Ricardo Contreras Soto (CV)
Universidad de Guanajuato
Facultad de Ciencias Administrativas
Área de investigación
“Hay un reto a la imaginación, que solo podemos enfrentar a partir de un auténtico reconocimiento de nuestra realidad. Y encontramos ahí, al develar prejuicios, al liberar nuestro pensamiento colonizado, al recuperar la decisión de vernos y pensarnos por nosotros mismos, al protagonista central de nuestra historia y al componente indispensable de nuestro futuro: el México profundo”. Bonfil (1990: IV).
Hay una preocupación estratégica sobre la importancia de la cultura, como es la invitación que nos hace Bonfil Batalla en su discutida obra México Profundo.
La tarea del análisis crítico es acercarnos para reflexionar, discutir y en su caso desmontar los dispositivos simbólicos e institucionales, inteligiendo públicamente sobre los procesos y las prácticas culturales. Sabemos de alguna manera que en la cultura está gran parte de nuestros límites como sociedad y como conciencia de ella, Bonfil señala la importancia del papel crítico ante la cultura, por ejemplo, develar prejuicios, liberar nuestro pensamiento colonizado, sabemos que en ella se encuentra las ausencias de las “imprácticas” por las desigualdades económicas y sociales, las carencias, los desconocimientos de varios campos del hacer y saber, impedimentos enquistados e ignorancias dadas y fomentadas, sin embargo también existen potencialidades que gravitan en este universo simbólico estructurado llamado “cultura”.
Otro de los propósitos es participar en la apertura de esta discusión, que va más allá de la cultura legítima o de las llamadas “bellas artes” donde se pensaba que la cultura era el “refinamiento y trascendencia del alma” percepción muy propia para los dones y virtudes de la “aristocracia y la nobleza cultural”, que aún persiste de manera enfática en la provincia (con sus custodios: caciques culturales) y en las grandes metrópolis (donde por cierto, hay toda una gran división de trabajo intelectual en especializaciones temáticas: críticos de pintura, de teatro, cine, literatura, historiadores del arte, etcétera). Sin desconocer la capacidad formativa e intelectual que tienen las bellas artes, consideramos que es necesario abordar la cuestión cultural de manera más amplia.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Contreras Soto, R.: Análisis Crítico de la Cultura.
Prácticas culturales,
en Contribuciones a las Ciencias Sociales, enero 2008.
www.eumed.net/rev/cccss/0712/rcs4.htm
Cultura: procesos sociales
La cultura es un basto mundo “semiosfero” (como le llamaba Lotman) es decir todo
un mundo de sentidos, en las cuales los miembros de la sociedad estamos
constituidos, participamos en mallas, entramados de significados en la idea de
Weber y que retoma también Geertz. Nuestras preocupaciones políticas se
manifiestan ante la baja atención pública que hay en la cultura, sobre todo en
la época neoliberal (donde se recorta toda inversión social y se fomenta la
ignorancia en los países periféricos), sobre las versiones que hay en su
concepción sobre todo la “legítima”, por el contrario vemos la importancia que
ella tiene en y para la sociedad. La labor crítica nos permite en el análisis
tomar distancia ideológica e instrumental de las acciones de la cultura
dominante, para ubicar su importancia relativa de las distintas formas,
expresiones, tendencias y resultantes en contextos amplios y complejos dentro de
los procesos sociales e históricos. Prácticas culturales
Por prácticas culturales las podremos definir en un primer momento como las
actividades específicas que realizan las personas dentro de un campo cultural
determinado (artístico, académico, religioso, deportivas, escolares,
científicas, etcétera), que están orientadas a la formación y/o a la recreación,
presupone que son espacios sociales que se van abriendo y consolidando
históricamente (procesos de secularización cultural), que al interno de cada
campo hay lógicas específicas, así como en cada uno de ellos hay procesos de
formación “disciplinaria” de estas artes, técnicas o saberes con diferente
profundidad, en cuanto a la percepción, sensibilización, nivel de práctica para
el dominio técnico, conocimientos de ciertos códigos de esas prácticas y las
formas de participación y organización de cada campo. Presupone también que
mientras mayor es el nivel de estas prácticas a nivel social, las personas
amplían durante estas prácticas y procesos su visión cultural. En estas
prácticas culturales incluye otras formas de expresión y participación no solo
las institucionalizadas por la cultura oficial, sino también otras prácticas de
la “cultura popular”. Aunque en los datos estadísticos predominen en la mayoría
de censos las bellas artes. Estudios de las prácticas culturales
Los estudios de las prácticas culturales en el mundo se dan principalmente por
el interés del estado nacional y sus instancias para evaluar la política
cultural, también lo hacen las instituciones privadas, sociales y académicas,
para saber la situación de la cuestión y resultado (en su caso) de las acciones
en donde ha intervenido o se ha descuidado, para buscar el impulso formativo o
recreativo en su divulgación sobre las llamadas actividades culturales que
realizan los ciudadanos, clientes o usuarios (principalmente en actividades
relacionadas con lo artístico), y en algunos otros casos también, vinculada a la
cultura política, el cuestionamiento social se enfoca a: visitas a museos,
lectura de libros, lectura de periódicos, lecturas de secciones del periódico,
evaluaciones sobre “cultura general”, preferencias de opinión en temas
implícitos o explícitos culturales (como la religión), visita a teatros,
audiencias, formas de recreación, participación en alguna organización
filantrópica, gusto por visitar sitios arqueológicos, etcétera. Todo esto con el
fin de conocer, mejorar o pensar en las decisiones de participación en acciones
“culturales”. Se lleva por medio de levantamiento de una encuesta donde se busca
la representatividad por una muestra grande, para ver el comportamiento
generalizado de estas prácticas sociales, donde a través de este tipo de
estudios se supone que se realizan periódicamente, precisamente para ver el
comportamiento y desarrollo de dichas prácticas. Generalmente los estudios se
basan en las preocupaciones epistemológicas nomotéticas de las ciencias
sociales. Estudios de las prácticas culturales en México
Los estudios sobre las prácticas culturales son relativamente nuevos en México,
en los ochenta toman auge, podemos señalar a García Canclini y su equipo (1993),
Jorge González y otros comunicólogos, etcétera, inspirados en los trabajos de
Pierre Bourdieu como son: “La distinción”, “El amor al arte”, “Sociología y
cultura”, “Las reglas del arte”, principalmente. En Francia los estudios de las
prácticas culturales datan desde los años sesentas de acuerdo a un estudio que
hace Girad en Rioux y Sirinelli (1999). Encuesta Nacional de Prácticas y Consumos Culturales
En México se llevó a cabo en el año 2004 la Encuesta Nacional de Prácticas y
Consumo Culturales, realizados por el CONACULTA y la UNAM por la Unidad de
Estudios de Opinión del Instituto de Investigaciones Sociales. Estudio que desde
nuestro punto de vista arrojó resultados son muy interesantes, pero poco
analizados por parte de estudiosos de este fenómeno e intelectuales, es claro
que en la encuesta solo va arrojar datos generales y que la labor de
interpretación era independientemente por parte de la comunidad científica o
intelectual, pero casi ha pasado desapercibido este estudio debido a la falta de
análisis y reflexión que arrojan estos datos en materia cultural, con un
trasfondo de desinterés por la cultura generados por las políticas neoliberales
de estado y por las prioridades de subsistencias en que se encuentra la
población, de ahí se deriva un dilema mal planteado: cultura o existencia, es
decir primero comer que ser culto, todo ello debido al enfoque de ver como
adjetiva a la cultura (refinamientos de las bellas artes) y no como actividad
sustantiva (modos de ser, pensar, actuar, crear). La encuesta nacional es un muy buen intento que trató no solamente las
cuestiones de las “bellas artes”, sino que exploró otras aristas de otras
prácticas culturales. Esta encuesta tiene la contribución de anexar la base de datos a nivel nacional,
elementos que nos sirvieron para realizar el estudio sobre Guanajuato en un
trabajo colectivo por parte de Nicolás Gerardo Contreras Ruiz, Francisco Pantoja
García, Ezequiel Hernández Rodríguez, Rafael Regalado Hernández, Jeremías
Ramírez Vasillas, M. del Carmen Rodríguez Aguirre, Antonio Uribe Olalde y Jorge
Luís Miramontes Valencia. Intitulado “Análisis crítico de la cultura en
Guanajuato. Reflexiones sobre la encuesta nacional de prácticas y consumos
culturales” editado virtualmente por la Universidad de Malaga España
http://www.eumed.net/libros/2007a/262/0.htm ISBN-13: 978-84-690-6703-1
Prácticas culturales en Guanajuato
En donde hacíamos reflexiones, conjeturas, complementaciones, comentarios e
interpretaciones sobre las prácticas culturales en Guanajuato, encontramos en
una selección de datos importantes: 1. A las personas, el 71.5% no les interesa la cultura (poco y nada).
2. La mayoría de las personas que dice no saber tienen salario mínimo menor o
igual a 1. Esto nos hace suponer que tiene más preocupación por la existencia
que por lo que cree que es la cultura. La posible relación que hay por el
interés por la cultura tiene que ver de acuerdo a nivel de ingresos y nivel de
estudios. A mayor nivel de ingreso y estudios mayor interés por la cultura y
viceversa. 3. La mayoría de las personas (46%) consideran nada o casi nada importante el
tomar clases de alguna actividad cultural (escala 0 al1).
4. A la mayoría de las personas en Guanajuato, el 61.3 % no participan con otras
personas en actividades culturales recreativas. El 21.6 % de las personas
conviven con otras personas de manera deportiva o recreativa en un equipo. Otras
formas de socializar y de participar es muy bajo el 4.1 % en actividades de
grupos de baile; el 3.4 % en actividades musicales; el 1.1 % en grupos
religiosos; 1 % en equipos de ajedrez y .4 % en divulgar la cultura.
5. La mayoría de las personas en Guanajuato dicen: no tener tiempo para
practicar una actividad cultural, el 54.4 % de la población encuestada; 25.8 %
vuelven a confirmar que no les interesa. 6. Por otra parte, el 36% de las personas encuestadas señala que de niño sus
padres no le hablaron de cultura “nada”. 7. Guanajuato es un estado de intolerancia donde no se aceptaría vivir con un
negro en su casa el 47%; no aceptaría vivir con miembro de otra religión 61.5%;
no aceptar vivir con otra persona con ideas políticas distintas 64%.
8. La televisión es el consumo cultural predilecto, ya que las personas le
dedica la mayor tiempo: personas que ven el televisor menos de una hora el 2.4%;
mientras que una hora a menos de dos horas 10.6%; de dos horas a menos de cuatro
horas el 53.5%, que es la media, la mediana y la moda; de cuatro a cinco horas
27.7%; más de cinco horas 6%. Guanajuato es un estado de televidentes o
televidens como los nombra Sartrioni. 9. En Guanajuato que el 36.8 % de las personas no leen libros, es decir,
aproximadamente de cada 10 personas 4 no leen ningún libro. El 17.8% solo leen
un libro al año, el 9.7 % leen 2 libros al año y el 6% leen tres libros al año.
Por estas y otras cuestiones podemos decir que hay un analfabetismo funcional en
el estado, ya que las personas aún con ciertas posibilidades de “leer” no lo
hacen a lo largo de sus vidas como un recurso de consulta y preparación
permanente. Con esto enfáticamente señalamos: no basta leer, ni escribir de
manera instrumental sino comprender, hacer y transformar en las actividades
sociales y culturales de manera sustantiva. Por todo esto consideramos que el estado de Guanajuato esta reprobado en materia
de prácticas culturales (ante el triunfalismo, ingenuidad, desconocimiento y
engaño de sus gobernantes y funcionarios), que es necesario activar y reactivar
espacios y propuestas formativas y recreativas tan importantes como el capital
escolar, que conforman en su conjunto el capital cultural. Es necesario traer al
centro de la discusión, preocupación y acción social a la cultura en México: hay
un reto a la imaginación, que solo podemos enfrentar a partir de un auténtico
reconocimiento de nuestra realidad. Recuperarnos es la tarea de retomar la
decisión de vernos y pensarnos por nosotros mismos.
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