Jeremías Vasillas Ramírez
Ricardo Contreras Soto (CV)
Universidad de Guanajuato
Facultad de Ciencias Administrativas
Área de investigación
El cine nació como espectáculo el 28 de diciembre de 1895, en Francia. A partir
de este momento, el cine se expande al mundo entero, en parte, por la iniciativa
de los hermanos Lumiere, quienes enviaron camarógrafos y proyeccionistas a
diversos países, tanto para dar a conocer su invento como para recoger imágenes
que fuesen atractivas para su público francés, para quienes el mundo se les
abría a través de esta ventana mágica.
En México se realizó la primera exhibición pública el 14 de agosto de 1896 en el entresuelo de la droguería Plateros de la ciudad de México . El éxito de tales funciones fue tal que a partir de ese momento, no sólo se consolidó como fenómeno cultural popular sino además se extendió hacia el exterior de la capital, a través de los proyeccionistas trashumantes, lanzados por las circunstancias que la recepción de material nuevo que en ese momento se tenían y la creciente competencia entre los empresarios del ramo. “Los años 1900 a 1906 se caracterizan por el auge de la trashumancia. Los empresarios ambulantes del cinematógrafo pronto llegaron a las poblaciones más accesibles y mejor comunicadas: Guadalajara, Puebla, Orizaba, San Luis Potosí, etc., pero la competencia los empujaba a internarse a lugares apartados, mostrando a sus habitantes, países lejanos” . Estos empresarios se le conoció como cómicos de la legua, que realizaban sus funciones en donde podían: carpas, salones improvisados, salas de bailes y teatros.
A partir de 1907 se empezaron a establecer en locales apropiados para este nuevo espectáculo que muy pronto se convirtió en un popular promotor cultural.
Con el crecimiento del cine norteamericano —particularmente en Hollywood—, muy
pronto nuestras pantallas se vieron copadas por este tipo de cinematografía, tal
como lo reporta El Informador, periódico publicado en la ciudad de Celaya en las
primeras décadas del siglo XX.
El auge y popularización fue tal que hacia 1930 se exhibieron en México 225
películas de ocho países distintos, cifra que apenas subió en las siguientes
décadas, hasta finales de la década de los cuarentas cuando empezó a rebasar la
cifra de 300 filmes, alcanzando una cifra de 388 películas de 15 países
distintos hacia 1953 . Estas cifras son un claro indicador de la aceptación
popular del cine, y por ende, factor importante en la conformación de la cultura
popular de México.
En este volumen de películas muy pronto fue mayormente engrosado por nuestra
cinematografía por el advenimiento de la Segunda Guerra Mundial y con ello la
paralización de la gran industria del cine: Hollywood, circunstancia que
aprovechó nuestra cinematografía nacional para desarrollar una pujante industria
que en 1954 logró realizar 118 películas , número inusitado si toma en
consideración las 20 en promedio que se realiza actualmente.
A la conclusión de la Segunda Guerra Mundial la enorme maquinaria fílmica de
Hollywood se reactiva recuperando sus mercados latinoamericanos, con la
consecuente reducción de la industria nacional.
En las décadas de los ochenta y noventa se registró una debacle en la exhibición
fílmica mundial: muchas salas de cine empezaron a cerrar en todo el mundo, su
inminente desaparición, incluso, fue retratada por el propio cine. Véase Cinema
Paradiso de Guiseppe Tornatore, como ejemplo.
La gran industria del cine empezó a resentir esta situación incluso desde la
terminación de la Segunda Guerra Mundial. En 1946 Hollywood registraba 80
millones de espectadores para su cine, pero para 1971 ya sólo tenía 16 millones.
Esto significó el cierre de salas cinematográficas en todo el mundo. En España,
para poner un ejemplo, en 1983 el número de salas cinematográficas que
permanecían abiertas eran, aproximadamente, de 4,000, pero al menos una por
semana cerraba definitivamente sus puertas” . En Celaya, en la década de los 80
había, 9 salas. Hacía finales de la década ya habían cerrado 7 de ellas, sólo
continuaban operando las de la Cadena Ramírez.
Hacia mediados de los noventa una nueva estrategia de mercado de la exhibición
recuperó al público perdido en la década pasada a través de los complejos: la
construcción de pequeñas salas, con tecnología reciente tanto en la proyección
como en la reproducción del sonido (aspectos que adolecía las grandes salas
antiguas) en un mismo sitio para ofertar al mercado opciones de diversas
películas de estreno.
Esta estrategia dio buen resultado con la consecuente activación de la
producción fílmica principalmente de las grandes firmas norteamericanas, aunque
no ha sucedido así con el cine nacional.
Esta recuperación de los espectadores a las salas del cine ha hecho que se
convierta en uno de los conformadores de la cultura popular en todo el mundo y
en México.
Actualmente, el cine como práctica cultural en Guanajuato tiene un
comportamiento no homogéneo, es muy variada la valoración que se hace de él,
como a continuación observaremos: En la pregunta ¿qué tan importante es para su vida ir al cine?, en una escala
del 0 al 10, donde 0 es nada importante y 10 muy importante, se encontró que: GRÁFICA 1 IMPORTANCIA DE IR AL CINE DE LAS PERSONAS DE GUANAJUATO Esta gráfica nos muestra que el cine juega un rol en la conformación cultural de
los guanajuatenses en un rango superior a la media. El mayor porcentaje se
registro en el número 6 (28.7). Y si sumamos del 6 al 10, encontramos que el
porcentaje de importancia del cine para la gente es de 56.3. Lo cual indica su
importancia media, aspecto que seguramente no comparte ni el teatro, ni la
música clásica, ni la literatura, entre otras artes.
Este porcentaje nos lleva a concluir que siendo el cine una de las artes
populares con gran importancia entre la población guanajuatense, se convierte
por si mismo en un medio estratégico para difundir no sólo entretenimiento sino
valores y conocimientos.
Ahora bien, esta cifra sólo nos revela la importancia del cine en los habitantes
de Guanajuato. Nos falta ahora valorar cuál es el tipo de cine que mayormente se
consume en Guanajuato y las posibles consecuencias en la conformación cultural
que de ellos se derive. Por lo pronto, baste saber que pese a la profunda crisis
del cine como medio de comunicación en los 80 y 90, gracias a una nueva
estrategia comercial, ha recuperado y crecido la importancia del cine en la
gente.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Vasillas Ramírez y Contreras Soto: Análisis Crítico de la Cultura.
Importancia de ir al Cine en Guanajuato : primer acercamiento,
en Contribuciones a las Ciencias Sociales, enero 2008.
www.eumed.net/rev/cccss/0712/rcs5.htm
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