituyen un antecedente importante para esta investigación.
Particularmente para el cumplimiento de los objetivos de nuestra investigación hemos definido los indicadores para estudiar el rol paterno en condiciones de monoparentalidad, estos son:
Expresión de afectos: la manera de relacionarse el padre con sus hijos, teniendo en cuenta las emociones que se propician en esta relación, alude a las formas de expresar sus sentimientos con sus hijos y de interactuar con ellos.
Participación doméstica: implicación del padre en las tareas hogareñas, la manera en que las realiza así como las vivencias asociadas a su desempeño.
Autoridad: desempeño de las funciones de decidir y de dirección en el hogar por parte del padre, los métodos utilizados para ejercerla y las vivencias asociadas.
Paternidad y Derecho. Una mirada a la licencia de paternidad.
Al enfocar la masculinidad desde el punto de vista de género, debemos concebirlo como una construcción social tanto como la feminidad, pues son las culturas las que construyen los modos de “ser mujer” y “ser varón”. Como diría Simone de Beauvoir “la mujer no nace, se hace” hay entonces que extender esta misma idea hacia la construcción del varón: “no nace sino que se hace”. Michael Kimnell (1995) por su parte entiende que la masculinidad está conformada por un conjunto de significados cambiantes, aunque recorridos por una constante: la construcción histórico-social de la virilidad tiene lugar en oposición a las mujeres y a las minorías sexuales y raciales. Así la masculinidad es ante todo, una “huida de lo femenino” originada en la necesidad de distanciarse de la madre que representa la infancia desvalida, dependiente y castrada que el varón poderoso debe sepultar.
Entendemos como masculinidad una construcción social e histórica que contiene un conjunto de características que definen el “ser varón” y que según el modelo asignado desde la estructura patriarcal, ubican al hombre en un lugar de dominación sobre el contrario. De esta manera, se establece una jerarquía rígida con predominio de la autoridad y el poder para el sexo fuerte (hombre), y de subordinación y sumisión para el sexo débil (mujer), todo lo cual, posibilita que se “naturalicen” o “esencialicen” cualidades y actitudes para ambos géneros. Es así, como se gesta el mito eminentemente patriarcal de la naturaleza del varón (educado para ser un héroe) y de la mujer (sinónimo de maternidad).Por lo tanto, las significaciones imaginarias sociales relativas al ser hombre, tienen como etiqueta principal el dominio del ámbito público y la omnipotencia. Según Patricia Arés (1996), las asignaciones más importantes al varón son: los hombres dominan, son posesivos, tienen que ser fuertes, calculadores, inteligentes, viriles, su deseo sexual debe estar desligado del afecto y las emociones, deben tener siempre la iniciativa sexual, ser protagonistas en la vida pública, ser naturalmente machistas, narcisistas, impenetrables y arriesgados. Todo lo cual indica que ser hombre es saber, poder y tener (cuanto más, más hombre). Debe ser un héroe, realizar grandes hazañas, vencer a todos, expresarse con la acción y con los genitales, sin emocionarse ni ser afectado por nada, un cuerpo resistente a todo y con una mujer esperándolo. Si no quiere o no puede ceñirse a estos rasgos será débil o fracasado.
Por otro lado, el hombre no debe demostrar afecto. No puede permitir que lo mimen, ni que lo toquen, todo lo cual limita su comunicación y su vida emocional. Tocarse o hacerse tocar se hace sólo aceptable cuando existe una finalidad precisa, sobre todo, en el ámbito de una relación heterosexual que tenga como colofón el coito; las caricias tienen que ser un “medio” y no un “fin”. Por otra parte, tocarse o demostrarse afecto entre hombres es una modalidad muy poco conocida y aceptada, como máximo se dan un apretón de manos o unas palmadas en la espalda. Al hombre, igual que a la mujer, se le ha expropiado de cualidades y capacidades, que pasan inadvertidas, incluso más que en las mujeres, debido a la jerarquización entre ellos. En cambio, estas aparecen como consecuencias graves del rol asignado-asumido.
Estas expropiaciones fueron descritas por la psicóloga ya referida, Patricia Arés, (1996):
- Expropiación de la capacidad de aprender a elaborar procesos esenciales de su vida emocional y su sexualidad.
- Expropiación de los sentimientos.
- Expropiación de la paternidad.
- Expropiación de su validismo personal.
La fortaleza y la valentía para aguantarlo todo, les crea como plantea Michael Kaufman (2000) “una armadura que los paraliza”. Es como una coraza que los limita para expresar los sentimientos propios y demostrar sus desconciertos, miedos e inseguridades, ante los diversos eventos en que se ve involucrado. En cuanto a la paternidad, por todas estas asignaciones, tiene asignado cultural de papel secundario, papel que se concibe como complementario al de maternidad. La maternidad sobrevinculada desde las pautas culturales ubica al padre en un lugar periférico. A su vez las responsabilidades, la seguridad social y las garantías de salud y de Educación que el Estado brinda, crean condiciones al decir de Patricia Arés (2002): “para una cierta irresponsabilidad paterna y para producir una cierta extirpación del padre aunque este sea preocupado”. Numerosas políticas sociales y regulaciones legales en muchos países conspiran contra el hecho de una paternidad responsable. En nuestro país, esta situación ha adquirido nuevos matices, de manera que se han ido creado las condiciones necesarias para redimensionar el rol de padre en nuestra sociedad, por ejemplo se ha facilitado el sistema de padres acompañantes en los hospitales, se ha legalizado la legitimidad en los hijos, ya sean concebidos dentro del matrimonio o fuera de este, se incluye la participación de padres en el cuidado prenatal del niño, se solicita su presencia en las consultas de orientación psicológica, se permite su presencia en esparto si así lo desea la pareja, y se conciben permisos laborales en el caso de enfermedades de los hijos.
Si embargo, en una sociedad de tradición patriarcal, una revolución social aún no puede arrasar con una cultura milenaria, (aunque se han notado emergentes de cambio), por lo que otras medidas encuentran la resistencia de prejuicios, mitos y estereotipos difíciles de vencer. Tal es el caso del Decreto-Ley No. 234 de la Maternidad de la Trabajadora con su resolución 22/2003 como complementaria, la cual le permite a los padres cubanos tomarse licencia laboral para quedarse en casa y cuidar de su descendencia durante su primer año de vida, mientras sus esposas trabajan. La nueva posibilidad se establece entre varios beneficios de este Decreto-Ley, dictado por el Consejo de Estado en agosto del año 2003 y que está en vigencia actualmente. Según el decreto, una vez concluida la licencia postnatal, así como la etapa de lactancia materna que debe garantizarse para propiciar el mejor desarrollo de niños y niñas, la madre y el padre pueden decidir de mutuo acuerdo cuál de ellos cuidará a su descendencia el resto del tiempo, hasta el primer año de vida. Para garantizar el cuidado y tratamiento del niño o niña durante ese primer tiempo, se establece además el derecho de la madre o padre incorporado al trabajo a disfrutar de un día de licencia retribuida, cada mes, para concurrir al centro asistencial pediátrico y verificar la salud del bebé. Cuando los padres se quedan cuidando a los hijos, las madres trabajadoras incorporadas al empleo, al vencer el período de licencia postnatal, tienen derecho a una hora diaria libre para la lactancia, hasta que la descendencia arribe al primer año de edad. Consideramos que la nueva normativa contribuye a propiciar la responsabilidad compartida de la madre y el padre en el cuidado y atención de los hijos e hijas, y la del padre en particular en caso de fallecimiento de la madre, así como darle derecho a los padres y de reconocerlo jurídicamente, de participar activamente en el cuidado y educación de sus hijos, a través de una licencia laboral.
Los emergentes de cambio en cuanto a la paternidad se describe con mayor compromiso afectivo, especialmente en los jóvenes, asumiendo una actitud más activa en la educación de los hijos. No obstante, son múltiples los retos que entraña para los padres asumir una licencia de paternidad y más cuando esto supone realizar actividades supuestamente femeninas que pudieran, desde la cultura patriarcal, lacerar su virilidad. Esta situación demanda la realización de investigaciones que contribuyan a desmitificar la negatividad de esta situación en el sentido de la incompatibilidad de la relación rol de hombre – rol de padre y de sensibilizar a toda la sociedad, en especial a los directivos, para un mayor conocimiento de las regulaciones legales acerca de la paternidad.
Conclusiones
El análisis realizado de los estudios de paternidad nos permitió identificar como elementos característicos de las significaciones imaginarias asociadas al rol paterno:
- las significaciones imaginarias asociadas al rol han sido construidas históricamente desde una cultura –patriarcal- y una estructura social de poder, que marcan y matizan las relaciones que se han establecido entre padres/ hijas(os),
- la asunción del rol paterno implica enfrentarse a nuevos desafíos y responsabilidades ya que los hombres no transitan por un proceso de socialización que los entrene para el ejercicio de la paternidad.
- las significaciones instituidas del rol paterno se concretan fundamentalmente en servir de sustento económico del hogar, ser protagonista de la toma de decisiones trascendentales y ser fuerte de carácter para imponer la disciplina y el respeto.
- el imaginario social contiene aspectos instituyentes que indican los emergentes de cambio con relación al rol paterno. Se destacan la participación en las tareas domésticas, la asunción del cuidado de los hijos y la expresión de afectos.
-el imaginario social instituido del rol paterno deviene de los contenidos asignados al género masculino por la expropiación del ejercicio de la paternidad que estos contenidos determinan, lo que entra en contradicción con los elementos instituyentes del rol paterno asociados a la expresión de los afectos y a una paternidad cercana.
La exploración del imaginario individual nos permitió apreciar:
- la confirmación de las significaciones instituidas e instituyentes develadas en los estudios de paternidad en Cuba.
- que el imaginario individual del rol paterno en los padres estudiados devela la valoración de la paternidad como sustitutiva, a partir de la polarización de asignaciones a los roles materno-paterno, lo que constituye una fuente importante de conflictos y malestares al suponer una dislocación del rol masculino.
En cuanto al desempeño del rol paterno en familias monoparentales este pasa por un proceso de redimensionamiento, pues añaden a las tareas asignadas al rol tradicional (proveedor y el ejercicio de la autoridad) aquellas labores asignadas al rol materno (cuidado y educación de los hijos, transmisión de afectos y la realización de actividades domésticas).
La asunción del rol paterno en condiciones de monoparentalidad implica la realización de tareas tradicionalmente femeninas”, abandonando gradualmente la habitual posición masculina de un “ser para sí mismos”, lo cual guarda relación con la visión que también tienen del rol asumido, como sacrificial y de esfuerzo personal. No obstante, esta situación de “heroicidad” deviene en autovaloraciones positivas que les reportan placer y satisfacción desde la asunción de una paternidad cercana y afectiva.
Las vivencias asociadas al desempeño de este rol develan malestares vinculados a la realización, específicamente, de actividades domésticas que continúan siendo concebidas dentro del rol femenino, no siendo así con la expresión de los afectos, que asumen con satisfacción como una responsabilidad de ellos también.
La manera en que ejercen el rol paternal estos hombres y los comportamientos asociados a estos están asociados a los referentes de los padres que tuvieron.
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