Se produjo también un incremento en el número de personas que sabían leer y
escribir gracias al aumento de la clase media, la novela se desarrolló como
género literario y destacaron un grupo de autores como Daniel Defoe, Jonathan
Swift, Henry Fielding, Samuel Richardson…
En 1700 Inglaterra era básicamente agrícola, pero por el 1750 empezaron a
emerger grandes ciudades y aunque la población de esas ciudades no tenía
representación parlamentaria y las condiciones de vida eran especialmente duras,
el siglo XVIII trajo mejoras considerables tales como la iluminación y limpieza
de muchas calles londinenses, y aunque las diferencias entre las clases altas y
bajas eran inmensas, las condiciones sociales en Inglaterra eran de las mejores
en Europa. Pero a pesar de tanto cambio, las condiciones de trabajo seguían
siendo extremadamente duras.
Eva María Rodríguez Cobos
jmariohv@yahoo.es
A finales del siglo XVIII la nobleza y las clases medias habían acumulado
considerables riquezas gracias al comercio y ejercían un poder considerable a
través del Parlamento. La nueva organización del sistema agrícola dio más
beneficios a las clases altas, produjo más comida para una sociedad en aumento y
creó un nuevo proletariado que trabajaría para la Revolución Industrial. Pero
mientras la Revolución Francesa fue apoyada por las clases medias, las ideas
revolucionarias no tuvieron la misma acogida en Inglaterra.
No obstante, no podemos hablar únicamente de pobreza en el siglo XVIII, pues la clase media aumentaba cada vez más y las mujeres jugaban diferentes papeles dependiendo del papel masculino. Algunas mujeres estaban asociadas al placer, las mujeres casadas se asociaban con la pobreza y las respetables solteronas con la caridad. De hecho, se pensaba que cuando un hombre y una mujer se casaban, pasaban a ser una única persona representada por el hombre.
Con respecto a la religión, en el siglo XVIII, se creía en las limitaciones del hombre pero también se tenía una visión positiva de su naturaleza moral. Los filósofos de la época aseguraban que el hombre es bueno por naturaleza y que encuentra su felicidad en el ejercicio de la virtud y la benevolencia, tal visión del hombre descrita como sentimental y que halla su virtud en los impulsos sociales e instintivos del hombre, y no en un código de conducta sancionado por la ley divina. No obstante, la doctrina de la naturaleza buena del hombre les pareció a muchos que entonces era la civilización la que corrompía al hombre y que los hombres primitivos eran modelos de inocencia y virtud. Por otro lado, los Metodistas trajeron su evangelio a la gente, practicando la necesidad de creer en el pecado y en la salvación.
Un resultado importante de las revueltas religiosas y políticas que siguieron al fallido intento de una parte del Parlamento de forzar a Carlos II a excluir a su hermano Jaime, Duque de York y católico, de la sucesión, fue la aparición de dos partidos políticos bien diferenciados: Whig y Tory. Los monárquicos eran los Tories. Pero a finales de siglo, ambos partidos habían adoptados más posturas contrarias. Por un lado, los Tories obtenían su fuerza de los terratenientes y el clero, eran los conservadores de la época, apoyaban a la corona y la iglesia como agentes estabilizadores de la sociedad y se oponían a los protestantes que estaban en contra de Carlos I y que apoyaban la revolución puritana. Por otro lado, los Whigs eran un grupo menos homogéneo: nobles celosos del poder de la corona, los mercaderes y financieros de Londres, algunos obispos y los protestantes.
Con respeto a los monarcas decir que George I, que reinó desde 1714 a 1727, y George II, de 1727 a 1760, hablaban poco inglés y tenían poco interés en los asuntos nacionales. Sus corazones eran aún bastante alemanes y pasaban todo el tiempo que podían en Hanover. Así pues, ante estas circunstancias fue inevitable que los ministros cobrasen más importancia y se hicieran más independientes de la corona de lo que habían sido con monarcas anteriores y más inteligentes. De hecho, debido a la indiferencia de los dos monarcas y las grandes ambiciones de Primer Ministro, Sir Robert Walpole, el nuevo sistema ministerial empezó a desarrollarse, lo cual fue la última contribución importante de la época a las instituciones políticas británicas. El largo reinado de George III, de 1760 a 1820, retrasó un poco el poder político de los partidos políticos pues el rey estaba decidido a mandar personalmente y lo consiguió. Pero llevó a cabo una política peligrosa para un monarca que como político no era ni sabio ni liberal. Trajo a los Tories de nuevo al poder y hizo todo lo que pudo por acabar con el largo mandato de los Whigs.
Con respecto a la cultura y la tecnología de la época, destacar la arquitectura inglesa cuyos principios derivaban de los estudios sobre Vitruvius y más tarde sobre el arquitecto Palladio, cuyas obras se basaban en el buen gusto, el equilibrio y la estricta adherencia a las proporciones clásicas. Los cambios tecnológicos fueron imprescindibles para el desarrollo industrial. Fue la adopción de las nuevas tecnologías lo que constituyó la historia social de la revolución industrial.
Entre las principales influencias de la época destacan:
El puritanismo
El incremento de la clase media
La filosofía científica
Los novelistas de la época también reflejaron en sus obras la sociedad de la época, los cambios sociales y su incidencia en la población, las nuevas tecnologías…
Daniel Defoe llenó sus obras de comentarios sociales con respeto a la situación de la clase baja, las cárceles, el sufrimiento de los emigrantes… Su heroína principal, Moll, en su obra Moll Flanders, consigue ser feliz y consigue seguridad económica después de pasar por muchas dificultades. Ella y su marido se quedan en Inglaterra el resto de sus vidas y viven en penitencia sincera por la mala vida que han llevado. Robison Crusoe es considerado el primer héroe capitalista, que supera grandes dificultades y alcanza seguridad económica finalmente.
Jonathan Swift atacó a través de sus obras a los partidos políticos de la época y a las controversias religiosas entre diferentes denominaciones dentro del Cristianismo. En su obra más importante “Los Viajes de Gulliver”, Swift ataca la irracionalidad de sociedad y gobierno, ridiculiza al hombre, examina la naturaleza de la razón humana y satiriza la nueva filosofía que considera al hombre autosuficiente y a dios innecesario.
Samuel Richardson se rebela contra la actitud social que dictaba que una chica de clase baja no debe auto-valorarse. En su obra “Pamela” la chica, pobre pero virtuosa, es acosado por el señor de la casa, pero ella resiste y se convierte en un ejemplo de virtud admirada por todos. Esta novela gozó y goza de gran popularidad porque avanzó premisas sociales que imperarían en la sociedad durante mucho tiempo: el hombre como dominador y señor y la mujer obediente y sumisa.
Henry Fielding nos presenta a uno de los primeros antihéroes de la literatura inglesa, Jonathan Wild The Great, la historia de un criminal. La intención es satírica, ya que el criminal aparece como admirado por todos, y el “Grande” del título es totalmente irónico. Su vida de robos, estafas, vicios… le convierten en el rey de la hipocresía.
Estas y muchas otras obras de estos y otros escritores de la época reflejan la sociedad de entonces, las preocupaciones, las inquietudes, los cambios sociales, la cultura, la tecnología… De nuevo la novela hace de historiador y fiel espejo de una época.
BIBLIOGRAFÍA
WOODWARD, E.L (1988): Historia de Inglaterra. Editorial Alianza. Madrid.
CORBISHELLY, MIKE.; GILLINGHAM, JOHN.; KELLY, ROSEMARY.; DAWSON, IAN.; MASON, JAMES. (1996): The Young Oxford History of Britain and Ireland. Oxford University Press.
TOWNSON, DUNCAN (2004): Breve Historia de Inglaterra. Alianza Editorial.
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