Ricardo Contreras Soto
riconsoto@gmail.com
Dentro de la estratificación social y la desigualdad hay un factor importante que contribuye a mantener esa diferencia entre las personas, a perpetrarla en algunos casos, a aceptar una relación de dependencia entre los que saben y los que no saben, por lo tanto, a legitimar al poder bajo el supuesto uso de la razón que tiene dominio sobre algún saber o quehacer, es la educación. Si bien en México estaban las escuelas de artes y oficios desde la colonia, donde existían en algunas de las ciudades, no había cobertura para todos, mucho menos en las zonas rurales. En ellas la división técnica de trabajo en donde participaba la mayoría de personas, se daba en los siguientes trabajos: peones, ganaderos, comerciantes, pequeños artesanos, trabajadores domésticos, etcétera, es decir, trabajos pesados altamente descualificados.
Pos nomás los patrones ondee (donde) nos pagaban, ondee trabajábamos y yo más a pos quiere que te diga era pura ignorancia… (Entrevista 15) (Carmen Santana Macías, 78 años, campesina, Celaya).
Posteriormente con los obrajes, talleres y fabricas el trabajo se iba proletarizado y también masificando en las ciudades. Se requería saber ciertos oficios o técnicas para realizar los trabajos. Sin embargo la estratificación laboral tenía como eje un mínimo de estudios para hacer tareas básicas necesarias, leer instrucciones, hacer reportes, etcétera.
Pues trabajaba porque había mucho donde trabajar, había fabricas de hilados y tejidos, donde trabajaba mi padre, había mucha gente que tenia dinero, verdad, pues tenia muchas personas a su servicio, y las personas que no tenían estudios ni nada, trabajaban pues lavando ajeno, había cocineras, recamareras. (Entrevista 121) (Teresa Reynoso Ruiz, 66 años, Normal Superior, Maestra de Primaria).
El efecto de la falta de educación como capital cultural en las personas genera sentimientos de sumisión en ellas, de vulnerabilidad y de autoexclusión, propio para la moral del esclavo, la ausencia de una educación no solamente cualificada, sino básica para el desarrollo cultural de participación, para que se generara gente pensante, crítica, para desarrollar tecnología y ser creativa, fue un déficit que pagó caro la sociedad mexicana. Aunque a las clases en el poder les complaciera tanta ignorancia por ser objeto fácil de dominio político e ideológico. El rezago educativo es un crimen.
Pues entonces en aquel tiempo creo que todo eran más tapados en todo, y ahora ya hay mas libertad, toda la gente principalmente ahora ya están más alistados, principalmente yo que no tuve escuela, estoy bien piedra todavía, ja, ja… (Entrevista 40) (Maria Dolores Guerrero Ramírez, 65 años, Femenino, Ama de casas, Celaya).
En contraste las personas con recursos de clases sociales más altas estudiaban en escuelas particulares, institutos, internados para ricos, el estudio es un signo de distinción (en el conocimiento de las bellas artes, por ejemplo), y también es una potencialización de capacidad real junto a los recursos económicos, que permiten ampliar el poder en un escenario, es decir, mientras más capital cultural tenían mayor era las posibilidades de acumular más recursos económicos, más poder legitimado y una autoestima más fuerte, ver a Kerbo (2004).
Antes no se estudiaba, a los padres no les gustaba que los hijos estudiaran solo la gente acomodada estudiaba. (Entrevista 64) (Maria Elena Cruz Sánchez, 67 años, femenino, tercero de primaria, comerciante).
La configuración histórica de la “modernidad” en el acceso al mercado laboral se va dando y entretejiendo en un complejo proceso, donde las personas sin estudios entran en los trabajos de bajo estatus, en unos submundos urbanos donde viven olvidados, sobre todo la gente del campo (que llegó a trabajar en migraciones internas a la ciudad) y la gente de la ciudad pobre que no tenía estudios.
… Yo ya tenia 15 años nomás que pos como no sabia yo leer, ni escrebir (escribir) pos que me decían algo, que el que ya me iba fue mi deseo el que ya mis padres, nunca no había obligación de escuelas ni nada, una es que yo de escuela no supe, ni siquiera el mentao pantalón que se dobla, fue todo lo que supe y después fue ya grande cuando empecé a trabajar aquí en Celaya, porque trabaje yo mucho casi como 7 años en ese 4 esquinas, y cuando ya nos vinimos para Celaya con mi hermano, que luego íbamos 7 años, ya tenia yo 15 años con mi hermano ya trabajando, vendieron ese terreno y nos vinimos aquí a Celaya, entonces decía el trabajar y fue en donde empecé a trabajar buscar la manera de trabajar, primero fue con los albañiles, después me encontré con que había un cine, creo que era el teatro Cortazar (que estaba frente a la Calzada Independencia) que ahora que después fue el cine Encanto, ese teatro Cortazar era de puros artistas allí empecé a trabajar, ya después de los 15 años y hasta la fecha dure más de 50 años trabajando en los cines, que fue cinelandia colonial, cine Olimpia, cine patin y cine encanto hasta que ya no pude trabajar. (Entrevista 66) (Miguel García Ramírez, 104 años).
La pronta entrada al mercado laboral debido a las necesidades económicas de las familias o de las personas evitaba que siguieran estudiando, la primaria empezaba a ser el requisito de estudios para el trabajo, sin embargo en la post revolución mexicana hubo impulso a la masificación educativa a través de las instituciones publicas. Esto tuvo impacto relativo en cuanto a cierta movilidad de las clases sociales. Las modalidades de estudio en escuelas primarias, secundarias, vocacionales, técnicas, diurnas, nocturnas, para adultos, escolarizadas, semiescolarizadas, etcétera, permitieron ampliar la oferta y la cobertura educativa. Romper con las inercias familiares de no seguir estudiando (revalorarlo), acompañada de historias de lucha y superación de las personas que se querían seguir preparando, fue un ejemplo de lo que se llamo “cultura del esfuerzo”.
Pobre que no tenia uno los recursos para comprar cualquier cosa, nos manteníamos muy pues muy resignados, y este conformes con la situación que había, no había ni asistencias, ni escuelas, ni nada, y uno podía estudiar apenas hasta la primaria, porque los papas decían que ya iban a trabajar, y se salía uno y ya tenias que trabar, y esa es la causa de que en ese momento, decir pues no, ¿no podré estudiar? y ya no pude estudiar, hasta que me puse a estudiar hasta después que me case, ya que me case empecé a estudiar, y sacar adelante para uno superarse, y a la vez realizarse uno personalmente, y decir yo pude hacer esto y dice su esposa: hasta que terminaste dile y termine de estudiar con la ayuda nada más de mi esposa y de una hija, que con todo respeto me case y ya pude estudiar y todo eso, y dice su esposa ahí te esta diciendo que estudiaste, ha y estudie hasta la profesional en ese entonces hace 40 años o 45 años. (Entrevista 51) (Rubén Galván Miranda, 60 años, masculino, contador publico).
Sin embargo, el rezago educativo cobró victimas a su paso, tanto por lo que generó masas de personas ignorantes, como por lo que no pudo hacer impulsar a una sociedad a ser más culta, equitativa, democrática, dinámica, creativa, etcétera. Hay una tendencia fuerte de mantener de manera reductivista educativamente en cuanto preparar a las personas a un nivel elemental de cualificación laboral, se ha olvidado que en parte la potencialidad que tiene la cultura en su sentido más amplio. La ciencia, la tecnología, las artes, el pensamiento crítico, la participación democrática, la resolución de grandes problemas sociales y ecológicos no son producto de la cualificación laboral, ni de la educación en competencias. Un largo silencio de ignorancia envenena este pueblo.
…Porque mis padres sus padres de mis padres eran indios de los del barrio del zapote, puros indios hablaban idiomas distintas a las de castellanas. Mi madre era del de la de la ciudad y de que ahora es empalme que es el norte que era Chamacuaro, el la ciudad que esta en cruce a empalme con empalme con obregonzan ¿como se llama el onde (donde) esta el tren? ¿Cual? el Empalme ¿Empalme Escobedo?, Empalme Escobedo y ¿para acá? es el barrio el la ciudad de Comonfort, mi madre era de allí de Comonfort una india también que hablaba otomí, pos por eso pos como no veía obligación, pos casi no le pusieron escuela, no había obligación para uno, como ahora y es por onde me quede con mucho deseos, había muchas cosas que a mi me gustaban, que deseaba yo escribirlas, que si yo hubiera sabido leer en aquella época, (hubiera) biera escrito muchas cosas de las que iba a escribir ese diario. (Entrevista 66) (Miguel García Ramírez, 104 años)
La memoria perdida de un pueblo por el analfabetismo.
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