Ignacio Casado Galván (CV)
dphicg@yahoo.es
Resumen: Podemos delimitar el centro como el lugar geográfico y con un contenido
social especÃfico. Se asocia a las siguientes funciones: integración de
elementos del conjunto de la ciudad, la coordinación de actividades y la función
simbólica. La noción de centro urbano no implica automáticamente la de
centralidad geográfica y además no es una entidad espacial inmutable. Por tanto
es preciso delimitarlo en cada momento histórico en relación con el resto de la
ciudad. La noción de centro urbano, es fundamentalmente sociológica, pero es
preciso también delimitar las formas y las caracterÃsticas de ese centro. A la
hora de delimitar el centro urbano se han seguido dos direcciones: analizar sus
usos y actividades o fijarse en los valores del suelo. En las grandes áreas
metropolitanas actuales se produce una descentralización urbana y la difusión
del fenómeno de la centralidad.
Palabras clave: centro urbano, gentrificación, centro histórico, centro de
negocios, valor del suelo, calidad tridimensional, despoblación residencial,
accesibilidad.
1. Concepto de centralidad urbana.
Para referirnos al centro urbano tenemos que tener en cuenta varios aspectos relacionados: ideológicos, teóricos, prácticos y formales. El concepto de centro se refiere en primer lugar a un tipo de ocupación del espacio, en segundo lugar a un conjunto de funciones y de grupos sociales localizados sobre un lugar de caracterÃsticas más o menos especÃficas y en tercer lugar al papel predominante que el centro desempeña en el control de crecimiento urbano.
En resumen podemos delimitar el centro como el lugar geográfico y con un contenido social especÃfico. Más que definir lÃneas de separación se tratarÃa de identificar espacios ocupados por ciertas actividades y que connotan ciertas funciones:
la función de integración de elementos del conjunto de la ciudad,
la coordinación de actividades
y la función simbólica.
Desde diferentes ámbitos se perfilan diferentes ideas:
Desde la sociologÃa el centro urbano se distingue por ser un centro comunitario, la idea de la comunidad urbana. Con mecanismos de integración y localización de las instituciones. También aparece la centralización de sÃmbolos relacionados con el poder y converge el sistema de comunicaciones.
Desde la ecologÃa urbana el centro aparece como funcional, como zona de intercambio y zona de integración de actividades descentralizadas: comercio y actividades de gestión.
Desde una perspectiva económica es la economÃa de mercado la que regula la distribución de usos y actividades en el espacio urbano. Si determinadas actividades (comercio, gestión) se localizan en el centro podemos suponer que es porque la centralidad genera beneficios tan elevados que pueden compensar los precios elevados del suelo.
Todas estas perspectivas confluyen en un único proceso social de organización del espacio urbano. Y ésto nos explica que el centro sea un centro de intercambio, lúdico y simbólico con valores referenciales como sÃmbolos del poder, lo religioso, las riquezas y la cultura.
En conclusión. La noción de centro urbano no implica automáticamente la de centralidad geográfica y además no es una entidad espacial inmutable. Por tanto es preciso delimitarlo en cada momento histórico en relación con el resto de la ciudad. Finalmente el centro urbano, la noción de centro urbano, es fundamentalmente sociológica, pero es preciso también delimitar las formas y las caracterÃsticas de ese centro.
2. Criterios de definición o delimitación.
A la hora de delimitar el centro urbano se han seguido dos direcciones: analizar sus usos y actividades o fijarse en los valores del suelo.
Valores del suelo.
La más interesante es la segunda, pero también es la más difÃcil de desarrollar. Para establecerla hay tres tipos de datos: el precio del suelo, los alquileres y los valores tasables.
El precio del suelo: es el dato más útil, pero el más difÃcil de encontrar, ya que el problema es disponer de datos fiables (hay que tener en cuenta la doble contabilidad, ya que no suelo ser lo mismo lo que se paga que lo que se escribe). Los documentos tienen entonces un margen de error que no conocemos. El valor que toma ese suelo refleja exactamente la presión de la demanda sobre un bien escaso. De ese valor dependen otras cosas: como el grado de compactación o la altura de los edificios, ya que se busca el máximo aprovechamiento de un recurso restringido y muy caro. Si la presión es muy fuerte y el espacio es limitado los edificios crecen en altura, llegando en los casos más extremos a la construcción de rascacielos.
Las tasas de alquileres: establecidas por superficie o por metros de fachada, el problema es de nuevo encontrar datos fiables. Al tratarse de costos o rendimientos netos del suelo su conocimiento supone ejercer algún tipo de control sobre las plusvalÃas, las prácticas especulativas y sobre la tributación fiscal. Por ello los análisis se tienen que basar en estimaciones.
Los valores tasables: son valoraciones próximas a la realidad del mercado, realizadas por la administración para actualizar las cuestiones fiscales. La fuente más fiable son las oficinas que se dedican a actualizar los valores catastrales y el Ministerio de hacienda. Los ayuntamientos establecen Ãndices de valoración del suelo pero de fiabilidad muy reducida, basados normalmente en datos muy retrasados, ya que el mercado va por delante. La fuente más fiable son los tribunales con los expedientes de discordia entre dos partes.
En definitiva todos estos datos centrados en el valor presentan problemas por su fiabilidad reducida y por ello el investigador tiene que recurrir de nuevo a estudiar los usos del suelo.
Aspectos compositivos.
Destacamos en primer lugar la calidad tridimensional (Johnson): hay muchas empresas que quieren beneficiarse de la localización central, desencadenándose una fuerte competencia entre ellas, que dispara los precios del suelo, provocando su compactación y desarrollo en altura.
En segundo lugar debemos considerar las caracterÃsticas técnicas que lo hacen posible: edificios muy altos que no serÃan posibles sin la aparición de determinadas técnicas constructivas (en el Chicago de 1885 aparecieron los armazones de hierro en la construcción y los primeros rascacielos, y otros elementos tecnológicos que los hacen habitables como los ascensores por ejemplo).
Desde el punto de vista funcional esta edificación provoca una gran concentración de actividades y empresas. Cada edificio equivale a una pequeña ciudad. Esto crea muchos problemas funcionales, pero, a cambio, maximiza las relaciones entre empresas.
Una última implicación es medioambiental: en el centro de las grandes ciudades la calle no puede desempeñar la función tradicional de comunicación, sólo si existieran restricciones al tráfico motorizado podrÃa. La competencia por un espacio en vertical priva al conjunto urbano de dos elementos naturales como son la luz y el aire. Para disponer de estos dos elementos naturales solo son disponibles para los que se localizan en el centro de la ciudad si cada nuevo edificio se construye a una altura igual o superior que los demás.
Un tercer aspecto importante es la despoblación residencial que se produce en el centro urbano. En todas las ciudades primero se concentra población en el centro, pero posteriormente comienza a despoblarse. Por ejemplo el centro de la ciudad de Pamplona perdió en el siglo XX el 50% de su población, el centro de la ciudad de Toledo a perdido el 40% de la población desde 1950 y Madrid desde 1960 también el 40%.
La gran demanda de espacio central eleva los precios del suelo, el precio selecciona los usos, y al ser muy elevado los selecciona mucho más. De esa manera los residentes del centro van a verse desplazados hacia otras zonas, no de manera obligatoria, sino porque obtienen beneficios elevados por vender o traspasar los edificios ahora muy cotizados para otros usos (terciarios de alta rentabilidad). Y quien no vive en el centro no puede trasladarse a vivir allà por los elevados precios. Solo quedan viviendas residenciales en periodo de degradación, también viviendas de lujo y alojamientos públicos (hoteles). La despoblación residencial es directamente proporcional a la congestión de esa zona en las horas punta.
La accesibilidad del centro se relaciona con un modelo radioconcéntrico y con la facilidad de desplazamiento hacia y desde cualquier parte del conjunto urbano. Por una parte se ve favorecida por los esquemas viales radioconcéntricos, en segundo lugar por una red de transportes públicos también radioconconcéntrica y hasta hace poco el centro era también el lugar de las terminales de las redes de comunicación nacionales.
La accesibilidad al centro se relaciona con la presencia del comercio al por menor, que se basa en tiendas muy especializadas que dependen de una clientela dispersa por toda la ciudad. También aparecen establecimientos que prestan servicios múltiples a precios mÃnimos (multicentros). Estas mismas ventajas aparecen para las oficinas: servicios de gestión y control de la economÃa (sedes de las grandes empresas y de las grandes operaciones financieras) apareciendo asà la City o centro de negocios.
Por último hay que citar la presencia de componentes atÃpicos, provisionales o alternativos en el centro:
La industria es posible encontrarla en ocasiones, pero con carácter residual ya que es uyna industria tradicional que desaparece por falta de competitividad o por la presión del suelo. Hay que citar, sim embargo, la excepción de la industria de las artes gráficas (libros, periódicos) que continua en el centro con un carácter no residual porque ha desdoblado la producción material que ha sacado a las afueras, de la dirección, gestión, publicidad que se mantiene en el centro al requerir la proximidad a las noticias y a los demandantes de publicidad.
La vivienda marginal pervive también el los centros (especialmente visible en las ciudades norteamericanas) de forma provisional. Se trata de un patrimonio construido que se ha desvalorizado y se usa como tal por las rentas bajas por la población de bajos recursos. Tiene una rentabilidad escasa y no recibe inversiones para su rehabilitación sino que en realidad está a la espera que se declare en ruina y poder asà construir de nuevo.
Casos atÃpicos como el caso de Managua en Nicaragüa cuyo centro fue destruido en un terremoto en los años setenta y el gobierno Sandinista construyó allà un gran parque infantil finaciado por el gobierno sueco.
3. Dinámica de los centros urbanos.
El centro urbano no es una realidad inmutable. En un determinado momento histórico el centro aparece identificado con la Iglesia (época medieval) ya que es la Iglesia la que controla la ciudad. La importancia económica del comercio modificó la situación apareciendo barrios comerciales (burgos) y cierta especialización y los nuevos grupos (burguesÃa comercial) empezaron a dominar la economÃa. Por eso en las ciudades industriales ya se diferencian dos centros: el centro histórico monumental (los cascos históricos revalorizados) con funciones administrativas y financieras y el centro de negocios (en el caso español los Ensanches).
En las grandes áreas metropolitanas actuales se produce una descentralización urbana y la difusión del fenómeno de la centralidad, que observamos en una serie de fenómenos:
Hay una evolución desde una concentración a una difusión de los sÃmbolos (en cada época habÃa unos elementos simbólicos en la ciudad): asà los rascacielos, las autopistas urbanas, la arquitectura de vanguardia que simbolizan los valores tecnocráticos de las sociedades más desarrolladas estás más difundidos por la ciudad.
Hay una descentralización y una desconcentración de la función comercial, dónde hay una reducción de la función comercial del centro. En términos cuantitativos ya que unos pocos centros comerciales han hecho desapareceer a gran parte de las pequeñas tiendas y en términos cualitativos ya que el comercio es cada vez más especializado. Hay una expansión surgiendo subcentros en lugares estratéticos de la red de comunicaciones o en puntos de ruptura de carga como las terminales de las lÃneas de largo recorrido (estaciones, aeropuertos)
Hay un incremento y mayor especialización del centro en actividades de gestión y administrativas. Se revaloriza como área desde la que se dirige, se informa y se comunica.
Las actividades de ocio pierden importancia, desapareciendo espacios para espectáculos, salas de fiesta, cines teatros... También las actividades al aire libre como el paseo o el recreo conectadas con el centro tradicionalmente han desaparecido y el ocio tradicional ha sido sustituido por otro tipo de ocio que implica salir fuera de la ciudad.
BibliografÃa.
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