Ana Pilar Gutiérrez Gutiérrez
jmariohv@yahoo.es
Vivimos una cultura de la violencia que se manifiesta en los diferentes ámbitos
de la vida social. Nuestros adolescentes están expuestos a esta violencia día a
día mediante los medios de comunicación, videojuegos, enfrentamientos en
fiestas, casos de violencia de género, etc. La repetida exposición de los
jóvenes a la violencia puede producir cierta habituación, con el riesgo que de
ello se deriva por poderse considerar como algo normal e inevitable.
En este artículo se trata el tema del bullying o acoso escolar, un tipo de violencia que se da, sobre todo, en la infancia y adolescencia.
Cuando hablamos de acoso escolar nos referimos a casos en que un alumno es
insultado, humillado y puesto en ridículo delante de sus compañeros y
compañeras, casos de jóvenes que sufren todo tipo de chantajes por parte de un
grupo de iguales, casos de adolescentes a los que se les hace el vacío y aísla
de forma severa o sufren reiteradamente agresiones físicas.
Los expertos señalan que el bullying implica tres componentes clave:
1º.- Se da un desequilibrio de poder entre el acosador y la víctima. Este
desequilibrio puede ser real o sólo percibido por la víctima.
2º.- La agresión se lleva a cabo por un acosador o un grupo que intentan dañar a
la víctima de un modo intencionado.
3º.- Existe un comportamiento agresivo hacia una misma víctima, que se produce
de forma reiterada.
Podemos hablar de varios tipos de acoso escolar (con frecuencia aparecen varios tipos de forma simultánea):
Físico: directo, como empujones, patadas, agresiones con objetos, etc., e
indirecto, como daños materiales, destrozo de objetos personales, pequeños hurtos, etc.
Verbal: es el más habitual. Se lleva a cabo especialmente mediante insultos, motes, menosprecios en público, humillaciones, propagación de rumores falsos, mensajes telefónicos ofensivos o llamadas, lenguaje sexual indecente…
Psicológico: amenazas para provocar miedo, para lograr algún objeto o dinero, o simplemente para obligar a la víctima a hacer cosas que no quiere ni debe hacer…
Social: pude darse bien impidiendo al joven participar, bien ignorando su presencia y no contando con él/ ella en las actividades normales entre amigos o compañeros de clase, excluyéndolo y aislándolo progresivamente.
Este fenómeno tiene consecuencias negativas tanto para las víctimas como para los agresores. Es evidente, pues, que la victimización se relaciona con quejas psicosomáticas, ansiedad y depresión, así como baja autoestima, tendencia a la soledad y al aislamiento, peor capacidad de concentración y peor ajuste o funcionamiento a nivel escolar, así como el desarrollo de fobias a ir al colegio o instituto como mecanismo de evitación. Los agresores, como hemos dicho, también sufren los efectos del problema: se acostumbran a vivir abusando de los demás, lo que impide que se integren de forma adecuada en la vida social del centro. Corren el riesgo de trasladar el comportamiento cruel que tienen con determinados compañeros a otros lugares de convivencia y a otras relaciones sociales, lo que termina acarreando graves trastornos de integración social que pueden llevar a futuras conductas delictivas. En el ámbito académico, los agresores no ponen atención en sus tareas y su aprendizaje se resiente, además de la indisciplina y alteración del ritmo normal de la dinámica escolar que provocan.
Precisamente, el primer estudioso del tema es el psicólogo noruego Dan Olweus, quien comienza a preocuparse por la violencia escolar en su país en 1973 y se vuelca en el tema a partir de 1982 a raíz del suicidio de tres jóvenes. En Europa se está trabajando sobre el acoso desde hace años. En España no hay estudios oficiales hasta uno del defensor del menor de 1999. Dos estudios significativos llevados a cabo en nuestro país posteriormente son el Informe Jokin, llevado a cabo en el País Vasco, y el Informe Cisneros, realizado en la Comunidad de Madrid.
Son numerosas las noticias que nos han llegado en los últimos años sobre casos de acoso escolar y sobre sentencias dictadas por este hecho. Un caso que conmocionó al país fue el caso Jokin, un joven de 14 años que se suicidó el 21 de septiembre de 2004 tras sufrir durante un año acoso escolar por parte de sus compañeros de instituto. Este caso concluyó con la primera condena por acoso escolar en España. La Audiencia guipuzcoana condenó en mayo de 2005 a los ocho acusados, siete chicos y una chica, a 18 meses de libertad vigilada cada uno por un delito contra la integridad moral. La Audiencia consideró que además cometieron un delito contra la salud psíquica de Jokin, motivo por el que se incrementó la pena.
Recientemente hemos visto que la Audiencia de Madrid ha condenado al Colegio Suizo de Alcobendas por acoso escolar por unos hechos que ocurrieron en el 2006.El caso salió a la luz después de que los padres de un menor, que entonces tenía 10 años, denunciaran en octubre de 2006 que su hijo había sido objeto de vejaciones por parte de sus compañeros de clase. El padre del menor y su abogado usaron un vídeo que había sido grabado durante el recreo en el momento en que le golpeaban con la mano y con un estuche hasta 21 golpes en la cabeza, la nuca, las piernas y la espalda.
En los últimos tiempos tanto el cine como la literatura han tocado el tema del acoso escolar. Bastante repercusión tuvo el drama sueco Evil, nominado en 2004 al Óscar como mejor película de habla no inglesa., del director Mikael Hafström. La acción se sitúa en la Suecia de los años 50. Su protagonista es un joven de 16 años, víctima del maltrato por parte de su padrastro. Este adolescente llamado Erik es cambiado de colegio por su conflictividad. En el nuevo centro un grupo de compañeros se lo pone cada vez más difícil. Tiene dos alternativas: responder a las provocaciones o soportar las humillaciones.
En España, en 2005 se rodó un corto titulado Libre, de Diego Betancor, de la productora de cine juvenil Gofiator Pictures. Dos adolescentes, Diego y Marta sufren acoso continuo en su colegio. La joven, que consigue liberarse de ello, aconseja a Diego a seguir luchando.
En literatura, tenemos un ejemplo muy reciente, se trata de la última novela de Martín Casariego, La jauría y la niebla, que se desarrolla en el País Vasco y transcurre en un día. En esta obra los protagonistas son un niño llamado Leandro, que pierde su inocencia al saber que los Reyes Magos no existen, un anciano, el escritor de novelas infantiles Ignacio Mayor, y un adolescente, Ander, que sufre una grave situación de acoso escolar.
Este artículo pretende dar a conocer una serie de actividades para la prevención del acoso escolar en nuestras aulas. Estas actividades están dirigidas a alumnos del segundo curso de la ESO , con edades comprendidas entre los 13-14 años.
Objetivos didácticos
- Respetar y valorar las diferencias entre iguales como modo de enriquecimiento personal.
- Conocer las aficiones e inquietudes de los demás compañeros para la cohesión del grupo.
- Reconocer diferentes puntos de vista y respetarlos para una mejora de la convivencia e integración.
- Expresar ideas y sentimientos propios y sobre los demás.
- Valorar las posibilidades personales y respetar las actitudes de los demás.
- Usar el diálogo para analizar y resolver problemas y fomentar la investigación y la autocrítica.
Contenidos
- Conocimiento de los miembros del grupo en lo que se refiere a gustos, aficiones y rasgos que los definen.
- Gusto por expresar verbalmente sentimientos e ideas sobre sí mismos y sobre los demás.
- Debate sobre las posibilidades, inquietudes y actitudes de las personas.
- Encuesta sobre el acoso escolar y análisis de los datos extraídos.
Actividades
La primera actividad que desarrollamos con el grupo/clase consiste en la realización de un juego que podemos llamar “El detective”. Tomaremos como punto de partida este juego como apoyo a otras actividades que se realizarán posteriormente, pero sobre todo para que los alumnos se conozcan entre sí. Consiste en lo siguiente:
Cada uno de ellos debe escribir en una hoja su nombre, lo que le gusta y lo que no le gusta, así como algún rasgo que lo defina. A continuación se dejan unos 10 minutos para que todos puedan ver las hojas de los demás. Todos se sientan en círculo y un alumno o alumna realiza preguntas como: “¿a quién le gusta jugar al golf?”. A lo que deben responder aquellos que recuerden. El primero que conteste será el que haga la siguiente pregunta.
La segunda actividad consiste en la realización de otro juego, que podemos denominar “Las gafas”. Este juego les va a permitir ver la realidad desde distintos puntos de vista, para, así, ver el punto de vista de los otros y cómo una determinada postura ante la vida condiciona nuestra manera de ver la realidad. Su desarrollo es el siguiente:
Se necesitan seis monturas de gafas de cartulina de colores diferentes. El profesor plantea: “estas son las gafas de la desconfianza. Cuando llevo estas gafas no confío en los demás. ¿Quiere alguien ponérselas y decir qué ve a través de ellas y qué piensa de los demás?”. A continuación plantea: “estas son las gafas de lo hago todo mal, cuando las llevo puestas siento que soy un desastre. ¿Quién quiere ponérselas y decir qué ve a través de ellas?” En tercer lugar, ofrece a los sucesivos voluntarios las gafas de nadie me acepta. Luego ofrece las gafas de la confianza. Más tarde probarán con las gafas de todo lo hago bien y finalmente, deberán decir qué sienten con las gafas de todos me quieren.
A continuación, cada uno puede expresar cómo se ha sentido. Éste puede ser el inicio de un diálogo sobre los problemas de comunicación entre los distintos miembros del grupo.
La tercera actividad consiste en la narración por parte del profesor del cuento “Titín, el niño avispa” de Pedro Pablo Sacristán, en Cuentos para dormir. El cuento trata de un niño al que unos chicos mayores que él le quitan todos los días la merienda, amenazándolo con pegarle. Titín intenta controlar su rabia y de pronto se siente asustado por una avispa. A partir de ahí se da cuenta de que el truco de la avispa es el miedo, ya que todos tienen tanto miedo de su picadura que la dejan en paz. De este modo, prepara distintas trampas a los acosadores de forma que dejan de acosarlo. A partir de la narración del cuento se deja un tiempo a los alumnos para comentar, en grupos de cuatro, casos que conozcan de acoso en las aulas, para, a partir de ahí, establecer en gran grupo, un debate sobre cuestiones como las siguientes:
- ¿Por qué se produce el acoso?
- ¿Qué hecho o hechos lo desencadenan?
- ¿La víctima se siente inferior?
- ¿El acosador se cree superior?
Para finalizar esta actividad se analizan los diferentes personajes que intervienen en estos conflictos y se plantean diferentes alternativas para reducir o eliminar este problema si existiera.
La cuarta y última actividad consiste en la realización de una encuesta por parte de los alumnos a otros compañeros del centro. La encuesta será contestada de forma anónima. Se les harán preguntas como las siguientes:
- ¿Alguna vez te has sentido intimidado verbalmente (por medio de insultos, motes, propagación de rumores falsos, etc.?
- ¿Te han amenazado para provocarte miedo o para lograr algo de ti?
- ¿Has sentido que te ignoraban, no contaban contigo o te aislaban en determinadas actividades en grupo?
- ¿Te ha agredido físicamente algún compañero o compañera?
- Si has sufrido acoso alguna vez, ¿cómo reaccionaron tus compañeros? ¿cómo actuaron los adultos? ¿qué excusas pusieron los acosadores?
- ¿Has insultado alguna vez a un compañero o compañera?
- ¿Has amenazado a alguien para asustarlo o conseguir algo?
- ¿Has tratado de aislar a algún compañero o compañera?
- ¿Has agredido físicamente a algún compañero o compañera?
- ¿Por qué en una clase los compañeros se suelen poner del lado del acosador?
Una vez que los alumnos han realizado las encuestas, en el aula se analizan los datos de forma que se hagan llegar a los demás profesores del centro así como a los padres de todos los alumnos.
Para concluir, hemos de decir que la comunidad escolar ha de poner de manifiesto su compromiso para que no se dé este tipo de casos. Por otra parte, hay que diferenciar los problemas de comportamiento episódicos o de indisciplina del acoso, aunque algunos comportamientos, si no se atajan a tiempo, puedan derivar en él. En el acoso la conducta es continua y el agresor está en posición de superioridad respecto a la víctima. Ante un caso de acoso, la comunidad escolar ha de reaccionar rápidamente, pero se debe proponer, además de esto, la prevención para lograr una adecuada convivencia. Por ello, en los centros educativos se ha de tener un adecuado plan de convivencia, que implique no sólo a profesores y a alumnos, sino también a las familias. Sin embargo, la solución a este conflicto no puede limitarse a la escuela. De hecho, en otros países juegan un importante papel, en este sentido, los ayuntamientos y otras instituciones al margen de la escuela.
BIBLIOGRAFÍA
- AVILÉS MARTÍNEZ, José María; Bullying: el maltrato entre iguales, Salamanca, Amarú Ediciones, 2006.
- DÍAZ-AGUADO, JALÓN, María José; Del acoso escolar a la cooperación en las aulas, Madrid, Pearson Prentice Hall, 2006.
- OLWEUS, Dan; Conductas de acoso y amenaza entre escolares, Madrid, Morata, 1998.
PÁGINAS DE INTERNET
- http://www.blog.educastur.es/convivencia/category/files/2007/10/guia_acoso.pdf
- http: // www.cuentosparadormir.com/infantiles/cuento/titin-el-nino-avispa
- http: // www.el-refugioesjo.net/bullying/isabel-menendez.htm
- http:// www.noalacosoescolar.blogspot.com/2007/05/informe-cisneros-sobre-acoso-escolar.html
- http:// www.abc.es/20090302/cultura-literatura/acoso-escolar-protagonista-ultima-200903021734.html
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