Contribuciones a las Ciencias Sociales
Octubre 2009

 

DIDÁCTICA DE LA LITERATURA
 


Nuria María Palanco López
jmariohv@yahoo.es



La Literatura es una de las materias que más contribuyen al proceso de maduración de la personalidad del adolescente; desarrolla su capacidad crítica y creadora.

Su sentido lúdico y creativo no está reñido con el rigor en el aprendizaje, ha de ser el denominador común de toda clase de Literatura.

En este proceso, el profesor juega un papel primordial, y es que debe tener presente todos los aspectos a la hora de programar, temporalizar, seleccionar contenidos, etc. Ha de partir de lo general a lo particular, de los contenidos principales a los secundarios; con una integración significativa y secuenciación de los contenidos apropiada al grupo-clase. Esto es, debe procurar que el alumno dote de sentido aquello que él, como guía, le va mostrando; sólo de esta forma conseguirá que el alumno integre los nuevos conocimientos en estructuras cognitivas coherentes. Además, no debemos olvidar, que la mente trabaja por asociación, por lo que la asimilación será menos costosa cuanto mejor organizados y secuenciados estén los contenidos.
 



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Palanco López, N.M.: Didáctica de la literatura, en Contribuciones a las Ciencias Sociales, septiembre 2009, www.eumed.net/rev/cccss/06/nmpl.htm



Pero, ¿qué factores se debe seguir para una buena organización del saber literario?

Debemos ofrecer una disposición lógica y coherente (épocas, movimientos, estilos, etc.); tener como finalidad el fomento de la competencia en comprensión y producción literaria; y su construcción ha de situar en el epicentro, al texto y a la lectura.

En esta línea, el hábito lector se erige como base para el conocimiento literario, por lo que la labor del profesor tendría que ir encaminada a una selección apropiada de lecturas. Difícilmente estudiantes de escaso bagaje cultural van a disfrutar y valorar las grandes obras de nuestra literatura.

Un criterio oportuno es la correspondencia entre la edad de los alumnos y las lecturas; además es necesario el conocimiento de los intereses del alumnado y de su nivel intelectual. A medida que la competencia lingüística y literaria crezca se le irán presentando obras de mayor envergadura.

Un óptimo resultado en el proceso de enseñanza-aprendizaje nos lo ofrece un amplio juego de técnicas que buscan favorecer la adquisición de nuevos contenidos, situando siempre al alumno como protagonista del aprendizaje. Son técnicas como la del estudio guiado, o la búsqueda de información.

La primera de ellas, busca como objetivo el logro de la autonomía del alumno en la trayectoria académica. Aprender a aprender como una de las competencias esenciales que debe desarrollar el alumno, encaminándose hacia la investigación bibliográfica. Esta técnica es aplicable tanto para la ESO como para el Bachillerato; el lugar idóneo para su desarrollo es la biblioteca o el aula de informática, donde pueden contar con material bibliográfico suficiente para el desarrollo del trabajo; puede, además, llevarse a cabo tanto individualmente como en grupo, será el profesor en cada caso quien decida según las necesidades del momento.

Los distintos bloques en los que se estructura son:

1. Presentación del tema

2. Distribución del temario de estudio y de la hoja de estudio guiado a cada grupo o individuo.

3. Inicio de la investigación, toma de apuntes, etc.

4. Puesta en común de la información obtenida y realización de la actividad del grupo o individual.

5. Exposición oral de los conocimientos adquiridos al resto de grupos.

Otra de las técnicas que tratan de potenciar la autonomía del aprendizaje es la de búsqueda de información bibliográfica; a través de su desarrollo favorecemos la capacidad de análisis y fortalecemos la inteligencia. Su ámbito de aplicación es Bachillerato, ya que requiere cierto grado de madurez intelectual Comparte con la anterior técnica algunas de sus características: puede aplicarse individualmente o en grupo; el lugar apropiado para su desarrollo es la biblioteca o el aula de informática; y los bloques son idénticos, salvo que no se entrega una hoja de estudio guiado.

En la búsqueda de herramientas que nos faciliten la verificación o aplicación de los conocimientos adquiridos, nos encontramos con técnicas como la exposición oral o el comentario de textos.

Si medimos los beneficios de la exposición oral, observamos que son muy altos; este resultado viene dado porque potencia la seguridad del individuo, mejora la expresión oral y favorece la capacidad de razonamiento.

En cuanto al comentario de textos, se presenta como una técnica que va ganando en importancia en los últimos tiempos. Sus beneficios dependen fundamentalmente de su correcta aplicación, lo que no siempre ocurre. Lo propicio es un conocimiento previo del autor y la época, para a continuación, proceder al comentario.

Su aplicación se estructura en los siguientes bloques:

1. Exposición o recordatorio del autor, época y obras.

2. Lectura detenida y comprensiva del texto.

3. Lectura, en grupo, de pequeños fragmentos con comentarios por parte del profesor, que irá aportando nuevos datos.

4. Una vez llegado al final, exposición escrita, por parte de los alumnos, de los rasgos más característicos del autor observados en el texto.

Estos bloques irán aumentando en proporción al nivel de los alumnos, llegando a la realización del análisis formal y al comentario crítico del contenido.

De las técnicas, aquí recogidas, es la última la que sigue siendo la más adecuada para la enseñanza de la Literatura, a pesar, de que no siempre es posible el comentario de obras completas, por motivos evidentes de tiempo.

En definitiva, sea cual sea el método elegido de aprendizaje, bien por descubrimiento, bien por recepción; siempre hay que perseguir que sea significativo; que el alumno relacione el nuevo conocimiento con las estructuras ya fijadas; sólo de esta forma podrá interiorizar correctamente la Literatura.

Bibliografía

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Esquer, R.: Didáctica de la Literatura. Madrid. Alcalá. 1972.

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Garrido, M. A.: Nueva Introducción a la teoría de la literatura comparada. Madrid. Síntesis. 2000.

Lázaro Carreter, F.: “El lugar de la Literatura en la educación”, Introducción al vol. col. El comentario de textos. Madrid. Castalia.1973.

Reyzabal, M. V., Tenorio, P.: El aprendizaje significativo de la Literatura. Madrid. La Muralla. 1992.

 


Editor:
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