Juquila Araceli González Nolasco (CV)
juquila@bianni.unistmo.edu.mx
juquilagonzalez@hotmail.com
Resumen
El argumento central de los zapatistas como práctica de lucha es la apropiación
de la exclusión. La exclusión es un proceso histórico de dominio hacia los
indígenas. A lo largo de 16 años de existencia pública han hecho evidente tal
cuestión. El primero de enero de 1994 le dijeron al mundo que a partir de ese
momento la exclusión ha sido negada por ellos. El proceso de negación demandó su
apropiación y de ahí que la historia que están construyendo los zapatistas es de
ruptura. Rompieron con la única herencia otorgada, la muerte. Es por ello que la
historia del movimiento cobra importancia no sólo por los logros de los
indígenas sino porque han hecho uso del hacha, es decir, tomaron en sus manos la
responsabilidad de romper con la condición mezquina que les había sido impuesta
por tantos siglos. Es a través de la historia del movimiento que conocemos como
los zapatistas enseñan-aprenden hacer otro tipo de política.
Palabras clave: zapatistas, política, historia, resistencia indígena, autonomía
I. Introducción
La historia zapatista es la historia de la hacha que constituye la negación histórica, política, social, económica, cultural que produce el sistema capitalista. Los zapatistas han hecho efectivo el uso del hacha en diferentes espacios y tiempos, ya que, también, desde la temporalidad de la tierra, como tiempo negado, hacen frente al tiempo del capital, al tiempo del estado. Es por ello que al hacer la historia los zapatistas, es necesario que nosotros pensemos desde otra temporalidad y espacialidad. Pensemos abiertamente e instalémonos en la órbita de la lucha que no nos niega como humanos.
Lo que se expone en este trabajo va encaminado a plantear cómo están usando el hacha los zapatista. La expresión del uso del hacha ha sido negando la exclusión desde diversas y múltiples formas y encontrándose con otras maneras, haciendo una órbita de la insubordinación.
La historia del hacha tiene como principio concebir a los creadores de la historia como sujetos activos; este tipo de historia antepone a hombres y mujeres de carne y hueso que luchan resisten desde una diversidad de frentes sociales bajo el propósito esperanzador de transformar su vida (Aguirre Rojas, 2005). La historia de esta lucha rebelde es, también, la manera en que la noche dispuesta, rompe con la historia que día a día los mata, negándolos, sometiéndolos al olvido o reduciéndolos al folclor.
El hacha zapatista es decir la historia zapatista se ha caracterizado por ser una lucha que apela a nuevas formas de convivencia social. La autonomía forma parte de esa nueva forma de convivencia que busca ser el parte aguas que rompa con el individualismo, sustento del sistema capitalista y por el falso colectivismo que lejos de fracturar a este sistema de dominio lo ha fortalecido. Es necesario ir más allá, es decir, romper con el capitalismo en su totalidad en todas sus expresiones y manifestaciones de la vida.
Desde su nacimiento el movimiento rebelde hizo evidente que toda acción político-militar que realiza tiene un móvil autónomo. Nadie externo determina sus prácticas ni al interior de las comunidades ni hacia afuera en su lucha frontal contra el estado mexicano y el sistema capitalista.
Toda práctica revolucionaria implica su contradicción. En los zapatistas la autonomía está en tensión entre lo militar y lo político. Las armas militares y las armas políticas establecen la diferencia entre el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y el movimiento zapatista. En el principio fue un ejército pero no siempre lo es. En el presente son un movimiento que niega su principio, es decir como única forma de lucha lo militar. Como principio fueron zapatistas y como presente luchan como zapatistas. Sin embargo, es en este presente que tienen que negarse como zapatistas. No me refiero al presente como a las formas cuantificables del tiempo sino al presente como un tiempo de lucha. Así negarse como zapatistas implica no dar permiso a la clasificación porque “ser zapatista” puede leerse también como una forma clasificatoria. La autonomía tiene como presente, como hacer, como arma contribuir a la anticlasificación (Holloway, 2002).
Constituye una responsabilidad del movimiento reflexionar de manera crítica sobre su propio camino. A los largo de catorce años de lucha han provocado a nivel latinoamericano y mundial que la insubordinación cómo práctica rompe con las demagogias revolucionarias existentes. La crítica no es ningún método de lucha, es parte de la lucha y brota del instante mismo de la experiencia rebelde.
Es por ello que si hemos de hablar de zapatismo, lo haremos como proceso contradictorio y si hemos de hablar de zapatistas nos referimos a la construcción de un nuevo sujeto social, un movimiento de ruptura y resistencia histórica. Y aunque esto pareciera ya una forma clasificatoria, es más bien una invitación a leer abiertamente la historia de unos rebeldes que decidieron hacer frente a la dominación.
En primer lugar presento un recorrido de las formas político-militares del zapatismo a lo largo de catorce años de insubordinación; en segundo lugar expongo cómo otras luchas se encuentran con los zapatistas en la órbita de la rebeldía y la desobediencia y desde su propio camino y perspectiva política-social crean hermanamientos intencionados o no con otras luchas a nivel latinoamericano y mundial.
II. La historia del hacha. Dieciséis años de resistencia: enero de 1994 a enero-2010
La historia del movimiento zapatista expresa un proceso real en tanto se comprende la dinámica interna del movimiento. Justo es decir aquí que se expone en este apartado la historia conocida por todos. En apariencia no hay nada nuevo que añadir o qué cuestionar. Sin embargo, la pretensión es decir que sí existe esa historia pero como momentos de síntesis abierta resultado de las contradicciones, tensiones, resistencias y formas creativas que enfrentan y viven las comunidades Por lo anterior, la historia del hacha se concibe de diferente forma cuando se ha escudriñado hacia dentro del territorio rebelde. Es urgente reflexionar sobre lo que han defendido, con lo que han roto y lo que han creado como movimiento inacabado.
Antes de que nacieran los zapatistas había ya historia. Los zapatistas han ido haciendo historias y cuando todavía no los conocíamos, ellos ya estaban haciendo uso del hacha. La llamada fase de clandestinidad del movimiento rebelde está inspirada en la noche dispuesta. Muchos que unieron sus arduas luchas anteriores y que sentían la necesidad y gusto de unirse para hacer frente a todo aquello que los estaba exterminado día a día.
El o la hacha según se guste nombrarla, no es la racionalidad instrumental de la organización zapatista, por el contrario es la practica misma de cortar, de romper. Así un grupo político-militar, un grupo de indígenas politizados muy experimentado y el movimiento indígena de la Selva, son los tres componentes que dieron origen, luego de diez años de gestación, al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (Harvey, 2002).
Los pueblos originarios de México resistieron la guerra de exterminio desatada por los invasores españoles, que impusieron su cultura, su religión, su poder y los despojaron de sus tierras, obligándolos a refugiarse en las selvas, montañas y desiertos, donde sobreviven en la miseria. Tras siglos de dominación española, ni la guerra de independencia, ni la reforma juarista, ni la revolución de 1910 modificaron sustancialmente esta situación. No se han reconocido los derechos de los pueblos indios en la Constitución Mexicana, ni en 1824, ni en 1857, ni en 1917. Su cosmovisión, su relación con la tierra y con la naturaleza, su organización comunitaria, sus prácticas colectivas, autónomas y su democracia directa les ha permitido resistir durante cinco siglos. A ello se agrega el planteamiento insurreccional de jóvenes provenientes de otros movimientos y la experiencia de lucha agrarista de las comunidades tzotziles, tojolabales, tzeltales, choles y mestizas de los Altos de Chiapas, de las cañadas de la Selva Lacandona, y de la Zona Norte de Chiapas. Así, el 17 de noviembre de 1983, se funda el Ejército Zapatista de Liberación Nacional . Nace estrechamente vinculado a la lucha de las comunidades indígenas, no como una guerrilla, sino como un ejército popular. El Comité Clandestino Revolucionario Indígena (CCRI) es integrado por los representantes políticos de las comunidades. Los Comandantes son los que mandan en común, es decir, los que mandan obedeciendo a sus pueblos (FZLN, 2003).
La resistencia a siglos de dominación de los pueblos indígenas los ha obligado a organizarse de diversas formas. La confrontación abierta es una manera en la cual los zapatistas han usado el hacha. Recurrieron al instrumento del estado, la Constitución mexicana, misma que los niega como lo que son. Al apropiarse de lo dicho en la Carta Magna de México, le hacen saber al estado la legalidad y legitimidad de la existencia del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional. Así la confrontación al estado burgués y al conjunto de instituciones que lo detentan fue el primer hachazo, y para ello había que ser contundentes.
El hacha de la confrontación se afila en las asambleas internas, siempre en la noche dispuesta. Las comunidades indígenas discuten y analizan en sus asambleas, que las reformas perpetradas por el entonces Presidente de la República Carlos Salinas de Gortari, desde el Artículo 27 Constitucional (que elimina el ejido), la firma del Tratado de Libre Comercio (que promueve la venta de riquezas nacionales al capital extranjero), hasta la política represiva del gobierno (que sólo responde con cárcel o muerte a las demandas populares), son la sentencia de muerte para los indígenas mexicanos. Las comunidades zapatistas llegan a la conclusión de que es mejor morir peleando que esperar la muerte por hambre, miseria, enfermedad o represión del gobierno. Así deciden levantarse, haciendo resonar su ¡Ya Basta!, en la madrugada del primero de enero de 1994.
La confrontación del zapatismo es al sistema capitalista y al estado como instrumento de dominio del mismo sistema; el desafío de los zapatistas es a la humanidad ante la exclusión y explotación mundial, el “ya basta” no es sólo una demanda, es el combate e impulso esperanzador para que la diversidad se exprese a su manera en el mundo entero.
Recordemos que miles de indígenas mal armados y con el rostro cubierto toman los municipios de San Cristóbal de las Casas, Ocosingo, Altamirano, Las Margaritas, Oxchuc, Huixtlán, Abasolo, Guadalupe Tepeyac entre otros, dando a conocer la Primera Declaración de la Selva Lacandona , que declara la guerra al ejército federal, llama al pueblo a unirse a las fuerzas insurgentes, y basándose en el Artículo 39 Constitucional, demanda la renuncia del usurpador Salinas. Tierra, techo, trabajo, alimentación, salud, educación, cultura, independencia, democracia, libertad, justicia y paz son las demandas que levantan los zapatistas. El gobierno moviliza a 25 mil efectivos del ejército federal para aplastar el levantamiento. Doce días duran los combates. El EZLN se repliega a las montañas para combatir en su terreno. El gobierno ordena el bombardeo contra la población civil en las montañas (EZLN, 1994).
El gobierno mexicano no ha dejado de exterminar no sólo a los zapatistas sino a todos los indígenas, desde el levantamiento armado hasta hoy día la guerra de contrainsurgencia ha tenido diversos matices. Tres sexenios presidenciales han hecho gala del poder coercitivo e ideológico para controlar y eliminar a los pueblos indios .
Dicen los zapatistas: la principal razón por lo que el zapatismo es novedoso, es “que tenemos que ser cuidadosos de que nadie trate de ser líder principal”. Las máscaras son para impedir que eso ocurra. “Se trata”, dice Marcos, “de ser anónimos, no porque tengamos miedo de nosotros mismos, sino para evitar ser corrompidos. Así nadie puede aparecer todo el tiempo y demandar atención” y sigue diciendo,
Nuestro liderazgo es un liderazgo colectivo y debemos respetar eso. Aunque ustedes me escuchan ahora a mí, en otro lado, hay otros que están enmascarados y también están hablando. Así que el enmascarado que está aquí hoy se llama “Marcos” y mañana puede ser “Pedro” en Las Margaritas, o “Josué”, en Ocosingo, o “Alfredo” en Altamirano, o como quiera que se llame” Así que el que habla es más bien un corazón colectivo, no un líder singular, o caudillo. Eso es lo que quiero decir, no un caudillo según la vieja imagen. La única imagen que ustedes tendrán es la de que quienes han hecho esta rebelión usan pasamontañas. Y llegará el momento en que la gente se dará cuenta de que basta con tener dignidad y ponerse una máscara y digan que ellos también pueden hacerlo (La Jornada 6 de enero de 1994).
La práctica político-militar de la confrontación en enero de 1994, la toma de los municipios es el reflejo del trabajo concreto realizado en las comunidades. Es la traducción del ejercicio político cotidiano, es un rompimiento con la lógica de la política clásica.
La sociedad civil por su parte se moviliza: cientos de miles marchan, exigen al gobierno parar la masacre y piden al EZLN dialogar. El 12 de enero de 1994, obligado por la presión social, el gobierno declara la tregua. El EZLN acepta ir al diálogo si se le reconoce como fuerza beligerante, si se libera a los zapatistas presos y si se retira al ejército.
El 13 de febrero, el EZLN libera al general Absalón Castellanos, ex gobernador de Chiapas, a quien se juzgaba por crímenes cometidos durante su gobierno contra el pueblo. Del 20 de febrero al 2 de marzo de 1994 se realiza el diálogo en la Catedral de San Cristóbal de las Casas. El gobierno promete construir algunas clínicas, escuelas y carreteras, pero se niega a hablar de la tierra, la justicia, la democracia, los derechos y la cultura indígenas (FZLN, 2003)
Las explicaciones lineales de las prácticas zapatistas presuponían la reproducción clásica de la política, es decir, la toma del poder. Las lecturas hechas fluían en esa tónica, sin embargo, cabe decir que otro tipo de lectura es la oficial, la de creer que las demandas de los indígenas se resolvían con políticas públicas que se reducen al clientelismo pero cómo efecto contra insurgente ha sido efectivo en los pueblos indígenas.
El EZLN consulta con las comunidades zapatistas la propuesta gubernamental. Esta es rechazada por abrumadora mayoría, pero también se decide mantener la tregua y seguir el diálogo, pero ya no con el gobierno, sino con la sociedad civil. Para esto, el 10 de junio de 1994, se da a conocer la Segunda Declaración de la Selva Lacandona , en la que se convoca a realizar la Convención Nacional Democrática (CND) en el Aguascalientes que construyeron los zapatistas en Guadalupe Tepeyac. Del 6 al 9 de agosto, seis mil personas de todo el país realizan la CND, acuerdan luchar por un nuevo Constituyente y una nueva Constitución que reconozca los derechos de todos los mexicanos, incluyendo a los pueblos indios y a buscar caminos civiles y pacíficos para el tránsito a la democracia. El EZLN entrega simbólicamente la bandera a la sociedad civil “nos hacemos a un lado pero no nos vamos”.
La democracia existente al interior de las comunidades indígenas ha sido uno de los mejores filos del hacha, cada acción política pública conocida contiene un arduo trabajo en todos los pueblos rebeldes. La Convención Nacional formó parte de la disposición de los rebeldes por compartir su lucha y de entretejer con otros sus luchas.
El 1 de diciembre de 1994, Ernesto Zedillo Ponce De León toma posesión de la presidencia de la república. El EZLN le informa que ha heredado una guerra y le da la “bienvenida a la pesadilla”. El 8 de diciembre Zedillo da el espaldarazo a la imposición de Robledo Rincón, candidato priísta a gobernador de Chiapas. Amado Avendaño, candidato de la sociedad civil, apoyado por la oposición se declara gobernador en rebeldía y llama a la resistencia civil. El EZLN rompe pacíficamente el cerco militar, en 38 municipios las comunidades desconocen a las “autoridades” priístas y, en base al artículo 39 de la Constitución, se declaran municipios rebeldes autónomos (Muñoz, 2003).
La creación de municipios rebeldes hizo que cambiara la geografía en tanto que los que no existían por no aparecer en el mapa o en las estadísticas generaron que las miradas, oídos y sentimiento del mundo conociera, y entendiera que había una luz en donde se creía había muertos.
La radicalidad del zapatismo es desde el principio, una forma de organización. El contenido de la lucha zapatista es la aniquilación del capitalismo y para ello, fueron más allá de condenar el capitalismo salvaje, por el contrario, crearon nuevas formas de organización política.
El 1 de enero de 1995, el EZLN da a conocer la Tercera Declaración de la Selva Lacandona con la que convoca a las distintas organizaciones políticas y sociales e individuos a formar el Movimiento de Liberación Nacional y un Frente Opositor Unido. Llama a la Convención Nacional Democrática que se formó en agosto de 1994 y a Cuauhtémoc Cárdenas a encabezar este nuevo proyecto de organización y de unidad, pero ni una ni el otro asumen esta responsabilidad. La CND está muy dividida para entonces. El sectarismo, el protagonismo y demás vicios que siempre impidieron la unidad de la izquierda provocan rupturas en el CND y la hacen abortar. Cárdenas por su parte está más preocupado por las pugnas que se desatan dentro del PRD luego de su derrota electoral en 1994 (Muñoz, 2003a: 5-11).
Aunque durante su campaña Zedillo había prometido que no usaría la fuerza, que buscaría el diálogo con el EZLN y, en enero de 1995 había enviado a sus emisarios a entablar contactos con los insurgentes; el 9 de febrero del mismo año, “desenmascara” al Subcomandante Marcos y ordena su aprehensión, junto con la de otros presuntos dirigentes del EZLN, diciendo que se estaban preparando levantamientos armados en otras partes del país.
El lugar donde se realiza la CND es un espacio político- cultural llamado “Aguascalientes” en la comunidad de Guadalupe Tepeyac, al igual que en esta comunidad se establecieron cuatro espacios más con el mismo nombre y propósito. En La Garrucha, Morelia, Oventic, Roberto Barrios, municipios pertenecientes a los zapatistas. Traiciona así Zedillo la voluntad mostrada por el EZLN para dialogar, ordena una nueva ofensiva militar, el ejército toma Guadalupe Tepeyac, destruye el Aguascalientes donde se realizó la CND, las bases zapatistas se refugian en las montañas. El EZLN decide no enfrentar al ejército, mantiene la tregua, se repliega. Nuevamente se moviliza la sociedad civil para detener la guerra. Cientos de miles de mexicanos se vuelcan a las calles para obligar al gobierno a regresar al camino del diálogo (FZLN, 2003).
El 9 de febrero de 1995, bajo la presión de los inversionistas extranjeros para que resolviera la crisis de Chiapas de una vez por todas, se expidieron órdenes de arresto contra docenas de supuestos líderes del EZLN en el país. En todos los lugares del mundo entre ellos Estados Unidos, algunos académicos, grupos y organizaciones civiles celebraron las características posmodernas del levantamiento, en especial el rompimiento con las antiguas formas de organización y de estrategia, y la eficaz utilización de los medios de difusión masiva y de las nuevas tecnologías de comunicación como Internet.
El 11 de marzo de 1995, el Congreso de la Unión aprueba la Ley para el Diálogo, la Conciliación y la Paz Digna en Chiapas, que reconoce a los zapatistas como mexicanos que se inconformaron y obliga al gobierno a dialogar y dar solución a las causas que dieron origen al conflicto. Derivada de esta ley, se forma la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), integrada por legisladores de todos los partidos políticos con representación en el Congreso de la Unión, cuya función sería coadyuvar al diálogo y traducir a términos de ley los acuerdos a los que se llegará en el mismo (EZLN, 1998).
En San Miguel Chiapas, se establece la agenda para el diálogo en cuatro temas: 1. Derechos y Cultura Indígenas, 2. Democracia y Justicia, 3. Desarrollo Económico y Bienestar Social, y 4. Derechos de la Mujer. En medio de grandes tensiones, el diálogo inicia en abril en el Municipio Autónomo San Andrés Sacamchen de los Pobres . Fingiendo dialogar, el gobierno comienza a aplicar una estrategia de guerra de baja intensidad: aumenta el número de efectivos militares, promueve la formación de grupos paramilitares, busca dividir a las comunidades con el uso clientelar de recursos de Progresa y de Procampo, desata campañas difamatorias en los medios de comunicación a su servicio (EZLN, 1998).
De lo anterior se desprende que el asunto ya no es sólo identificar los factores que facilitan u obstruyen la movilización popular en México sino que se trata de comprender el significado político de la lucha popular tanto en México como en estados autoritarios de América Latina y del mundo entero. ¿Cómo crean los grupos oprimidos espacios no sólo para combatir sus condiciones materiales sino también los discursos políticos y culturales, que reproducen su subordinación? La rebelión de Chiapas puede considerarse no sólo como un claro rompimiento con la ciudadanía corporativista del estado mexicano, sino como una crítica a las estrechas versiones de ciudadanía democrática. Los zapatistas no sólo evidenciaron el abismo entre los ideales liberales y la realidad cotidiana, sobre el que vive la mayoría de los mexicanos; también dieron lugar a posibilidad de una concepción más radical de la ciudadanía y de la democracia. (Harvey, 2000:34)
El EZLN lanza iniciativas que propician mayor participación de la sociedad civil. El 27 de agosto de 1995 se realiza la Consulta Nacional por la Paz y la Democracia. Participan en ella cerca de un millón y medio de personas que asumen como propias las demandas del EZLN, que están de acuerdo en que el EZLN, una vez lograda la paz, se convierta en una fuerza política diferente y nueva. Como resultado de la Consulta, el EZLN da a conocer la Cuarta Declaración de la Selva Lacandona , el 1 de enero de 1996, con la que llama a los hombres y mujeres honestos de México que comparten los objetivos de lucha zapatista, que no pertenecen a ningún partido político u organización, que luchen por la no toma del poder y que no aspiren a ocupar puestos en el gobierno ni de elección popular, a formar el Frente Zapatista de Liberación Nacional (FZLN). Dice el EZLN en la Cuarta Declaración “Con la unidad organizada de los zapatistas civiles y los combatientes zapatistas en el Frente Zapatista de Liberación Nacional, la lucha iniciada el 1 de enero de 1994 entrará en una nueva etapa. El EZLN no desaparece, pero su esfuerzo más importante irá por la lucha política. En su tiempo y condiciones, el EZLN participará directamente en la formación del Frente Zapatista de Liberación Nacional”. Con la formación del FZLN los zapatistas preparan su transformación en una fuerza política, civil, pacífica, democrática, nacional. Todo depende de que el diálogo con el gobierno llegue a buen fin y se cumplan cabalmente los acuerdos que se firmen (Muñoz, 2003b: 133).
Para que la palabra zapatista en San Andrés no sea sólo la de los pueblos indios de Chiapas, sino que incluya la de todos los pueblos indios de México, el EZLN convocó en enero de 1996 a la realización del Foro Nacional Indígena. Éste se realizó en la ciudad de San Cristóbal de las Casas y contó con la participación de representantes de la mayor parte de las etnias de todo el país. Representantes indígenas, acompañados por otros luchadores sociales, intelectuales, investigadores y abogados participaron con el EZLN, en calidad de asesores, en la Mesa 1 sobre Derechos y Cultura Indígenas de los diálogos de San Andrés. Así se construyeron los primeros acuerdos y se firmaron por ambas partes. (Gobierno y EZLN) el 16 de febrero.
Seguía la Mesa 2 del diálogo, sobre Democracia y Justicia. Al igual que en el caso anterior, el EZLN convocó a la sociedad civil para juntos elaborar las propuestas. Para ello, a fines de junio se llevó a cabo en San Cristóbal de las Casas el Foro Especial para la Reforma del Estado, con la participación de miles de hombres y mujeres de distintos sectores de la sociedad civil de todo el país (EZLN, 1998).
Las iniciativas de paz y de diálogo por parte del EZLN no se limitaron a la sociedad civil nacional. Dado el creciente interés y la solidaridad internacional, el EZLN convocó también a la sociedad civil continental e intercontinental. Así en abril de 1996 se realizó el Primer Encuentro Continental por la Humanidad y contra el Neoliberalismo, con la participación de delegados de casi todos los países de América y en julio del mismo año el Primer Encuentro Intercontinental (Intergaláctico se le llamó también) por la Humanidad y contra el Neoliberalismo en los cinco Aguascalientes zapatistas (Oventic, La Garrucha, Morelia, Roberto Barrios y La Realidad), con la participación de delegados de los cinco continentes (EZLN, 1997).
Por su parte el gobierno además de no cumplir con los acuerdos firmados en la Mesa 1 sobre Derechos y Cultura Indígenas, no presenta propuesta alguna para la mesa 2 sobre Democracia y Justicia. Sólo aparenta escuchar y finge seguir dispuesto al diálogo, pero en realidad ha decidido la guerra. Crece el número de efectivos militares: el patrullaje, los vuelos rasantes y el hostigamiento se intensifican. Surgen más grupos paramilitares, reclutados, armados y entrenados por el ejército federal, financiados y protegidos por los gobiernos federales, estatales y municipales. Los paramilitares expulsan de sus comunidades a bases de apoyo zapatistas, les roban sus cosechas y sus pertenencias e incendian sus casas; golpean, y asesinan impunemente a simpatizantes zapatistas (FZLN, 2003). Frente a esta situación, el EZLN decide suspender su participación en el diálogo, planteando el cumplimiento de cinco condiciones para regresar a él: 1 cumplimiento de los acuerdos firmados en la mesa sobre derechos y Cultura Indígenas. 2. Propuestas serias del gobierno para la Mesa sobre Democracia y Justicia y que sus representantes para el diálogo sean responsables y respetuosos. 3. Formación de una comisión de Seguimiento y Verificación del cumplimiento de los acuerdos firmados en el diálogo en la que participen el gobierno, el EZLN y representantes de la sociedad civil. 4. Cese al hostigamiento militar, desaparición de los grupos paramilitares (o que los uniformen de policías y reglamenten sus funciones). 5. Libertad de todos los presos políticos zapatistas (EZLN, 1998)
La suspensión de la participación del EZLN en el diálogo en un clima de guerra de baja intensidad no significó romper la tregua sino una nueva iniciativa de paz. El EZLN rompe simbólicamente el cerco militar, nombrando a la Comandanta Ramona, “su arma más beligerante e intransigente”, como su representante ante el Congreso Nacional Indígena que en octubre de 1996 realiza su Primer Asamblea Nacional en la ciudad de México.
Desde la traición de febrero de 1995 el gobierno adopta la estrategia militar llamada “guerra de baja intensidad”. Decenas de miles de soldados, como ejército de ocupación, estrechan un denso cerco militar en torno a las regiones de la Selva Lacandona, los Altos de Chiapas y la Zona Norte donde habitan los pueblos bases de apoyo zapatistas. Mientras el ejército federal realiza tareas de hostigamiento y contrainsurgencia, los medios lo presentan realizando “labor social” entregando despensas, sacando muelas, cortando pelo, sembrando arbolitos” (FZLN, 2003).
Los gobiernos federales, estatales y municipales manipulan los recursos de Procampo y Progresa para dividir a las comunidades. Los medios de difusión nacionales sostienen una campaña que pretende desprestigiar a los zapatistas. En un principio se les acusó de “transgresores de la ley”, pero también se han difundido otras acusaciones tales como que pretenden separar Chiapas de México, por supuestos intereses extranjeros, que el EZLN recibió apoyo de Salinas o que tiene nexos con el narcotráfico. Todo esto es parte de la guerra de baja intensidad y tiene la finalidad de aislar a los insurgentes, distorsionar su imagen, sembrar la desconfianza y restarles apoyo popular.
Luego de unos de esos periodos de silencio zapatista que tanto exasperan a la clase política en tiempos electorales, el EZLN lanza una nueva iniciativa de paz: la Marcha de 1,111 zapatistas al Distrito Federal. Con esta movilización da impulso a dos proyectos organizativos iniciados un año antes: el Congreso Nacional Indígena que realiza su Segunda Asamblea Nacional en la ciudad de México y el Frente Zapatista de Liberación Nacional que realiza su Congreso Fundacional. A éste, delegados del EZLN asisten en calidad de observadores. Era su propio proyecto organizativo para transformarse en una organización política de nuevo tipo, pero debido a que no se cumplen los Acuerdos de San Andrés, a que la guerra de baja intensidad continúa y, en consecuencia, a que el diálogo está suspendido, el EZLN debe seguir armado, rebelde, en resistencia y con el rostro negado, por lo tanto, no puede formar parte de una organización civil, pacífica. El EZLN pide al Frente Zapatista seguir adelante en la organización del zapatismo civil en el resto del país. Apenas tres meses después de la marcha de los 1,111, el 22 de diciembre de 1997, en una comunidad llamada Acteal, del Municipio de San Pedro Chenalhó, en los Altos de Chiapas, un grupo paramilitar masacra a 45 personas (mayoritariamente mujeres y niños) que oraban en la ermita de su comunidad (Muñoz, 2003:20).
Para 1998, la sociedad civil nacional e internacional se moviliza en repudio a esta matanza y ello obliga al gobierno a encarcelar a algunos paramilitares y a dar “licencia” al secretario de Gobernación, al gobernador estatal y a algunos funcionarios de los gobiernos estatal y municipal, pretendiendo con esto mediatizar los reclamos de justicia de la sociedad civil. De abril a junio de 1998 el gobierno desata otra escalada militar buscando desmantelar los municipios rebeldes autónomos zapatistas. Operativos verificados al amparo de las sombras de la noche o de la madrugada, en los que participaron de manera conjunta y coordinada miles de efectivos militares, cuerpos policíacos y grupos paramilitares ocuparon los Municipios de Amparo Aguatinta, Taniperla, Nicolás Ruiz, San Juan de la Libertad, Unión Progreso, Chavajeval y El Bosque, allanando domicilios, realizando detenciones ilegales, persiguiendo, torturando, encarcelando, hiriendo y secuestrando a presuntos zapatistas. El 10 de junio, en la comunidad de El Bosque cinco campesinos heridos fueron llevados presos, aún con vida. Días después fueron regresados en ataúdes. Murieron a causa de las torturas y fueron ejecutados.
La respuesta del EZLN a esta escalada militar es otra iniciativa de paz. En julio da a conocer la Quinta Declaración de la Selva Lacandona con la que convoca a una movilización nacional e internacional, parte de la cuál será la Consulta Nacional por el Reconocimiento de los Derechos de los pueblos Indios y por el Fin de la Guerra de exterminio. Para organizar la Consulta, en noviembre de 1998 se lleva a cabo en San Cristóbal de las Casas el Primer Encuentro Nacional de las Sociedad Civil y el EZLN.
Durante los últimos días de 1998 y los primeros meses de 1999 se organizan las Coordinadoras de Consulta en la mayor parte de los municipios del país, con la participación del EZLN en la promoción y organización. Para ello, diez días antes de la Consulta moviliza a 5,000 representantes de las distintas comunidades zapatistas (2,5000 hombres y 2,500 mujeres) que se distribuyen en pequeños grupos para cubrir la mayor parte de los municipios. El 21 de marzo se lleva a cabo la consulta, logrando la participación de más de tres millones de personas (FZLN, 2003).
Luego de la Consulta el gobierno reanuda el golpeteo a los municipios rebeldes autónomos. El 7 de abril de 1999, con un enorme despliegue militar, es tomado el municipio autónomo San Andrés Sacamchén de los Pobres mismo que fue sede del diálogo entre el gobierno federal y el EZLN. Pero miles de indígenas de diversas comunidades en Los Altos de Chiapas se movilizan, marchan a San Andrés, obligan pacíficamente a retroceder al ejército federal y recuperan el municipio.
En mayo del mismo año se realiza en La Realidad el Segundo Encuentro de la Sociedad Civil y el EZLN para evaluar los resultados de la Consulta. Las Coordinadoras de la Consulta se convierten en Coordinadoras de Contacto con el EZLN. De junio a agosto se realizan diversos encuentros de estudiantes, maestros, trabajadores y sociedad civil con el EZLN. Se hermana la lucha por el reconocimiento de los derechos de los pueblos indios con las luchas contra la privatización de la industria eléctrica y la salud pública, en defensa de la educación pública y gratuita y del patrimonio cultural de la nación. El 12 de agosto, mientras se inauguraba en La Realidad el Encuentro Nacional en defensa del Patrimonio Cultural, el Ejército Federal irrumpía en Amador Hernández, ocupando tierras ejidales para someter a las comunidades que se oponen a la construcción de una carretera transelvática que no sólo no llevará ningún beneficio a las comunidades sino que servirá para facilitar mayor penetración militar y el saqueo de las riquezas de la selva. Desde entonces, las comunidades indígenas de la zona sostienen un plantón que permanece frente al campamento militar hasta diciembre del 2000, cuando por fin es retirada esta posición militar (FZLN, 2003).
En el 2000 se calcula que suman ya 80 mil los soldados federales en Chiapas distribuidos en 259 posiciones militares. Hay ya 15 grupos paramilitares 15 mil policías de las distintas corporaciones federales, estatales y municipales, además de 5 mil efectivos de la Policía Federal Preventiva (PFP). Algunos incendios forestales son el pretexto para disfrazar de “guardabosques” a PFP y al ejército federal. Sigue la guerra de baja intensidad militar y las provocaciones y agresiones de los grupos paramilitares. El 2000, año electoral, es tiempo de silencio zapatista. “No es nuestro tiempo”, declara el Comité Clandestino Revolucionario Indígena- Comandancia General (CCRI-CG) del EZLN y, criticando a todos los partidos políticos, afirma no sentirse representado por ninguno.
Se realizan las elecciones. Después de 70 años, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) pierde la presidencia de la república. En Chiapas gana la elección una coalición opositora en la que participan juntos el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) entre otros. Antes de irse, Zedillo decreta la “expropiación” de tierras ejidales de Amador Hernández, donde desde agosto de 1999 permaneció un plantón de las comunidades reclamando el retiro del ejército.
El 2 de diciembre del 2000 el EZLN rompe el silencio, convoca a una conferencia de prensa en La Realidad y emplaza a Vicente Fox Quesada, presidente de la república a cumplir tres señales mínimas para reanudar el diálogo: 1. Aprobación de la iniciativa de ley indígena elaborada por la Cocopa sobre la base de los Acuerdos de San Andrés, 2. Retiro y cierre total de 7 (de un total de 259) posiciones militares, 3. Libertad a todos los zapatistas presos del país. Y anuncia que en febrero del 2001 realizará una marcha al Distrito Federal. para demandar el cumplimiento de las tres señales y convencer al Congreso de la Unión para que apruebe la iniciativa de la Cocopa.
El gobierno estatal libera a cuentagotas a algunos presos zapatistas. El ejército es retirado de Amador Hernández (lo traslada al cuartel de San Quintín, a escasos kilómetros de distancia) y dispone de las tierras que Zedillo había “expropiado” para instalar “centros de desarrollo comunitario” de la Secretaria de desarrollo Social (SEDESOL). El 31 de diciembre de 2000 bases de apoyo zapatistas toman pacíficamente el campamento militar de Jolnachoj, en Los Altos de Chiapas. Los soldados son trasladados al campamento militar de San Andrés, muy cerca de ahí.
En enero del 2001 son reubicadas las comunidades en cuarteles cercanos a las posiciones militares de Cuxulja y Roberto Barrios. Algunos presos más son liberados. El gobierno pretende hacer creer que “ya cumplió” las señales demandadas. Buscando desactivar la nueva forma de convocatoria a la sociedad civil nacional e internacional. El 24 de febrero se inicia la “Marcha del Color de la Tierra”, el 11 de marzo llega al D F, luego de recorrer los estados de Chiapas, Oaxaca, Puebla, Veracruz, Tlaxcala, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, Michoacán, estado de México, Morelos, Guerrero y el Distrito Federal. En toda la ruta, el EZLN levanta una gran movilización nacional. A su paso por Nurío, Michoacán, participa en la Tercer Asamblea del Congreso Nacional Indígena, ahí el CNI decide acompañar la marcha hasta el DF.
Entra al DF por Milpa Alta. Se aloja en la escuela Nacional de Antropología e Historia. El 11 de marzo sale de Xochimilco y llega al Zócalo. Durante su estancia en el DF, el EZLN visita los pueblos indios del Anáhuac, la zona norte del DF, realiza actos en el Instituto Politécnico Nacional, en las tres unidades de la Universidad Autónoma Metropolitana y en la Universidad Nacional Autónoma de México. Después de mucha cerrazón, el Congreso de la Unión acepta que la delegación zapatista hable en tribuna a nombre del EZLN. La Comandanta Esther pronuncia el discurso central del EZLN. Defiende la Iniciativa de la Cocopa y aclara, entre otras cosas que: “El subcomandante Insurgente Marcos es eso: un subcomandante. “Nosotros somos los Comandantes, los que mandamos en común, los que mandamos obedeciendo a nuestros pueblos. No está en la tribuna el jefe militar de un ejército rebelde. Está quien representa la parte civil, la dirección política y organizativa de un movimiento legítimo, honesto y consecuente y, además legal por gracia de la Ley para el Diálogo, la Conciliación y la Paz Digna en Chiapas” (EZLN, 2001: 386-387). Con esto, el EZLN da por terminada una etapa de lucha que dio inicio con la publicación de la Quinta Declaración de la Selva Lacandona.
No se cumplía aún un mes después de que la Marcha zapatista regresara a las montañas del sureste, cuando el poder legislativo acuerda el dictamen de “ley Indígena que no tiene nada que ver con la iniciativa de la Cocopa ni con los Acuerdos de San Andrés. El EZLN rechaza esta “ley indígena” aprobada debido a que no reconoce a los pueblos indios como sujetos de derecho público, no permite el ejercicio de la autodeterminación ni la autonomía, no reconoce el derecho de los pueblos a los territorios ni al uso y disfrute de sus riquezas naturales, no permite sus prácticas democráticas ni el derecho a contar con proyectos propios de desarrollo sustentable ni a contar con sus propios medios de comunicación.
El EZLN suspende todo contacto con el gobierno. No irá a ningún “diálogo” con el gobierno hasta ver que se cumplan las tres señales mínimas demandas. Ninguna se cumplió cabalmente: la burla legislativa traiciona los Acuerdos de San Andrés, el ejército se retiró de las 7 posiciones demandadas, pero sólo fue reubicado en cuarteles cercanos y sigue hostigando a las comunidades como tampoco han sido liberados todos los presos zapatistas.
El EZLN decide seguir rebelde y en resistencia. El CCRI-CG inicia otro período de silencio desde fines de abril del 2001 (sólo interrumpido en octubre del 2001 con motivo del asesinato de la abogada Digna Ochoa). Se reactiva la guerra de baja intensidad. El patrullaje militar, los vuelos rasantes y el hostigamiento se han incrementado. Ahora ya no sólo son de priístas los grupos paramilitares. Organizaciones de filiación perredista, como la ORCAO en Ocosingo participan en provocaciones y enfrentamientos contra bases zapatistas en el municipio de Moisés Gandhi, Patria Nueva y el municipio autónomo 1º de Enero, esto como parte de la estrategia política de los partidos políticos para fragmentar la lucha zapatista.
En julio del 2002, la Suprema Corte de Justicia declara improcedente las controversias constitucionales interpuestas por más de 3000 pueblos indígenas de todo el país. Queda negado el reconocimiento constitucional de los derechos y la cultura indígenas. Nuevas agresiones de grupos paramilitares ocasionan más muertes en los municipios autónomos, las víctimas son autoridades autónomas.
En noviembre del 2002 se suscitó una polémica por el tema vasco, con motivo de una carta con la que el EZLN saluda la inauguración de un “Aguascalientes” en Madrid, en la que se hace reconocimiento público de la lucha política del pueblo vasco por su autonomía y se critica al juez Garzón por ilegalizarla. Esto es manipulado por la prensa como un supuesto apoyo del EZLN a la ETA. El juez Garzón reta a debate al Subcomandante Marcos. El EZLN responde con la iniciativa de “dar oportunidad a la palabra”, proponiendo que todas las fuerzas sociales y políticas involucradas en el conflicto vasco dialoguen y encuentren vías pacíficas para solucionarlo, incluyendo a ETA, para ello, se le pide que haga una tregua .
En diciembre de 2002 se reanuda la ofensiva gubernamental para desalojar a las comunidades indígenas en Montes Azules. Los habitantes de la comunidad Lucio Cabañas son desalojados “pacíficamente”. La comunidad lacandona priísta amenaza con hacer uso de la violencia.
El silencio zapatista se rompe el 1º de enero de 2003 al celebrarse el 9º Aniversario del alzamiento zapatista, con una gran movilización de las bases zapatistas en San Cristóbal de las Casas. Durante el mes de febrero se publica el Calendario de la resistencia, una serie de 12 cartas (estelas), una por cada uno de los estados de la república por los que pasó la Marcha del Color de la Tierra en 2001. En este nuevo recorrido se mencionan las resistencias y rebeldías que se desarrollan en estos estados en el tiempo transcurrido desde la marcha zapatista de 2001. Los gobiernos federal y estatal siguen hostilizando a las bases zapatistas asentadas en Montes Azules. También en la Zona Norte, en la selva y los Altos de Chiapas se denuncian cotidianamente ataques de los grupos paramilitares. El ejército federal intensifica los patrullajes, los vuelos rasantes y los retenes militares como parte de la llamada “operación centinela” (La Jornada, 2003).
En abril de 2003, el EZLN hace público su respaldo al manifiesto Trabajamos por la Paz y la Justicia que firmaron Noam Chomsky, Eduardo Galeano y muchos otros intelectuales y pide al FZLN difundirlo, promover su discusión con la gente para enriquecerlo y acompañarlo con la firma y con acciones civiles y pacíficas contra la guerra.
En agosto del 2003, se anuncia la muerte de los “Aguascalientes” y el nacimiento de los “Caracoles” junto con la construcción de las Juntas del Buen Gobierno y se avanza en la autonomía zapatista. El 8, 9 10 de agosto fue la fiesta de los “Caracoles” en Oventic en los Altos de Chiapas. El 9 de agosto el EZLN llama al pueblo de México a llevar adelante el plan La Realidad-Tijuana en el que proponen 7 acuerdos comunes y 7 demandas nacionales como respuesta frente a los planes de la clase política al pretender fragmentar al país.
El 1 de enero de 2004 se festejó los 10 años del levantamiento armado zapatista y los 20 años de la lucha. En la Selva Lacandona los zapatistas en voz de uno de los representantes de la Junta de Buen Gobierno mencionó: “No sólo tenemos la capacidad sino la creatividad. La capacidad moral para el pueblo de México en las formas de hacer política”
Con la creación de las Juntas de buen Gobierno, y de los Caracoles, ha sido uno de los frutos más importantes de los zapatistas. La nueva forma de organización se traduce como trabajo concreto de las comunidades. Están creando un nuevo modo de organizar el poder, como valor de uso. Las Juntas de Buen Gobierno como experiencia horizontal de la política han puesto en jaque a la noción clásica del poder.
La creación de Consejos Autónomos, municipales y regionales y la forma de reorganización al interior de las comunidades establecieron nuevas formas de relación con la sociedad civil nacional y mundial. A partir de agosto de 2003 toda relación entre los zapatistas con los otros es a través de Las Juntas de Buen Gobierno.
Si bien el zapatismo ha utilizado de muchas formas el hacha, una veces, solos, otras más han invitado a los otros que existen en otros lugares, para decirles tan sólo su manera de afilar el hacha, es decir de hacer la rebeldía.
El año de 2004 sirvió al movimiento para crear nuevas rutas y replanteamientos en su lucha. Tras un año de funcionamiento de las Juntas de Buen Gobierno, era necesario tomar distancia de lo construido en diez años de lucha abierta. Tiempo del silencio y de organización interna para reorganizar la lucha y la resistencia.
El 19 de junio de 2005 se declara la Segunda Alerta Roja para las comunidades, indígenas para decirle al mundo que hay una nueva temporalidad para el movimiento. Un día después se explican los motivos de la alerta “Primero Y Único.- Les informamos que, desde mediados del año del 2002, El EZLN entró en un proceso de reorganización de su estructura político-militar. Esta reorganización interna ya ha terminado.” Así lo que hay es una reestructuración del movimiento en el campo político, y social para hacer frente al capitalismo.
Construir otra cosa distinta a lo que habían hecho después de doce años de lucha abierta les llevaba a pensar qué hacer y cómo hacerlo, es por ello que dicen “llegó la hora de decidir si vamos a caminar para encontrar eso que falta. Encontrar no, construir sí, construir otra cosa”.
Para Junio de 2005 los zapatistas buscan puentes “La otra Campaña” previo a ello, la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, puso de manifiesto, que la lucha rebelde tomaría otros caminos sin renunciar a las exigencias originales: Democracia, Justicia y Libertad.
La Sexta Declaración es una síntesis abierta en la que se pone de manifiesto la creación de nuevas leyes, que incluyan a los excluidos, a todos aquellos que no existen más que cómo explotados o mercancías; una constitución que reconozca más no otorgue los derechos de los pueblos indígenas.
La creación de un nuevo programa de lucha, de nuevas formas creativas de organización no electoral ni partidista es la premisa mayor de la conformación de la izquierda. La Sexta es una invitación provocadora a la mundialización de la lucha, busca rebasar las fronteras impuestas por la hegemonía mundial.
Es necesario considerar que la Sexta Declaración y la creación de la Otra Campaña propone ir más allá del estado, esto quiere decir que para atravesarlo es necesario no recurrir a los mismos instrumentos que el estado usa para dominar. Ante la negativa del estado mexicano por reconocer los Acuerdos de San Andrés, el movimiento zapatista se radicaliza aún más en sus estrategias de lucha.
La capacidad propositiva es una característica del movimiento zapatista, de ahí que la propuesta es no recurrir a las formas enajenadas de la lucha. Retan hacer de la política un valor de uso y desde ese principio entender que cada lucha muy a su manera no puede por sí misma abarcar todos los frentes de la dominación del capital que es necesaria la creación de la órbita de la insubordinación mundial.
Con el inicio de la Otra Campaña, el gobierno mexicano en sus tres niveles incentivó la presencia de grupos paramilitares como la OPDIC, para hostigar y provocar la confrontación entre grupos indígenas priístas y zapatistas; desaparición forzada y asesinatos a indígenas; el aumento de proyectos ecoturísticos como estrategia fragmentadora de la rebeldía aunada a los golpes traidores como el despojo de las tierras recuperadas por el movimiento rebelde en 1994 han sido el contexto sobre el cual los zapatistas siguen resistiendo y creando.
El zapatismo se diferencia de otros grupos, colectivos, movimientos porque los mueve la incertidumbre como característica de la rebeldía. Así durante todo un año realizaron el recorrido por todo el país, encontrándose con otras luchas. El Frente Zapatista de Liberación Nacional deja de ser un puente en la lucha y de difusión de los pueblos en resistencia y medio en que la sociedad civil podría unirse a la lucha zapatista . La Otra Campaña radicalizó la lucha, desaparece el FZLN y se rompen relaciones con todos aquellos que no conciben una forma diferente de hacer política, es decir, que no esté mediada por los procesos electorales ni por el sistema de partidos.
El movimiento zapatista no es el único movimiento en resistencia en México. El movimiento del Frente Popular de los Pueblos en Defensa de la Tierra también ha hecho presente su resistencia ante el despojo de tierras para la creación de un aeropuerto en Atenco, haciendo el uso de los machetes resistieron a tal acción gubernamental. En 2006, aparece otro movimiento en el estado de Oaxaca la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO). Respeto y solidaridad de esas luchas ponen de manifiesto los zapatistas que para cambiar el mundo es necesario el respeto a las formas de resistencia y de lucha al capitalismo.
Al interior del país han sido respetuosos de la lucha de la APPO en Oaxaca. El zapatismo se ha solidarizado con el movimiento de Atenco. Con el Movimiento Sin Tierra en Brasil, el movimiento Piquetero en Argentina, con los indígenas de Bolivia, las luchas venezolanas, con el pueblo cubano así como con las luchas mundiales en defensa de la humanidad y en contra de la globalización evidencian que el zapatismo es una bisagra. Hacia dentro del movimiento, las prácticas realizadas son el espejo de la rebeldía esperanzadora y creativa. Hacia fuera inspira hacia los del otro lado; es decir de todos aquellos que no son indígenas o no son zapatistas a que busquen, imaginen y forjen sus propios modos de luchar.
La sucesión de la presidencia de la república pone de manifiesto, una vez más, la crisis de los partidos políticos y de una clase política desgastada y corrupta, la burguesía nacional que tiene a merced los medios de información invierten en la distracción del proceso electoral. El país está sometido al espectáculo pueril de la política. El fraude electoral de julio de 2006 evidencia el teatro de las instituciones como el Instituto Federal Electoral (IFE). Los aparatos ideológicos de estado minuto a minuto cerraban las posibilidades de pensar la política de diferente forma.
El movimiento zapatista declara el 4 de mayo de 2006 la Tercera Alerta Roja en apoyo al movimiento de Atenco . Acción que fue muy criticada por ser considerada como acto publicitario del EZLN y de Marcos ante una contienda electoral presidencial mediática. Por primera vez el subcomandante Marcos ofrece una entrevista a televisa, a la periodista Carmen Aristegui y al periódico la Jornada , expresa que el triunfador de las elecciones sería Andrés Manuel López Obrador, candidato del Partido de la Revolución Democrática, Partido del Trabajo y Convergencia, sin embargo marca la postura del zapatismo, en cuanto a no apoyar a ningún partido ni candidato. Las críticas a Obrador generan que la población identificada con el discurso obradorsista y simpatizantes del zapatismo, los obligara a tomar postura.
Algunos medios de información hicieron creer a la gente que Marcos apoyaba a Calderón y eso tuvo un efecto negativo entre comillas al zapatismo. El sentir popular decía que tanto los obradorsistas como los zapatistas iban por el mismo camino. La verdad de las cosas es que a dos años del fraude electoral y de la imposición de Felipe Calderón como presidente constitucional ha generado la polarización de la población y la reforma a la ley del ISSSTE y la reforma petrolera evidencian que los caminos de la lucha zapatista no coinciden ni en forma ni en contenido con los intereses de Obrador.
En diciembre de 2006 los zapatistas convocan al “Encuentro de los pueblos Zapatistas con los pueblos del mundo”. El Caracol de Oventic recibió a miles de personas dispuestas para escuchar de voz propia a los indígenas rebeldes, que han hecho, logrado y los problemas que han enfrentado desde la creación de las Juntas de Buen Gobierno, a más de escuchar el informe del Subcomandante Marcos a las comunidades sobre los trabajos realizados en un año de La Otra Campaña.
En julio de 2007 el movimiento zapatista invitó al “Segundo Encuentro de los Pueblos Zapatistas con los Pueblos del Mundo”. Para esta ocasión los Caracoles de Oventic, La Realidad y la Garrucha fueron las sedes para que los unos con los otros de todo el mundo educación, autonomía, salud, trabajo de mujeres y de las autoridades autónomas los temas que predominaron en los dos encuentros.
En diciembre de 2007 se celebra el Primer Coloquio In Memoriam Andrés Aubry el tema central la lucha antisistémica, se reunieron intelectuales de todo el mundo para exponer sus ideas. El subcomandante Marcos participa en todas las mesas de trabajo. Y participa algunos comandantes del EZLN.
Por su parte el gobierno calderoncista ha criminalizado a los movimientos sociales, bajo pretexto de la lucha por la seguridad y contra el narcotráfico. La guerra de exterminio contra la protesta social y las formas de organización social, han constituido el plan de gobierno de un presidente que está a servicios de los intereses de la burguesía transnacional.
Del 28 al 31 de diciembre de 2007 se realiza el Tercer encuentro de los pueblos zapatistas con los pueblos del mundo “La Comandanta Ramona y las Zapatistas”. Las luchas en el sistema capitalista tienen que atacarse por todos los frentes y las luchas por la defensa por los derechos de las mujeres y por la diversidad de género es urgente. De nueva cuenta, los zapatistas invitan a la sociedad civil mundial tejer la órbita de la lucha, la palabra de las mujeres indígenas es el eje central de los trabajos. Las diferentes luchas de mujeres en el mundo compartieron sus formas de exigir respeto como seres humanos, expusieron como la dominación del sistema capitalista para las mujeres es la de anteponerlas como mercancía dentro del sistema.
Desde su formación, los zapatistas, han sacado filo al hacha de diferentes formas, los comunicados, el uso de medios cibernéticos para darse a conocer para gritar su existencia como seres humanos, pero lo que ha hablado por ellos son las nuevas formas de convivencia social existente entre las comunidades y de su nueva relación con los otros, que viven en otros lados.
En septiembre de 2008 los zapatistas ya están afilando el hacha nuevamente, y es que entre cada afilada y uso de ella su corazón se va llenando de rabia, lo único que tienen claro a catorce años de lucha abierta es que la creatividad y la lucha por lo posible es lo que permitirá que los que se descubrieron con pasamontañas el primero de enero del 94 no mueran, porque ahora es tiempo del “Primer Festival Internacional Por la Digna Rabia” la fecha es diciembre de 2008, los temas todo lo “otro”
Siempre en la noche dispuesta, hombres, mujeres, niños, niñas, ancianos, pichitas, como pueden y entienden la lucha y el mundo quieren un mundo donde no estén solos, nos han más que invitado a su lucha como simples espectadores, o simpatizantes de ideales demagógicos, han retado a la humanidad a construir una órbita de resistencias; la construcción de una nueva teoría heliocéntrica la esperanza y la posibilidad de un nuevo sujeto social.
III. Consideraciones inconclusas
Mostrar algunos elementos del uso del hacha zapatista, forma parte del proceso de conocimiento que nos retan porque la humanidad está desesperada y necesitada de esperanza. El principio ético de la lucha zapatista me permite ver que aún no es hora de entregar las armas. Las armas del movimiento zapatista han puesto en crisis a las formas de hacer política no sólo en México sino en el mundo. Lo cual no los convierte en un movimiento vanguardista. Si bien la lucha por la autonomía no nace con ellos lo que sí nace con ellos es la manera de pensarla y de hacerla. En este sentido entiendo la autonomía zapatista como un proceso de construcción propia. Construcción no lineal sino contradictoria. Desde el 1 de enero del 94, las armas se hicieron presentes bajo la forma militar y también en términos políticos. Las armas han sido rifles, palos, pasamontañas, paliacates, botas y pies descalzos, pantalones y vestidos, diálogo, resistencia, lucha traducida en utopía-incertidumbre. La autonomía es un hacha que se usa, que se hace. No se exige autonomía en la Primera Declaración de la Selva Lacandona, es porque desde la noche dispuesta en la clandestinidad y más antes lo que han hecho durante su tiempo de vida es usarla .
Las armas de los zapatistas han cambiado hacia dentro y hacia fuera. Con la creación de los “Aguascalientes”, la Convención Nacional Democrática, el Encuentro Intergaláctico, los silencios, las consultas, la Marcha, la Sexta Declaración y la Otra Campaña, en otras palabras, la forma de hacer política responde a las exigencias del tiempo de lucha. Crear espacios es abrir el camino entre los zapatistas y la sociedad civil en resistencia. Pero el tiempo de la lucha cambia y por ende no podemos pensar al zapatismo como algo estático, cuantificarlo ni calificarlo por sus logros sino por la incertidumbre que genera su práctica. Los momentos de crisis del zapatismo, como lo es actualmente la creación de las Juntas del Buen Gobierno, lo ponen en una encrucijada entre lo político y lo militar. Recordemos que en 1994 se declararon los Municipios Autónomos Rebeldes. Aquí la autonomía fue una apropiación del territorio, lo militar se hizo presente, pero en esta apropiación se empezó a crear lo político, una geografía de la resistencia. El ¡Ya Basta! superó a la recuperación de las tierras por el Ejército Zapatista, fue más allá del poder militar; sin embargo, hay que reconocer que el poder militar no ha podido eliminarse totalmente. La creación de las Juntas son la forma más genuina del trabajo concreto llamada autonomía y la más peligrosa. La peligrosidad radica en hacer de esta práctica una racionalidad instrumental de la organización es decir funcionalizarlo, en otras palabras, el zapatismo hecho institución.
El Himno zapatista en una de sus estrofas dice: “ya se mira el horizonte combatientes zapatistas el camino marcará a los que vienen atrás. Vamos, vamos, vamos, vamos adelante para que salgamos en la lucha avante, porque nuestra patria grita y necesita de todo el esfuerzo de los zapatistas.” Este es el tiempo de lucha de los zapatistas. No el del himno sino el del vamos, vamos. Queda claro que su sueño es la ruptura con las formas de reproducción del capitalismo y el uso del hacha es tajante, la desaparición de la propiedad privada. El reto al que evocan los zapatistas es la construcción de una lucha, ese es el horizonte, incierto y esperanzador a la vez…
IV. Referencias bibliográficas
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Harvey, Neil. La rebelión de Chiapas La lucha por la tierra y la democracia. México, Era, 2000
Holloway, John. Cambiar el mundo sin tomar el poder. El significado de la Revolución hoy. Buenos Aires, Herramienta, 2002
Muñoz, Gloria. 20 y 10 el fuego y la palabra. México, Coedición revista Rebeldía, La Jornada, 2003
Muñoz Ramírez, Gloria. “EZLN: Caminar preguntando. Diez años de lucha y resistencia zapatista. En Rebeldía. Agosto, número 10, 2003ª
Muñoz Ramírez, Gloria. “EZLN: Caminar preguntando. Diez años de lucha y resistencia zapatista. 1996-1997 (segunda parte)” en Rebeldía, Septiembre, número 11, 2003b
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