Según el DSM-IV los criterios para el diagnóstico de retraso mental son:
1. Capacidad intelectual significativamente inferior al promedio: un CI
aproximadamente de 70 o inferior en un test de Cociente Intelectual administrado
individualmente.
2. Déficit o alteraciones concurrentes de la actividad adaptativa actual en por
lo menos dos de las áreas siguientes: comunicación, cuidado personal,
habilidades sociales, etc.
3. Inicio anterior a los 18 años.
Ana García Gat
jmariohv@yahoo.es
Los niños y niñas con discapacidad psíquica asociada al retraso mental son
aquellos cuya capacidad para manifestar conductas intelectuales y sociales
presenta una disincronía, un retraso o dificultad, de acuerdo con su edad
cronológica, para adquirir determinadas conductas básicas. Entre la diversidad
de nuestros discentes, podemos encontrar alumnos y alumnas con dicha
discapacidad a los que debemos dar una respuesta educativa. En las
características e intervención para este alumnado nos centraremos en los
siguientes apartados.
El DSM-IV establece cuatro grados de intensidad, de acuerdo con el nivel de insuficiencia intelectual:
• Retraso Mental Leve (CI entre 70 y 50)
• Retraso Mental Moderado (CI entre 50 y 40)
• Retraso Mental Grave (CI entre 40 y 25)
• Retraso Mental Profundo (CI inferior a 25)
• Retraso Mental de gravedad no especificado, esta categoría sólo debe utilizarse cuando exista una clara presunción de retraso mental, pero la persona en cuestión no puede ser evaluada satisfactoriamente mediante los test de inteligencia.
No debemos confundir retraso mental con “capacidad intelectual límite”. Este último término describe un intervalo de CI superior al exigido en el retraso mental (71-84). Una puntuación CI puede entrañar un error de previsión de + o – 5 puntos. De este modo, es posible diagnosticar retraso mental en individuos con puntuaciones CI situadas entre 71 y 75 si cuentan con déficits significativos de comportamiento adaptativo que cumplan los criterios de retraso mental.
La aparición del retraso mental no obedece a una única causa, ya que existen multitud de circunstancias que pueden provocar la aparición de este tipo de discapacidad. Existen casos sin etiología conocida que no figuran por tanto en los parámetros en los que suelen agruparse sus causas. En otros casos, se conocen circunstancias que puedan aumentar las posibilidades de aparición de este trastorno del desarrollo. Para facilitar su estudio vamos a agrupar las causas del retraso mental en función del momento de su aparición:
o Antes del nacimiento:
- Algunas enfermedades de la madre o del feto como diabetes, desnutrición, consumo de drogas, etc.
- Alteraciones de los cromosomas (Síndrome de Down, Síndrome de Turner…).
- Alteraciones del Sistema Nervioso Central como Espina Bífida.
- Alteraciones del metabolismo.
o Durante el parto existen diversas situaciones que puedan ser causa de retraso mental: los traumatismos craneales, algunos partos prematuros, presentación anormal del feto, etc.
o Después del nacimiento:
- Factores ambientales adversos como la falta de estimulación, carencias alimenticias, maltrato, etc.
- Traumatismos craneales como consecuencias de golpes, caídas…
- Consumo de determinados productos tóxicos.
- Algunas infecciones.
- Trastornos degenerativos, etc.
Las personas con discapacidad psíquicas pasan por un desarrollo evolutivo con algunas peculiaridades, especialmente en el desarrollo cognitivo, desarrollo comunicativo, desarrollo motor y socio-afectivo.
En cuanto al desarrollo cognitivo: La característica principal de las personas con déficits cognitivos es que no logran completar la evolución de sus estructuras de conocimiento. Cuanto más graves sean sus deficiencias más bajo será el estadio máximo al que pueden acceder. La mayoría de los deficientes ligeros podrán alcanzar el estadio de las operaciones concretas, pero no el de las operaciones formales; aunque recientes estudios afirman que dependerá de la instrucción empleada.
Algunos de los aspectos que caracterizan el desarrollo cognitivo de dicho alumnado:
• Precisar de una mayor cantidad de experiencias de aprendizaje.
• En el proceso de aprendizaje adquiere una especial relevancia la utilización de metodologías y actividades ricas y variadas, la secuenciación y operativización de los contenidos.
• Presentar dificultades para la generalización de los aprendizajes.
• Suelen presentar un alto grado de impulsividad, lo que les lleva a cometer abundantes errores.
• Tienen dificultades en la memoria a corto y largo plazo.
Con respecto al desarrollo comunicativo: Es muy frecuente observar en los niños deficientes trastornos importantes del lenguaje. Las destrezas de comunicación en los diferentes niveles de retraso mental se pueden resumir de la siguiente forma:
o En el retraso mental ligero: El lenguaje oral es completo aunque suele presentar dificultades en la construcción gramatical, las problemas aparecen en la concordancia y la pronunciación correcta de ciertas palabras.
o El retraso mental moderado: El lenguaje oral adquirido es incorrecto y simple, palabras con pocas silabas, oraciones cortas con dos o tres palabras.
o En el retraso grave o profundo: Frecuentemente el lenguaje no suele aparecer y predominar los sonidos interactivos sin intención de expresarse. En algunos casos se pueden encontrar algunas palabras con significado comunicativo.
En cuanto al desarrollo motor:
Retraso mental leve: Presentan pocas diferencias con los demás niños y niñas.
Retraso mental moderado: Se caracterizan por cierta debilidad motora, andan con torpeza.
Retraso mental grave o profundo: Presentan importantes malformaciones en los sentidos, esqueleto y sistema nervioso. El desarrollo motórico es rudimentario y sus movimientos están faltos de coordinación y armonía.
Con respecto al ámbito socio-afectivo: Se trata de un grupo de alto riesgo para desarrollar problemas a nivel emocional. Por niveles:
• El sujeto con retraso mental leve tiene sus mayores dificultades en la aceptación social y personal de su rechazo a sentirse diferentes, son un caldo de cultivo perfecto para el desarrollo de problemas de comportamiento y personalidad. La configuración de un autoconcepto negativo tendrá consecuencias importantes en la motivación hacia el aprendizaje.
• Los sujetos con retraso mental moderado carecen de la comprensión y expresión necesaria para enfrentarse a situaciones estresantes que le pueden llevar a la depresión, máximo cuando, al tener unas ciertas habilidades comunicativas y funcionalmente adaptativas, puedan aparentar un nivel de procesamiento y solución de problemas ficticios.
• Los sujetos con retraso mental grave o profundo, al carecer de un buen nivel de lenguaje expresivo, a menudo tienen problemas interpersonales. Es bastante habitual que utilicen formas de comunicación primitivas, tales como conductas agresivas y auto-estimulatorias.
Ante la llegada al centro de un alumno con dichas características, la organización de la respuesta educativa de los centros andaluces debe seguir unas pautas determinadas, las cuales se especifican en los siguientes pasos:
1. Se realiza la evaluación psicopedagógica del alumno/a para determinar sus necesidades educativas considerando cada caso de forma individual. (Orden del 19 de septiembre de 202)
2. Se procede a la escolarización en las condiciones más normalizadas posibles. En este momento el Equipo de Orientación Educativa (EOE) emite el dictamen de escolarización (Orden del 19 de septiembre de 2002) en el que se determine el tipo de escolarización entre las siguientes opciones:
En centro ordinario:
- En grupo ordinario a tiempo completo (Tipo A)
- En grupo ordinario con apoyos en periodos variables (Tipo B)
- En aula específica (Tipo C)
En centro específico (Tipo D)
3. Se concretan las medidas educativas, los apoyos y los recursos, siguiendo la Orden del 25 de julio del 2008. Todos estos datos se graban en la aplicación informática SENECA.
4. Se aplican las medidas señaladas.
5. Se establece un contacto adecuado con las familias en todo momento y desde el principio de la intervención.
6. Se realiza el seguimiento y la evaluación de la propuesta y se realizándose de forma periódicas las oportunas modificaciones y matizaciones.
Para prevenir o paliar algunas de las consecuencias de este déficits es importante la implementación de programas de mejora de la inteligencia.
La mejora de la inteligencia implica desarrollar y aprender estrategias, destrezas cognitivas y modelos conceptuales. Esto se consigue con programas de estimulación temprana en los primeros años de vida, para pasar en las etapas escolares a los programas de desarrollo cognitivo, también llamados de estimulación o de mejora de la inteligencia. Se trata, básicamente de intervenciones de estimulación y de compensación, por medio de las cuales se pueden incrementar una serie de variables, como son:
o El cociente intelectual
o Las habilidades de procesamiento
o La observación
o La capacidad para resolver problemas
o El desarrollo de procesos cognitivos y metacognitivos.
Entre los programas más conocidos, se encuentra:
- Proyecto de Inteligencia Harvard
- Programa de Enriquecimiento Instrumental de Feuerstein
- Comprender y Transformar de J. Mora
- Proyecto de Activación de la Inteligencia de la editorial SM.
Estos programas pueden llevarse a cabo durante el horario de tutoría del grupo en el que se encuentre el alumno/a, o bien como ejercicio final de todas las asignaturas, es decir, una vez terminada la clase en los últimos diez o quince minutos de la clase hacer algún ejercicio o ficha de los programas. En la mayoría de ocasiones al alumnado suele trabajar este contenido con una buena disposición, pues lo perciben como algo lúdico dentro de la dinámica de clase, por ello puede utilizarse como premio para quien haya terminado una tarea determinada.
En líneas generales, podemos señalar a la prevención junto con la detección precoz y la atención temprana como aspectos decisivos para evitar o paliar determinadas consecuencias de esta discapacidad. Es por ello imprescindible que el profesorado docente esté formado para lograr una detección rápida y eficaz del alumnado con estos problemas y puedan compensarse lo antes posible las diversas necesidades y potenciar las competencias básicas en el alumnado.
Bibliografía:
AAMR (1997): Retraso mental. Definición y sistemas de apoyo. Madrid: Alianza
Anaya Nieto, D (2002) “Diagnóstico en educación” Editorial Sanz y Torres. Madrid
Coll, C 1987) “Psicología y curriculum” Editorial Paidos. Barcelona
Coll, C; Palacios, J y Marchesi, A (1997) “Desarrollo psicológico y educación” Volumen I, II, III. Editorial Alianza. Madrid.
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