Introducción
El proceso de selección de personal es un proceso de investigación científica,
que está influido por las tendencias actuales y polémicas existentes al
respecto. Este proceso, como objeto de estudio de la psicología y otras
disciplinas, por su complejidad es depositario del abordaje epistemológico de la
psicología en general, pues el mismo lleva implícito la construcción del
conocimiento sobre el hombre en el desarrollo de la actividad laboral.
El término epistemología proviene de los vocablos griegos (epistémé) que
significa ciencia, conocimiento y (logos) estudio o teoría, por lo que la
epistemología se ocupa del estudio de los procesos de elaboración del
conocimiento.
Desde hace varios años ha cobrado auge dentro de la psicología la necesidad de
un enfoque epistemológico de dicha ciencia. La gran diversidad de concepciones
en el campo teórico-metodológico, han llevado al análisis de las distintas
posiciones y enfoques en el proceso de construcción del conocimiento
psicológico. Los problemas epistemológicos de la psicología con sus
particularidades específicas, se ubican dentro de la problemática general que
enfrentan las ciencias sociales en la producción del conocimiento, debido a las
características del objeto de las mismas.
Pedro Manuel Zayas Agüero
Rafael Antonio Baez Santana
maguy@ict.uho.edu.cu
A las tradicionales contradicciones en la producción del conocimiento entre racionalismo y empirismo, se agrega en el momento actual la controversia entre investigación cuantitativa e investigación cualitativa que se extiende a los aspectos teóricos y metodológicos entre los cuales existe una estrecha interdependencia.
En el marco epistemológico durante este siglo, se impuso como paradigma de ciencia el patrón positivista, con un marcado carácter empirista, erigido sobre las bases de los avances logrados a principios de siglo por las denominadas ciencias físico-naturales. Sobre el panorama epistemológico existente en la psicología contemporánea González, F. (1997) plantea: “Entre las tendencias que se expresa de una forma u otra en el debate epistemológico que tiene lugar hoy en la psicología están la fenomenología, el constructivismo, la epistemología de la complejidad, la psicología de orientación marxista, el construccionismo social, y el positivismo que continua teniendo una fuerte influencia en nuestra ciencia”. No obstante, en función del objeto de estudio, en el análisis epistemológico actual se deben valorar las orientaciones teórico metodológicas de los representantes de las orientaciones más fuertes que coexisten en el desarrollo actual de la psicología: la psicología de la personalidad y la psicología cognitiva, por lo que estas representan con respecto al conocimiento psicológico y en las cuales, desde distintos puntos de vista, van surgiendo elementos de contacto que proyectan una visión diferente en el proceso de producción del conocimiento en la ciencia psicológica.
No es justo hablar de epistemología en psicología sin mencionar la obra de Jean Piaget, el cual en los años 30 promovió el enfoque epistemológico de la psicología. Alrededor de esta fecha creó el Centro de Epistemología Genética. Piaget planteaba en su epistemología genética la existencia de una continuidad entre lo biológico y lo psicológico en el desarrollo del ser humano, haciendo énfasis en la construcción de determinadas estructuras cognoscitivas, y la adquisición por parte del individuo de un conjunto de operaciones lógico-matemáticas que posibilitan el conocimiento de la realidad.
Piaget, es considerado uno de los iniciadores del enfoque constructivista en la psicología, el cual tiene como antecedentes la obra de Enmanuel Kant. Es básico en sus concepciones su preocupación alrededor de cómo se construye el conocimiento. Son clásicas sus interrogantes de: ¿Cómo conocemos?, ¿Cómo se traslada el sujeto de un estado de conocimiento inferior a otro de orden superior?, ¿Cómo se originan las categorías básicas del pensamiento racional? Su posición epistemológica es considerada constructivista, interaccionista, relativista caracterizada por los aspectos siguientes: papel activo del sujeto en la construcción del conocimiento; papel de las acciones del sujeto frente al objeto en el cual se produce una interacción entre ambos; el conocimiento es construido por el sujeto cognoscente a partir no sólo de la experiencia sensorial y los objetos son conocidos en función de las capacidades cognitivas que posee en un momento determinado el sujeto cognoscente.
Piaget, J. (1971) plantea la existencia de tres tipos de conocimiento: el físico, el lógico matemático y el social. El físico pertenece al conocimiento sensorial de los objetos, o sea, la fuente se encuentra en estos; el lógico matemático se produce a partir de las reflexiones y abstracciones que construye el sujeto cognoscente, encontrándose la fuente de este conocimiento en el sujeto, y el conocimiento social lo divide en convencional y no convencional; en el convencional la fuente del conocimiento se encuentra en el criterio de las otras personas y el no convencional se deriva del significado construido y apropiado por el sujeto en su relación con otros individuos. Especial trascendencia metodológica revisten los métodos en la obtención del conocimiento planteados por Piaget, J. (1971) y dentro de ellos incluye los siguientes: método histórico crítico; el método del análisis formalizante y el método psicogenético (Palop, P., 1981).
Esencial resulta en el estudio ontogenético, el método clínico-crítico, el cual consideramos de gran valor y que en gran medida coincide con nuestra concepción del abordaje metodológico del objeto en el proceso de construcción del conocimiento sobre los candidatos en la selección de personal. Este método tiene entre sus características más distintivas las siguientes: realización de entrevistas flexibles que incluyen la formulación de problemas a resolver, análisis cualitativo de las respuestas sobre la base de un modelo teórico de interpretación, acercamiento al sujeto en vez de alejarse como en el conductismo. El examinador se aproxima al sujeto con la finalidad de conocer la competencia cognitiva del examinado y la objetividad se alcanza en la medida en que más nos aproximamos al sujeto.
Breve esbozo de los sistemas teóricos en la psicología
Entre los sistemas teóricos que integran el panorama epistemológico de la psicología contemporánea está el psicoanálisis que tiene sus fundamentos filosóficos en el irracionalismo. Antes de S. Freud, ya G. Leibniz había introducido la noción del inconsciente en Filosofía; E. Kant y F. Schelling se habían detenido en ella y E. Von Harmann escribió La filosofía del inconsciente.
Al estudiar la obra de A. Shopenhauer, E. Von Hartmann, H. Bergson, y F. Nietzche, se observan los pilares filosóficos del irracionalismo en la teoría psicoanalítica. Resulta esclarecedora en este sentido la siguiente formulación de Nietzche, F. (1910) “La vida es voluntad de poder, que se entiende, ante todo, como principio irracional instintivo al cual se subordinan los pensamientos, sentimientos y acciones del hombre”.
Desde el punto de vista metodológico resulta de interés para la selección de personal el empleo del método clínico en el conocimiento del sujeto.
Otra teoría psicológica relevante es la gestalt, que tiene sus raíces epistemológicas en el racionalismo, reflejada en la base de su concepción psicológica. Desde el punto de vista metodológico sus posiciones enfatizan la necesidad de cierta flexibilidad sobre la base de la experimentación. En esta dirección plantean: “ La ocupación inmediata de la psicología la constituyen los problemas preliminares; ella debe establecer primero los modos generales de reacción; debe trazar un primer bosquejo de sus problemas tal como lo hicieron hace tiempo la física.”
La teoría conductista tiene sus fundamentos epistemológicos en el funcionalismo y el pragmatismo dentro de la filosofía y es una fiel expresión del positivismo dentro de la ciencia psicológica. J. Watson, fundador de este sistema teórico planteaba: “Admitir lo espiritual dentro del campo de la ciencia significa franquearles una puerta a los enemigos de la ciencia- al subjetivismo, al supernaturalismo y al sentimentalismo” y añadía “ procesos psíquicos, conciencia, almas y espíritus son todos de la misma laya, e impropio por tanto del empleo científico”(Heibredder, E.,1971). Este enfoque desde la misma posición la mantiene otro de los máximos representantes de este sistema Skinner, B. (1971) cuando plantea: “La costumbre de buscar una explicación de la conducta en el interior del organismo ha tendido a oscurecer las variables de que disponemos para un análisis científico. Estas variables se encuentran fuera del organismo, en su medio ambiente inmediato y en su historia. No negamos la existencia de los estados internos, sino que afirmamos que no son importantes en un análisis funcional.”
Los fundamentos epistemológicos de la psicología humanista se refieren a antecedentes tan antiguos como Aristóteles, los filósofos del Renacimiento, la filosofía existencialista (S. Kierkegaard, J. Sartre,) de la que asimila el ubicar al hombre y su existencia en el centro del sistema y la idea de que el ser humano crea su persona por las propias decisiones o elecciones que va tomando, y de la fenomenología (E. Husserl, M. Heiddeger) la cual se centra en el estudio de la percepción externa o interna como acontecimiento subjetivo, sin ningún tipo de apriorismo. Para los representantes de este enfoque los seres humanos se conducen por medio de sus propias percepciones subjetivas, la gente responde no a un ambiente objetivo sino al ambiente tal y como ellos lo perciben y comprenden.
Este sistema teórico sobre la base de su concepción holística plantea una posición metodológica multicausal. Otros aspectos relevantes que caracterizan esta concepción son las formulaciones de Roger, C. (1964), cuando plantea la distinción de tres tipos de formas de obtención del conocimiento: el conocimiento subjetivo construido sobre la base de la experiencia interior y la autobservación, el conocimiento objetivo basado en el método experimental de verificación cuantitativa y el conocimiento interpersonal o fenomenológico, planteando formas de verificar el conocimiento a partir de la observación de la realidad y el acuerdo intersubjetivo. El conocimiento subjetivo se basa en la formación de hipótesis teniendo en cuenta la experiencia interior y plante: “hasta la ciencia más rigurosa tiene su origen en él. Sin la hipótesis interna creativa toda la maquinaria de verificación externa sería inútil”. Al conocimiento interpersonal o fenomenológico lo sitúa entre el conocimiento objetivo y el conocimiento subjetivo y señala: “Para validar este tipo de conocimiento, podemos seguir varios caminos, preguntar al otro sobre su experiencia, observar sus gestos y su modo de reaccionar, y finalmente y sobre todo crear un clima empático entre los dos que permita al otro mostrarnos su marco de referencia interno, el cual significa para él, el mejor método.”
La psicología cognitiva tiene sus fundamentos epistemológicos según Gardner, H., (1987) y Riviere, P. (1987) en el racionalismo, ya que prioriza los aspectos internos (ideas, conceptos, planes) sobre los externos en el estudio del conocimiento del ser humano.
Entre las principales estrategias metodológicas empleadas por este movimiento según de Vega, M (1984) se encuentran: la instrospección, la que han usado de forma limitada; la investigación empírica en estudios sobre cronometría mental, aprendizaje verbal, estudios sobre atención, percepción, memoria, inteligencia realizando estas experiencias tanto en condiciones de laboratorio como en el ambiente natural; las entrevistas y el análisis de protocolos verbales por medio de técnicas como expertos-novatos y la solución de problemas, y la simulación donde las computadoras han desempeñado un papel relevante. “Como recurso metodológico emplean la interferencia en función de poder estudiar los procesos observables por vía directa, ya que plantean que para comprender la naturaleza de los procesos cognitivos (estructuras y planes) es necesario observar los comportamientos del sujeto y realizar luego análisis sistemáticos durante la investigación para llegar a la descripción y explicación detallada de los mismos.”
Las formulaciones de la psicología de orientación marxista y el surgimiento de la psicología humanista y la psicología cognitiva constituyeron los elementos de avanzada que minaron el instrumentalismo y la impersonalización que primaba en los procesos de selección de personal, a partir del análisis y las críticas al uso indiscriminado de los tests psicológicos sin una fundamentación teórica consistente.
Es importante el papel de la psicología marxista en la construcción del conocimiento psicológico en la cual se proyectan formulaciones que enriquecen el panorama epistemológico actual sobre esta ciencia. Se destaca, como aportes a nuestro objeto de estudio, su concepción integral como un sistema teórico abierto que resume los avances de la ciencia psicológica, y su base filosófica a partir de la cual se estructura el sistema de principios de trascendental valor teórico y metodológico en el estudio del ser humano. Shorojova, E. (1985) plantea entre los principales principios de esta corriente los siguientes: “principio del reflejo; del determinismo; de la condicionalidad histórico-social; del desarrollo; de la integridad de la conciencia, la actividad y la personalidad; la unidad de lo objetivo y lo subjetivo; de lo social y lo personal; de lo biológico y lo social y el enfoque personal en los fenómenos psíquicos”.
Resultan de particular interés las concepciones de L. Vigotsky, sobre el enfoque histórico-cultural en el estudio de las funciones psíquicas superiores, de innegable valor teórico y metodológico para la psicología. Otro aspecto de trascendencia metodológica es el énfasis, no en los productos observables, sino en los procesos y las estructuras subyacentes de los comportamientos, integrando la orientación genética y socio-cultural en los estudios psicológicos. En esta dirección plantea: “Para comprender objetivamente los procesos de desarrollo de la conciencia humana (así como las formas del psiquismo animal), es necesario indagar los distintos dominios genéticos que se entrecruzan en el marco ontogenético, dentro de los que se incluyen el filogenético y el histórico cultural.” ( Vigotsky, L., 1979)
Por otra parte, Vigotsky propuso tres métodos fundamentales en el estudio de los sujetos: el método del análisis experimental-evolutivo, donde se produce la intervención especial por parte del experimentador en el proceso evolutivo para observar cómo se dan los cambios en los procesos; el método de análisis genético-comparativo sobre la base del estudio de sujetos con deficiencias en el desarrollo y compararlos con sujetos que han tenido un desarrollo normal y el método microgenético donde se realiza un estudio longitudinal a corto plazo. Son considerados de gran valor y los integramos en nuestro procedimiento metodológico con vistas a desarrollar procesos de selección de personal.
La gran diversidad de posiciones teóricas y metodológicas apuntan hacia la necesidad de la búsqueda de puntos de contacto que integren y favorezcan el desarrollo del conocimiento psicológico.
Consideraciones epistemológicas
Dentro del análisis de los problemas epistemológicos de la psicología González, F.(1993, 1997), quien ha sintetizado y proyectado posiciones que encuentran receptividad en el concierto teórico y metodológico actual, propone en este ámbito lo que denomina como epistemología cualitativa. En esta dirección el mencionado autor plantea la siguiente definición: “La epistemología que proponemos la denominamos epistemología cualitativa, donde lo cualitativo caracteriza el proceso de producción de conocimientos, pero no se define por el uso exclusivo de métodos cualitativos.” Añadiendo además: “Negar la posición empirista dominante en el paradigma positivista, de que las distintas formas de conocimiento mantienen una relación isomórfica con la realidad, no supone la negación de la relación entre conocimiento y realidad sino nuevas formas de expresión”. Esta posición niega, tanto la tradición correspondentista como las posiciones constructivistas extremas, agnósticas e irracionales. Se coincide en el presente trabajo, con una gran parte de las formulaciones de F. González pero el término cualitativa que imprime a su propuesta epistemológica, tendencia actual que realmente caracteriza el proceso de investigación en las ciencias sociales y en particular en la psicología, por su amplitud se pueden esconder en dicho término las más disímiles posiciones que llegan hasta el irracionalismo y el agnosticismo.
Posiciones positivistas
Derivado de los avances de las ciencias naturales y el empleo del método experimental, desde finales del siglo XIX, se estableció el paradigma positivista como modelo de la investigación científica. Estos aspectos condujeron a una transferencia y asimilación acrítica de estos modelos y métodos a las ciencias sociales.
Un principio básico en la metodología de las ciencias es la relación existente entre el objeto y el método, en el cual este último no se restringe a la aplicación de un grupo de instrumentos externos al objeto, sino que estos tienen que tener como cualidad fundamental la propiedad de revelar la esencia, el movimiento y la estructura interna del objeto, y es obvio que entre el objeto de las ciencias naturales y las ciencias sociales existen diferencias sustanciales, aunque en algunos aspectos existan elementos comunes. En el caso particular de la ciencia psicológica su principal objeto de estudio es a la vez un sujeto activo que se caracteriza por su capacidad de reflejar y transformar el medio y a sí mismo, por lo que es un objeto altamente dinámico, complejo y flexible, requisitos que deben reunir los métodos que se empleen.
Entre las principales características del paradigma positivista se encuentran la orientación nomotética de la investigación, la formulación de hipótesis, su verificación y la predicción a partir de las mismas, la sobrevaloración del experimento, el empleo de métodos cuantitativos y de técnicas estadísticas para el procesamiento de la información, así como niega o trata de eliminar el papel de la subjetividad del investigador y los elementos de carácter axiológico e ideológicos presentes en la ciencia, como forma de la conciencia social, pretendiendo erigirse como la filosofía de las ciencias. Debido a estos últimos elementos planteados y la situación creada alrededor de los resultados contradictorios de los diferentes experimentos, este paradigma comenzó a ser minado dentro de las ciencias sociales.
Un ejemplo claro del instrumentalismo y pragmatismo de las posiciones positivistas, es el abuso y empleo inadecuado de una técnica tan valiosa en el procesamiento de información como el análisis factorial, el cual consiste en seleccionar una serie de variables, bajo unos supuestos previos de relaciones entre los mismos, e intenta reducir dichas variables a un número menor de factores o variables complejas, que aglutinan toda la información contenida en el total de variables. Esta técnica ha sido la base de la construcción de diferentes técnicas psicológicas que van desde el estudio de la inteligencia como en pretensiones de evaluar la personalidad de forma integrada, y como señala Atkinson, R. (1993) fue la tendencia predominante en el estudio de la inteligencia hasta los años 60.
Mediante este procedimiento se pretende “matematizar” la estructura interna del hombre y en específico de las funciones psicológicas, cual si al estilo Pitagórico la esencia de la naturaleza humana fuera numérica, aplicándose operaciones matemáticas a cualidades humanas de diferente orden, cual si sumáramos objetos distintos desconociendo que características reviste ese producto final. En consecuencia se aplica un método de esa índole al análisis de las cualidades humanas, cuando la naturaleza del hombre es biológica y social. Ejemplos evidente de estos aspectos son las formulaciones de estudiosos de la inteligencia, entre ellos Spearman, quien plantea que el estudio de la inteligencia se desarrolló al margen de un tratamiento teórico, y en gran medida algunos de los conceptos y las formulaciones teóricas planteadas son un producto directo del análisis factorial. En esta dirección está orientada la definición que Vernon, Ph., (1956) brinda sobre el término habilidad, planteando: “La palabra habilidad se refiere a un grupo de ejecuciones que correlacionan recíprocamente en un grado elevado y que, como tal grupo, son distintas (o tienen correlaciones fijas) de las ejecuciones que no pertenecen al grupo.” O sea que las habilidades dependen de las correlaciones estadísticas, y no son un producto de las interacciones sujeto-objetos-sujetos en el desarrollo de la actividad. Resulta aún más evidente el pragmatismo y el instrumentalismo de estos exponentes del positivismo cuando señalan: “Los factores se aislan, pues, mediante un proceso de deducción lógica, sobre el examen estadístico de las correlaciones entre las habilidades. No se captan en la observación entidades reales (procesos, fenómenos funciones, aptitudes, poderes o rasgos); se extraen mediante el análisis estructural objetivo.” (Heibredder, E., 1971)
Obviamente la inadecuación objeto-método comenzó a mostrar grietas en el proceso de construcción del conocimiento desde épocas tan tempranas como 1944, M. Katz, H. Hyman en 1950 y R. Rosenthal estudiaron los resultados contradictorios que se producían entre diferentes experimentos sobre un mismo aspecto y este último enunció el denominado “efecto del experimentador”. En esta misma dirección Pereboom, A. (1971) señala: “....los resultados contradictorios entre diversos experimentos son más la regla que la excepción y plantean un grave problema al investigador: si atribuirlos a ‘la mala metodología’ o por el contrario, ‘modificar la teoría’. ” Al respecto M. Mc Cullough introduce el término “sesgo experimental” donde no cuestiona la teoría sino las hipótesis y el diseño (Morales, J., 1995).
A pesar de lo acertado de las imputaciones que se realizan al positivismo, no es menos cierto que existen elementos valiosos dentro del arsenal metodológico creado que son de gran utilidad. Por otra parte, las polarizaciones, las absolutizaciones, sólo para diferenciarse de lo existente, no hace más que producir posiciones reactivas, que en el mejor de los casos por oposición adquieren los mismos defectos de lo que se critica, en un polo opuesto; por ello se entiende que sin asumir posiciones eclécticas, se puede asimilar, enriquecer, a la luz de nuevas concepciones, productos de valor tanto de carácter teórico como metodológico de las formulaciones provenientes de cualquier posición epistemológica, siempre y cuando sea la vertiente más adecuada para la obtención del conocimiento, según la situación de que se trate. Existen ejemplos edificantes en esta dirección, tales como la reformulación del test de Rotter, instrumento construido sobre la base de preceptos psicoanalistas, por F. González, quien lo proyectó como una técnica abierta de gran valor en el estudio de la personalidad. Además, es uno de los postulados de este trabajo, que el proceso del conocimiento tiene una continuidad, y el conocimiento anterior sirve inevitablemente como base del nuevo conocimiento aunque sea como referente de negación, de ahí que el surgimiento de una nueva teoría no puede desconocer totalmente la precedente. Por tanto, no se considera aconsejable renunciar al empleo de elementos de valor surgidos en el seno de una corriente por simple oposición o diferenciación.
Paradigma cualitativo
Las críticas efectuadas al positivismo condujeron a la elaboración de nuevos modelos y estrategias más flexibles y adecuadas a las características del objeto; así surge el paradigma cualitativo dentro de la investigación científica, sobre la base de las posiciones constructivistas derivadas de los postulados filosóficos de E. Kant, la fenomenología y las formulaciones epistemológicas de J. Piaget; los trabajos desarrollados en la etnografía y en el caso de la psicología las formulaciones de la psicología humanista, en ocasiones asumiendo posiciones extremas que adquieren los mismos defectos en sentido opuesto de las teorías que critican. Así adquieren realce la hermeneútica y el interaccionismo y se erigen paradigmas como el interpretativo, que orienta su atención hacia el estudio de las acciones humanas y la vida social -haciendo énfasis en la comprensión, la acción y los significados y destacando el conocimiento ideográfico y el acuerdo intersubjetivo como método-, y el sociocrítico que trata de dar solución a las deficiencias del modelo positivista y el interpretativo, haciendo énfasis en el papel de la teoría y la práctica en la solución de problemas y en el carácter transformador de las ciencias, e incorpora elementos axiológicos e ideológicos.
Como principales implicaciones metodológicas del paradigma cualitativo en el desarrollo de las investigaciones, Contreras, I. (1994) resume los siguientes: desarrollo de las investigaciones en su ambiente natural, empleo de instrumentos humanos, la utilización del conocimiento tácito, el empleo de forma preferente de métodos cualitativos y muestras intencionales, el análisis inductivo de los datos, la orientación del empleo de la teoría con un carácter emergente así como la elaboración de un diseño con las mismas características, la negociación de los resultados de la investigación, el predominio del estudio de casos como forma preferida, dar mayor importancia a la interpretación idiográfica, determinar los límites de la investigación por la aparición de focos emergentes y la existencia de criterios especiales para determinar el valor de verdad, tales como: credibilidad, posibilidad de transferencia, fidelidad, y posibilidades de confirmación, en vez de la acostumbrada validez, confiablidad y objetividad abogado por el positivismo en las investigaciones cuantitativistas.
El paradigma cualitativo ha implicado el desarrollo de determinados métodos, adecuados al objeto de las ciencias sociales, que sean más flexibles, dinámicos y complejos, capaces de reflejar y conocer la subjetividad humana, aunque es necesario trabajar mucho en la consolidación de los mismos. Dentro de los principales métodos y técnicas empleados por este paradigma, puede mencionarse el incremento del empleo de los métodos teóricos del conocimiento, la investigación participación-acción, la observación, las técnicas abiertas, los métodos de expertos, las técnicas creativas de trabajo en grupo y solución de problemas, los métodos de búsqueda de consenso y diferentes métodos que contribuyen a conocer la validez, la credibilidad de la investigación cualitativa entre ellos: la estancia prolongada en el campo, la observación persistente de los focos principales de la investigación, la triangulación, procedimiento al que damos gran valor metodológico dadas las características del objeto de estudio de la psicología, su complejidad y dinamismo, ya que consiste en el empleo de diversos métodos en sistema realizando el cruzamiento y la coincidencia de los resultados alcanzados; la consulta a colegas; la suficiencia referencial, que consiste en procesar una parte de los datos y almacenar otros analizando los resultados de los datos procesados, para posteriormente valorar los datos guardados y comparar los resultados de los mismos; la confirmación de los resultados por parte de los participantes mediante vías formales e informales; la reflexión sistemática, tomado de la etnografía, donde a través de un diario se lleva un registro de la información sobre la subjetividad del propio investigador, sobre decisiones metodológicas y el desarrollo de teorías a priori, y la validez catalítica, que se refiere al grado de “concientización” del estudio (Freire, P.,1970). Según Lather, P. (1986) la validez catalítica se logra si los participantes mediante su participación en el estudio, logran profundizar en el conocimiento de su mundo y aumentar su nivel de autodeterminación (Anderson, G., 1991). Dentro de este complejo panorama epistemológico se encuentra el debate y el nivel actual del desarrollo de la ciencia psicológica.
En cuanto a los métodos empleados debe también tenerse en cuenta que aunque el conocimiento psicológico es uno, y tiene como base la psicología general, no tiene la misma finalidad, ni el proceso objeto de investigación es igual, en el estudio del conocimiento de las cualidades y regularidades del sujeto en particular, que su comparación con otros, y esto es un aspecto que caracteriza el proceso de selección de personal, ya que entran elementos tales como la comparación, la diferenciación y la medición, las que en el caso de las ciencias sociales algunos especialistas prefieren denominarlas como evaluación, debido a las particularidades de este proceso en correspondencia con las características, composición, estructura y complejidad del objeto, que a su vez es un sujeto activo.
La selección de personal exige una combinación del empleo de los métodos cuantitativos y cualitativos, de la orientación ideográfica y nomotética, en correspondencia con los objetivos, las características de la tarea investigativa, el momento de la investigación y las particularidades del objeto. Resulta necesario priorizar la orientación ideográfica y el empleo de las técnicas cualitativas en el proceso de construcción de las cualidades de cada sujeto, empleando métodos cuantitativos como un elemento de aproximación, de ordenamiento, de clasificación, dentro de determinado rango en que se mueven las cualidades, e introducir la orientación nomotética, incrementando el empleo de los métodos cuantitativos al realizar la comparaciones entre los candidatos
La construcción del conocimiento y la elaboración de teorías no es un proceso directo que realice ningún instrumento, sino que pasa por la construcción del investigador sobre la base de la teoría. El proceso de conversión de la información cuantitativa a la teoría y viceversa, es un proceso cualitativo orientado por la teoría. Los métodos, técnicas e instrumentos deben ser interpretados e integrados para su explicación en términos de categorías cualitativas.
El proceso de selección lleva implícito la comparación entre las cualidades de los candidatos, por lo que es necesario establecer categorías, asignar valores en cuyo ordenamiento tienen un papel fundamental las matemáticas y la estadística.
La selección de personal exige de una concepción multimétodica y multitécnica; en esta dirección coincidimos con la posición metodológica descrita por Martínez, M. (1994) sobre algunos aspectos de la concepción metodológica de J. Piaget, en la que plantea: “ Convencido de la necesidad de superar la observación pura y la aplicación tradicionalmente limitada de los tests, introduce innovadoramente en el estudio psicológico del conocimiento un método clínico similar al de la psiquiatría para el diagnóstico, complementándolo posteriormente con elementos o variables de tipo experimental, en las que se le ofrece al niño diversos materiales con los que ha de accionar, de modo tal, que en su metódica se conciben armoniosamente la observación, las posibilidades de los tests, la conversación dirigida, el interrogatorio clínico y las técnicas experimentales, que lleva implícito una determinación interna entre teoría, objeto de estudio y métodos empleados.”
Paradigma integrativo
No se pretende en el presente trabajo agotar la problemática epistemológica de la psicología por los objetivos del mismo y la extremada complejidad y extensión de la problemática, pero sí es necesario mostrar la posición a seguir, abogando a favor de una epistemología integrativa, no ecléctica, sobre la base de las formulaciones de la dialéctica, en la que tengan cabida tanto los métodos cualitativos como los cuantitativos, en correspondencia con las particularidades, el momento y los objetivos de la investigación, en función de lograr una mayor precisión en el proceso de construcción del conocimiento.
En el análisis de la necesidad de la integración de los métodos teóricos y empíricos, cuantitativos y cualitativos, ya Galileo Galilei planteaba la necesidad de esta integración, recalcando el papel de la teoría como hilo conductor de la investigación cuando planteaba: “El mismo experimento que a primera vista engendra una opinión, si se analiza mejor nos enseña lo contrario.”
Se significa este enfoque como integrativo, pues se mantiene el criterio de que en la investigación en las ciencias sociales existe un predominio de los elementos de orden cualitativo, ya que la cualidad refleja la esencia de los diferentes objetos, procesos y fenómenos, lo que constituye el elemento central de toda construcción teórica como punto de partida y producto del conocimiento, y contiene dentro de sí los elementos cuantitativos como expresión de cierta cantidad de determinada cualidad. En esta dirección, Beltrán, M. (1995) plantea: “Creo que basta con afirmar el método cualitativo junto al cuantitativo, dejando que sea el objeto de conocimiento el que lo justifique y reclame en función de sus propias necesidades”. Por otra parte, no es procedente desconocer la ley de la dialéctica sobre la transformación de cambios cuantitativos en cualitativos, pues tiene un valor general aplicable a la teoría del conocimiento.
En la construcción del conocimiento sobre los candidatos en la realización de los procesos de selección de personal, se pueden distinguir fundamentalmente dos paradigmas: el factorialista eminentemente positivista, pragmático, empirista y cuantitivista; el cualitativo, el cual surge en respuesta a las críticas que se realizan al paradigma anterior y que se erige fundamentalmente sobre la base de métodos y técnicas de esas características, tales como las entrevistas, curriculums y otros, rechazando el empleo de métodos cuantitativos, como ejemplo de este paradigma se pueden citar los modelos de Swan, W.(1997) y Stanton, E. (1989), y se puede hablar de la emergencia de un paradigma integrativo de carácter dialéctico, como sistema abierto que tenga como principios en el proceso de construcción del conocimiento: la relación objetividad-subjetividad; la cognoscibilidad del mundo y su constante desarrollo; la concatenación e interrelación de los fenómenos; el carácter constructivo-reflejo del conocimiento; el enfoque histórico-social en el estudio de los distintos objetos, fenómenos y procesos; el papel orientador de la teoría, como principio y producto en el proceso de construcción del conocimiento, y los métodos como medios en la producción del mismo.
Consideraciones finales
Se debe significar que el proceso de selección de personal en su evolución histórica se desarrolló un tanto al margen de los diferentes enfoques psicológicos existentes, presentando una marcada orientación pragmática, empirista y cuantitivista, lo que producía un cierto divorcio entre el objeto y el método, lo cual propició el surgimiento de tendencias opuestas a las concepciones tradicionales, las que en algunos casos adquieren los mismos defectos en el polo opuesto de aquello que critican. Por ello buscamos como reclaman Vigotsky, L. y Schein, E., entre otros, la necesidad de buscar metateorías, concepciones integradoras que sobre la base de una orientación filósofica científica operen como un sistema abierto que integre en un cuerpo teórico coherente las concepciones de avanzada del conocimiento psicológico.
Se puede resumir este aspecto, no concluir, porque esta problemática resulta un espacio abierto, no agotable en un trabajo de esta naturaleza, señalando la existencia de una pluralidad epistemológica en la psicología en el estudio de su objeto, caracterizado en la actualidad, desde el punto de vista teórico y metodológico, por el reconocimiento de la subjetividad en el desarrollo de las investigaciones, el carácter constructivo del conocimiento, el predominio de los enfoques cualitativos tendiendo al empleo de métodos más flexibles en correspondencia de las características y complejidad del sujeto, pues como ya fue señalado el instrumental metodológico que se emplee tiene que poseer como elemento fundamental la característica de poder reflejar la esencia y la dinámica del movimiento del objeto. Se puede señalar, además, una tendencia evidente al enfoque holístico, reconocimiento del papel activo del sujeto en la construcción
Los aspectos epistemológicos y teóricos desempeñan un papel esencial en este proceso, toda vez, que el modo y las vías empleadas en la obtención del conocimiento determinan su veracidad y capacidad transformadora, aspectos fundamentales que caracterizan las ciencias.
La selección de personal no es un simple modelo repetitivo, sino que se constituye en un proceso de investigación científica con todos sus requerimientos en el proceso de construcción del conocimiento de las competencias que determinan el éxito en el desarrollo de una actividad y la valoración de las mismas en diferentes candidatos.
Es esencial en este proceso el principio metodológico que plantea la dependencia de los métodos de las características del objeto, por lo que al ser el principal objeto del proceso de selección de personal la interrelación hombre-trabajo y revestir este elevados niveles de complejidad, abogamos por el enfoque multimétodico, multitécnicas en el abordaje del mismo
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