Ricardo Contreras Soto (CV)
Universidad de Guanajuato
Facultad de Ciencias Administrativas
Área de investigación
David Gordon
En la historia cultural en Celaya encontramos en las entrevistas con la gente, quienes nos hablaban recurrentemente de la pobreza, sabemos que es generada por la concentración de la riqueza en las manos de agricultores, latifundistas, ganaderos, comerciantes, intermediarios, usureros, posteriormente en industriales y financieros, de esta manera se va propiciando desigualdades sociales económicas. La pretensión de mostrar los testimonios que históricamente hacen referencia a ella, no quiere decir que la “naturalicemos” para hacer creer que “siempre han existido pobres y ricos”, cada periodo de pobreza corresponde a la estructura específica en el proceso del capitalismo y a las coyunturas sociales en su conjunto (crisis recurrentes, efectos de políticas de estado, desplazamientos y reacomodos en las relaciones de fuerza económica dentro del sistema mundial, así como cuestiones locales o regionales). Sabemos que se ha agudizado más, recientemente con las políticas neoliberales en las periferias (ver a Boltvinik y Damián 2005). Ante la pregunta de nuestro cuestionario ¿Qué hacia la gente de entonces y como era?, encontramos los siguientes testimonios:
“Pos mi familia era humilde, humilde”. (Entrevista 45) (Sabina Segura Campos, 65 años, Ama de casa, Celaya).
“¿Cómo era la gente?
Sra. Pilar: pss toda así pss muy
ENT: como era, como era la gente
Sra. Pilar: La gente era humilde, Celaya muy chiquito”. (Entrevista 68) (María del Pilar Vargas, 60 años, femenino, primaria, comerciante).
“Pues antes toda la gente que vivía casi aquí alrededor muy humilde, pobre. ¿Mi familia?, pos era pobre, humilde”. (Entrevista 88) (Sofía Pimentel Valencia, 61 años, Femenino, Primaria, cocinera, Celaya, Gto.)
“Era muy pobre y mis amigos pues no eran de aquí eran de Apaseo, yo aquí llegue en el 47 tenia 14 años”. (Entrevista 123) (Gabriel Lojero Lojeño, 77 años, panadero)
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Contreras Soto, R.: Análisis Crítico de la Cultura.
Pobreza: Cara incomoda de Celaya.,
en Contribuciones a las Ciencias Sociales, diciembre 2007.
www.eumed.net/rev/cccss/0712/rcs3.htm
Encontramos las limitaciones que se dan bajo la pobreza en las prácticas
culturales: “No, no nunca hacíamos fiestas, pues no nos alcanzaba a nosotros para hacer una
fiesta, apenas para comer, como le digo pues antes si rendía ahora ya no”.
(Entrevista 45) (Sabina Segura Campos, 65 años, Ama de casa, Celaya).
“Pues amigos casi no, te digo que era de familia muy humilde y pues no era de
andar paseando ni nada”. (Entrevista 35) (Antonia Ruiz, 66 años, Femenino,
pensionada, Celaya). “Pues era muy, pos muy de a tiro pobre, según ganaran los señores, así era la
comodidad de las personas, nosotros no teníamos, no teníamos buena comodidad,
porque no ganábamos suficiente como para tenerla”. (Entrevista 2) (Paula Beltrán
Hernández, 82 años, primer año de primaria, originario de acámbaro, trabajadora
doméstica). “Todo era muy tranquilo, la gente era muy trabajadora y muy humilde, la mayor
parte del día se pasaba trabajando y las distancias eran recorridas en su
mayoría a pie. Yo digo que por eso no se enfermaba tanto uno antes todos éramos
muy sanos y no se veían tantas enfermedades tan feas como en estos tiempos”.
(Entrevista 107) (Josefina Hernández, Hernández, 62 Años, Femenino, Ama de casa,
Celaya, Gto.). “Pues era buena gente, era mas amable muy pacifica pues como todos estábamos mas
pobres, no había tanta maldad, ni violencia caminaba uno en los caminos atraer
el alfalfa, andaba uno por ahí y ni quien le dijera nada, no había maldad en ese
tiempo, todos muy pobres, pero no había maldad como hoy en día”. (Entrevista 69)
(Juana Flores, 79 años, femenino, no estudio, vendedora tortillas).
Las fiestas privadas no son eventos comunes en las clases subalternas (salvo
algunas conmemoraciones privadas-públicas religiosas o cívicas: navidad, año
nuevo, 15 de septiembre en algunos casos), la vida festiva de los pobres se dan
en los espacios públicos, principalmente religiosos. Las fiestas privadas que
tienen como fin “festejarse” como cumpleaños, santos no son muy comunes, bodas,
bautizos, casamientos, funerales van a ser austeros. La austeridad se encarna en
la vida cotidiana, no hay recursos para la recreación, para el tiempo libre,
para obtener servicios que ofertaran comodidad, la austeridad encarnada es una
especie de disciplina en predisposiciones donde el dolor, el esfuerzo, el
cansancio pasan a ser expresiones de la gente. El placer de comer, de estar, de
ver, de imaginar, de experimentar artificios, de viajar, no está muy presente.
Los viajes no son frecuentes, muchos de ellos son por necesidad ir a trabajar a
otros lugares, visitar a un pariente enfermo, ayudar o recoger a alguien que
tiene algún problema. Por eso cuando el recurso de migración laboral se
presenta, seduce a muchos personas de la comunidad, porque va a ser la
oportunidad de conocer, de ver otras cosas, otros lugares, otras costumbres y
quizá salir de la pobreza. Por otra parte se experimenta y se disfruta algunas
veces de cierta solidaridad social (por ejemplo preparar la fiesta de los santos
en el barrio, en otros casos los apoyos de la vuelta mano), de convivencia
comunitaria, esos son los pequeños placeres de los pobres.
En este tercer bloque de testimonios nos hablan de las actividades económicas
que se realizaban en aquel entonces: “La mayoría de la gente se dedicaba al campo, porque había mucha tierra para
sembrar, y pues la gente de ese entonces era humilde, caritativa, así como
cuando salías a la calle a caminar un rato te saludaban aún sin conocerte te
daban los buenos días”. (Entrevista 105) (Francisco Mandujano, 60 Años,
Masculino, Panadero, Paletero, Pintor, Rotulista, Ceramista, Celaya, Gto.).
“Mi familia era humilde, tenían animales, terrenos, trabajaban cosechando el
maíz, fríjol, mis amigos eran amigos que tomaban”. (Entrevista 124) (José Gómez,
62 años, comerciante). “Pues la gente de ese entonces era muy pobre, mi papa se dedicaba a la
agricultura, pues yo pienso que casi todos se dedicaban a eso y pues no salía
mucho de mi casa. También uno hacia su fogón en el suelo con leña o con olotes
de maíz y pues si uno era pobre”. (Entrevista 113) (María López Sánchez, 62
Años, Femenino, Primaria, Ama de Casa, Celaya). “Mi familia en ese tiempo pues era pues muy numerosa y la falta de que no había
mucho trabajo ahí no había ni fabricas, ni industrias solo había comercio y el
campo y la familia pues era pues pobre…” (Entrevista 51) (Rubén Galván Miranda,
60 años, masculino, contador publico). “¿A que se dedicaba la gente? “Trabajaba en el campo se dedicaban a cultivar,
ajo, cebolla, jitomate, trigo, y maíz…Era la gente muy humildemente pobre, muy
pacifica, tranquila y estaban de su casa al trabajo por que llegaba uno
rendido…No había tiempo de nada puro trabajo, vivir en la vil pobreza por que
solo había para comer…” (Entrevista 101) (Delfino Hernández, 73 años, Masculino,
Lechero, Celaya) En las descripciones anteriores podemos observar que hacen referencia a que
algunas de las familias se dedicaban a las actividades agrícolas y ganaderas en
pequeña escala, ejidatarios, peones, trabajadores. Recordemos que todavía para
1945 aproximadamente las actividades económicas principales en esta región (y en
el país) eran agrícolas, muchas de las personas se dedicaban al campo. También
que a través de las reformas agrarias permitieron después de la revolución
mexicana (para que no se olvide, producto de una lucha social contra
desigualdades e injusticia), hubo una redistribución para que muchas personas
tuvieran medios (tierra) para producir la subsistencia, principalmente se
impulsó el ejido. Con pocos recursos realizaban sus actividades económicas, a
las personas solo les alcanzaba para la subsistencia y de su familia.
“Pues yo nada mas me acuerdo que iba a trabajar y me pagaban muy, muy poco,
nooooo yo trabajaba en mi casa y aparte en casa ajena y ahí trabajaría unos 15
años”. (Entrevista 55) (Clementina Doñatés García, 61 años, 3ro.de Primaria).
“Lo que mas me gustaba hacer era coser para sacar mas dinero, y mi casa y mi
comida nunca la descuide, y mis hijos tuvieron aunque sea frijoles a la hora,
nada de que mas tarde, cuando llegaban de su escuela a comer, les ponía hacer su
tarea y yo en la maquina cociendo, yo le enseñaba a ellos lo poco que yo sabia,
yo les enseñe las primeras letras, ellos no tuvieron Kinder yo les enseñe las
primeras letras, este les enseñe las tablas a todos, yo aquí cociendo y ellos
diciéndome, si no te la sabes repítela otra vez y hasta que se las sabían, lo
que me gustaba era coser, atender a mis hijos, hacer de comer y todo me gustaba,
a mi nunca me fastidio ni la lavada, ni la comida”. (Entrevista 54) (Elvira
Zarate, 71 años, Femenino, Primaria completa, Costurera).
“Había mucha gente que trabajaba en el campo, pero también había otra que se
dedicaba a la producción de cajeta en cascos de madera, todos ellos eran gente
humilde, pero había muy poca gente en la cual se concentraba el dinero”.
(Entrevista 49) (José de Jesús Ávila Martínez, 57 años, maestro universitario)
No todos tenían tierras para trabajar, existe el proceso de proletarización
(donde las personas solo van contando con su fuerza de trabajo para vender en el
mercado laboral), se sigue ampliando la fila de desposeídos. Había actividades
micros empresariales: servicios, artesanales y comercio, que permitían generar
ingresos pequeños para modestamente subsistir. Por otro lado, vemos que los
salarios y ciertas remuneraciones son bajos y sabemos que las personas tienen
que hacer malabares para subsistir. “Yo… hacia toallas, colchas, eso era lo que me gustaba hacer… en los telares,
telar de mano, yo hacia telar de mano y camballa, yo tendría unos 13 años…. Soy
del 29’, así que calcúlalo… yo ya tejía cambayita, de eso era… pues era de lo
que dependía la vida de muchas gentes…y lo hacia por la necesidad de traer un
centavito… mi mama vendía flores, ahí a un lado del mercado, ni me acuerdo como
se llamaba esa calle… en aquel entonces era la plazuela…, pero pues ya me gustó,
es y ya después cambie a otros telares, pero ya más grandes donde ya tejía puras
colchas, yo ahí trabaje mucho tiempo, hasta que ya después hubo industria, no me
gustaba pero lo hacia por necesidad de que no faltaran centavos en la casa, pero
yo bien pobre, puros jacalitos…pero muy pobre Celaya en esa época…” (Entrevista
52) (Zeferino Jungo Pérez, 79 años, Masculino, Operador).
“Eran pobres, pobre completamente, pobres nosotros, ya después mi padre tuvo un
trabajo como le digo cuando estaba Torres, era un rancho Torres era una
ladrillera, todo eso de ladrillo, el machetón (ladrillo grande) y toda esa cosa
que sacaba para las casas y todas esas cosas, y pos todo eso era una cosa pos
bonita, y ahora ya ve, brincando la vía ya ve lo que es ahí, la Chevrolet, la
Ford, quien sabes es lo que esta montado allí, allí era una la saca, la saca,
que era la que atravesaba desde allá, venia desde el puente del río y atravesaba
la saca, agarraba todo ese rumbo la resurrección y todo ese rumbo, tierra
blanca, pasaba hasta allá, entonces entraba toda esa cosa de camino de jofre,
ahí estaba esa laguna de, ya no me acuerdo como se llamaba, pos no, no me
acuerdo, pos ya le digo todo eso”. (Entrevista 11) (Román Ramírez Trejo, 81
años, primaria, campesino). En los testimonios vemos transiciones de oficios que las personas experimentaron
y dejaron de ser: hiladores ambulantes a trabajadores textiles (entrevista 52),
del taller a la fábrica en los cambios tecnológicos, la geografía local
paulatinamente se va modificando con las actividades económicas, de los grandes
sistemas de riego que existían en las haciendas (lo que la entrevista 11 llamaba
saca mejor dicho sequia y sobre todo laguna), a nuevos asentamientos irregulares
(cinturones de pobreza) y colonias populares, comercios grandes y modernos,
plazas, fabricas, cultivos que nacen y desaparecen, devorados por la mancha
urbana que se modifica y los oficios también. Adiós vendedores de alfalfa,
leñeros, chiveros y arrieros de ganado (estos últimos que iban de la estación
del tren a jofre, pasando por las calles centrales, dejaron de circular), micro
fábricas de lejía, cañeros de esta zona, pajareros, etcétera. Imaginemos que
pudiéramos ver en foco fijo la ciudad de Celaya y observáramos los cambios
vertiginosos industriales que modifican el predominio de las actividades
agrícolas en el paisaje, así como sus formas de vida. La pobreza marchita las
vidas.
Hay un referente común en las entrevistas señalan la pobreza de muchas de las
personas que vivían en Celaya como familia, principalmente dentro de lo que se
llama cinturones de miseria (alrededor de la urbe), no era privativo del
municipio, propiciaba también que en los municipios más pobres (con menos
recursos) y en las comunidades rurales hubiera migración interna a otros
municipios con más recursos o a la capital.
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