Revista: Caribeña de Ciencias Sociales
ISSN: 2254-7630


HISTORIA DEL CRIMEN ORGANIZADO III: POLÍTICA, ECONOMÍA Y GLOBALIZACIÓN

Autores e infomación del artículo

Francisco Javier Ruiz Durán*

Universidad de Extremadura

Correo: pacobadajoz@hotmail.com.


Resumen: En este artículo les mostraremos como el Crimen organizado busca la connivencia con el poder político para prosperar, o incluso subvertir el orden legítimo, y como estas organizaciones han penetrado en la economía legal desarrollando una economía híbrida, con la que según los expertos blanquean anualmente unos 320.000 millones de dólares anuales. La clave de su poder de corrupción.
Palabras clave: Economía criminal, Crimen organizado, Globalización, Narco-estado, Estado fallido, Producto Criminal Bruto, blanqueo de capitales y corrupción política.

Abstract: In this article we will show you how organized crime seeks connivance with political power to prosper, or even subvert legitimate order, and how these organizations have penetrated the legal economy by developing a hybrid economy, with which, according to experts, they annually launder some $320 billion annually. The key to his power of corruption.
Keywords: Criminal Economy, Organized Crime, Globalization, Narco-State, Failed State, Gross Criminal Product, Money Laundering and Political Corruption.

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Francisco Javier Ruiz Durán (2020): “Historia del crimen organizado III: política, economía y globalización”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (febrero 2020). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2020/02/politica-economia-globalizacion.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/caribe2002politica-economia-globalizacion


1. Los nexos políticos del Crimen organizado.

El político calabrés, Francesco Forgione, que presidió la comisión antimafia del parlamento italiano, entre 2006 y 2008, afirmó entonces aquello de <<la Mafia es Mafia por su relación con la política. Pero la Mafia es sólo un caso por la sencilla razón de que sin esos nexos las organizaciones criminales más conocidas no hubieran pasado a ocupar esas  posiciones>>. De hecho, las organizaciones criminales tienen dos grandes razones para relacionarse con la política y sus instituciones. Una es la necesidad o conveniencia de neutralizar o reducir la capacidad represora del Estado; otra es la explotación de las oportunidades de negocio que suelen venir de la explotación de las oportunidades de negocio que pueden derivarse del abuso de las instituciones y los recursos públicos. Por todo ello, el Crimen organizado intenta intervenir en el sistema político o bien mediante la corrupción de funcionarios públicos o bien ejerciendo la violencia para coaccionar al Estado o subvertir el orden político.

La relación entre delincuencia organizada y el sistema político puede darse a tres niveles: predatoria, parasitaria y simbiótica. La relación predatoria se da en los grupos que no tienen interés o capacidad para entrar en contacto con algún actor político. Es el nivel mínimo para interrelacionarse con el sistema político. La relación parasitaria corrompe y manipula el funcionamiento de ciertas áreas del sistema político por parte del Crimen organizado, a veces con la permisividad de algunas autoridades estatales que piensan que los beneficios económicos de estas organizaciones terminan favoreciendo la economía legal de su país. Así es como las organizaciones criminales han alcanzado gran influencia en el mundo subdesarrollado. A este nivel se sitúan la mayoría de las grandes organizaciones criminales en el mundo. Pero hay circunstancias donde algunas organizaciones han progresado hacia una relación muy estrecha con el Estado, el nivel simbiótico, procurando beneficios importantes para todos los actores como ocurría entre los altos cargos del Partido Comunista, los Servicios de Seguridad y las bandas criminales en la época soviética.

Las organizaciones criminales pueden fomentar la corrupción mediante la presión, la intimidación y la violencia; pero normalmente la vía a explotar, mediante sobornos, suele ser la codicia de los potenciales agentes corruptos o las ambiciones políticas. La manipulación de las Administraciones públicas por parte de las organizaciones criminales pueden alcanzar diversos niveles de gravedad. El nivel más elemental es el soborno puntual a funcionarios de baja graduación, especialmente agentes de policías y aduanas, para conseguir pasaportes, permisos administrativos, licencias para apertura de locales, negligencia en la revisión de un equipaje, hacer desaparecer evidencias, filtrar algún dato de un archivo confidencial… el nivel de gravedad aumenta cuando ese funcionario entra en la nómina de la organización criminal con la que colabora puntualmente, haciendo <<oficialmente>> todas las acciones antes citadas e incluso implicarse personalmente en algún delito o vigilando mientras se comete. También suelen darse los sobornos a los funcionarios de prisiones para proteger a los miembros encarcelados. El nivel de corrupción da un paso más cuando las organizaciones criminales llegan a influir sobre puestos de responsabilidad media o superior en la Administración política; bien por sobornos, por ponerlos en nómina o por haber infiltrado a un colaborador. El caso más peligroso, como demuestra la historia de Hispanoamérica, es cuando esto ocurre en la Administración de justicia para ampliar la impunidad del Crimen organizado, paralizar las investigaciones, manipular pruebas o incluso llegar a sobreseer juicios. En este contexto, se estimó, en 2004, que los grandes Cárteles mexicanos destinaron una media de cuarenta millones de dólares al año para sobornos en la judicatura. Por otro lado, el número de crímenes graves no investigados, de absoluciones y fuga de delincuentes es realmente escandalosa en Honduras y Guatemala. No podemos olvidar que la infiltración en la Administración también sirve para obtener fraudulentamente contratos públicos o subvenciones cuando no para <<vender>> empleos públicos como Italia. Y finalmente, llegamos al nivel de corrupción más pernicioso, cuando las organizaciones criminales obtienen colaboración de un alto cargo político o funcionarial en departamentos clave –como ocurrió en México con la lucha antidroga- que es indispensable para tráficos ilegales como el armamento pesado, material radiactivo, químico o bacteriológico, así como de tecnología militar.

Por tanto, debemos comprender que la compra de servicios a funcionarios de bajo nivel es más sencilla y frecuente en los países subdesarrollados donde perciben su sueldo como claramente insuficiente. En China por su parte, la corrupción es favorecida por la ausencia de penas legales sobre corrupción. Además esas colaboraciones ilegales suelen propiciarse a través de amigos comunes o lazos de parentesco. Y finalmente, debemos saber que la adjudicación ilícita de permisos, concursos o concesiones tienden a convertirse en costumbre y ello favorece la entrada a las organizaciones criminales. De hecho, cuando más poderosa es una organización criminal mayores son sus posibilidades de extender su influencia corruptora a los políticos, incluido el propio Gobierno, que puede terminar en una <<captura del Estado>>, como lo define el Banco Mundial, donde la criminalidad puede condicionar hasta la formulación y aplicación de las leyes o las políticas públicas. A este nivel se accede captando a los líderes y altos cargos políticos; introduciendo ellos mismos a candidatos o partidos políticos originarios del mundo criminal; o financiando la campaña a un partido político. El Crimen organizado no duda en tentar a senadores, parlamentarios, congresistas o miembros del Gobierno a través de sobornos, participaciones económicas e incluso las amenazas o el chantaje. “Cuando, durante la presidencia de Boris Yeltsin, algún miembro del Parlamento ruso se atrevió a denunciar que el setenta por ciento de los empleados del Estado estaban vinculados con la llamada mafia rusa, se daba por hecho que entre ese gran masa se incluía una cantidad considerable de altos cargos políticos. Aunque en niveles no equiparables a los de la Rusia poscomunista” 1.

En esta línea tras la II Guerra Mundial, como afirmaron varios mafiosos arrepentidos, la mayoría de los políticos no comunistas ni fascistas tuvieron contactos con la Cosa Nostra. Incluido el propio Primer Ministro Giulio Andreotti. Otro ejemplo de captura del Estado lo encontramos en Colombia donde los narcos lograron colocar representantes en todas las instituciones del Estado –Policía, Justicia, Ejército, Gobiernos regionales, Ayuntamientos y el Parlamento-. Es más, el propio Pablo Escobar, jefe del Cártel de Medellín, fue invitado a tomar asiento en el Congreso por el Partido Liberal. Por su parte, el traficante colombiano Carlos Lehder creó su propio partido político en 1982 para intentar prohibir las leyes de extradición. Tras conseguir dos diputados el dinero sucio utilizado en la campaña fue la causa del fin de dicho partido. Por ello los narcos, tras el fracaso de entrar abiertamente en política, eligieron la estrategia de la Mafia italiana de financiar a un gran número de carreras políticas. Es más, el Cártel fue decisivo en la elección de Ernesto Samper como Presidente de Colombia en 1994. En este contexto, en 1999 más de veinte políticos ucranianos se acogieron a su inmunidad parlamentaria para no ser juzgados por relaciones con Organizaciones criminales. Algo que ya había sido probado en más de cuarenta cargos locales. Pero este no es precisamente el único caso en Europa del Este; Rolandas Paksas, Presidente de Lituania, tuvo que dimitir en 2004 por sus vínculos con el Crimen organizado. De hecho, en Colombia, a principios el siglo XXI, los narcotraficantes seguían pagando las carreras políticas y las elecciones, especialmente a nivel local y general, aunque ahora lo hacen mediante las alianzas políticas requeridas por los paramilitares. “Así, según testimonio de un comandante de las Autodefensas Unidas de Colombia, el treinta y cinco por ciento de los miembros del Congreso de la República elegidos en las elecciones de 2006 eran <<amigos>> de este movimiento paramilitar. No es casualidad que fueran precisamente en esta época cuando el Congreso de la República y el Congreso Nacional desarrollaron y dieron aprobación a la controvertida ley de justicia y paz,… denunciada… por fomentar la impunidad de los paramilitares” 2.

La cooperación entre las Organizaciones criminales se motiva por el deseo de apropiarse indebidamente de los recursos públicos o bien por las futuras prebendas por apoyar la campaña política a un partido que lucha por el Gobierno o la independencia. En los países donde el Crimen organizado tiene un gran arraigo local puede llegar a actuar durante las elecciones como auténticos grupos de presión para vender los votos al partido que les ofrezca cierto grado de impunidad. Los ejemplos más paradigmáticos de ello lo representó la Democracia Cristiana con la Cosa Nostra y el Partido Demócrata con la Mafia italoamericana. Un segundo modo fraudulento de obtener o mantener posiciones de Gobierno se basa en reducir o distorsionar la competencia política. Las Organizaciones criminales pueden intimidar a los opositores políticos y a sus posibles votantes. Otra forma de asociación es la de cooperación puntual para resolver un problema o crisis concreta en circunstancias excepcionales. En esta línea tenemos el ejemplo del Gobierno de los Estados Unidos con la Mafia italoamericana, la siciliana e incluso la Yakuza japonesa durante la II Guerra Mundial. La República francesa también acudió al Crimen organizado para obtener información sobre los grupos de extremistas, de izquierda y de derechas, en Marsella a través de sus Servicios de Inteligencia. Y, por supuesto, el encargo al Crimen organizado de atentados contra otros políticos o personas; “precisamente, el dictamen final del primer juicio contra Giulio Andreotti culparía al primer ministro de haber ordenado la muerte del periodista Mino Pecorelli… en marzo de 1979. El supuesto móvil sería la intención de Pecorelli de publicar un reportaje sobre supuestos cobros de comisiones ilegales por parte de Andreotti”3 .

La criminalización de los Estados se inicia cuando sus más altas autoridades establecen alguna alianza estable con los líderes criminales para la participación de las élites gobernantes en los dividendos de los negocios ilegales. Los hechos más habituales para cimentar el proceso de criminalización del Estado son un nivel de los beneficios ilegales superior al de la economía legal del país, un clima de impunidad para el Crimen organizado y la instrumentalización política las organizaciones criminales o bien la captura del Estado por el Crimen organizado. En esta línea, la criminalización del Estado suele sobrevenir por el acceso a responsabilidades de Gobierno de partidos políticos o líderes ya involucrados con el Crimen organizado. Esto suele ocurrir en países subdesarrollados y en países afectados por conflictos armados o por fragmentación nacional como ocurrió en Asia Central o los Balcanes tras la caída de la URSS. Pero también puede sobrevenir desde una élite gobernante bien asentada, especialmente del Partido único, como ocurrió en México donde el Crimen organizado contaba con el apoyo del Estado, a cambio de una cierta remuneración económica a la élite gobernante, mucho antes de la aparición de los Cárteles. Más recientemente, en la década de 1990, la clase dirigente de Montenegro estaba integrada en el Crimen organizado y con estrechos lazos con la Camorra napolitana y la Sacra Corona Unita como denunció la fiscalía italiana de Bari en 2001.

Llegados a este punto no les extrañará si les digo que el impresionante poder de corrupción que provoca el negocio de la droga puede llegar incluso a una vinculación tal, entre la élite política y el Crimen organizado de un país, que derive en un Narco-estado: países cuya economía depende principalmente de los ingresos del narcotráfico dentro de su territorio por la falta de alternativa económicas y el subdesarrollo de la nación. En este tipo de Estados la élite política ha tomado el tráfico de drogas como la vía preferente para enriquecerse o salir de la miseria. Un ejemplo de ello lo tenemos en Guinea-Bissau que se convirtió en el punto de tránsito de una cuarta parte, aproximadamente, de la cocaína que los narcos hispanoamericanos exportan a Europa y que le supone a Guinea-Bissau unos beneficios siete veces superior a su Producto Nacional. Es decir, el PNB guineano es de dos mil millones anuales de dólares; el beneficio que obtiene por la droga es unos trescientos millones de dólares anuales. Otra vía para la aparición de un Narco-estado son los países regidos por dictaduras muy represivas como ocurrió en Afganistán con los talibanes y por supuesto con el Régimen de Corea del Norte. Los talibanes cobraban un impuesto del diez por ciento a todos los cultivos de amapola; más uno del veinte por ciento sobre los beneficios del opio. Las estimaciones llegaron incluso hasta cientos de millones anuales de dólares para los talibanes. Por su parte, Corea del Norte, comenzó su relación con el tráfico internacional de drogas en la década de 1970 tras un recorte drástico en las ayudas que le enviaban la Unión Soviética y China. Lógicamente esta asociación aumentaría notablemente tras la caída del Muro de Berlín cuando el líder Kim Jong-Il ordenó la creación de industrias farmacéuticas para producir heroína y metanfetaminas. En este contexto, los Servicios de Inteligencia norteamericanos y surcoreanos apuntan a un promedio anual de treinta o cuarenta toneladas de opio para una exportación a Europa y Asia con la colaboración de la Yakuza, las Tríadas, la Mafia Rusa y diversas organizaciones criminales en Europa occidental y el sudeste asiático. Además Corea del Norte está implicada en el contrabando de productos falsificados y tabaco. Así pues estamos ante un representante más de la delincuencia organizada transnacional.

Otro punto a observar es la convergencia entre las actividades y estructuras propias de la delincuencia organizada con las organizaciones terroristas. Con el 11 de septiembre de 2011 esta cuestión se hizo internacional evidente y procuró una resolución, el 28 de septiembre de 2001 el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que denunciaba la íntima relación entre los grupos de delincuencia transnacional organizada y el terrorismo internacional que se dedicaban al tráfico ilegal de drogas, armas, materiales de tipo nuclear, químico o biológico y el blanqueo de dinero. Pero a las conexiones entre representantes del Crimen organizado, grupos armados y terroristas, y a su condición de asociaciones ilícitas;  hay que sumarles sus coincidencias en su carácter secreto y clandestino, el control férreo que ejercen sobre sus miembros y colaboradores, el recurso compartido a la violencia y a diversas formas de coacción y prácticas de financiación ilícita y legal. Finalmente, hay que decir que ambos tipos de organizaciones han desarrollado unas estructuras cada vez más reticulares y descentralizadas, como en sus actividades y operaciones cada vez más transnacionales. A pesar de estas coincidencias los grupos terroristas son ante todo un método de coacción e influencia social; su ejercicio conlleva el uso sistemático, imprevisible y reiterado de actos intimidatorios y violentos, generalmente dirigidos contra agrupaciones o individuos indefensos, para que las noticias sobre esas víctimas provoquen un profundo impacto psicológico en la sociedad. Para tal fin, suelen elegir blancos y escenarios donde sus atentados aumenten la confusión, la irritación o el terror a la población y a la clase dirigente, sembrar dudas sobre la legitimidad del Estado, movilizar a sus simpatizantes, provocar conflictos internos en la sociedad o captar la atención de la opinión pública internacional. Por tanto, podemos afirmar que la violencia terrorista, casi siempre, busca condicionar en algún sentido las estructuras de poder o los niveles de cohesión propios de una sociedad. Por ello, la finalidad política de los grupos terroristas se asemeja a la de otros grupos armados como los movimientos guerrilleros, grupos paramilitares, milicias privadas…

Por otro lado debemos diferenciar la injerencia política del Crimen organizado que no suele constituir un fin en sí mismo, sino que es tan sólo un medio para cubrir sus necesidades económicas; y las operaciones terroristas que realizan para buscar financiación. Otra diferencia fuera de los Estados fallidos o regiones en conflicto, entre el Crimen organizado y el terrorismo es el modo en que intentan ejercer su influencia sobre el orden sociopolítico y las instituciones públicas; pues el Crimen organizado busca mantener una relación parasitaria con el poder mientras que los terroristas buscan conspirar contra él. Otras diferencias, entre ambos tipos de organizaciones, son que los grupos terroristas priorizan su seguridad, suelen tener una menor actividad delictiva y buscan la mayor publicidad posible. En conclusión, aunque el Crimen organizado y el terrorismo tienen rasgos en común, tienen diferencias decisivas.

Eso sí, el terrorismo puede converger con el Crimen organizado cuando se involucran en actividades propias de la otra organización. Por ejemplo cuando una organización criminal utiliza el terrorismo para defender sus negocios como han hecho los narcos colombianos, la Mafia italiana en los años noventa como reacción a los macroprocesos contra ella o los Cárteles mexicanos contra las medidas represivas del Presidente Calderón. Pero la convergencia más corriente entre el Crimen organizado y el terrorismo tiene lugar cuando los grupos religiosos o políticos, que emplean métodos terroristas de forma habitual, se involucran y especializa en los delitos comunes a diversas escalas; bien en el robo de armas, explosivos y vehículos para cometer atentados, las falsificación de documentos o la obtención de visados, permisos de viaje o información mediante la corrupción de funcionarios; o bien para financiar los costes de sus actividades terroristas. Eso sí, como estos hechos pueden empañar la imagen altruista que los terroristas quieren ofrecer suelen preferir financiarse mediante negocios legales, donaciones, dinero público…; aunque ello no descarta la extorsión, el robo o los secuestros. A todo ello debemos sumarle que los terroristas, tras la Guerra Fría, ni cuentan con el mismo grado de apoyo institucional ni la comunidad internacional es tan laxa con ellos como lo era antes; de ahí que actualmente los grupos terroristas se estén implicando cada vez más en actividades ilícitas. Especialmente el tráfico de drogas –cocaína, heroína, opio, cannabis y drogas sintéticas-.

Este dato quedó corroborado cuando la ONU remitió un cuestionario entre 2002 y 2004 a treinta y ocho países de los cuales diecinueve respondieron afirmativamente a tener evidencias sobre la relación del narcotráfico con el terrorismo. Por ejemplo, Argelia, Arabia Saudí, Turquía, Uzbekistán, Yemen, India, Colombia, Mauritania, Kenia, Alemania, Italia, Reino Unido y Estados Unidos. “Asimismo, en 2008 la DEA, principal agencia encargada de perseguir delitos de los cuarenta y tres grupos extranjeros incluidos en la lista del departamento de Estados sobre organizaciones terroristas tenían vínculos evidentes con el tráfico de drogas, y algunos más presentaban indicios” 4. Eso sí, no podemos olvidar que algunas de estos grupos violentos implicados en el tráfico de drogas están motivados por ideas políticas o político-religiosas que hacen uso ocasional del terrorismo o los combinan, generalmente, con la Guerra de guerrillas como ocurre con las FARC, la Autodefensas Unidas de Colombia, los talibanes o diversas milicias en África y Asia. Como tampoco podemos olvidar los grupos terroristas que utiliza el tráfico de drogas para financiar parte de sus acciones como Sendero Luminoso o algunos grupos colaboradores de Al Qaeda. Los terroristas, guerrilleros y paramilitares suelen obtener beneficios en el narcotráfico colaborando con los actores implicados en su contrabando. Normalmente imponen  gravámenes sobre el cultivo, la elaboración, la distribución y la venta a cambio de protección y colaboración. Los casos más notorios de esta asociación los tenemos en Afganistán y Colombia. Pero también ha ocurrido, en Georgia o Chechenia, que los grupos armados se han implicado en las labores de producción, distribución o venta; desplazando a los grupos criminales locales.

Además los grupos terroristas pueden cometer otros delitos económicos como el secuestro, la extorsión, el contrabando en general, el tráfico de personas, fraudes, robos o blanqueo de capitales como los Tigres Tamiles de Sri Lanka; en el cultivo y distribución de cannabis y opio, el tráfico de antigüedades, el tabaco, madera y armas o la venta de servicios de protección como hacen los yihadistas en Pakistán y Afganistán; a través del tráfico de personas, drogas y armas como el PKK kurdo; o la extorsión, el secuestro, la venta de explosivos a otros grupos terroristas (a Hamas en el año 2000) y el cambio de hachís y cocaína por armas como hicieron la ETA y el IRA. Sin olvidar casos de colaboración entre organizaciones de la misma condición, como el IRA y la ETA, a nivel logístico, operativo o financiero. De esta forma esos grupos terroristas obtenían drogas y fondos como pago por los cursos de terrorismo impartidos a las FARC en Colombia.

El intercambio de acciones entre los terroristas y la delincuencia organizada puede producirse o bien por la hibridación, es una evolución de una organización cuya motivación era política o de lucro hacia una estructura que valore por igual a ambos fines, un giro pragmático; o bien por transformación, la inversión absoluta de las prioridades de la organización por la cual el beneficio económico desplazó a la primacía de los objetivos políticos o viceversa, un giro político. Un ejemplo de la estructura híbrida de origen delictivo lo tenemos en la organización criminal fundada en la década de 1980 por Dawood Ibrahim, la D-Company, en Bombay para desarrollar operaciones de tráfico de armas, personas, drogas, extorsión y blanqueo de dinero. Esta organización de varios miles de personas, con una cantidad creciente de musulmanes, comenzó a radicalizarse por los ataques que sufrieron las comunidades islámicas en la India entre 1992 y 1993. Por ello, y gracias a sus contactos con los Servicios Secretos pakistaníes, Ibrahim comenzó a colaborar con varios grupos yihadistas, incluida Al Qaeda, y en marzo de 1993 desarrolló su primera campaña terrorista contra la India que causó más de doscientos cincuenta víctimas. En Bombay, en noviembre de 2008, llevaría a cabo una compleja operación terrorista donde diez milicianos mantuvieron la ciudad en alerta varios días y causaron ciento setenta y tres muertos. La mayoría de los grupos híbridos han evolucionado desde organizaciones terroristas o insurgentes –no de las delictivas-. Las milicias, grupos terroristas y guerrillas que han evolucionado de la colaboración con el narcotráfico a instaurarlo como su principal actividad; por ejemplo las FARC y Sendero Luminoso. Otro buen ejemplo es el Movimiento Islámico de Uzbekistán –próximo a Al Qaeda- que controla el setenta por ciento de las rutas para el opio y la heroína de Afganistán hacia los demás países de Asia Central. Desde este punto de vista algunos analistas afirman que, “la retórica islamista a la que recurre este movimiento no es más que un recurso para disfrazar el verdadero objetivo de su actividad terrorista: perpetuar el clima de inestabilidad política, que facilita sus negocios de narcotráfico”5 .

Por el contrario, lo más habitual es el hecho de las agrupaciones terroristas o insurgentes que se despolitizan y se mutan en organizaciones delictivas como ocurrió en Asia Central, a finales del siglo XX, donde el final de las guerras convirtió a los rebeldes o insurgentes en meros bandidos. Por los mismos motivos, los grupos terroristas que abandonan la armas sufren escisiones internas de sectores irredentos que continuaron sus actividades ilegales como ocurrió con el IRA en 2005; como también puede ocurrir por la muerte de su líder carismático o el ingreso de miembros o líderes del mundo criminal como ocurrió con la trasformación del grupo filipino Abu Sayyaf, apoyado durante años por Osama Bin Laden, que en 1995 tras la muerte de Abdurajak Janjalani, su fundador, comenzaría una deriva hacia una asociación de bandidos olvidando las motivaciones político-religiosas con las que nacieron.

La colaboración entre criminales y terroristas o insurgentes es una de las contingencias que más preocupa a las Agencias de Seguridad e Inteligencia de todo el mundo. Algunas colaboraciones tienen lugar cuando uno o varios grupos criminales ofrecen algún apoyo, generalmente económico, a una milicia u organización armada por sus inclinaciones políticas; principalmente cuando comparten etnia o lazos de amistad o parentesco como ocurrió con los chechenos. En este sentido Hezbollah ha contado durante años con millones de dólares de donaciones de diferentes grupos criminales libaneses que residían en Europa, África occidental y América.

Como acabamos de ver aunque existen colaboraciones entre grupos terroristas y organizaciones criminales; la ausencia de ideología del Crimen organizado suele hacer que estas cooperaciones respondan a intereses prácticos. Por ejemplo, en alguna transacción los terroristas se pueden aprovechar de los contactos de las organizaciones criminales para adquirir armas y explosivos en los mercados ilegales; o bien, realizando otras transacciones ilícitas relacionadas con la droga, las piedras preciosas, los diamantes… En este contexto, debemos recordar que el Crimen organizado europeo y euroasiático, especialmente en Italia, el Cáucaso y los Balcanes, aprovecharon los arsenales de la antigua URSS, para servir de armas y explosivos a los grupos terroristas europeos, como el IRA y la ETA; así como grupos terroristas en Palestina, Asia o el Norte de África con la mediación de traficantes europeos, checos y belgas especialmente. Por otra parte, estos contactos entre los grupos terroristas y las organizaciones criminales son un asunto constante de preocupación para las Agencias de Inteligencia y Seguridad que llevan años reseñando que esta es la vía por la cual un grupo terrorista puede tener acceso a los productos necesarios para desarrollar armas no convencionales. A todo ello debemos sumarle que el Crimen organizado también puede colaborar con los terroristas facilitándoles rutas o refugios clandestinos así como documentos falsificados, sobornos a funcionarios o transferencias y blanqueo de capitales. Por su parte los terroristas pueden participar en el mercado de la droga como vendedores o protegiendo a los traficantes y cultivadores así como a los buscadores ilegales de minerales como los diamantes. Finalmente, los grupos terroristas pueden alquilar su potencial de violencia e intimidación al Crimen organizado como ocurrió cuando el Cártel de Medellín, en 1993, alquiló los servicios del Ejército de Liberación Nacional –guerrilla marxista colombiana- para realizar una campaña de atentados con coches bomba.

Con todo ello bien presente, debemos recordar que las transiciones, contactos e intercambios puntuales entre organizaciones criminales y terroristas son sus casos más habituales de cooperación; pero si esos casos se revelan como una opción muy fructífera se puede llegar incluso a alianzas temporales y con ello ampliar la interacción logística y económica así como los apoyos y colaboraciones operativas; que finalmente puedan dar lugar a una larga asociación de tipo simbiótico o parasitario. El caso más ejemplarizante de ello lo representa la colaboración entre narcotraficantes y terroristas  en Hispanoamérica, Asia y África; cuando no la relación establecida entre bandas criminales albanesas y el Ejército de Liberación de Kosovo en la década de 1990.

Pero la colaboración entre esta clase de grupos ilegales también tiene sus riesgos e inconvenientes como puede ser atraer la atención pública y la policial sobre las organizaciones criminales; o bien, que los terroristas intenten extorsionar o limitar las actividades ilícitas de su colaboradores para su mayor seguridad; y que el contacto de los terroristas con el hampa le abra las puertas a los confidentes de la Policía o de los Servicios de Inteligencia. A todo ello debemos sumarle que el rédito económico de estas colaboraciones puede terminar erosionando el compromiso ideológico de algunos terroristas. Por ello las bandas terroristas suelen tener sólo contactos puntuales y sólo tienen alianzas temporales con el Crimen organizado en escenarios muy concretos de necesidad u oportunidad. Por necesidad se dan cuando un grupo terrorista o criminal no dispone de las capacidades o recursos suficientes para cumplir sus objetivos. Este caso le puede ocurrir a un grupo terrorista que no cuente ni con un Estado patrocinador ni conserve una base social lo bastante amplia como para financiarse. Por otra parte, las organizaciones criminales suelen pedir el respaldo de los grupos terroristas para realizar determinadas acciones violentas, acceder a cierto territorio o recibir protección. Por oportunidad se da cuando un grupo insurgente o terrorista se hace con el control de un territorio especialmente apropiado para el cultivo y procesamiento de drogas o bien para la depredación de algún recurso natural valioso. Este punto viene reforzado por la creciente globalización de la economía, los transportes y la comunicación que conlleva la ampliación de las posibilidades para la interacción entre criminales y terroristas como lo pone de manifiesto la transnacionalización de muchas de esas organizaciones. Por último, debemos recordar que las coyunturas más propicias para la colaboración fiable entre delincuentes, terroristas e insurgentes se dan en los siguientes escenarios, de menor a mayor peligrosidad:

1.  Entornos carcelarios.
2.  Barrios deprimidos.
3.  Localidades con varias fronteras nacionales y jurisdicciones.
4. Sociedades en transición o durante sus primeras fases de desarrollo estatal.
5.  Estados fallidos.
6.  Países o regiones inmersas en conflictos armados.

En las prisiones sin régimen de aislamiento los terroristas y los delincuentes pueden coincidir físicamente; pero en todos los demás casos la causa es un cierto déficit en la autoridad estatal que favorece un clima de impunidad en los barrios deprimidos que puede llevar en los que tienen una gran concentración de población inmigrante a facilitar la infiltración de organizaciones criminales transnacionales, e incluso terroristas, desde otros países que vienen buscando refugio. Existen regiones especialmente sensibles para atraer a estas organizaciones ilegales como ocurre en la Triple Frontera –Brasil, Argentina y Paraguay-, los Balcanes o las montañas del Pamir entre Tayikistán, Kirguistán, Pakistán y Afganistán. En el caso de la Triple Frontera, el más estudiado, en sus dos mil quinientos kilómetros cuadrados se alojan redes criminales de países americanos, africanos, euroasiáticos y orientales e incluso funciona como base de operaciones terroristas, o de otras formas de violencia política, en Oriente Próximo o en la misma Hispanoamérica. “Algunas evidencias confirman la cooperación entre narcotraficantes colombianos y contrabandistas de Hong Kong con criminales de origen libanés vinculados a Hezbollah; en envíos de armas y municiones a las FARC y la organización terrorista egipcia Gama´a Islamiyya, negociado respectivamente por criminales brasileños y chinos asentados en la zona, y la implicación de una célula local de Hamás en delitos relacionados con la falsificación de documentos y el tráfico de drogas. Debido a la extensa comunidad árabe arraigada en Foz de Iguazú… entre 1999 y 2001 diversos grupos yihadistas recibieron en esta ciudad unos cincuenta millones de dólares transferidos en pequeñas donaciones, de las que parte debió tener origen delictivo” 6. A las estimaciones económicas, de 1999 y 2001, del Departamento de Defensa norteamericano podemos sumarle el informe que las autoridades paraguayas elaboraron en 2005 donde indicaron que de esa misma comunidad emanó un flujo de veinte millones de dólares anuales hacia Hezbollah y Hamás. Finalmente, debemos indicar que desde antes de 2001 ya se había detectado la presencia de Al Qaeda por la zona. Y el siguiente escenario de la colaboración entre delincuentes, terroristas e insurgentes lo tenemos en las sociedades en transición, o Estados que se están creando, donde la disfuncionalidad institucional, la vasta economía sumergida y la alta corrupción, como en la zona euroasiática tras la caída de la Unión Soviética, son un caldo de cultivo ideal para la emergencia del  Crimen organizado y estimar su cooperación comercial con organizaciones terroristas e insurgentes nacionales o extranjeras para maximizar las posibilidades, a corto plazo, de obtener altísimos y puntuales beneficios. Por ejemplo, la venta de armas por parte de los traficantes de la Europa del Este a finales del siglo XX.

Los dos últimos escenarios indicados como formas de colaboración entre los delincuentes terroristas e insurgentes tiene en común las fronteras porosas, una intensa actividad económica ilícita, un alto nivel de corrupción, una gran libertad de movimientos y  una proliferación de organizaciones criminales. Este conjunto de situaciones, comenzando por la libertad de movimientos de las organizaciones ilegales, son rasgos definitorios de los Estados débiles o fallidos cuya falta de capacidad para controlar una o varios zonas de su  territorio favorece la anarquía social donde los terroristas y criminales encuentran el lugar idóneo para refugiase, armarse y financiarse en colaboración con el Crimen organizado. Ejemplo de ello se ha constatado, durante las últimas décadas, en los Estados débiles o fallidos de Colombia, Osetia del Sur, Abjasia, Georgia, zonas de Moldavia, la frontera entre Afganistán y Pakistán o la península de Myanmar y de Sumatra.

Para finalizar, debemos indicar que la debilidad o fracaso del Estado suele derivarse en conflictos armados como ha ocurrido en Chechenia, Irak, Afganistán, Sri Lanka, Angola, Liberia, República Democrática del Congo, Sierra Leona, Sudán y Somalia; donde los bandos insurgentes, y algunos Estados, tuvieron contactos o desarrollaron alianzas con organizaciones y bandas criminales. Es más, estos conflictos protagonizados por una pluralidad de actores, muchos de ellos como los <<Señores de la Guerra>> sólo movilizados por objetivos económicos, han sido denominados como <<Guerras de desintegración>> por los expertos militares porque suelen  estar alimentados por el deseo de depredación de los recursos naturales del territorio en disputa; provocando la fragmentación y la desintegración del Estado así como la colaboración entre criminales y grupos armados en medio de la anarquía resultante. Esta colaboración es más probable y natural cuando existen vínculos étnicos entre los criminales y los combatientes como ocurrió durante el conflicto de Yugoslavia. Además si una organización criminal ayuda a los insurgentes a tomar el Estado.  Luego lo podrá depredar desde dentro como ocurrió en Abjasia, tras su secesión de Georgia, en la guerra de 1990-1993. Por otro lado, y cada vez con más frecuencia, el Crimen organizado puede financiar a algún bando con el fin de prolongar el conflicto y con ello sus negocios; sobre todo en las últimas décadas en los conflictos africanos.

2. De la II Guerra Mundial a la Globalización.

            Tras la II Guerra Mundial los aliados pusieron en marcha los acuerdos de Bretton Woods 7 –firmados en julio de 1944- para controlar la crisis económica y garantizar la estabilidad del sistema económico. Los Estados Unidos reconstruyeron las economías de los países industrializados, en Europa y Japón, con los veintisiete mil millones de dólares que llegaron con el marco del Plan Marshall –de 1947 a 1952-: veintiuno en subvenciones a fondo perdido y seis en forma de préstamo. En pocos años las economías occidentales estaban en vías de reconstrucción; los dólares circulaban cada vez más para financiar la operación pero los dólares no estaban totalmente garantizados por el oro y la euforia comenzó a decaer. Richard Nixon, el 15 de agosto de 1971, acabó con la conversión de dólares por oro y dejó <<flotar>> el valor de cada divisa. Comenzaba la segunda globalización8 . Tras diez años, la estabilidad económica proporcionada por los acuerdos de Bretton Woods comenzó a debilitarse, y la decisión de Richard Nixon en 1971 llevó a las economías y sistemas financieros a una reorganización profunda que se tornó en una grave inestabilidad internacional con la crisis de 1973 propiciada por los intereses de la Guerra Fría.

            El Crack del 29 convenció al mundo de postguerra de que era preciso impedir que los sistemas financieros recobraran una libertad que provocara otra crisis; y por ello los Estados crearon un marco estricto y cerrado para sus relaciones financieras y económicas. De esta forma se controló el desarrollo económico para implementar los Estados-Providencia en la Europa no comunista, lo cual aceleró las economías occidentales, incluso con los costosos y masivos programas sociales que aseguraron a las poblaciones en el bando aliado durante la Guerra Fría. El sistema se resquebrajó seriamente con la crisis del petróleo de 1973 que propició la subida del petróleo por parte de los países de la OPEP –por motivos políticos- que propició que la gran banca, tras invertir los pingues beneficios de la OPEP, pudiese liberarse del control estricto de los Estados; y los acreedores pudieron comenzar a imponer sus condiciones a los deudores. Comenzaba así una disociación económica entre los Estados que necesitaban continuar sus políticas de redistribución social y las vías de financiación, necesarias para implementar esas políticas, que se comenzaban a escapar a su control. Esta doble presión se resolvió temporalmente con una deflación seguida de una fuerte inflación. Es decir, el sector financiero comenzó a imponer sus condiciones a los deudores y las empresas comenzaron a aligerar sus costes para ganar en competitividad –despidos, bajada de salarios, restringiendo los contratos fijos, introdujeron maquinaria, aprovecharon los avances informáticos…-.

Ante esta situación de desequilibrio social, económico y político, Ronald Reagan y Margaret Thatcher comprendieron que liberalizando sus economías atraerían hacia sus países a los capitales flotantes. Además entendieron que era necesario unificar las reglas para que los capitales pudieran circular libremente en busca de su mayor rentabilidad; ahí reside la clave de los Acuerdos de Uruguay –para suprimir los obstáculos a la unificación de los mercados- o de la creación en 1995 de la Organización Mundial del Comercio 9. La Globalización actual es en realidad una economía de acreedores que imponen una rentabilidad máxima a los deudores, que sin el control estatal, se regula por el nivel de los tipos de interés, dependiendo de la ley de la oferta y la demanda en los mercados financieros. Es decir, de la rentabilidad que ofrece cada país al capital. En este contexto, cada día circulan de mano en mano, en los mercados de cambio, 1,3 billones de dólares; “cifra que está totalmente desconectada de la economía real puesto que las exportaciones mundiales de bienes y servicios sólo alcanzaron 18 mil millones de dólares al día, es decir, unas setenta veces menos”10 . Recordemos que las conexiones electrónicas han suprimido parcialmente los desfases horarios, la única limitación a las masas financieras que continuamente están buscando mayor rentabilidad. Llegados a este punto comprenderemos mejor que la rentabilidad a corto plazo es incompatible con las políticas de regulación estatales y con las exigencias sociales del Estado-Providencia que sostenían; aquí está el motivo del aumento gradual y profuso del déficit de las Administraciones públicas para cubrir los gastos de crecimiento y empleo que requerían políticamente. Pero este déficit público aumentó la deuda de los Estados –que pedían préstamos a los mercados financieros- colocando el reintegro de la deuda como uno de los capítulos más importantes del presupuesto. Por todo ello, “las finanzas dominan hoy a los demás sectores económicos y sociales. Todos los sectores económicos deben dirigirse a los mercados financieros para conseguir la capitalización: los Estados para financiar su déficit, las empresas para desarrollarse, los particulares para conseguir bienes de consumo, de vivienda, de jubilación, etc” 11. Recordemos que los mercados se autoorganizaron e imponen sus normas a los deudores; que el resorte natural de las finanzas son la especulación –la búsqueda de ganancias apostando por un acontecimiento futuro-; y que la liberación de la economía, a todos los niveles, ha provocado su dependencia de los capítulos especulativos 12.

El origen de los mercados a plazo fijo, para protegerse de los riesgos financieros, se remonta al siglo XIX cuando los productores norteamericanos de cereales comenzaron a vender sus cosechas por anticipado, a un precio convenido, para protegerse de las variaciones de precio de las materias primas. Dicha técnica se extendió primero al campo de las divisas, en 1972, con el desarrollo de los futuros sobre las divisas en el Mercado a plazo fijo de Chicago; y luego se aplicó a todo tipo de activos financieros –acciones, obligaciones, tipos de interés o índices bursátiles- que no tienen una existencia real.

Durante la postguerra el orden económico y social, que se instauró por los aliados en el mundo occidental, se asentó sobre un doble principio: “la regulación de la economía para asegurar la producción en masa y la creación del Estado-Providencia para favorecer el consumo de masas. Los resultados del crecimiento deben distribuirse de la manera más armoniosa posible entre las empresas para que mejoren su productividad y adquieran un buen nivel de desarrollo, y entre los asalariados para que, con el aumento de poder adquisitivo, sostengan el crecimiento económico. Este arbitraje lo pilota directamente el estado en todos los países porque es el único que dispone de los instrumentos necesarios para efectuar las regulaciones económica, social y financiera, en función de los objetivos de desarrollo de mercados”13 . Los mercados nacieron con la expansión de los intercambios exteriores, los eurodólares, los petrodólares, los fondos de pensiones por capitalización y de la necesidad de financiación de los Estados y las empresas. El dinero llama al dinero, pero el desarrollo exponencial de estos capitales flotantes ha convertido en algo indispensable, y crítico, el comercio del dinero. Ese comercio utiliza los sistemas de cálculo, la revolución tecnológica, los paraísos fiscales y bancarios o los mercados financieros para expandirse por todo el globo en busca del dinero con el que pagar los préstamos, las pensiones o el avance de los países en vías de desarrollo. El problema es que entre esas bolsas de dinero están las de la corrupción, las mafias o de la evasión fiscal organizada.

Además, el dinero ilícito del Crimen organizado utiliza los mismos circuitos que los de las finanzas especulativas. “La ONU estima <<probable>> pero <<no de una manera oficial>> que el número de consumidores de drogas ilegales está entre el 3´3 % y el 4´1 % de la población mundial, es decir, alrededor de 218 millones de personas”14 . El observatorio geopolítico World Drug Report estimó que la producción de cocaína en 1996 habría estado entre las 800 y las 1.200 toneladas, la de opio sobre unas 4.500 toneladas –por cada diez kilos de opio se obtiene un kilo de heroína- y no pudieron calcular el enorme volumen de cannabis ni de los psicotrópicos químicos. Y en 1990 el Gafi, organismo creado para luchar contra el blanqueo de dinero15 a nivel internacional por el G-7, cifró el valor añadido de todas las ventas de drogas en unos 300.000 millones de dólares. Hoy en día, los organismos internacionales señalan que están sobre los 500.000 millones de dólares. Pero además del dinero ilícito de la droga, en el circuito económico internacional, también tenemos el del tráfico de armas y de especies protegidas, el de la trata de blancas, la prostitución, las redes de inmigrantes clandestinos… llevando lo que podíamos denominar como Producto Criminal Bruto hasta los 800.000 millones de dólares. Cerca del 15 % del comercio mundial.

La penetración de la economía criminal en la economía legal vino de la mano de abogados, financieros, consejeros de administración, intermediarios, comerciales, industriales… Es decir, “una actividad criminal organizada es, por tanto, una nebulosa de individuos, de sociedades comerciales, a veces de asociaciones privadas, con estatutos muy diversos. Algunas son totalmente clandestinas… otras presentan una fachada impecablemente honesta. Un circuito económico se parece cada vez más a un grupo de empresas, e incluso a una rama de actividades que funcionan gracias a una difusión del trabajo muy parecido a la de la economía legal”16 . No olvide, por ejemplo, que a parte de los capos en el mundo de la droga están los campesinos, los que trabajan en los laboratorios, los ingenieros, los de la seguridad, los agentes comerciales, los banqueros, los asesores jurídicos, los transportistas, los contables, etc.

En este contexto, los expertos calculan que de los 400.000 millones de dólares anuales del negocio de la droga, unos 180.000 millones se destina para el pago a los traficantes y a los miembros de la sociedad legal que colabora con ellos; sólo unos 120.000 millones revierte en la organización para ser susceptible de ser blanqueado en la economía legal. Y estiman que el resto de actividades criminales –desfalcos, piratería informática, tráfico de seres humanos, de especies protegidas y de armas o malversaciones de fondos públicos tiene unos costes variables, menores al 50 % de la ganancias, según la corrupción, la manutención de las prostitutas, la logística, las inversiones, la remuneración de los trabajadores clandestinos… Es decir, que las organizaciones criminales organizadas blanquean un mínimo de 320.00 millones de dólares, más los 160.000 millones que aportan los cómplices de la sociedad legal y que también revierte en la economía legal. Y aquí tenemos el enorme poder de corrupción y acumulación que el Crimen organizado está inyectando en los mercados financieros de todo el mundo. Por todo ello esto debemos comprender que el Crimen organizado se está enraizando profundamente en nuestra realidad política, económica e institucional para ocupar una posición de influencia –mediante el fraude, la corrupción y la violencia- paralela al poder del Estado. Recuerde que la Mafia ha evolucionado porque la economía se ha convertido en el principal vector de poder. Ante la pasividad de nuestros Gobiernos.

Los expertos, entre 1977 y 1989, han cifrado en una media de cien mil millones de dólares el saldo negativo que cada año hay en las balanzas de pago de los países en sus contabilidades nacionales. “Este agujero negro de miles de millones de dólares […] demuestra la simbiosis entre la economía criminal y la economía legal, debido, sobre todo, al desarrollo de los paraísos bancarios y fiscales” 17. Debemos recordar que los paraísos bancarios y fiscales se originaron en los años setenta con los fondos procedentes del petróleo, antes que fuesen utilizados por los narcodólares, en Hong-Kong, Singapur, Bahreim, Islas Caimán o las Bahamas.

Otro ejemplo de las interferencias del mundo del narcotráfico en connivencia con el poder político lo tenemos en los 500.000 millones de dólares en créditos impagados con la burbuja bursátil e inmobiliaria que estalló en Japón en los años ochenta; donde se estima que el 30 % de los créditos se concedieron a la Yakuza. Así quebrarían las ocho grandes sociedades de crédito inmobiliario –jusen-, el Estado tuvo que afrontar la quiebra aportando 685.000 millones de yenes, el dirigente de Namura Securities –la primera empresa de títulos japonesa- fue detenido por sus relaciones con la Yakuza tanto como el director del Dai Ichi Kangyo -el segundo banco del Japón- y las relaciones entre los partidos políticos y la Yakuza, para financiarse, quedó al descubierto 18.  

La fragmentación de la economía mundial es la que permite la <<ficcionalización>> del mundo financiero y con ello abre el camino de la evasión fiscal, la manipulación de balances,  la corrupción o la falsificación de documentos. Y esto es lo que hacen muchas multinacionales, grandes familias e incluso algunos Gobiernos desesperados que para financiarse recurren a las acciones especulativas asesorados por gabinetes privados internacionales. Y es así como se generan las dos principales fuentes de dinero ilegal en el mundo: la huida de capitales y la evasión fiscal. En este contexto debemos recordar que las empresas, y las élites patrimoniales estaban cada vez menos vinculadas con la actividad productiva nacional; y por ello buscaban cuentas fiscalmente opacas donde colocar sus activos. El problema es que en esa misma opacidad se alimentan las finanzas criminales. Así se ha desarrollado la <<sensación>> de que los Gobiernos están perdiendo la gobernanza del sistema financiaron internacional. Por todo ello, el G 7 en el seno de la OCDE creo el Grupo de Acción Financiera (GAFI) con sede en París, en los años noventa, para actuar como un grupo de presión sobre Naciones Unidas y los Gobiernos occidentales para que se impliquen en la lucha contra el Crimen organizado y las finanzas criminales. Como dato curioso apuntaremos que España, siguiendo la iniciativa del GAFI, creó una Comisión para la prevención del blanqueo de capitales e infracciones monetarias, dependiente del Ministerio de economía y hacienda, que tiene un Servicio Ejecutivo para la Prevención del Blanqueo de Capitales –SEPBLANC-, que es realmente una Unidad de Inteligencia financiera compuesta por la fiscalía, la Guardia Civil, la Policía, el Banco de España y otras instituciones. El FMI, la OCDE y el GAFI indicaron que “el dinero que a mediados de los años 1990 intentaba ser blanqueado todos los años oscilaba entre el 2 y el 5 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) mundial. Esto representa entre 590 mil millones y 1´5 billones de dólares es decir, el doble del PIB del Reino Unido […] De ellos, entre 400 y 500 mil millones se correspondería al dinero generado por el narcotráfico, una cifra que superaría el comercio de hierro, acero y automóviles. Según estas fuentes, aproximadamente 250 mil millones de los 800 mil millones dólares que conforman el hipotético “producto criminal” (PCB) del mundo necesitaría ser blanqueados todos los años” 19. Y por ello debemos entender que el PCB no sólo desborda la economía de algunos países si no que “según datos de la Interpol, el 40 por ciento del PIB ruso es controlado por las… “mafias” y la cifra de negocio de los criminales organizados en los Estados Unidos asciende a 3.000 mil millones de francos, el 1´1 por ciento el su PIB20 .

Pero es entre las 64.000 empresas que hoy dominan el comercio y la producción internacional, con sus 900.000 filiales, donde debemos buscar a los principales protagonistas de la huida de capitales. Es más, si recordamos que alrededor del 60 por ciento de todo el comercio internacional se realiza, precisamente, entre las filiales de las grandes empresas multinacionales; comprenderemos mejor que es desde el corazón mismo del actual sistema económico donde se produce la mayor parte de la huida de capitales mundial. Las técnicas empleadas son la transferencia de beneficios y activos entre diversos filiales de una misma empresa transnacional –transfer pricinig- y la manipulación de los precios de importación-exportación. A ello se le están sumando los nuevos sistemas contables basados en valoraciones poco objetivables de pérdidas, de ganancias y de activos; así se profundiza en el problema de la ausencia de una frontera nítida entre lo legal y lo ilegal dentro del actual sistema financiero internacional. En este contexto comprenderemos mejor como los Gobiernos de algunos países exportadores de drogas ilegales prefieren no ver la transferencia de recursos financieros de los narcos pues estas compensan la sangría regular y constante de sus capitales hacia los países del Norte. Recordemos que la huida de capitales no es apenas investigada pues es prácticamente imposible separar entre el dinero de origen ilegal del de origen legal. “El monto total de capital que abandona de esta forma todos los años los países subdesarrollados o en transición es extraordinario. Está estimando entre 350 mil y 8.000 mil millones de dólares (Raymond Baker) sin contar el stock de patrimonio inmobiliario acumulado por los evasores en años anteriores, casi siempre en países occidentales, entre ellos España y sin contar tampoco la “huida” de capitales entre países desarrollados en los que estas prácticas no son considerados delito” 21.

Tampoco debemos perder de vista que es en los países con recursos naturales muy demandados por los países industrializados –el petróleo de Rusia y Nigeria, el carbón y el oro de Sudáfrica o el cobre de Chile- donde es especialmente significativo el volumen de capital huido ilegalmente. “De un solo país, Rusia, huyeron, en 1988, 74 mil millones de dólares sólo a cuentas de paraísos fiscales, Sudáfrica pierde todos los años casi el 10 por ciento de su PIB por medio de este procedimiento; China algo más del 10 por ciento de su PIB, unos 580 mil millones de dólares; y los ciudadanos nigerianos más ricos tienen 20.000 millones de dólares en un único país, Reino Unido, provocando una subida crónica de los precios de los bienes inmuebles22 en este país de la cual son víctimas sobre todo sus clases populares”23 . El dinero evadido ilegalmente aumenta los beneficios de las multinacionales porque reducen sus impuestos; pero al hacerlo los países exportadores del sur tienen menos dinero para reparar o construir sus infraestructuras, sus sistemas institucionales… No olvidemos que la huida de capitales, generalmente, se respalda en la falta de transparencia, en la ausencia de control público de los flujos económicos y en la falsificación documental; y como señalaba Morgenthau, en los años treinta, los Gobiernos tienen, técnicamente, recursos suficientes para poner fin a esta sangría.

El cohecho es un delito que se produce, principalmente, en el poder político –se soborna a cambio de favores- y en el poder económico donde las empresas buscan obtener ventajas políticas y comerciales. La corrupción aflorará también allí donde el sistema sea menos legítimo y donde los funcionarios públicos estén peor pagados. Pero no podemos olvidar que es por la gran competencia entre los grandes consorcios y las empresas por conseguir pedidos, que requirieron de crecientes inversiones en capital político y social, las que hacen cada vez más vulnerables a un Gobierno dado el elevado desempleo y las amenazas de deslocalización empresarial. “Según el Fiscal General de Frankfort, Wolfgang Schaupensteiner, que se limita a citar a la prensa alemana (años 1990), las empresas alemanas dedican por término medio entre un dos por ciento y un 10 por ciento de sus ventas a pagar sobornos de forma regular. En países como Italia y España estos porcentajes se mueven en una horquilla entre el 5 por ciento y el 15 por ciento, siendo no infrecuentes en todos los países los casos de desvío de hasta un 20 por ciento de la ventas para estos menesteres” 24. Llegados a este punto no se extrañarán si les digo que el dinero destinado al cohecho y a la corrupción forma parte de la gestión de muchas empresas; imputadas como costes de marketing o como otros gastos desgravables. Se estima que para tales actividades, en el mundo, se destinan anualmente 25 mil millones de euros. En un mundo cada vez más desregulado y competitivo, como los pedidos estatales y los apoyos económicos son cada vez más importantes25 , se termina fomentando la corrupción, la falsificación documental, la contabilidad creativa… Es decir, una corrupción estructural de las instituciones y de los valores morales; más que de la propia economía.

Eso sí, no olvidemos que las prácticas corruptas representan sólo el 5 por ciento de todo el dinero evadido ilegalmente del mundo. Muy poco comparado con la evasión legal -dos tercios del total- o con los delitos de cuello azul, tráfico de drogas y armas, robos…26 -menos de un tercio del total-.

El destino final del dinero obtenido de las prácticas corruptas, mayoritariamente, suele ser perfectamente legal, pues termina en el consumo personal o para mejorar los rendimientos legales de las empresas; sólo una parte se destina a las “cajas B”, a la financiación ilegal de partidos políticos, a los alcaldes y concejales para seguir edificando ilegalmente o para financiar la compra ilegal de drogas y armas. Por regla general, volvemos a reseñar, que es muy difícil separar el dinero corrupto del acumulado legalmente por las grandes fortunas porque muchos corruptores son personas acaudaladas y respetables. Cuando no es el propio sistema político el que induce a esas prácticas. Por todo ello, algunos expertos afirman que “el crimen organizado ha abandonado la marginalidad 27 y se ha instalado en el corazón de nuestros sistemas políticos y económicos” 28.

Como ejemplo podemos señalar que, “la semejanza entre los regímenes democráticos es más superficial de lo que parece […] Por poco que rasquemos en la corteza de las elecciones celebradas en el sur de Italia, en Albania o en Japón, descubriremos inquietantes actores criminales, ocultos en la sombra, que manipulan a los candidatos elegidos por el pueblo y, por tanto, la democracia. Las mafias resumen y reflejan como un espejo, sin apenas deformación, una importante evolución del mundo: su criminalización. Las mafias no son una anomalía ni una patología, sino el indicador de la evolución criminal del mundo… A pesar de las apariencias, la era de las ideologías está dando paso, de forma tan discreta como cierta, a la era criminal. Es innegable que la sombra de la <<guerra contra el terrorismo>> oscurecerá ese nuevo horizonte durante bastante tiempo”29 . La representación ideológica de la realidad criminal según las tesis marxistas -que la pobreza engendra el crimen- nos crea una ilusión de entidades furtivas que beneficia a las propias mafias. Esta simplificación ideológica nos impide comprender que la Mafia está pleidnte integrada en la sociedad y que es invisible en el ámbito penal. “El crimen es un potente revelador y un espejo que aumenta las características negativas de nuestra época (anomía y materialismo)”30 . En este contexto debemos recordar por ejemplo a Jean-Bertrand Aristide que convirtió a Haití en un Narco-estado mientras los rebeldes que desestabilizaban su Gobierno también tenían intereses en el tráfico de cocaína colombiana.

O que en algunas zonas del mundo, ganar unas elecciones o conseguir un contrato importante, depende de una nueva <<mano invisible>> que, no siendo la de Adam Smith precisamente, actúa sin el menor escrúpulo entre las sombras. Y por ello, la Mafia es una grave amenaza para nuestras libertades políticas y económicas. “Según la Comisión Antimafia del Parlamento italiano, el crimen organizado controla el 30 por ciento de las empresas de tratamiento de residuos. De hecho, las mafias poseen 705 vertederos ilegales de residuos tóxicos en todo el país, que cubrirían una extensión de casi 7 millones de metros cuadrados, a los que se añaden 4.000 vertederos de toda clase de basuras. El coste de la eliminación definitiva de estos residuos se cifra en miles de millones de dólares. Cada año desaparecen en Italia 11 millones de toneladas de residuos industriales, de las cuales 300.000 son consideradas muy tóxicas. Un solo vertedero ilegal puede haberle supuesto a la Camorra un ingreso de 500.000 dólares diarios. Todo esto sin contar la relación existente entre los vertederos mafiosos y el incremento de las enfermedades mortales (leucemia y cáncer) en su entorno, o la contaminación del agua y la cadena alimentaria. Y, por otro lado, ironías de la vida, los mismos mafiosos que contaminan intentaban hacerse con los contratos de depuración de aguas y residuos”31 . Una situación parecida se padece en la gestión urbanística y en la conservación desde que la Cosa Nostra, el Partido Democristiano y los empresarios de la construcción marcaron, en los años setenta, el modelo conocido como el <<saqueo de Palermo>>.

La ampliación de Europa hacia el Este –con países cuya naturaleza es un híbrido entre política y Crimen organizado-, e incluso la entrada de Turquía, podrían agravar el problema fundamental de la sociedad posterior a la Guerra Fría. En esencia, la gran delincuencia organizada es parasitaria y encubierta. Además es su mejor forma de supervivencia porque los medios, generalmente, sólo perciben lo más urgente y superficial. Cabe destacar que mientras “la lógica terrorista propugna la confrontación; la criminalidad busca su integración en el sistema. El terrorismo se nutre de una luz deslumbrante, de destellos puntuales e impactantes; la gran criminalidad se sacia con las sombras. A la subversión política le gusta actuar en el escenario, y al parasitismo criminal entre bambalinas. Aunque la criminalidad invisible también cause víctimas éstas se ocultan con discreción”32 . Es decir, “el objeto mafia no se parece a ningún otro dentro de la especie criminal. El objeto mafia está integrado por entidades vivas, fluidas y multiformes que poseen una inmensa capacidad de expansión a nivel mundial, y se caracterizan por una predisposición única para gangrenar las partes sanas del tejido social. Ante la movilidad de las mafias y sus facultades de ocultación y adaptación, las demás formas de criminalidad conocidas quedan relegadas a la categoría de pequeñas y medianas empresas”33 .

A principios del siglo XX existían cerca de 40 Estados y hoy hay unos 200; olvidando las lecciones de la historia. Recordemos que el Tratado de Versalles promovió un gran número de nuevos Estados nacidos del desmembramiento de los Imperios alemán y austro-húngaro y que luego pasaría del control del III Reich al de la Unión Soviética. Hoy por hoy, la balcanización del mundo puede favorecer el desarrollo del Crimen organizado, como ha ocurrido en Yugoslavia; de la cual han brotado seis pequeños países como Kosovo. La <<Colombia balcánica>>. Eso sí, no olvidemos que los procesos de autonomía y descentralización también implican transferencias del poder estatal a unidades políticas locales, que pueden terminar interesando al Crimen organizado. Recordemos que tras la II Guerra Mundial la N´drangheta y la Cosa Nostra promovieron el fallido proyecto de autonomía de Calabria; y a principios de los años noventa volvieron a intentar una acción separatista con el partido Sicilia Libera dirigido realmente por los Corleone. En este contexto, debemos recordar que el arrepentido Leonardo Messina, miembro de la Familia mafiosa siciliana de Caltanissetta desvelo que “en septiembre de 1991, se reunieron algunos representantes de la Cosa Nostra con el objetivo de “sentar las bases de un nuevo proyecto político”, de naturaleza separatista, que consistía en crear una formación, la liga sur, integrada por hombres de la organización y apoyada por un ala de la francmasonería y la Cosa Nostra, para oponerse a la Liga Norte, que, según ellos, era un instrumento de la logia P-2 de Licio Gelli y Giulio Andreotti”34 . No debemos olvidar que las mafias siempre sueñan en tener el control de un puerto franco, como en Shanghái en los años veinte o Tánger desde el final de la II Guerra Mundial hasta los años sesenta.

Las mafias son partícipes activas de la descomposición del mundo moderno imponiendo de facto su invisible control geográfico. Estos imperios son invisibles en el mapa, no tienen límites físicos ni jurídicos, son de naturaleza inmaterial y no aparecen en los atlas; pero sus redes se extienden por todo el globo bajo una razón social o una cobertura política. En este sentido a la geografía política clásica se le está superponiendo una nueva geografía de los poderes económicos de una <<jerarquía cualitativa y funcional de los lugares>>, como afirma Pierre George. Es más, las estructuras invisibles que desarrolló la Cosa Nostra en Norteamérica durante los años treinta ha llegado hasta hoy tirando de los hilos desde las sombras; y dejando las actividades criminales de la calle a afroamericanos, hispanos… y ello gracias, en parte, a que numerosas instituciones universitarias, políticas y mediáticas, desde el siglo XIX hasta los años ochenta, negaron la existencia de la Cosa Nostra a pesar de la acumulación de los testimonios de los arrepentidos. Sólo los maxiprocesos de los años ochenta comenzaron a derribar el muro de la negación de la existencia del Crimen organizado. Bill Bonanno, miembro de la Cosa Nostra italoamericana, afirmaba que la Mafia era una asociación cultural basada en la familia; y toda una corriente sociológica apoyó esta idea con el sostén de muchos políticos. Ejemplo de ello fue el discurso de Vittorio Emanuele Orlando, ex-Presidente del Congreso italiano, en 1925 donde afirmó: “<<si por mafia entendemos el sentido del honor llevado al paroxismo, la generosidad que se enfrenta con el fuerte y es indulgente con el débil, la fidelidad a los amigos por encima de todo, incluso de la muerte; si por mafia entendemos sentimientos y actitudes, incluidos sus excesos, entonces estamos hablando de las señas de identidad del alma siciliana. ¡Me proclamo mafioso y estoy orgulloso de serlo!>>”35 . Así la Mafia, y muchos expertos, intentaron afirmar que la Mafia no existía y que era un mito o una cultura. Como afirmaba Baudelaire <<el mayor engaño del diablo consiste en convencernos de su inexistencia>>. Por otro lado, los analistas marxistas participaron para ocultar y legitimar a la Mafia cuando sostenían que tan sólo era un código cultural primitivo; es decir, que era una subcultura de resistencia arcaica enfrentada a la modernización impuesta y forzada por el Estado. Es más, incluso cuando los arrepentidos y los maxiprocesos pusieron sobre la mesa la existencia real de la Mafia, muchos comenzaron a cuestionar la realidad argumentando que era una <<tesis o verdad judicial>>. “Fue el último argumento, algo miserable, de una estrategia de negación derrotada” 36. Y finalmente, no olvidemos que “el 30 de marzo de 1973, Leonardo Vitale, hombre de honor de la Familia Alterello di Baido (Sicilia), se presentó a la policía y les reveló todos los secretos de la Cosa Nostra: el ritual, la jerarquía, las familias, etc. Nadie le creyó y le ingresaron en un hospital psiquiátrico. En 1984 murió asesinado” 37. Su testimonio no sería tomado en serio hasta que diez años después se produjo la confesión de Tommaso Buscetta. Eso sí, en Estados Unidos tampoco se tuvieron en cuenta las declaraciones que Joe Valachi, un arrepentido, hizo en 1962 y 1963.

Pero los negacionistas desarrollaron una estrategia más sutil para encubrir la realidad: difundieron el certificado de defunción de la Mafia. Además, a modo de homenaje póstumo, el cine produjo un proceso de asimilación e integración de la cultura mafiosa. Es más, esto es una realidad que también desarrolló la Yakuza y las Tríadas durante la Guerra Fría. La causa real de este trabajo de negación es que estos imperios invisibles necesitaban que el Estado mire hacia otro lado para seguir instalados en las sombras, con absoluta tranquilidad. Un ejemplo de ello fue la negación de la Cosa Nostra que durante medio siglo de mandato sostuvo John Edgar Hoover, director del FBI, por <<”creerla”>> una distracción frente al <<peligro comunista>>. Así la Cosa Nostra pudo crecer y prosperar en el corazón del capitalismo moderno manteniendo algo así como un pacto tácito de no agresión con el FBI. Empero en 1957, la Policía de Apalachin, un pueblecito del estado de Nueva York, irrumpió en una barbacoa privada donde descubrió, para su propio asombro, una cumbre de todos los jefes de la Cosa Nostra –unas 80 personas-. Así y sólo así, Hoover <<aceptó>> la existencia de la Mafia y comenzó la lucha del FBI contra ella. Aunque hubo periodos de inacción y periodos de campañas políticas de persecución como el ordenado por Robert Kennedy. Casualmente el asesinato de John F. Kennedy, en 1963, trajo de nuevo la indiferencia del FBI por la Cosa Nostra. No olvide que “en general, en Estados Unidos no se condenaba el crimen organizado. La libre empresa era un todo. La Cosa Nostra compartía con el sistema norteamericano el amor al dinero y el odio al comunismo”38 .

En este contexto, no se extrañarán si afirmamos que el terrorismo islamista, como lo fue la Unión Soviética en su día, es una gran oportunidad para que las mafias sigan prosperando con relativa impunidad. La razón es que la historia nos demuestra que como un Estado no puede combatir con dureza a más de un enemigo a la vez; se centra en el más evidente.

3. La Globalización.

Un ejemplo muy gráfico de “las actividades empresariales” de la Mafia lo tenemos en la ciudad de Nueva York, durante los años ochenta, donde las obras públicas y el sector inmobiliario estaban controlados por las cinco Familias de la Cosa Nostra. “No se iniciaba ninguna obra pública de más de 2 millones de dólares sin el permiso de la Cosa Nostra, que cobraba el 2 por ciento de cada adjudicación. El sistema funcionaba como el monopolio capitalista en su forma más pura. Cuando se abría un concurso para la adjudicación de una obra pública, las familias decidían que sociedad obtendría el contrato. Una vez fijado el importe de la oferta, se avisaba a las otras empresas del club y se les ordenaba que presentasen licitaciones más elevadas”39 . Eso sí, los empresarios legales no ponían precisamente pegas al sistema mafioso porque después de que le diesen el presupuesto de una obra lo engordaban con algunos millones más para su bolsillo. Podemos concluir que la Mafia se ha convertido en una organización que aplica la racionalidad y eficacia de la gestión capitalista al mundo criminal. Es decir, la Mafia ha entrado de lleno en la era de las gerentes que pedía James Burham; y sucedió cuando en los años veinte Charles <<Lucky>> Luciano –con Vito Genovese, Joe Adonis, Frank Costelo y Meyer Lansky- se deshizo de los Mustache Pets –los viejetes del mostacho- para convertir a la Cosa Nostra en una empresa que produjera beneficios a ámbito nacional. Y tras la II Guerra Mundial el nuevo modelo se exportó a Europa mediante el principio regulador de la Comisión.

“La aparición de una <<mafia empresaria>> pone de manifiesto el intercambio histórico y permanente que existe entre  la esfera económica legal e ilegal, en una especie de juego de vasos comunicantes”40 . Pero la Mafia siempre tira al monte cuando encuentra competencia: en 1962 eliminó al presidente de la Empresa Nacional de Hidrocarburos de Italia –ENI-, Enrico Mattei, saboteando su avión en Catania –Sicilia- por petición de sus parientes norteamericanos que se habían visto afectados por la política de apertura de Mattei hacia los productores de petróleo bruto de Oriente Próximo; en 1970 la Cosa Nostra siciliana eliminó al periodista Mauro de Mauro para que no sacase a la luz el asesinato de Enrico Mattei; en 2004 la fiscalía antimafia italiana declaró en Nápoles que Parmalat y Ciro habían tenido acuerdos con la Camorra que les había asegurado el monopolio en las provincias de Nápoles y Caseta.

Con la caída del Muro de Berlín las mafias italianas comenzaron su expansión hacia el Este convirtiéndose en los primeros inversores occidentales tras la reunificación alemana. El jefe de policía de Palermo dijo en 1988: “<<Cuando el Muro de Berlín cayó, teníamos intervenido el teléfono de un mafioso importante. Este individuo recibió una llamada de otro mafioso de Alemania que le dijo: “¿Has visto lo que acaba de pasar? Ven inmediatamente y empieza a comprar”. El italiano respondió: “Pero, ¿qué tengo que comprar?”. “Compra todo lo que puedas”, fue la respuesta”41 . No olvide que la Mafia siempre hace negocios. Vaya donde vaya. Caso parecido ocurrió cuando en 1997 Hong Kong fue devuelto a China, previo diálogo del Partido Comunista con las Tríadas, que aclara la rueda de prensa donde el Ministro chino de Seguridad Pública afirmó: “<<Debemos cooperar con organizaciones como las Tríadas, formadas por personas patrióticas, a las que también afecta la prosperidad y estabilidad de Hong Kong>>”42 . Recordemos que Deng Xiaoping, padre de las reformas económicas en China, afirmó en 1987 que algunas Tríadas eran <<buenas y patrióticas>>. Ese fue el momento en que el Gobierno comunista chino había intervenido, a través de múltiples sociedades, en Hong Kong desde las Zonas Económicas Especiales creadas por el propio Deng Xiaoping en el sur de China. Casualmente las Tríadas de la China continental se asientan allí. Es decir, el Gobierno comunista permite a las Tríadas <<invertir>>, lavando su dinero, en la China continental siempre que colaborase en la transición pacífica de Hong Kong. No olvidemos que ninguna Mafia puede perdurar sin la complicidad de la política. Por ello la Mafia siempre busca la privatización del poder; así la relación entre el Estado y la Mafia prospera por la senda de la simbiosis o la cohabitación. Y en muy raras ocasiones por la vía de la confrontación.

La Mafia tiene como característica principal su aproximación a la política para asentarse en un territorio; por ello su presencia siempre “es un índice innegable de corrupción del poder político, corrupción entendida en el doble sentido original (degeneración) y moderno (prevaricación). Los poderes públicos y la mafia suele organizar sus relaciones en función de acuerdo de guerra fría-paz cálida, de tolerancia mutua, en definitiva. Llevada a sus últimas consecuencias, esta fusión entre los actores políticos y criminales hace casi imposible su diferenciación” 43. Pero no olvidemos que la Mafia sólo busca su beneficio, a priori no tiene preferencias políticas y si parece preferir la democracia es sólo por las oportunidades y la libertad que esta le permite. Sólo la llegada al poder de alguna de las formas del socialismo totalitario, como ocurrió con el fascismo, puede acabar con la Mafia. Y la Cosa Nostra no olvida la lección. Por ello la Mafia se acerca a los partidos demócratas liberales o socialdemócratas, no a fascistas o comunistas, que al carecer de una voluntad permanente contra la mafia llegan más fácilmente a una entente para la convivencia pacífica. Así las agresiones mutuas se reducen al mínimo necesario y en periodos cortos. Es más, cuando se detuvo a Toto Riina, en 1993, los más felices fueron los propios miembros de la Cosa Nostra que por fin pudieron abandonar la política de terrorismo que les había impuesto para volver a las sombras que tanto beneficia a su Organización.

La falta de persistencia de la democracia en perseguir a las Mafias se entrecruza con su relativismo por el desarrollo económico. Es decir, la Unión Europea sabe oficialmente desde 2003 que el 50 % de la riqueza nacional de Albania procedía de la Mafia del país y aun así deja que se vaya legalizando a largo plazo. La Unión Europea mira hacia otro lado mientas Albania realiza un blanqueo de hecho de la mitad de su PIB nacional. Es el ejemplo más claro del estadio superior donde conviven el mundo político y el criminal: pues condenan a una sociedad a someterse a una élite político-criminal que regirá su modo de vida.44 Así la Camorra, hoy en día, domina la Campania dando trabajo a varios cientos de miles de personas: “<<Donde el Estado providencia no llega, la mafia providencia genera trabajo y distribuye recursos>>” 45. Estos son los pilares reales que sostienen a las Mafias.

Llegados a este punto no les extrañará que digamos que la Mafia, siendo un actor económico y político de primer orden, sea también un grupo de presión clásico con representación ciudadana e intereses específicos propios. De ahí que utilice su peso para jugar dentro del sistema e incluso dominar a los partidos políticos. “En cuanto a la forma, las relaciones entre la Mafia y la política van de la seducción a la intimidación; en cuanto al fondo, del intercambio de servicios a la corrupción. Se establece un régimen de trueque y favores recíprocos de tipo contractual46 . La mafia demanda privilegios ilícitos (autorizaciones administrativas, adjudicación de contratos públicos y subvenciones) y benevolencia policial y judicial (suspensión de investigaciones y sobreseimiento de causas). A cambio, los políticos piden dinero y votos”47 . No olvidemos que cuando se olvidan las normas morales el <<mercado político>> se criminaliza. Por todo ello, el fascismo pudo casi demoler a la Mafia cuando al suprimir las elecciones le impidió las tres opciones que tiene para incorporarse al juego político: presentar sus miembros, favorecer a sus <<amigos>> o negociar con los ganadores. Así es como las Mafias, apoyadas en sus inmensos beneficios, buscan el poder, su integración en la élite social y el acceso al corazón del sistema legal. Y aquí está la clave de bóveda para comprender como la búsqueda de votos puede llevar a la perversión del juego democrático. En este sentido, debemos señalar que el Partido Demócrata estadounidense –que ha sido tradicionalmente el representante de la comunidad italiana- se apoyó en la Cosa Nostra para llevar al poder a Franklin D. Roosevelt y John F.Kennedy.

En Italia, Tommaso Buscetta, tras los asesinatos de los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, reconoció que en los años setenta la mayoría de los principales políticos sicilianos, comunistas y fascistas aparte, tenían contactos con la Cosa Nostra. Y el mismísimo Giulio Andreotti, Presidente de Italia, llegó a afirmar que “<<los votos de Sicilia provenían de una organización que desde siempre procuraba a la Democracia Cristiana un fuerte apoyo [en sufragios” 48. Así, cuando el fiscal de Palermo, Giancarlo Caselli, inició las diligencias penales contra Giulio Andreotti; desacreditó a todo el sistema político italiano. La delación de Tommaso Busceta desveló que Andreotti le pidió a la Mafia el asesinato del General Della Chiesa -1982- y del periodista Mino Pecorelli -1979- para ocultar las circunstancias reales de la muerte de Aldo Moro; indicó las relaciones de la Cosa Nostra con el banquero del Vaticano y de la Organización, Michele Sindona; con el Gran Maestre de la Logia P2, Licio Gelli; y de los encuentros entre Giulio Andreotti y el mafioso Stefano Bontate, en 1970 y 1980. Y cuando en 1987 el Tribunal Supremo italiano confirmó las condenas a cadena perpetua a los mafiosos juzgados en los maxiprocesos de dicho año: “Mannoia contó que en las elecciones de 1987, Toto Riina ordenó que se votara a la izquierda en vez de a la Democracia Cristiana, como un mensaje y una advertencia al partido, y a Andreotti en particular” 49. Así se vengó la Cosa Nostra de Giulio Andreotti.

En esta línea no debemos olvidar, que con el dinero procedente del tráfico de heroína de la <<French Connection>> y el de la extorsión sobre los fondos de pensiones del sindicato de transportistas –Teamsters- la Cosa Nostra creó Las Vegas en los años cuarenta. Es más, en 1999 la alcaldía de la ciudad recayó en el demócrata Oscar Goodman con un 64 % de los votos; Goodman era conocido en todo el país como <<el abogado de la Mafia>> y no tuvo reparos en encarnarse así mismo en la película sobre el hampa de Martin Scorsese titulada Casino -1995-. Su elección trajo la rápida despenalización del consumo de cannabis y de la prostitución. No olvidemos, que en el Congreso de los Estados Unidos siempre ha habido diputados y senadores muy comprensivos con sus <<amigos>> de la Cosa Nostra; y a través de la defensa de las minorías o incluso en nombre de las libertades públicas no dudan en bloquear cualquier iniciativa federal que pueda perjudicar a la organización, o apoyar a los proyectos que más le interesan a la Cosa Nostra. El ejemplo más claro de una larga carrera al servicio de la mafia fue Richad Libonati que, además de ser públicamente amigo de Al Capone, bloqueó los proyectos federales del Ministro de Justicia –Robert Kennedy- en la comisión jurídica de la Cámara de Representantes. Otro gran ejemplo fue James Traficant que tras 18 años como congresista fue expulsado de la Cámara de Representantes (420 votos contra 1) en 200250 . James Traficant intervino en la compra de hoteles de las Vegas para japoneses y europeos y fue uno de los grandes defensores de la Independencia de Kosovo así como del suministro de armas al UÇK –Ejército de Liberación de Kosovo-. Ni tampoco, que en 2001 el Presidente de Montenegro, Milo Djukanovic, fue acusado formalmente por la fiscalía de Bari –Italia- por <<participación en asociación mafiosa para el contrabando de cigarrillos>>. Así nos enteramos que el Presidente de un país que intenta entrar en la Unión Europea traficó –tabaco- entre 1996 y 2000 con la Sacra Corona Unita y la Camorra.

Estamos asistiendo a una serie de intentos de <<criminalizar la economía mundial, sus actores y sus instrumentos>> como afirma Jean-Fançois Gayraud pues según la UNODC –Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito- el narcotráfico produce anualmente entre 300.000 y 500.000 millones de euros que, mayoritariamente, invierte en la economía y las finanzas internacionales; según la Confederación de Comerciantes italianos 1 de cada 5 comercios y cerca de 1 de cada 7 empresas del sector industrial eran propiedad de la Mafia en el años 2000. Los expertos estiman que las organizaciones criminales tienen un patrimonio superior a los 1.000 millones de euros, que la Cosa Nostra habría invertido 16.600 millones de euros en obras públicas y en la construcción, unos 15.400 millones en importaciones y exportaciones, 4.100 millones en servicios, 2.600 millones en geriátricos y clínicas privadas y 13.000 millones en inversiones financieras. Además ingresan 18.000 millones de euros con el negocio de las falsificaciones. Eso sí, en los años ochenta Japón vivió una burbuja financiera, alimentada en parte por el Gobierno, que generó tal especulación que la Yakuza se dedicó a buscar terrenos libres intimidando a los ocupantes si era necesario hasta que la economía estalló dejando al sistema financiero quebrado con 357.000 millones de <<créditos dudosos>> sin cobrar -el 8 % del PIB nacional-. Otro ejemplo de <<vampirización>> de la Mafia en la economía legal lo supuso el Club del Hormigón de la Cosa Nostra en Nueva York donde en 1985 la justicia denunció la extorsión, a la práctica totalidad de la construcción, para reportarse los contratos a razón de un 1 o un 2 por ciento de cada contrato desde los años setenta. Esto llevó a la desaparición de la competencia.

No debemos olvidar que “a lo largo del mundo, las mafias <<invierten>> en el doble sentido financiero y estratégico del término, de forma preferente en tres sectores:

  • Las empresas de obras públicas, hormigón y construcción.
  • El tratamiento de basuras y residuos.
  • La industria del espectáculo y el turismo: cine, música, juego, casinos, hoteles, restaurantes, etc” 51.

Es decir, la urbanización, el consumo y el entretenimiento es la <<jauja>> de los tiempos modernos y el hábitat natural de la Mafia. Cuando una organización criminal <<invierte>> en un sector económico siempre busca su control extendiéndose como un <<virus informático>>. El modelo de economía mafioso diluye las fronteras entre la economía legal y la ilegal para generar una economía intermedia o híbrida que se basa en cinco elementos:

  • “Imbricación de los niveles económicos legales e ilegales (mafiosos empresarios y empresarios mafiosos).
  • Cooptación de recursos y contratos públicos.
  • Importancia de la violencia, no como algo cotidiano sino como un complemento de la intimidación.
  • Modo de producción específico constituido por el parasitismo y la creación de valor.
  • Inversión masiva de los beneficios del crimen en actividades tanto legales como ilegales”52 .

La economía híbrida termina modelando que no doblegando, a su interés, a la economía legal mediante un <<efecto de estructuración y contaminación>> permanente a largo plazo.

La Mafia siempre actúa mediante la triada criminal de la intimidación, la corrupción y el asesinato; método basado sobre el miedo y la codicia, dos sentimientos humanos universales. La Mafia utiliza la violencia como primer paso para asentase, luego convierte la violencia de la realidad permanente a realidad potencial con el que economiza su uso. Thomas Hobbes lo resumió perfectamente en sus reflexiones sobre el poder cuando afirmó que <<la reputación de poder es poder porque con ella se consigue la adhesión de quienes necesitan protección>>. Es decir, la violencia es el recurso que se utiliza cuando la intimidación y la corrupción han fracasado; la Mafia la evita, en la medida de lo posible, para seguir en las sombras. Un ejemplo de la mentalidad calculadora de una Mafia <<madura>> lo supuso la Cosa Nostra norteamericana en los años treinta cuando ante la dura ofensiva del fiscal de Nueva York Thomas E. Dewey, que llegó a meter en prisión a Charles <<Lucky>> Luciano, en vez de asesinarlo contribuyó con una donación de 250.000 dólares a su campaña para Gobernador del Estado. Así no sólo dejó de ser un <<problema>> si no que años después fue el propio Dewey quien indultó a Luciani por sus <<Servicios a la Patria>>. De aquí que no podamos obviar que la Cosa Nostra italoamericana nunca olvidó aquel viejo proverbio siciliano que dice: <<el crimen perfecto es el que hace desaparecer el cuerpo y el recuerdo de lo ocurrido>>. Y han llegado a ser, como sus hermanos sicilianos, verdaderos expertos en la materia.

Las mafias buscan la sumisión social de su entorno bajo la intimidación, no el asesinato, para no provocar la represión policial. A un mayor nivel, la Mafia se introduce en la política para limitar los medios estatales contra ella o frenar la carrera de los funcionarios que los investigan y realizan campañas en los medios de comunicación <<amigos>>. La Mafia es un parásito social que ofrece protección, ante un riesgo que a veces provoca ella misma, a cambio de remuneración. Es decir, se conforma como una industria de la seguridad privada en las áreas donde el estado está débil, ausente o desacreditado. La Mafia termina sustituyendo al Estado mediante el cobro de impuestos 53 paralelos y clandestinos tanto a las actividades legales como a las ilegales –robos, tráficos ilícitos…-. La extorsión es la base inicial de todas las Mafias porque garantiza unos ingresos permanentes y puede utilizarse para la <<orientación>> o la destrucción de una empresa. En este contexto, para comprender las raíces de la concepción política que la Cosa Nostra ha desarrollado desde sus inicios –la preservación de su propia naturaleza-, debemos de volver al Leviatán de Hobbes. La aspiración del hombre a su propia conservación justifica el desarrollo del Estado, de las obligaciones que este impone a sus ciudadanos y de los impuestos que les recauda. Es decir, quien ejerce la protección sabe que tiene la autoridad para mandar a sus subordinados. En Sicilia, como en Estados Unidos, muchos trabajadores y empresarios recurrieron voluntariamente a la Cosa Nostra para compensar un diálogo social desigual. Así las mafias <<entraron>> en las empresas y en los sindicatos, y una vez dentro desarrollaron su parasitismo social.

Conclusiones.

A lo largo de este artículo habrán podido ustedes comprender, que <<la Mafia es Mafia por su relación con la política porque sin esos nexos las organizaciones criminales más conocidas no hubieran pasado a ocupar esas posiciones>>. Por ello, el Crimen organizado intenta penetrar en el sistema político o bien mediante la corrupción de funcionarios públicos o bien ejerciendo la violencia para coaccionar al Estado, o subvertir el orden político. La criminalización de los Estados se inicia cuando sus más altas autoridades establecen alguna alianza estable con los líderes criminales, para la participación de las élites gobernantes en los dividendos de los negocios ilegales. Esto suele ocurrir en países subdesarrollados, en países afectados por conflictos armados o por fragmentación nacional y cuando las élites gobernantes, generalmente del Partido Único, encubren al Crimen organizado. En este contexto, la penetración de la economía criminal en la economía legal vino de la mano de los abogados, financieros… que desarrollaron un circuito económico que se parece cada vez más a un grupo de empresas que obtienen unos 400.000 millones de dólares anuales solo del negocio de la droga. En total los expertos calculan que el Crimen organizado mundial emplea unos 320.000 millones de dólares anuales para ser blanqueados en la economía legal. De aquí nace el enorme poder de corrupción que tienen las Mafias en su misión de parasitar o controlar el Estado.

Bibliografía.
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Ruiz Durán, Francisco Javier. Orígenes, desarrollo y consecuencias de la Guerra Fría Secreta. Alemania, Editorial Académica Española, 2012.
Weber, Max. Economía y sociedad: esbozo de sociología comprensiva. Madrid, Fondo de Cultura Económica de España, 2002.

*Universidad de Extremadura. C/ Antonio Cruz Valero, P. 3, 2º B. CP/06011. Badajoz. pacobadajoz@hotmail.com
1 De la Corte Ibáñez, Luis y Jiménez-Salinas Framis, Andrea. Crimen Org. p. 306.
2 De la Corte Ibáñez, Luis y Jiménez-Salinas Framis, Andrea. Crimen Org. p. 309 y ss.
3 De la Corte Ibáñez, Luis y Jiménez-Salinas Framis, Andrea. Crimen Org. p. 312.
4 De la Corte Ibáñez, Luis y Jiménez-Salinas Framis, Andrea. Crimen Org. p. 326.
5 De la Corte Ibáñez, Luis y Jiménez-Salinas Framis, Andrea. Crimen Org. p. 330.
6 De la Corte Ibáñez, Luis y Jiménez-Salinas Framis, Andrea. Crimen Org. p. 337.
7 La clave del plan era la convertibilidad del dólar en oro, con una cotización fija respecto a éste.
8 Recordemos que la globalización original la inició el Imperio británico; aunque sus inicios fueron los envíos de plata de la España Imperial a China. Para más información les recomendamos la genial obra de Ferguson, Niall. Civilización.
9 “El origen de la actual lucha contra el blanqueo de capitales se remonta a las iniciativas legislativas de dos presidentes republicanos: Nixon y Reagan… En Europa existía un precedente importante: la lucha de la policía italiana contra la mafia y las Brigadas Rojas que dio pie, en 1978, a la aprobación de una ley (la Ley La Torre)… para el resto de los países europeos, el problema de las finanzas criminales, igual que el Crimen organizado, no había sido nunca un tema de la agenda política hasta los años noventa”. Fernández Steinko, Armando. Las pistas falsas del crimen organizado. p. 94 y ss.
10 De Maillard, Jean. Atlas de la criminalidad financiera. p. 28.
11 Fernández Steinko, Armando. Las pistas falsas del crimen organizado. p. 29.
12 La crisis financiera actual, con una profundidad sin precedentes, está originada por la falta de confianza de las empresas en el valor real de los activos declarados. Recordemos que el 60 % de las transacciones internacionales actuales se realizan entre las propias multinacionales por lo que los comportamientos desviados son una “anormalidad” generalizada que caracteriza a los principales actores económicos del mercado legal. Es decir, que es la ausencia de organismos financieros multilaterales sometidos a las leyes del mercado las que producen las oleadas de inestabilidad financiera entre los pequeños inversores y los países menos influyentes del mundo.
13 De Maillard, Jean. Atlas de la criminalidad financiera. p. 35.
14 De Maillard, Jean. Atlas de la criminalidad financiera. p. 46.
15 La Cosa Nostra pudo disfrutar de sus ganancias ilícitas gracias a Curly Humphreys que en los años treinta, ideó la manera de reciclar el dinero procedente del Crimen organizado invirtiéndolo en una lavandería. Así, un miembro de la Familia de Chicago hizo que la técnica de la empresa tapadera, y la expresión <<lavado de dinero>>, entrasen en la historia.
16 De Maillard, Jean. Atlas de la criminalidad financiera. p. 28.
17 De Maillard, Jean. Atlas de la criminalidad financiera. p. 74.
18 Los servicios secretos italianos, el Sismi, evaluaron en 72.000 millones de marcos (36.000 millones de euros) los fondos blanqueados por la Mafia en inversiones en Alemania del Este en la época de la reunificación, es decir, un tercio del total de las cantidades que se invirtieron entonces allí, sin que estallara ningún escándalo.
19 Fernández Steinko, Armando. Las pistas falsas del crimen organizado. p.136.
20 155.000 millones de euros “si estos datos son correctos, el blanqueo es el sector económico más dinámico de los últimos años así como el más importante en volumen después del financiero y el energético”. Fernández Steinko, Armando. Las pistas falsas del crimen organizado. p. 137.
21 Fernández Steinko, Armando. Las pistas falsas del crimen organizado. p.153.
22El extraordinario aumento de los bienes inmuebles en España entre 1997 y 2007 tiene, en parte, esta misma explicación.
23 Fernández Steinko, Armando. Las pistas falsas del crimen organizado. p.153.
24 Fernández Steinko, Armando. Las pistas falsas del crimen organizado. p. 158.
25 En general, las empresas que más dependen de los apoyos, subvenciones y políticas públicas, son más susceptibles de generar prácticas corruptas.
26 Los delitos de cuello azul –narcotráfico, prostitución coactiva, tráfico de armas, tráfico de personas o robos importantes- generan el dinero ilegal. Pero fue especialmente el narcotráfico, seguido del tráfico ilegal de armas, lo que llevó a las Administraciones de Ronald Reagan a iniciar su proyecto de lucha contra el blanqueo.
27 Tras la Guerra Fría el Crimen organizado ha abandonado su papel marginal para poder acceder al núcleo de la sociedad y convertirse en auténticos poderes, en el sentido de Max Weber: “<<Poder es toda oportunidad de hacer triunfar la voluntad propia en el seno de una relación social, incluso contra la resistencia de la voluntad del otro, sin importar en qué se sustente esa oportunidad>>”. Max Weber, Economía y sociedad: esbozo de sociología comprensiva. Fondo de Cultura Económica de España, Madrid, 2002. p. 171.
28 Gayraud, Jean-François. El G-9 de las Mafias en el mudo. p. 17.
29 Gayraud, Jean-François. El G-9 de las Mafias en el mudo. p. 19.
30 Gayraud, Jean-François. El G-9 de las Mafias en el mudo. p. 21.
31 Gayraud, Jean-François. El G-9 de las Mafias en el mudo. p. 23.
32 Gayraud, Jean-François. El G-9 de las Mafias en el mudo. p. 26.
33 Gayraud, Jean-François. El G-9 de las Mafias en el mudo. p. 31.
34 Gayraud, Jean-François. El G-9 de las Mafias en el mudo. p. 19.
35 Gayraud, Jean-François. El G-9 de las Mafias en el mudo. p. 50.
36 Gayraud, Jean-François. El G-9 de las Mafias en el mudo. p. 53.
37 Gayraud, Jean-François. El G-9 de las Mafias en el mudo. p. 19.
38 Gayraud, Jean-François. El G-9 de las Mafias en el mudo. p. 63.
39 Gayraud, Jean-François. El G-9 de las Mafias en el mudo. p. 213.
40 Gayraud, Jean-François. El G-9 de las Mafias en el mudo. p. 214.
41 Gayraud, Jean-François. El G-9 de las Mafias en el mudo. p. 218.
42 Gayraud, Jean-François. El G-9 de las Mafias en el mudo. p. 202.
43 Gayraud, Jean-François. El G-9 de las Mafias en el mudo. p. 221.
44 Remota  itaque justitia sunt regna, nisi magna latrocinio? San Agustín, De Civitate Dei, IV, 4. Si la justicia desaparece, ¿qué son los reinos sino vastos latrocinios?.
45 Gayraud, Jean-François. El G-9 de las Mafias en el mudo. p. 202.
46 Se denomina <<mercado político>> al espacio donde se encuentran, forman y arbitran las decisiones y preferencias de los electores y los partidos.
47 Gayraud, Jean-François. El G-9 de las Mafias en el mudo. p. 227.
48 Gayraud, Jean-François. El G-9 de las Mafias en el mudo. p. 229.
49 Gayraud, Jean-François. El G-9 de las Mafias en el mudo. p. 235.
50 Es el segundo miembro del Congreso expulsado desde la Guerra de Secesión y el quinto de la historia de todo el país.
51 Gayraud, Jean-François. El G-9 de las Mafias en el mudo. p. 253.
52 Gayraud, Jean-François. El G-9 de las Mafias en el mudo. p. 255.
53 El impuesto mafioso por excelencia se denomina el <<pizzo>> que se recauda incluso en las tiendas más pequeñas.


Recibido: 28/10/2019 Aceptado: 21/02/2020 Publicado: Febrero de 2020


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