Elisabet Pregigueiro Sánchez (CV)
El movimiento romántico aparece de manera rompedora en Europa, en Alemania
concretamente, pero pronto se expandirá por el resto de Europa. Dicho movimiento
se cristaliza en ideas brillantes muy características del siglo dieciocho.
Aunque muchos autores han expuesto lo que ellos llaman romanticismo y las
características del siglo dieciocho, fue, por un lado y en lo que corresponde a
Inglaterra, en 1798(fecha de la publicación de Lyrical Ballads ) cuando el
Romanticismo llegó a ser una importante influencia en los escritores ingleses.
Por otro lado, en España, al primera cuestión que se nos plantea al tratar el
romanticismo en nuestro país es si puede hablarse verdaderamente de un
movimiento romántico español. Lo que sí es cierto es que hay un predominio de la
perspectiva ilustrada hasta finales de 1840, como es el hecho de que tan
tardíamente se publiquen las Obras completas de Jovellanos. Además, en España,
por la cercanía y por la formación afrancesada napoleónica, nos sentimos más
cercanos a las tesis clásicas que a las románticas.
En el siglo dieciocho Europa vive una situación de controversia con respecto a
las ideologías ya la estética de artes como la literatura y pintura. Tal y como
Kant la definió en su momento la Ilustración es la salida del hombre de la
puerilidad mental de la que él mismo es el único culpable. Con esta minoridad de
edad se refiere Kant a la incapacidad del hombre a valerse por su propio
intelecto sin la guía de otros, sin la tutela religiosa, científica y política,
que manipula la vida en todos sus aspectos.
Frente al racionalismo de Descartes, que sostiene que sólo es posible llegar al
conocimiento de un hecho aplicando un método basado en la razón, aparecieron los
ingleses Locke y Hume defendiendo la teoría empirista, según la cual todo
conocimiento es basado en la experiencia. Esto, en definitiva, es la
Ilustración, la síntesis entre el empirismo y el racionalismo.
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Durante esta centuria se asiste a una profunda transformación de las estructuras sociales motivadas por la progresiva pérdida de poder de la aristocracia, al tiempo que la burguesía va consolidando con vigor sus posiciones políticas y económicas.
Esta modificación social da lugar a uno de los acontecimientos más decisivos de nuestra civilización: la Revolución Francesa. La influencia ascendente de la burguesía llega a todos los ámbitos de la vida y, naturalmente también a la creación literaria, puesto que cuanto más burgués se hace el arte, más aparece en él la tendencia hacia lo sentimental y lo romántico.
No podemos obviar que comienza el siglo con la hegemonía del clasicismo francés. Francia con su resistencia a caer en la exageración barroca y su enérgica defensa de los modelos clásicos, había calado en los demás países, que ahora la miran como la autoridad indiscutible en el campo de la cultura. Pero la hegemonía francesa empieza a flaquear cuando se hace evidente la decadencia de su monarquía y de sus principales instituciones. Es entonces cuando comienzan a oírse en los ámbitos cultos voces descontentas que dejan sentir su admiración por Inglaterra. La fuerte burguesía inglesa, animada por las doctrinas protestantes, había favorecido un considerable empuje industrial y comercial.
Sin embargo, en España, el pensamiento ilustrado, teórico del futuro Estado liberal, se une al absolutismo monárquico, en una fórmula llamada Despotismo Ilustrado. Los Ilustrados españoles como Feijoo, Cadalso y Jovellanos, defienden la instrucción pública como medida de la prosperidad de las naciones. La cultura ilustrada penetra en España mediante traducciones, viajes, con la aparición de periódicos y la difusión de la filosofía racionalista y deísta, todo ello importado del país vecino, Francia. La ilustración si refleja nuevas formas de pensamiento tanto en religión, como en política, ciencia y Literatura.
En sentido pragmático hizo olvidar las elucubraciones metafísicas y poéticas, y aplicarse a la ciencia y a la razón era lo más apropiado, ya que se encontraba en alza la valoración de lo útil. Por esta razón, la poesía era una de las artes más afectadas; esta nueva concepción del arte provoca que lo útil se imponga a la inspiración libre, dando lugar a un siglo sin poesía, pero de grandes ensayistas, críticos, polemistas y eruditos que rezuman verosimilitud, espíritu crítico y utilidad.
Sin embargo, hay una serie de causas que convierten buena parte del siglo dieciocho en una prolongación del Barroco. España, por ejemplo, no se resignaba a sustituir sus glorias pasadas por el nuevo pensamiento europeo, más racionalista y práctico, y que ofrece un antagonismo con la cultura del barroco español. Durante el siglo dieciocho, en España, sólo existe una minoría ilustrada que tuvo acceso a las corrientes ideológicas europeas.
En Inglaterra, un completo contraste aparece entre los trabajos más representativos de la época de Augusto que fue la precedente al romanticismo, en la que aparecen escritores como Pope, Swift, Addison,…y otros que iban a ser aquellos que encabezarían lo que llegó a ser conocido como el movimiento romántico ( aproximadamente entre 1798-1848 ), entre los que debemos destacar, debido a sus ingentes producciones literarias y relevancia dentro de este movimiento, poetas como: Blake, Wordsworth, Coleridge, Scott, Byron ,Shelley, Keats entre otros.
A la hora de definir el principio básico de este cambio literario, nos encontramos ante una tarea complicada, dada la envergadura del temperamento romántico en sí mismo, que se resiste al propio impulso de la definición, favoreciendo la no limitación e instauración de fronteras.
En términos abstractos, el romanticismo podría ser considerado como el triunfo de los valores de la imaginación caracterizada por la espontaneidad, originalidad, profunda y emotiva expresión del mismo individuo partiendo de la propia introspección como principio metodológico; a diferencia del clásico balance y equilibrio que imperaba en el clasicismo, cuyo orden, mesura de proporciones y objetividad servían de marbete.
Su nombre deriva del adverbio latino romanice ( “ a la manera de los romanos”), que se derivó en francés al vocablo de romanz, escrito a partir del siglo diecisiete roman. Así, a finales del siglo se utilizaría la palabra romantic en la Inglaterra Shakespiriana para hacer referencia a objetos que se alejan de la realidad y se acercan a la fantasía e imaginación, teniendo incluso, en algunas ocasiones connotaciones peyorativas.
Con Rousseau, el término deja de servir para indicar propiedades del objeto y designa los sentimientos del sujeto. Esto cala en el movimiento conocido como Sturm und Drang, prerromántico, que se basa en la exaltación de los instintos del individuo, en el mundo de las pasiones, en la rebeldía contra las convenciones.
Hecho fundacional de este movimiento prerromántico es la obra de Goethe y Herder: En torno al carácter y arte de los Alemanes en 1773, cuya idea primordial parte de que la poesía nace del espíritu del pueblo, despreciando así las reglas grecolatinas y neoclásicas.
En Inglaterra, el Romanticismo se erige de un periodo de grandes turbulencias, euforia y de incertidumbre. Los movimientos políticos e intelectuales del último periodo del siglo dieciocho animan los derechos individuales y nacionales, denegando la legitimidad de los reyes y reinados. Todo ello, adoptado por una libertad intelectual, de los escritores románticos que tendían a emitir voces ensordecedoras lamentándose, a través de sus propios seres, de un mundo tan salvaje, descolocado de la jerarquización social.
Los autores románticos británicos, a pesar de la integración que durante su época todavía seguían gozando algunos escritores del periodo de Augusto, eran considerados unos ermitaños o debían refugiarse en el exilio. Estos autores habían adquirido un especial sentido del valor moral similar al papel que representaban los marginados o vagabundos en sus producciones, como por ejemplo. Los vendedores ambulantes o indigentes de los poemas de Wordsworth, el marinero anciano de Colerdige,, el monstruo creado por el hombre de M.Shelley, y la gran cantidad de parias atormentados en los trabajos de Byron y P. B. Shelley; todos ellos, errantes vagabundos, formaban parte de la respetable sociedad Inglesa.
En España, nuestro gran poeta sevillano, es el lírico romántico español más reconocido de manera universal, sus Rimas y Leyendas le han dado su mayor éxito. En las primeras se nota la influencia de Heine, percibida sobre todo a través de la traducción de Eulogio Florentino Sanz, utilizando el sevillano las mismas combinaciones métricas y estróficas que Heine, su sentido dolorido del amor, su sarcasmo y sus temas. Sin embargo, ambos se diferencian en que Heine, a la vez que experimenta, analiza los sentimientos, mientras que Bécquer simplemente se entrega a ellos; Bécquer es mucho más sincero, en ocasiones roza el sarcasmo, su mundo se aleja de la realidad, es más misterioso y está plagado de imágenes ambiguas. En lo que respecta a los personajes, no se centra como los poetas británicos, en los ambientes de los suburbios, sino que Bécquer vuelve a dejarse influir por la temática propia del Romanticismo cuando hablamos del castigo y la mayoría de sus personajes han de pagar sus pecados. Será en las Leyendas, cuando suponen la asunción de Bécquer a una concepción romántica de la historia, que son el reconocimiento de las tradiciones orales como depositarias del espíritu del pueblo.
En sus Leyendas crea una realidad alternativa a la que el poeta puede escapar para alejarse de esa otra realidad amarga de cada día. Una parte de la crítica señala la ambientación de las leyendas como causa fundamental para conseguir ese efecto misterioso y mágico.
Todos estos aspectos traslucen la idiosincrasia de una época. Lo que se puede observarse, de manera clara, es que con respecto a las características que engloban este periodo, debemos destacar que todos los autores románticos británicos compartían las siguientes peculiaridades:
- El amor por la naturaleza, el mundo natural viene de la imaginación creativa, que proporciona la materia dominante, y se convierte en la mayor fuente imaginaria. La literatura clásica se había centrado más en la metrópolis y la romántica trata de evitarlo.
- La importancia de la imaginación, es en la soledad donde nace, en una comunión con el universo cósmico, con la naturaleza del mundo que rodea al poeta, es ahí donde el hombre el que puede ejercitar la más vanagloriada facultad: la imaginación. Por un lado, la inteligencia la catalogan de limitada; y por otro lado, la imaginación es nuestra esperanza de contacto con las fuerzas eternas, con el mundo entero espiritual.
- El interés por lo sobrenatural, este hecho es uno de los más interesantes, ya que refleja el carácter romántico de desear todo aquello que esté relacionado con el mundo del misterio y de la superstición. Esta fascinación, cuyos aspectos eran tomados por los principales autores, se reflejaba a través de las voces proféticas sepulcrales, de castillos encantados, temidas heroínas e incluso monjes asesinos.
- El culto a los sentimientos. Una de las ideas asociadas con el romanticismo es este culto al sentimiento, conocido hoy día como sensibilidad. Nace de la reacción ante la tremenda brutalidad de la vida del siglo dieciocho, y pone de relieve las creencias filosóficas sobre el dios innato del hombre. Ficción que aumenta en los personajes cuyas respuestas a la vida estaban impregnadas de emoción.
De este modo, apreciamos que este periodo sirve para representar un segundo renacimiento de la literatura en Inglaterra, especialmente en novel y poesía, exhibiendo una nueva intensidad emotiva tomada de extensiones sin precedentes.
Estos aspectos son los más representativos del movimiento literario a nivel europeo. Sin embargo, en lo que respecta al romanticismo español, algunos autores incluso llegan a sostener que fracasó en España, penetrando de manera abrupta en 1835 con el estreno de Don Álvaro y las fuerzas del sino, y que acabará puntualmente en 1844 con Don Juan de Zorrilla, señalando motivos como:
-la escasa aparición de moderación de los románticos españoles;
-el éxito de la forma costumbrista en España;
-la inexistencia de una guía del movimiento romántico;
-el constante vaivén de posturas teóricas;
-la ausencia de sátiras anti-clásicas; etc.
Otro sector de la crítica encabezado por Navas Ruiz opina que el romanticismo español no apareció de manera abrupta, pues de 1841 a 1833, existieron manifestaciones literarias y culturales que indican una preparación del movimiento. Además de ello, podemos resaltar también, que las diferentes teorías historiográficas del romanticismo elaboradas por numerosos autores, como por ejemplo Peers, King o Silver, han de considerarse superadas, ya que antecedentes como las Noches Lúgubres de José Cadalso permiten comprender este movimiento en España en una fecha anterior a 1835.
De esta manera y aceptando como válida la tesis de la existencia de un movimiento romántico en España, suele dividirse este periodo atendiendo a tres generaciones:
- Nacidos antes de 1800; personalidades comprometidas con el Liberalismo, por lo que tienen que exiliarse debido al régimen absolutista de Fernando VII. Comienzan su carrera literaria dentro del Neoclasicismo, pero se abrirán camino en el nuevo movimiento, principalmente en su salida de España entre 1823 y 1833. A esta etapa pertenecen el Duque de Rivas, Martínez de la Rosa.
- Nacidos entre 1800 y 1810; se caracterizan por su experiencia en común con el Trienio Liberal (1820-1823), donde se reclaman los valores constitucionales. Espronceda y Larra se relacionan a estas fechas.
- Nacidos entre 1810 y 1820; se da su formación artística cuando el movimiento está ya perfectamente definido y se ha acabado el absolutismo monárquico. Aquí se corresponden autores como Zorrilla, Gil y Carrasco…
Entre los distintos factores importantes del movimiento romántico en España destacamos:
- Traducciones como la de Werther de Goethe que nos inculcarán las principales ideas del movimiento.
- Tertulias dieciochescas continuarán en el siglo XIX (El Parnasillo).
- Publicaciones y periódicos, fundamentalmente para difundir ideas románticas (El Europeo, El Mercurio Gaditano…)
- Instituciones secretas- consecuencia de opresiones ideológicas- y públicas como el Ateneo de Madrid.
- Escritos con valor de manifiesto, El moro expósito (1830) del Duque de Rivas.
- Emigración de autores como Blanco White en Londres, el cual propaga ideas románticas inglesas y José Joaquín de Mora, también en Londres, ayuda a divulgar el Romancero Español.
- Polémicas Literarias en torno al movimiento, la más importante la mantenida entre Böhl de Faber y José Joaquín de Mora sobre el teatro de Calderón.
Las características del romanticismo español son las siguientes:
- Reacción anti-clásica (creación emocional frente a la razón, aparece lo sobre natural, impera el sentimiento…)
- Regreso a la Edad Media y al momento del pasado histórico nacional ( gusto por los templarios, lugares exóticos)
- La naturaleza abunda en la expresión literaria romántica expresada en determinados escenarios: horas del día en concreto, o estaciones del año determinadas.
- Aparecen ciudades con mayor carga histórica y mayor vida espiritual.
- Los personajes característicos a priori, siendo tipos más que caracteres, sin evolución psicológica.
- En el lenguaje existe una intensidad de los recursos como son las exclamaciones, interrogaciones…
Como hemos podido observar, aunque de manera concreta, el periodo romántico fue realmente prolífico y muchos más autores deberían haber sido mencionados. Sin embargo, lo que caracterizaba a la gran mayoría de ellos , tanto británicos como españoles era el hecho de que declinaban las formas convencionales de literatura, y sobreponían la imaginación a la razón, supeditaban la lógica al sentimiento, y predomina la intuición a la ciencia, creando todo ello un cuerpo literario de gran sensibilidad y pasión. De esta manera, la literatura enfatiza el contenido dejando a un lado la importancia de la forma característica de épocas precedentes; ahora lo que importaba era el estilo libre, y a su vez complejo en argumentos y en la mezcolanza de géneros. Una época de desarrollo para las mentes de los artistas, de investigación del ser humano en sí mismo.
Lo que si queda claro, es que el romanticismo será, y sobre todo en Inglaterra, una profunda e irreversible transformación en cuanto a estilos artísticos se refiere, además de unas revolucionarias actitudes tomadas hacia la cultura y que desembocan en un cambio en la relación entre el artista y la sociedad.
La relación del romanticismo con la modernidad es al mismo tiempo filial y polémica. Para Octavio Paz es el hijo de la Edad Crítica, su acta de nacimiento y su definición son el cambio. El Romanticismo fue un gran cambio, no sólo en el dominio de las Letras y diferentes Artes, sino en los de la imaginación, la sensibilidad, el gusto, las ideas. Se instauró una moral, una erótica, una política, una manera de vestirse y hasta una manera de amar, vivir y de morir.
PALABRAS CLAVES:
Controversia; ideología; estética; Liberalismo; exilio; pragmático; imaginación; sensibilidad; introspección; artista.
BIBLIOGRAFÍA
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• Peers, E.A., Historia del movimiento romántico español, Madrid, Gredos, 1973.
• Navas Ruíz, El Romanticismo Español, Madrid, Cátedra, 1990.
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