Durante la etapa imperial de Augusto muchos de los antiguos núcleos urbanos
prerromanos fueron tomando las características físicas propias de una ciudad
romana clásica. La fisonomía de las ciudades prerromanas cambiaron al interés de
la nueva potencia y Roma plasmó en las ciudades su control del territorio
mediante la creación de edificios públicos destinados a ejercer una simbología
del poder romano.
El foro resulta ser el centro geográfico de una ciudad con tipología romana,
alrededor del cual se edifican otras construcciones de carácter público; pero a
la vez resulta ser el centro de poder político, económico y social de un núcleo
urbano. Junto a este término se une la basílica, edificio público con fines económicos y
judiciales, que también resulta encuadrado en la composición del dominio romano.
Inmaculada C. Pérez Parra
(CV)
Juan Manuel García Barea
(CV)
jmgarciabarea@gmail.com
Los teatros entran dentro del grupo de edificios públicos destinados a fomentar los usos de la vida típica romana. Los edificios públicos capaces de albergar espectáculos para la población se fomentaron desde las fundaciones coloniales, pues la población asentada en dichos asentamientos los demandaría. Los habitantes de esas mismas poblaciones que no eran emigrantes itálicos asistirían a los espectáculos y se difundiría su interés por el resto de ciudades cercanas.
A estas construcciones se le pueden añadir otros conceptos que diseñan la ciudad típica romana como pueden ser los abastecimientos y las canalizaciones de agua, pero parece interesante puntualizar que en un principio Roma puede plantearse edificar sólo construcciones notables para su beneficio, dejando con el aspecto original la mayoría del núcleo adquirido.
La monumentalización de las ciudades cada vez se va haciendo más palpable con la construcción de grandes edificios al estilo romano y, en este sentido, las acciones de los evergetas adquirirán una importancia muy destacada.
El evergetismo, un elemento a resaltar de la etapa de romanización de la Península Ibérica, se define como un comportamiento muy característico de las elites sociales urbanas de tradición greco-romana que consiste en realizar donaciones de todo tipo a la comunidad.
Según los investigadores, es una conducta social importada por los colonizadores romanos que comenzó a desarrollarse en Hispania tras la implantación de la estructura social, de las formas de explotación económica y de los modos de vida romanos.
¿Pero debemos pensar que únicamente los colonizadores cuyas raíces sociales estaban en la Península Itálica fueron los encargados de fomentar el fenómeno del evergetismo? La respuesta es negativa, pues fueron las elites indígenas las que adaptaron los patrones de actuación romanos y se las encargaron de realizar estos actos de beneficio para la comunidad.
Con este sistema se conseguía dos objetivos primordiales: por un lado acceder a las formas de vida y a las relaciones sociales de los nuevos conquistadores y por otro mantener su hegemonía dentro de la comunidad a través de la política de la ciudad con cargos de magistraturas o mediante la obtención de puestos en los servicios religiosos, que anteriormente había tenido una posición social predominante.
Las evergesías propulsaron muchas obras que definieron el espacio urbano romano en la Peninsula Ibérica. La canalización de las riquezas de las familias que pertenecían a la elite social en sus mismas ciudades significó la creación en algunos casos de redes de abastecimientos para el núcleo, construcciones de viviendas urbanas privadas y villae, fortificaciones y santuarios rurales.
Por otra parte, las mejoras de necesidades urbanísticas que necesitaba la ciudad, estatuas que representaban al emperador o a dioses del panteón romano, el fomento de los ludi romanos y los edificios de espectáculos; y, en otros casos, las reparticiones de dinero entre le población – sportulae - , las celebraciones de banquetes – epula –, donaciones frumentarias, repartos de aceite, entrada gratuitas a los baños o incluso como representación diplomática de la misma ciudad.
Por supuesto esta situación debía de tener un beneficio social para quien las realizaba. Los actos de evergetismo realizados por miembros de estas familias pudieron ayudarles en sus carreras locales e incluso provinciales, pero existieron otros factores más determinantes que permiten explicar la promoción de algunos de ellos a los órdenes sociales superiores: como serían la riqueza, la política de alianzas familiares y de enlaces matrimoniales, el establecimiento en las capitales provinciales o las propias capacidades personales de los promocionales.
BIBLIOGRAFÍA
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